La Red Conceptualismos del Sur, a la que pertenecemos más de cincuenta
historiadores e historiadoras de arte, artistas, críticos y críticas
de arte, curadores y curadoras de numerosos países de América latina y
de España, repudiamos con el máximo énfasis el golpe de estado de
facto que acaba de tener lugar en Paraguay contra el presidente
democrático Fernando Lugo.
Nos sumamos a las denuncias internacionales emitidas en diversos
tonos, de manera oficial o tentativa, por presidentes, presidentas y/o
gobiernos de la región: Ecuador, Venezuela, Argentina, Bolivia,
Brasil, República Dominicana, Colombia, Perú, Uruguay y Chile.
Apoyamos en especial los inmediatos movimientos diplomáticos ejercidos
por algunos gobiernos de estos países, con el fin de aislar al
ilegítimo presidente golpista, cuyo nombre no debe ni ser pronunciado.
Y nos solidarizamos con el pueblo paraguayo en sus protestas que han
sido reprimidas policialmente.
La comunidad política internacional debe rechazar al gobierno
paraguayo salido de un golpe de estado que ha forzado ilegítimamente
las herramientas legales para autolegitimarse, y exigir la inmediata
apertura de un nuevo proceso democrático real en Paraguay que incluya
la celebración de elecciones libres con la posible concurrencia del
legítimo presidente Fernando Lugo.
•
Fernando Lugo acaba de acatar el dictamen del Senado paraguayo que lo
destituye de su cargo, tras un ‘juicio político’ relámpago de menos de
48 horas, el cual, entre otras irregularidades, no dio cobijo al más
elemental derecho a su defensa, y para cuya preparación contó con
escasas seis horas. El reglamento elaborado ex profeso por el Senado
para este juicio apenas permitía a la defensa aportar otras pruebas
que las propias manejadas por la acusación, pruebas éstas que no
podían ser recusadas. Se conculcaba así el artículo 17 de la
Constitución (el cual establece que “toda persona tiene derecho a que
no se le condene sin juicio previo fundado en una ley anterior al
hecho del proceso, ni que se le juzgue por tribunales especiales”)
mediante un punto de un reglamento interno escrito por el Senado para
la ocasión. Las ‘pruebas’, por cierto, eran tan determinantes como
acusar a Lugo de “traidor a la patria” o de adoptar una posición
meramente “contemplativa” ante el problema enjuiciado. Estos abusos
son si cabe más clamorosos tratándose del Presidente electo de la
nación, representante directo máximo, por tanto, de la soberanía del
pueblo paraguayo. El proceso destituyente de Lugo no solo es
ilegítimo, sino también ilegal, al contrario de lo que alega el arco
político golpista.
La excusa para el enjuiciamiento de Lugo ha sido un oscuro episodio de
enfrentamiento, aparentemente entre policías y campesinos, que tuvo
lugar hace apenas dos semanas en Curuguaty (nordeste del país), y que
arrojó un saldo de seis policías y once campesinos muertos, además de
decenas de heridos. El Senado emitió un dictamen fulminante de
responsabilidad de Lugo en este suceso tan puntual, sobre el que
circulan bien fundadas sospechas de que pudiera haberse tratado de una
trampa orquestada precisamente para derrocar a Lugo de la presidencia.
Una de las primeras medidas tomadas por el nuevo presidente ilegítimo,
ha sido precisamente cerrar la comisión de investigación parlamentaria
que había convocado el propio Lugo antes de ser enjuiciado.
El ilegítimo presidente sustituto expresó en su primera alocución que
en Paraguay debe primar un “irrestricto respeto a la propiedad
privada”. Podemos expresar fundadas sospechas de que la larga mano de
intereses como los de Monsanto en Paraguay pueda estar relacionada con
el derrocamiento de Lugo y a esas declaraciones, toda vez que Lugo ha
realizado, en sus escasos cuatro años de mandato, intentos de sumarse
a los actuales procesos históricos de recuperación de las soberanías
nacionales y regionales en America latina, de empoderamiento de sus
identidades locales plurales, y de un reparto más igualitario de las
riquezas en sintonía con formas de gobierno post-neoliberales.
Procesos en general acometidos por muchos de los actuales gobiernos
democráticos del continente americano.
Sin poder entrar ahora en análisis más profundos de la compleja
situación política en la que siempre se sostuvo el presidente Lugo, sí
queremos señalar que este acto de fuerza tras el que se encuentra el
poderosísimo Partido Colorado paraguayo representa un grave retroceso
en el proceso histórico de democratización del continente americano.
El golpe no es contra Lugo puntualmente, sino contra la democracia en
América. En este sentido, las llamadas a “mantener la calma” por parte
del gobierno español nos parecen especialmente insuficientes y
escandalosas, toda vez que España, por razones históricas evidentes,
debería ser uno de los primeros garantes internacionales de la
implantación de democracias emancipadas en el continente americano.
Exigimos de las diferentes instancias gubernamentales del Estado
español y de su clase política en general una denuncia contundente de
la manera en que Lugo ha sido derrocado y un apoyo incondicional a la
restauración de un proceso democrático real en Paraguay.
Noticias confusas nos llegan desde Paraguay. Personas que forman parte
de este Red y que participan en las movilizaciones populares en apoyo
de Lugo afirman que se reprimió con dureza al pueblo concentrado a las
puertas del Senado, y que el nuevo gobierno intentó inmediatamente
controlar la televisión pública con medidas de censura por vía
policial. El acatamiento de su destitución por parte de Lugo no es
sino un signo de reconocimiento de su debilidad política, si bien ha
denunciado acto seguido el forzamiento de la legalidad por parte de la
mayoría del Senado, solicitando a la población que el movimiento de
protesta se produzca en términos pacíficos. Tras este llamado resuena
sin duda el recuerdo estremecedor de 35 años de dictadura militar en
Paraguay con la ejecución de repugnantes crímenes de lesa humanidad
bajo el mandado de Stroessner, quien fue miembro del Partido Colorado.
La comunidad política internacional, así como la sociedad civil
global, tenemos que exigirnos el compromiso de proteger la seguridad
de las protestas y los movimientos que en Paraguay tengan lugar en pro
de restituir un proceso democrático real.
Los movimientos que atraviesan desde hace dos décadas el planeta en
pos de formas de gobierno post-neoliberal del mundo tienen un
vocabulario compartido: democracia, transparencia, igualdad, reparto.
Ese vocabulario es la expresión de un movimiento global por la
emancipación que, a pesar de su caminar complejo y discontinuo, no va
a ser detenido. La solidaridad internacional con el movimiento
democrático en Paraguay no es solo, por lo tanto, la preocupación por
un problema localizado en un pequeño país del mundo al que nunca
prestan atención los medios de información establecidos. Es un sine
qua non del movimiento por una democracia real global.
Nuestra Red está principalmente dirigida a elaborar investigaciones y
narraciones alternativas de la historia del arte especialmente
enfocadas en el periodo histórico turbulento que abarca las décadas de
1960-1970-1980 en el continente americano. Lejos de cualquier objetivo
academicista, nos impulsa el deseo de que la enunciación de una
historiografía autodeterminada contribuya al proceso histórico de
emancipación de los pueblos de América. Por eso no podemos dejar de
pronunciarnos sobre intentos de reversión del desarrollo democrático
como el que ahora sucede en Paraguay, y que se suma al exitoso golpe
de estado que tuvo lugar en Honduras y a las intentonas fallidas de
desestabilización acaecidas en países como Venezuela, Bolivia y
Ecuador.
Con un abrazo solidario y fraterno, deseamos mucha fuerza a todos y a
todas quienes en Paraguay luchan por su emancipación.
Red Conceptualismos del Sur, 25 de junio de 2012
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