En este momento de dolor y tristeza para las familias ___(nombre de las dos familias principales del fallecido)_______, saquemos un momento para reflexionar sobre lo que nos dice la palabra de Dios en el libro de Eclesiasts 7:
Nuestros das pasan pronto y volamos. Nuestra vida llegar a su fin en algn momento. Debemos prepararnos para el encuentro con Dios. Debemos entregar nuestra vida a Jesucristo para tener la esperanza de estar con l por la eternidad.
Este es un breve mensaje para el funeral de una persona no creyente o que no sabemos si acept a Jesucristo como su Salvador. Tiene un giro evangelstico, pero pretende motivar a un pblico mayormente no cristiano a acercarse a Dios y a la iglesia.
Hermanos y hermanas en Cristo, estamos aqu hoy para despedir a [Nombre del difunto], un ser amado que ha dejado este mundo terrenal para estar con nuestro Seor en la gloria eterna. En momentos como este, nuestras almas estn llenas de tristeza y dolor, pero tambin debemos encontrar fortaleza y consuelo en la Palabra de Dios.I. El Plan de Dios es PerfectoComencemos recordando que el plan de Dios es perfecto. Aunque no entendamos completamente por qu [Nombre del difunto] nos ha dejado tan pronto, debemos confiar en que Dios tiene un propsito para cada uno de nosotros.
En Isaas 55:8-9, leemos: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dice Jehov. Como son ms altos los cielos que la tierra, as son mis caminos ms altos que vuestros caminos, y mis pensamientos ms que vuestros pensamientos. Confiamos en que Dios conoce el plan completo y que [Nombre del difunto] ahora est en Su presencia.II. El Consuelo en la Promesa de la Vida EternaEn momentos de dolor, encontramos consuelo en la promesa de la vida eterna. Jess nos dio esta esperanza en Juan 11:25-26 cuando dijo: Yo soy la resurreccin y la vida; el que cree en m, aunque est muerto, vivir. Y todo aquel que vive y cree en m, no morir eternamente.Sabemos que [Nombre del difunto] ha pasado de esta vida a la eternidad, donde no hay sufrimiento ni lgrimas, y donde estar en la presencia del Seor.
En estos momentos de prdida, no estamos solos. Somos una comunidad de fe, y debemos apoyarnos mutuamente. En 1 Tesalonicenses 4:18, encontramos estas palabras: Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.Es importante que nos apoyemos, oremos los unos por los otros y compartamos nuestro dolor y nuestras lgrimas.IV. La Esperanza en el ReencuentroAunque hoy nos despedimos de [Nombre del difunto] en este mundo, tenemos la esperanza de un reencuentro en la gloria.
En 1 Tesalonicenses 4:16-17 leemos: Porque el Seor mismo con voz de mando, con voz de arcngel, y con trompeta de Dios, descender del cielo; y los muertos en Cristo resucitarn primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Seor en el aire, y as estaremos siempre con el Seor.[Nombre del difunto] est en el cielo, y un da nos reuniremos con l en la presencia del Seor.V. La Oracin por Fortaleza y ConsueloOremos juntos por la fortaleza y el consuelo que todos necesitamos en este momento.
Querido Padre celestial, te presentamos nuestros corazones que estn llenos de dolor y tristeza en este da. Te pedimos que nos des fortaleza para enfrentar esta prdida y consuelo para sanar nuestras heridas.Confiamos en tu plan perfecto y en la promesa de la vida eterna a travs de Jess. Aydanos a encontrar consuelo en nuestra comunidad de fe y a mantener viva la esperanza del reencuentro en tu presencia. En el nombre de Jess, amn.En este funeral, recordamos a [Nombre del difunto] con amor y gratitud, y encontramos consuelo en la esperanza que tenemos en Cristo Jess. Que Dios nos sostenga en este tiempo de duelo y nos gue hacia la paz que solo l puede dar. Amn.
#1. El documento habla sobre la importancia de prepararse para la muerte y el juicio final. #2. Recomienda que durante los funerales se predique el evangelio para advertir a los inconversos sobre la ira venidera y las consecuencias de no obedecer el evangelio.#3. Tambin sugiere cantar himnos y salmos espirituales durante el funeral para que los asistentes sean escuchados, ya que es una oportunidad para predicar el evangelio.Read less
Este documento contiene una recopilacin de sermones para bodas y funerales. Incluye 18 sermones para bodas y 19 sermones para funerales, con temas como el amor, la fe y la esperanza en el matrimonio cristiano, as como la vida despus de la muerte y el consuelo en la prdida. El documento tambin incluye una lista de 14 colaboradores y un prefacio donde el compilador enfatiza la importancia de prepararse bien para estas ceremonias y poder ofrecer una palabra de Dios que edifique aRead less
Rev. Hctor Hoppe
2024 Cristo Para Todas Las Naciones
TEXTO: Lucas 24:11-12
Pero a los discpulos el relato les pareci una tontera, as que no les creyeron. Pedro, sin embargo, sali corriendo al sepulcro. Se asom y vio slo las vendas de lino. Luego volvi a su casa, extraado de lo que haba sucedido.
Cada domingo, durante casi 80 aos, este programa radial ha estado compartiendo con un mundo agonizante el perdn y la salvacin que han sido ganados para todos nosotros a travs de la vida y muerte, la crucifixin y la resurreccin del Hijo de Dios, nuestro Salvador Jesucristo. El da de hoy, que est dedicado a recordar la conquista del Seor de la tumba y de la muerte, no es para nada diferente. Pero les pido que me tengan paciencia, porque este mensaje es muy personal: es un mensaje de fe que habla de una mujer cristiana; es un mensaje de mi madre.
"Mijito", me dijo mi madre, desde su silln, "quiero que seas t quien d el mensaje en mi funeral". Esta conversacin tuvo lugar en enero de este ao, dos das despus que el mdico le dijera que tena cncer agresivo de pncreas, hgado, y otros rganos. A pesar de no dar un pronstico, el mdico dijo que el cncer estaba demasiado avanzado como para hacer radiacin o ciruga, y que quimioterapia poda servir slo para aplacar el dolor, pero no para cambiar los resultados.
La palabra "morir" nunca fue utilizada, pero cuando mi madre y mi hermana salieron del consultorio, saban muy bien que lo que el mdico haba dicho era: "Jeanette (se es el nombre de mi madre), le queda poco tiempo de vida, as que ponga sus cosas en orden. Comience a despedirse de sus familiares y amigos, y haga lo que necesite hacer antes de morir". Eso es lo que el mdico haba dicho sin palabras. Y mi madre? A pesar de haber recibido la noticia de que no iba a celebrar otra Navidad, antes de irse consol al mdico, dicindole: "No se preocupe, doctor, que yo estoy bien. Soy cristiana; Jess es mi Salvador. Para m la muerte no es el fin del camino". Fue la primera vez que mi madre dijo algo as... y no sera la ltima. Otros mdicos, en das sucesivos, la escucharan decir lo mismo: "Jesucristo es mi Salvador. Voy a ir al hogar que l tiene preparado para m".
A mi hermana le toc la tarea de comunicar al resto de la familia el diagnstico de mam. Dos das despus estbamos conversando en su casa, cuando me dijo: ""Mijito, quiero que seas t quien d el mensaje en mi funeral". No era la primera vez que alguien me haca ese pedido. Veinte aos atrs, despus que muri mi padre, entre sus papeles encontramos el mismo pedido. Pap haba escrito: "Pdanle a Kenny que d el mensaje en mi funeral, si es que puede. Y ms abajo una nota que deca: No le paguen nada." Predicar en el funeral de mi padre no fue fcil, pero tampoco imposible. Pap fue un ser nico... herrero de oficio, su personalidad e integridad lo hicieron amigo de autores, compositores, profesores, doctores, y prcticamente toda persona que se cruzaba en su camino.
En el funeral de pap pude predicar. Pero este pedido era diferente. "Mijito, quiero que seas t quien d el mensaje en mi funeral". Para que sepan, tengo 60 aos; pero para mi madre sigo siendo su hijito. Por supuesto que saba que tena que aceptar, pero, de qu iba a hablar? Esa noche pens y rec mucho. Finalmente, me vino a la memoria una historia que mam me haba contado haca ms de 40 aos. Gran amante de la msica clsica, mi madre me haba contado algo que haba dicho el gran director y compositor Leonard Bernstein. Cuando un periodista le pregunt: "Cul es el instrumento ms difcil de tocar en una orquesta?", sin siquiera pensarlo, Bernstein contest: "El segundo violn". Al ver la expresin confundida del periodista, el director explic: "Es muy fcil encontrar primer violinistas; pero encontrar a alguien que quiera tocar el segundo violn con el entusiasmo del primer violinista es muy difcil. Y, sin embargo, si nadie tocara el segundo violn, el mundo no tendra armona".
Al da siguiente convers otra vez con mi madre. Con cierta vacilacin le pregunt algo que nunca pens le ira a preguntar. Le dije: "Mam, ya tengo el bosquejo para el sermn de tu funeral. Te gustara escucharlo?" "S", me dijo. Y luego escuch sin interrumpir hasta que termin. Luego sonri, y me dijo: "Est muy bien, Kenny. Me describe as como soy. Puedes decir que yo toqu el segundo violn". Le resulta extrao que en este Domingo de la Pascua de Resurreccin (porque no me he olvidado que hoy es el Domingo de Pascua) hable de mi madre como de un segundo violinista? Si es as, djeme explicarle.
Mi madre siempre fue inteligente, muy inteligente. Nunca se le escapaba un detalle. A todos nos haca quedar bien, especialmente a mi padre, pero de eso nadie se daba cuenta. Lo nico que los dems vean era a una mujer cristiana que con mucha alegra haca de segundo violn para el hombre que amaba, y a quien vea como el lder espiritual de nuestro hogar. Mi padre, a su vez, la amaba por su fidelidad, su amor, y su honor; y, como resultado, en nuestro hogar se escuchaba una hermosa armona.
Mam toc el segundo violn no solamente para pap. Tambin lo hizo para sus tres hijos. En las fotos tomadas cuando mi hermano Tom estaba en primero, segundo, y tercer grado, a mi mam se la puede ver luciendo siempre el mismo vestido. La ropa de Tom es diferente, la ropa de mi hermana es diferente, mi ropa es diferente; pero la de mam es siempre la misma. Haba que pagar por clases de msica, se pagaba. Necesitbamos dinero para un paseo escolar, lo tenamos. Ella se sacrificaba para que nosotros no tuviramos que hacerlo. Ninguno de nosotros apreci sus sacrificios en ese entonces, pero hoy nos damos cuenta de la gran bendicin que tuvimos al tener una madre cristiana que sirvi al Salvador y que, siguiendo su ejemplo, se sacrific a s misma por sus hijos y se content siempre en tocar el segundo violn.
S, Jeanette Klaus vivi su vida tocando el segundo violn. Mam pas aos limpiando, cocinando y atendiendo a su suegra enferma. Mam pas casi todos los sbados horneando pasteles para las clases bblicas dominicales. Cuando se aproximaba el da del maestro, ella se encargaba de hacer panes especiales para cada uno de ellos. En nombre de Jess, mam toc el segundo violn para todos nosotros. Y quiero decir para todos, aun para quienes nunca la conocieron, porque cada mes, al igual que tantos otros miles de fieles oyentes, mi madre envi un cheque a este programa. No me mal interprete; no estoy pidiendo contribuciones. Al contrario, la razn de este programa es compartir algo magnfico, algo increble, nico, y salvador. Lo que le quiero decir es que este programa sale al aire porque hay muchsimas personas que conocen a Jess, personas como mi madre, que comparten de lo que tienen para que yo pueda hablarle a usted del amor de Jess.
Si terminara aqu el mensaje, mi madre me matara. La puedo or dicindome: "Kenny, s que has estado hablando de m porque todas las personas que estn oyendo, y todas las personas del mundo, al igual que yo, un da van a morir. Sus padres, sus hijos, sus nietos, y sus amigos, todos van a morir. La muerte les puede llegar a travs de una enfermedad, como a m, o en un accidente, o simplemente por vejez. Kenny, diles que la muerte les va a llegar... y asegrate de hablarles de Jess. Cuando el doctor me dijo que no poda hacer nada para ayudarme; cuando ni siquiera el amor de mis hijos poda curarme, el amor de Jess me ayud. Y Jess es el nico que podr ayudarles cuando el mdico les diga: "le queda poco tiempo". Kenny, diles que el programa es acerca del Salvador. Por eso he estado enviando dinero... para que puedas hablarles de Jesucristo".
Estimado oyente, hay muchas personas que se burlan de Jess, muchos que se ren de l, y muchos que son incapaces de decir una frase sin tomar su nombre en vano. Jess vino al mundo a traernos paz, pero hay religiones que lo odian tanto, que le han declarado la guerra a todo el que diga que Jess es su Salvador. Hay autores que dicen que Jess nunca muri, y ciertamente nunca resucit. Hay eruditos que nos quieren hacer creer que la iglesia ha estado mintiendo y encubriendo la verdad.
No tengo tiempo ni voy a discutir todas las crticas y argumentos que andan dando vueltas en contra Jess. Pero s quiero que usted se auto-examine. Ve las cosas que ha hecho mal y los males que ha hecho, tanto grandes como pequeos? Ve las veces que ha sido avaro, envidioso, hiriente, o que incluso ha llegado a odiar a alguien? Se da cuenta que es pecador? Todos lo somos. Todos hemos hecho, y hacemos, cosas que no estn bien. Y Dios no se alegra para nada con nuestras malas acciones. De la misma manera en que un relojero construye un reloj y lo hace andar con toda precisin, as nos cre Dios a nosotros. Pero nosotros fallamos... y fallamos... y fallamos. Y los errores que cometemos van empastando el mecanismo de nuestra vida cada vez ms y, por ms que tratamos, no nos podemos arreglar a nosotros mismos. Una prueba evidente es el mundo, que ha estado tratando de solucionar sus problemas por s mismo durante miles de aos, pero todava seguimos teniendo guerras, odio, prejuicios, asesinatos, violaciones, robos, adicciones, etc.
Dios, nuestro Creador, quiere arreglarnos, quitndonos nuestros pecados y limpiando el mecanismo de nuestras vidas. Para eso envi a su Hijo Jess. Jesucristo fue el Hijo de Dios, pero tambin naci de un ser humano, una virgen llamada Mara. Jess vino al mundo para tomar nuestro lugar. Jess vino a tocar el segundo violn. En los Evangelios usted puede leer la historia de su vida. All puede verlo tocando el segundo violn mientras haca todas las cosas que nosotros no podamos hacer por nuestros propios medios. Cuando el diablo lo tent, Jess le dijo: "NO". Y se lo dijo cada vez que se le apareci. Aun cuando le hubiera sido ms fcil y ms seguro pecar, Jess se mantuvo en el camino que Dios quera que transitara. Quiero que usted comprenda que Jess hizo todo eso por usted. Todo. Jess pas toda su vida tocando el segundo violn para usted.
Es probable que usted haya sido, y sea, amado por alguien, pero nadie lo ha amado como Jess... ni siquiera su madre. Jess lo ama todo el tiempo, da tras da, ao tras ao, dcada tras dcada, de la misma forma que ha amado al mundo. Y cmo le agradeci el mundo? Fjese en los Evangelios. En ellos se nos dice que el mundo lo odi tanto, que lo arrestaron y lo llevaron a juicio, pero a un juicio injusto con testigos falsos previamente sobornados. Porque Jess nos am, lo golpearon, le dieron latigazos, le pusieron una corona de espinas en la cabeza, lo crucificaron, y lo mataron. Y si usted escucha a alguien decir que Jess no muri, no le crea. Los soldados romanos que crucificaron a Jess habran perdido la vida si hubieran permitido que alguien bajara a Jess de la cruz cuando todava estaba vivo.
El da que Jess muri fue un da oscuro... un da negro... el peor da en la historia de la humanidad. El da en que Jess fue puesto en una tumba prestada, pareca que todos estbamos perdidos, y que el diablo, el pecado y la muerte... la repugnante muerte, haban vencido. Si las cosas hubieran permanecido as, cuando el mdico le dijo a mi madre: "Lo siento, pero no hay nada que yo pueda hacer", el tiempo de vida que le quedaba habra sido un tiempo de desesperacin, y quienes la amamos nos quedaramos slo con momentos y memorias que de a poco se irn desvaneciendo. Si las cosas hubieran permanecido as, los padres que han perdido hijos, los cnyuges, hermanos, o amigos que han sido separados por la muerte, pasaran el resto de sus das tratando de aliviar el dolor de la separacin, e inventando nuevas maneras de recordar aquello que se est olvidando.
Si las cosas hubieran permanecido as... Pero las cosas no permanecieron as. Tres das despus que el cuerpo sin vida de Jess haba sido puesto en la tumba; tres das despus que este mundo pecador haba perdido la esperanza, la mano de Dios sacudi a la humanidad y cambi nuestro futuro eterno. En ese tercer da, el da que recordamos hoy, Jesucristo, un Jesucristo vivo, con cuerpo fsico, sali de esa tumba. S, era imposible. Y por supuesto que era increble. Pero an as, sucedi. Y porque sucedi, las cosas cambiaron. Jess haba vivido nuestra vida y muerto nuestra muerte, mostrndonos que la muerte haba perdido su aguijn, y que la tumba ya no tena ms la ltima palabra.
Jesucristo ha resucitado! S, l ha resucitado! Estas palabras cambian la vida de todos los que las creen. El mdico no pudo ayudar a Jeanette Klaus, y la sabidura de las mentes ms brillantes del mundo no son capaces de salvarnos, pero la Escritura es clara: "la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado".
Jesucristo ha resucitado! Porque mi Redentor vive, s que todos los sufrimientos que pasamos en este mundo, van a llegar a su fin. Porque Jesucristo ha resucitado, las cadenas del sepulcro han sido rotas. Porque Jesucristo ha resucitado, nuestras despedidas ya no son para siempre. Porque Jesucristo ha resucitado, hasta las enfermedades ms graves un da sern destruidas, los dolores dejarn de existir, las lgrimas sern secadas, y quienes tienen fe en Jess escucharn los cnticos y vern las sonrisas de las almas que han sido salvadas por l.
Jesucristo ha resucitado! se es el mensaje que mi madre me encomend que compartiera con ustedes. Y es el mensaje que innumerables cristianos, vivos y muertos, esperan que yo predique. Es tambin el mensaje que mi Salvador crucificado y victorioso me ha encomendado a que comparta con ustedes. Por qu? Porque va a llegar el da, tanto para usted como para sus seres queridos, en que tendr que enfrentar la muerte. Va a llegar el da en que Satans le susurrar en medio del dolor: "No hay esperanza; no hay consuelo; no hay un ms all; no hay nada ms que un atad y una tumba helada". Va a llegar el da en que la oscuridad, la depresin, y la soledad, tratarn de confundir su fe y su confianza, y de empaar su futuro. Cuando le llegue ese da, y le aseguro que llegar, pido que por la gracia de Dios usted tenga fe para decirle: "Cllate, Satans! T no tienes autoridad en mi corazn".
Si esa es su fe, querido amigo, cuando llegue el momento de su funeral, el mensaje a ser predicado ser uno de alegra y esperanza.
Si de alguna manera podemos ayudarle a fortalecer la esperanza que tenemos en el Cristo resucitado, por favor comunquese con nosotros en Cristo Para Todas Las Naciones. Amn.