Buena Vida - Pat
Hola a todos los miembros del foro kisiera preguntarles q si es cierto q a elegua se le deben de kitar los juguetes xq si no el no trabaja lo q pasa es muchos dicen q se los kite pero mi padrino dice q no q se los deje xq el es un niño y la verdad como yo soy apenas un aleyo no se mucho de nuestra maravillosa religion y kisiera aprender
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CARO
Awon eniyan ni ọjà, ṣe ọna!
A wa nipasẹ awọn ilẹkun ni ọjà.
Oluwa mi, ti mo ti wá.
Ọkọ mi, mo wá.
BARAYE, BARAYE, BARAYE
Laroye jẹ bayi bi gbígbé ori rẹ si adé.
ÈṢÙ, nhún disappoint mi ati Dápa:
Deceives míràn.
Latopa bukun mi.
Lá ni fun awọn ti o Latopa.
Lá ni fun o, Bara.
Wa Laroye; wo, ÈṢÙ.
Lá ni fun awọn ti o Laupon.
Lá ni fun o, Bara.
ÈṢÙ, nhún mi dápa.
Mo buyi fun o agbara rẹ.
ÈṢÙ, nhún mi dápa.
ÈṢÙ, eyi ti wa ni ti won ko derun.
Wá si mi ati ebi mi pẹlu rere.
Mo ti yoo rubọ.
ÈṢÙ, ni o wa ni bayi giver,
Ṣe awọn ọlọrọ ati awọn baba mi ti ọpọlọpọ awọn ọmọde.
Wa si mi labẹ lẹwa irisi,
ho, ti iwọ ọmọ cowries.
Lá ni fun o, Bara.
ÈṢÙ, nhún mi dápa. "
Traducción
“Gente del mercado, ¡abran paso!
Venimos a través de las puertas del mercado.
Mi Señor, he llegado.
Mi Esposo, he llegado.
¡ Barayé, Barayé, Barayé ¡
Laroye está presente como levantando la cabeza para la corona.
Èşù, no me decepciones ni me dañes:
Engaña a otro.
Latopa, bendíceme.
Toda reverencia es para ti, Latopa.
Toda reverencia es para ti, Bara.
Ven, Laroye; ven, Èşù.
Toda reverencia es para ti, Laupon.
Toda reverencia es para ti, Bara.
Èşù, no me dañes.
Te honro por tu poder.
Èşù, no me dañes.
Èşù, eres el que construye los caminos.
Ven hacia mi y mi familia con bondad.
Te haremos sacrificio.
Èşù, eres el otorgador presente,
Hazme rico y padre de muchos hijos.
Ven a mí bajo hermosa apariencia,
Oh, Tú, hijo de los cauríes.
Toda reverencia es para ti, Bara.
Èşù, no me dañes.”
Anónimo: Oríkì Èṣù en Los Orichas en África. Adrián de Souza, 1999.
Después de Òlórùn, la Deidad Suprema del Panteón Yoruba, Èṣù (Eshu) es el único al que se le ha otorgado un reconocimiento general, ocupando el lugar más importante en el Culto hacia los Òrìṣàs
En algunos pueblos del occidente africano, (Nigeria, Benín, Togo, etcétera) su adoración nace principalmente del miedo, mientras que en otros, la misma es generada por los sentimientos de admiración hacia su gran fuerza y poder. Sin embargo, a pesar de que este culto está tan extendido, el carácter de la deidad no está bien comprendido y presenta dificultades en su descripción. La primera concierne al significado del nombre genérico así como el de los nombres específicos, cuyas interpretaciones no tienen fundamento histórico ni lingüístico; y la segunda, radica en la naturaleza de su carácter ya que a Èṣù se le atribuyen de la misma forma buenas y malas cualidades, considerándosele tanto una deidad benefactora como malévola. Esta dualidad se nota marcadamente en el Culto a Osiris, base fundamental de la antigua Religión Egipcia, de donde se cree procede toda adoración presente en el pueblo Yorùbá. Autores como J. Olumide Lucas (La Religión de los Yorùbá, 1948), señalan que Èṣù y Set son la misma deidad ya que ambos - cada uno en su contexto- presentan las mismas características y llevan a cabo las mismas acciones, además de estar representados a través de una piedra laterita de forma fálica
La tradición señala que Èṣù tuvo su hogar primitivo en Ketu, ciudad de la República de Benín. Otros plantean que su primera morada fue en Ofa, Nigeria y los más que fue en el pueblo de Owu (Olowu) donde esta deidad se manifestó por vez primera, tanto que hasta hoy, Èṣù es un Òrìṣà importante a quien cuidan y veneran y por quien hacen ofrendas anuales. Cualquier cosa que Èṣù quiera recibir, le es dada sin demora, puesto que él fue quien hizo que ese pueblo fuera rico para siempre. Otras ciudades que están intrínsecamente ligadas a la adoración de Èṣù son Awori-Egbado, Ibadan, Iworo, Ife y Egba, reconociéndose a la población de Iworo como el lugar más importante en la veneración al Òrìṣà, pero fue destruida en 1863 durante una guerra civil, lo cual hizo que el culto declinara enormemente en esa área.
Antiguamente, en tierras africanas, se adoraba y sacrificaba a una imagen de Èṣù situada en la entrada de los pueblos. Hoy día, en el poblado de Ila Orangun, Nigeria, puede verse un hueco hecho en la base derecha de una pared de barro delantera que circunda al pueblo, donde estuvo colocado un pedazo de roca laterita roja (yangi) que era cubierto con aceite de corojo, harina de ñame, nuez de kolá, y cauríes. Este Èṣù era llamado Èṣùọna (Èṣù de los caminos), el cual actualmente, lo poseen todos los jefes de familia de ese pueblo. Los Yorùbá señalan que a Èṣù ni se le huye, ni se le espera, y que al hacer algún sacrificio, debe reservársele la porción que le pertenece. Ellos fueron los primeros en adorar a Èṣù como uno de sus Òrìṣàs primordiales o como una de sus deidades principales, y exportaron a otras tierras su culto y sus funciones. En ellas adquirió otros nombres y otras valoraciones. En la costa sur nigeriana se le llamó Elegbara, Edshu y Edju, multiplicándosele sus actividades. Entre los Fon de Dahomey, actual Benín, Èṣù es llamado Legba. Este Òrìṣà entró a Dahomey a través de las razzias de capturas de esclavos perpetradas por los dahomeyanos contra el pueblo Yorùbá durante el S. XVIII. La adoración hacia Èṣù/Lęgbà continúa hoy día tanto en Nigeria como en Benín.
La base fundamental de la materialización de Èṣù es el yangi o arcilla roja, la cual debe estar presente siempre que se confeccione uno. En tierras americanas este elemento ha sido sustituido por el cemento, llegándose inclusive a representarlo industrialmente. La única presencia del barro se encuentra en el receptáculo o plato que lo contiene.
En Nigeria, principalmente en tierras Yorùbá, Èṣù es representado a través de pilares de arcilla roja endurecida o de rocas con formas similares, en las cuales se enfatiza su relación fálica. Estos pilares son decorados con trozos de vidrio que les son insertados en la base y se le fijan cauríes. Estos Èṣù están protegidos con paredes y techos, a través de los cuales puede verse el interior de forma tal que todo transeúnte que cruce frente a él, deba saludarlo y hacerle alguna ofrenda para evitar su ira. También hay altares de Èṣù en el interior de las casas y de las residencias de la realeza, donde es representado en su forma más elemental, con una calabaza pintada con tres círculos concéntricos negros, colocada sobre un plato de barro cocido, detrás de la que cuelgan telas de colores y sartas de cauríes.
De Souza, señala que “en el palacio real de Ilá Orangun, Èṣù es representado en proporciones mayores, confeccionado con cemento pintado con líneas verticales rojas y con una corona de piedra roja. El Òrìṣà está situado en el último patio, no lejos de la sala de recepciones, donde posee su propio sacerdocio” (Los Orichas en Africa ,1999).
De él se dice que controla las relaciones de compraventa en los mercados y como tal es representado a través de la talla de un hombre a caballo que sostiene una espada en la mano derecha. En Benín, tal imagen está elaborada con madera del árbol de Kola.
Algunos Èṣù son representados con dos caras, otros están cementados a la cazuela de barro, otros son elaborados en madera y otros de caracol, pero todos llevan una piedra y algo de arcilla roja en su preparación.
Su gran festival se celebra a finales de diciembre y principios de enero y dura diecisiete días; el primer día, como parte del ritual correspondiente, su imagen se pinta de negro y se le coloca un sombrero tricolor. Desde ese y hasta el quinto día, se le hacen ofrendas y sacrificios, regalos, ñames enteros, polvos de tabaco (rapé), chivitos negros, gallinas, pollos, nueces de kolá, harina de ñame, ekó, acarà, cauríes, etcétera. Al sexto día es llevado al mercado donde las sacerdotisas, con gran júbilo y algarabía, cantan alabanzas en su honor y lo llaman esposo. Todos los días se le sacrifica y agasaja hasta llegar al día diecisiete en que culminan dichas festividades.
En el sacerdocio de Èṣù participan tanto hombre como mujeres y su sacerdote mayor es llamado Èní Òjjá. Las sacerdotisas poseen rangos jerárquicos que se corresponden con las funciones del Òrìṣà y presiden las actividades del festival uno que otro día. A la sacerdotisa principal se le llama Elemoso. La misma preside las actividades del quinto día del festival y lo abre con la siguiente oración:
“Èṣù, te honro por tu poder
‘’Èṣù, eres quien construye los caminos.
Ven hacia mí y mi familia con bondad
Te haremos sacrificio.
Èṣù,eres el otorgador presente,
Hazme rica y madre de muchos hijos
Ven a mí, bajo hermosa apariencia.
oh Tú, hijo de los cauríes..” (Adrián de Souza, op.cit).
Hay otra sacerdotisa que es la que guarda la entrada al altar de Èṣù y se le llama Odurogbona(Guardiera de la entrada), su papel en el Festival está sobreentendido. A la segunda sacerdotisa se le llama Elebí y a la tercera, Arugba o Alugba, ambas otorgan el ìgbá Èṣù al mercado y la Arugba permanece de pie junto a la imagen, mientras se le canta y se le baila al son de los tambores batá. Esos días, Èṣù, como dueño del mercado, beneficia con muchas ventas a aquellos que no lo han hecho o se han negado a hacerlo. Dice un verso del Odú Baba Èjì Ogbè (8-8), que: “En ocasiones Èṣù le ha dicho a Òrúnmìlà: Mi amigo es quien me respeta y me alimenta, mientras que mi enemigo es aquel que me menosprecia y me mata de hambre. Yo no poseo ni finca, ni comercio: mi finca es el universo entero y mi mercancía, las criaturas de Òlódùmarè.’’
Cuando los Òrìṣàs fueron contrabandeados al Nuevo Mundo en los barcos esclavistas, cambiaron su carácter en la medida en que las situaciones concretas de sus seguidores fueron cambiando. Mezclados, arrancados de sus estructuras tradicionales, rodeados por el Cristianismo y el látigo, los africanos de esta nueva tierra tuvieron diferentes necesidades espirituales. Surgió entonces una nueva manera de ver las cosas y emergió el sincretismo, donde los Santos católicos y los Òrìṣàs se mezclaron entre ellos y la sabiduría de África Occidental pervivió disfrazada en las canciones, tambores y celebraciones.
Un estimado de 11.3 millones de esclavos fueron traídos desde África hasta el Nuevo Mundo entre los años de 1540 y 1880. De ellos, aproximadamente 4 millones llegaron a Brasil, 2.5 millones a Cuba, 4.1 millones a todas las Indias Occidentales y entre 400.000 a 600.000 a Norte América, y esto sin tomar en cuenta el número adicional de muertos que se sucedieron durante el viaje o “Travesía del Medio”, a través del Atlántico. Los Yorùbá y los Fon fueron los pueblos africanos que más esclavos aportaron a América y, debido a esto, sus tradiciones religiosas nutrieron la cultura que se estaba estableciendo en ese entonces, tanto en el Caribe como en Norte y Sur América. Fue a través de ellos que Èṣù llegó a nosotros y fue debido a ellos que Èṣù permaneció y creció entre nosotros.
Èṣù sufrió muchos cambios y mientras diferentes grupos geográficos de descendientes de africanos tomaron direcciones opuestas, le aparecieron nuevas facetas que acentuaron su peculiar y multivalente forma de ser. Así, en Brasil Èṣù toma el nombre de Exu y obtiene una contraparte femenina llamada Pomba-Gira. Aquí, Èṣù presenta un carácter malévolo, aunque el mismo esté basado en las tradiciones Yorùbá, y se conceptualice a través de tres prácticas: Candomblé, Umbanda y Quimbanda.
En el Candomblé, Èṣù recibe el mismo tratamiento que le da el Yorùbá y el Santero. Es Exu, el mensajero de los Dioses. Aquí, Exu es un Òrìṣà traído por los nigerianos. En Umbanda y en Quimbanda, los Exus y Exuas son espíritus de los muertos. El Exu de Quimbanda tiene algunas similitudes con el del Candomblé en la forma en como se le adora y venera y en los colores a los que se le asocia, pero es una entidad totalmente diferente que se origina entre la gente de Angola y no entre los Yorùbá. Mientras que el Exu del Candomble es un Òrìṣà, el de Umbanda es el Jefe o Señor de los Espíritus y, a diferencia del primero, este Exu puede ser “comprado” o “controlado” por el practicante de la Quimbanda y enviado a que realice una serie de “trabajos” mientras que al del Candomblé solo se le pueden hacer peticiones. El Exu de Quimbanda es un Nkuru, un espíritu del los bosques, mientras que el Exu del Candomblé es un espíritu elemental universal, el espíritu de las encrucijadas y el mensajero divino. Este último puede ser consagrado en la cabeza de los creyentes. Las similitudes radican en que ambos responden al negro y al rojo, ambos pueden ser alimentados en cualquier lugar y ambos son tremendos tramposos. Más allá de eso no existe similitud alguna. Convertido en un ser de oscuridad, Exu regula el intercurso sexual y debe ser atendido antes que a cualquier otra divinidad porque si no se vuelve irascible y destructor. Aquí, Èṣù enfatiza los valores de las trampas y las venganzas, lo que lo transforma en el Òrìṣà ideal de los esclavos, que lo imaginaron como el arma perfecta para vengarse de los blancos que los habían vejado y sometidos. Bajo estas condiciones, se acentuaron los aspectos más malignos de Èṣù y se multiplicaron otros para cubrir así un amplio rango de actos mágicos un tanto repugnantes. En Umbanda, revisión urbana y ecléctica del Candomblé, que se apoya fuertemente en el espiritismo del S. XIX, Èṣù simplemente se convierte en el Diablo. Los Exus mejor conocidos de la tradición brasileña, son:
Exu Tranca Rúa, Exu Tranca Rúa das Almas, Exu Sete Encruzilhadas, Exu Sete Capas, Exu Tiriri, Exu Veludo, Exu de Marabos, Exu Ze Pelintra y Exu Miri.
En Haití, donde los Orishas son conocidos como Loas y la creencia se conoce como voodoo (vudú), Eshu sufre cambios drásticos y se convierte en Legba, nombre con el que se le conoce en Benin. Todavía es el Señor de las Encrucijadas, le grand chemin, cuyo canal de comunicación entre la tierra y los dioses, se encuentra en el porche de la casa ritual o poteau-Legba. Las encrucijadas que domina y de las cuales es el Señor, pueden verse en el vévé de Lẹgbá (un diagrama cósmico complejo dibujado con harina blanca sobre el piso y que representa al loa). Aquí, Eshu se divide en dos encarnaciones: Papa Lẹgbá o Lẹgbá Atibon de los Rada Iwa o dioses, y Kalfou/Carrefour, de los Petwo Iwa. Ciertas cualidades de Èṣù también son relacionadas con los Gedé, un grupo de espiritualidades que se conectan con la muerte, la sexualidad, la meditación y el humor.
Como se indicó anteriormente, Lẹgbá es de origen Fon (Benín), y es considerado como el séptimo y último hijo de Mawu-Lisa, su diosa principal, mitad hembra, mitad macho, donde Mawu es el componente femenino asociado con la noche y la luna y Lisa, el componente masculino asociado con el día y el sol.
Lẹgbá (Papa Lẹgbá o Lẹgbá Atibon) pertenece a los Rada Iwa o dioses, asociados a la benevolencia y a la protección diaria de sus devotos. Papa Lẹgbá es concebido como un viejo paisano que camina con un bastón debido a que por su edad se le ha encorvado el cuerpo y se le han agarrotado las manos. La función de Papa Lẹgbá en el credo haitiano es la de facilitar la realización de las ceremonias vuduistas actuando como un canal con el reino de lo divino o el reino de Iwa e interpretando los diferentes lenguajes que los Iwa emplean con sus devotos. La siguiente invocación también le asigna el papel de Portero Divino:
“Atibo Legba, abre las puertas para mi. Papa Legba, abre las puertas para que yo pueda entrar. Cuando entre, saludaré a los Loas. Vodun Legba, abre las puertas para mi. Cuando entre, agradeceré a los Loas.’’
Kalfou o Carrefour, es la contrapartida Petwo de Legba. Las deidades Petwo son más fuertes y severas que las Rada. Estas deidades también rigen las encrucijadas pero en horario nocturno. Carrefour, cuyo nombre significa el “Maestro de las Encrucijadas”, es un Iwa muy vigoroso que al incorporarse en la materia humana toma la forma de un hombre fuerte en su etapa juvenil, capaz de transmitir la mala suerte y los aspectos negativos de la fe. Los cosmogramas (vévés) empleados para invocar a Papa Lẹgbá y a Kalfou durante las ceremonias de vudú, son parecidos; sin embargo, los vévés referidos a Papa Lẹgbá son del tipo dahomeyano mientras que los de Kalfou (Carrefour) tienen fuerte influencia conga. Esto es un indicativo de que el concepto y la presencia de Eshu en Haití es producto de la unión de varias influencias africanas que confluyeron en el área como consecuencia de la esclavitud durante la cual, gente de muchas partes del África, fueron traídas al Nuevo Mundo mezclándose sus culturas y prácticas religiosas bajo un régimen de opresión y persecución. Aquí, la complejidad y potencialidad de este Òrìṣà ha sido mitigada a través de la división de los principales aspectos de la deidad y su encarnación en las espiritualidades de Lẹgbá y Kalfou, siguiendo el esquema haitiano de los Iwa Rada y los Iwa Petwo, reteniendo Èṣù su función como facilitador de los rituales y la comunicación y su asociación con el espacio de transición de las encrucijadas.
En Cuba, al igual que en Brasil y Haití, Èṣù ingresó al proceso civilizatorio, de manos de los miles de esclavos que ingresaron al país entre los años de 1540 y 1880. Èṣù conforma aquí dos Òrìṣàs separados, cuyas funciones, al igual que en los casos de Lẹgbá y Kalfou, están claramente definidas, jugando papeles diferentes dentro del culto y también dentro del sistema planetario.
El humano ha conceptualizado a èṣù como una deidad maléfica, producto de la elaboración del cerebro, que se consagra pero no se asienta en cabeza alguna. Cree que Ẹlẹggua (Ẹlẹgbára)(Ẹlẹgbaa) es una deidad creada por Olódùmarè, que nace con la Naturaleza y se consagra con todos sus componentes y que se asienta en las cabezas, a través de un proceso ceremonial complejo conocido como Ka’ rí Ọṣá.-
Nicolás Angarica (El Manual del OríAtè, 1952) señala que “Eshu es muy malo y perverso mientras que Eleguá, al estar ligado a Ọbàtálá, es más dócil, más apacible, lo cual lo hace estar más cerca de nosotros...” Según este autor, Eleguá vive en la casa mientras que Eshu lo hace en la calle.
Es considerado como el Òrìṣà de los caminos. El que guarda las llaves de las puertas de la prosperidad y la pobreza. También, el que guarda el àṣẹ que nos es dado. El primero al que se le llama cuando se necesitan las puertas y los caminos abiertos. El primero que brinda su manifestación en nuestras vidas. El Policía del Cielo, el Desbarata-Compone... la fuerza vital de la vida. El portero del monte y de las sabanas, el primer Òrìṣà cuyo favor debe conquistarse. Se dice que siempre está al acecho por ser el espía de las deidades, es al primero que se saluda y se le pide permiso para cualquier ceremonia y también, el primero que come y bebe en todos los rituales Òrìṣà.
La gran mayoría de los creyentes cubanos consideran que Eleguá es lo que entregan los santeros mientras que Èṣù es lo entregado por los sacerdotes de Ifá. Por otra parte, una minoría afirma que Èṣù y Eleguá son la misma entidad, una misma cosa; sin embargo, en ambos grupos se mantiene la misma indecisión final, puesto que no tienen cómo demostrar sus puntos de vista a través del Corpus Literario de Ifá, argumentando que lo aprendieron así de sus mayores.
La base fundamental de la materialización de Èṣù entre los cubanos es el òtá o piedra consagrada y la misma debe estar presente siempre que se confeccione uno. Sin embargo, en Cuba también puede representarse a través de una amplia gama de materiales, entre los cuales el cemento es uno de los más comunes, llegándose inclusive a reproducirlo industrialmente mediante este elemento. Otros recursos son la talla de ciertas maderas (ceiba, manajú, cedro, granadillo, etcétera), restos coralinos (piedra porosa), ñame, coco... todos sobre platos de arcilla cocida, única presencia del barro o yangi primordial en el culto occidental de este Òrìṣà. En los casos donde Èṣù es representado antropomorficamente, lleva una cuchilla de acero en forma de C, en la parte central de la cabeza, junto a una pluma (anteriormente de loro, hoy de gallo) y alrededor de esto una sarta de cuentas verdes y amarillas o rojas, negras y blancas en otros. La carga mágica de Èṣù es determinada por Ifá y la misma varía de acuerdo al Odù que lo acompaña.
Los alimentos y ofrendas que se le proporcionan y sacrifican a esta Deidad, no deben dársele dentro de la casa ni pueden ser comidos por la gente; sin embargo, los ofrendados a Eleguá, si.
Entre los tabúes de este Orisha, encontramos la ataré pupa (pimienta roja), ajá (perro), ewúro(planta africana), àdín (aceite de almendra de palma), Igún (buitre), aceite de maíz, calabaza (auyama) y que la mujer manipule sus atributos mientras la misma esté menstruando.
Desde finales de 1800, en Cuba se tienen dos fechas para celebrar festividades en honor a Eshu-Eléguà, y ambas están relacionadas íntimamente con el sincretismo religioso imperante en la Isla, surgido como salida para poder conservar las costumbres tradicionales africanas, venerar sus deidades y hacer las ceremonias correspondientes de manera escondida, puesto que los esclavos tenían que hacerlo en ausencia de sus amos, adaptándose a la religión que les era impuesta para pasar desapercibidos, ya que se les castigaba severamente si exteriorizaban su fe ancestral.
Una es el 13 de junio, que se corresponde con la festividad católica de San Antonio de Pádua, santo que en La Habana y zonas aledañas, sincretiza al complejo Eshu/Eleguá y la otra, el 25 de diciembre, que se corresponde con la fecha conmemorativa del nacimiento de Jesús y con la del Santo Niño de Atocha, otro sincretismo para Eshu/Eleguá empleado en la Isla.
En Cuba solo se ha reseñado un Cabildo en relación a San Antonio de Pádua (Trinidad, Provincia de Sancti Spìritu), pero el mismo estaba bajo la advocación de Ògún y no de Eshu/Eleguá. Este Cabildo fue fundado en 1845 y comenzaba las festividades el 12 de junio extendiéndolas hasta el 21 del mismo mes. Estas comenzaban con una comida al Santo, la cual consistía en un ajiaco colocado en una jícara, aguardiente y velas. A esto le seguía un oficio de difuntos y el 13 de junio, una procesión con la imagen del Santo acompañada por el toque de un tambor (Añá), hasta las puertas dela Iglesia de San Francisco de Paula, donde se celebraba una misa con coros y rebato de campanas. Terminada la misa, la imagen del Santo regresaba a la casa sede del Cabildo, donde se continuaba con el Tambor, comidas y bebidas hasta después de las seis de la tarde, hora en la cual se cerraba el Añá. Los días siguientes se continuaba alimentando al Santo y llevando al río Tayaba la comida que se le había puesto el día anterior.
En la actualidad, y a partir de mediados del siglo pasado, las festividades dedicadas a Eleguá revisten un carácter de fiesta infantil dada la comparación que en Cuba y en la diáspora hacen de este Orisha con un niño, debido a su carácter travieso, alegre, pícaro y tramposo. Así encontramos que en las mismas se le ofrendan piñatas, dulces, juegos, golosinas, globos, etcétera, contando con la presencia de niños que hacen de ellas una colorida explosión de bullicio y alegría.
La primera persona a la que se le hizo Eleguá en Cuba, fue a la famosa Josefa “Pepa” Herrera - Eshu Bí - , hija única de D. Remigio Herrera (Adé Şina, Babá Obara Mèeji), iniciador del linaje de Ifá en este hemisferio. Pepa, Eshu Bí fue consagrada a Eleguá a finales del S. XIX, por las manos de Ña Inés, Yenye T’Olòkun y Ma Monserrate González, Obatero, quien a su vez fungió de Orí-Até de la ceremonia (Regla, 1898). Supongo que debido a lo tardío de esta iniciación, no hubo en Cuba un Cabildo dedicado específicamente a Eléguà.
Como conclusión a este aparte de esta investigación, cabe decir que Eshu es Legba, Eshu-Elegbara. Legba es una contracción. Eshu, una conexión: la conexión espiritual entre el Hombre y la Divinidad.Eshu es el espejo de todos nosotros. En él se concentran todas las fuerzas: las positivas y las negativas. Es el único guardián de los secretos y tiene el poder de manipular a los hombres o darle libertad a los mismos, ya que hay mucho de nosotros en él. Estamos unidos a él a través de nuestra humanidad y juega con eso. Estamos unidos a él mediante nuestro espíritu divino, y nos prueba... ¿Cómo saber sobre lo bueno y lo malo de la vida si nunca hemos pasado a través del fuego? ¿Cuál es la fuerza que nos prueba a través del fuego? Eléguà es esa fuerza.Inclusive aún cuando tiene que soportar el peso infamante de ser maligno, es quien nos da la oportunidad de conocernos a nosotros mismos. Esto es lo que Eshu hace realmente.
ATRIBUTOS DE LA DEIDAD:
Pluma roja de loro, piedra de un río en movimiento, Kùnmó Èşù (garabato), Ogbo Èşù (bastón), Obé Èşù (cuchillo curvo), arcilla roja (yangi), Ado-Iran (calabaza de cuello largo), güiros (taparas de todos los tamaños), cauríes, chivo negro, cometas, pitos, flautas, metras, soldaditos, llaves, machete, sombrero de cogollo (guano), artículos para la caza y la pesca, pepitas de oro, monedas de plata, porrón, cachos de chivo, palos de monte, bejucos, escopetas, cananas, cachos de venado, cocos secos decorados, cachiporra, juguetes para niños, un plato de barro en donde se coloca la deidad.
AVATARES O CAMINOS DEL ÒRÌṢÀ:
En el artículo anterior, sin ser exclusivos, se mencionaron unos ciento ochenta avatares de Eshu. Aún hay más si consideramos que cada Orisha que bajó de Ikolé Orun (Cielo) a Ikolé Aiyè (Tierra), lo hizo junto con un Eshu. Fueron cuatrocientos más un Irunmolé que bajaron del Cielo, y cada uno de ellos bajó con un Eshu en particular.
ELEKES ó COLLARES DEL ÒRÌṢÀ:
Existen varios tipos de collares de Eshu y los mismos dependen del Eshu a tratar. Tomando como referencia un escrito del afamado OrìAté Roque Duarte, “Jimagua”, tenemos:
Eshu Bi: alternar 21 cuentas rojas y negras + 1 verde oscura vitral + 21 rojas y negras alternas +... hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Laroye: alternar cuentas rojas y negras, hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Alagbana: alternar cuentas negras y blancas, hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Alayiki: alternar 21 cuentas rojas y negras + alternar 11 cuentas blancas y negras + alternar 21 cuentas rojas y negras +... hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Akokoribiya: alternar 3 cuentas negras con 3 cuentas rojas, hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Belekè: alternar 21 cuentas negras y blancas + alternar 11 cuentas negras y rojas + alternar 21 cuentas negras y blancas +... hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Masankío: 1 roja + 1 blanca + 1 verde + 1 roja +.... hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Barakikeño: collar multicolor 1x1, hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Agogo Unló: 1 roja + 1 negra + 1 roja + 1 matipó + 1 negra + 1 matipó + 1 roja + 1 negra + 1 roja + 1 matipó + 1 roja + 1 matipó + 1 negra +.... hasta alcanzar el largo deseado.
Eshu Lodè: 1 roja + 1 negra + 1 azul oscura vitral + 1 roja + 1 negra +.... hasta alcanzar el largo deseado.
Es de hacer notar que el collar básico de Eléguà es el negro alternado con el rojo, todos los demás son simples variaciones de éste.
PLANTAS ATRIBUIDAS AL ÒRÌṢÀ:
Hierba Fina (Ewè Erán - Cynodon dactylon L. - Pelo de Indio), Itamo Real ( Zapatico dela Reina), Espuela de Caballero, Cardo Santo, Jobo (Jobito), Güira (Totumo), Espanta Muerto, Romerillo, Bledo Rojo (Pira colorada), Algarrobo (Samán), Pendejera, Atiponlá (Pega-Pega, Tostón), Higo, Parra (Uva), Alacrancillo (Rabo de Alacrán), Curujey (Bromelia), PicaPica, Ñame, Abrecaminos, Guayaba, Vencedor, Mamoncillo (Mamón), Hiedra, Moruro, Sacu Sacu (Corocillo), Cambia Voz, Llamao, Para Mi, Jiquí, Ramón, Meloncillo, Peonía, Quita Maldición, Mastuerzo, Siguaraya, Ñame Volador, Pata de Gallina (Grama), Ají Picante (Chirel), Salta Perico, Tengué, Guayacán, Maravilla Roja, Hierba Garro, Yagruma, Almácigo (Indio Desnudo), Platanillo de Cuba, Hierba Hedionda o Guanina (Brusca), Altamisa, Mazorquilla, Granada, Marañón (Merey), Chamico (Marihuana), Ébano Carbonero, Espartillo, Rabo de Ratón, Pardillo, Piñón, Albahaca hoja ancha, Escoba Cimarrona, Piñón lechoso (Manzanillo), Raspa Lengua, Rasca Barriga (Lecherito), Gambute, Cayaya, Caobilla de Sabana.
ANIMALES QUE SE LE SACRIFICAN:
Chivo negro, Jutía (Picure), Curiel (Curí, Acure), Ratón, Jicotea (Tortuga), Pargo, Biajaca (Tilapia), Cerdo (En ocasiones especiales, para alcanzar paz y larga vida (8-13,8-1)), Pollito, Pollo, Gallo, Gallina (En ocasiones especiales, para apaciguar las penas del oferente (2-10,8-14)), Pato (En ocasiones especiales, para apaciguar las penas del oferente (13-7)), Paloma (En ocasiones especiales, para alejar enfermedades, atraer buena suerte y longevidad (11-11,4-6) aun cuando hay Eshus que las comen directamente: Eshu Elegbara, Eshu Añaki, Eshu Elufe, Eshu Leyibore, Eshu Ayentulú, Eshu Ayé, Eshu Burule Ayo, Eshu Agrillelú, Eshu Ashikuelú, Eshu Alaketu, Eshu Iyelú, Eshu Odumbele (Eshu Modubele), Eshu Alagbana, Eshu Okuesa, Eshu Barakukoñari, etcétera), Guinea (En ocasiones especiales (1-12) para apaciguar la ira de poderes superiores y alejar enfermedades), Carnero (En ocasiones especiales para lograr títulos, cargos o jefaturas (12-10)), Pavo (Guanajo) (En ocasiones especiales, para sosegar al oferente (1-13)). Es muy importante señalar que los sacrificios de animales empleados sólo en ocasiones especiales, únicamente pueden ser llevados a cabo a través de Babalawos conocedores del ritual pertinente.
ADIMÚ ú OFRENDAS QUE SE LE HACEN:
Cascarilla, tabaco en polvo (Rapé), vino de palma, ginebra, aguardiente, huevos de gallina, manteca de corojo, aceite de corojo, nuez de Kolá, agua de coco, agua fresca, caña de azúcar, maíz tostado (entero o molido), miel de abejas, palomitas de maíz (cotufas), caramelos, jutía y pescado ahumados, ekó, akará, ekrú, guayabas, dulce de guayaba, bocadillo de guayaba, coquitos acaramelados, bollitos carita, tabaco (humo de), coco, juguetes, velas, trompos, papagayos (cometas), babosas, orogbo, ñame crudo, ñame cocido, puré de ñame, frijoles sancochados, budín de quimbombó con granos de maíz, patilla (melón colorado), granos de maíz con corojo y miel, plátano maduro asado, puré de plátano.
ODÚS EN LOS CUÁLES SE MANIFIESTA EL ÒRÌṢÀ:
Èṣù acompañó a cada Odú cuando estos venían del Cielo a la Tierra, por ello, Èṣù se manifiesta en cualquiera de los doscientos cincuenta y seis Odù del Corpus Literario de Ifá.
SINCRETISMO EMPLEADO CON EL ÒRÌṢÀ:
Ánima Sola, San Antonio de Pádua, Santo Niño de Atocha, San Miguel Arcángel, San Bartolomé, San Roque, Eléguà (Cuba); Exu, Pomba-Gira, Sete Capas, Pelintra, Sao Martin du Porres, Sao Miguel, Nkuru (Brasil); PapaLegba, Legba, San Lázaro, San Pedro, Kalfou (Carrefour), Kadja-Bosou, Legba Atibon, Legba Sè (Haití); Mañunga, Lubaniba, Nkuyo, Lucero Mundo, (Palo Mayombe); Legba (Trinidad & Tobago); Legba, Aflakete, Edju (Fon, Benin); Legba, Mait Carrefour, Barón Carrefour (Santo Domingo); Papa Lebat, Papa La Bas (New Orleáns); Legba, Papa Wara (Surinam); Abboney (Jamaica); Diablo, Niño de Atocha, Mandinga (México); Eshu, Igba Keta, Ekwensu, Bake, Bara, Lalupan, Logemo Orun, Atuka Mase Sa (Nigeria).
CARACTERISTICAS DE LAS PERSONAS REGIDAS POR EL ÒRÌṢÀ:
Son personas muy colaboradoras, alegres y bromistas. Buenos padres, hermanos e hijos. Son comunicativos y hábiles por las manos. Artísticos. Espiritista: buenos “muerteros”, sociables, amigos leales y muy generosos. Cuando están mal aspectados suelen ser conflictivos, mentirosos, rencorosos, salidos, chismosos, capaces de dar falsos testimonios, hipersexuales y fraudulentos. En ambos casos, bien o mal aspectados, las personas regidas por este Òrìṣà, son aficionados a la buena comida y a la bebida.
El siguiente Pattaki o Ese Ifá, corresponde a una historia reseñada por el Odú de Ifá Ìworí Òfún (Merinlá tonti Òfún, 14-10), que cuenta lo siguiente:
“Dos buenos amigos fueron a visitar a un Bàbáláwo para que los consultara. Olódùmarè, a través de Ifá y por boca del Bàbáláwo dijo que ambos amigos debían efectuar un sacrificio como medio para preservar la amistad. Ellos, seguros de ellos mismos, respondieron que eso no era necesario y que no lo iban a hacer puesto que su amistad era muy sólida y duradera. Èṣù les escucho y decidió probarlos. Se vistió con un sombrero y una capa, mitad roja, mitad negra y pasó rápidamente entre los amigos que se encontraban dando un paseo por un camino que conducía a un río. Ambos comentaron sobre el hombre que casi les había atropellado. “Qué grosero ese hombre de sombrero y capa negra”, dijo uno de ellos. “Ciertamente que es un grosero, amigo, pero su sombrero y su capa eran rojos”, contestó el otro. Y así comenzaron a argumentar sobre el color del sombrero y de la capa. Poco a poco la discusión fue tornándose amarga, tanto, que produjo diferencias irreconciliables entre los amigos que terminaron por romper la sólida y duradera amistad existente.
Si hubiesen llevado a cabo el sacrificio prescrito por Dios a través de Ifá, hubiesen continuado siendo los buenos amigos que eran y Èṣù no habría intervenido como lo hizo”.
REZOS (ADURA) A ÈŞÙ:
1.- Èşù Laròyẹ, k’ệru ò ba onímímí.
Onímímí nf’imu mi Èşù Laròyẹ nfi.
Gbogbo ara mi mi aferẹ.
Èşù ma sẹ mi ọmọ ệlomiran ni o sẹ.
‘Tori ẹni Èşù ba nse ki ímộ.
B’o ba f’ohun tirệ s’ilệ.
Ohun alóhun ni imáà wá kiri.
Aşe.
“Eshu Laroye, encuentra un lugar para esta carga
que llevo sobre mi alma.
Te saludo Eshu Laroye, con toda mi alma.
Mi cuerpo entero te bendice.
¡Eshu, no me reproches nada!
Al Mensajero Divino es al primero que saludo
por su profunda sabiduría.
El tiene la voz del Poder.
El tiene la voz que vaga por el Universo.
Ashé. “
(Traducción libre del Autor).
2.- Iba ooooooo.
Mo juba Èşù Òdàrà ọmọ kùnrin Idọlộfin.
Mo juba Ọbá ni ilè Ketu.
Mo ríbàa pệlệbệ ọwộ. Mo ríbàa pelebe esè.
Mo ríbàa àtệlệsệ ti ò hurón tófi dé jọgbọlọ itan.
Mo ríbàa Ìyàmí Oşòròngà;
Afínjú àdàbá ti í jẹ láàrin àşá.
Afínjú ẹyẹ ti í jẹ ni gbangba oko.
Iba Èṣù Òdàrà.
Àṣẹ.
“Rindo homenaje.
Rindo homenaje a Eshu Odara, el hombre de Idolofin.
Rindo homenaje al Rey que vive en el pueblo de Ketu.
Saludo a la llanura de las manos. Saludo a la llanura de los pies.
Saludo a la pierna que me lleva, desde la planta del pie hasta el muslo.
Saludo a las Madres Inmortales;
A la blanca paloma que se alimenta entre los halcones.
Al hermoso pájaro que en la granja se alimenta al aire libre.
Te saludo, Eshu Odara.
Ashé. “
(Traducción libre del Autor)
3.-
Èşù Arowojẹ okun un ni o si ki e lurẹ yẹ toray.
Èşù Arowojẹ b’omi ta ‘afi.
Èşù Arowojẹ b’ emi ta ‘afi.
Èşù Arowojẹ ni mo bá dó jími tệtệ núwà.
Aşe.
“Eshu Arowoje, te saludaré mientras haya agua en el mar.
Eshu Arowoje, has permitido que haya paz en el mar.
Eshu Arowoje, has permitido que haya paz en mi alma.
Eshu Arowoje, eres tú a quien me dirijo para tener buena fortuna.
Ashé. “
(Traducción libre del Autor)
SUYERES A ÈŞÙ:
1.- Èlệgbá o Èlệgbá nsọ yànga.
Alároyé mo dá nkí ọ
Élệgbá nsọ yànga.
2.- Àlàkàtà ni ‘mọ ‘bá
Òrişà dé wá wò
Àlàkàtà ni ‘mọ ‘bá
Òrişà dé wá wò.
A! Bãbá s’ Èlệgbá
Òrişà lệwá wò
A! Bãbá s’ Ẹlệwà
Lệwà wo, Lệwà wò
A! Bãbà s’Ẹlệwà
‘ Lároyé lệwà wò.
A! Bãbà s’ Ẹlệwà.
3.- Ẹlệgbá ni ‘ta Alároyé s’ okú o.
E-e- Ẹlệgbá ni ‘ta Alároyé s’okú o ayé.
¡ E àgò Ẹlệgbá ¡ ... ¡ Ee àgò Ẹlẹgbá e!
4.- Èṣù o Ẹlệgbára e.
Èşù o Ẹlệgbára e.
Ẹlệgbára mofộ’ríbalệ, Ẹlégbá àgò.