Salmonetes Ya No Nos Quedan |
Posted: 20 May 2017 03:07 PM PDT |
"Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito" Posted: 20 May 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 21 DE MAYO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque. no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio,
lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en
mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
Juan 14,15-21
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Posted: 20 May 2017 12:33 PM PDT Francisco de Miranda
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Con la grande polvareda del golpismo en Washington, y su “Rufufú” de maderos y periodistas, los medios se escaquean del bochinche venezolano.
–¡Bochinche, bochinche, esta gente no sabe hacer sino bochinche! –exclamó famosamente
Miranda, padre de la República, iluminando con su linterna las caras de quienes, de madrugada, venían a prenderlo en la cama.
En Venezuela hay una insurrección popular de la generación criada a los pechos secos del chavismo, esa franquicia hampona del castrismo, cuyos chulos cubanos (los chulos
de Raúl, a quien Obama concedió status de Sissí Emperatriz, con la bendición de
Bergoglio y los respetos de frau Merkel) dirigen la represión en el país de Miranda (amigo de
Hamilton, Madison, Jefferson, Paine, Bentham,
Robespierre, Catalina la Grande, Napoleón, Pitt, Haydn), cuyo nombre, “Miranda”, figura en el Arco de Triunfo de París, cosa que no sabe
Tajani.
En el casino de frau Merkel no se mueve una hoja sin su permiso y Tajani, como presidente del Parlamento, va de representante de 500 millones de europeos (del que, por mi parte, ya puede retirar uno). Ante el crimen de Venezuela,
el silencio europeo suena cómplice. El otro día frau Merkel debió de suspirar que quería oír el vuelo de una mosca, y Tajani soltó un tuit para la Historia: el Parlamento “urge” (¡urge!) a
Maduro “a respetar la separación de poderes”.
Hombre, Tajani: si ese bicharraco de Maduro (en la maravillosa jerga de Franceschi) no aprendió la separación de poderes con Miranda (el único hispano que la estudió, comprendió y defendió), ¿cómo la va a aprender de frau
Merkel, que no es capaz ni de concebirla? ¿Esto es todo lo que tenéis para Venezuela? ¿Ni siquiera un póster de
Macron?
Por eso la insurrección venezolana ya sólo aspira a echar abajo la dictadura roja y es ajena, por edad y por ideas, al pasteleo de la
boliburguesía con los arbitristas españoles (Maduro es nuestro primer comprador de armas), encabezados por el malandrín de
Zapatero.
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Posted: 20 May 2017 02:17 AM PDT Orlando Luis Pardo Lazo
Click Cuando volvimos a mirar, todos estaban muertos. Lawton era un matadero. La Habana, un holocausto doméstico. No quedó ni un solo vecino en pie de la vieja época. Nadie los podría nombrar ahora en el mundo. Nadie, excepto yo. El niño aquél que vino a verlos un rato en los años setenta. El vecinito de enfrente. El hijo de la vejez de Pardo y María, que llegó a Lawton con una lucidez de memoria enferma, en diciembre de 1971, y todavía no se ha marchado de allí. Todavía Landy no se cura de tanta muerte de la gente buena y linda que, en otra época, componían las cuatro esquinas de nuestro universo cerrado. Claustrofóbico, pero candoroso. Últimamente, mientras más avanzan los sueños en soledad del exilio, más recuerdo a mis muertos. En más de un sentido, son míos. Se me murieron a mí. Ni ellos mismos se acuerdan de ellos ahora. Únicamente yo, en esta patagonia política que aún se llaman los Estados Unidos, cargo con ellos a mi espalda. Cadáveres de un tiempo original, donde cada cosa encajaba a la perfección en sí misma y todas parecían pertenecer a su espacio. No faltaba ni sobraba nada. La vida lucía entonces estabilizada. El paraíso es una visión con las rodillas puestas en nuestra infancia. Y la cabeza apuntando hacia ninguna parte. No pensábamos en nada. No pesábamos nada. Éramos de una raza estrictamente inmortal. En aquella Cuba inconsciente fuimos, por primera y única vez en el mundo, conscientemente cubanos. Pero cuando volvimos a mirar, ya todos estaban muertos. Lawton se vació de vida. La Habana se hundió en La Habanada. No quedó ni una sola memoria de la vieja época. Hoy estiro los brazos desde las universidades y aeropuertos de Norteamérica e intento tocar a mis vecinos en vida. Es una demanda metafísica, anacrónica, extemporánea, contra-contemporánea. En más de un sentido, mis vecinos de toda la vida me han traicionado. De una parte, la lógica de la Revolución nos hizo talco, nos hizo ajenos, nos alienó: ya no somos aquellos que éramos, ni tampoco seremos aquellos que íbamos a ser. De la otra parte, la lógica de la muerte mansa nos fue ubicando en geometrías irreconciliables: por un ratico nuestros cuerpos parecen haberse extraviado, no coincidimos ya en los mismos barrios, nos hemos ido muriendo de la peor manera ―en la distancia de los desconocidos, en la desdistancia de los que nunca han coincidido. Es decir, ni siquiera podremos morirnos todos en la verdad. Hemos vivido en algo mucho menos sólido que un sueño de infancia. Hemos vivido en una mentira incesante, en un perpetuo estado de negación. Cuando ya casi íbamos a ser nosotros, no fuimos ni siquiera otros. Pero, por supuesto, esto tampoco nadie lo recuerda ahora en el mundo. Nadie, excepto yo. El niño aquél que vino para dar testimonio de los años setenta en los tiempos del totalitarismo invisible cubano. El vecinito de enfrente, vencido e invencible hoy a sus 45 desconsolados años. El hijo viejo de Pardo y María, que llegó a Lawton con una avidez de verdad pura, en diciembre de 1971, y todavía no se atreve a regresar de nuevo allí. Todavía Landy no sabe qué hacer con la muerte de tanta gente linda y buena que, en otra época, componían las cuatro esquinas de nuestro universo cerrado. Candoroso, pero irrecuperable. Ustedes no me entienden, ¿verdad? ¿Ustedes tampoco se acuerdan nunca de mí? ¿Y de ustedes mismos, si es que estuvieron allí? Ustedes no se entienden, ¿verdad? |
La de la Prensa. Talavante firma su mejor faena (¡la faena!) en Madrid Posted: 20 May 2017 01:07 PM PDT Alejandro Talavante
José Ramón Márquez
Hoy Talavante (con un auténtico vestido rico de Fermín: corazones belmontinos y un bordado espectacular)
hizo el toreo. El que nos gusta. Hoy Talavante planteó sin miramientos una faena sobria, justa y medida. Una faena hecha con una naturalidad sólo al alcance de los elegidos, con un planteamiento sólido e impecable. Ojito,
que aquí no se habla de arte, que aquí estamos hablando de toreo, de lo que es dar a un toro la lidia justa, dejarlo preparado para la muerte y ejecutar de manera correcta la suerte suprema.
Alejandro Talavante firmó hoy su mejor faena como matador de toros en Madrid, impresionante ejercicio de concisión, faena intensa con los pases justos, planteada
principalmente en la mano izquierda, con unos pases de pecho de cartel de toros de los de antaño, teñida de una naturalidad prácticamente extinguida en el toreo de los últimos quince años, que puso a todo el mundo de acuerdo. Ahí se pudieron percibir
retazos de aquel Talavante novillero, cuando Antonio Corbacho (qDg) le iniciaba en la senda del toreo, con una fuerte influencia de la época buena de
José Tomás, en la verticalidad de su figura, en la unción -un recuerdo a
Antonio Bienvenida- con la que interpreta el natural, ligando uno, dos, tres, cuatro y el de pecho. Talavante en esta tarde forma su faena de manera totalmente reunida en el tercio frente al tendido 7, donde él ha decidido torear, y allí en seguida descubre
la calidad del toro por el pitón izquierdo y comienza su labor con cuatro naturales, un toque de atención, y luego sigue por esa mano cimentando su labor, se pasa la muleta a la derecha para dibujar el toreo en redondo pleno de oficio, de mando, de gusto,
rematando con un impresionante cambio de mano en el que alarga la embestida del toro conduciéndola templadísimamente mucho más allá de lo que el más optimista pudiera esperar. Vuelta a la izquierda para firmar otra serie al natural contundente y gran final
con dos pases mirando con descaro al tendido antes de perfilarse en corto y dejar un estoconazo desprendido de gran efectividad. Ni más ni menos: el toreo, que ahí hay de todo, desde darse cuenta inmediatamente de las condiciones del toro, pasando por la adecuada
elección del terreno, el temple y el mando, la naturalidad y la profundidad, la concisión de la obra bien fundamentada, la forma maciza de una faena que se percibe como una unidad compacta y la estocada comprometida. Esto que antecede es lo que de verdad dio
de sí la tarde, así que el que quiera ya puede dejar de leer, que lo que viene a continuación se pone sólo a efectos de que quede constancia.
Con cartel de “No hay billetes” se celebró la Corrida de la Prensa, corrida fuera del abono de la Feria del Isidro 2017. Hace lustros que no se veía un lleno en una de la Prensa y, puestos a buscar quién fue el que tiró de la taquilla, pensamos que ni el ganado lisarnasio del Puerto de San Lorenzo, ni Castella ni Javier Jiménez parecen capaces, por si mismos, de explicar el lleno y que acaso el responsable de la entrada fuese Talavante. De los lisarnasios, de esa porquería que cría don Lorenzo Fraile, el del Puerto, pedíamos según íbamos para Las Ventas, que saliese dando bocados como los que echaron en la Feria de Otoño 2016, de grato recuerdo. Eso por supuesto no ocurrió. Más bien lo contrario porque lo que hoy salió por los chiqueros que atesora el veedor de la Empresa, don Florencio Fernández “Florito”, fue una corrida blanda, enana e impresentable para Madrid, que llevamos vistas unas cuantas decenas de toros puertunos como para saber que estos lisarnasios de hoy cuadraban de perlas con la línea “humanizadora” que propugna Donsimón el Plaza1, o sea chicos y bobos para no andarnos por las ramas. Por orden de aparición fueron expulsados de la Plaza el primero, que tenía más de flan Dhul que de toro, y el quinto que era una rata peluda lisarnasia. Los otros cuatro se quedaron en la Plaza lo mismo que se podían haber ido por donde vinieron. El primero bis, un sobrero de Buenavista, galopaba, humillaba y acudía pronto al cite; el segundo, de El Puerto, iba y venía sin mayor interés, como quien baja al estanco a por un paquete de Fortuna; el tercero fue blando y caedizo, toro de gelatina; el cuarto igual que el segundo pero con un calamocheo que demandaba un cencerro, tolón-tolón; el quinto de El Puerto al corral y en su lugar vimos la breve interinidad de una especie de vaca cinqueña esmirriada y cuesta arriba de Torrealta, a la que don Trinidad López-Pastor recetó jarabe verde para que saliese después como quinto tris un pupilo del Conde de Mayalde, Butanero, número 5, castaño listón, alto, manso, colaborador y de pronta y humillada embestida y, en fin, el último lisarnasio, como quien dice el último mohicano, que no pudo ir a clase el día que se explicó lo de embestir y él se quedó en lo de dar cabezazos y tirar derrotes. Eso es lo tocante al ganado, que si alguno se fija, lo que se salva más o menos de la tarde es precisamente lo que no era del Fraile: el Buenavista juampedrero de doña Clotilde y el del Conde de Mayalde, muy en línea de comportamiento con los novillos que mandó el pasado día 8, justo antes de comenzar la Feria. Sebastián Castella, al que un cachondo de periodista con idiomas le puso “Le Coq”, lleva diecisiete años de matador de toros y el hombre no pasa de “coquelet”. Dice mi amigo
Andrés que Castella pensó hace muchos una faena en una habitación de un hotel y desde entonces trata de hacérsela a todos los toros, la misma. Hoy por enésima vez volvió a lo mismo ignorando las condiciones del toro de Buenavista,
Juguetón, número 45. A este toro lo brega Chacón con una suavidad y un mando de gran peón, descubriendo la manera óptima en que el bicho se mueve y toma el engaño, si acaso Castella se quería dar por enterado. Se la pone de largo y el toro galopa
alegre al cite y a cambio recibe un trapazo en dirección al Abroñigal, y luego otro y después otro. Se ve que la faena de Castella no concibe pasarse el toro cerca cuando éste galopa, pero él se empeña como siempre en acortar las distancias, ahogar la embestida
y pegarse el clásico arrimón, que si anduviese por aquí el añorado Palette le preguntaría cómo se dice “arrimón” en francés. Y entre el arrimón y el oficio que atesora para echar afuera al bicho, se hincha a trapazos y le tocan un aviso antes de haberse
perfilado a matar y luego otro más. Iba vestido de malva y oro con cabos blancos, muy
Antoñete, precisamente ahora que el tertuliano Amón anda promoviendo un club de ópera y de corte cosmopolita con el nombre del torero del mechón. En el cuarto, que se llevó más capotazos que los que se pegan en una capea, nadie le hizo caso y
se limitó a tirar líneas con un distanciamiento y una frialdad que llegaban al tendido.
Javier Jiménez sólo pudo matar a su primero, pues el segundo le prendió y le sacudió dos cornadas que le llevaron en volandas al hule de Padrós. Era el que mató, el tercero, chico y distraído, un lisarnasio en un imposible tipo Contreras, de lengua blanquísima, que al tercer pase de muleta besó el suelo, rememorando los 30 segundos que le duró Marvis Frazier a Mike Tyson. Con esa prenda Javier Jiménez abusó del pico y no mentimos que alargó en demasía su labor poniéndose un poco pesado. En su segundo fue cogido en los primeros compases de la faena en la que, más que contra el toro, estaba obligado a luchar contra lo que había hecho Talavante en el toro precedente. A este lo mató Castella eficazmente por arriba. Talavante, ya lo dijimos, vino vestido con un rico vestido de
Fermín, negro y oro. En el quinto fue Alejandro Talavante, pero en el segundo era simplemente Tala, el camaleón. En este caso presentó su versión de Castella, al que acababa de ver. Se sacó al tercio al torete y planteó
allí, y luego en los medios, un trasteo tan frío como aseado y, aunque tiró de oficio, no pudo evitar bastantes enganchones que deslucieron su muleteo ya de por sí poco lucido, con el que no fue capaz de arrancar del respetable un solo ole. La gloria le esperaba
en el quinto, pero a esas alturas de la tarde nadie lo sabía.
Al fin vieron torear
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Posted: 29 May 2017 03:07 PM PDT |
Fecha propicia. 1-2 en Linarejos y 4-2 en El Arcángel Posted: 29 May 2017 05:31 AM PDT Listos para empezar a volar
La preocupación del gran Piné hace un mes en la sede del Burgos
Francisco Javier Gómez Izquierdo
La Liga del Fútbol Profesional no sabía que el 28 de mayo era día propicio para Córdoba y Burgos cuando puso el partido más importante de cada uno de ellos en la tarde del último domingo del mes florido. La derrota del Burgos
en Linarejos hubiera supuesto el descenso a Tercera División (me santiguo ante tan gran peligro superado) mientras que la no victoria del Córdoba ante el Oviedo un sobresalto casi mortal. Un sobresalto como el del Alcorcón, sin ir más lejos.
El Burgos suele doblegarse ante las autoridades del “furbo” que lo defenestra sin compasión, para escarmiento ajeno y sin margen de poner remedio “gracias”, todo sea dicho, a nefastos presidentes como el difunto tintorero
Vadillo o el ínclito y dicen que chatarrero Martínez Laredo. De los asuntos deportivos y económicos de mi equipo de siempre no estoy muy al tanto. La lejanía y no quedar ya nadie de mis amigos, ni siquiera el
Gaitu, pendientes de las batallitas de El Plantío, han reducido mi interés a ver el resultado en el
Marca del lunes y a mis buenos deseos de siempre hacia el equipo. La amenaza del descenso y unos ratos con
Piné, ese inconfundible y querido gamonalino jubilado y valiente que llora como un niño con nuestro equipo, me ha tenido sobresaltado hasta que a las seis y media de ayer tarde me dijo mi chico que el Burgos marcaba el 0-1. De camino al
Arcángel empató el Linares, pero el empate nos dejaba en 2ªB. Al poco, gol del Burgos y final. Desciende el Linares. “Empezamos bien”, me dije y como que me relajé.
El delantero centro del Córdoba, mi equipo de ahora,
Piovaccari, de nombre e italiano de nación, completó los buenos augurios marcando un gol a
Juan Carlos, que en vez de un lateral izquierdo (Christián Fernández, veterano racinguista de épocas de Primera) descubrió un Rey Mago para la hinchada enemiga, antes de sentarnos, y un segundo a los diez minutos. El doble que en toda la temporada.
Javi Lara, la calidad del Córdoba, se puso a tocar el piano con la pelota entonando una marcha desconocida en este 17. Su tocayo
Javi Galán la bailó con la colaboración que agradecemos de corazón del lateral
Johannessen, que a pesar de lo sueco del nombre es nacido en Oviedo capital. Total, que en el descanso 3-0.
El entrenador Fernando Hierro se quejó al final del partido con razón de la falta de carácter de sus futbolistas. Los vi contemplativos, que no sé si es calificación adecuada, pero casa con la sospecha y el runrún
de un ovetense amigo que acusa a la plantilla azulona de no querer ascender... por temor a quedarse sin trabajo en la capital del Principado. Eso dice el amigo. No creo que sea cierto, pero a veces las personas se buscan las habichuelas de modos incompresibles.
En honor del Real Oviedo es justo señalar que se encontraron con
Kieszeck, nuestro portero polaco, ya seguro que el mejor de la categoría. Paró un penalty en el primer tiempo a
Toché. Sacó con el pie y en escorzo balonmanístico un balón rebotado con muy malas intenciones. Al alto capitán
Erice le sacó un cabezazo mortal y a Saúl Berjón –-¿por qué no es titular el que fuera pareja de Javi Lara en Éibar?- le birló otro gol cantado .
Nando, el valenciano que fuera nuestro, estrelló en el larguero un balón de gol al que todos vimos dentro cuando salió del empeine. Y por último
Susaeta, guadianesco, sí, pero temible cada vez que salga una falta. Ayer le venía todo de cara al Córdoba y Javi Lara acertó en un libre directo con rebote en la barrera para poner el 4-0. Saúl
y de penaty el Linares menos fiero que recuerdo colaron los dos goles del Oviedo. Si bien inútiles, no por ello dejan de ser honrosos.
Bien. Buen día el 28 de mayo. Nos falta un punto. Es posible que hasta nos sobre, pero el Rayo-Córdoba huele a equis.
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Posted: 29 May 2017 05:33 AM PDT Abc
Luchar por lo que se odia también es cosa de mérito. Rummenigge odia al Madrid por el arbitraje de cuartos de final y su forma de luchar contra eso será no ver la final de Cardiff. Como el Barça. El Barça no va de club de fútbol, sino de escuela de valores, y su mayor valor consiste en luchar por lo que odia. Por ejemplo, y en palabras del defensa central Gerardo Piqué, por “la Copa de vuestro Rey” (a quien los culés pitan), trofeo que otros llaman Copa de España (a la que esos mismos culés insultan). Oficialmente, también odiaban al Generalísimo, aunque luego les arregló el papeleo del Campo Nuevo y lo condecoraban cada vez que él se dejaba. –Un día coincidimos en el aeropuerto de Londres ellos y nosotros. ¡Ya sabe usted cómo son! Su presidente, Montal, se compró un perro, y lo llevaba en brazos. En la aduana no se lo dejaban pasar, pues debía pagar derechos. Montal preguntó cómo se podía arreglar el asunto, pues el chucho había costado lo suyo. El aduanero dijo que se pagaba por los animales vivos, pero no por los disecados. Montal llamó al utillero para que disecara al perro, porque, si no, le iba a costar una fortuna. Éste es el chascarrillo que Bernabéu contó en una ocasión al Generalísimo, también condecorado por Montal, y por cuyas Copas los culés pelearon toda la vida, claro que por odio, como leones, ganando un montón de ellas,
aunque no sé qué nombre tendrán ahora en el Museo.
Del Generalísimo, del Rey o de España, la Copa, en fin, es el Trofeo Emblemático del Barcelona, que luego le ha servido para salir al extranjero a disputar la Copa de Ferias, más tarde Recopa, título que la propaganda del sistema
ponía por encima de la Copa de Europa, una competición que entonces estaba reservada para los campeones de Liga.
Si los culés lucharan por lo que aman, podrían estar en Cardiff con la Juve, pero como prefieren luchar por lo que odian estuvieron con el Alavés en el
Calderón pitando el himno. Vivimos en plena cultura socialdemócrata y, así como en Europa se rebaja la importancia de la pólvora y el islam, en España se rebaja la importancia de los pitos y el himno.
Los culés creen odiar el himno y a la primera nota silban como a la primera campanada el perro de Pávlov salivaba. El odio (“ese gran embustero”, decía Santayana, el mayor filósofo español, razón por la cual Ortega jamás lo mencionó) fue la mostaza para darle algún sabor a una final con el Alavés, con Messi en figura, pues Messi sólo hay uno y juega en el Barcelona, ucase que todavía no se ha podido aplicar para explicar un Mundial con Argentina. –Messi sólo hay uno y juega con Argentina. Gracias, por cierto, a la cultura socialdemócrata, Messi parece haber ganado seguidores en España desde su condena por fraude fiscal, así que no sabemos qué pasaría si al final se torciera lo de
Cristiano con el fisco, que ya vemos a los rapsodas de guardia recurriendo al humor para ponderar ese carácter competitivo del astro portugués que lo habría llevado a intentar superar al astro argentino en todos los terrenos, incluido el del amor al
dinero. A todo esto, y en atención a la raigambre popular del fútbol, ¿por qué no permiten a estos tipos liquidar sus deudas tributarias con goles al modo como otros artistas de renombre las liquidan con “obra”?
Pávlov
EL EDIPO DE MOURINHO
Con un guiño a los poetas del gol (“Hay muchos poetas en el fútbol, pero no ganan títulos”) Mourinho ha ganado una Uefa que mete al United en Champions, y lo ha hecho con Fellaini, que no es ni Messi ni Cristiano. El secreto de Fellaini es la fe de Mourinho, por quien, según dice, se dejaría romper un pie, si se lo pidiera, y no importa si el derecho o el izquierdo, pues, para el fútbol, ambos parecen igual de humildes. ¡Un pie de Fellaini en la mesa del verdugo! Ese pie valdría más que el “Pie Vicente del Bosque” (“Humo heidelbergensis”) que Arsuaga, el Vendedor de Humo de Atapuerca, expone en el Museo del Mono de Burgos. El Edipo (“aquél que conoce la respuesta del enigma de los pies”) de Mourinho es, pues, Fellaini, cuando la millonada se pagó por Pogba. ¿Qué sería de Pogba con la fe de Fellaini? |
Posted: 30 May 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 30 May 2017 02:39 AM PDT Chenel, a contratiempo
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El cosmopolitismo no tolera estorbos y en los medios taurinos (fiel reflejo de los medios políticos) hay campaña contra “el público de Madrid”.
Primero estorbaba el toro de lidia, y lo quitaron. Lo sustituyeron por un animal doméstico ante el cual mozos vestidos de rosa adoptan posturas de billar, mientras los
medios (el más dañino, la TV) salmodian que lo blanco es negro y que así (de abajo arriba, pico de la muleta y hacia afuera y pierna hacia atrás) debe ser el toreo. El patetismo de semejante espectáculo no lo aguantan ni los chinos, y como en Madrid todavía
hay gente que vio torear a Chenel y a Rincón (de arriba abajo, bamba de la muleta y hacia adentro y pierna hacia adelante), alguno (y no el tendido “7”, que fue un movimiento ochentero) protesta. Estorba el público, que es el que paga, y “los
profesionales”, que son los que cobran, lo quieren quitar.
La corriente mental que hace que en la tauromaquia estorbe el público que protesta (talibanes) es la misma que hace que en la democracia estorbe el electorado a contracorriente
(populistas).
La propaganda oficial llama tauromaquia a sentarse al sol con un “jandilla”. También llama “populismo” a la democracia, y “democracia”, al sistema proporcional con listas de partido. El populismo consiste, dicen, en “ofrecer soluciones
sencillas para problemas complejos”. Así que el populismo no vendría del general francés
Georges Boulanger, sino del franciscano inglés Guillermo de Occam con su famosa navaja (“no hay que multiplicar los entes sin necesidad”) y del arquitecto alemán
Mies van der Rohe con su famoso “negro sobre blanco” (“less is more”, menos es más).
Lo contrario del populismo sería el marianismo, con sus soluciones complejas (llevar a los sediciosos a hablar al Parlamento) para problemas sencillos (cumplir la ley).
En los toros y la política, el cosmopolitismo exige un público de chinos comiendo pipas en la soñarra del “Nessum dorma”. Un público de mañana de domingo en el Bernabéu.
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Decimosexta de Feria. Sigue el ricino antitaurino de Donsimón: hoy, la Peredada Posted: 30 May 2017 12:55 AM PDT Memoria pipera
José Ramón Márquez
Hoy le dedicaron un minuto de silencio a Víctor Barrio (qDg) porque tal día como hoy habría cumplido años. Como empecemos con éstas no sé dónde podemos acabar, la verdad, que esto de los minutos de silencio ni sé quién los manda ni quién los propone y, ya puestos, el sábado se cumplieron años de la muerte de Maoliyo el Espartero, como recuerdan los tanguillos de Cádiz: “un veintisiete de mayo / a un caballero le oí decir / hoy se cumplen los tres años / que El Espartero murió en Madrid…” y nadie se acordó del torero de la Alfalfa sevillana más que Juan Palette, a centenares de kilómetros de Las Ventas. Ignoro a qué obedeció el recordatorio de la onomástica del segoviano. Antes de entrar a la andanada me asomé a mirar la novillada de mañana desde arriba; andando por el pasillo iban tres hombres mayores que luego entraron en la Andanada 10. El más bajito dice a los otros: “No sé quién se ha muerto, que le van a dar un minuto de silencio”. Lo que se va muriendo, lo que se merece un minuto o sesenta minutos de silencio es la Feria del Isidro, que está siendo asesinada a manos de la más despreciable colección de ganado feo, mal presentado, sin trapío y sin fuerzas: he ahí la obra de Donsimón el Productor y de su equipo de veedores (que Dios les conserve la vista) y de los veterinarios que se conoce que los de este año son los repetidores, los que aprobaban en septiembre. Porque no es que nos demos de cabezazos con las corridas que nos han echado, con la vuelta al ruedo, por ver de salvar algún mueble, a un inválido que las palmó aculado en tablas, es que miras hacia adelante y lo que ves, espanta: Montealto, Victoriano del Río, Juampedro y Garcigrande son el Tourmalet, el Angliru que aún tenemos que subir a piñón fijo antes de poder llegar al remanso de lo que queremos ver. Hoy, como adecuado prólogo a esas cuatro tazas de ricino que nos esperan en esta semana, trajeron los “Núñez” de don José Luis Pereda, otra corrida de deplorable estética, lamentable presentación y juego, que deja en evidencia al presidente y al equipo veterinario que fueron capaces de dar el apto a esa redada con más de cien quilos de diferencia entre el tren de mercancías y la cabra. Hoy se dio una circunstancia que no suele darse y es que el ganadero estuvo en la Plaza. Así no hubo que esperar a que su mayoral, don Miguel López, le diese la noticia de la basura que habían traído a Madrid, tras tenerlos tantos años echándolos de comer. De esta forma él mismo pudo certificar de visu que sus presuntos desvelos como ganadero no dan ningún resultado y que la opción de eliminar lo anterior es una elección que no debería ser despreciada, ni mucho menos. El primero de la tarde, Viajero, número 126, cayó desplomado tras recibir el primer simulacro de vara, volvió a besar la sacrosanta arena de miga de Las Ventas en los inicios de la faena de muleta y luego transmitió la sensación cierta de que era apenas capaz de sostenerse en pie. El segundo, Arocheno, número 146, cayó por dos veces en los lances de capa, y otra antes de entrar al penco; el picador, con esos antecedentes, apenas le señaló, por lo que pudiese pasar, pero Jarocho lo tumbó en su tercer par de banderillas. El tercero, Panadero, número 66, trajo la buena nueva a su criador: no cayó al suelo a cambio de casi no ser picado en sus dos encuentros con el aleluya guateado. El cuarto, Cilantro, número 100, cayó como sus hermanos en la primera vara, por lo que Héctor Piña decidió no picar en la segunda, por lo que pudiese pasar, que al final pasó cuando andaban trajinándole para banderillas y es que se fue… al suelo, y lo mismo en la faena de muleta. El quinto, Petanco, número 77, la cabra de la que hablábamos más arriba, directamente no fue picado y no se pegó ningún planchazo. Mejor para él. El sexto, Agrio, número 102, es el único de la tarde que recibió una vara a modo, fue la primera y se la recetó Manuel José Bernal, que es el único de los picadores que hoy se ganó el pan con el sudor de su frente. Este toro, para gloria de su criador, tampoco conoció el oprobio del piscinazo en la arena. A los comportamientos que presentaron los productos del señor Pereda, más parecidos a los hábitos del gusano de seda que a los del toro de lidia en cuanto a sus deseos de reptar, debemos unir, en esta escalera que trajo a Madrid el señor Pereda, la variedad de aspectos, que llevo hora y media dando vueltas al libro “Prototipos raciales del vacuno de lidia” para entender que acaso el quinto y el sexto eran más de tipo Villamarta, y que me perdonen el señor marqués de Villamarta y sus herederos. En un cartel que no fue capaz de concitar la masiva afluencia del público a La Monumental, que presentaba una entrada bastante pobre, pusieron los nombres de Morenito de Aranda, Iván Fandiño y Gonzalo Caballero. Morenito siempre me ha parecido un torero sumamente afectado en su forma de lancear. Bien es verdad que él acude de manera muy regular a la verónica, que en esto del capote es la Ley, pero huye de la naturalidad que siempre debe impregnar todo lo que se hace en la Plaza y adopta unas posturas barrocas que no hacen mejor el lance. De esta manera recibió a su primero. Bueno, abundando en lo de la afectación, diremos que antes de abrirse de capa el burgalés estuvimos apreciando su postizo, compuesto de la moña negra con un rabillo dorado. Su trasteo con Viajero comenzó de manera muy templada, sin dar el paso adelante, por supuesto. Era tal la debilidad caediza del toro que la cosa no cobra vuelo y el torero se desconcentra comenzando una serie de trapazos sin interés. El toro parecía que venía de hacer un cursillo de Prevención de Riesgos Laborales, porque no se le vio ni una sola actitud capaz de dar la idea de peligro como tampoco de echar una mano. Se ve que era toro al que había que incitarle, tal y como hacía aquél anónimo speaker de Daganzo que en los festejos de recortadores bramaba: “¡Toro, colabora!”. Con un pinchazo y un sartenazo tendido Morenito despenó a Viajero. A su segundo, Cilantro (Coriandrum sativum), lo quiso recibir a porta gayola, pero el toro después de pensárselo optó por irse de allí al paso: mejor para todos. Éste daba la impresión de haber venido a la Plaza en la ambulancia del SAMUR, no en un camión. El toro acude de largo a la muleta morenística y el de Aranda le pega con la derecha una serie ligada y templada (lo que eso gusta ya está más que comprobado) aunque de poca reunión y exposición, a ésa la sigue otra más embarullada, que al no tener temple y ligazón enfría las emociones del senado, luego otra serie más en la que el toro le engancha la muleta y acaba sentado, como Toro Sentado, y luego cuatro derechazos ligados, bien rematados y algo por afuera que son lo mejor de su actuación, que finaliza con media estocada baja echándose fuera, un aviso, un bajonazo y una puñalada trapera. Iván Fandiño sorteó los dos más chicos de la tarde. Recibe a su primero con verónicas embarulladas de marcha atrás. Brinda la birria al ganadero, o porque es amiguete o porque se lo ha mandado su apoderado Nahún, y comienza en los medios con dos pases cambiados, un cambio de mano y uno por alto. Eso es lo que le salió. A partir de ahí ya la cosa cambia, o no cambia porque ahí tenemos lo de cada día, los redondos por las afueras, un natural que pareció que podría llegar a ser y otros con el pico de la muleta con el toro en plan circunvalación y otros derechazos que son como ver un coche en una rotonda. Fandiño se pone harto pesado y ni hace amago de querer plantear el toreo bueno; luego intenta unos cuantos naturales, uno a uno, algunos enganchados, y vuelve a dar la sensación de impotencia que le acompaña últimamente. Saca a las gentes del sopor con las clásicas bernardas y se libra de Arocheno mediante una tendida, trasera y atravesada perdiendo la muleta y un golpe de descabello. En su segundo, Petanco, se va a porta gayola y la cabra, tras saltar, sale corriendo hacia el burladero del 6. Este animal, que era el de menos peso pero el de lengua más larga del encierro, propicia otro capítulo del viaje a ninguna parte de Fandiño que, animado desde el callejón por la ciencia de su apoderado Nahún, obsequia a la cátedra una actuación salpicada de carreritas, enganchones, el moonwalk o pasitos de las muñecas de Famosa, el fueracacho y demás arquitectura efímera. Le arrea a Petanco una estocada baja con derrame y, como la cosa está de manchar, los peones esta vez no se acaban de animar a hacerle la rueda. Mientras la cuadrilla de Gonzalo Caballero estaba a lo de las banderillas, una septuagenaria de la fila 5 descabezaba un sueñecito; luego la señora se vio despertada por una grave voz que avisaba: “¡Qué asco, ganadero!” y así pudo ver las carencias de Caballero, apenas tapadas por su valerosa actitud. Caballero deja al toro suelto al final del muletazo, no resuelve el último tercio del pase, que es donde se consigue la ligazón y por ello debe recolocarse a cada muletazo. El primer pase medio se lo da, pero no hay continuidad, una y otra vez. Por eso la faena es deslavazada y carece de unidad -y de sentido-. Cita a matar en una estocada aguantando, clavando arriba de gran efectividad. Buena estocada. El sexto fue banderilleado toreramente por Miguel Martín. El trasteo de Caballero adoleció de los mismos defectos que el del tercero: no deja al toro colocado y tiene que ir a buscarle, él va improvisando y se le ve casi siempre cogido, tampoco se da cuenta de la distancia que el toro le demanda y ahoga la embestida, por lo que el toro protesta con cabezazos. En realidad no hay faena, otra vez, y Caballero presenta de manera sincera lo que realmente atesora que es su valor. Lo mata de estocada arriba quedándose en la cara y soltando la muleta y descabello. Padrenuestro de la nada
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LA NOTA QUE COMENTE AYER EN EL FACEBOOK,TITULADA RUSOFOBIA,ESTA EN ESTE BLOG DE RUIZ QUINTANO.
ademas hay otras...
pueden dejar ahi su mail y les llega a uds directamente
abrazos y feliz sabado,MAX
Posted: 02 Jun 2017 03:07 PM PDT |
La (Otra) Transición vista desde la Andanada Posted: 02 Jun 2017 01:30 PM PDT |
Posted: 02 Jun 2017 02:24 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano Abc
La rusofobia es fobia de perdedores.
–Mitt Romney, que llama a Rusia nuestro “enemigo número uno”, no se da cuenta de que es el siglo XXI –era la
opinión oficial de los Demócratas en 2012.
Eso decían con
Obama en el poder. Ahora que está Trump, los Demócratas redescubren la rusofobia, un macartismo de garrafón con que el Hamponato Mediático trata de menear el sillón presidencial, con réplica en la UE, cuya política se reduce a ganarse el beso
de buenas noches de frau Merkel, y el campeón es… Macron, “le garçon” del acordeón, que si estuviéramos en los 90 hablaríamos de
Vaca y Pollo (“Cow & Chicken” de Cartoon Network).
–Ir a la guerra sin Francia es como salir a cazar ciervos sin tu acordeón –dijo en el Golfo el general
Schwarzkopf.
Dicen que Macron sacó el otro día su acordeón y cantó (¡con gallos!) unos ko-ko-ro-kos a
Putin, que no es ningún Puigdemont, para envidia de España, que suspira por las cosas que podría hacer
Mariano, si tuviera algún valor.
España, que siempre ha sido germanófila (cosa que desesperaba a Franco), nunca fue rusófoba, y no por la novela de
Cebrián o la leyenda de Ramón Mendoza, sino por Julián Juderías y su “Rusia contemporánea”, 1904, contra la feroz rusofobia francoalemana.
Para un español, Rusia sigue siendo lo mismo que para
Churchill, “una adivinanza, envuelta en un misterio, dentro de un enigma”, que es lo que nos da miedo, pero la propaganda sale ahora al mercado con una rusofobia de meñique levantado en un velador de
Embassy, que queda la mar de UE y que abreva en esas fuentes que Roca Barea repasa con paciencia cisterciense en su “Imperofobia”.
–La frustración imperial de la Ilustración francesa se manifiesta en tres frentes: leyenda negra, rusofobia y antiamericanismo.
Sin imperio que llevarse a la boca, Francia puso su autoestima en su clase intelectual, pagada para afear el de los demás: América es la degeneración, y Rusia, la incompatibilidad con la civilización.
Por eso es tan gracioso Macron.
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Posted: 01 Jun 2017 10:16 PM PDT Braulio
José Ramón Márquez
Anda tú que estará el Juli bueno cuando le hayan dicho que hoy también, sin él en la cartelería, se volvió a poner el rótulo de “No hay billetes”, las trece letras y dos espacios que él fue incapaz de clavar en la taquilla
de Madrid, para que luego digan. Para este jueves de dolores taurinos los despiadados veedores y el inhumano empresario decidieron que iban a colocar la de
Juan Pedro, ¿cuándo mejor que hoy? Luego la falta de transparencia y de responsabilidad corporativa de Plaza1, que a estas alturas de Feria ya es Plaza1001, trató de ocultarnos la trashumancia de camiones que se han traído para que al final la ciencia
veterinaria venteña y la avispada mirada del señor Cano Seijo (el de la vuelta al ruedo que nadie pidió a la vaquita jandillana
Hebrea) diesen en aprobar como aptos a cinco de los que denigran el viejo hierro de
Veragua, que los de la V fueron incapaces de tener seis para Madrid, junto a un remiendo del mismo jaez de don
Juan Manuel Criado, que nunca sirvas a quien sirvió, más juampedreo por vía de
Algarra. Algo debíamos habernos maliciado el día antes, al final de la de
Victoriano del Río, que cuando subíamos hacia el Braulio, en el paso de cebra de la calle de Julio Camba pasó a una velocidad elevada para el sitio y la hora en dirección a la M-30 un camión de los de los toros, y acto seguido otro, pues se conoce
que veían que un solo camión no sería suficiente para todo lo que había que traer.
La esmerada ciencia zootecnista, particularmente centrada en el día de hoy en el profesor don Juan José Urquía, hizo sus jeribeques, casi de prestidigitación, para que se pudiesen dar como aptos para la lidia los seis mamarrachos que encerraron en los chiqueros. Desde ahí fueron saliendo, entre la chufla y la desesperación de la vapuleada afición, las incalificables anatomías de Esbelto, número 128; Jopilargo, número 124; Nobiliario, número 49; Longaniza, número 37 y Canalla, número 22, con el viejo hierro ducal y Naúfrago (sic), número 40, con el hierro de la J, la M y la C, las iniciales del nombre de su amo. No hay que rebuscar palabras para calificar el encierro. No mentimos si decimos que fue despreciable, atroz, deplorable o detestable. Elija cada cual el adjetivo que más le cuadre y nadie dude en poner los suyos propios para enriquecer el retrato. Si el año pasado don Juan Pedro Domecq Solís mandó a Madrid una corrida que, pese a estar en la justeza de la presentación y de las fuerzas, estaba compuesta de toros mecánicos con embestidas nobilísimas y colaboracionistas, este año ha mandado un catálogo de descaste muy significativo, que unido a la debilidad consustancial a la vacada ha puesto de su parte lo que le correspondía para echar abajo la tarde. Los cinco puntos filipinos que vinieron desde El Castillo de las Guardas y el primillo que recogieron de camino en Mérida fueron justamente lo contrario de lo que, en mi opinión, debería ser el toro de lidia. Donde uno pide listeza, ellos trajeron tontería en grado supino; donde uno quiere ver pujanza, crecerse en el castigo, ellos trajeron acochinamiento y huida; donde uno quiere ver a más, ellos nos dieron menos; donde uno quiere ver peligro ellos trajeron lástima; donde uno quiere ver a un animal fiero ellos trajeron una colección de peluches; donde uno quiere ver personalidad brava o mansa ellos trajeron claudicación; donde uno quiere ver las bocas cerradas ellos trajeron sus blanquecinas lenguas, como serpientes blancas; donde uno quiere ver casta ellos trajeron el más vil y deplorable descaste. Creo recordar que fue el impar Ricardo García López, K-Hito, quien acuñó por vez primera el término de “ganaduros” para distinguir entre la desfachatez de hoy y los que ponen como meta de su acción ganadera el respeto al toro, a la casta, y la búsqueda de la verdadera bravura, ése grial. Ayer fue Victoriano del Río, pero hoy era un buen día para que don Juan Pedro considerase seriamente esa posibilidad, siempre presente, que se sustancia en la expresión “eliminando lo anterior”. Como es natural la presencia de la bazofia juampedrera hoy en Madrid no era algo casual sino urdido, tramado y maquinado hace mucho, dado que habían contratado a José María Dolls Samper, Manzanares III, a Cayetano Rivera y a Joaquín Galdós, que venía a confirmar la alternativa que le dieron en Francia el pasado año. Aquí cada puntada tiene su hilo: el hilo mediterráneo de Manzanares III al que dieron el pasado año todos los premios de la Feria por una corrida de fuera de Feria; el hilo rondeño de Cayetano, que viene cobijado bajo los elitros de Curro Vázquez el cosmopolita y el hilo de Galdós, que no sólo viene a romper Plaza, sino que también viene bien tratado porque, según me dice un señor muy bien informado, Toño Matilla le ha vendido ganado al padre de Galdós por valor de muchos dólares de los de in God we trust, y eso incluye también cuidar un poco al chico y, entre otras cosas, prepararle una confirmación de campanillas en pleno San Isidro. O sea que, para que se cumpla el acuerdo, ahí tenemos a Joaquín Galdós, vestido ricamente como un príncipe asirio, grana y mucho oro en el día de su confirmación, que se certifica con un beso, Sealed with a Kiss que cantaba Boby Vinton. Un ósculo entre el que da la confirmación y el que la toma que nos lleva a rememorar la firmeza con la que Curro Romero frenó en seco al neófito aquél que se abalanzaba sobre el de Camas con el ánimo de abrazarle, quien le tendió, franca y llanamente, la mano para que se la estrechase. ¡No va ná! Tras el pequeño momento de intimidad Galdós se fue a buscar a un señor a ver si le brindaba el torillo, que le costó lo suyo dar con él, y en seguida comenzó su, llamémosla así, faena. El toreo de Galdós tiene el poder, como la infusión de Valeriana, de provocar una plácida somnolencia en la que vas cayendo como quien no quiere la cosa. Su falta de concepto taurino, la inexistencia de una tauromaquia en su cabeza propicia una sucesión de pases usando el fueracacho y las demás triquiñuelas de cada día que van sumiendo al espectador en un suave sopor. El caso es que la burra (el torillo) va, pero el peruano no es capaz de poner esas idas al servicio de su causa. A veces, entre tanda y tanda, entra el torero en un momento de trance o introspección que de nada sirve pues cuando retorna a la cara del bicharraco sus trazas siguen siendo las mismas. Cuando considera finalizada su labor basada en los trapazos que ha dado, se abalanza espada en ristre sobre Esbelto para degollarle con un navajazo digno de los Latin Kings. Su segundo es Canalla, un Juampedro de tipo Lisardo, si tal fuera posible. Durante su lidia todo el mundo, en el tendido, en la grada, en la andanada, en el propio ruedo está desatendido de lo que pasa: Manzanares y Cayetano conversan cerca de la barrera del 9 mientras andan a ver si pican a Canalla y, cuando el animal se va al penco a que nada le hagan, Galdós se queda ahí a la derecha del picador de mero espectador, viendo la ejecución de la inexistente suerte. En la cosa muleteril, otra taza de Valeriana más corta. La afición, hastiada tras las dos horas comienza a gritar a coro ¡Toro, Toro, Toro! Y Galdós decide poner punto final a su actuación, cosa que ejecuta en la nueva suerte de intentar meterle el estoque al animal donde sea, que le dejó otra puñalá como la que le dieron a César en los Idus de Marzo junto a la estatua de Pompeyo. Manzanares trajo ese aire mediterráneo tan suyo, que es salir a la arena y ya te viene el olor al chiringuito de Benidorm o a la pizzería Pinocchio al pie de la playa. No se entiende bien Manza con el novillejo asqueroso Jopilargo, que está más interesado en huir que en pelear, al que no se pica ni falta que hace. En relidad el novillejo es un peluche de esos que venden en Hamley’s de Regent Street y da una pena grande ver las salpicadurillas de sangre en una mascota tan inofensiva. La labor de Manza con Jopilargo es de una enorme intrascendencia, carente del más mínimo interés. Acaso él mismo cuando comienza a detectar la impaciencia del público decide poner punto final a su nada y, perfilándose feamente, dejar una eficaz estocada. Su segundo, que se llamaba Longaniza, es un lebrel negro de pitones blanquísimos al que torea de capa con la afectación que ya le conocemos. Durante su trasteo no pasa realmente nada. El torero no considera al toro, pues no le infunde respeto alguno, y se dedica a enhebrar muletazos con el oficio que tiene, algunos enganchados, otros sin resolver de manera adecuada, hasta que decide cortar el trabajo yéndose a por el estoque, que se le veía y ansioso por irse al hotel a cambiarse para ir a cenar al Amazónico de Jorge Juan. Y Cayetano, que las pasa tiesas cada vez que viene a Madrid y eso que Tito Curro ya le enlota los que menos miedo puedan meter, que por algo tiene mano en la Empresa. El tercero es un novillejo abecerrado que da la sensación de que no vino en un camión, que se lo trajo Tito Curro en su propio auto de copiloto, con el cinturón de seguridad y todo. Se lo lleva al 5 y en el inicio de la faena el 5 brama como Krakatoa; luego a medida que avanza el trasteo, no la faena que ésa no existe, vuelve la sensación de que estamos ante un aficionado práctico avanzado, no ante un auténtico torero. Luego viene el toro JMC, al que no se pica tampoco, toro caedizo por no dejar en mala posición a los otros, Cayetano da una sensación de hacer un esfuerzo dentro de sus grandes carencias. Su actitud es como la de esos estudiantes que dándolo ya todo por perdido, hacen un esfuerzo días antes del examen aunque saben que la Física habrá que sacarla en septiembre. Lo mata con efectividad, dando un antiestético y cobardón saltito. Lo mejor es que las señoras que le siguen vayan a verle a los pueblos, que se le ve más cerca y anda menos presionado y envarado que en Madrid. En el sopor de la tarde los abonados de la A9 acabaron suplicando la visita
del Señor de Azul que vigila el toque de palmas de tango |
Posted: 03 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 03 Jun 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 4 DE JUNIO
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
-Paz a vosotros.
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
«
-Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
-Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.
Juan 20, 19-23
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Posted: 03 Jun 2017 02:56 AM PDT En la cultura socialdemócrata cada día tiene su toque histórico: hoy, la final de Cardiff; ayer, el Acuerdo de París, esa mamandurria del Cambio Climático del que se ha
salido Trump, que es como el Eliot Ness de Brian de Palma rompiendo las cajas de licor del Hamponato Mediático.
–The American Century died today, 1918-2017. Rest in Peace –tuitea (en inglés brexitero) Garicano, el Fabián Estapé de Ciudadanos, que tiene a su jefe Rivera, el nadador, cerrando en Bildeberg el “impeachment” de Trump con Cebrián, que lleva allí desde el 83, cuando lo colocó Guido “Convoluto” Brunner. Garicano, que viene de votar el desenterramiento de Franco, entierra el Siglo Americano. Ultraempiristas de la historia son estos Garicano. En el 72, el tío abuelo, ministro de la gobernación de Franco, estaba en el palco del Camp Nou viendo un Barça-Coruña cuando oyó que por megafonía decían “S’ha perdut un nen”, y mirando a Montal, el presidente culé, exclamó: “¡Es el acto más anti 18 de julio desde la guerra! Y si siguen así, se lo diré en otro lugar y de otra manera”. Apenas tres años más tarde, al recibir la medalla de oro de Barcelona, declaró: “La era de Franco ha terminado con su fallecimiento. Todos estamos inmersos en esa tarea apasionante que es la conversión de España a ese sistema que llamamos democracia. El bilingüismo aquí es un hecho y las dos culturas deben subsistir en igualdad de condiciones”. A uno le pasa con los Garicano lo que a
Santayana le pasaba con Lord Acton, que cualquier cosa puede ocurrir y todo testimonio es aceptable. Dejadme saborear esta noche la cena de Cardiff en perfecta inocencia de espíritu, como en tiempos del ministro Garicano, antes de la Democracia
y de la Crítica, libre, al fin, de los redondos de ternera (redondo: monopase del neotoreo; ternera: monoencaste de la tauromaquia artística) de la Feria de San Isidro, cuya parte seria comienza mañana con los
Cuadri, cuyo ganadero es un loco de la cría de canarios.
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Vigésima de Feria. Y en eso llegó Ponce y mandó a parar Posted: 03 Jun 2017 04:49 AM PDT José Ramón Márquez
Vamos a lo negro, que es Ponce, y dejamos lo demás para el final, por dar unas notas de ambiente, si acaso. Enrique Ponce, veintisiete años de alternativa, se presentó en Madrid a matar la única corrida que quiso de las tres que, al parecer, le ofrecieron, sabedor de que si tenía que hacer un esfuerzo, lo haría, con lo que eso significa. Enrique Ponce se vino a Las Ventas con la misma ilusión con la que se vino aquel muchachito escuálido vestidito de rosa y oro a matar una novillada de Lupi en un otoño de hace cerca de treinta años, y eso es ya de por sí una noticia de las de titular, que cuando día a día vemos darse importancia de figuras a novilleretes de vuelo bajo y alas cortas o a matadores frente a los que sólo se abre el abismo de la inanidad, contemplar a este hombre, veintisiete años de alternativa, con su carrera hecha y con las ganas de un principiante es como para ponerse ya desde el primer minuto a favor del valenciano, que venía vestido con un lujo elegante, nada estridente, de carmelita y oro con unas florecillas de plata. Cuando salió su primero, Libertino, número 50, un negrito bien hecho y serio, ya está Ponce con el capote trabajando con más ánimo que cualquiera de los novilleros de los que podemos haber visto en los últimos quince años, y cuando se dice trabajando eso quiere decir no dejar al animal a sol ni a sombra hasta tenerlo sujeto en el capote y corregida su descastada tendencia a salirse suelto del lance. Remata su didáctico saludo a Libertino en los medios, tras haber ido en pos de él y haberle lanceado con gusto por verónicas ganando el terreno. Luego sale Manuel Quinta en su penco y Libertino explica su tema, que es medio emplearse en el primer puyazo y quedarse ahí a que no le peguen en el segundo. Al salir de la primera vara Jocho tira al suelo a Libertino y Ponce va a hacerse cargo de la situación en un quite por chicuelinas, buenas, de las cuales la que remata la serie es extraordinaria; luego lleva al burel al caballo y pierde el capote en la revolera con la que quería dejar colocado al toro, sin inmutarse agarra otro capote inmediatamente y remata con la misma revolera, pura torería. Acude presto a banderillas el toro y la cuadrilla justifica su solvencia, que un torero grande siempre debe llevar a su lado una buena cuadrilla. Principia Ponce su trasteo en el 10 y en ese terreno hará su faena toda entera, basada en las condiciones embestidoras y bondadosas de Libertino, que acude presto al cite, no crea problemas y pone de su parte todo lo que puede. A fin de cuentas es eso lo que su criador busca. Ponce desarrolla su faena basada en su propia facilidad, en su capacidad mil veces demostrada de negociar con el toro sin imponerse a él, sin violentarle. Esa falta de agresividad hacia el toro es la que se demuestra en cómo el de Chiva se empeña en torear en paralelo al toro, a veces extremadamente por afuera con el pico, con un oficio depuradísimo y dando lugar a una ligazón casi perfecta, pero siempre preocupado por no agredir al animal, por mantener una corriente de confianza entre ambos que propicie el que el toro no se vaya a rajar, como podría preconizar su comportamiento durante la lidia. El trasteo que Ponce forma es compacto y ensamblado como un juguete de Lego, pero no da el paso adelante que haría grande su propuesta: se conforma con poner la Plaza como un volcán en erupción a base de estética, no de toreo, de ponerse y hacerlo bonito, pero no de torear, de ese torear con los riñones, con compromiso y con verdad que es el que te pone los pelos de punta. Ponce nos da la versión de su verdad, la que tantas veces nos ha dado con toros que no le importunan y crea una obra que, seamos realistas, hace diez años le habría valido en Madrid muchas más censuras que aplausos. El final de la faena es, con mucho, lo mejor cuando Enrique Ponce se adorna con sus poncinas haciendo pivotar al toro sobre su pierna arqueada, llevándole con perfección y acabando en un grandioso cambio de mano al que sigue un extraordinario pase de pecho. Luego se encenaga un poco con el acero, que nunca ha sido un gran estoqueador, pincha en hueso y después deja una rinconera algo traserilla que es suficiente. Su segundo fue Rumbero, número 24. Cuando se vieron las trazas de Rumbero, lo veleto que era y las cositas que hacía, cuando vimos que el salpicado no era de las mismas condiciones amables y colaboradoras que los otros del encierro, comenzamos a relamernos por lo que acaso podría pasar por la cabeza de Ponce, que con una orejilla tenía ya a medio abrir la Puerta Grande. Sinceramente he de decir que me dio la impresión de que Ponce no quería al toro, cuando al salir del caballo lo tira ostensiblemente al suelo o cuando deja que José Palomares le meta el palo con fuerza pegándole lo suyo, da la impresión de que él prefiere que salga el sobrero y repartir cartas de nuevo, pero como el toro no vuelve a caer, aunque le echen el capote abajo, Ponce recoloca su pensamiento y decide medirse con Rumbero. En banderillas el toro galopa y muestra su disposición a acudir a la media distancia. Para la faena de muleta Ponce decide que el terreno va a ser frente al 6 y ahí es donde plantea su trasteo de principio a fin. En este toro, que no da nada ni lleva nada de serie, Ponce se dedica a labrar al animal a ir creando su combate, intentando meterle las manos pero sin ser agresivo contra el toro. El bicho embiste con todo el cuerpo y a veces engancha la muleta de Ponce, pero Ponce va labrando su obra, a base de consentir, a base del poder de su muleta, de su firme convicción en lo que está planteando y le enseña al toro a acudir por el derecho y luego se empeña en domarle por el izquierdo, valiente como un recién llegado y con una mente despejadísima de gran torero. Era un placer ver la técnica perfecta del valenciano, su estilo depurado, el sentido de todo lo que iba haciendo para ir llegando a las cercanías, al momento culminante de la faena en que le saca cinco redondos de uno en uno que son la patente prueba de que el designio se ha cumplido, de que toda la tauromaquia que ha desarrollado culmina en esa extraordinaria y personal manera de torear, llevando al toro por donde no quiere ir, mandando con mano de hierro sobre su embestida, poniendo en pie a la Plaza entera y rematando, homenaje sentido a Antonoio Bienvenida, con el característico abaniqueo del caraqueño. Volvió a marrar con el estoque y a dejar media tendida dentro del toro en la segunda intentona. Y, después, nuevo recuerdo de Bienvenida en la manera en que echa al suelo el capote de brega al comenzar la vuelta al ruedo. La tarde entera fue propiedad privativa de Enrique Ponce, y eso que hubo un crítico de los de la Selecta Crítica que hace ya unos años le recomendaba (¡le exigía!) que se retirase… Sólo Ponce llenó la Plaza con su presencia, su disposición, su suficiencia, su torería, y su manera de estar. Muchos de los jóvenes que a diario vienen a Las Ventas, que eso sí que es un mérito que hay que poner en el haber de Donsimón, hoy habrán vislumbrado lo que es torear por primera vez en sus vidas, y eso ha tenido que venir a mostrarlo un señor con veintisiete años de alternativa, que respeta todos los ingredientes del rito, que está atento a lo que pasa en el ruedo, que considera todos los elementos que forman esta ceremonia tan frecuentemente travestida, anteayer mismo sin ir más lejos, en deplorable circo del abuso. El ganado correspondió a la ganadería de Domingo Hernández, divisa azul encarnada y verde, propiedad de don Domingo Hernández, que en el día de hoy tomaba antigüedad. Ha sido una corrida bien hecha, con una diferencia grande de pesos, sin que eso haya sido un obstáculo, pues el ganado ha salido acorde a como debe salir en Madrid. El sexto toro, Granaino, número 60, ha sido el prototipo del toro perfecto para el toreo contemporáneo por su inextinguible disposición a acudir a los cites, viniesen de donde viniesen, por su tozuda insistencia en no enterarse de nada ni desarrollar la más mínima idea o sentido y por su inequívoco talento en colocarse él solito para el siguiente muletazo, le dejasen donde le dejasen. Un señor en el tendido bajo del siete apreció que esos eran méritos suficientes como para flamear un solitario pañuelo azul demandando la vuelta al ruedo para Granaino, actitud que no consiguió ni mucho menos arrastrar a las masas. La verdad es que después de lo de hoy estamos deseando irnos a Teruel a ver a Ponce con los de Adolfo. ¡Ah! Se me olvidaba: hoy se volvió a colocar en las taquillas ese cartel que Juli no consiguió poner y que reza “No hay localidades para la corrida de hoy”. Anotado queda. Al Periodismo se le escapó Ponce
como se le ha escapado Trump
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Posted: 04 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 04 Jun 2017 04:41 AM PDT Buffon
Copa de Europa
Francisco Javier Gómez Izquierdo
La final de la Champions la relatan esta mañana los periódicos minuto a minuto sin que falten las obligadas explicaciones de por qué pasó lo que pasó en Cardiff. Lo que pasó poco tiene que ver con lo que los mismos analistas explicaban que iba a pasar y si bien se ha de ser siempre cauto ante una final de fútbol, la diferencia entre la Juventus y el Madrid es casi la misma, dicho se a con perdón, que entre el Barça y el Alavés de la final copera del otro día en el Calderón. El R. Madrid tiene las trazas de haberse vestido de emperador del fútbol para más de un quinquenio. Mas allá de las estultas teorías de la incompetencia de Benzema (¡pocos futbolistas tan extraordinarios!), la fragilidad de Danilo o la necesidad de un portero que no se han de tomar más que como manías del país campeón en hablar por hablar..., no hay equipo en el mundo como el Real Madrid actual. Se agradece la caridad de buscar en sus rivales camufladas capacidades susceptibles de incomodar e incluso de dar disgustos gordos a los blancos, pero la verdad es que fuera de España ya no queda enemigo. Ni siquiera el Bayern de Múnich, al que Ancelotti le ha echado paladas de una molicie de la que le va a costar desprenderse. Si acaso el PSG, pero tras el accidente aytekinesco y algo más en el Camp Nou uno no sabe qué pensar de los parisinos. A pesar de mi admirado Unay Emery. Contra el Madrid actual sólo veo dos posibles ganadores: el Barça y el Atleti. Más que nada por el profundo conocimiento que le tienen y por Messi, claro está. La Juventus es equipo serio. De solvente calidad técnica. Tácticamente muy trabajado. Y de portero está Buffon. Todos son argumentos suficientes para alcanzar victorias, títulos y honores..., siempre que enfrente no esté el Real Madrid. Obsérvese que de los bianconeros no hay nada que me parezca excelente. Ni siquiera Dybala. La Juventus eliminó a un Barça descompuesto y a un bisoño Mónaco que no supo guardar la ropa mientras nadaba, pero intentar hacernos creer que Higuaín es más decisivo que Benzema, Pjianic parecido a Kroos o Alex Sandro más fiable en defensa que Marcelo son ganas de tomar al aficionado por tonto. Luego está esa BBC juventina en defensa y de la que un servidor tiene ya puestas sus impresiones sobre la misma incluso en tiempos de cero goles encajados. ¿De verdad creen ustedes que Chielini, al que no voy a negar su pundonor y profesionalidad, es un central, como se dice ahora, top? Buffon es un grande. Uno de los porteros más grandes de todos los tiempos. Además es simpático y educado sin perder la atractiva gravedad de los escasos deportistas sabios. Si uno se atreve a decir, que me voy a atrever, que a
3 de junio del 2017 Keylor Navas tiene mucho más nivel futbolístico que el mítico Buffon, me tomarán por necio, pero la realidad de los hechos tiene una fuerza demoledora. Si alguno de los cuatro goles llega a encajarlos Keylor, no es necesario que
les cuente los millonarios berridos en las tertulias semanales.
En resumen: la emoción de la primera parte nos tuvo entusiasmados ante una final un tanto nostálgica para el aficionado de toda la vida, pero llegaron las pruebas físicas -esa importancia vital que ha abandonado Ancelotti, un poner- de la segunda y el partido sólo tuvo un color. ¡El físico! Para mí, el auténtico éxito de Zidane. Llegar al final de la temporada, como diría el otro, pletóricos, es difícil de programar. Conseguirlo, una garantía de éxito. Como diría doña Rosa Joaquina Aguilar, bética y ministra de Cultura en el virreinato andaluz, el Madrid ha conquistado la "doceava " Copa de Europa. ¡Enhorabuena al Madrid! Y dejen en paz a Benzemá, hombre, que es de lo que no hay. |
Posted: 03 Jun 2017 10:32 PM PDT San Isidro'17
A tal Toro, tal Plaza
José Ramón Márquez
Hoy empezaba la otra cara de la Feria, la de saber bien qué ganado se lidia y la de tener la ilusión de verlo. Llevamos veinte tardes de corridas en Las Ventas y, quitando la de
La Quinta, puede decirse que nos hemos bajado a la Plaza cada día sin saber ni quién torea ni de quién son los toros que se van a lidiar. A partir de hoy la cosa ya es distinta, que ya sabemos que mañana viene
Cuadri, pasado mañana Dolores Aguirre y así hasta el gran final del domingo próximo con los de la A con asas, divisa verde y negra en Madrid. Luego los toros saldrán como salgan, que eso es harina de otro costal, pero la ilusión de esperar el
día y de bajar a la Plaza sabiendo que en los chiqueros está tal o cual corrida ya no te la quita nadie.
Hoy, sin ir más lejos, teníamos el ánimo de ver a los buendías de Carlos Aragón Cancela, y aunque ni la presentación de la corrida ni su juego hayan sido los que esperábamos ver, nadie puede quitarnos el buen ánimo con la que íbamos camino de la Plaza, relamiéndonos con los cárdenos que nos esperaban ahí mismo dentro de un ratito. Claro, que al llegar a la Plaza ya nos dimos cuenta de que lo de la ilusión no se había contagiado por igual a los abonados, ni a los poseedores de tarjetas de la tercera edad, ni siquiera a los pobladores del “tendido del gañote”, que así llamamos a todos esos burladeros de callejón poblados por gentes variopintas y todas coladas. Para que se vea el alcance del abandono del público de la plaza baste señalar que incluso el ubicuo Sánchez Dragó, el Niño del Gárgoris, de quien se dice que hay una recompensa de 10.000 dólares al que presente una fotografía de él sacando y pagando una entrada en la taquilla de una Plaza de Toros, no estaba en su burladero del pastoreo. Y hablando de ausencias pongamos por caso a los areneros, que hoy salían cuatro con los rastrillos y el capachito, cuando lo normal es que asomen no menos de nueve en el paseíllo de cada día. También estaban de rebajas los benhures de la mula, que hoy con cuatro también bastaba, donde otros días hace falta una multitud, además esos cuatro demostraron esta tarde que unos poquitos se bastan y se sobran para hacer las mismas triquiñuelas que cuando son más. La Empresa Plaza1 ha sacado una estadística diciendo que hoy había en Las Ventas más de 18.000 espectadores, y lo habrán puesto por poner algo, porque hoy había en los tendidos, las gradas y las andanadas más calvas que las que tenía la cabeza de un torero harto conocido antes de hacerse los injertos. El hecho de no ver a Donsimón en su Plaza1 no debe ser achacable a su desinterés por la supuesta casta de los Buendía, ni a su interés en el balompié, sino a que lleva desaparecido la torta de días y nadie sabe dónde está, que lo mismo puede hasta haber sido abducido por unos OVNI de Ganímedes o de cualquier otro planeta que no sea el de los toros. No debemos preocuparnos, porque ahí tenemos cada tarde a su fideicomiso Curro Vázquez, como el Número 2 de las películas de Austin Powers, encargado de estar al tanto de todo el desarrollo ferial como de impregnar de cosmopolitismo el cochambroso edificio de Las Ventas La novillada de este sábado, última de las tres de la Feria del Isidro 2017, llevaba en el anca, herrado a fuego, el número 6 de la ganadería de
Flor de Jara. Novillos santacolomeños que nos sacaban del monocultivo bodeguero y, como se dijo antes, ilusión de cambiar el sota, caballo y rey de cada tarde por algo donde se presupone la casta, el ingenio y la movilidad. Luego vendría la decepción
de las pintas y del comportamiento, pero a las siete en punto el ensueño de la casta, la pujanza y la presencia se mantenían incólumes.
La terna elegida para dar fin de los santacolomas estaba formada por Juan Miguel, Alejandro Marcos y Ángel Sánchez, a quien apodera el ganadero y que tan grato recuerdo dejó entre los que le vieron justo antes de empezar la vorágine de San Isidro. Juan Miguel se plantó en el centro del ruedo, más o menos el centro, para recibir a pie firme a Balconero, número 33, por tafalleras; una, dos, tres y el novillo que se entera y se le tira al cuerpo. Ahí es donde pensamos que el color de la tarde vendría presidido por la casta, pero ni casta ni ná, que Balconero, salvo en lo de su capa cárdena y lo de sus hechuras, propias de su raza, fue un buenazo que no sacó los pies del tiesto más que para fastidiarle el recibimiento de las tafalleras a Juan Miguel. El bicho presentó una cara bondadosa y colaborera, tragándose los muletazos y no importunando. Comenzó la faena con tres series por la izquierda exactamente iguales en planteamiento y ventajismo que cualquier otro de los que han venido o de los que se han quedado fuera. El hecho evidente es que el pobre Balconero se fue al otro mundo sin haber gozado de las mieles del toreo, y sin recibir un solo pase digno de tal nombre. El segundo, Arquero, número 35, otro cárdeno con esos pitones tan de Santa Coloma, remató en tablas de salida y se quedó un rato mirando por encima de la barrera junto al burladero del 10, a los que se movían por dentro del callejón, a ver qué era eso. En varas le tocó día de cobro, y era digno de ir a hablar con el picador, Óscar Bernal, para que se explicase por qué le había hecho eso al novillo, que donde se paraba dejaba un charquito de sangre. No aburriremos glosando las carencias -que son muchas- de Alejandro Marcos, pero sí señalaremos que dio la impresión de que estaba todo el rato ahogando la embestida del toro. El tercero de los Flor de Jara cruzó la laguna Estigia que le llevó al Mundo de los Muertos de Florito gracias al pañuelo verde que sacó de don Trinidad López de manera bastante sorprendente, pues ni había una protesta generalizada ni el toro dio grandes signos de debilidad durante el rato que anduvo por el ruedo. Fue sustituido por un engendro negro llamado Inmejorable, número 23, de la vacada a nombre de doña Dolores Rufino, juampedro vía Martelilla, que era un rato feo: ensillado, basto, degollado. Un cromo al que ni habían tenido tiempo de quitarle los crotales de las orejas. Muy abanto de salida, descastado, sin hacer caso a los capotes, se pegó unas carreras más de liebre que de toro y cuando se paró no fue capaz de hacer que Ángel Sánchez revalidara su triunfo precedente. El toro era tora, o tore, y el torero no vio claro nada. Cariñoso, número 15, se llamaba el segundo que enlotaron para Juan Miguel, también cárdeno. Salió distraidillo de natural el animal y entre esa característica propia y la falta de conocimiento de Juan Miguel para hacerse con él a base de oficio muleteril y las muchas prevenciones que tomó desde el inicio, la faena se fue yendo mansamente al desagüe de las faenas olvidadas, hasta que en un pase de pecho el toro hace por el torero y lo amorcó, al parecer sin graves consecuencias. Ese susto, la condición bisoña e impresionable de gran parte del poco público y la colaboración necesaria de los cuatro benhures de la mula, pusieron en manos del de Colmenar de Oreja la auris doloris, la oreja del dolor, que es la tercera que cosecha el colmenarete de igual manera en Las Ventas. Tres lleva iguales. Por allí dijo un señor un refrán: “Con revolcón, oreja al esportón”, que apunta bien a lo que pasa ahora, que a las buenas gentes las pierde la emotividad, como a Currovázquez, que se puso a aplaudir a Juan Miguel cuando pasó cerca de su burladero, lo mismo que el otro día zarandeó a Juan Miguel Núñez en el desolladero. Ya quedaba menos para el final cuando el señor López sacó el trozo de sábana blanca que ejerce de pañuelo y el Buñolero vestido de Barquillero, don Manuel Pérez, abrió la mazmorra de la que salió Tabernero, número 12, un zancudo, manso y sin casta alguna cuya lidia constituyó la nada, el cero absoluto, el más incesante desinterés, dando lugar a felices conversaciones entre los aficionados. El sexto fue el que medio salvó el honor de la divisa. Pies de Osa, número 42, novillo de una preciosa lámina y de incuestionable trapío, con el característico hocico de rata, acudió al caballo de Teo Caballero con alegría y fijeza y tomó una vara en la que mete los riñones y pone la cara abajo y empuja con decisión mientras desde lo alto se le castiga ferozmente. Se vuelve a poner al toro, que deja un considerable charco de sangre y al animal le cuesta ir, eso aparte de que las trazas de jinete de Teo no parecieran las más óptimas. Luego, al fin, se arranca y recibe un picotazo. Ángel Sánchez se puso a ver lo que salía, yo creo que sin un plan, y lo que salió fue un espantajo de faena en la que no se vislumbró otra cosa que la búsqueda de la ventaja, lo de todas las tardes, vamos. A cambio nos pudimos extasiar con la brega exquisita de Iván García, grana y azabache, a quien en esta tarde le tocó cargar con el peso de la torería, del trabajo bien hecho y del oficio. La ovación que se llevó Iván la recogieron sin venir a cuento sus compañeros, que a un torero, de oro o de plata, un aplauso le da la vida. A las 9 y 8 minutos se corre la voz de que el real Madrid ha marcado su primer gol. ¡El Hombre de Azul!
(En la A9, cuando se aburren, piden que los visite El De Azul)
Cinco areneros, cinco
Recuerdos de
Cazarrata
Los benhures frenando, la oreja (la propineja) aguarda
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Posted: 05 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 05 Jun 2017 03:01 PM PDT Junio - 1944
Rumbo a la Victoria, Por Ernest Hemingway
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Posted: 05 Jun 2017 05:34 AM PDT Elche, 1974
Indio, Bonet, Esteban, Canós, Montero y Llompart
Escobar, Jaime Cano, Rubén Cano, Gómez Voglino y Melenchón
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Tras los espesos nubarrones de hace menos de un mes, en Córdoba luce el sol. El último Rayo de la tormenta atardeció mas tímido y doméstico de lo que se esperaba y en Vallecas en vez de una equis salió un dos. Curioso y llamativo
el final de Liga de mi equipo, que en el último mes ha encontrado a Alfaro, un teórico referente a principios de Liga y al que el entrenador condenó merecidamente al ostracismo por su abúlica disposición. El onubense, para no ser menos, imagino, a su
hermano menor en el Barça chico, se ha empeñado en marcar goles del jugador listo y capaz que veíamos brillar en el Sevilla Atco. y al portero
Gazzaniga le coló uno a lo Cruyff de rosca con el exterior del pie derecho.
Era el 1-2 definitivo que reconciliaba al Córdoba con la general opinión de tertulianos y público en septiembre pasado, atónitos ante el errático rumbo de un señalado para el ascenso. Otro yerro en la previsión hubiera sido insoportable.
¿Quién aventuró el trágico final del Elche y el Mallorca? Elche y Mallorca no tienen peor plantilla que el Córdoba. Cierto que son modestísimas, y, si bien sus jugadores más veteranos,
Nino y Pelegrín o Julio y Juan Domínguez, no ganan para sobresaltos con las informalidades de sus patronos, tenían que haber llegado por lo menos al cinco y no fiarse de pasar curso con dos suspensos como han puesto de moda las
actuales autoridades en asuntos de Educación. Las camisetas de Elche y Mallorca han vestido al “milonguita”
Heredia, a Marcial Pina, a Rubén Cano, a Eto’o, a
Ibagaza, a Nadal el tío de Nadal...
Sus aficionados no merecen tantos sinsabores, pero me malicio que aún ha de ser peor. Desaparición y dolorosas travesías por pueblos hostiles en busca de una nueva luz. Elche y Mallorca no tienen peor plantilla que Reus, Huesca,
Alcorcón, Valladolid o ese Gerona que ha subido a Primera, pero hemos de reconocer que si damos gracias a San Hugo de Grenoble, patrón de los futbolistas, porque en Segunda, a falta de calidad, se nos reparta emoción a granel, cualquier resultado cabe en cualquier
partido. El Gimnástico de Tarragona, casi descendido hace quince días, se llevó por delante al Gerona hace una semana y al Tenerife en su isla, ayer mismo. El Gimnástico de Tarragona aún no está salvado y me sentiría contrariado si lo hiciera a costa de la
UCAM, en un partido de los que se dicen a cara de perro. Un duelo en el que uno de los dos ha de morir, salvo que el Alcorcón se suicide ante su parroquia con un puñal de Lugo. Es lo que queda del campeonato. El Nástic-UCAM y el orden de los cuatro equipos
de play-off que como saben, favorece con toda justicia al tercer clasificado. En la presente, el Getafe, mucho más equipo que el Gerona y al que el mismo insensato, imagino, que dejó al equipo en manos del nefasto
Esnáider, lo rescató a tiempo para ampararlo en el entrenador que posiblemente mejor conozca la categoría. Merece
Bordalás repetir el éxito del Alavés.
Por último, quiero hacer constar, que si el Córdoba acaba en el puesto 12 -¡vaya, el 12 otra vez!-, se habrá clasificado con arreglo a su mediocre potencial reforzado en invierno con
Aguza, Javi Lara y el joven del B Javi Galán. Pedir más a tal plantilla es delirio de insensatos.
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Posted: 05 Jun 2017 04:33 AM PDT |
Creíamos tenerlo tan visto en las barajas de don Heraclio Fournier que ni siquiera lo habíamos visto: un Rey de Copas de verdad, con su “12”: las doce tribus de Israel, los doce apóstoles de Jesús y las doce copas del Madrid con que Zinedine Zidane ya puede, vestido de Rappel, montarse un zodíaco: el Zodíaco del Fútbol. Antes de la final de Cardiff vimos un publirreportaje sobre Guardiola, el inventor del fútbol, en el cual todo eran excusas para justificar el gatillazo pegado en el City; un lambiscón lo resumió en una frase memorable: “Es un entrenador tan especial que necesita futbolistas muy buenos que lo entiendan”. Vimos también el anuncio cervecero con Mourinho en el Ártico, donde, por cierto, sale más hielo del que dicen las Casandras climáticas (¿o se dice climatéricas?), que son de la teoría de que se ha derretido el Polo Norte, aunque en la playa de Lastres la marea sigue llegando al mismo ladrillo que hace treinta años. A Guardiola y a Mourinho, que iban de Alfa y Omega del fútbol, se los ha llevado en Cardiff por delante el tal Zidane, que toreó a la Juve del “Anchoa” Allegri como Ponce al garcigrande de Las Ventas. –El fútbol depende de una ráfaga de viento –dice Hughes que es el lema laboral de Allegri. El fútbol es de los buenos futbolistas. El Madrid los tiene y la Juve no. Zidane lo fue, y vino al Madrid. Por eso el Madrid gana finales y la Juve las pierde. La Juve finalista parecía un robot al que sólo un teórico de la inteligencia artificial podía meter mano. En su eliminatoria con el Barcelona de Messi mostró una pauta organizativa propia de las colonias de insectos: parecía un termitero. Su alma era comunal, del nido. El Barcelona cayó fascinado por la contemplación de tan frenética actividad. El Madrid, en cambio, encaró el problema como los elefantes el desfile en el Libro de la Selva. Lo que no sé es cómo Allegri, un tipo que una vez plantó a su novia en el altar, no salió corriendo en el descanso hacia el Ártico de Mourinho, llevándose de recuerdo, al menos, el gol Mandzukic, que era de Van Basten. Se hubiera ahorrado la segunda parte, cuando hicieron agua todos sus jugadores, incluido Dybala, que, como todas las figuras emergentes en nuestros días, tiene algo de pescuezo de gallina: de lejos parece algo, pero de cerca sólo es otro hueso. En el Madrid cumplieron todos sin despeinarse, y contra eso, hoy, no hay nada que hacer. Navas salvó un cero a uno. Carvajal y Marcelo fueron los “flippers” del pinball zidanesco, en el que Isco es la bola, y Modric, el muelle. Casemiro, ese río de leones (¡los veinte Stielikes de Hughes!), hizo lo suyo y un gol. Kroos sacó córneres como confetis. Cristiano obtuvo dos goles y otro Balón de Oro. Ramos, que tiene naturaleza histriónica, repartió papeles para todos los registros, de Cortihero a Supermán, de Tony Leblanc a Peseto Loco, pasando por… ¡Jordi Alba!, con esa “barcelonada” o “culerada” sin fundamento al pobre Cuadrado, a quien el árbitro, que equivocó todas las tarjetas, envió a la calle. ¡Esa broma hubiera quedado homérica con Alves! Pero, en sus peores momentos, la vida humana no es algo trágico, sino carente de significado. MENTÍS DE BENZEMA
John Gray, que se ha ocupado del asunto, sostiene que en el caso de los seres humanos, los mejores mentirosos son los que se mienten a sí mismos. “Nos engañamos a nosotros mismos a fin de engañar
mejor a otras personas”. Benzema es un futbolista tan mentiroso en el juego que nadie le acaba de pillar el punto: ahí radica su genialidad. Es un goleador y, sin embargo, no lo parece. En el área miente como los cuervos, que fingen esconder sus provisiones
en un sitio para luego ocultarlas en otro. Cristiano no sería Cristiano sin los engaños de Benzema, estrella del Real Madrid que no halla hueco en la selección de Francia… “por racismo”, en palabras del octogenario Guy Roux, que cree que con Benzema los franceses
serían hoy campeones de Europa. “Pero aquí (la Francia de Hollande y de Macron) no juega porque no canta la Marsellesa”. Que es como si en el Madrid no jugara porque no canta el “Nessun dorma”.
Fin de otra temporada de cierres infartantes. Una màs. O una menos
@hughes_hu
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Posted: 05 Jun 2017 01:16 AM PDT Bueno, pues después de toda esta travesía del Desierto del Descaste, del Páramo de la Bobería, de la metástasis ganadera del juampedreo o de la juampedritis, ahí tenemos por fin la de
Cuadri: Toros de Hijos de Celestino Cuadri Vides. Hemos llegado hasta aquí llenos de arañazos, en harapos, exhaustos, pero aquí estamos, al fin frente al toro, el que proclama su seriedad, el que mete miedo, el que no está para las monerías, el que da
sentido al viejo rito. Lo primero, una digresión, que es digno de mofa el hecho de que el programa oficial número 34, correspondiente a la tarde de hoy, en su página 4 se nos anuncie de manera pimpolluda, o
por si cuela, que la procedencia de los Cuadri es… ¡Domecq y Díez! Con un par. Se ve que el que hace el programa, lo de Domecq ya lo da de serie y ni se plantea que pueda haber en el mundo otra procedencia que no sea ésa.
Luego también marran en la divisa, que a los colores de la casa, morado, amarillo y blanco, le han puesto los de
Apolinar Soriano, encarnado amarillo y blanco… Un dislate más. Se conoce que han echado el resto en lo de las caricaturas, generalmente tan acertadas de
Jerôme Pradet en la portada del programa y la parte de dentro la han descuidado, o lo mismo es que como
Donsimon anda gozando de la tranquilidad de Menorca, según dicen, a Currovázquez no le da tiempo entre atender compromisos cosmopolitas, repasar con quien él sabe el inicio del segundo acto del
Turandot, con la partitura en la mano, y otras cosas de la high-class como para repasarse los programas que dan, que a fin de cuentas la mitad de la gente ni los mira.
Los Hijos de Celestino Cuadri Vides trajeron tres y tres, los del año 13 y los del año 12, una corrida muy seria, en tipo de la casa, acaso algo más descarada de cabezas de lo que en ellos es costumbre y bastante menos parada que
lo que se veía últimamente en esta respetada ganadería. Hoy puede decirse que ya comenzó la parte de la Feria en la que se dan las corridas con picadores, que en esta y en lo que viene a continuación veremos a los del castoreño currar lo que no han currado
en todo lo que ya es recuerdo.
Siempre lo decimos, pero es que es verdad cuánto echamos de menos en corridas como la de hoy a los gerifaltes del escalafón: a ese poderoso
Juli domeñando con su poderío los gañafones y la violencia del quinto, a
Manzanares dibujando sus jeribeques mediterráneos y haciendo pasar al cuarto, a
Talavante trazando sus naturales al hondo sexto… Soñar es gratis y ahí nos quedamos siempre, porque es más probable que los batracios críen pelo antes de ver a alguno de esos tres y de otros cuantos que no se citan justificando su supuesta condición
de figuras frente a cualquiera de los seis de esta tarde. Decía Gallito respecto de los toros de menor complicación que
“de vez en cuando, entre col y col había que comerse una lechuga”, pero es que estas figuras de pitiminí no paran de desayunar, almorzar, merendar y cenar lechugas, que llevan más verde dentro que un vegano de esos. Las
coles, en este caso se quedaron para los redaños de Fernando Robleño,
Javier Castaño y José Carlos Venegas, de los que se relatan a continuación sus hechos desde la admiración y el máximo respeto por haber estado frente a una auténtica corrida de toros.
El primer toro, Teniente, número 10, se escobilló el pitón izquierdo al derrotar contra el burladero del 10, se arranca con prontitud al cite de
El Legionario y, para mí que le escacharra con el puyazo tan mal puesto que le arrea, porque el animal, que no había dado síntoma alguno de debilidad, se cae a la salida del caballo y luego otra vez. El animal, tras su paso por las manos de El
Legionario sangra una barbaridad, dejando un charco de sangre que le escurre por la mano, y a mí nadie me quita que el picador se lo cargó.
Fernando Robleño desarrolla su trasteo a la madrileña, que es el de decir poco, porque luego tiene otro a la francesa que es el de los triunfos. El toro se resiste a salir de la proximidad a tablas y Robleño lo saca
al tercio y allí desarrolla su trasteo sin gran lucimiento. Lo tumba de una estocada desprendida.
El segundo de la tarde es Sembrador, número 14. En su primer encuentro con
Pedro Iturralde se emplea y recibe un castigo considerable. En su segunda venida al aleluya tardea para que Iturralde luzca sus dotes de jinete y, finalmente, se arranca para cobrar un puyazo trasero. Lo banderillean
Marco Leal y Fernando Sánchez, el primero da un feo salto en sus dos pares y el segundo clava a toro pasado arrancando muy en corto como en él es costumbre, siendo lo mejor del segundo tercio la perfecta brega de Marco Galán. Allá se va
Javier Castaño con su muleta y su estoque falso, pero el toro en seguida se da cuenta de que él es netamente superior a su matador y le complica la vida, y además Castaño ni acaba de dar el paso adelante -el de la
Puerta Grande o el hule- ni en su muleta hay el mando que precisa Sembrador, con lo que ni le domina, ni le obliga a bajar la cara, ni le torea y, para cubrir su expediente recurre a las cercanías, que siempre dan su fruto. Castaño nunca ha sido un
gran estoqueador y avía al Cuadri con un metisaca tirando la muleta, y un pinchazo quedándose en la cara. Sin haber clavado estoque alguno descabella porque sí. Cuando los benhures de la mula arrastran al
Sembrador se cae la manta de la que va en el medio, que cada día estos ensayan nuevas formas de hacer el ridículo, por lo que se ve.
El tercer Cuadri fue Misterioso, número 24. Frente a él, subido al arre,
Tomás Copete. El toro acude porque quiere y el picador ni mueve el caballo, ni tira la vara, ni clava en su sitio.
Misterioso cumple en esa vara y en la segunda se percibe perfectamente que el piquero no tiene el más leve deseo de que el animal se le arranque; cuando lo tiene, lo pica y el animal se quita el palo. En banderillas
David Adalid está realmente mal, aunque nada comparado con lo de más adelante, y no es ni la caricatura de sí mismo. Misterioso no está dispuesto a regalar nada a
Venegas y le anima a trabajar duro para hacerse con él. Venegas recibe un derrote seco, como para irse a su casa, y aguanta el peligro del toro intentando sacarle los muletazos de uno en uno, denodadamente, a base
de valor, y cuando está en ésas le da, certero, en el muslo y luego le pone patas arriba. Venegas le echa valor de nuevo y vuelve a la cara del toro, que el toro rebaña lo suyo por el izquierdo. Lo despacha de media desprendida y un golpe de verduguillo.
La segunda parte del festejo comenzó con la salida de
Pantanoso, número 26, al que pica de manera pésima Francisco Javier González, poniendo el penco de costadillo y echando el palo con salero, como el que sala un filete, a que caiga donde sea, y la cosa sigue en la misma tónica en la segunda vara.
Quizás sea este Pantanoso el que menos ha cobrado de los del castoreño, pero el hecho es que si te fijabas el animal iba lleno de agujeros por su anatomía, que daba compasión verlo. Robleño vuelve a dar la versión madrileña de su tauromaquia, con la
idea puesta en irse ya desde la mitad del muletazo y, desde luego, sin interés en aceptar la arriesgada apuesta que le plantea
Pantanoso. El toro exige una barbaridad y él va desarrollando su trasteo con su bien aprendido oficio, a veces recuerda a
Fundi en su trapacería, y a base de esos aspavientos va consumiendo el tiempo sin presentar una lidia orientada a un fin, en este caso el de poder a
Pantanoso, pues su propuesta es de medios pases y, a veces de tercios de pase. Para mi gusto éste es el toro de la corrida, de una exigencia casi sobrehumana y sin regalar absolutamente nada. Lo mata de un metisaca pescuecero y de una baja. En esta ocasión
las mulas del equipo de benhures salen despavoridas por dos veces sin que los cobradiezmos de la oreja sean capaces de hacerse con ellas.
En quinto lugar tenemos a Artillero, número 12, que rápidamente arrebata el capote de las manos de Castaño y lo acosa hacia la barrera. Luego lo saca hasta los medios por bajo siendo punteada la capa bastantes veces.
José Ney es el encargado de pegarle sin contemplación en la primera vara, después de eso se ve que el toro no quiere caballo y lo dejan entre las rayas para que Ney le busque y le vuelva a arrear con gran vigor. En banderillas no pone las cosas nada
fáciles y Marco Galán demuestra que no es, ni mucho menos, un gran rehiletero. Fernando Sánchez quiere lucirse y le entra a
Artillero por el izquierdo, reuniendo en la cara y dejando un solo palo y rápidamente, pundonor de torero, vuelve a la cara del toro para entrarle por el derecho dejando un excelente par. Luego ya tenemos a Castaño frente a la condición felina de
Artillero, que se revuelve en un palmo buscando con inteligencia lo que sabe que se deja atrás. El toro directamente quiere sacarle de la Plaza y Castaño, con una gran entereza, hace un esfuerzo enorme a medida que avanza la faena. El toro tiene muchísimo
que torear, boca cerrada y mirando al torero, y Javier Castaño se justifica en sus modos. Con una pinchazo, una estocada baja soltando la muleta de la que sale acosado por el toro, que le obliga a tomar el olivo, y un descabello manda a
Artillero a las verdes praderas.
Y el sexto, Embustero, número 9. Menudo lío que se ha formado a su costa. El toro es el más fino del encierro, alto y descarado de pitones. Lo pica mal
Gustavo Martos, que a estas horas lo del buen picamen es ya como un poltergeist o algo sobrenatural. Pierde las manos al salir de la primera vara y comienza a formarse la mundial contra el toro, y cuando en el desconcierto del segundo tercio lleno de
pasadas en falso, clavadas de una en una, falta de lidia y de dirección y miedo se vuelve a caer aquello ya es la III Guerra Mundial del Pañuelo Verde, que hubiese sido una hermosura ver ese vigor protestante en la de
El Valdefresno, la de Montalvo, la de Jandilla, la de Parladé o la de
Juan Pedro Domecq, por decir unas cuantas. Don Justo Polo aguantó a la turba, con muy buen criterio y así pudimos ver cómo
Embustero no se volvía a caer y cómo ponía sus embestidas a favor de la obra de Venegas. El toro, el de menos sentido del encierro, puso al alcance de las manos de Venegas un triunfo cantado, pero el jienense no presentó ideas que fuesen aceptables en
un trasteo sin cómo, ni dónde, ni por qué en el que consigue sacar un gran natural ahí suelto y que pretendió terminar por ¡¡¡bernardas!!!, siendo trompicado por el toro en la primera que intentó dar, que hay ganado que no sirve para las tonterías. A este
toro, que siempre estuvo altivo, atento y desafiante, preciosa lámina, lo mató de una infame puñalada.
Volvió David Adalid, esta vez con Venegas
Se ve que el hombre ha decidido hacerlo "como los demás",
es decir, muy mal, para poder trabajar
Fernando Sánchez sigue con Castaño,
pero sólo es la sombra de su época con Adalid
Lo mejor de los Cuadri (aquí, cómo dejaron el cielo de Madrid)
es la limpieza de basura que hacen, eliminando chicuelinas, pedresinas,
ternascos (o redondos de ternera), desplantes, bernardinas y demás toreo bufo
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Posted: 06 Jun 2017 03:07 PM PDT |
What did you do today... for Freedom? Posted: 06 Jun 2017 09:07 AM PDT |
Posted: 06 Jun 2017 02:11 AM PDT |
Cigüises es el nombre popular que usa
Franceschi para designar a los quitapelillos de los importantes en Venezuela, cuyo alcahuete es
Zapatero, en representación nadie sabe de quién o de qué, pero que, visto desde España (primer vendedor de armas al Madurato), produce vergüenza zoológica.
La única movida digna que hay hoy en el mundo es la de la juventud venezolana a pecho descubierto contra los hampones castrochavistas, mientras el beaterío progre disimula rezando su rosario de cuentas de lapislázuli por la capa
de ozono, que tanto preocupa a frau Merkel y su nuevo Simplicissimus,
Macron, que no tienen hijos, pero que todas las mañanas, al levantarse, van a las playas de Hiddensee y Saint-Tropez y con los dedos de los pies miden la crecida del agua procedente del deshielo polar producido por
Trump, que sí tiene hijos, pero que ha pasado ante el Tótem del Acuerdo de París con las manos metidas en los bolsillos, provocando en los sacerdotes del Hamponato Mediático, que se dicen científicos porque han visto dos capítulos de “Genius”, el mismo
estupor que provocó Cortés en los sacerdotes aztecas cuando, ante el pasmo del padre
Olmedo, dio en derribar el muñeco del Huichilobos con una barra de hierro.
–La Tierra olvidará a la humanidad –nos recuerda
John Gray–. El juego de la vida continuará.
El juego de la vida está ahora en la insurrección venezolana, a cuyos jóvenes los matan como a chinches ante el silencio mundial, sólo por la mala suerte de estar peleando contra el canto de cisne castrista, último cascote de la
guerra fría, cuyos chulazos habaneros (el medio millón de vagos del partido comunista cubano) llevan veinte años viviendo de chupar la sangre a Venezuela, con la complicidad de todos sus cigüises occidentales (“liberales pimpolludos” de
Hughes), que creen mover el globo del mundo con la uña (larga) de su meñique.
Zapatero, el desenterrador de muertos viejos, alcahuetea en Caracas consenso que tape a los jóvenes muertos.
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Posted: 05 Jun 2017 10:30 PM PDT |
Dolores Aguirre a derechas
José Ramón Márquez
Hoy tocaba la Señora, exactamente la hija de la Señora, que también es Señora, y ganadera. Ganadería de doña Dolores Aguirre Ybarra, segunda entrega del toro que está para crear problemas, para ser cambiante o imprevisible, del toro que te hace por sí mismo ir a la Plaza. Bueno, el toro que hace ir a los que hace ir, porque la entrada de hoy en Las Ventas era harto pobretona, la verdad sea dicha. Los que saben de los corraleos y de las interioridades cuentan que hubo movimiento con el ganado que vino a Ventas desde el Castillo de las Guardas, que finalmente fueron rechazados tres y que hubo alguno de los aprobados que precisó de la ayuda de la ciencia veterinaria para apoyar su permanencia en la lista y así poder dar la corrida entera. De todas estas cosas te enteras por dimes y diretes, porque la opacidad en todo el tinglado es total: todo lo relacionado con los reconocimientos, que a fin de cuentas no es otra cosa que un mero acto administrativo, se encuentra oculto tras un muro de secreto, cuando no de misterio. Con lo fácil que sería poner un papel en el desolladero diciendo cuántos animales se han reconocido en total, cuáles son las causas para la exclusión de los que se han quedado fuera y cuáles son las señas de los que han sido aprobados: transparencia, ahora que tanto se estila eso. En los toros, de igual manera que en los asuntos financieros, se siguen contando las cosas en pesetas, casi todo sigue en los mismos modos de cuando aquel famoso Casiano era el empresario de la Plaza Vieja. Decíamos pobre entrada en los tendidos, los de pago para entendernos, las gradas, las andanadas, los palcos, pero hay ese tendido del gañote que es la interminable hilera de burladeros del callejón que siempre presentan un envidiable lleno, que sería motivo de una tesis de psicología social el investigar la afición del español a entrar gratis en los toros. Bueno, ya que en dichos burladeros de convite no se ve al Empresario, a Donsimón, que lo mismo está en la Guayana francesa, nunca nos fallan Currovázquez, enamorado del cosmopolitismo y del bel canto como Faustino y ese zascandil permanentemente colado que es el Gárgoris Dragó, de quien alguien me contó que una vez le vio adquirir una entrada en la Plaza antigua de Burgos, la de los Vadillos, la que demolieron en el 67. Hoy informaba el programa oficial, en uno de esos jocosos textos con que rellenan las páginas, de que el encaste de Atanasio-Conde de la Corte “son toros que obedecen muy bien a los toques, que embisten con nobleza y con suavidad y que por todo ello este encaste sigue siendo codiciado”. Y es verdad, porque muchos aficionados ni se imaginan la pelea a brazo partido que han tenido que mantener los apoderados de Rafaelillo, de Alberto Lamelas y de Gómez del Pilar con los de Morante, Roca Rey y Sebastián Castella, para que los primeros se pudiesen quedar con la corrida de Dolores Aguirre, que la lucha fue titánica según cuentan los que presenciaron las negociaciones. De lo que vino de Sevilla aprobaron para la lidia seis galanes con un promedio de 547 kilos, serios y de respeto, alguno algo zancudo como puede ser normal en esta vacada, negros, que ya va siendo hora de que vuelva el toro negro, de serias cabezas y de variedad de comportamientos, algunos más mansos y otros más bravos, con casta, presencia y cuajo acorde a la Plaza Monumental. El más intratable, por su condición mansa, fue el primero, Guindoso, número 22; en los antípodas estuvo el tercero, Burgalito, número 12, que atesoraba en su interior una embestida vibrante, a años luz de las embestidas tontorronas que vemos por ahí y que incluso han valido vueltas al ruedo a un toro en Madrid (la ordenó el presidente sin una sola petición), no hace tantos días. Como es natural hoy hemos vuelto a ver currar a los de la vara de detener aplicando más veces de las deseables unas técnicas más propias del matachín de un macelo que de las que enaltecieron la estirpe de Charpa y los Calderones. El primero de la tarde, Guindoso, correspondió a Rafaelillo, torero de veinte años de alternativa, harto conocido en Madrid y, en general, en el paisaje del toro que no es mona. Es éste uno de los toros más enrevesados de la tarde, por su mansedumbre. En seguida enseña su querencia hacia tablas. En su primer encuentro con Agustín Collado recibe un castigo realmente fuerte y en su segunda acometida al penco, que el toro va cuando él quiere y no cuando le citan, recibe otra buena ración de ricino de puya. En banderillas se va hacia los adentros y echa la cara arriba en los embroques. Esto no es cosa que debiera importar mucho a Rafaelillo, que mientras sus peones andaban con las cuitas de los rehiletes, él estaba lavándose la cara dentro del callejón. El encuentro final de Guindoso vs. Rafaelillo es un combate de boxeo, donde Guindoso pone los cabezazos, los testerazos violentos, las miradas que petrifican y las embestidas con toda la intención y Rafaelillo pone las piernas, el instinto de salvar la vida y los tres estaquilladores que le rompió Guindoso en sus derrotes. Se libró de él con una habilidosa estocada arriba echándose fuera y un descabello y ocho más por cuenta de Pascual Mellinas. El segundo, Burgalés II, número 36, fue para Alberto Lamelas, que venía de matar Dolores Aguirre en Francia. Inició Burgalés II su vida pública bajo el signo del silbido, que hubo quienes no gustaron de su aspecto largo y suelto. Tampoco debió ser del gusto del hermano de Fundi, David Prados, porque le atacó con la pica en la zona de la paletilla, hiriendo a modo, y aunque luego rectificó, esperó al segundo encuentro para clavar de nuevo en el mismo sitio y ya ni se molestó en la rectificación. El caso es que mientras Prados abandonaba el escenario de su fechoría, la sangre chorreaba abundante por la mano de Burgalés II. Inicia su trasteo Lamelas con poca fe, sobre la derecha. En la segunda serie se queda en el sitio y enhebra dos redondos muy buenos para en seguida caer en la duda y abandonar el sitio de torear. La impresión es la de que el toro, que mira y se entera, se ha hecho con el torero, le ha tomado la horma. Con una estocada aguantando, de buena ejecución, que cae algo delantera y desprendida y dos golpes de verduguillo manda a Burgalés II al cielo de las morcillas. El tercero es Burgalito, número 12, al que Gómez del Pilar recibe con buenas verónicas ganando el terreno al toro hasta los medios donde, como hacían aquellos grandes enanitos toreros, remata la serie soltando el capote con ambas manos en la misma cara del toro. A lomos del jamelgo guateado hace su aparición Pepe Aguado. Viene con dos ideas bien interiorizadas: clavar en la paletilla y pegar en la primera vara y clavar en la paletilla y no pegar en la segunda vara. Acabada su misión, se retira con la habitual pompa. En banderillas Burgalito es pronto y no pone en riesgo ni a Carretero ni al polifacético Dieguito Valladar. Brinda Gómez a El Chano y se apresta a aprovechar las buenas condiciones del Dolores Aguirre iniciando el trasteo por moderninas (pico, fueracacho, etc.) y haciendo suspirar a los que tenemos unos años por cómo ganaría ese trasteo si se decidiese a ir al sitio de torear. El hombre va desarrollando su toreo de poco encaje y menos atractivo y de vez en cuando el toro se da solito un par de muletazos, que entusiasman a los que entusiasman, estando bastante por debajo de las posibilidades del toro. Es Burgalito toro para un triunfo de peso, en el que Gómez del Pilar alarga la faena a falta de otros argumentos. Una estocada rinconera echa abajo a Burgalito y el señor del tinte saca el trozo de sábana. ¡Allá penas! El cuarto, Caracorta, número 10, el de menos cuajo de los seis, trae el retorno de Rafaelillo. Toma al caballo de Esquivel por delante, levantándole y derribándole, se emplea en la segunda vara y Esquivel dosifica el castigo. En banderillas acosa a José Mora y cuando el peón toma el olivo, el toro intenta seguir tras él, siendo frenado por la barrera. El toro no regala nada, porque ya desde la primera serie se ve vencedor sobre el del trapo. El animal tiene tendencia hacia adentro y Rafaelillo va planteando ante él sucesivos inicios de faena, en una faena hecha de un permanente volver a empezar, que nunca se eleva. Acaso la suerte de Rafaelillo en este toro es que tras el largo trasteo el animal se haya acabado rajando, eso le permite acabar su actuación con un atragantón y después con una estocada trasera echándose fuera. Mellinas levanta al toro con el verduguillo. El quinto lugar correspondió a Burgalés I, número 21, un toro con trapío, esto es en el tipo de su encaste, que embiste con todo el cuerpo, rabo incluido, cuando Lamelas le plantea sus lances de recibo. La cosa del semoviente se sustancia en los cuatro puyazos, uno bien bajo, que recibe el toro de Antonio Prieto, así como sin quererlo. Es pronto en banderillas y Juan Navazo deja un segundo par de gran ejecución y reunión. Nos pone Lamelas la miel en los labios con una buena tanda por la derecha y luego, a lo largo de la larga faena, nos va echando retazos de lo bueno junto a dudas e indecisiones. Mata de estocada aguantando en la que se queda en la cara saliendo trompicado y sin clavar y de una buena estocada aguantando, puesta arriba. El toro nos engañó: pensábamos que moriría en los medios y cantó la gallina saliendo en busca del confort de las tablas. Nunca abrió la boca. El sexto, Clavijero, número 29, es muy serio, largo y veleto. Un tío. Gómez pretende la porta gayola, pero el animal ni le mira. El Patilla no se consigue hacer con los mandos del penco y anda por allí a lo que el arre quiera, bastante tiene con no caer y por eso pica donde cae, con salero. En banderillas Clavijero espera y echa la cara arriba, muy bien bregado por Carretero y eficazmente pareado por Dieguito. Gómez del Pilar lo quiere en el 7 y allí acude para en seguida llevárselo al 10, él sabrá por qué. Al toro le cuesta arrancar al muletazo, pero cuando lo hace su embestida es vigorosa y vibrante. Gómez del Pilar se queda por las afueras y no acaba de ver la faena: tres series y un espadazo antes de que el animal se apague y en cambio prolonga el trasteo cuando el toro adquiriendo el toro la condición de marmolillo. El matador termina su actuación con cuatro pinchazos y un descabello sin haber clavado estoque alguno, como ya va siendo moda. Día 2 del toro. Corrida muy interesante la de la Señora, para mentes despiertas, para ver rápidamente el toro, para plantear trasteos cortos y eficaces, para dar veinte pases y no los setenta que todos incomprensiblemente buscan, para salir desde el principio con el estoque real. Dolores Aguirre a izquierdas
Esperanza Aguirre al centro
Guernica
de Picasso
Guernica de Borja-Villel
Una oreja a la gallega como la que el presidente
y los benhures de la mula obsequiaron a Gómez del Pilar
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Posted: 07 Jun 2017 03:30 PM PDT |
Posted: 07 Jun 2017 07:08 AM PDT Hughes
Abc
La polémica del taxi es más importante de lo que parece. No es un asunto sectorial ni que afecte solo a los taxistas.
Para empezar, les quiero hacer justicia. Creo que, en la actualidad, el taxista, el “taxismo” español ,está por encima del columnismo español. La sabiduría opinativa del taxista ha mejorado mucho. Escuchan podcast, radio5, radio
Clásica, discos de Bill Evans y ya no son tantos los que quedan de rehenes del tostón tertuliano. Es más, el taxi es mejor, más vivible, cuando dentro de él no suena una tertulia. Es un espacio más propenso a que surja la chispa de la conversación libre,
mezcla de propensión simpática y voz de la experiencia. Mis únicos diálogos actualmente se producen en el taxi. Yo sólo soy yo cuando hablo en el taxi. El taxismo, digámoslo, se ha liberado bastante del tertulianismo y ha evolucionado. El taxi está en la calle,
en la tecnología; el taxi ha visto mucho. Pero no quiero que mis humildes opiniones sean sospechosas de imparcialidad. Aclaro que me resulta un gremio lejano a mi “ser”, a mi “naturaleza” más bien peatonal. Es por ello que mi opinión no es de individuo propenso
al taxismo y tampoco de usuario.
Entre Über, Cabify o el taxi está claro que hay un ahorro de centimillos, de un eurillo quizás. Pero a mí eso me parece una perspectiva miope, muy pobre. Hay que superar la óptica del consumidor y elevarse a la del ciudadano. En
la lucha del taxi voy con el taxi. En ellos se libra un debate que no afecta al sector, sino a la economía entera. Es una manifestación de la globalización contra un arquetipo castizo. Y también un ejemplo del papel del sector público o regulador. El papel
o el despapel. Quien se desentiende del taxi y lo critica no se está dando cuenta de que será el próximo al que van a “uberizar”. El tonto que se ríe del taxista y saca la maquinita para que el über le recoja de oscuro va a ser el siguiente. Para la defensa
de este “adelanto” se utilizan palabras importantes. Se habla de “tecnología” o de “liberalismo”. ¡Mentira! La tecnología es la excusa. La tecnología ya está. Se trata de otro modelo de negocio. Es una multinacional haciendo inversiones grandes y colocando
a trabajadores por poco dinero y en unas condiciones de enorme debilidad. Es bajar la barrera del mileurismo y saltarse las legislaciones laborales.
El viejo taxista que ahora se jubila no resulta una figura “moderna”. Lo asumo. Puede ser hasta desagradable. Es un ser de pilotaje chulesco, deformado profesionalmente por el uso continuado del volante, cicatero hasta el céntimo
y que transmite un hastío infinito no sólo hacia la urbe, sino hacia cualquier forma de vida. Pero, ah, ese viejo taxista es un montón de información. Es un hombre que ha trabajado doce horas diarias durante cuarenta años y que ha podido hacerse una casa en
el pueblo al que piensa volver corriendo (“Madrid no lo quiero ni en la tele”) y que también ha dado carreras a sus dos hijos. El nuevo modelo deslocaliza el beneficio, se lo lleva a Los Ángeles, o a Berlín, y coloca a conductores muy mal pagados y con escaso
poder de negociación. Ni el autónomo ya, la precariedad.
Luego se habla de liberalismo. Pero el taxi esta regulado. Hay licencias, permisos, controles, límites. Y decisiones discrecionales. Los taxistas no piden la eliminación de las VTC (nombre de enfermedad venérea) sino que cumplan
la ley: que esperen en su lugar, que no “apatrullen” la calle, que es el negocio del taxista; también piden que la licencia se ajuste a lo legal, a lo establecido. Que no se aumente por decisión “graciosa” del órgano competente. Es un liberalismo muy raro
éste determinado por el legislador y por la autoridad administrativa. Es un liberalismo muy raro el nuestro. Un liberalismo lleno de trabas de la administración. Estatalismo y mercado. ¡Un liberalismo chino al que caminamos!
La globalización parece rubia y alta, pero tiene también un rostro chino. El argumento “liberal” resulta poco consistente. Los precios son más bajos ahora por una política agresiva de romper el mercado. El poder que tendrán después
les permitirá subir las tarifas (tarifas que el taxista tiene fijadas). Se habla de “monopolio del taxi”, ¿pero no será mayor el monopolio posterior de estas compañías? ¿No es más significativo y temible el monopolio y la importancia de las grades empresas
tecnológicas? Por un lado está la permisividad de la administración. Por otro, la insolidaridad y el despiste del usuario. Estamos atrapados en el encanto del “low cost”. Pero la ganancia como consumidores la sufriremos luego como productores. También hay
algo de falsa ilusión en el usuario. La tecnología parece darnos un poder. El taxi lo vemos llegar, parece que lo controlamos al “monitorizarlo”, pero eso no es, en sí mismo, un mejor servicio. En el taxi se libra una batalla superior y la libran tres. Es
importante lo que hace y no hace la administración, lo que permite. Con el taxi la gente se ha podido ir ganando la vida. Con lo que viene ahora está por verse. Será más barato (aseguran), más liberal y tecnológico, pero parece una nueva forma de precariedad.
Con esa cosa cómica de que adopte encima la servil forma del chófer trajeado.
Lo vamos a conseguir. Vamos a vivir la una vida “low cost”, pero chóferes de negro nos abrirán la puerta hacia el McDonalds.
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El Barrio y la Calle de Fray Albino Posted: 07 Jun 2017 06:51 AM PDT Lo que encontró y combatió Fray Albino en Córdoba
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Dice el Diario que los comunistas y podemitas de las Andalucías se han escandalizado por la pretensión de doña
Susana Díaz de colocar “por la cara” a uno que fue de los suyos, Diego Valderas, en el negocio (a mí ya nadie me quita que esto es un negocio montado con la desfachatez de aquellos que se reparten sueldazos de las administraciones con el desvergonzado
aval de ser de los buenos) de la Memoria Histórica, que en San Telmo tiene hasta un Instituto, para dar gusto a un profesor de Córdoba.
Ando muy perdido y no sabía de la caída en desgracia del eterno parlamentario Valderas, al que ahora que recuerdo le acusaban de apropiarse en subasta pública de la casa de un vecino en Bollullos, pero sí me llama la atención
la ocurrencia de doña Susana y lo fácil que es dar un puesto -de comisario creo que he leído- y un sueldo a dedo por estas tierras a los amigos e incluso conocidos.
La cuadrilla que se encarga de memorizar la Historia en Andalucía con sus correspondientes despachos, sueldos, dietas y etcéteras de los cuarenta años de
Franco -no hay más historia que valga- van empachados de odios africanos y muy poco conocimiento de la resistencia andaluza hacia el dictador, pero si hemos de dejar por imposible a semejante tropa no podemos perdonar la absoluta ignorancia de los concejales
del Ayuntamiento de Córdoba en la materia, más que nada por el daño que hacen al prójimo entre chistes y mojitos.
Quieren quitar la calle a Fray Albino porque hay fotografías culpables que enseñan al obispo con Franco. Doce años (otra vez el 12) estuvo fray Albino en la diócesis de Córdoba. Del 46 al 58. Cuando llegó,y es historia
que me han contado personas mayores, no había más que miseria. La mitad de la población casi totalmente indigente, viviendo en chabolas y sin la más mínima instrucción. Incluso sindicalistas veteranos hablan de la importancia del fraile dominico a la hora
de enumerar las conquistas sociales en Córdoba. Convenció a ciudadanos, empresarios, ayuntamiento, ministros -está escrito que
Girón, a la sazón de Trabajo, aportó 500.000 pesetas de la época- para levantar un barrio al otro lado del río. En la margen izquierda. En el Campo de la Verdad. 3.000 “casitas bajas” para 3.000 familias con rentas baratísimas que se iban acumulando
para la posterior adjudicación definitiva. También puso una Iglesia, la del Cerro, un mercado, cine, un colegio, el estadio de San Eulogio... Hoy, los descendientes de aquellos pobres tienen una casa que da envidia, en uno de los rincones más agradables de
Córdoba y todos saben que fue gracias a fray Albino.
No se quedó ahí el hombre. Al rejoneador Cañero, otro franquista del que ya hablamos en su día por culpa de tontería parecida a la que nos ocupa, le convenció para que cediera unos miles de metros cuadrados de su finca para hacer otro barrio, el de Cañero, éste para 2.000 familias con las mismas condiciones y servicios que el del Campo de la Verdad. Si estará reconocido el personaje que a propuesta de los colectivos sociales del barrio y con motivo de los 50 años del colegio Fray Albino, se pidió en 1998 al Ayuntamiento de Córdoba, por entonces alcaldesa doña
Rosa Joaquina Aguilar, que la calle de la ribera que va desde la Calahorra hasta el puente de S. Rafael llevara el nombre de quien tanto hizo por los pobres de Córdoba. La propuesta se admitió, yo diría que hasta con alborozo en el consistorio y doña
Rosa, en el año 2.000, veinticinco años después de morir Franco, inauguró la merecida calle.
Hasta hoy. En asamblea de botarates y llevando a la práctica su más conocido habilidad, unos cuantos de entre los más necios van a cambiar de nombre otra calle. Por franquista.
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Posted: 07 Jun 2017 02:29 AM PDT |
A los 73 años del Día D, los alemanes se negarían a luchar, si
Putin atacara a un país de la Otan.
Vuelvo a “El canto creciente del macho cabrío” de
Botho Strauss: “Sólo luchamos por lo nuestro… Nos obligan por ley a ser bondadosos… Nadie prevé si nuestra no violencia sólo está retardando la guerra hasta nuestros hijos… Deberíamos revisar qué hay de sincero y autónomo en la propia tolerancia… Nuestros
intelectuales son amables con el extranjero no por amor al extranjero, sino por furia contra lo nuestro, y acogen con satisfacción todo lo que lo destruye…”
El canto del chivo lleva a frau Merkel a esta cita del Tao: “El cielo y la tierra son implacables. Los seres de la creación son para ellos meros perros de paja”. (En los ritos chinos, explica
John Gray, se empleaban perros de paja como ofrenda a los dioses: durante el ritual eran tratados con reverencia, pero luego, cuando ya no eran necesarios, eran pisoteados y abandonados).
Anonada el resentimiento de los vencidos contra los vencedores de Normandía. Aunque
Macron, hijo de su tiempo, crea que Francia fue liberada por la División Leclerc (más unos españoles en alpargatas), el continente, que era fascista de arriba abajo, fue liberado por las dos únicas naciones, América e Inglaterra, que han conocido la
libertad política. Lo de Rusia es otra historia.
–Tras el colapso comunista –recuerda Gray–, los rusos deseaban unirse a “Occidente”. La recompensa fue un trato peor que el obtenido por las potencias del Eje tras la guerra. ¿Y China?
Desde que renegó del maoísmo, ha despreciado todo asesoramiento occidental: esto le ha valido todos los agasajos de Occidente, donde se la considera un paraíso de estabilidad económica y de buen gobierno (¡liberal!)…
Para entender el mecanismo psicológico de este resentimiento, no hay más que ver el rencor (en aumento) que en España los vencidos profesan a los vencedores de la guerra civil.
En Europa, el chivo, ay, tira al monte.
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Posted: 07 Jun 2017 02:29 AM PDT El toro iba muerto, pero no dobló, y privó a Ureña de la Puerta Grande
José Ramón Márquez
Hoy, Día 3 del Toro, tocaba Victorino Martín, qué digo Victorino, el Excelentísimo Señor don Victorino Martín Andrés, ganadero de reses de lidia y paleto de Galapagar. A mucha honra, uno de los mejores ganaderos de la historia
de la tauromaquia. Una vez más nos quedamos con un palmo de narices si queremos saber qué pasó con la corrida de Victorino, entre las bambalinas con olor a zotal, que desapareció por arte veterinario la corrida que vieron los que fueron de excursión a Las
Tiesas a que les den un rule montados en un remolque por entre los toros. Con la de fotografías que se publicaron, desde hace tiempo, de aquellos seis toros. ¿Qué pasó para que las condiciones de
Mohíno, Cobrador, Garrochista, Botijero y Mecatero no merecieran ser tomadas en cuenta por el Senatus Populusque Veterinarius en su rama venteña, y que estos, demostrando una firmeza y un rigor severo que, desde luego, no
se vio frente a la de Jandilla o la de La Ventana del Puerto, por decir dos al azar, dictaminaron que había que poner fuera de la circulación a esos cinco, con las pintazas que tenían en las fotos. Al final fue
Buscaplebes, número 58, lidiado en cuarto lugar, el único que llegó a salir al aire fresco desde las mazmorras de
Florito de los primeramente reseñados. Luego dicen que al final se vieron hasta trece toros para aprobar los seis que salieron al ruedo, pero de todo esto nadie da razón, como viene siendo habitual.
Decir Victorino es decir interés, y a las pruebas me remito, que hoy se volvió a colgar ese cartelito que Juli nunca llegó a ver en su San Isidro particular que avisa de que no quedaban localidades a la venta. Lleno total. No defraudó las expectativas lo que mandó Victorino desde Las Tiesas de Santa María, porque si el toro no es fruto de una torifactoría, si se cría un toro que se diferencia de los otros, que posee su propia personalidad, es difícil que el público se dedique a comer pipas de girasol y a bostezar al por mayor. La tarde fue de Pastelero, número 20, el toro de Madrid, cárdeno, puro trapío. Hace unos días un presidente le sacó el pañuelo azul a un pobrecillo de Jandilla sin que nadie en toda la Plaza se lo demandase, porque sí. Hoy, con bastante gente pidiendo la vuelta para Pastelero, el señor Cano no ha tenido a bien lo de exhibir el moquero azul. Que cada cual ate los cabos que crea convenientes. El resto de la corrida se movió en términos de interés, como mínimo, desde el humillador al parado, desde el que se emplea hasta el que embiste andando. La imprevisibilidad que debe tener el toro de lidia, el toro que no es mona, sino toro, la tuvimos hoy desde el primero hasta el sexto. Por delante teníamos hoy a Urdiales, acaso para que a Talavante no le tocase romper Plaza. Su primero fue Soberano, número 17, un toro grande, gazapón y bien incómodo. Bernal le pega bien en su primera cita y modera bastante el castigo en la segunda. El toro anda a su albedrío, sin pararse. Se establece entonces, viendo las trazas del bicho, una fecunda discusión sobre si la condición del toro es más apropiada para un encierro por el campo o directamente para las calles. Ante él Diego Urdiales, el Buster Keaton del Cidacos, muestra a las claras que sigue en horas muy bajas en su particular interpretación de La Vida es Sueño en la que él hace de Segismundo, Curro Romero de Clotaldo y el periodista Amón de Basilio. Lo innegable es que Urdiales se amohína o se mustia pasando Somosierra, y mucho me temo que el que quiera verle tendrá que esperar a Bilbao o a San Mateo. En el breve trasteo que le hizo, el toro le arrebató la muleta, la herramienta, con un certero derrote. Sin despeinarse tras un breve pajareo y unos medios o cuartos de pases, se va a por el estoque auténtico y tras cuatro pinchazos y media estocada perpendicular le compra al bicho un billete al Valle de Josafat. El cuarto de la tarde, segundo de su lote es Buscaplebes, número 58, el único resto del naufragio de los seis que se reseñaron en su día, cárdeno claro, al que Manuel Burgos recibe con un marronazo, luego rectificado, que deja huella en la piel del toro. Acude de largo a la segunda vara, que cae trasera y luego Urdiales, que ya ha concebido su plan de que hoy no va a trabajar, no duda en poner al toro por tercera vez al caballo desde bastante más lejos para que, de nuevo, la vara vuelva a caer trasera. La faena de Urdiales comienza recortando al toro, para demostrar que no está interesado en llegar a nada serio con él, dado que desde hace un rato se nota que no le quiere; tras unos pajareos orientados a dejar pasar un poco de tiempo y a hacer ver que el toro no sirve, le receta un pinchazo ante la exasperación del personal. Talavante, el Camaleón, venía a hacer valer su apuesta de anunciarse con una corrida de respeto, cosa que como figura le honra. Su primero, Murmullo, número 75, fue el toro de menor peso de la tarde. Es un toro al que un aficionado malagueño de postín, amante de la poesía popular no duda en tildar de raspa, acaso acordándose de los versos de El Piyayo: “Las espinas se comen tamié, /que tó es alimento”. El toro es incierto cuando Talavante le saluda al pie del 8, sin acabar de definirse quién manda más, pero cuando el Tala le coge el aire y se lo saca casi hasta los medios con verónicas suaves pero mandonas, puede decirse que se ha hecho con el toro, que cambia de manera espectacular. A partir de ahí el toro ya no vuelve a sacar los pies del tiesto, entregado al pacense. Le pica Miguel Cid, que no guarda parentesco alguno con Manuel El Cid. En la primera vara le pincha donde sea y rectifica para luego pegar con fuerza, el toro acude bien a la segunda vara en la que se recarga el castigo. Espera y se pone áspero en banderillas y llega a la muleta con ganas de embestir. Talavante plantea su faena en el tercio, le busca la distancia y va construyendo su faena, de corte muy televisivo, con la mano izquierda, en la que de pronto surgen sorpresas como un natural espléndido, la segunda tanda por ese pitón baja de intensidad y el Tala se pasa la muleta a la derecha un poco a más, despegadillo. En la tercera serie le roba a Murmullo una arrucina de pura inspiración. Faena correcta, de aprobado raso, en la que si se midiera al torero por su posición no se debería haber pedido la oreja. La verdad es que la faena tiene tres o cuatro momentos aislados bastante buenos, pero nunca llega a levantar vuelo de verdad. Se tira bien y cobra una estocada trasera, tendida y deprendida. El quinto, Pesonero, número 59, es un toro largo y vareado que complica el saludo capotero del Camaleón. Una voz le reprende “¡Que es palante, Talavante”; el toro acude al penco de Muñoz donde se deja pegar sin empujar en la primera entrega y lo mismo en la segunda. No anda muy acertado Trujillo en la brega y a cambio está muy bien Urdiales como director de lidia. Talavante inicia su faena en el 8 y rápidamente se saca al toro hacia el tercio, cuidadosamente, dando la impresión de que no se fía del grandón toro y tras ensayar un par de inicios decide tirar las cartas y acabar su paso por la Feria del Isidro, cosa que hace con media estocada tendida y trasera, luego Trujillo saca el estoque del animal desde dentro del burladero, con gallardía propia de un pueblucho, para que su matador se vuelva a tirar cobrando un pinchazo apuntando abajo, otro pinchazo y una muy habilidosa que queda arriba. No parece que salga Talavante de Madrid con la fuerza que se esperaba, aunque hay que poner en su haber el hecho de ser el único de los de arriba que se las ha querido ver con toros de verdad. Y Paco Ureña, tercero de la terna. Sorteó en primer lugar a Pastelero, número 20, un toro bonito y fino de gran trapío. El toro de la Feria, hasta ahora. El toro mide a su matador en los lances iniciales y rápidamente canta la condición hostil de su pitón izquierdo y la calidad del derecho. Le pega bien Iturralde en los dos encuentros que tiene con él, acudiendo con alegría al segundo. En banderillas espera y se las hace pasar canutas a los banderilleros. Rápidamente Ureña ve la distancia y el terreno y le receta una gran serie por la derecha que pone a todos de acuerdo, la segunda serie es para el toro, que presenta unas credenciales de mucha importancia de toro encastado y nada bobo, más bien lo contrario, que se va encontrando con la fe de Ureña en su tarea. Cuando se da cuenta de que debe hacer series breves, cuatro y arriba, endereza la faena que llega muy profundamente al tendido por la condición del toro y por la disposición del matador. Acaso hay algún muletazo que no sale limpio, pero la decisión de Ureña por ir al sitio, por llevar toreado al toro, por sobreponerse a las condiciones del mismo hace que eso ni tenga importancia, pues lo que tragó el torero frente a Pastelero es superior a otras consideraciones. Y cuando se pasa la muleta a la izquierda, el pitón malo, y cobra una serie de ¡ay! y luego otra donde ya tira del toro y lo consigue llevar sobreponiéndose a las inclinaciones de Pastelero, mandando mucho sobre su embestida, puede decirse que la obra, el toreo, está completa; sin embargo él alarga innecesariamente la faena cuando ya debería haber matado al animal. En cualquier caso, gran faena del murciano, por supuesto la más auténtica de todas las de la Feria por la importancia de todo lo que ha hecho a un toro, no a una materia artística boba, claudicante y moribunda, por la verdad con que ha estado, por el sitio que ha pisado y por jugársela en el sitio donde la otra opción es el hule de Padrós. Una estocada entera, tendida, tirando la muleta de la que sale huyendo y más descabellos de los prudentes le robaron la que debió ser la Puerta Grande más auténtica de los últimos años. El sexto, Bocacho, número 29, recibe un puyazo en la paletilla y otro trasero de Vicente González, después se organiza el mitin de los banderilleros, vergonzosa demostración de falta de pundonor, de pasadas en falso, de clavar de una en una… Ante este toro Ureña plantea una demostración, una Feria de Muestras del valor que atesora, pero el toro demanda sobre todo distancia y toreo más reposado. Ureña alarga el trasteo, sin motivo y lo mata a la última, pero eso no es importante, porque lo grande de verdad había pasado en el tercero. En el principio es la cal
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Posted: 08 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 08 Jun 2017 02:27 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
San Isidro carece hoy de importancia porque de él no salen contratos para el verano: contra las leyes del mercado, todo está ajustado de antemano.
Hubo un San Isidro del que salía el cartel de Beneficencia, que ahora, siempre el mismo (uno de San Blas y dos más), se firma en enero. En 2016 triunfaron oficialmente en la Feria un torero
que no estuvo en la Feria y un toro (el de 2017 también parece designado de antemano) que nadie recuerda.
El encaste dominante es juampedrero. Yo no soy nietzscheano, pero si, en vez de arriba, en la Andanada, estuviera abajo, en el callejón de
Dragó, me abrazaría a esos pobres toros de granja como Nietzsche a aquel caballo que vio, azotado por un cochero, en enero del 89, en la Piazza Carlo Alberto de Turín, incidente con el que había soñado en el mes de mayo (¡San Isidro!) anterior.
Claro que, en medio del pasteleo, aparece en el ruedo “Pastelero”, victorino cárdeno, sale a su encuentro
Ureña, una torre de virilidad y coraje, y contra la moda posmoderna de que la verdad no existe, se produce el milagro de la Verdad absoluta, llevándose por delante las cuatro pamplinas con oreja de la Feria (y de la temporada) en Madrid. ¿Que qué es
la verdad, pregunta Pilato? Que el gobernador hubiera ido el martes a la Plaza.
Fuera del toro la verdad es inaccesible, y todo es propaganda, como el incienso mediático con la controversia entre
Trump y Khan, alcalde de Londres: Khan conjuró el alarmismo yihadista como
Peter Sellers el apetito del loro en
“El guateque” (“lorito, ñam-ñam”), Trump lo tuiteó y Khan prohíbe, en nombre de “lo que defendemos” (?), la visita a Londres del presidente de los Estados Unidos.
Khan no incluye en su “fatwa” a Macron, que hace
humor de Louis de Funes con las pateras de las Comoras:
–Con las “kwassa-kwassa” se pesca poco: sirven para llevar comorenses.
Cómo cambiaría el periodismo de culto sólo con que Trump dispusiera en Mar-a-Lago de un burladero de prensa como el de Dragó en Las Ventas.
Notre Dame
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Posted: 08 Jun 2017 01:03 AM PDT Cara abajo y fijeza de "Liebre"
@javitaurino
José Ramón Márquez
Para el Día 4 del Toro, de este festín de toros que nos estamos pegando desde el domingo pasado, como recompensa al quinario que nos hemos tragado antes, eligieron la ganadería de Rehuelga, los santacolomas que vienen de Casas Viejas, que ahora se llama Benalup de Sidonia para ver si la gente se olvida ya de una vez de la que se lió “sin piedad contra todos los que dispararan contra las tropas”. Llevamos cuatro días de toros increíbles, disfrutando con las distintas personalidades y humores del ganado de lidia que sirve para la lidia, sin los delirios de grandeza de la cosa artística, lo que se dice toros con sus distintas personalidades, con sus dificultades o sus facilidades, para que unos toreros planteen o traten de plantear lo que es su forma de torear. Nada de pintar las Meninas, que muchas veces lo que sale es el Number 1 de Jackson Pollock, Jack el Salpicador, sino torear, poder a un toro de poder, vencer las dificultades que éste plantee y eso hacerlo con torería y de la manera más natural que se pueda. Las cuatro corridas que llevamos están acabando a palos con tópicos de esos que se ponen interesadamente en circulación para engañar a las gentes buenas y crédulas que piensan que los empleados de las empresas periodísticas atienden sólo a los intereses de sus editores y de la cabecera que les paga. Ahora llevaban un tiempo dando la murga con que si el toro grande no sirve, que no embiste, que si el cuello (a base de humanizar, al pescuezo lo llaman cuello) y estos, a los que Corrochanito llama “basculeros”, llevan ahora cuatro días tragando quina, precisamente porque se demuestra que el auténtico motor del toro es su casta, lo que tantos ganaderos de “eliminando lo anterior” han querido extirpar de sus toros, lo que los de la parte alta del escalafón más detestan, y que no hay quilos que valgan si la casta está ahí presente. Hoy hemos visto unos santacoloma de más peso y volumen de lo que su encaste proclama; sabemos bien que lo de este encaste es bajo de agujas, pequeño, corto y de bajo peso y, sin embargo, en la tarde de hoy ha habido alguno como Liebre, número 20, que ha paseado con postín sus 647 kilos, primeramente correteando sobre sus cuatro patas y después tumbado mientras las mulas de los benhures le dieron la vuelta al ruedo. Como cada día, y curiosamente esto pasa en las corridas de toros de verdad, la inescrutable diagnosis de la Brigada Veterinaria tuvo a bien rechazar la presencia de uno de los Rehuelga. Nada se sabe de si los profesores veterinarios de Madrid pusieron problemas al Cuvillo, ni a los Montalvo, ni a Lagunajanda, ni a Juan Pedro, pero lo que sí que se sabe perfectamente es que desde el lunes no paran de oírse chismes de que echan cinco, o quitan dos, o pasan los seis por los pelos. Hoy, para no ser menos, hubo que poner fuera a uno por vaya usted a saber qué causa, que ellos se lo guisan y ellos se lo comen, así que tuvieron que echar mano de uno de San Martín, para completar la media docenita que da lugar a que cada uno de los matadores toque a dos toros. Como cualquier aficionado no abducido por la TV sabe, don Joaquín Buendía rescató el encaste santacolomeño y puso su ingenio a trabajar en orden a conseguir toros que, sin perder su imprescindible fondo de casta, presentasen un temperamento menos agresivo y de mayor calidad; así consiguió que muchos grandes toreros del pasado más reciente, que no tienen comparación con ninguno de la hora presente, eligiesen sus toros y por ahí están para la eternidad los carteles en los que Paco Camino o Luis Miguel o Pepe Luis se anunciaron con los de Buendía. Viene esto al caso para que nadie piense que la corrida de San Martín ha sido una colección de alimañas, bien al contrario han sido un homogéneo conjunto de toros por el que, si las hubiera, se deberían haber peleado las “figuras”, dado que presentaron todas las características que debe tener el toro para que lo que haga frente a él el bípedo de la muleta cobre importancia y aumente su valor. Podemos estar hablando de la mejor corrida de lo que va de Feria, con un toro de vuelta al ruedo y al menos otros tres de escándalo en mayor o menor grado, con prontitud para ir al regazo de los pencos, metiendo el susto en el cuerpo a los banderilleros y con una hermosa disposición al galope y a la distancia en la cosa de la muleta. Para todo en la vida hay que tener suerte y para ser toro, también. Eso es justo lo que les falló a nuestros Rehuelga de hoy, pues ni Fernando Robleño, ni Alberto Aguilar, ni Pérez Mota eran los idóneos para dar fiesta a las capacidades de los cinco Rehuelga, por lo que se vio en sus trasteos y en sus, citaré a mi ídolo Thebussem, tristes capeos. Tuvieron el detalle de echar al de San Martín el primero, y dejar el conjunto de Rehuelga como una unidad. Acompasado, número 68, es cárdeno, bragado corrido y meano y pesa 532 quilos. Sale sin fuelle y acude al caballo desde la raya de afuera, en la primera vara Francisco Javier González no le coge hasta que el bicho está ya en el peto y en la segunda le pilla trasero. Cobra en las dos lo suyo y la sangre brota con fuerza. En banderillas no da facilidades, se queda parado esperando y se nota el recelo que hay hacia él cuando Jesús Romero pasa en falso y luego clava un palo y tira otro. Ahí tenemos a Robleño, que comienza su faena, y a Acompasado, que por tres veces, como Nuestro Señor, cae. El toro es tardo en arrancar, acaso porque Robleño no está por la labor de pisarle el terreno y prefiere citar con la V del pico para poner al bicho en movimiento mientras él cavila la forma de huir. Sigue la faena en los medios, entre los cabezazos del uno y la falta de colocación del otro y da la sensación de que el toro está realmente harto de ver por allí a Robleño, el caso es que avanza la faena y el torero no da bien ni una, que si poca chispa tiene el toro menos aún tiene el torero. Nos da, al fin, la alegría de montar el estoque y se lanza a cobrar un pinchazo sin soltar quedándose en la cara, otro tendido y una estocada entera desprendida. El cuarto, de Rehuelga, Callejero, número 11, con 608 quilos, le aprieta hacia los adentros en los lances iniciales, aunque tirando de oficio se sale Robleño con él al tercio. El Legionario está a lomos de su rocín, Callejero se arranca en corto y le agarra un puyazo arriba bien colocado; en la segunda entrada, desde más lejos, vuelve al mismo sitio. En banderillas acosa a Ramón Moya y marca perfectamente su distancia. Robleño vuelve al cite por el extrarradio, a rematar por arriba y a correr, luego a la V con la muleta formando un ángulo agudo y presentando la punta mejor que la panza. La parte más lucida de su actuación es cuando enjareta cuatro naturales en los que no da el paso adelante pero que visto lo anterior no chirrían. El resultado es una faena larga que deja en evidencia las carencias de Robleño: al Robleño bueno, al parecer, hay que ir a verlo a Francia. Estocada delantera y baja, más de media y descabello es el parte de guerra. Para Alberto Aguilar salió en primer lugar Guanaguato (sic), número 28, de 527 quilos, que acude con presteza al cite de Francisco Javier Sánchez para recibir un lanzazo trasero, cae el toro al salir del penco y en el segundo Sánchez le deja una vara arriba castigando poco. Brega con muy buen oficio Raúl Ruiz mientras sus compañeros de cuadrilla hacen bastante menos de lo que deben, pues la condición del toro de cortar un poco no les resulta grata. Parece que Alberto Aguilar ha visto al toro cuando se va a los medios a brindar su faena que se explica de manera concisa: un muletazo y a correr, y así hasta que el toro aguante. Uno y carrerita, uno y carrerita, uno y carrerita… la sansilvestre venteña vamos. Luego con la zurda, naturales de uno en uno, sin carrerita. Con un pinchazo sin soltar y una estocada baja aguantando, en la que tira la muleta, llega el the end para Guanaguato. Su segundo es Liebre, de 647 quilos. El toro se va de largo y con alegría a los tres puyazos ¡tres puyazos, he dicho tres puyazos! que le pone Juan Carlos Sánchez arriba y en buen sitio. Un placer ver al toro ir al caballo desde esa distancia. Tras una buena brega de César del Puerto y un eficaz segundo tercio, llega Liebre a la muleta de Aguilar con ganas de galopar. Atropella al torero en el tercer redondo de la serie primera, con el toro a una preciosa distancia y tras ese chasco ya no quiere Aguilar las lejanías, volviendo al mundo de las carreritas, que este hombre corre mucho. Cae el toro por tres veces de manos, no de planchazo, y prosigue el trasteo siempre por debajo de las magníficas condiciones del toro; las gentes le aplauden cuando da dos naturales empalmados, que no ligados, y también cuando ensaya unas poncinas. Lo tumba de un sartenazo. El pañuelo azul de don Jesús María Gómez asiente a la petición de vuelta que se pedía para el toro. Para Pérez Mota salió primeramente el tercero, Perlasnegras, número 22, de 534 quilos, un toro muy serio. Se arranca de largo al caballo de Israel de Pedro y haciendo un regate consigue que no le clave, arremetiendo al caballo por delante y llegando a estar a punto de derribar hasta que el varilarguero le agarra arriba y atrás y se hace con él. La segunda vara la toma de largo y sin codicia y cae en la parte alta de la paletilla, rectificando el jinete. En banderillas el toro acude al cite con tranco y sin reservas, ahí está Alfredo Jiménez de pena, y muy bien, sobre todo en su segundo par, Juan Contreras. Pérez Mota se saca el toro al tercio de manera estética, pero cuando hay que ponerse a torear ahí ya es otra cosa y no le sale ni uno, entre enganchones y falta de criterio sobre qué hacer. El toro galopa al cite desde la media distancia y el torero no aprovecha esa condición para dar fiesta al toro, sino que sigue a base de recolocarse, ir obteniendo los pases de uno en uno, pase a pase, citando con el pico y sin aprovechar ni una de las bonitas embestidas del toro: ¡Ole por el toro! Luego, dos pinchazos y una estocada arriba quedándose en la cara y saliendo trompicado. El sexto es un precioso negro, de lo ibarreño, Coquinero, número 10, 577 quilos, que acude a distancia al peto y que empuja en la primera vara y que también empuja en la segunda en la que no le pega Francisco Vallejo. En banderillas Raúl Caricol deja un buen par y en la muleta la calidad del toro queda a merced de las cosas de Pérez Mota, que comienza por naturales hasta que el toro se impone y le quita, teniendo que salir a la carrera. Acompaña el viaje con la derecha y probablemente sea consciente del toro que se le está yendo; el animal le arrebata la muleta y Pérez Mota vuelve a sus naturales de frente. El toro no se cansa de embestir, humillado, pero ni mucho menos de una manera boba, sino vibrante e intensa. Mata a un toro de triunfo grande de metisaca y estocada arriba atravesada. Y esto es lo que dio de sí una gran tarde de toros. Cuando salió el mayoral a saludar la sincera ovación con que unos cuantos agradecimos la corrida que nos había traído, el Gárgoris Dragó ya se había ido a hacer gárgaras, que tendría prisa el hombre. Liebre, al aire de su vuelo
Vuelta (esta vez con petición, no como con la
Hebrea jandillana) para Liebre
El fantasma
Noche de Junio
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Posted: 09 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 09 Jun 2017 02:03 PM PDT Hughes
Abc
La muerte del compatriota Ignacio Echeverría ha despertado una extraña literatura. Fue una muerte horrorosa, el joven tuvo un comportamiento generoso y heroico y la familia ha demostrado elegancia y clase. Todo lo que salió de esa familia fue asombrosamente equilibrado e inspirador. Son gente estupenda, y él una persona inolvidable. Pero a partir de aquí se ha querido dar significados a lo sucedido. El sacrificio de una vida por los demás no era bastante moraleja. Hacía tiempo que no se leían estas cosas en España. Desde los atentados de ETA. En la actitud de Echeverría se ha querido ver incluso un modelo de conducta ante el terrorismo. Un modo español de ser víctima. Un modo correcto. Frente a las velitas y el je suis, el arrojo y el cuerpo a cuerpo. ¿Pero es razonable pedir algo así? El heroísmo es raro, pero sucede. Hay casos de personas que arriesgaron su vida defendiendo a una mujer maltratada, personas que se meten en una pelea para salvar al débil. Es un acto casi instintivo en los nobles y valientes. ¿Pero qué significado político tiene? El terrorismo exigirá políticas, supongo yo. O su aceptación resignada como un mal inevitable, o política de fronteras, aumento en la seguridad, controles, intervenciones militares, qué sé yo… Lo que no parece razonable es aspirar a la resistencia personal, el ir a por ellos. Es un poco disparatado pretender ver en la valiente oposición de Ignacio Echeverría el cara a cara de un enfrentamiento de civilizaciones. La lucha de formas de vida en el cuerpo a cuerpo entre el skater y el yihadista. La defensa de una frontera, el símbolo de una forma de resistencia. También es un poquito distorsionado verlo como un símbolo occidental de altruismo cristiano. Me atrevo a preguntarme qué distingue a este héroe de otros héroes. La aparición de la política, imagino. Honores de Estado. La forma en que ciertos discursos políticos y periodísticos (directos al corazón encogido del lector, cosa que ya me extraña) ungen a la víctima de una determinada significación. Es una costumbre de la prensa española que se había perdido. La poesía, los estros encendidos después del terrorismo. Hum. |
Posted: 09 Jun 2017 01:45 PM PDT Himno de Riego
Termodinámica
Programa
Pepe Valiente
Polvos de la Creación
Rompan Filas
El Cid
Don Trinidad
(¿O Sean Penn?)
Alfa
Omega
Tragabuches |
Posted: 09 Jun 2017 02:03 AM PDT Mr. Khan
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Un filósofo alemán que los ha tenido cerca,
Peter Sloterdijk, opina que los periodistas de hoy sólo consideran a sus lectores como ganado para seguir los escándalos.
–Curiosa síntesis de liberalismo y totalitarismo. Con esa síntesis el periodismo español quiere enseñar a votar a los ingleses, tan aislados, al parecer, que si no nos devuelven Gibraltar es por tener alguna compañía. La misma síntesis llevó en noviembre al mismo periodismo a ver a Hitler en Trump, aunque siete meses después, una vez leída la Constitución del 87 (¡a mes por artículo!), vislumbran ya el sistema de contrapesos de la democracia representativa, por lo que no se descarta que a fin de año descubran que a Hitler lo aupó al poder un sistema proporcional de listas de partido. A Trump, en efecto, un juez federal (¡el contrapeso!) le suspende una orden ejecutiva porque la suegra del imán de Hawai, al ser siria, no podría visitar a su yerno en el supuesto de que deseara hacerlo, con lo que esa orden ejecutiva se queda en “l’alarme pour l’alarme” de un hombre solo, y “¿de qué le sirve a la opinión pública un ganso solista que grazna un aria demencial cuando es imposible ver a un solo moro en toda la costa?” –¿Es el ganso que alerta de los moros el que decide qué es un moro? –preguntaba Sloterdijk en su lío con una prensa que se arroga las funciones del corral capitolino. Lo último en alarmismo es lo del alcalde de Londres, Mr. Khan, que en pleno ataque islamista, con la flema de Hrundi Bakshi en “The Party”, dijo que no había razón para alarmarse, dando lugar a una mofa de Trump, y con ello, al título de “Empleado del Mes” que otorga el periodismo, que lo convirtió en su héroe hasta que se supo de Echeverría, y entonces los mismos que juzgaban heroico el antialarmismo del alcalde rompieron a hacer romanticismo sociológico de terror a cuenta del español que, contra lo recomendado por el gran Khan, incurrió en el alarmismo de hacer frente, heroicamente, al ataque de los bárbaros. |
Vigesimosexta de Feria. Toros de Alcurrucén. Vox Populi ¿Vox Dei? Posted: 08 Jun 2017 10:49 PM PDT Manuel Jesús Cid
Jean Palette-Cazajus
Aviso para navegantes: Requerido por un compromiso ineludible el maestro
Márquez y ante la despavorida espantá de cualquier posible sobresaliente, la reseña de la corrida -o algo que se le parezca- ha quedado brutal y arbitrariamente asignada al que suscribe, tercer peón de la cuadrilla, el de máxima desconfianza y sólo culpable
de pasar por aquí en este final de Feria.
Y sin embargo son ya muchos años de ver toros, un tiempo de forma seguida, hoy ya de forma desgraciadamente más errática. La única conclusión medianamente clara tras tan larga y procelosa travesía es la inmutable permanencia de mi terror cerval a opinar sobre toros. Tan inmutable como mi inalterable asombro ante la facilidad con que todo el mundo se expresa sobre tan empinada cuestión. Me atrevo temerariamente a opinar sobre filosofía, sobre política, sobre señoras incluso, si media la absorción de algún producto enológico, pero opinar sobre toros, incluso con ayuda báquica, se me sigue haciendo muy cuesta arriba. Oigo ya quien me diga, cargado de razón: “Usted que dice temer opinar sobre toros, bien que presume algunas veces de reflexionar sobre ellos”. Ciertamente. Hasta el punto de comunicarle al público de este tendido mi actual necesidad de cierto retiro espiritual para poder hacer frente a la lidia de un complicado morlaco, un balance del pensamiento contemporáneo sobre la tauromaquia. Pero la diferencia es meridiana: toda reflexión sobre toros se hace desde la barrera. En cambio reseñar una corrida es el equivalente intelectual de quien actúa desde el ruedo. Quien mejor lo expresó fue el gran Michel Leiris (1901-1990), escritor variado y etnógrafo, autor, ya en 1937, del esencial “Espejo de la Tauromaquia”, publicado en España por Turner (1995) en traducción de Pedro Romero de Solís y de cuya ubre mamaron todos los posteriores estudiosos del simbolismo taurino: “Nada tiene valor en el hecho de escribir… si no es un equivalente de lo que supone para el torero el pitón afilado del toro […] Esto es lo que le confiere una realidad humana a la escritura y le permite ser otra cosa que triviales gracias de bailarina”. Aquí desde la trinchera, con la bayoneta calada y a punto de lanzarme a una obligada carga de la que no saldré vivo, me atrevo a formular una postrer opinión: Casi todo lo que se ha escrito sobre la fiesta de toros, incluso desde la calidad, ha sido, en el mejor de los casos, una forma de huir de su realidad cotidiana, en el peor, de autopsiarla en vida. Los que piensan o simulan pensar sobre toros lo hacen desde la perspectiva del rito, de la parte repetitiva de la Fiesta, la que tenemos tan interiorizada los aficionados que ya casi no la percibimos. Porque lo que cuenta es lo efímero, lo irrepetible, el día a día de cada corrida. Por esto, no nos engañemos, el único filósofo taurino válido es el aficionado asiduo y exigente. Exigente porque exige mucho del toro y mucho del torero. Exigente, sobre todo, porque exige mucho de sí mismo. No les llego ni al tobillo. Pero basta de darle largas al asunto, llámense afaroladas, cambiadas o cordobesas. No hay más remedio que santiguarse y salir a los medios. Después de la mítica tarde de ayer, pensé que la de mi alternativa como crítico sería tan tranquila como anodina. No fue así. Salió muy interesante la corrida de Alcurrucén, generalmente bien presentada, justos de trapío segundo y quinto, alto, escurrido y algo destartalado el que hacía sexto. Corrida encastada, con variadas muestras de mansedumbre de salida y que siguió una general tendencia a venirse arriba en el transcurso de una lidia tirando a mediocre. Sorprendente el increíble tercero, muy bueno el cuarto y duro de pelar el sexto, siendo el quinto el peor del encierro. El primero manseó algo de inicio, saliendo suelto del primer puyazo hacia el picador de puerta donde terminó de tomar la segunda vara. Tras un intento de quite zarrapastroso de Joselito Adame, sólo cabe reseñar un correcto segundo par de Curro Robles. Desde el inicio de la faena de muleta el toro se viene arriba, cabeceo incluido. Descaradamente temeroso el trasteo de El Cid. Ya sentencian las voces populares: “Quien te ha visto y quien te ve”; “Está pá dejarlo”. Al final una tanda de derechazos digna y ligada para dispersar los nubarrones de la inminente bronca. Finalmente Manuel Jesús agarra una buena estocada, rematada con un fulminante descabello. Dice la voz popular: “Qué hijo de puta, ahora los coge”.Otra a continuación: “Diez años de lo de Bilbao”. Colorado, capirote, bociblanco y paticalzado el segundo, que toma la primera vara en la Puerta de Caballos. Anodina pelea con la “acorazada de montar” que solemos decir los críticos casposos. Del Álamo intenta lucirse en un quite por chicuelinas industriales. Tras pensarlo un buen rato, creo que la única palabra que conviene para referir el posterior trasteo de Joselito Adame es la de “impresentable”. En el sentido de que no sé ni cómo presentarlo. Intuí también que en ningún momento se habían efectuado las debidas presentaciones entre toro y torero, ya que se trataron con lo que me pareció soberana indiferencia recíproca. Finalmente tres pinchazos a cual más feos y tres descabellos. Como suele ser habitual en esta perra vida, murió un toro que podía haber pretendido a un destino mejor. Tras su muy premiosa salida, llegué por un momento a confundir el colorado en claro tercero con un turista japonés despistado y adepto del budismo zen. Frente al primer capote, demostró terror, horror y pavor. Admirable la pronta lucidez de Del Álamo que desde el primer síntoma de arrancada intuye al toro y le arranca una excelente serie de verónicas largas pulcras y templadas. El toro sigue desconcertando en varas. Se repucha en la primera, saliendo de najas hacia la Puerta de Caballos. Se emplea inesperadamente en la segunda. Se arranca solo y de lejos en la tercera ocasión para repucharse con el picotazo. Lo mismo ocurre en una cuarta arrancada de lejos. En el inicio de faena, rodilla en tierra, Del Alamo instrumenta una excelente y plástica serie de pases por bajo, largos, curvos y templados donde se revela la increíble transformación de lo que parecía un manso de libro. El pie de apoyo clavado en la arena como la punta de un compás, vertical, Del Alamo dará tres tandas de derechazos todos pulcros y ligados, entretejidas con algún excelente molinete y kikirikí y rematadas con eternos pases de pecho en dos tiempos, desviando en el segundo la embestida del toro hacia el hombro contrario. Huelga decir que entretanto el llamado “Licenciado” se había transformado en una benévola máquina de embestir como no se atreven a soñarlas los Domecq ni en sus noches más ilusas. La faena fue estéticamente perfecta y planteada desde la cabeza de un torero aparentemente bien dotado en neuronas. La estocada fue sincera y quedó arriba hasta los gavilanes. Pero el toro echó algo de sangre por la boca que mantuvo cerrada con aguante de bravo hasta derrumbarse finalmente en la boca de riego. La doble petición de oreja fue multitudinaria y la negativa del presidente a conceder el segundo apéndice provocó una bronca de calidad tan suprema como el turrón de Xixona. Del Álamo se desquitó dando una segunda vuelta por su cuenta, jaleada por el público. Nueva bronca a la presidencia antes de salir el cuarto. Proclamo que la faena de Juan Del Alamo me procuró gran bienestar. Creo que la palabra es adecuada. No hablo de emoción, no hablo de vello de punta como en algún momento del heroico trasteo de Ureña con “Pastelero” hace dos días. Sé bien que toda anteposición de la plástica al riesgo, en los toros, es síntoma preagónico, pero creo que la verticalidad del torero de Ciudad Rodrigo, su faena atornillada, donde no “perdió” ni uno de los cientos de pasos habituales, compensa los defectos de colocación y de interioridad que le reprocharon las mejores cabezas de la Andanada 9. El cuarto toro, “Antequerano” se emplea en su primera vara antes de salir repuchado hacia la Puerta de Caballos. Se arranca de lejos para la segunda donde lo agarra bien Jesús Ruiz Román. Dos buenos pares de José Luis López “Lipi”, el primero arriba, el segundo excelente, marcando los tiempos y reuniendo los brazos. Cinco tandas instrumentará El Cid a su segundo. Los primeros derechazos nos los obsequia un torero doblado cual alcayata y despegado. En la segunda tanda tres cuartos de lo mismo. En los naturales terceros casi florece la ilusión. “P´alante y pa dentro” le grita “EL Bombero”. Pero ni caso. La tanda número 4 es de la misma hornada que la primera y la segunda. En la quinta rozamos el milagro ¡Aplaude “El Bombero”! Un pinchazo sin soltar el estoque y una buena estocada trasera. El toro, que fue excelente hasta el final de la larga faena, afea su expediente yendo a morir en la puerta de chiqueros. Fuerte ovación para el de Salteras que se agacha y recoge un puñado de venteña arena para besarlo. “¡Detalle de pobre!” le grita una voz popular, despiadada y periodística. El “Afectísimo” quinto, justo de trapío, derriba estrepitosamente con sólo topar contra el caballo. Sale suelto de la segunda vara mientras el quite de Del Alamo por verónicas nos sabe a rebajas de verano. Nada reseñable en banderillas. Ni tampoco a continuación. Correremos un tupido velo sobre el nefasto paso de Joselito Adame por Madrid. Todos quedamos afectadísimos por la sórdida muerte de “Afectísimo”, primero atravesado antes de expirar degollado. Cuando sale Del Álamo al encuentro del alto, veleto y destartalado “Bocineto”, nueva ovación al torero manchego y nueva bronca al bueno de Don Trinidad. Tal como está el patio, está claro que sólo le bastará agacharse para recoger la prometida Puerta Grande. La cosa empieza por mal camino, una extraña serie de verónicas con las patas de torear en un lío de total inversión de lo preceptivo. Le cuesta Dios y ayuda al pobre Pedro Vicente Roldán meter al toro en el caballo. La primera vara, en chiqueros, ve a Bocineto echarse con suma facilidad caballo y picador al pescuezo antes de derribarlos. Aprieta duramente el toro en banderillas. Jarocho y Gómez Pascual al menos las dejan puestas. La faena debuta con una emocionante arrancada de Bocineto. Nada que ver el trasteo de Del Álamo con la faena al tercero. Mejor colocado frente a un toro que “no se deja”, durante tanda y media el torero parece poner en práctica los preceptos sagrados del gurú de la andanada: “Citar desde adentro, torear p´adentro y salir dentro”. Se gana unos aplausos de la sagrada exigencia. Entre bastante desecho. La estocada es fea, próxima al bajonazo. Pero Don Trinidad claudica ante la Vox Populi. El caso es que en ningún momento sonarán los rituales y esperados “Plás, plás, plás” de la protesta minoritaria y sadomasoquista. La voz popular y periodística clama entonces y se lamenta ante lo que considera un nuevo síntoma de la decadencia de Occidente. Coincido con ella sobre la realidad de tal decadencia pero no creo que llegue a tanto el carisma de Juan Del Álamo. Así más o menos creí ver las cosas en esta tarde del 8 de junio 2017, desde la Andanada 9 de las Ventas del Espíritu Santo. No se molesten en elevar protestas airadas al Director. Soy crítico eventualísimo y me río de cualquier posible despido. La arena de Madrid
Antes de (la) Nada
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Posted: 10 Jun 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Belmonte, transfigurándose, cambiando de estatura, de silueta, hasta de color, se borró a sí mismo. Nunca vi más arte puro, más valentía natural, más dominio, más estética. No hubo oropel, relumbrón falso, comicidad. No toreaba
para el público aficionado al efectismo, sino para el toro y para él. Ni siquiera creo que toreaba para nadie, me pareció más bien que puso el punto final a la brillante historia de la tauromaquia. Después de esto, nada. No hay más allá.
Gregorio Corrochano
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Posted: 10 Jun 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 11 DE JUNIO
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por
él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Juan 3,16-18
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Posted: 10 Jun 2017 02:08 AM PDT Spengler
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El landismo es un dandismo español, que es el dandismo en calzoncillos (los calzoncillos blancos de
Alfredo Landa en las berreas setenteras de Torremolinos).
El landismo vuelve con fuerza en el renovado odio a Inglaterra por lo del Brexit, esa media lagartijera que lleva puesta la Unión Europea, el casinillo de frau
Merkel (quien, por cierto, acaba de pasar el título de “Fracasada” a Mrs. May) donde nosotros, el Sur, somos los camareros, o sea, los más ofendidos con el caballero que apura su copa y se retira. Sólo hay que oírnos.
–Yo siempre he sido camarero –contesta el camarero de “Pasión de los fuertes” cuando
Henry Fonda le pregunta si alguna vez estuvo enamorado.
Estamos, pues, donde estábamos: en los 70, cuando se “destoreaba” igual de bien que ahora y cuando ya los landistas llamaban “populismo” a la democracia, y así nadie la quería.
Hoy, son landistas quienes en el país de los plebiscitos sediciosos de Cataluña (el próximo, el 1 de octubre, antiguo Día del Caudillo) afean a los ingleses los referendos democráticos de Escocia
y el Brexit. O quienes en el país del 11-M dicen en la barra del bar que los atentados de Londres ocurrieron porque los ingleses no tienen Guardia Civil.
Hay landismo, y abundante, en tirar del fascismo adolescente de
Spengler para “dimensionar” el altruismo en el atentado de Londres del “skater” español que perdió la vida. (También al “skate” llega tarde el landismo: en el Madrid de
Gallardón, un “skater” tenía casi peor consideración municipal que un asaltante de bancos, y te pasabas la vida pagando multas y hablando a los guardias de las hazañas de
Tony Hawk).
¡Landistas spenglerianos tirando de un “skater” para salvar de la disolución a la cristiandad, es decir, a la civilización, en terminología de la ilustración escocesa (la buena) que popularizó la ilustración francesa (la mala)!
Hasta aquí, en palabras de
Santayana, la escandalosa degradación a que la inteligencia moderna ha condenado al espíritu.
Landismo
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Vigesimoséptima de Feria. Adolfada "procedente de Carlos Núñez", al decir de la Empresa de Madrid Posted: 10 Jun 2017 01:10 AM PDT Marinero, aquel adolfo del año 13
José Ramón Márquez
Ayer no pude venir a los toros y gracias a eso pude experimentar la extraña sensación de estar en las calles a las siete de la tarde; así pude darme cuenta de que en Madrid hay vida a esa hora, que están los taxis y los uber,
los chicos en las terrazas, los autos en las calles y Zara y Primark llenos de gente. Mientras en Las Ventas todo gira desde el jueves 11 de mayo alrededor del viejo rito de la seda y de la sange, la ciudad sigue su curso.
Día 5 del Toro, hoy los Adolfos, esa ganadería en la que muchos quieren ver la “pureza perdida” de Victorino, de cuyo tronco procede. Los Albaserrada que los Martín compraron a Escudero Calvo se convierten hoy, por el birlibirloque del Programa Oficial en “Procedencia: Carlos Núñez”, que ya es la segunda vez que pasa, aunque esta vez alguien se dio cuenta y por eso en la ficha de la corrida pusieron la fe de erratas “donde dice Carlos Núñez debería decir Albaserrada”, los descuidos de Donsimón, que dice estar encantado con la Feria, que se han cortado no sé cuántas orejas, porque al parecer la oreja es la unidad de medida del éxito, por más que digamos que el mejor toreo que se ha hecho, el que recordaremos así que pasen veinte años, no haya sido recompensado con aurícula alguna. En la pugna entre el tío y el sobrino este año venció Victorino. No es que Adolfo haya traído una birria, ni mucho menos, pero el Premio Albaserrada 2017 es para el tío. Adolfo trajo una corrida muy seria, de bastante presencia, ayuna de picante o de malas intenciones, tirando a mansa, en la que no hubo ningún toro de los que dejan huella, ni “toreables” ni alimañas. El quinto, con un clásico nombre de la casa, Aviador, número 63, sin ser el de menor peso fue el de menos presencia, lo protestaron con fuerza los que en él creyeron ver algún defecto en su manera de andar, pero el hecho es que no se cayó más que una vez al inicio de la faena de muleta. La verdad es que el animal no estaba sobrado de fuerzas y, acaso por eso, sus embestidas eran a cámara lenta, muy humillado, se templaba él solito y nos hizo añorar lo bien que podría haber estado con ese toro nuestro Pepe Luis, en este año en el que está haciendo temporada, poniendo su gracia natural junto a la embestida tan lenta y tan sin ninguna mala intención de Aviador. La terna que se anunció con los de Adolfo estaba compuesta por Antonio Ferrera, Juan Bautista y Manuel Escribano. Ferrera se vino a Madrid vestido con un terno azul que hería los ojos. Unos decían que se lo había comprado en e-Bay, otros certificaron que en el escaparate del Cash Converters de la calle de Alcalá hay a la venta uno igual, y otros achacaron el vestido a la particular estética del más chiquitito de sus apoderados. Ahí se plantó Ferrera con su vestido de pobre y ahí tenemos a Comadrón, número 70, largo y degollado, con mucha plaza y en el tipo de la casa. Su paso por el primer tercio no fue como para echar al vuelo ninguna campana, le pegó una rebañada a Ferrera en los lances de inicio como para haberle hecho un estropicio y luego se dejó pegar por José María González, no queriendo malgastar sus fuerzas en empujar al caballo. En banderillas acudió prontamente y con buen tranco, que lo banderillearon Ferrera y Escribano, y eso hizo concebir esperanzas de que en el último tercio habría una fiesta que al final no hubo. Sobre las banderillas deberíamos insistir en que, cuando las pone el matador, la presencia de los peones aparcando el toro es de lo más inconveniente. Ver a dos o a tres peones capeando al toro para llevarlo aquí o allá, en funciones de “gorrillas”, no dice nada de los matadores que tal cosa incitan y consienten. En este segundo tercio de Comadrón había dos matadores en la arena, suficientes para colocarse el toro ellos mismos sin necesidad de ayudas externas. Luego, cuando ya se verifica el rehileteo uno se da cuenta de que ni estamos ante Pepe Bienvenida ni ante Pepe Nelo en la cosa de los palos. El toro llega al tercer tercio quedándose corto y ahí Ferrera le va sacando los muletazos de uno en uno, más por la izquierda que por la derecha, que por ese pitón el toro buscaba una barbaridad, sin que la cosa cobre vuelo, y se deshace de él mediante un pinchazo echándose fuera y una estocada entera arriba echándose fuera. A continuación asoma la gaita por la puerta que abre don Manuel Pérez, absurdamente vestido de barquillero de zarzuela, el hocico de rata de Buscador, número 71, otro cárdeno, hondo y corniveleto que levanta como si fuese de algodón en un seco empujón de sus riñones a Puchano, al penco sobre el que va Puchano y a todos los complementos del aleluya de Puchano: los manguitos, el peto, los refuerzos, los correajes, los periódicos dentro de las orejas, el vicks vaporub de los hocicos… mil y pico kilos ¡al cielo con ellos! por los riñones de Buscador, que en la segunda vara, ya sin fuerza para repetir la machada, no cabecea y recibe un castigo de buena intensidad. Del tercio de banderillas lo más reseñable es el vestido de César Fernández, tabaco e hilo blanco en el programa, pero eso no era hilo blanco, eso era un chantilly de nata, una fiesta de la espuma del Privilege de Ibiza, un peón vestido de copito de nieve, Fernández brega y los dos González (Rafael e Ismael) banderillean sin mayores apreturas. Para la muleta el pitón bueno es el derecho, que por el izquierdo el bicho anda menos, y ahí tenemos a Juan Bautista, con cerca de dieciocho años de alternativa a sus espaldas, planteando una faena que entendemos como su particular homenaje a Macron, líder sin partido, lo mismo que Bautista, torero sin tauromaquia. No se puede decir que el toro tenga maldad, ni que se resabie ni que quiera coger, pero sí podemos decir que Juan Bautista se pertrecha con el habitual cargamento de ventajas y prevenciones con las que deja ir las tres series, exactamente tres, que tenía el toro y luego ya la cosa se queda en un alargar por alargar, el toro cambia y se queda más parado y sin ganas de echar una mano. El fin de los días de Buscador viene propiciado por tres pinchazos cuarteando y otro más en el que cobra una estocada baja atravesada. Se retira a la barrera Juan Bautista sin haber dicho realmente nada. Ahí tenemos ya a Escribano andando circunspecto a regalarnos esa nada que es la porta gayola. El toro que aguarda en la fresca oscuridad de la mazmorra es Murcianito, número 60. Después del sustín de hinojos, viene el sustazo de pie, que es la impresionante colada que le pega el toro cuando lancea por el izquierdo, y luego otra más. El toro cumple en varas, empujando; la primera la toma al relance y Esquivel le agarra bajo, la segunda la pone arriba y tras la fanfarria de timbales y clarines ya tenemos el segundo episodio de “Aparca como puedas” con los peones haciendo de nuevo la función de gorrillas en la colocación del toro para los matadores, cuya actuación banderillera vuelve a no estar a gran altura. Luego Escribano inicia ya su faena a Murcianito, que no es la alegría de la huerta ni mucho menos, pues es más bien bastante soso, mansurrón y con pocas ganas de fiesta, basando su trasteo en el cite con el pico y la carrerita de recoloque, tan característica de nuestros tiempos, así tres o cuatro veces hasta que el toro ya dice que no, que uno si acaso pero que a dos no va y se queda como un marmolillo ahí parado con sus 519 kilos. Tras no darle ni un solo muletazo digno de ese nombre, le arrea una estocada muy trasera y baja, que duele verla, pero más le duele a Murcianito, que lo manda al otro mundo. Chaparrito, número 29, es el segundo de Antonio Ferrera en esta tarde. Toma por el pecho al caballo que monta Antonio Prieto y lo derriba y luego acude de largo a la segunda vara y recarga. La cosa de las banderillas la delega Ferrera en los peones, que pegan su mitin correspondiente: en dos pasadas el toro lleva puesta una banderilla, cuando don Justo Polo saca el pañuelo para cambiar el tercio hay cinco banderillas en el suelo y tres en el toro. Ferrera se va a iniciar su faena al 1 y el toro se le escapa hacia el 5, ahí Ferrera hace lo mejor de la tarde cuando le roba al toro tres naturales de gran encaje y verdad a base de consentir, luego le pega otra serie corta por la izquierda, el toro se va moviendo y Ferrera le roba otra serie por la derecha robados de uno en uno en el 6. Por la izquierda va mejor el toro y hacia los tableros mejor que hacia las afueras, así vuelve Ferrera a sacar otra serie con la zurda con un espléndido natural frente al 7.Faena con sentido y con cuajo y conocimiento la de Antonio Ferrera cuya única nota negativa es que no haya sido capaz de sujetar al toro en un terreno fijado por el matador. Luego con lo de matar acaba el recorrido por la Plaza, pincha y se queda en la cara frente al 8, repite lo mismo frente al 9, otra igual de nuevo en el 9 y, al fin, bajonazo en el 10 y el toro se va a morir a los medios para rematar su vuelta al ruedo dada en vida. A Juan Bautista le sale el Aviador, que, como se dijo antes, era toro para Pepe Luis. Juan Bautista está a años luz de Pepe Luis. Y Escribano, que finiquita la adolfada con Tomatillo, número 57, el de más peso de la tarde con 565 kilos y una extraordinaria seriedad y presencia. No es que esté ansioso de ir al encuentro del caballo sobre el que galopa José Manuel Quinta, pero digamos que cumple en varas y que galopa en banderillas y ahí lo dejaremos. Cuando Escribano empieza su trasteo en la barrera del 8 el Tomatillo le pega una colosal colada y le lleva a la carrera hasta los medios, el toro es complicado por el derecho y se deja más por el izquierdo, mira, mide y espera y la papeleta no es ni mucho menos fácil para el de Gerena, que está muy dignamente frente al toro, nada que ver ni en actitud ni en modos con lo que presentó en su primero. Lo mata con facilidad. |
Posted: 11 Jun 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
¡Cuánto siento tener que volver a los toros! ¡De qué buena gana me retiraría del tendido, para que otras tardes no vinieran a enturbiarme la visión que tengo de esta faena! Y cuando cruzara la calle de Alcalá a la hora de los
toros, yo me acordaría de esta tarde, y cuando la gente me hablase de toreros que hicieran prodigios con la muleta, yo les contestaría maquinalmente: “¡Ah, sí, Belmonte! ¡Juan Belmonte!”
Gregorio Corrochano
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Posted: 11 Jun 2017 02:17 AM PDT |
Posted: 13 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 13 Jun 2017 12:37 PM PDT Yo iba de peregrina y me cogiste de la mano
Me preguntaste mi nombre, me subiste a caballo
@Bubaor
Hughes
Abc
El discurso de Pablo Iglesias en la moción de censura ha tenido algunas cosas interesantes. Una fue haber ido más allá de la habitual denuncia de corrupción. Ha intentado algo parecido a un repaso histórico de las élites
políticas. Desde Cánovas y Sagasta, el ferrocarril o las comunicaciones, hasta acabar en
Rato. Ha refinado lo de la “casta” hasta un mapa de relaciones que no se dejó ningún apellido y que se remontaba incluso a décadas, siglos atrás. Ha tenido la desmesura o el talento de conectar turnismo y 78, es decir, las dos restauraciones borbónicas,
relacionando ambas por el funcionamiento de las élites. Esto se suele despachar como populismo, pero también pone la lupa en algo innegable, algo que se percibe en la gestión de sectores como el financiero, por ejemplo, o en Cataluña. Y en Madrid tanto como
en Cataluña. El hecho evidente de que las élites fracasan. Llevar al Congreso las relaciones entre los poderes políticos y empresariales rompe un tabú y no es necesariamente malo. Hay algo de verdad, de calle, de realidad.
Sorprendentemente, Iglesias ha cogido la bandera regeneracionista de
Costa. Una bandera abandonada desde Aznar. El regeneracionismo deja de estar en boca de la derecha e Iglesias se pone orteguiano denunciando la falta de “proyecto de país” en
Rajoy. “Ustedes sólo aspiran a resistir, a bunquerizarse”. Gusten o no, esas palabras describen una realidad. Algo que se proyecta desde Génova hasta los últimos rincones del país. Iglesias ha estado fino señalando una tendencia de tipo psicológico.
Es una sensación que se percibe en muchos ámbitos de la vida española. La de que el único objetivo es sobrevivir. No hay futuro, no hay ampliación de márgenes. Se observa un cierre en el sistema, un repliegue, la conservación en el agotamiento sobre relaciones
poco meritocráticas. Amiguismo, nepotismo, partidismo. La designación y lo discrecional sobre privilegios cada vez menos claros.
Iglesias puede no acertar en la solución, pero no siempre se equivoca en el diagnóstico.
El líder de Podemos se puso americana, estuvo más serio. Habló alguna vez para la clase media. La intervención fue cualitativamete superior, más persuasiva, matizada. Aunque la opción espante no hay que negarle los aciertos.
¿O acaso no acierta un reloj parado? Fue curioso que Iglesias, precisamente Iglesias, recordara cosas como la existencia de un duopolio televisivo. Audacia. Pero hay que insistir: no habló de la corrupción sin más. Remontó una genealogía de relaciones y tramas.
“A ustedes les importa poco el mérito, sólo el colegio donde se estudió”. Pero Iglesias refina su populismo añadiendo una visión histórica y otra psicologica, el cortoplacismo, esa ausencia de proyecto que es un rasgo más de la corrupción.
Por eso estuvo mejor que otras veces. Enriqueció, le dio más complejidad a la naturaleza devastadora de la corrupción. Y profundizó en el “ricos contra pobres”. Complicó o enriqueció su habitual maniqueísmo.
En cuanto a Rajoy, empieza a gustarse demasiado como orador, adopta un aire casi chulesco con la explotación de ese supuesto gracejo remotamente
british. Ahí se percibe ya el efecto corrosivo de los cobistas. Intervenciones preparadas y una relajación (casi pachorra) que acaba en trabalenguas (el “cuanto peor, mejor para todos, mejor para todos peor…).
Y resultó raro escucharle hablar de Venezuela. O que solo hable de Venezuela con Pablo Iglesias.
Efe
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Posted: 13 Jun 2017 05:21 AM PDT |
Posted: 13 Jun 2017 01:47 AM PDT |
Hoy, martes y 13,
Pablemos, jefe del comunismo español (¡los pecios del PCE!), cita en los leones de la madrileña Carrera de San Jerónimo al jefe del marianismo en una moción de censura cogida con los alfileres que tiran las modistillas en la verbena de San Antonio.
¡Martes y trece! En una fecha así, Curro Fetén dijo a un cenizo famoso que lo saludó en la barra del bar:
–¡Anda, paga tú, que hoy celebras santo y cumpleaños!
Pablemos es el jefe del comunismo igual que en Las Ventas han elegido Toro del Año a un pobre bóvido (no fue picado y murió aculado en tablas) con nombre de vaca:
–Han matado a la vaca porque quería comerse el vestido de la dama –dice
Cocteau que oyó a una chiquilla, en Sevilla, contar su corrida del 1 de mayo.
El toro, una vaca, y el torero, una bella dama: la tauromaquia contemporánea.
En la tauromaquia contemporánea lo que cuenta (porque así lo ha establecido la propaganda mediática) es que el toreador (torero es otra cosa) ligue los pases por las afueras, igual que en la comunicación contemporánea lo que
cuenta es la verborrea (políticos, radiofonistas, tertulianos), hablar por hablar, ligar –digan lo que digan– las palabras, cosa que impresiona mucho al español, genéticamente sumiso al poder y afecto a la delación, y por tanto, balbuceante por mera prevención.
El éxito de Pablemos es que liga los pases (por arriba, por atrás y por afuera), que habla como parpayuela y que tiene coleta como el chino del flanín. Por cierto, que entre la Dictadura de
Primo y la República de Miguelito Maura en el movimiento obrero español se llamaba “chinos” y “coletas” a los comunistas porque su prensa, que tampoco sabía muy bien qué pensaba
Stalin de la revolución china, daba el turre a sus lectores con cuentos chinos.
Hoy, con su coleta china (que en realidad es manchú), Pablemos juega a caballo de Troya del sistema, pero no se sabe de un solo partido que aceptara el juego oligárquico para liquidarlo.
Pablemos es sistema, y su salsa, el Consenso.
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Posted: 14 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 14 Jun 2017 03:40 AM PDT Fuego en el cuerpo
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Los Pablemos (Pablo e
Irene) tienen más marketing (las teles de Casals), pero menos glamour, que
William Hurt y Kathleen Turner, y su versión comunista de “Fuego en el cuerpo” en el Congreso es basurienta.
La pinza, según
María Soraya, "funciona de cine", pero ni el comunismo podía llegar a más ni el marianismo a menos.
–Desengáñense –decía el flautista
Salvador Boix, apoderado de José Tomás, a los críticos taurinos–:
el toreo es marketing y glamour.
En España el comunismo es marketing de Franco, que en el 50 dejó de culpar a los masones para culpar a los comunistas, y glamour (luto español) de
Ibárruri. Ni una mala palabra ni una buena acción.
–¡Abajo la República burguesa! –fue el grito comunista en el 31.
En el 36, y en palabras de Joaquín Maurín, el PC era “populachero, demagógico y comunista sólo de nombre”:
–A mediados de julio de 1936 correspondía al PC: 1) Misión: convertir a España en una dependencia rusa; 2) Historia: lamentable, negativa; 3) Éxito: ninguno, salvo el Frente Popular, puramente
electoral; 4) Fuerza sindical: nula. 5) Proyección intelectual: nula; 6) Fuerza obrera proporcional: 2,5 por 100. 7) Representación parlamentaria: 3,5 por 100. 8) Líderes: Droz (suizo), Codovila (argentino), Rabaté (francés), Stepanov (búlgaro)… Después, nada.
Y un poco más allá, Díaz e Ibárruri.
Sobre la actuación del PC en la guerra es una pista que
Stalin, que no quería testigos de sus manejos en la contienda, fusiló a todos los comisarios relacionados con España.
“Gobierno Negrín, ¿dónde está Nin?”, pintaban los poumistas en las paredes de Barcelona. “En Salamanca o en Berlín”, escribían, debajo, los comunistas, siempre con buena mano para el humor negro.
En junio de 2017, los pecios de aquella siniestra ideología aspiran a la hegemonía en nuestro Estado de Partidos mediante lo que el húngaro
Mátyás Rákosi llamó “táctica del salami”: comerse el poder a rodajas en vez de querer tragarlo todo de una vez, pretensión de Pablemos en enero del 15.
Mátyás Rákosi
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Posted: 15 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 15 Jun 2017 04:27 AM PDT |
En 1977 yo tenía 18 años y el 15 de junio vi votar por primera vez. En 1977 los mocetes estábamos muy politizados y casi todos nos creíamos comunistas. Uno, que se estrenaba de obrero en CYFISA, no podía dejar de pertenecer
a la clase proletaria en la que militaba el padre que había regresado de Francia. Nunca me he apuntado a nada, pero, en aquel entonces, escuchar arrobados a personajes que creíamos mártires laicos, no sólo era moda sino ejercicio obligatorio teniendo en cuenta
la edad.
Era el mayor de seis hermanos y recuerdo perfectamente que con 18 años fui consciente de que debía contribuir, si me era posible, al sostenimiento de una casa en la que por las tardes, y para hacer frente a tanto gasto,
los hermanos cosíamos zapatos para la fábrica Comanche. El progresismo de hoy acusaría a mis padres de explotación infantil y hasta haría una ley para meterlos en la cárcel.
El caso es que, acabado el COU, entré en CYFISA de “productor”, según ponía en la nómina, y voté como correspondía a un obrero de Gamonal. De CYFISA, recuerden los radiadores
Garza, a la que ayudó a tumbar un sindicalismo feroz e inmisericorde, pasé a la
San Miguel, y poco antes de ir a la mili (octubre de 1979) supe que no me volverían a llamar. Creyéndome un valiente sin pasar de un prescindible eventual puse una noche en el vestuario unos carteles del MC y una queja justa por no cobrar nocturnidad.
Al día siguiente me llamaron a capítulo y me oscurecieron el futuro sin que el sindicalismo o mis compañeros tuvieran conmigo el mínimo detalle. En 1979 empecé a dudar de muchas verdades que tenía por absolutas. La mili del 80 en S. Sebastián, sembrada de
muertos y heridos, me acercó a viudas y huérfanos (con el Tcol. Motos, que tenía doce hijos, estuve una hora antes de que lo asesinaran) y lecturas mucho más sabias de las que me entusiasmaron entre el 75 y el 79 alumbraron mi cerril ideario. Recuerdo
aquellas prohibidas Ruinas de Palmira de un tal Volney que devorábamos con enfermiza devoción. El 23 de febrero de 1981, recién licenciado, estaba cosiendo zapatos con mis padres y en la radio votaban los diputados al presidente
Calvo Sotelo. Mi madre dijo “otra guerra, no, por Dios y la Santísima Virgen”. Yo, que había visto a Su Majestad el día de Reyes y a
Rodríguez Sahagún pocas semanas antes en Loyola, até cabos y me dije: “Cuánto odian todos a
Suárez”.
No tengo estudios ni conocimientos de política. Soy un “currante” desde los 18 años. Aprobé una oposición para bachilleres de mi época mientras trabajaba por la noche en la lonja del pescado de Burgos y he visto muchas cosas
porque las casualidades me pusieron cerca de ellas. Por eso me atrevo a decir que a Adolfo Suárez no le querían ni los suyos. Arrasó en 1977, pero a partir de ahí no ganó para disgustos. Disgustos de la derecha, la izquierda, el Ejército, el Rey... Dicen algunos
que se los tenía merecidos, pero lo que creo que es innegable es la gran superioridad intelectual de aquellos hombres públicos con respecto a los que hoy viven de muchas narices a costa de la política.
Dicen que Pablo Iglesias, uno de los vividores que tratan como prostituta a la democracia que babeaba aquel 15 de junio, es profesor de Universidad y que lo es legalmente. Que sus capacidades y conocimientos han pasado los baremos pertinentes, pero a mí Pablo Iglesias no se me parece en nada a Don Godofredo o Don Apolinar, maestros de los que ya no hay. Por lo que le tengo oído, si a Pablo Iglesias le hubiera pillado el 77, nos lo hubiéramos encontrado en el Rastro vendiendo ocarinas y por las tardes en un piso de estudiantes explicando a cuatro ingenuos como el que uno era entonces el funcionamiento de la célula. Creo que el mozo no está para mucho más, pero parece ser que no. Que así como el tío es profesor con muy pocos conocimientos quiere ser presidente del Gobierno, aunque no le vote lo que él llama "gente". Sabe cosas de la democracia que a los que teníamos 18 años en 1977 se nos escapan. |
15-J: de Franco a Walt Whitman Posted: 15 Jun 2017 04:13 AM PDT |
Posted: 15 Jun 2017 02:32 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Con la gracia de
Curro Fetén (el único politólogo serio que he conocido en estos cuarenta años), la moción de censura comunista podría titularse así: “En la Feria de
Pablemos, Ana Oramas ha puesto una caseta”.
–Si un león pudiera hablar, no lo entenderíamos –dijo
Wittgenstein, un loco del lenguaje.
En la moción han hablado los dos leones de las Cortes, Pablemos y
Mariano, y no les ha entendido nadie.
–¡Mi patria es la democracia! –gritó Pablemos.
–La mía es la división de poderes –vino a contestarle Mariano, quien supone que “división” es igual que “separación”.
Oírles hablar de democracia (y no se les cae la palabra de la boca) es como ver a los salvajes de
Camba discutiendo de la chistera que la marea llevó a su playa.
La chistera de la democracia llegó a la playa de España hace hoy cuarenta años. De aquel día lo que mejor recuerdo es la noche:
Lola Gaos (¡la Libertad guiando al Pueblo!) dando vivas a un socialismo de cien diputados subida a un camión de la basura en la calle de Santa Engracia, sede, entonces, del Psoe, cuyos peces gordos (y no es alusión a
Peces Barba, quien todavía dudaba entre Habermas y Maritain) acabarían en poco tiempo con los precios de la vecina taberna de San Mamés, que puso el besugo por las nubes.
Pablemos dice que
la palabra “dictadura” (aun la del proletariado) mola menos que la palabra “democracia”, por lo que en la lucha política hay que disputársela al enemigo, que hoy es Mariano,
quien ignora la diferencia teórica entre democracia y partidocracia, pues no ha leído a
Leibholz (cosa que sí hizo Fraga), teórico de ese Estado de Partidos genialmente descrito ayer por
Hernando:
–Mire, señor Iglesias, que no se da “usté” cuenta, y podríamos hacer cosas juntos, que ésta es la legislatura en la que hay más oportunidades para todos.
En la partidocracia, los jefes mandan más que en la democracia. Más, incluso, que
Luis XIV, y por eso toda Europa corre a apuntarse (allez allez, Macron!) al Weimar de frau
Merkel.
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Posted: 17 Jun 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Las virtudes afirmativas del arte de birlibirloque de torear son: ligereza, agilidad, destreza, rapidez, facilidad, flexibilidad y gracia.
Virtudes clásicas: Joselito. Contra estas siete virtudes hay, en efecto, siete vicios correspondientes: pesadez, torpeza, esfuerzo, lentitud, dificultad,
rigidez y desgarbo. Vicios castizos: Belmonte, castizo hasta el esperpentismo más atroz y fenomenal.
José Bergamín
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"El que come este pan vivirá para siempre" Posted: 17 Jun 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 18 DE JUNIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
-Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.
Disputaban los judíos entre sí: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
Entonces Jesús les dijo:
-Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida
y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros
padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.
Juan 6,51-58
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Posted: 17 Jun 2017 01:28 PM PDT |
Posted: 17 Jun 2017 01:16 PM PDT Importante El Juli es el lema de
Beneficencias Julián, ese espectáculo cómico taurino
procedente de la antigua Corrida de Beneficencia que,
eliminando lo anterior
(aquellos
samueles del mano a mano Rincón-Ortega Cano), se ofrece cada año en Las Ventas
para despedir la Feria como las discotecas de los 80' pinchaban sevillanas
al despedir a los clientes con encendido de luces para acostumbrarlos al golpe del sol en la calle
Jean Palette-Cazajus
Mi Señorito padece saludable alergia a la indigencia ganadera que suele adornar la Corrida de Beneficencia. De modo que le ha endilgado otra vez al mayordomo el traje de crítico y lo ha mandado a freír sus posaderas en el cemento de tan tórrida corrida. Ante todo un sincero homenaje al público de sol que llenó hoy tendidos, gradas y andanadas con una temperatura que prefiero no comprometerme en estimar. A continuación, yo, republicano desde el 14 de Julio de 1789, participé complacido y de buenísima gana en los interminables aplausos que saludaron la entrada de S.M. Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia, Felipe VI de España, al palco real. Todos sabemos que la pasión taurina no es la característica dominante del actual monarca. Fue emocionante la manera con que los tendidos le agradecieron a Don Felipe haber forzado un poco su naturaleza. Dicho lo cual insistamos en que la caspa apuntillará la tauromaquia antes que los antitaurinos. En dos palabras: para nada depende la “esencia” de España de la Tauromaquia. España seguirá siendo España con toros o sin toros ¿O acaso los españoles que no van a los toros, la gran mayoría, son ciudadanos de segunda? Los Toros siempre fueron un espectáculo minoritario. Cuando el país tenía hambre, en lugar de telebasura ¿cuántos vieron a Joselito o Belmonte en una plaza? Sin toros España no sería peor ¡pero tampoco mejor! Lo que sí habrá perdido es cierta llamada del Ser. Pero ya nos advirtió Heidegger que desde los presocráticos nos hemos olvidado del Ser. El caso es que tras esporádicas y luego cada vez más firmes palmas de tango, por parte de una afición heideggeriana y cabreada que sabe que Ser y Tiempo no pueden ni deben separarse, el paseíllo se inicia a las 19 horas y 11 minutos de la tarde. Salieron cuatro toros de Victoriano del Río, uno de Cortés y un sobrero de Domingo Hernández. “Artillero”, fue el primero de una corrida floja y tarda, salvando al potable cuarto.
Fofito, rechonchito, recordándome entrañablemente los toritos de peluche que llenaban las tiendas de souvenirs en mis lejanos y juveniles sesenta.
El Juli lo para correctamente y lo deja en la boca de riego. Sale suelto de la primera vara y coceando. La segunda se parecerá más bien a un ajuste de cuentas. Inexplicables el sadismo y la malevolencia de
José Barroso con aquel torito inocente, a menos que este le haya podido quitar la novia en alguna ocasión.
Julián de San Blas, como lo suele llamar mi Señorito, cita de forma oblicua e inverosímil solo comprensible como provocación descarada al
Bombero que hoy, además, no está para bromas. Poco más que reseñar hasta el primer “julipié” con que el diestro sale a pinchar delicadamente alguna aceituna rellena oculta en la cruz del burel. Luego estocada tras la cual diestro, muleta y demás enseres
salen volando cada uno en distinta órbita.
“Enamorado”, el segundo de la tarde, es un burraco en salinero, bastante guapo. A la salida de media docena de anodinas verónicas de Manzanares, el susodicho se pega la gran costalada. Sencillamente, no se le pica y el presi saca el pañuelo blanco. La bronca es monumental y termina sacando el pañuelo verde. Todos sabemos que en Madrid los cabestros no sirven para arropar los toros sino para evidenciar el poder de la chaquetilla de su mayoral asomado a las tablas de Chiqueros. Una vez más admiramos el extraordinario, largo y templado pase de pecho con que Florito recondujo el torito pintón hacia su triste destino. “Lastimero”, el primer sobrero de Domingo Hernández tiene pintas de buey de carreta. Se emplea no obstante en la buena primera vara de
Pedro Morales “Chocolate”. Se arranca para la segunda, digna de olvidarse. Calidad y empaque tiene el inicio de faena de Manzanares, rematado por un pase cambiado por bajo extraordinario de mando y facilidad.
Me impresiona la presencia torera de Manzanares en el ruedo, con esa poderosa nuca histórica que hubiese inspirado a
Federico García Lorca una vibrante endecha a la virilidad. Y también, desgraciadamente, además de una estética de torero de copla, todos los ingredientes para colonizar las portadas del “Hola”. Hay torpeza en la segunda tanda de derechazos. Nada
de nada en su intento con la zurda. Nuevo intento con la izquierda en que asoma una prodigiosa muñeca capaz de rematar medio pase con un mínimo giro. El toro no era “Dalia”, el dije de Victoriano del Río, que le propiciara, el año pasado, los elementos de
una faena de nardos y alhelíes, dicho sea en virtud de mi derecho constitucional a la cursilería. El caso es que algo más pudo haber sacado. Imposible ignorar que allí hay mucho torero. La estocada es emocionante, Manzanares se cuelga del pitón y la deja
arriba, sin perder la muleta. Tengo la sensación de que es la primera vez que esto ocurre, al menos en lo que tengo visto de Feria. Cucho me conmina a señalar que “Lastimero” muere en chiqueros.
“Maleado”, el negro tercero sale bien presentado. Tres verónicas sueltas de Talavante, de buena factura y con los pies juntos. “Rien de rien” en la primera vara. La segunda desencadenará la cantinela de la feria: “¡Picador, qué malo eres!” ruge la grada. Primera tanda de derechazos de Talavante, Un pase excelente. Luego el atroz descoloque. El silbido de Cucho me taladra los tímpanos. Antes incluso de que me pueda reponer del susto, allí abajo, en el ruedo, como un obediente soldadito de plomo, Talavante ha rectificado presuroso la posición. ¡Qué Homero sabrá cantar un día los poderes mayéuticos de la andanada del 9! La faena itinerante de Talavante, cortésmente iniciada a nuestros pies, en los bajos del 9, terminará en el 3. Un pinchazo sin soltar, estocada caída y también en este caso muerte indigna en chiqueros. “Almirante”, 633 kgs, negro, cornivuelto y trapío serio, se encuentra con un Juli que me parece pelín sonámbulo en los lances de recibo. Primera vara tapando descaradamente la salida. Quite por chicuelinas vulgares de El Juli,
pero con inspirado y jaleado remate. Buena segunda vara de Salvador Nuñez. En banderillas,
Álvaro Montes y Fernando Pérez salen muy apurados de sus pares ante la increíble abulia de Talavante. Nueva intervención atronadora de Cucho que sermonea a Talavante y le dicta sus obligaciones durante la lidia. Y en el tercer par, movido por
un resorte, Talavante se anticipa como un rayo a la necesidad del quite. Como la cosa siga así, el de Badajoz va a quedar para el sofá del sicoanalista. Excelente inicio de faena de El Juli. Tras una tanda más bien precaria, nos sale un Juli colocado y con
temple del bueno. Los pases le salen rematados atrás, alguno ceñidísimo y rebozado con el toro. Un gran pase de pecho cambiado seguido de otro obligado e interminable.
El Bombero no ha dejado en toda la tarde de zaherir al de San Blas y de mantener, uno contra 24000, un reñido duelo con el conjunto de la plaza. El ritual está basado en la conocida estructura dual del canto gregoriano y del Gospel Song, o sea canto individual seguido de respuesta colectiva, en este caso con hostil cachondeo. Ante la inesperada calidad de El Juli ¡se calla! ¡Lo juro por la gloria de mi madre! El final de la faena nos ofrece una extraña mezcla de poderío, con excelentes y seguidos cambios de mano alternados con un encimismo de pitón en la ingle tirando a pueblerino. Estocada hasta la bola pelín caída. Cae la oreja y vuelta clamorosa “recogiendo prendas” que decían los críticos antiguos. En cambio no sé qué porcentaje del apéndice se debe a la calidad de la faena y qué porcentaje a la voluntad de las turbas ignorantes de castigar al incorruptible Diógenes de la andanada. Aletheia, la verdad de los griegos, aletea en las saetas que el incansable Javier opone, desde las alturas, a la beocia hostilidad del rebaño acomodaticio. A “Malhumor”, el negro y bien presentado quinto, le instrumenta Manzanares media docena de verónicas con real empaque rematadas con una media verónica alargada o “arrebolerada”, soltando la mano. Luego, llega para mí lo mejor de
la tarde: primero una larga afarolada, luego un bellísimo galleo por chicuelinas que deja al toro primorosamente colocado. Buena vara, la primera de Pedro Morales “Chocolate”. Manzanares coloca al toro para la segunda con una suavísima larga cambiada. Buena
vara de nuevo a un toro flojo. El quite torpón de Talavante –no fue ayer su día– se salda con dos costaladas del triste cornúpeta. El toro rueda de nuevo por los suelos al inicio de la faena de muleta. Nada interesante puedo contarles sobre dicha faena y confieso
que la rica tertulia de la andanada me distrajo un momento de mi deber crítico impidiéndome contarles los últimos momentos de “Malhumor”. A cambio les puedo comentar que merced a sus excelentes prismáticos Javier el Bombero nos tuvo informados durante toda
la tarde, con pelos y señales, de las distintas bebidas, espirituosas o refrescantes, que absorbiera desde el burladero de la empresa,
Monsieur Bernard Domb, más conocido como “Simón Casas” y gestor de Las Ventas.
Y en éstas que salió al ruedo el bien mal llamado “Carretón”, último de la tarde, para confirmar la gravedad de los problemas freudianos a que parecía ayer enfrentarse Talavante. El extremeño recibió al toro con idéntica serie
de verónicas que Manzanares en el toro anterior y rematada de la mismísima manera, pero todo en calidad muy menor. Hubo inicio de faena prometedor, sonó en la andanada el “¡p’adentro!” de las grandes esperanzas y al final ná de ná. Pinchazo sin soltar; estocada
desprendida y tendida.
Las banderillas de hoy fueron todas muy requetebonitas, muy goyescas todas ellas y enhebradas en bolas de colores. Me refiero al objeto, a los garapullos, los rehiletes, los palitroques. Lo que son los pares, no hubo ni uno reseñable
en todo el festejo.
Al final Cucho nos enseñó fotos y vídeos de sus vacaciones en Islandia. ¡Qué bien y qué fresquitos nos sentimos de pronto, por primera vez en toda la abrasadora tarde canicular! Don Simón en el callejón...
...y el cosmopolita Tío Jindama en el Balcón
Entre mulas, areneros y alegrías
calienta el torero de Matilla
Solo Dios pudiera hacer tanta belleza
y es imposible que puedan haber dos Y todo el mundo sabe que es verdad y lloran cuando tienen que marchar En las tardes soleadas de corrida
la gente aclama al Manza con fervor Julián de San Blas toreando en la distancia que él desearía para sentirse Importante de verdá
El cronista
Julián recibiendo con su gracejo a un victoriano con divisa de lujo
Burladero de los benhures de la mula a rebosar: no hay billetes
Rehiletes de luxe
Importante (casi incorpóreo) julipié
Tercio de excusas
¡Fuera el sardo de granja!
Otro julipié importante a otro incorpóreo torete de granja
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Posted: 17 Jun 2017 02:25 AM PDT |
El mito más chocante en el Relato Oficial de la Transición es el del “harakiri franquista”: los jóvenes se imaginan el pelotón suicida de “La vida de Brian”, y se descojonan. Si se suicidaron, o eran tontos (y nadie quiere venir de un tonto) o eran generosos (y entonces no eran malos). Pero si no eran malos, ¿cómo podían ser franquistas? He aquí el dilema psicológico que empantana a los profesionales de la Transición. Tocqueville (¡tirad vuestro Ónega y coged vuestro Tocqueville!) explicó el mito del “harakiri político” en “El Antiguo Régimen y la Revolución”: los representantes del primero pusieron en marcha el proceso que los aniquiló, aunque los representantes de la segunda fueron tan insensatos que no sólo no rompieron con el Antiguo Régimen, sino que lo prolongaron. En España, la codicia de los que llegaban se ajustó como un guante Varadé a la generosidad de los que estaban, a cuyo miedo se le llamó moderación. –Encuentro por todas partes a esas gentes moderadas que querrían que los pasos hacia la verdad se dieran de uno en uno –anota el abate Sieyes–. Dudo que sepan lo que dicen. Confunden el paso del administrador con el del filósofo. El primero avanza como puede; si no se sale del camino, todo son elogios. Pero ese camino debe ser trazado hasta el final por el filósofo. El 1977 español vino a ser el 1830 francés: el triunfo definitivo y completo de la clase media, ese invento franquista. En palabras de Tocqueville, poderes, privilegios y prerrogativas se encontraron encerrados y amontonados en
los estrechos límites de aquella clase, que, además de ser la única dirigente de la sociedad, se convirtió en su arrendataria: se colocó en todos los cargos, aumentó prodigiosamente el número de estos y se acostumbró a vivir casi tanto del Tesoro público como
de su propia industria. Hasta que llegó el 48, con los curas jurando haber encontrado en el Evangelio el dogma de la igualdad.
–Y entonces a todo el mundo le dio por descender de un palurdo. |
Posted: 18 Jun 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Realmente los críticos taurinos, salvo pocas excepciones, han llegado a un grado de cursilería verdaderamente fabuloso. De esto tuvo un poco la culpa don Gregorio Corrochano; pero éste, por lo menos, tenía muchísimo talento
y no solía ocultar el mérito, sino ensalzarlo.
Edgar Neville
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Posted: 18 Jun 2017 03:25 AM PDT Morante de la Puebla, repúblico profeso, brinda el toro a Antonio García-Trevijano
José Ramón Márquez
Por fuerza hoy lo del final debe ir al principio. Subíamos por la calle de Alcalá y, llegando a Manuel Becerra, mi acompañante recibe una llamada en su teléfono. Se descompone y se le saltan las lágrimas,
le inquiero con un gesto: “A Fandiño acaba de matarle un toro de Ibán en Francia”, me dice. Al final la Cultura era eso, el viejo rito de la vida y de la muerte; no lo de andar marcando posturas con un torete de granja, sino que se te eche encima
un toro encastado y te quite el futuro. Estadísticamente es inapelable que la muerte siempre está del lado del toro; lo raro es que pierda la vida el hombre y por eso, cuando tal cosa ocurre, apabulla. Fandiño sacó los pies del tiesto, y acaso otro día hablaremos
de qué motivaciones le llevaron a anunciar su Domingo de Ramos en el que se jugó a sí mismo a una carta en una apuesta que acabó perdiendo, cuando vio bien a las claras cómo funciona el tinglado y las nulas oportunidades que tenía de romper la maraña de intereses
que atoran el natural fluir de la parte alta del escalafón de los matadores de toros. Fandiño nos metió la ilusión en el cuerpo, la mayor ilusión colectiva en lo que llevamos de siglo XXI, en una corrida irrepetible en la que él solo fue capaz de llenar Las
Ventas como hacía muchísimos años que no se veía en un festejo fuera de San Isidro. En el pobre resultado de aquella singularísima tarde perdió Fandiño y perdimos todos los que pensamos que la auténtica cultura del toro es la que se hace jugándose la vida,
el físico y el alma frente a toros que no permiten estar “a gusto”. Tengo entre mis libros uno titulado “El día cuatro de agosto de 1947 moría Manolete en la Plaza de Vitoria”, su autor
Gregorio de Altube; en ocasiones he fantaseado con Fandiño y la tarde de Resurrección, pensando, al hilo del libro aquél, que Iván Fandiño murió el 25 de marzo de 2015 en la Plaza de Las Ventas. Desde estas páginas se le animó, con la mejor intención,
a que cortase su temporada en el año 16 y a que dejase pasar un poco de tiempo para meditar y recomponerse. No hay desdoro en ello. Muchos lo han hecho para retornar con más fuerza. Él o quienes le influían no contemplaron esa posibilidad, y ahora es ya demasiado
tarde para saber qué podría haber pasado. Su deslumbrante e ilusionante irrupción en el panorama taurino en el año 11 es el otro gran recuerdo que hoy, en el día de su fin, se nos viene de Iván Fandiño.
Y ahora se hace difícil escribir porque la primera premisa de la corrida de hoy, titulada artera y ridículamente como “Corrida de la Cultura”, estaba concebida sobre la base de la inexistencia del toro como animal ofensivo, inteligente,
memorioso y vigoroso, que de la casta ya ni hablamos. Cuando pensamos en Fandiño corneado por un toro de
Baltasar Ibán y comparamos con los seis desgraciados que han salido hoy a Las Ventas y cuyas medias canales ya estarán en algún frigorífico, se ve a la perfección que existe un mundo de diferencia y que aunque el espectáculo se llame de la misma manera,
apenas tiene nada que ver. Hoy en Madrid habían comprado una redada de Cuvis, de esos cuvillejos de cuya estirpe fue el impar
Idílico, muerto en extrañas circunstancias, el alto, el bajo, el regordete, la sardina, el canijo, el donnadie: un control de alcoholemia a la salida del
Fabrik, vamos. Y ahí estuvieron los seis cuvis, correteando y proclamando su supina bobería, su falta de ideas y su necia embestida perruna, con el fin de que sus matadores no pasasen otras fatiguitas que las que se derivan del calor sahariano que caía
de manera viscosa sobre la Plaza. Y el mayoral, ya lo hemos dicho más veces, con el video grabando la corrida, para verla con el amo en el Grullo en invierno, en las noches de levante.
Para la cosa de la Cultura, además del insustituible octogenario
Gárgoris Dragó, empeñado en vestir con T-Shirt, se trajeron a Morante,
Cayetano y Ginés Marín, por lo culturales que son los tres.
Morante es más de la cultura ingenieril, de tipo terraplén. Se empeñó en que había que alisar el ruedo de Las Ventas en el que triunfaron
Domingo Ortega y Dominguín y Ordóñez y Camino y Bienvenida y
Antoñete y Rincón y Tomás y hasta que no se lo pusieron liso el tío no paró. Ahora está liso y tampoco torea ná de ná, o sea que lo mismo lo siguiente es pedir que le hagan un gua. Se plantó el tío en Las Ventas vestido de lingote de Fort
Knox, que no cabía un hilillo de oro más en la chaquetilla, chaquetilla de picador bordada como un manto de la Macarena y, eso sí, con los dos pañuelitos de verdad en los bolsillos, como
Lagartijo o Bienvenida, un detallazo. Apretadito de romana anda el de La Puebla, que eso no es obstáculo para el toreo, y con un capotón descomunal que nada tiene que ver con aquella inolvidable servilleta con la que toreaba
Curro Romero, al que algunos insensatos tratan de equiparar a Morante. La verdad es que lo de Morante hay que verlo casi desde la óptica de las sectas o de los conversos: sale el primero, él despliega la manta de cama de matrimonio, le pega un lance
al coloradito del que el bicho se va y la Plaza se viene arriba y ruge como si ahí, en ese preciso momento y de esa manera se hubiese fundado el toreo por los siglos de los siglos. En esta vida es mejor caer en gracia que ser gracioso, como dijo aquél. Acaso
ni merezca la pena reseñar cómo dejó al toro ir suelto al caballo a que no le pegasen y cómo el burel se pegó por su cuenta una tercera entrada al jamelgo. En banderillas, una novedad de Morante: los seis palos son encarnados, acaso como homenaje al 39º Congreso
del PSOE, vaya usted a saber. En banderillas Ginés Marín, pésimamente colocado toda la tarde, se cruza con
Lili, estorbándole, cuando venía de parear perseguido por el toro, creando una innecesaria situación de riesgo. El inicio de la faena consiste en
Araújo llamando al toro con el capote desde el callejón de manera insistente ante la mirada inocente del alguacilillo. No pasa ná. Morante se compone y traza sus medios pases, con la figura que tiene y que tan bien da en las fotos, se pasa al animal
lo más lejos posible, abusa de las ventajas usuales y cobra una estocada habilidosa echándose fuera. Era su segundo de condición mucho menos clara que el primero y si con el primero no lo hizo, con el segundo menos. Y eso que el cuvi era una especie de novillo
negro. En los lances de recibo le pega dos verónicas de gran gusto, soltando al toro antes de lo debido, con esa gracia que atesora. Cambiaron el tercio literalmente sin picar al toro y vuelven los peones con las banderillas del 39º Congreso. Comienza su faena
por enganchinas, una y otra y otra y otra, que se ve que el toro no colabora, aunque lo que más claro queda es que a Morante lo que le molesta de verdad es el toro, no la arena. Viendo que no hay nada que hacer se demora en la nada por tratar de soliviantar
un poco al público, que de broncas también se vive, cosa que consigue. Luego pega un mitin con la espada mientras en el tendido alto y la grada del 5 se produce una auténtica redada de la policía llevándose espectadores, acaso aficionados yihadistas.
Cayetano vino el hombre a dar de sí lo que pudo. La verdad es que cuesta explicar lo mal que está porque ni sabe ni puede estar mejor, y en un honesto rasgo de pundonor pone toda la -poca-
carne que atesora en el asador de justificarse. Su primero, el salpicado, era la máquina de embestir. A la distancia que se la pusiera, sin un mal gesto, el bicho iba e iba y Cayetano hacía lo que sabía lo mejor que sabía. El momento mejor de su actuación
son cuatro naturales muy denodados, medio quedándose y sin maldita la gracia. Con una estocada habilidosa echándose fuera liquida al salpicado, que se va sin torear. A su segundo lo recibe con unas verónicas rodilla en tierra
à sa façon, de nuevo con ganas de agradar. No puede dar más de sí que eso.
Iván García pone las banderillas con majestuosidad y Cayetano está el hombre con una toalla de hotel, que le va más que un capote; con la toalla finalmente le hace el “quite de la toalla” a
Alberto Zayas. Brinda a Currovázquez y quiere que salga, pero Curro sabe bien que él, amónido cosmopolita, de paisano no debe salir a la Plaza, así que el brindis se produce en la boca del burladero del 9. Se va al 6, se quita las zapatillas,
por el calor, e inicia su faena de rodillas, como aquella vez en Arévalo. La cosa baja de intensidad cuando se pone en pie y se va llevando al toro a los medios donde apura su trasteo cada vez más a menos hasta que deja una estocada contraria quedándose en
la cara y un descabello para finalizar su actuación.
Y
Ginés Marín… ¡ay Ginés! Es un torerito pinturero al que falta muchísimo. Su primero, toro de granja-escuela, le saca de la Plaza obligándole a tomar el olivo tirando el capote, que de paso diremos que lo de la capa no es ni mucho menos lo más
fuerte de Ginés. Cuando pican al toro el hombre se queda a la derecha del picador, como un pasmarote, de espectador sin que nadie le haya dicho que ahí no debe estar. Le importa un bledo. La faena la inicia con una inspirada fantasía andando con la que se
saca el toro a los medios, y luego allí la lía a base de lo de cada día, lo del pico, lo del por las afueras, lo de la pata atrás, y el toro venga a repetir y repetir y las gentes bramando como si aquello fuese grande; si hay que estar bien colocado, él no
lo estaba; si hay que torear hacia el terreno de adentro, él toreaba hacia afuera; si hay que quedarse dentro en el final del muletazo, él se quedaba fuera, ligando desde la oreja. Las buenas gentes bramaban como si hubiesen visto resucitar a Lagartijo y Ginés
dio fiesta al público ansioso de vitorearle. Tres pinchazos y una estocada delantera y desprendida acaban con el torete y hay quienes hasta le aplauden en el arrastre, entre ellos
Donsimón el empresario. El sexto es otra cabra que no impone el más mínimo respeto; cuando el bicho se le viene y Ginés resuelve el muletazo con una espaldina de esas de ¡Ay! ya te das cuenta de que no respeta lo más mínimo al toro, lo que pasa es que
este sexto no es el tercero el de ir y venir y quedarse él solito colocado, este dice ¡fu! por lo bajinis, pero eso no le interesa a Ginés, que no ha venido al mundo del toreo a resolver ecuaciones, por lo que parece. Para animar un poco le dio las bernardas
que no se le pudieron dar a los de Cuadri antes de atizar un bajonazo que hizo que el animal se fuese raudo a chiqueros, para salir bien en el video del mayoral y cantar su mansedumbre de manera patente, antes de recibir dos descabellos con los que
se puso el punto final al festejo de la Cultura.
A las nueve y treinta y cinco llegábamos a Manuel Becerra, comentando la corrida…
Morante
Trinidad
Donsimón, el que no se chupa el dedo
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Posted: 16 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 16 Jun 2017 03:10 AM PDT Francisco Javier Gómez Izquierdo
Porfiaba antier un servidor por los días de las votaciones a comienzos de la Transición y un quinto tuvo que corregir la decrepitud de mi memoria, recordándome que no pude votar la Constitución porque en 1978 sólo teníamos 19 años. Tengo contado que con 18 ya era un “productor” con nómina y que una ingenuidad beatífica guiaba los actos de toda mi cuadrilla. Juanjo me llevó a una casa de La Quinta donde un tipo con barbas aleccionaba a Julián y su mujer, primeros militantes de un Movimiento Comunista principalmente obrero y reacio a las componendas de Carrillo y la Pasionaria, en el arte de la subversión, con los que amontoné octavillas en el salón de un piso de las Mil Viviendas. Nos sentíamos conspiradores dispuestos a acabar con el Capitalismo criminal y aquel guirigay que regábamos con abundante clarete al atardecer se ve que me ha tenido confundido hasta este mismo año, convencido de una contumacia en el voto que al pasar lista me revela que lo que no pudo ser no pudo ser y además es imposible. ¡A cuántos habré dicho que voté la Constitución confundiendo, con los años, mis octavillas en los buzones con el voto en la urna! Juraría que fui de mucho votar, más atraído por el propósito de cambiar el mundo que por la novedad en España, pero, ordenando mis recuerdos, quiero pensar que, correctamente, sólo pude hacerlo entre el 78 y el 86, y si descontamos
el 82 por andar de cantinero en Salgüero, donde no estaba censado, y creo que el 86 por estar provisionalmente de funcionario en Madrid, donde tampoco, sólo quedan las elecciones a alcalde y a la Junta de las que no recuerdo nada. Me suena entrar en el
Rodríguez de Valcárcel, pero no estoy seguro. De lo que no me cabe duda es de que me quité del vicio a partir del 86 por múltiples y descorazonadores motivos. Entre los más importantes, la infinidad de macarras que han vivido, viven y vivirán de prostituir
la democracia, dicho sea con el respeto debido por todos aquellos que el “asunto” nos pilló trabajando y trabajando seguimos.
El que uno ya esté “gagá” no quita para que me haya parado a pensar sobre aquella mayoría de edad, 21 años, de las primeras elecciones en las que podíamos trabajar, pero no votar, y la que las nuevas tendencias “¿democráticas?”
reclaman, proponiendo votar a las “criaturas” de 16 años a las que se prohíbe trabajar. Democracia, dicen.
Dicho queda, en desagravio propio por mantenerme en el error alrededor de 25 años. No. No voté la Constitución. |
Posted: 16 Jun 2017 02:07 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
El Curpillos, que se celebra hoy, es la fiesta burgalesa (única en el mundo) para quienes en Madrid ayer nos quedamos sin Corpus.
Aún veo a Gustavo Bueno contándole a
Hughes en su última entrevista cómo la Iglesia la tomó con Galileo por el atomismo (¡no por el geocentrismo!), pues dificultaba el dogma de la transustanciación, y así desvió la atención con la astronomía, ya que temía más la negación del Corpus
Christi, esencia del catolicismo.
–Pero un día –se escandaliza Bueno–
el ministro Ordóñez dejó de considerar el Corpus Christi como fiesta obligatoria. “Esto es la revolución”, pensé. ¡Y no se han dado ni cuenta!
En Burgos, hoy, se desfila en Las Huelgas (con el pendón arrebatado a
Miramolín en las Navas de Tolosa) y se baila en El Parral, mientras en Madrid todas las flores mediáticas son para el “corpus” de una Transición de la que hablamos como de otra
Pepa (¡Pepa la del Popular!, si el Popular fue el banco de la Transición), jamona… y cuarentona.
El Renacimiento y la Reforma, recuerda mi ensayista, se jugaron entre humanistas (ahora periodistas) y frailes (ahora profesores) cuarentones.
–¡La Transición de la Dictadura a la Democracia! –dicen periodistas y profesores (saltándose a
Aristóteles y a Polibio, que tampoco importan a nadie) en TV.
Por tratarse de un caso único en la Historia, se llama “milagro”.
Del tabú de la dictadura al tótem de la democracia.
–“Tótem y tabú” es una teoría de la transición desde la tribu simiesca a la comunidad humana. Según la teoría, esta transición se verifica a causa del pecado original de parricidio, a resultas
del cual toda la comunidad queda vinculada por prohibiciones y sometida a la carga inconsciente de la culpa colectiva.
Estas cuatro líneas de Roger Scruton sobre el libro de
Freud explican el relato oficial de la Santa Transición mejor que toda la propaganda mediática desatada para festejar aquella época-esquina de la Historia, absurda, incongruente y fantástica que puso un huevo y fue… la Movida.
Curpillos
Burgos
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Posted: 19 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 19 Jun 2017 02:01 PM PDT Patas-Blancas,
los pinquis de Vega-Villar
Hughes
Abc
Estaba escribiendo la columnita de televisión y se me ha venido a la cabeza el asunto de los pinquis, esos calcetines de niña que llevan ahora los hombres.
Son de niña, pero quizás sea una influencia de los runners, que los llevan para evitar el frotamiento. En algún momento, un runner decidió ponérselo en el mocasín para ir a tomarse luego el zumo de melocotón en la terraza del barrio.
Ese runner que dio el salto del pinki deportivo al pinqui informal fue un poco como el ser que pasó el VIH del reino animal a los humanos. Los pinquis o pinkis, no lo sé, son la renuncia al calcetín. O sea, hemos llegado al punto en que molesta hasta el calcetín,
que era la prenda más simpática, más ingeniosa y modesta.
Los pinkis se llevan con pantalón corto o pantalón largo porque el objetivo de todo es lucir tobillo. Eso es todo. Es falso que el pie se airee, el pie va enguantado como con un neopreno. El hombre moderno entiende que ha de darle
el fresquito en los tobillos, pero sobre todo busca la coquetería. El hombre ha redescubierto su tobillo, se ha mirado tanto al correr que quiere lucir anca y que la extremidad se vea entera a imitación de lo náutico. Ese zapato sin calcetines está muy bien
cuando eres parte de la tripulación de un “Bribón”, pero si tu vida es el asfalto, el zapato acaba putrefacto y con olor a tabla de quesos. La bermuda y el polo no eran suficientes. Ahora el hombre va fresquito, enseña el tobillo y parece que tiene la pierna
más estilizada, aunque esto sigue sin resolver el asunto fundamental de la pantorrilla masculina, lo más repulsivo que hay ahora mismo en las calles.
Se es homosexual no en virtud de si apetece o no apetece el miembro viril, sino en función de la repugnancia o no que despierta la pantorrilla masculina. Es algo que no se puede ni mirar. El caso es que los pinkis se han convertido
en un “must”. Ahora, si tú decides ir con calcetines, pareces Jaimito. Te sacan cantares. E insisto en que quitarse unos y otros, ir a zapato desnudo, sólo se puede hacer si luego aplicas esos polvillos desinfectantes, el mítico peusec (la diferencia
de los pies respecto a cualquier otra parte del cuerpo se explica en que el desodorante no solo se echa en los pies sino en el propio zapato).
La persona que más ha hecho por el pinqui ha sido
Cristiano Ronaldo con esa foto en la que salía leyendo en el sofá sin zapatos. Le dio naturalidad a una prenda que sirve para engañar, también razón de ser doméstica. Cuando
Alfredo Landa se desnudaba delante de la sueca se quedaba en calcetines. Esto nos dio confianza durante algunas generaciones. Pero esta gente… ¿se queda en pinqui? ¿Cómo puede un hombre quedarse en pinquis y ser tomado en serio?
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Cristianófobos: exaltados y moderados Posted: 19 Jun 2017 02:02 AM PDT Abc
El jardín tributario de Cristiano Ronaldo (seguramente la Lola Flores de la campaña fiscal del 17) divide a los cristianófobos (“¡ese portugués / qué hijo p… es!”, berreaban las aficiones futboleras en los estadios de la Españeta) en exaltados y moderados, dos senderos que se bifurcan. –¡Que se j…, por chulo! –concluyen los exaltados. –¡Que pague, como pagamos todos! –concluyen los moderados. La cristianofobia es interpretable, mas no explicable. La explicación requiere de una ciencia pues, como avisa
Roger Scruton, nadie entiende las tragedias de Shakespeare por medio de encuestas y experimentos, ni el “David” de
Miguel Ángel gracias a la cristalografía del mármol, ni, por supuesto, el fenómeno de Cristiano Ronaldo por las proporciones del Hombre de Vitruvio.
La chulería atribuida a Cristiano Ronaldo no se considera en
Messi, lo cual tiene que ver con la belleza. Messi es feo como un gnomo de cuento escandinavo, pero Cristiano Ronaldo es bello como un armado de la Macarena. ¿Por qué existe y qué hace por nosotros la belleza? Para Scruton, que cita “The Matin Mind”
de Geoffrey Miller, el problema de la belleza, pasado por el darwinismo, se asemeja al de la cola del pavo real. ¿Por qué el pavo real malgasta sus recursos (¡haciéndose pasto de depredadores!) sólo para exhibir un generoso surtido de hermosas plumas?
El darwinismo, que hoy lo explica todo, explica que la belleza importa como signo de aptitud reproductiva:
–Los atributos (¡y los tributos!) superfluos son la dote de organismos que van sobrados de energía. Si las pavas distinguen a los pavos por el tamaño de la cola, también los seleccionarán por su actitud reproductiva, y la presión evolutiva hará que la cola sea cada vez más grande hasta que el pájaro se derrumbe bajo su peso. Es la misma razón que lleva a los cristianófobos a tatuarse o escribir poemas, pues con estas superfluidades exhiben sus recursos biológicos. –Las mujeres se rinden a los artistas por la misma explicación que las pavas se rinden a las glamurosas colas.
De aquí el grito científico “¡Que se j…, por chulo!”, del cristianófobo exaltado, cuyo calentón le impide gozar de la finura jurídica de este pertinente tuit de
Don Hilarión: “En las condenas por delitos de evasión fiscal, debería considerarse siempre la atenuante de defensa propia”.
Y al huir del “cabronismo” de lo cristinófobos de la exaltación caemos en el idiotismo de los cristianófobos de la moderación (“¡Que pague, como pagamos todos!”), socialdemócratas de toda la vida que no han leído la “Fiscalidad
voluntaria y responsabilidad ciudadana” del alemán Peter Sloterdijk:
–¿Cómo se pensaría el ciudadano a sí mismo, si los impuestos, en lugar de ser obligatorios (por un proceso histórico de coacción, parcialidad y habituación), fuesen voluntarios
(en España sólo conocemos el caso, realmente incomprendido, de Amancio Ortega)?
Tomemos, para no señalar, el ejemplo alemán: millones de ciudadanos, 80; generadores de ingresos, 40, de los que están excluidos 15 por no alcanzar los ingresos mínimos; 5 millones aportan el 75 por 100 del IRPF, y 20 millones,
el 30 por 100 restante.
A los del “¡Que pague, como pagamos todos!” pregunta el filósofo, para quien un ministro de Economía moderno es un Robin Hood que ha jurado la Constitución: ¿No merece el colectivo que tributa que se le reconozca como un rendidor de personas que sostienen el país y no como seres continuamente en deuda? –La democracia se haría sinónima de una escuela de la generosidad, y mientras la voluntad de contribuir no fuera la primera característica de esa sociedad, sólo con reparos podría hablarse de democracia. Sloterdijk
ASENSIO vs RAÚL
La consagración mundial de Asensio, el gran zurdo que llega, ayudará a olvidarse de Raúl a aquellos que todavía no lo hayan hecho. Asensio es muy bueno, y sabe mejor porque era un bocado del Barcelona, igual que ocurrió con Raúl, que también era muy bueno, y mejor que sabía porque había sido un bocado del Atlético. Asensio es superior a Raúl por su capacidad de aprendizaje: Raúl lleva una vida con Valdanágoras, y, sin embargo, con “la húmeda”, como decían los castizos, no pasa del “Bueno, sí, ¿no?”. El resto de carencias las enumera el propio Raúl: un Balón de Oro, algún título con el Combinado Autonómico… y una despedida del Bernabéu como, según él, hubiera merecido, aunque, así las cosas, ¿qué hubiera podido merecer Alfredo Di Stéfano? |
"Dense prisa... porque me estoy muriendo" Posted: 19 Jun 2017 01:10 AM PDT Plaza de toros de Aire- sur-l'Adour y cartel de la corrida
Jean Palette-Cazajus
Dense prisa…porque me estoy muriendo, dijo
Iván Fandiño. ¿Acaso es posible resumir mejor lo que es la historia de toda vida humana? Así lo decían los barrocos.
In Ictu Oculi reza el conocido cuadro de Valdés Leal. Pero hemos olvidado su lección. Y en los últimos decenios hemos venido despreciando también el concepto de muerte heroica. La del soldado pasó a ser un valor obsoleto propio de épocas brutales,
bárbaras y, queríamos creer, pretéritas. Nuestra época va revelándose día tras día presa de una vocación brutal, bárbara y oscurantista. Entretanto, los tontos frívolos consideran como muy insuficientes y mejorables valores que sólo son frágiles, precarios
y vitalmente necesarios. No lo dudemos un segundo, se acerca el momento en que habrá que volver a morir para preservarlos. Algunos ya lo están haciendo.
El-ser-hacia- la- muerte
La única otra forma de muerte heroica es la del torero en el ruedo y me atrevo a decir que el objetivo es el mismo. Recordarle al ser humano que si realmente quiere seguir siendo un sujeto emergente, definitivamente salvado del
magma indiferenciado de la vida animal, tiene que elegirse un destino. Y no hay destino individual sin riesgo. Siempre que rechacemos la tentación de la mediocridad y de la sumisión. Los toros nos apasionan a los aficionados por muchas razones, pero las razones
de sentirnos frustrados suelen ser mucho más numerosas. Nuestra fidelidad se debe a la grata certeza que tenemos de habernos apuntado a “la escuela más austera de vida” como aludía
Marcel Proust a la exigencia ética que le llevó, de ser un lechuguino mundano, a sacrificar su salud y su vida a la escritura de su obra.
El torero también nos lleva “En busca del tiempo perdido”.
El toreo, cuando es auténtico, crea por un momento un tiempo virgen, recrea el tiempo puro del Ser, provoca una efímera fisura en el espacio-tiempo. Por eso, cuando muere el torero, es de los pocos que merecen acceder al aura
del héroe antiguo. Hubo una época en que los toros solían interpretarse a través del prisma “sacrificial”. Frivolidades como siempre. El único sacrificado en el ruedo es el torero. No cuando muere, sino cada vez que hace el paseíllo, puesto que se
trata de la elección del riesgo, de la conversión de la rutina en conversación habitual con la muerte.
Fandiño
Y es así porque el lenguaje es el genitor de nuestro destino y la placenta que alimentó nuestra condición. Y no hay más destino para una especie viva que lo que sea capaz de contar de sí misma. Por esto la muerte es patrimonio
exclusivo de nuestra especie y el Ser-hacia-la-Muerte, definición exclusiva del individuo humano.
Ningún ente vivo expresa mejor el inexorable expolio de la muerte como la imagen que la evolución primero, el hombre después, fueron confiriendo al toro de lidia. El toro es el mejor Eidós de la muerte, su forma-idea mejor representada
y expresada. En la embestida del toro bravo no percibimos movimiento sino sólo amenaza y peligro. Sus astas dibujan en el espacio un programa perforante que aterra las carnes. Las heridas por asta de toro suelen ser devastadoras. Las de Iván Fandiño lo fueron
en grado extremo. Nosotros hemos humillado la naturaleza y la hemos devastado. Esto quiere decir que también somos seres humillados y devastados. Por esto el asta letal del toro destroza las carnes pero devuelve sus víctimas a la inocencia y a la imaginación
de los pueblos primeros. El torero muerto se inscribe en el tipo de imaginación que alumbró los mitos.
Fandiño
Me aterra particularmente la perspectiva de un tipo de muerte trágica, la más frecuente en nuestra sociedad, la muerte en la carretera, el amasijo de carnes sanguinolentas y de chatarra humeante. No solamente se pierde la vida
sino la pertenencia a la humana condición. La sangre sucia en el asfalto entre cristales rotos y restos orgánicos nos retrotrae a la insignificancia cósmica del caracol aplastado que cruje bajo el zapato. Dirán los tontos que la muerte de Iván es gratuita.
Lo es en el sentido oblativo, es el último regalo. Por esto la muerte del torero es realmente crística. Nos redime a todos y nos engrandece. Incluso a los cínicos.
(Aire -sur-l’Adour es una población de unos seis mil habitantes, al sur del departamento de las Landas y unos 65 kms al norte de mi pueblo de residencia. No es especialmente pintoresca pese a tener algunos edificios religiosos
y civiles interesantes. La plaza de toros, con un aforo de 4500 espectadores, ofrece también festejos de la llamada “corrida landesa”.)
Aire-sur-l'Adour, con la Plaza de toros
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Redada de novillos y un natural de Ángel Sánchez en domingo de luto por Fandiño Posted: 19 Jun 2017 12:56 AM PDT Luto por Fandiño
José Ramón Márquez
Hoy Las Ventas estaban tristonas y con las banderas a media asta. El alma de la Plaza, ese alma que tiene cada Plaza y que la hace distinta a las demás, se veía afligido a causa del percance de ayer y ni ganas se tenían de protestar
a los novillos, ni de censurar las muchas incorrecciones en que incurrieron los novilleros, que lo de
Fandiño no se iba de las cabezas. La banda del maestro Zahonero atacó las notas del pasodoble a un compás más lento, compás de luto, y las cuadrillas hicieron el paseo de manera desusadamente lenta. Todos los toreros portaban unos lacitos negros
en las mangas en recuerdo del compañero caído. En el 7 sacaron durante el paseo un lienzo blanco en el que habían escrito con un spray negro: “Iván Fandiño siempre en el recuerdo de la afición”, que luego colgaron en la barandilla de la grada y ahí permaneció
hasta el final del festejo. También hubo el minuto de silencio, rito perfectamente incomprensible para los indostanis que se sentaban delante de mí, y el homenaje de cada uno de los tres novilleros en el primero de sus respectivos lotes elevando la montera
en dirección a la bóveda celeste desde la que se precipitaba el calor hacia la Tierra como plomo fundido, que hablan los que estuvieron del calor que hizo el día que alternaron en Sevilla
Ricardo Chibanga y Curro Romero, pero me da que esto de hoy superaba con creces aquella ya remota tarde.
Para el primer domingo de después de la Feria del Isidro 2017, este año una feria espectacularmente Isidra, pelmaza y sin prácticamente interés, por más que inventen por ahí los que comen de esto, programaron la “Novillada de Triunfadores”,
que a ver qué entienden los de Plaza1 por “triunfar”, que según el Diccionario es “quedar victorioso” y según Plaza1 es “a ver a quién ponemos”. De esa manera fueron designados como triunfadores
Ángel Jiménez, Ángel Sánchez y Jesús Enrique Colombo, y para la cosa semoviente, que para esta no era necesario ningún triunfo y bastaba con el tradicional forro de los c… del veedor, se eligió de entre la totalidad de la geografía brava
de España una corrida de don José Luis Marca que, como es bien sabido, eliminó lo anterior a mediados de los años setenta para hacerse marca blanca de juampedritis.
En cuanto al encierro algo debió pasar que no nos cuentan, porque de los novillos reseñados se aprobaron los justos para que no hubiese derecho a devolución de los boletos y hubo que acudir al remiendo, nadie sabe por qué. Si a
Miura la remendaron con juampedritis, a Marca la remendaron con lozanitis, que se tuvo que venir a Madrid una yunta de El Cortijillo a ayudar a formar la canónica media docena. Por cierto, que lo de El Cortijillo parece que no tiene lo que se dice felices
a los Hermanos Lozano (HL) y cuentan por Toledo que si alguien con cuartos y gana de gastarlos asoma por Urda, se puede llevar El Cortijillo donde le plazca y librar a sus amos HL de esa carga. Los tres primeros, los de Marca, fueron al caballo, metieron la
cara abajo y empujaron dentro de sus fuerzas. Los dos primeros fueron, además de jaboneros, la enciclopedia ilustrada de la embestida. El tercero, de bonito tranco al principio, se cansó y se quedó marmolillo o broncecillo, vamos, que no era capaz de dar
un paso adelante después de tanto capoteo y picoteo. El cuarto, de Marca, fue muy manso en los primeros tercios y en la muleta ya no le dio por huir tanto y planteó unas embestidas de gran vibración, siendo el toro más interesante de la corrida por lo cambiante
de su actitud y por su final embestidor, Aguaclara I, número 6, de bonita capa castaña. Y ya como colofón con la mitad del público fuera de la Plaza y la canícula de junio como dueña y señora de la tarde, asomaron los dos cortijillos, abantos y mansos
en distinta graduación, a decir “¡Aquí estoy yo!”.
A Ángel Jiménez le engañaron entre don
Justo Polo y Joselito Calderón dándole una orejilla de papel maché a costa de un revolcón en la novillada del
Conde de Mayalde, y eso debe ser lo que le granjeó su puesto en la corrida de hoy. La de Mayalde salió de dulce para el torero y el primero de hoy, salvo por la espantosa capa jabonera sucia, fue el sueño con el que habría fantaseado Jiménez en los días
anteriores a la corrida. No aburriremos al paciente lector pormenorizando la secuencia de cites con el pico, toreo despegadísimo, y carreritas, a fin de cuentas es lo de todos los días y también lo de las llamadas figuras, lo peor de todo, y si acaso alguien
próximo a él llegase a leer esto que le avise por favor, es la gritería que monta en cada cite, en cada pase, en cada pase que no llega a ser, constantemente: ¡eh!, ¡ah!, ¡Aaaaaa!, ¡uh!, así la faena entera, como un concierto de música dodecafónica, un horror,
y la faena más larga que la infancia de un pobre, que hasta sonó el aviso y Jiménez seguía berreando ¡Aaaah!, ¡Uhu!, ¡Ehehe! En su segundo, el castaño, repitió sus Variaciones Goldberg del berrido, sujetó al novillo en el 9 sin que el animal se escapase y
aprovechó alguna de las embestidas de Aguaclara I para ligar un par de muletazos -imagine el lector la factura de los mismos-, que inmediatamente fueron jaleados por el público ansioso de ver algo.
Ángel Sánchez sorteó a
Aguaclara II, número 28, jabonero claro, que mira que es fea esa capa. Otra máquina de embestir ante la que Sánchez no fue capaz de poner en marcha los resortes que le valieron su presencia en esta tarde, tal y como dicen que estuvo el 2 de abril con
los de La Quinta, que no vi. Diremos en lo bueno que Ángel Sánchez tiene aire de torero y que probablemente de ahí saldría un torero, y en lo malo que lo que a su buena planta y forma de estar en la Plaza no va nada es el toreo afuerístico, el cite ventajista
y deplorable, la falta de ganas de torear hacia adelante, de asumir el riesgo que hace grande el toreo, frente a la inanidad acomodaticia del toreo de ventaja de cada día. A Ángel Sánchez en su primero se debe
el único momento de esplendor de la tarde, taurinamente hablando: un natural, un solitario y excelso natural largo y encajado, con el toro entero pasando hasta donde se le manda, un fulgor brevísimo del toreo bueno, luego
empantanado en vulgaridad y ventaja, en ventaja y vulgaridad. El quinto, manso Cortijillo, pedía más oficio y no regalaba nada. Ahí Sánchez estuvo trasteando sin que nada de su labor llegase al tendido ni al duro corazón del aficionado. Si desarrolla su personalidad
y se va al buen camino aquí podría haber torero. Apetece volver a verle.
Jesús Enrique Colombo estuvo toda la tarde demostrando enormes ganas de agradar, entrando en quites, colocando el toro al penco con soltura y desparpajo, poniendo banderillas -aunque
eso no parece ser su fuerte- y animando al tendido cuando el tendido no se animaba por sí solo. El primero que sorteó, un precioso novillo salpicado, se quedó como hecho de arcilla en el último tercio y Colombo abrevió sin que nadie le censurase su actitud.
El novillo no tenía literalmente un pase, aunque allí hubiese estado Damaso González. Su segundo es otro manso al que Colombo recibe con unos toreros doblones y cambio de manos antes de organizar la faena en la que sobre las condiciones bobaliconas
del novillo siempre está el ansia del novillero por no dejar pasar la ocasión. A veces embarullado, a veces con trallazos, quedan sobre todo las ganas de agradar y de que no se pase el tren. Los que le rodean deberían insistirle en la crucial diferencia que
existe entre torear y dar pases. Le dieron la oreja, pero ya se sabe que las han devaluado de tal manera que una oreja no es absolutamente nada, que se lo digan a Ángel Jiménez o la los cuatro que en el tendido 6, a pleno sol, agitaban la pancarta que decía:
“Juan Miguel. Única oreja San Isidro 2017” |
Pancartas
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Posted: 20 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 20 Jun 2017 02:07 AM PDT Fray Luis de León
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Pedro Sánchez no es sino la crema de lo nuestro, este Estado de Partidos que vive de cazar cada día un drógulus.
–Suponga, padre –dice el filósofo
Ayer al padre Copleston en un debate sobre lógica en la BBC–, que digo “Hay un drógulus allí”, y usted dice “¿Qué?”, y yo replico “Drógulus”, y usted pregunta “¿Qué es un drógulus?” “Bueno, digo yo, no puedo describir lo que es
un drógulus porque no es la clase de cosa que usted pueda ver ni tocar, es un ser incorpóreo. Está allí. Hay un drógulus justo detrás de usted, espiritualmente detrás de usted.” ¿Tiene eso sentido?
Lo más divertido del Estado de Partidos es el esfuerzo de sus propagandistas (profesores, tertulianos) por encontrar un sentido a los drógulus de la dieta partidocrática.
González nos trajo el drógulus de las Autonomías (con el único fin de colocar al socialismo/falangismo provincial), y el drógulus de las Naciones había de traerlo
Sánchez, el tipo que hizo soriano a Machado, cuya infancia no sería un limonero de Sevilla, sino un torrezno de Soria.
Nación de naciones era el término americanista para ponderar a España como nación partera de naciones en el nuevo mundo, pero Sánchez no sale de España, con lo que nación de naciones sólo puede
ser superlativo (a tanto no se atrevió Franco, ya ven), un no va más de nación, obra de un tonto de tontos (el idiota en el sentido griego).
Fray Luis tradujo “Cantar de cantares” y lo metieron en la cárcel, cosa que no ocurrirá con Sánchez, quien, sin embargo, también ha vuelto al púlpito con un “Decíamos ayer…”
Borges tiene contado por ahí que la traducción de Fray Luis se debe a que los hebreos no tienen superlativos, y su forma de decir “la mayor canción” o “el mejor cantar” es “cantar de cantares”, como “rey de reyes” o… esa
“nación de naciones” de Sánchez, quien sólo sería un fascista que no lo sabe, enfrentado, encima, a
Cebrián, el académico que hubiera querido atar a ese drógulus por el rabo y cobrar a Sánchez por el superlativo.
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Posted: 21 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 21 Jun 2017 06:40 AM PDT San Pedro, patrón de Moncalvillo
El tuit de la policía nacional en Córdoba
Francisco Javier Gómez Izquierdo
El actual jefe del PSOE anda emperrado en ayudar al pueblo sin que el pueblo se lo pida, pero creyéndose tan importante como el Santo que le dio nombre quiere hacer yunta con el jefe de Podemos y para el otoño fundar otro
29 de junio en el calendario laico por venir.
Cada vez que se me aparece el cerrilismo de estos extraños e inadaptados
Pedro y Pablo, más cuenta me doy de mi falta de preparación para los modernos comportamientos. Me resulta incomprensible la desfachatez de la pareja llenando sus bocas de democracia “p’acá” y democracia “p’allá” sin pararse a contar los votos,
que imagino es lo que procede en cada convocatoria electoral. Oiga, que la gente vota antes, o mejor, tiene menos miedo a los “corrutos” que a los profesores de la Complutense..., pues mire, igual la gente tiene razón. El caso es que el tal Pedro y el tal
Pablo, totalmente desaforados, nos quieren tanto que no paran de gastar dinero público (en teoría nuestro) en busca de una solución que los lleve a mandar en España para que nuestras vidas mejoren. ¡Profesores los tíos!
Me han venido a la magín estos dos perillanes cuando esta mañana, al salir de la mina, he visto a un pringado que en las últimas Navidades quiso dársela con queso a la Policía Nacional en el Sector Sur de Córdoba. Literalmente
“con queso”.
“Ya sabe, agente, los tranquimicines son para lo mío que estoy fatal de los nervios y no duermo, y el queso me lo ha dado a la salida del Mercadona un señora que no conozco para que se lo coman mis niños en estos días..” . Dentro
del queso, del que en principio no había sospechas, se encontró un kilo de cocaína. ¿Qué traficante confiaría tan valioso encargo a semejante criatura?, se preguntan aún en Comisaría. Y es que J. F. C. V. ya se estaba descartando del queso antes de que le
preguntaran. Por consejo de su abogado J.F.C.V. se conformó ayer con tres años de condena en vez de los seis que pedía el fiscal y en el gremio de choros y maderos ha quedado ya para siempre como “el del queso”, mejorando categoría ha dejado de ser el simple
de toda la vida, para alcanzar la categoría de simpático. La policía de Córdoba, la noche de Reyes del corriente, hizo un “tuit” que también quiso ser simpático advirtiendo que “no te la den con queso” con una fotografía de la comida de los niños, abierta.
Al menos, J.F.C.V., agachó la cabeza cuando lo pillaron y asume su pena con esa característica sonrisa que delata a los culpables. Un servidor echa en falta que profesionales de las ciencias del comportamiento -haberlos, háylos-
expliquen científicamente el sonreír delincuente. Yo soy un cateto, pero no hay telediario en el que no asomen rostros hipócritas que me dan el pálpito y me salga un “Huy ééééseee..”. A la espera del choquetazo de los Pedros y Pablos malos he decidido quitarme
unos días de “la caló” infernal (esto hay que vivirlo porque no se puede explicar) y honrar al San Pedro patrón de Burgos que seguro permitirá que duerma lo que necesito.
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Posted: 21 Jun 2017 02:00 AM PDT San Agustín
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Cuando parecía que Europa se hundía, la Providencia nos envía a
Macron, el Napoleón de la Abstención (¡rondando el 60!), como diría
Hughes.
Europa es el nombre oficial de la Unión Europea, el casino del bar de oficiales que montó el ejército de ocupación para tener ocupados a los pendencieros europeos. Hoy lo regenta frau
Merkel y su relaciones públicas es Macron, que quiere que vuelva Inglaterra.
La otra vez que se perdió Inglaterra, en Europa mandaba
San Gregorio, quien envió a recuperar las islas a San Agustín. Ahora manda frau Merkel, y envía a recuperar las islas a Macron, en cuya esposa,
Brigitte, los socialdemócratas del aluvión macronita creen ver a Santa Mónica, madre del Doctor de la Gracia.
–La socialdemocracia –dice
John Gray– ha sido reemplazada por una oligarquía de los ricos como parte del precio de la paz.
La abstención macroniana la describió Gray hace diez años: la industrialización, que nace en Inglaterra, se hace global y alumbra a la clase obrera; en su nueva fase, la industrialización convierte en superflua a esa clase (y a
las demás); cada vez son más las personas económicamente innecesarias; en palabras de
Moravec, “casi todos los seres humanos trabajaremos para divertir a otros seres humanos”; la vida burguesa se basaba en la carrera profesional, casi desaparecida; como religión, queda la fe (superficial) en el futuro; sólo los ricos están a cubierto;
la plebe vive al día: la clase media es un lujo que el capitalismo ya no se puede permitir; el Estado del bienestar fue un subproducto de la guerra; el igualitarismo de posguerra fue la secuela de la movilización de masas; pero la las guerras ya no las libran
reclutas obligatorios y se ha relajado la presión para mantener la cohesión social.
–Los ricos pasan la vida sin contacto con el resto de la sociedad. Y mientras no amenacen a los ricos, a los pobres también se los puede dejar que hagan lo que quieran.
Y lo que hacen, los muy “enfoirés”, es que no votan Macron. Ni nada.
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Posted: 22 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 22 Jun 2017 02:21 AM PDT Marqués de Sade
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En el Ayuntamiento de Madrid la Justicia prende a dos concejales comunistas, y su partido, entre quitar a los concejales como manda su código ético y quitar el código ético, quita el código
ético.
En Corea del Norte, por quitar del “hall” del hotel un código ético, condenaron a quince años de trabajos forzados a un estudiante americano que ha muerto apaleado.
El Estado de Partidos es como un convento de
Sade, pero sin sexo (el sexo es el dinero: el “oro nefasto” de Mallarmé). En el Parlamento (el coro), el pijerío pepero hace migas (¡la pinza de
Casals!) con los gamberrotes podemitas, como ocurre en la calle, pero en el Ayuntamiento (el huerto) es el lúser socialista quien sostiene al zángano comunista.
–Tenemos una ideología socialdemócrata, principios, valores… –dice el lego
Pedro Sánchez, que no sabe que la socialdemocracia es carecer de principios y de valores.
Sánchez colocó en el Ayuntamiento a Podemos por el módico precio de un código ético con el que Podemos se marca ahora un
Groucho (éste es mi código ético, pero si no le gusta tengo otro) que escandaliza a los peperos, que tienen su código ético en un ministro de Hacienda que moja pan en el vermú de la sentencia del Constitucional que condena su amnistía fiscal y que no
bajará los impuestos, esa fascistada trumpiana, porque necesita las zanahorias tal vez para los conejos de
María Soraya, que son los que echan el día (¡y la noche!) moviendo el labio en las tertulias.
Lo próximo en el Estado de Partidos será una collera de comunistas, que se miran en el hamponato venezolano, y socialistas, que se ven tocándole la quena a
Evo Morales, amo de la Bolivia plurinacional de la parpayuela de Sánchez,
Adriana Lastra (¿tribu? ¿nación?), y autor, sin un Nuremberg a la vista, de este haiku sobre la insurrección popular en Venezuela:
–Lo que está pasando en Venezuela es un golpe de Estado. Dale duro,
Maduro contra los golpistas, el pueblo latinoamericano está de tu lado.
Unos setenta jóvenes muertos.
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A vueltas con la Mezquita. Los cuatro sabios de Córdoba Posted: 23 Jun 2017 05:21 AM PDT La mezquita
Siglo VIII
La mezquita municipal
Cada mayo
El Chisgarabís Mayor (Zaragoza) del Reino
Franco, Solís y Mayor Zaragoza
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Habrá pocos alcaldes en el mundo tan inoportunos y con tan poco conocimiento como la socialista
Ambrosio de Córdoba, pues empeñada en dar gusto a sus socios comunistas, no tiene mejor entretenimiento y mayor afán que echar a la Iglesia y sus católicos de la Mezquita. “...Es de los cordobeses...”, le dicen que diga, y como ella es la que representa
-ingenua criatura- a los cordobeses tiene el gusto de invitar al Islam a orar en un local que ha sido siempre ¿? del Ayuntamiento.
La alcaldesa Ambrosio estaba ayer eufórica tras formar, ¡por fin!, una comisión ¿externa? y de prestigio que dictamine la titularidad de la Mezquita. La alcaldesa ha fichado, mejor le han fichado, a cuatro pozos del saber sin
aguas ponzoñosas. ¿Cómo, si no, han de entenderse los conocimientos de Federico Mayor Zaragoza, la rutilante estrella de la alcaldesa, de cuyos méritos sería mezquindad dudar? El hombre fue condecorado hasta por
Franco, aunque de tales méritos no consta se haya pronunciado el Comisionado político de la Memoria Histórica. Si será sabio el hombre que tiene clarísima la solución al problema ¿?: Que los católicos y los musulmanes compartan el templo. No ha explicado
si a la vez, a días alternos o unos de mañana y otros de tarde. No, si al final nos montan una Jerusalén a nada que nos descuidemos.
¿Y doña Carmen Calvo? La segunda sabia por orden jerárquico y de la que se esperan demoledores informes jurídicos que demuestren la ancestral titularidad del Ayuntamiento. Me entero que doña Carmen la de Cabra es
catedrática de Derecho Constitucional y tamaña revelación me aclara esa estupidez neosocialista de “nación de naciones” a la que la señora no ha puesto la mínima objeción. Creo que durante la tarea encomendada no va a llamar a declarar a
Fernando III, el rey burgalés que conquistó Córdoba y su mezquita para la Fe de Castilla, por considerarlo un imperialista y además un machista. ¡Ah, doña Carmen, siempre cerca del poder para satisfacer sus ansias marimandónicas!
Los otros dos expertos son medievalistas. Eso dicen. Uno fue concejal de Cultura con los socialistas en Pozoblanco y da clases, ¡madre mía, en qué lenguas educadoras andan nuestros hijos!, en la Universidad de Córdoba, y
del otro pone el periódico que es crítico con la Reconquista en publicaciones que amparó
Alfonso Guerra. Al parecer también da clases. En Huelva. Lo que no se sabe es si los dos medievalistas pertenecen a la corriente sanchista del PSOE. Viniendo con doña Carmen y teniendo en cuenta la hegemonía podemita en el Ayuntamiento, se entiende que
sea lo más probable.
Como del negocio que han montado los galafates no se habla en ningún momento del precio (sueldos, dietas, peritos amigos, material de conocidos, etc.) , uno no puede dejar de mosquearse y agradecería tuvieran a bien informarnos
en el próximo pleno municipal del montante a percibir por los cuatro sabios de Córdoba. Los cuatro sabios que demostrarán que los terrenos y la basílica de San Miguel que en el siglo VI se levantó en la diestra orilla del Guadalquivir eran propiedad del Ayuntamiento
de la época. De un colega de doña Ambrosio.
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Posted: 23 Jun 2017 02:55 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En la Corrida de la Cultura, con el Pirulí doblándose de calor como una vela de cera, Morante de la Puebla brindó un “cuvillo” en Las Ventas al tabú de la Transición, Antonio García-Trevijano: –Al hombre más inteligente que he conocido. ¡Viva España! –dijo. Y lanzó la montera. El “cuvillo” salió cultural y galbanoso y, al final de la “sinfaena”, Trevijano devolvió a Morante la montera con un billete de mil pesetas dentro y este brindis: –¡Por la tradición! En éstas, un alguacil refrescó al diestro que quien presidía la Corrida de la Cultura era el ministro del ramo, el señor De Vigo, quien debía de tener ya la cabeza, el hombre, en las propuestas de los Museos madrileños sobre la identidad sexual (“¡el hecho diferencial!”) para el D-Day del Orgullo Gay. El alguacil creía indicado brindarle al ministro una fierecilla de El Grullo, la finca donde chozpan los “cuvillos”, mas no hubo tal, con lo que el de Morante a Trevijano hubiera sido el último brindis de un bohemio (ay, José Alfredo Jiménez) en la plaza de Las Ventas del Espíritu Santo, que la Autoridad, un tal Garrido, iba a cerrar como para ensayar con los taurinos de Madrid el 155 que Alfonso Guerra pide para los sediciosos de Cataluña, que ahora consideran separarse, en vez de con un referéndum, con una acampada. Quechuas por votos, y ahí quiero ver a los juristas del TC, que tampoco parecen muy schmittianos, como Mariano, quien por nada del mundo quiere ser el soberano, es decir, “quien decide el estado de excepción”. El marianismo huye del decisionismo de Schmitt por si algún lector de Manolo Rivas, el schmittólogo del Consenso, le dice fascista, y gobierna la situación catalana como los padres de Jardiel la conversación matrimonial: pasándole papelitos al mayordomo, que es el TC. Así, la imaginación de los sediciosos se extravía, y en vez de interiorizar que una nación sólo se rompe por guerra civil, juegan a romperla levantando quechuas en la Ciudadela. España, tradición y modernidad. |
Posted: 24 Jun 2017 03:07 PM PDT |
"¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos?" Posted: 24 Jun 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 25 DE JUNIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
-No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la
azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro
Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si
uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.
Mateo 10,26-33
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Posted: 24 Jun 2017 02:36 PM PDT |
Posted: 24 Jun 2017 02:37 AM PDT |
Vale, la horda de
Pablemos carece de ética. Pero ¿y los demás? ¿Cuál es la ética de la “pandi” de
Rivera, el kantólogo (de Kant)? ¿Y la recua de Sánchez? ¿Y la tribu de
Mariano, con su “Marca” y su “Pontevedra é boa vila, dá de beber a quen pasa, / a fonte da Ferrería, San Bartolomé na praza…”?
La ética es invención griega: una visión viril, militar y orgánica de la vida humana, aclara
Santayana, para quien los griegos sabían lo que era tener una patria, una religión y una noble y hermosa manera de vivir que había que defender hasta la muerte, pues reconocían que la fuerza de la naturaleza acaba por destruir la de cada una de sus partes.
–Los griegos se libraron por eso de la arrogancia sin condenarse a la nimiedad.
(La nimiedad de contentarse con cualquier cosa y la arrogancia de proclamar que, en su nimiedad, eran los favoritos del cielo.)
Para Bertrand Russell, que da muchas vueltas al asunto, la ética es reductible a la política, y coincide con Santayana en que no hay “conocimiento” ético.
–La ética deriva de la pasión, y no existe método válido de trasladarse desde la pasión hasta lo que ha de hacerse.
Para aproximarse a conclusiones éticas, Russell crea la doctrina de la “combinabilidad”. ¿Cómo combinar, dice, que uno es del Partido Demócrata, pero odia a su candidato presidencial?
–El arte de la política consiste en encontrar el mayor número de personas “combinables” posible.
¿Recuerdan a
Napoleón dando puñetazos en su palco de la ópera porque piensa en cómo combinar tres Cuerpos de Ejército en Fráncfort con dos Cuerpos de Ejército en Colonia?
La naturaleza dota al hombre de pasiones de difícil combinación (esto se ve bien en los entrenadores de fútbol), y el arte necesario para ello es el arte de la política: un hombre desprovisto de este arte sería, según Russell,
un salvaje, incapaz de vivir en una sociedad civilizada.
A Pablemos, como a sus socios de partidocracia, lo que les falla no es la ética, sino la política.
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Posted: 24 Jun 2017 08:42 AM PDT |
Posted: 26 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 26 Jun 2017 07:07 AM PDT |
En una discusión de culturas nacionales, Jean Palette me recuerda que el deporte francés por excelencia es el rugby, no el fútbol, que sería, y esto lo digo yo, el deporte de los pobres (“la banlieue!”), que, por cierto, son muchos, razón por la cual la Francia futbolera es exportadora y ganadora: de hecho, la única “grandeur” de Macron, ese divertido gallo Claudio de frau Merkel para los recados de la UE. “France Football”, la revista del “Balón de Oro”, ha elaborado una guía Michelin de los himnos balompédicos, y en su Top-10 figuran el Sevilla y el Barcelona, pero no el Real Madrid, el equipo con más rapsodas y probablemente con más himnos del mundo. Liverpool (“You’ll never walk alone”), Casablanca (“Toujours on va gagner”), Panathinaikos (“Horto Magiko”), Sevilla (Himno del Centenario), Newcastle (“Don’t take me home”), Besiktas (“Ooh Ssh!”), Boca Juniors (“Dale Cavese”), West Ham (“Forever blowing bubbles”) y Barcelona (“Canto del Barça”, de Manuel Valls, el crítico musical del periódico global, no el ex primer ministro francés, hijo del pintor Xavier Valls, pintado por el columnismo “engagé” de Madrid como liberador republicano de París, aunque en realidad no llegó a Francia hasta 1949). ¿Y el Madrid? –Usted, Pemán, que hace versos, ¿por qué no hace una letra a la Marcha Real? –dijo un día Franco al director de la Academia, que todavía no había sido despedido. El general pensaba en el agobio que a la hora de los brindis pasó un almirante español en unas maniobras en el Japón cuando, sin letra que cantar, se arrancó, seguido por la tropa, con el “Corazón Santo, Tú reinarás”. Franco ignoraba
que Pemán ya había escrito, a petición de Primo de Rivera, una letra (con su pedrea o tamborileo de acentos agudos: seguir, azul, caminar, sol…), “pero no se logró que lo cantaran más que unas cuantas escuelas primarias y algunos conservatorios”.
–Los himnos no se componen, mi general. Nacen y se consolidan en un ambiente irracionalista. Tienen que llevar sobre sí una carga de tradición y de inconsciencia. La Marsellesa no surgió de las barricadas, sino de las provincias, y es la música de un “Tamtum ergo” aligerada de compás. Los españoles habían ido a defender Cuba henchidos de patriotismo verbalista y filarmónico al compás de la marcha “Cádiz”, de
Chueca (“¡Vámonos a Cuba ya!”), cuando Cánovas llamaba “Mr. Sastre” a Mr. Taylor, ministro de los Estados Unidos en Madrid, anticipo de las habaneras de
Burgos y Cano (“La Habana es Cádiz con más negritos; Cádiz, la Habana con más salero”).
En Madrid, la Movida Gay ha hecho himno suyo el “A quién le importa” no de
Alaska, como se creen los del karaoke callejero, sino de Carlos Berlanga. Aunque, si
Yoko Ono viene de quedarse judicialmente con la autoría de “Imagine”, eximiendo de semejante cursilería a
John Lennon (¡el Yon Lenos del alcalde-granuja Tierno!), tampoco sería sorprendente que Alaska consiguiera quedarse babuchamente (esto es, por la babucha) con la autoría de “A quién le importa”, eximiendo a Carlos Berlanga de algunas rimas
(“Me mantendré / Firme en mis convicciones / Reportare mis posiciones”) que harían sonrojarse al mismísimo
Sabina.
Quien en menos palabras resumió la importancia de un himno fue Woddy Allen al decir que, si escuchaba a Wagner, le entraban ganas de invadir Polonia. No es ninguna broma que el Madrid acometa este año la conquista de su Copa Número 13 (12+1) sin ninguno de sus himnos (ni siquiera el de las mocitas madrileñas, nacido, como Zinedine Zidane, en una servilleta, en este caso del restaurante “La Rana Verde” de Aranjuez) en el Top-10 del mundo. OPERACIÓN DUNNARUMMA
Todo indica que Donnarumma (otro Gianluigi, como Buffon) es el “puertas” que quiere el Madrid, el Donald Tusk del club de Florentino Pérez. (Tusk es el “puertas” del club de frau Merkel, la UE, un metrosexual polaco a quien nadie ha votado, pero que contesta las preguntas de los periodistas con estrofas de “Imagine”, el himno tonto –ya se puede decir– de Yoko Ono.) Lo mejor de Donnarumma, quien debería contestar las preguntas de los periodistas con estrofas de “Un Albero di Trenta Piani”, es que, por su edad, podría hacérsele un contrato de veinte años, como sugiere Berlusconi, su patrono. Una alineación que empiece por Dunnarumma y termine por Mbappé es imprescindible para plantar cara anímicamente a la superstición de la Copa Número 13. |
Posted: 27 Jun 2017 03:07 PM PDT Además de negra, España es lívida. Todos sus pintores tienen la obsesión del más allá. Goya, retorciendo sus muñecos entre la miseria y la muerte.
Velázquez, con sus reyes macilentos, con sus bufones grotescos, donde toda la fealdad y toda la miseria de la carne aspiran a la muerte.
Teotocópuli, con sus caballeros entecos, apergaminados, con las pupilas febriles, que velan al borde de la Vida.
Ribera, con sus ascetas admirables, de miembros exangües y de ojos llenos de celestes ensueños. Todos místicos, todos atormentados, lúgubres todos. Todos diciendo el dolor de la vida precaria y la celeste penumbra que entreabre
la Muerte.
Alberto Guillén
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Posted: 27 Jun 2017 09:23 AM PDT Hughes
Abc
El periodista Antonio Maestre está recibiendo chanzas en Twitter -”ha incendiado las redes”- por un artículo en el que se remonta a su vida en el barrio y a unas zapatillas
J’Hayber, que él describe como “horrendas” y con las que hace abiertamente “realismo social”. Aquí hay una gran coincidencia generacional que celebro. En un tuit posterior ha hablado de que su artículo ha irritado a lo que él llamaba “la derecha joldaun”.
Si “eso” es la derecha, yo no sé qué diría de un desdichado como yo... Bueno, sí lo sé.
Se ríen de Maestre, pero la tarde de Dalí él ha exhumado un fetiche generacional. Lo primero, ¿cómo se dice
J’Hayber? Yo siempre dije “jota jaiber”, aunque había quien decía “jáiber”.
Decir jota jáiber ya me hacía sentir ridículo, un poco agredible: -Cómo molan tus jota jaiber. Pienso que siendo un niño valenciano que estudiaba los rudimentos de una lengua con apóstrofo, era yo bien idiota de decir Jota Jaiber y no Jáiber. Ahora caigo en ello. Lo segundo sobre esas zapatillas sería precisar su status. Yo creo que de pobretón no eran ni mucho menos. Había zapatillas de mercadillo, de marcas muy raras y risibles, y luego las muy nacionales. Kelme y las Paredes las llevaba la gente que no podía llevar Nike, Adidas, cosas así. Las Converse las mirábamos como si fueran Jimmy Choos. Las Air Jordan fueron un terrible marcador de clase. Un auténtico trauma. Cuando un niño llegaba con unas Air Jordan, cómo decirlo…esa expresión “como niño con zapatos nuevos” se creó por algo. Ese niño caminaba como flotando y ponía los pies muy raros, ladeados, para que le viéramos la onda de la nike. En el niño Air Jordan había unos andares patizambos a propósito. La verdad es que presumir de pobres es tan feo como presumir de ricos, pero las jota jáiber eran, y en eso sí tiene mucha razón Maestre, muy resistentes. Demasiado resistentes. Eran zapatillas que casi podía heredar el hermano, y aportaban algo de lo que no habla en el artículo y que me parece fundamental: las j’hayber daban una falsa sensación de flotación. Y había algo fraudulento en ello, como pretencioso. El niño de las Air Jordan disponía de una cámara de aire y algún gel que garantizaba tecnológicamente esa aspiración de la flotación que la imaginación del niño necesitaba. Las Jota Jáiber hacían algo que las colocaba entre las zapatillas normales y las otras. Tenían mucha suela y amortiguaban con excesiva goma. Eran como el 4x4 de las zapatillas. Esto estaba bien, pero a la vez mal. Éramos “falsos flotantes”, un poco advenedizos de lo mullidito, pero además es que eso lo conseguíamos a cambio de la renuncia a todo esteticismo. Las zapatillas eran utilidad pura, el sueño de una madre convertido en zapatilla. Eran resistencia, trote (e iban casi siempre asociadas a las plantillas devorolor que Maestre, con tacto, no ha querido recordar). El niño J’Hayber no sería distinto, sino uno más. Yo incluso puedo imaginar cómo jugaría al fútbol Antonio Maestre a partir de su actual contextura física y de saber que las calzaba. Y luego está el color. El tono era entre blanco y gris y con el tiempo adquirían un inconfundible color de balón de fútbol gastado, despellejado. Es que duraban tanto que uno de mis disgustos al entrar en la Universidad fue ver que algunas de mis compañeras aún las llevaban. Yo entonces tenía un fino erotismo de tipo berlanguiano (más que tenerlo aspiraba a ello) y el efecto en las piernas de las chicas me parecía abominable y muy triste. Esto puede ser terrible, incluso un poco invalidante, en el joven que no es “tetero”, “mamario”, sino sensible a la extremidad. Las Jota Jáiber eran terriblemente igualadoras. Aunque ahora veo -entrado ya en otro “paradigma” psicosexual- que podían ser sexis a su manera (creo que las J’Hayber son perfectas para el perreo o twerking. Creo que ahora es cuando empieza “su tiempo”). En fin, que yo quizás estuviese tan quemado como el mismo Antonio Maestre, así que le entiendo, aunque mi trauma con zapatillas sea otro. En un momento económico cumbre y tras mucha labor de disuasión -y grandes notas, he de decir-, conseguí que me compraran unas Le Coq Sportif. Esas zapatillas eran todo lo que yo soñaba. Eran hermosísimas, preciosas, distintas, francesas, con una forma cercana a lo baloncestístico, pero muy elegantes. Era el gallo de la selección de Francia. Solamente decirlas ya era la leche: Sí, mira, tengo unas “lecoq”. Podía llevarlas y no sólo jugar con las más altas prestaciones deportivas sino añadiendo un “no sé qué”, un prurito estético. ¿Un dandismo quizás? Mi trauma se produjo porque el primer día que las llevé al colegio, ese mismo día, me las robaron en los vestuarios unos miserables y ya no hubo más. No hubo otras. No me duraron ni una semana y el robo se clavó en mí como las J’Hayber en Antonio Maestre. ¿Qué fue? Esas zapatillas-cisne eran perfectas para mí, y eran mías, eran distintas, superiores, nadie las llevaría, ni los pijos (siempre carentes de ese chispacillo de audacia), eran raras y me daban un porte francés. Eran mías, las tenía, y quizás, en cierto modo, yo también fuera perfecto para ellas ¿Y qué falló cuando todo estaba bien? El entorno. Falló el entorno. Comprendí que no me dejarían. Que las futuras “le coq” habría no sólo que obtenerlas, sino que esconderlas. Las consecuencias psicológicas (e incluso políticas) de hecho me persiguen aún y creo que no es necesario que las refiera. Así que sí comprendo a Antonio Maestre. Beaucoup.
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Posted: 27 Jun 2017 07:17 AM PDT Soñando con la
Grande Armée de Macron
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En el viejo orden celestial, los ingleses, decía el costumbrismo, eran colonialistas: creían que el cielo era una colonia suya y que, al morir, iban allí. Los españoles, en eso, éramos más clasistas, y creíamos que al cielo iríamos los de siempre. Los alemanes, por su lado, vieron el cielo en el Mediterráneo (cuyos habitantes se lo gastan en copas y mujeres, según la doctrina oficial de la UE), lo hipotecaron y, cuando tenían unas vacaciones o alcanzaban la jubilación, se establecían en él. Ahora la propaganda de frau Merkel (o te tapas las orejas, o acabas como el general Noriega cuando los marines que tomaron Panamá no le dejaban dormir con Bruce Springsteen a toda leche para forzar su rendición por sueño) dice que el Brexit y Trump acabaron con el cielo, y que hay que buscarse otro. Pitarch, el Eisenhower de Bono, hace suyos los temores de frau Merkel (¡los temores de los perdedores de la guerra!), da por bien empleada la ruptura militar con Inglaterra y América (¡los vencedores de la guerra!) y anima a un nuevo orden celestial que estaría basado, se supone, en una “Grande Armée” de Macron equipado con el material bélico que la España de Zapatero, primero, y luego de Mariano, provee al Madurato venezolano. El peligro no nos vendría del Sur, pues todos los europeos saben que el islam es cosa de paz; el peligro nos vendría del Este, esas divisiones de Putin capacitadas para plantarse en Punta Umbría en diez días, aunque tengo para mí que regresarían a casa corriendo en cuanto vieran los precios de El Tabla. Resuelta la amenaza de Putin, quedaría la de Puigdemont, quien ya mete cuchara hasta en el “prestigioso” (“prestigioso” en España es igual que “famoso”) “New York Times” de Slim, cuate de Felipe González. Hombre, si el NYT no respeta la Constitución americana del 87, ¿por qué iba a respetar la Constitución española del 78, que técnicamente es una Carta otorgada? Y para contrarrestar al NYT, España sólo cuenta con Boadella. |
Posted: 28 Jun 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Camba habla de un catalán que conoció en la basílica de San Pedro: estaban bajo la cúpula, con la boca abierta de admiración, cuando el catalán dijo:
–Mire, mire. ¡Qué casualidad! Yo no sabía que aquí hablaban del Tibidabo…
Y apuntaba con el dedo al friso de la cúpula: “Tu est Petrus et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam, et tibi dabo claves regni caelorum…” Etcétera.
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Posted: 28 Jun 2017 12:21 PM PDT El arroz de un Bullit de Peix en Cala Vadella
La otra versión del
Abrazo genovés
Hughes
Abc
Cuando se habla de la Transición se utiliza un plural característico: el plural democrático. Si es el Rey el que habla, parece que sustituye el mayestático por ese plural democrático. Es un
nosotros que atraviesa las generaciones y se refuerza sentimentalmente. El “nosotros-Transición” difiere un poco del normal. Es especialmente vibrante, solemne, con las resonancias y lo bruñido de lo que es historia y también leyenda. Es un
nosotros multigeneracional, un poco mágico. Y es un plural inaccesible. Es un plural dado, incluyente pero blindado.
En su discurso de hoy en las Cortes,
Ana Pastor dijo algo extraordinario: “Nuestra democracia se fundó democráticamente”. Eso es fascinante. Es la celebración del punto tautológico, autorreferencial de la Transición. La Nación no aparece. El momento legitimador, el origen es el abrazo:
la reconciliación, el consenso. El consenso como elemento fundacional de nuestra historia. El
Abrazo de Genovés es nuestro general a caballo. El consenso en Excálibur. Así que el discurso de la Transición cambia poco. Está oneguizado crónicamente, y algunos episodios y elementos suenan demasiado oficiales, inverosímiles, con una excesiva
confianza argumental en el amor al prójimo, la renuncia, y la proverbial “altura de miras”. A mi juicio (modesto e insignificante), es una visión tan embellecida y acrítica que levanta las suspicacias de lo demodé, de lo que sólo se acepta como kitsch. No
incorpora cinismo ni ciencia, es todo amor, bondad oneguiana, quejío de cantautor, tono
Victoria Prego, y un sistema de creencias inmediato y reversible tan ensalzado que podría considerarse “suarismo metafísico”.
Queda ese potente y muy vivo plural democrático que se irá ensanchando en el tiempo sobre la futura mitificación de una casta hispana orientalizada por el harakiri japonés y el consenso chino. Porque el suarismo metafísico como
sistema de creencias es (según el oneguismo) un poco oriental. Eso sí, se nota una mínima evolución en esta celebración de los 40 años de las primeras elecciones. La necesaria actualización. El franquismo aparece nombrado como dictadura, lo que extrema la
necesidad higiénica, profiláctica, de abrir una zanja de renuncia mística entre franquismo y transición: aquí aparece el
nosotros democrático de las biografías automáticas (título para una novela que no escribiré:
Las Biografías Automáticas).
El caso es que se hace eso, y además no se invita a Don Juan Carlos. Es una saga monárquica extraña que sucede con ausencia del sucedido. La borbónica es una sucesión algo friccionada. El caso es que la ausencia del Rey Emérito es extraña e irregular y respalda la idea de la vuelta de tuerca narrativa: una nueva carga mítica sobre los hechos que olvida al actor fundamental, o que lo tiene presente, pero ya no en presencia. Esto es como ir a celebrar La Escopeta Nacional y no llamar a Berlanga. Es decir, que a Juan Carlos I lo hacen relato. Lo cuentan. Lo recuentan (su presencia emitiría átomos invisibles, reverberaciones de memoria). Nos recuentan o nos recontamos, en todos los sentidos. Acabando. Yo me quedo con ese plural democrático, el “nos” no mayestático, porque en boca del Rey el plural de majestad se hace de pronto plural de consenso y transición. Pero ojo, que la Transición es un plural poderoso que tiene la virtud de lo no terminado, de lo que no acaba. Ahí sigue la tía: mírala, mírala, viendo pasar el tiempo. Ya surgen imitaciones de Suárez, de Ónegas, de Felipes. Un revival muy logrado. Pero sobre todo tiene algo ese plural que opera sobre el inmediato progenitor. Ese figurado “matar al padre” de todo madurar generacional se ha demostrado que vuelve a funcionar. Ese paso adelante. La Transición es un mecanismo histórico-edípico parece que activo. |
Posted: 28 Jun 2017 02:32 AM PDT Es Cubells
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Ayer estaba Jürgen Klopp, entrenador del Liverpool, en Es Cubells, la cala ibicenca donde se despachan (a precios que no alcanzó el marco en los días de la inflación alemana de entreguerras) los mejores raones del mundo, lo que vendría a dar la razón a quienes sostienen que estamos ante el IV Reich: un imperio que además de extraernos los euros… ¡nos come los raones! El raón es un salmonete español con cara de loro y, como dice Séneca del salmonete romano, no es fresco si no muere a manos del comensal: –Permitidme que con esta ocasión castigue la sensualidad y gula reinantes: nada hay tan bello, exclaman los sensuales y golosos, como un salmonete expirante, fuera del agua. ¿A semejante preciosidad romana del placer ha llegado el alemán contemporáneo? ¿Es Klopp el último romano? ¿Es el raón ibicenco la frontera del nuevo espacio alemán? ¿Qué espacio es ése, grande o vital?
Los americanos creían que “grande” y “vital” eran lo mismo, y en Núremberg querían cargar a Schmitt con la responsabilidad penal de ambos conceptos. Al jurista le costó hacerles ver la diferencia, con ejemplos de autorías intelectuales que aún dan que hablar: John Calhoun, el casto hombre de acero de los confederados, sería responsable de la Guerra de Secesión; Rousseau sería el causante del terror jacobino; y Jean Bodin, creador del concepto moderno de soberanía, sería culpable incluso del referéndum de Pep Guardiola en el tiquitaca de la sedición. Guardiola, que parece haber leído más a José Luis Sampedro que a Carl Schmitt, pasa por ser un mago de los espacios (balompédicos), y a lo mejor por eso lo contrataron en Alemania, donde allá por los años veinte del siglo
pasado se puso de moda el término “gran espacio”. Hitler lo incluyó en su “Mein Kampf”, anunciando una “marcha hacia el Este” que hacía dormir a
Stalin con un ojo abierto, como las liebres, esperando la invasión.
Y si estas consideraciones son inspiradas por un plato de raones en la mesa, bien valen el imperio que cuestan. |
Posted: 29 Jun 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 29 Jun 2017 11:18 AM PDT Dalí en el mercado hippy de San Carlos (Ibiza)
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A la España que viene le faltaba Dalí (“yo soy el único que es genio y santo”), y ya está aquí: acaba de ser convocado por una jueza (¡la justicia poética!) que ordena la exhumación de su cadáver para resolver por el ADN una demanda de paternidad. La demandante no lo hace por dinero: –Sólo quiero ver una sonrisa en mi madre.
Adiós, pues, a la cadera mitocondrial de Gala, “principio y fin de todas las cosas”.
Si la Transición fue cubista (¡El “Guernica”! ¡El “Guernica”!), la Plurinación será daliniana, como vimos ayer en la fiesta de “las sexualidades no heteronormativas, orgullosas de la disidencia con el modelo binario impuesto
por el capitalismo patriarcal que otorga privilegios al hombre heterosexual, para someter al resto”, según el daliniano manifiesto del anarco-sindicalismo ibérico.
–Defendemos una disidencia orgullosa, autogestionada, horizontal, anticapitalista, antirracista y transfeminista; salimos a la calle como bolleras, maricas, latines, trans, intersex, negres, queer, arrománticas, asexuales, viciosas, bisexuales, alorrománticas, gordes, sordas, pansexuales, poliamorosas, moras, trabajadoras sexuales, diversas funcionales y como todas aquellas personas que con nuestra existencia cuestionamos la heteronorma. El indio Guillén dice que España, además de negra, es lívida, porque todos sus pintores (“Todos místicos, todos atormentados, lúgubres todos”) tienen la obsesión del más allá, pero Dalí sigue chapoteando en el lodo primordial
del más acá: en 1957 (cuatro años después de Watson y Crick), “el gran masturbador” pinta “El paisaje de la mariposa”, con su ADN.
–Dios no juega a los dados, escribió Einstein mucho antes de la escalera del ADN, cuyos peldaños recorren los ángeles en el sueño de
Jacob que yo tuve –dice Dalí en su dedicatoria a Severo Ochoa–; estos ángeles simbolizan los mensajeros del código genético.
Dalí no era científico; es que los acontecimientos guiaban su imaginación, y ahora el ADN le hace un caballito.
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Posted: 01 Jul 2017 03:07 PM PDT |
"El que os recibe a vosotros me recibe a mí" Posted: 01 Jul 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 2 DE JULIO |
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:
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-El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá,
y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá
paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.
Mateo 10,37-42 |
Posted: 01 Jul 2017 02:24 AM PDT Walt Whitman
Ignacio Ruiz Quintano Abc
Ha sido la semana del oneguismo, el “ismo” de Ónega, Homero de la Transición, quien tuvo en Adolfo Suárez su Aquiles, (con o sin talón). –¡Oh, capitán, mi capitán!... –había llorado Ónega en el entierro del general, “entre la gente llana del pueblo, cuya única sabiduría política consistía en preguntarse qué ocurriría cuando faltase Franco”. Pues ocurrió que Ónega trajo “la democracia” para aquella gente llana y luego se fue a “La Máquina de la Verdad” de Ferreras (¡el Julián Lago de la posverdá!) a decir que “los luchadores antifranquistas que han sido víctimas de ‘Billy el Niño’ se sienten indignados al verlo libre y condecorado, y algún tipo de pena tendría que tener”. ¿Y qué hacemos con el “de la ley a ley” del Gran Relato? Si tanto Consenso del 77 sólo era para dar al aeropuerto de Barajas el nombre de Adolfo Suárez, todo el cuento se va al carajo: cartas boca arriba y cada mochuelo (y cada
confidente) en su olivo.
Ónega y Billy tuvieron al mismo jefe político, Suárez, quien “condecoró” a Billy, pero no a Ónega. ¿Por qué?
–El agente, que lucía una hermosa melena y unos vaqueros que no parecían haber estado nunca en una lavadora, había ya ingresado en la leyenda –anota, febrero del 77,
Manuel Ortiz, del Despacho del Presidente–. La entrevista con el presidente fue breve, cordial y regeneradora. Todos empezábamos a respirar mejor.
Ónega sólo era “negro”, o “speechwriter”, o “ghostwriter”, como
Schlesinger lo fuera de Kennedy. O como luego lo sería Michael Dobbs, el de “House of Cards” (de
Thatcher).
Con Ónega en el folio, Suárez llegó a decir “puedo prometer y prometo”. Billy, en cambio, le había rescatado, al límite del tiempo (con las prisas los policías no llevaban ni esposas), a
Oriol y a Villaescusa, secuestrados (“aprehendidos”, corrige Cebrián en sus memorias) por el Grapo. Pero hoy quien va a “La Máquina de la Posverdá” de
Ferreras es el hijo de Homero.
Es normal que todos los periodistas quieran ser el Ónega de Pablemos.
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Posted: 03 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 03 Jul 2017 03:17 AM PDT Abc
En verano el fútbol cambia el “Marca” por el “Hola”, y hasta el presidente de la Fifa, Infantino, un suizo frívolo que regaló al jefe del hamponato cubano una camiseta fifera de delantero centro (“El presidente Raúl Castro ya marcó muchos goles en su vida y ahora va a marcar goles de fútbol”, dijo el tragicómico pelota), aprovecha los focos para felicitar a Cristiano por sus gemelos subrogados y a Messi por su boda civilona. ¿Cómo ser Messi y que te case un concejal con poemas de Paulo Coelho? En Messi, pagar a Hacienda (lo que no había pagado a Hacienda) y casarse ha sido todo uno: será un genio del fútbol, pero semejante vida está al alcance del más tonto del barrio. ¡Pelado por Hacienda y atado para siempre a una
“Cari”! ¿Qué noche de bodas es ésa?
A Cristiano los gemelos le han venido con un pan bajo el brazo en forma de reclamación tributaria. “Cosas de la subrogación”, dirán los técnicos de Hacienda. Si Messi y Cristiano fueran calvinistas, como Infantino, por la doctrina de la justificación (el éxito terrenal en los negocios) interpretarían que figurar en las listas de
Montoro equivale a figurar en el más allá en las listas de elegidos por el Buen Padre.
Pero Messi y Cristiano son capitalistas católicos, y su salida natural es la filantropía, espaldera moral por la que trepa el alma de la persona que se ha hecho rica.
El filósofo de la fiscalidad voluntaria, Sloterdijk, sostiene que un capitalista está condenado a la filantropía: la riqueza embaraza moralmente, como saben los burgueses desde el XVIII; los nobles de épocas anteriores nacieron dentro de sus plumones y sólo conocían los privilegios, pero en el XVIII entraron en la embarazosa situación de perder su riqueza, mientras los nuevos ricos burgueses debieron tomar postura ante el hecho de pertenecer a los “happy few” sin estar preparados para ello; la filantropía fue su forma de asimilar psíquica y metafísicamente la riqueza. Una filantropía de hecho, la de los burgueses dieciochescos, y una filantropía de boquilla, la de los progres contemporáneos. La filantropía de hecho es la de Ortega, que dona dinero a la Sanidad. La filantropía de boquilla es la de Infantino, que regala camisetas al malandro de Raúl Castro. –El nuevo buen rico –explica Sloterdijk– es irremisiblemente un filántropo que quiere mostrar a su entorno que moralmente está a la altura de su prosperidad. Se habla mucho de cedés secretos con nombres de evasores de impuestos, y a mí me parecería más inteligente confeccionar una lista con los nombres de quienes voluntariamente dan más. ¿Quién recibe, a finales de año, una carta de la Delegación de Hacienda que diga: “Estimado señor contribuyente, por la presente le manifestamos nuestro reconocimiento por haber ahorrado una suma de cinco o seis cifras para la comunidad?” En lugar de eso, la atmósfera está cargada de sospecha de que ese súbdito fiscal podría haber dado más si se le hubiera exprimido mejor. Sólo votamos cada cuatro años. Impuestos pagamos todos los meses. Pero el instante del pago de impuestos nunca va unido al agradecimiento de la comunidad. El fisco de hoy piensa como el empresario explotador del XIX: que la plusvalía del trabajador le pertenece. El filósofo, y tómenlo por ejemplo Messi y Cristiano, tiene un asesor fiscal que antes era funcionario de Hacienda y del que sospecha que siga trabajando para el otro lado. Desde luego, no lo normal en el mercado. En el mercado
el mejor asesor siempre será aquél que te haga pagar menos; pero, cuanto menos pagues, más querrá el Estado, y el Estado vendrá por ti, no por el asesor.
–Todos nosotros podríamos ser seres dadores, si las premisas culturales lo favorecieran. EL TOUR DE BERNABÉU
Santiago Bernabéu tenía de la prensa una opinión que anticipaba la de Donald Trump, aunque reconocía que en el deporte constituía el segundo poder, después del dinero. Lo más genial que leyó en su vida fue en las páginas deportivas de ABC, “año 30 ó 31”, en la crónica del Tour, espectáculo del que uno se dio de baja cuando la imposición del casco y las cruzadas del doping. Según Bernabéu, el redactor traducía la prensa francesa y hacía su crónica. En el capítulo de incidencias, puso un día: “Ayer sólo hubo un retirado: Néant”. Al día siguiente: “El único abandono es el de Néant, hermano del que se retiró ayer”. Y al día siguiente: “Es curioso, pero se retira el tercero de los hermanos Néant. Se cree que podrían haberse puesto de acuerdo los tres hermanos para retirarse de la carrera en días sucesivos.” |
La tarde de los cascones. Hasta para ser novillo hay que tener suerte Posted: 02 Jul 2017 11:55 PM PDT José Ramón Márquez
¿Quién se podía negar a ir a Las Ventas a ver otra entrega del lisarnasio mundo? ¿Quién podía decidir no ir a ver otra entrega de todo ese
holding ganadero de la cosa frailuna que tanto nos hace reír? Hoy se anunciaba una escisión de la primigenia frailada, del
Puerto de San Lorenzo, puesta a nombre de doña María Cascón, que lo mismo que los
Núñez tienen su línea Rincón los Tío Gilitos del Lisarnasio también querrán tener su línea Cascón, y ahí estaban
Pitillito, Bilbalero, Mariposino, Playero, Cantinillo y
Cantinero, negros los seis, encerrados en las oscuras mazmorras de don
Florencio Fernández desde por la mañana, con lo que llevasen dentro. Lo que el aficionado medio llevaba dentro ya se sabe qué es: el mosqueo correspondiente, el amoscamiento, la mosca tras de la oreja ante la previsible trampa saducea de doña María, recordando
la tarde aquélla de no hace tanto en que tomó antigüedad su divisa azul y blanca en los toros, verde esmeralda y blanca en el programa, proclamando su falta de interés, su blandenguería y su descaste a los trescientos aficionados que la vimos, y no contamos
a los chinos que estuvieron en aquella corrida, porque lo más seguro es que ya no guarden memoria de una tarde tan poco favorable.
Fue ver al primero con el crotal anaranjado prendido en la hoja de higuera de
Pitillito, número 18, y los augurios no mejoraron, que hay que fastidiarse con el rollo de los crotales en el ganado de lidia, como si fueran lechazos de Carbonero el Mayor o tudancas que bajan a la feria de Potes en Noviembre; ahí se ve que la señora
Cascón no se ha imbuido aún de que hay cosas que no se deben hacer y persiste en poner esos higos en las orejas de sus pupilos, que lo mismo es que la parecerá bonito. Bueno, pues la decepción llegó sólo hasta lo del crotal, porque la verdad es que la corrida
de los lisarnasios de doña María fue una espléndida lección de que todos los prejuicios hay que dejarlos en casa cada vez que se va a los toros, porque la novillada de hoy de Madrid ha sido un regalo para el aficionado, lo mismo en presentación, que ha sido
pareja y equilibrada, que en comportamiento, que ha sido marcado por la casta pero también por la franqueza en la embestida, con su poco de mansedumbre -y esto no se dice ni mucho menos como nota negativa-, por la manera en que han rebatido ese lugar común
de la frialdad de lo de Atanasio en los primeros tercios, y por la pena mora de que no hayan caído en otras manos que los hubiesen lucido más y les hubiesen dado más fiesta, que en esta vida hasta para ser novillo hay que tener suerte.
Digamos que los novillos cumplieron más que de sobra con la cosa de los jamelgos, bastante más que lo que cumplieron con ellos los que iban subidos en los aleluyas con el fin de agujerearles sus lustrosas pieles. De entre los del
orden ecuestre prácticamente sólo destacó Jean Nicolas Bertou en la primera de sus varas en la que agarró firmemente y echando el palo hacia adelante al tercero,
Mariposino, número 11, defendiendo bien al caballo de la vigorosa embestida del toro, que se le vino muy a su aire y con velocidad. El tercio de varas hoy hubiera merecido haberlo hecho con un poco de cuidado, pero lo cierto es que la tarde se pobló
de animales entrando de cualquier manera al caballo, sin fijar, al relance, sin dar importancia a nada de lo que se hacía. En general el comportamiento de los cascones para con los del kevlar fue generoso y bullidor, acometiendo con ímpetu, empleándose y viniéndose
arriba, idóneo para haberles dado fiesta en vez de carioca. En banderillas tendieron a forzar la desconfianza del gremio de los garapullos, no propiciando brillantez en el segundo tercio, sino más bien el consabido repertorio de triquiñuelas para dejar los
palos más o menos arriba. El que peor parte llevó fue David Oliva, que fue empitonado de fea manera, sin consecuencias, por fortuna, cuando tomaba el olivo frente al 8, cazado en las alturas en un feo derrote del sexto,
Cantinero, número 24.
De los tres matadores anunciados, Juan Miguel,
Mario Palacios y Andy Younes, el primero y el tercero acabaron en la iguala de
Padrós: el primero atropellado en la segunda de las gaoneras de un quite y el segundo herido al quedarse en la cara del novillo al entrar a matar, ambos fueron heridos por el tercero,
Mariposino.
Juan Miguel venía hoy, quizás, como recompensa por una oreja que le dieron entre los autobuses de followers colmenaretes y porque el toro le amorcó el día de la de
Flor de Jara. Pobre bagaje para este novillero de 31 años que en su trasteo volvió a poner de manifiesto su ausencia de concepto o de ideas, empeñándose en sujetar al manso primero en diversos lugares de la Plaza mientras el animal tiraba hacia chiqueros,
en unos pases despegados y de poca entidad, alguno de los cuales fue jaleado de nuevo por la parroquia que le arropa y que, sinceramente, le quiere.
Younes, a quien apodera el
Donsimón que gobierna Las Ventas, nos trajo el recuerdo del día de su presentación ante la cátedra, día en que fuimos hostigados en la Andanada por la presencia intimidatoria de un indocumentado señor de chaqueta azul que pretendía imponer su particular
ley del silencio. Aquel día la impresión que dejó el joven Younes fue la de un aficionado práctico al que le faltaba rodaje para venirse a Las Ventas. Aquel día con una comodita corridilla de
Montealto la cosa fue como fue y hoy, con un encierro de más cuajo y con más que torear -y que tragar- la cosa no sonaba que pudiese salir mucho mejor, pues como me enseñó en el remotísimo bachillerato el Padre Mindán “natura non facit saltus”, frase
de Leibniz que significa que un mes es un plazo realmente corto como para que puedas presentar ante el novillo otra cara diferente. Además no sabe matar.
Y el papelón se le quedó a Mario Palacios, a quien le tocó despachar cuatro novillos. Y si Mario Palacios tuviese una verdad que decir, vive Dios que hoy tuvo con qué decirla, pues el
cuarto, Playero, número 17, y el quinto, Cantinillo, número 21, ofrecieron suficientes mimbres como para que Palacios presentase sus argumentos y diese un inequívoco golpe de mano, pero las cosas son como son y, sinceramente, no es éste el momento
de hacer leña. Él intentó lo que pudo y encaró el reto con entereza. Basta con eso.
A la finalización del festejo la bondadosa afición venteña, a quien algunos interesados quieren pintar como ogros furibundos, aplaudió con sinceridad al conjunto de los cascones haciendo salir al mayoral a saludar. Yo disfruté
una barbaridad con esta corrida, pero creo firmemente que esto que han traído dentro los novillos no es, ni mucho menos, lo que de ellos esperaban quienes los compraron. Desearía fervientemente estar equivocado.
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Posted: 04 Jul 2017 03:11 PM PDT |
Posted: 04 Jul 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Cuanto mayor es el peligro del torero, mayor es la amenaza de tragedia y más grande es la manifestación de arte.
Hay toreros, como Belmonte,
que crean la tragedia, la sienten, y al ejecutar las suertes del toreo, se entregan al toro borrachos de arte.Entonces
los cuernos rozan las sedas y el oro de sus trajes; la tragedia se aproxima, el público, sin saberlo, se pone de pie, se emociona, se entusiasma. ¿Por qué? Por el arte. Quitemos a los toros la facultad de matar, y ya no hay fiesta, porque no hay tragedia,
no hay arte.
Ramón María del Valle-Inclán
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Posted: 04 Jul 2017 03:12 AM PDT Achille Campanile
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Lo cuenta Achille Campanille:
Gutemberg sentía pasión por el teatro, pero no tenía dinero para asistir a las funciones; solicitaba invitaciones, pero los cómicos le decían nones; y se propuso inventar algo que le permitiese entrar gratis; probó a echar arena en los ojos del portero,
pero fue detenido…
–Y una noche surge el chispazo, se presenta en el teatro y dice simplemente: “Prensa”. “¡Prensa!”, grita el portero como un eco. Y lo deja entrar.
En la granja europea resulta tan extraña la política –la política es lucha por el poder, y aquí el botín se reparte por consenso (“¡la democracia son formas!”, decían los franquistas redomados)– que nos escandalizamos con el espectáculo
americano de Trump contra la prensa, un desafío con las dimensiones y la belleza del de
Enrique VIII contra la Iglesia de Roma, si bien en una prensa que llama “loco” al presidente, “p…” a su esposa y “discapacitado” a su hijo menor cuesta dar con un
Tomás Moro: si acaso, un tal Jimmy Carr, productor de la CNN, que sabe que no va a ir a la Torre (la libertad de expresión es otro invento americano) por decir que “el presidente está j… loco” y que ocupa el cargo porque “los votantes son estúpidos
de cojones” (“stupid as shit”), concepto acuñado por el español Pedro Castro, ex alcalde de Getafe, que dijo que había que ser “tonto de los cojones” para votar al PP.
La CNN de Carr, el “Post” de
Bezos y el “NYT” de Slim, todos castristas de Pedro Castro, progresan adecuadamente: primero no se lo podían creer; luego fingieron creer que la elección la había hackeado
Putin (ésta es su idea de la cordura); y ya admiten que la decidió el voto popular… pero de los “estúpidos de cojones”.
¿Y ahora qué hacemos? ¿Capar a los machos “stupid as shit”, como propuso
Fernando Villalón para acabar con la plaga de langosta en el campo?
–El país va al despeñadero –anuncian las
Casandras de guardia, que no han oído hablar del periodismo de las “Sedition Acts” en la época de
John Adams.
Prensa.
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Posted: 03 Jul 2017 11:52 PM PDT May God continue to watch over all those serving in defense of this great country while we celebrate our Independence Day.
@GarySinise
En busca de Hamilton
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Posted: 05 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 05 Jul 2017 02:05 AM PDT En La vida de Brian, Stan quiere ser madre y que le llamen Loretta
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
En “La vida de Brian” (¡1979!),
Stan quería ser mujer y que le llamaran Loretta. ¿Por qué? Porque quería ser madre.
–Tú no puedes parir.
–¡No me oprimas!
–No es que te oprima, Stan. Es que no tienes matriz. ¿Dónde vas a gestar el feto, en un baúl?
Judith tiene una idea: Stan no puede parir, “lo que no es culpa de nadie, ni siquiera de los romanos”, pero sí puede tener derecho a parir. Aunque no tenga matriz, tiene derecho a ser madre. Y, como símbolo de lucha contra
la opresión, todos deciden reivindicar ese derecho que hoy Ciudadanos, un partido del Estado, convierte en ley.
La gestación subrogada es el “Adiós, cigüeña, adiós” de
Rivera, que para su maternidad centrista pide madres altruistas (“low cost”) de 25 años y con pasta, es decir que quiere poner a gestar para el pueblo a las marquesas de
Serafín, un poco como Cuadri cría canarios de canto y toros de lidia en “Comeuñas” y “Cabecilla Pelá” de Trigueros, Huelva.
La ley de C’s roza las “Normas para el Parque Humano” (¿recuerdan la escandalera que
Habermas, el abuelo de Majaelrayo de la socialdemocracia, le montó a Sloterdijk por ello?), pero esta vez va en serio:
Felisuco, el Mendel del Pas, podría ocuparse de la selección; Garicano, el
Estapé de la London, calibraría la economía de la gestante; y Toni Roldán, el
Hermano Manuel del Tibidabo, atendería la parte homeopática de la cigüeña liberal.
La igualdad y más tarde la democracia han sido los gritos de guerra nominales del liberalismo, pero los liberales, observa
Santayana, nunca han deseado en realidad tales cosas. En realidad, sólo deseaban que los llamaran
Loretta.
¿No se queja
Marx en carta a Engels de que su mujer ha dado a luz “fuera de su casa más por razones burguesas que físicas”? Las “razones burguesas” son ahora “razones liberales” que ponen patas arriba a
Freud, empezando por el complejo de Edipo (¿con qué madre se acostará Edipín?), aunque harán que suban las acciones de las empresas de psicoanálisis.
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En la muerte de José Luis Cuevas Posted: 05 Jul 2017 12:17 AM PDT Ya muerto Diego
[Rivera],
me encontraba en su casa de Altavista en una cena, invitado por su hija Ruth… Estaban Gorostiza, Orozco, el doctor Marín (cuñado
de Diego, casado con Lupe Marín) y su esposa... El doctor, ebrio, saca la pistola, y me amenaza con dispararla. Su mujer, igual de borracha, lo anima para que lo haga. Cunde el pánico y todos los invitados escapan… El
doctor habla de Rivera como pintor, como hombre público y como hombre del Partido Comunista… El discurso dura cerca de una hora… Mi agresor está a punto de perder el equilibrio, pero entonces la mujer se le acerca y le sostiene la mano armada pidiéndole accione
el gatillo. Yo estoy a punto de desvanecerme. Miro hacia la derecha y veo el enorme retrato de Lupe Marín con sus
manos enormes… Pienso que esa noche es la de mi muerte y que ésta llegará en la casa de Diego Rivera, a quien tanto he atacado… El doctor se aproxima y veo que cierra los ojos. La borrachera ya no le permite sostenerse en pie y cae sobre el sofá entre Gorostiza
y yo. Una bala se escapa, destruyendo un ángel colonial. La esposa del doctor se abraza a su marido y se queda dormida sobre él… Gorostiza me comenta que al doctor Marín se le había metido el diablo. “No se le metió el diablo, le digo. Al doctor Marín se le
metió el espíritu de Diego Rivera”.
José Luis Cuevas
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Posted: 05 Jul 2017 12:03 AM PDT Madrid, 7:00 AM
Hughes
Abc
Hace unos días un amigo me mandó un extraño mensaje: “Me he comprado una mariconera”. No hizo más comentario. Hombre algo lacónico, debió de sentirse obligado a informar. Tampoco era cualquier cosa. Comprarse una mariconera no
es cualquier cosa.
La palabra mariconera, el objeto mismo, puede que sea uno de los de mayor potencial que he conocido. Recuerdo que mi padre tenía una mariconera de piel marrón. Era (ahora lo veo) como una lengua de tierra de los 70 metiéndose en
los años 80. En todos los álbumes familiares se percibe que nuestros padres eran realmente como
Esteso y Pajares. Y ese objeto era muy de esa época. Era como el complemento necesario para los pantalones acampanados. Quizás el talle estrechísimo obligaba a llevar ahí llaves, tabaco, mechero, y demás (a menos, claro, que quisieran llevar los
bolsillos como Pablo Iglesias).
El caso es que mi padre hablaba de la mariconera sin doble sentido, sin la menor broma. “Acércame la mariconera, hijo”, o “Ve donde la mariconera y me sacas el tabaco”. Era como decir la cazadora o el abrigo. Para los impresionables
oídos infantiles, esa palabra contenía un insulto, un estigma, quizás un tabú. Así que la neutralidad con la que se referían a ese objeto personas bienhabladas resultaba desconcertante, incluso misteriosa. La palabra estaba plenamente aceptada y se usaba de
forma rutinaria. “Dame el bolso, hijo”, hubiese sonado mal. Pero “Dame la mariconera” se decía con absoluta naturalidad. Era como “Pásame el salero”. Incluso más viril. Más como “Pásame el
Soberano”.
Había algo en el objeto. También en la forma en que se llevaba. La agarraban por la muñeca pero como si fuese una cesta del
jai alai. Con pocas alegrías. Por mariconera entendimos siempre la de mano. Nada de bolsos masculinos, bandoleras o riñoneras. Tampoco mochilas. Esa mochilita de explorador en Cortes de ahora entonces no se llevaba. Era impropio del varón adulto. El
bolso era de mujer, la riñonera sería de albañil, en caso de existir, que creo que no, y la mochila era de estudiante. El hombre, si tenía que llevar algo, debía ser una mariconera. Hasta la plena aceptación de bolso (que el bolso era un poco como la bolsa
del “hombre blandengue” que tanto denunció El Fary), hasta la generalización del bolso o la mochila infantilizadora, la mochila del hombre-crío, el hombre tuvo la única salida, la única transición de ese objeto. Es decir, el hombre español pasó de la
“vida sin complementos” a poder colgarse un Luis Vuitton a través del istmo finísimo de la mariconera. ¡El nombre era el precio que debía pagar!
El hetero setentero español (estamos hablando de un Pajares aproximativo) aceptaba una prenda sospechosa de mariconería. Y se callaba. Y no movía una pestaña al respecto. Aceptaba el objeto y el nombre. Sin autoironía, sin bromitas.
El primer complemento masculino, la pequeña ayuda marsupial que el hombre encontraba, la encontraba a costa de ponerle ese nombre brutal. Fue una liberación o avance en la vestimenta masculina que hubo de asumir ese terrible nombre. Se acercaba a la finura
del gay, ganaba libertad vestimentaria, pero era sancionado con una palabra de sonoridad terrible.
Actualmente, la palabra sigue en el diccionario y pertenece a un objeto concreto, anticuado, pero no de todo sustituido. Los hombres llevan ahora bolso en bandolera, riñonera o incluso la mochila (mochila absolutamente transversal:
Moragas, Sánchez, Garzón). Pero la de mano no ha recibido otro nombre que, quizás, bolso de mano. El bolso de mano no lleva correa. Es como un neceser. La mariconera es lo que lleva la correita ajustable a la muñeca, y eso es justo lo que
daba al objeto prestancia y gracia. Esa correa era lo que daba al objeto su carácter. Diríamos que el nombre lo tuvo por esa correíta. Esa forma autoajustable a la muñeca cayó sin embargo en un desuso extraño que no se ha explicado del todo bien. Por eso,
cuando mi amigo informó de su compra, estaba comunicando el extraño retorno a un objeto casi diría que retro. A un objeto finisetentero
(ojo los del revival de la Transición ¡todos con la mariconera!). Un objeto que fue sustituido por la moda y quedó en el baúl de la historia llamándose así. Y que si se pusiera de moda generaría un problema social, casi
político. (¿Desapareció solo para que desapareciera el nombre?)
Comprendí que en la información de mi amigo había una especie de mecanismo travieso, hilarante. Era como el koala austraiano en la Springfield de los
Simpsons. Una palabra, un objeto, problemático. Algo a la vez tardofranquista y moderno, como de tiempos del disco, entre
Macario y Tony Manero. Avanzado de forma, pero regresivo de nombre. Lo repito: el hombre se aproximaba a cierta elegancia sospechosa a cambio de un nombre brutal. Era casi chic pero sonaba a apedreamiento de homosexual rural. “De pitillo, pitillera”…
Así se construyó la palabra. Es algo muy español.
Si incluso Juan Ramón Jiménez, que fue uno de los espíritus más delicados del siglo, cuando se metía con los de la Generación del 27 los llamaba “mariconcillos de playa”, ¿qué vamos a esperar?
Además de ese potencial desconcertante, la mariconera tiene de extraña su decadencia. Pasó de moda sin mucha explicación. En realidad, es cómoda y manejable. Pero entraba mucho en juego la muñeca y por algún motivo fue una parte
del cuerpo que no quisimos mover mucho más. Se fue sustituyendo por otras variedades de bolsos que llevar en hombros, espalda, riñones… Quedó como objeto para delegados de equipos de fútbol, cosas así. Creo que muchas (y esto es sólo otra hipótesis) se quedaron
en las guanteras (guantera sin guantes, otra palabra náufraga) guardando la documentación del coche.
Algún Citroen, quizás.
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Posted: 06 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 06 Jul 2017 06:22 AM PDT Hughes
Abc
Hoy venía una noticia sobre la huelga de los ciclistas de Deliveroo, esa empresa de comida a domicilio. No la conozco, pero al parecer refina y mejora ese mundo (la verdad, proceloso) del pedir comida a domicilio. El efecto es algo conocido ya: tecnología, facilidad para el consumidor comodón y hedonista del siglo XXI, hilar más fino el hilo ya fino de las posibilidades de las grandes urbes… Gana el consumidor, gana la empresa, ganarán sus accionistas. Muy bien. Pero de repente sale una figura en las noticias: el ciclista o (también lo llaman así) el “rider”. El que lleva las pizzas. Ganan una miseria y no les garantizan un mínimo semanal. Los números son de una penuria conmovedora. La propia figura del “rider” ya nos dice mucho. Son como trabajadores chinos, como esos que van dando pedales a los carros. Tecnología y bicicleta. Parias de la megalópolis. Los “deliveroos” son como los “uber”, nuevos trabajadores. En realidad, no son trabajadores. Se ha perdido el estatuto clásico del trabajo. La ruptura de la relación empresario-trabajador no es una liberación. Lo será para el que
inversor y para el consumidor, al que le da igual todo salvo que el plato llegue calentito, pero para el “porteador” se abre una situación de inseguridad, precariedad, ansiedad absolutas. ¿Qué son? No es un trabajador puramente hablando, y tampoco es un autónomo.
Son cargo de trabajo moderna, trabajadores en la frontera del cambio tecnológico que no avanzan, que van para atrás. A veces parece que con su status debilitado nos están avisando (como señalados) de su irremediable sustitución por futuros robots. ¿Qué valor
añaden a las cosas? ¿Qué costes inasumibles comporta ser un ser vivo y además humano?
Es como si la precariedad se refinara y se convirtiera en un sector. Parece que no es la tecnología, que mucho emprendimiento parte de la pura precariedad. No es la app, es el tío ganando cuatro euros.
En el encuentro de hoy (Vocento) de los tres presidentes, todos hablaron de esto, además de hablar de Cataluña, por supuesto. Hasta Aznar alertó sobre la inteligencia artificial. Aznar alertando sobre los robots. Qué maravillosa novela iniciaría aquí alguien dotado… El caso es que se dibuja con claridad una casta nueva de casi-trabajadores. En las urbes occidentales parecen chinos. Eso añade esto de Deliveroo a lo que ya sabíamos de Uber: la cosa china, orientaloide. La globalización m´s conseguida. Falta el de Deiverxo con woks humenates en la calle. ¿Por qué la globalización a veces es como Streetxo? ¿Por qué es fussion? ¿Por qué la globalzacion a veces es sudorosa y un poco fraudulenta, como de falso indonesio? El mismo González, en el acto de hoy, alertaba o quizás sólo describía a los “etimológicamente reaccionarios”. Aquellos que, con una u otra ideología, reaccionan a la Globalización. Es una manera interesada de decirlo (como aquella tan falaz de construir el eje imaginario Merkel-Macron-Rajoy-Libre comercio-Liberalismo-herencia cultural europea), pero de repente la palabra “reacción” parece desideologizada, un poco rehabilitada, y casi necesaria. Como fuere, estos nuevos trabajadores son una cosa a tener en cuenta.
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Posted: 06 Jul 2017 02:10 AM PDT El Estado
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Cuando Romanones aún no es Romanones escribe, al hilo de “La Constitución inglesa” de
Bagheot, “El Régimen Parlamentario o los Gobiernos de Gabinete”, dedicado a
Silvela, para señalar el contraste del éxito del sistema en Inglaterra con su fracaso en el continente, sobre todo en España, donde sólo es “una caricatura”.
Caricaturas, y no dibujos, es lo que
Unamuno pide a su editor para sus novelas.
–Si dispusiera de tiempo, me ofrecería yo mismo a hacerlas. Pero vea si hay ahí algún verdadero caricaturista, alguno que sepa hacer figuras grotescas con vida. ¿Conoce usted las ilustraciones de
Dickens? ¡Algo así!
Pues “algo así” es lo que constituye hoy el Consenso español, cuyos caricatos más “dickensianos” son
Junqueras y María Soraya, mientras el TC dirime la cuestión de si los cerdos gadarenos son propiedad de un judío o un gentil, puesto que en el segundo caso, pero no en el primero, sus aniquilación supone una injerencia injustificable en la propiedad
privada.
El espectáculo catalán sería imposible si en Madrid no hubiera, en lugar de un gobierno, una peluquería en sábado de boda.
En la relación de poder que es la política, Junqueras tiene ahora la sartén por el mango: sabe que enfrente sólo hay consenso socialdemócrata, cuya razón de ser es la inacción (suecos y alemanes con la sharia, españoles con el
butifarrón…), y a esto algún despistado lo llama cobardía.
–¡Mariano es un cobarde!
Pero, como dijo de Guzmán el Bueno el guardia gallego, ¿qué va a hacer, el hombre, si no le permite otra cosa el reglamento?
La Historia indica que una nación sólo es rompible mediante la fuerza (María Soraya, y mucha derechona, cree que también mediante la votación de “todos y todas”), pero Junqueras, más caricato
que soldado, intenta hacerlo mediante la caricatura de la Transición: si coló que “de la ley a la ley” se pasara de la Dictadura a la Democracia, colará que “de la ley a la ley” se pase del Reino de España a la República del Ampurdán.
El Consenso
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Posted: 07 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 07 Jul 2017 04:46 AM PDT Hughes
Abc
Los discursos que Trump en el exterior demuestran que ha llegado a una forma de entendimiento entre el aislacionismo primario de su campaña y su responsabilidad internacional. El discurso de Varsovia tenía algo de eso.
Era el sitio para hacerlo. Retórica patriótica común e interpretación ajustada de Occidente y la situación del mundo.
Ahí está la flexibilidad de Trump. Ha dotado a la OTAN de otro sentido. No la desmonta, la reinterpreta. La intenta revitalizar. Sobre el discurso exangüe de
Obama llega esto. Dice que hay que invertir, recuerda las obligaciones de aportación económica a Europa, y además recuerda que debe haber otras de tipo moral. Los valores. Si todo el mundo habla de valores, ¿por qué no va hacerlo el presidente de los
Estados Unidos?
Antes de hablar del discurso, hay que volver a algo sobre Trump. Ese discurso interesa porque, entre otras cosas, evidencia que
Bannon “is in da house”. Bannon está. Lo sospechábamos por la pendencia repetida con los medios. Bannon la pretende, no la rehuye. Además estaba la duda sobre la política internacional. El bombardeo en Siria parecía la toma de poder del Halconato Neocon,
pero en los discursos, en la política exterior trumpiana vuelve a aparecer el núcleo ideológico de su campaña.
Antes, dos cosas que cuesta ver en los medios españoles. Una es la reciente encuesta sobre el apoyo nacional a su política de veto inmigratorio a determinados países. El 60% de los votantes están a favor; el 28% en contra. Un
41% de los demócratas la ven favorablemente. Esto vino después de la decisión de la Corte Suprema que dejaba con efecto una versión limitada de la Orden. En segundo lugar, quiero recordar una reciente entrevista al fundador de Alibaba, el chino
Jack Ma. Es interesante para entender el surgimiento de Trump y la pertinencia de su orientación económica. Ma vino a decir que Estados Unidos se equivocó en las últimas décadas. Que se centró en la tecnología y dejó ciertas industrias para México y
China. IBM, Microsoft, ganaron mucho dinero, ¿y dónde fue? Ma se hace la pregunta. El dinero se fue, en trillones de dólares, a apoyar una docena de guerras en el exterior y a Wall Strett con su pozo sin fondo de crisis financiera en 2008. México no le robó
el empleo a Estados Unidos, eso es retórica electorera, fue una mala decisión política. ¿Y si hubieran destinado parte de esos fondos al desarrollo de la industria en el Medio Oeste? El nacionalismo económico surge en este momento.
Jack Ma
A ese momento exacto de Aislacionismo, de vuelta a una tradición americana existente, no a una repentina ceguera basada en artefactos como la Postverd, regresa Trump, es decir: una reacción a la globalización, a sus efectos.
Justo ahora estamos viendo cómo adapta eso a las obligaciones internacionales. Cómo lo entremezcla con las instituciones. Cómo exporta su discurso o lo moldea a la realidad. Trump no es un fanático. ¿Nadie vio nunca su reality? Trump se mete en la OTAN, saluda
a Putin, retorna ahora lo global. Lo dijo una vez: Globalistas, sí, pero nacionalistas. Y entiéndase aquí la acepción americana, más suave, del término.
Trump es una corrección a la globalización más que un retorno a los años 30. Hasta que la “intelligentsia” lo vea no hay más que muerte civil para el curioso. Porque no hay nada iconoclasta, nada temerario. Lo que sí hay, y volvemos
al asunto de la Corte Suprema y el originalismo, es una fuerte carga ideológica detrás, que sólo la pereza o la mala fe puede resumir en “supremacismo blanco” o friquismo
Alt right.
¿Qué dijo Trump en Varsovia? En Varsovia volvió el fondo de Bannon, con la finura de
Miller y la teatralidad insuperable de Trump. El discurso en Varsovia es importantísimo. Muy rápidamente (perdone el lector, pero hay que escribirse otras cosas hoy) repasamos algunos elementos del mismo: El dualismo. Bien contra Mal, Paz contra Guerra.
Una deriva maniquea que sitúa a Oeste contra una amenaza concreta: el islamismo radical e ISIS en particular y a corto plazo. ISIS como forma de acuerdo entre potencias. Ojo, ya no como la palanca en la zona, sino como la forma de alianza supranacional y hasta
puente con Rusia. Pero el islamismo radical, como ya dijo a los 25 de la reunión de Arabia Saudí, cuando además les recordó que Estados Unidos ni era superior ni iba a imponerles su democracia. ¿Pero no fue eso un prodigio de respeto civilizatorio y hasta
de relativismo? Además del enemigo exterior, tan útil para la movilización ideológica, en el discurso latía otro enemigo implícito, interior, occidental. Algo así como la disolución moral. Bannon puro. La deriva occidental: la separación de sus fuentes originarias.
En Varsovia clavó su pica Trump. En el corazón de Europa. Entre
Merkel y Putin. Donde Juan Pablo II y donde la estatua de Reagan. Polonia como reserva espiritual de Occidente, bisagra entre el nazismo y el comunismo. La afirmación del capitalismo, la libertad y las raíces católicas. Trump afirmó allí
los valores nacionales, la identidad nacional frente al internacionalismo e interpretó la OTAN como una Comunidad de naciones con pleno sentido reeditando el espíritu de la alianza bélica frente al totalitarismo, pero sin disolver el Estado Nación ni la identidad
propia. Alianza de estados libres. Por primera vez en años hubo un orgullo “otaniano”, algo así. El elogio de la comunidad atlántica fue desconocido.
“Escribimos sinfonías”, dijo exaltando la cultura occidental (no hay que tomarlo al pie de la letra, es difícil, no imposible del todo, imaginar a Trump componiendo una),y mencionó la libertad de expresión y la libertad individual.
Subrayó la identidad nacional que vinculó claramente a valores espirituales, a Dios. Aquí surge lo estridente, lo que no conocíamos. Había algo teológico en el discurso, llevó a Europa el sentido trascendente de la democracia americana y se inspiró en el “We
Want God” de los polacos al Papa en los 80. ¿Qué líder había sido capaz en Europa de defender la raíz cristiana y moral de los valores occidentales? También recordó, muy expresamente, que lo que disfrutamos sobrevivió por el sacrificio patriótico de héroes.
La ardorosa retórica nacionalista del MAGA puede ser repetida en un país como Polonia. Eso es una novedad, guste o no, y se opone al fundamentalismo republicano y el laicismo a la francesa. Ése es el enemigo íntimo: la disolución moral.
Hay algo de melancólica reacción en el trumpismo. Hay algo que aún pueden salvar en Estados Unidos. En Europa es más difícil. Se parece a una revitalización, al intento de reconectar el mundo actual a sus fuentes originarias.
Reinstitucionalizar el mundo moderno. Parece una extraña forma de fontanería civilizatoria, de reacción americana. Algo disruptivo, revolucionario, neohamiltoniano.
Y a Europa le pide el dinero de la OTAN, pero también valores. O uno con el otro. Es una forma agradable, dadora de sentido de reclamar la pasta. Y el momento sublime del discurso, después de todo lo anterior, es cuando opone
expresamente la fe y la familia al gobierno y la burocracia. Viene el líder democrático a apartar los falsos ídolos. La oposición está clara. De un lado el estatalismo que toma forma en redes burocráticas y en un globalismo gaseoso e internacionalista. Es
decir, su visión de Europa y Bruselas; y de otro el fortalecimiento íntimo de la sociedad mediante la fe y la familia. Es notorio aquí el calado conservador del trumpismo.
(Perdone el lector lo apresurado del intento y la modestia del mismo, pero esto no se podía dejar pasar)
La familia
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Posted: 07 Jul 2017 02:26 AM PDT Adrien Cayla-Legrand en “Chacal”
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Aquellos liberales que se daban golpes de pecho (de hojalata, es verdad) con motivo de la boda de Aznar en El Escorial callan como tusos con motivo del festejo republicano de Macron en Versalles, palacio del que las marujas de los mercados de París desalojaron en el 89 al rey, obligándolo a residir en la capital. Si al chisposo Juncker le parece que “el Parlamento europeo es muy ridículo”, ¿qué vamos a pensar los demás de la Asamblea francesa en Versalles?
La desproporción entre la realidad de Francia y la fantasía de Macron (está convencido de que Francia ganó la guerra) hace de este hombre una mezcla molieresca de Louis de Funes y gallo Claudio de la Warner que amenizará el ambiente europeo durante los próximos cinco años, como se vio en el funeral (“¡ese muerto es mío!”) del pobre señor Kohl, donde frau Merkel apuntó que va por el IV Reich, y de la mano de Macron, “bonjour, grandeur!”, que va por la VI República. Theresa May, con un porcentaje de votos como los de
Thatcher, es una fracasada, pero Macron, con una abstención del 60 por 100, es la fuerza motriz de la UE.
En contra de lo que se espera de un bancario, Macron es un tipo creativo que cree (también le pasaba a Bertrand Russell) que sus pensamientos son tan complejos que no pueden ser recogidos fielmente por un periodista. En campaña dijo que él no es “ni de derechas ni de izquierdas”, cosa que en los albores del Consenso ya dijera Ágata Lys. Y en el poder dice (a la vista, seguramente, del 60 por 100 de abstención) que sobran diputados (!) y que quiere mejorar la representación… ¡mediante el sistema proporcional!, cuyo ideólogo, un jurista alemán, ya dejó bien claro que es un sistema que liquida cualquier atisbo de representación, es decir, que adiós a De Gaulle, a quien Macron tanto imita mirando al infinito como Adrien Cayla-Legrand en “Chacal”, de Fred Zinnemann. Ante la deriva liberal del Consenso, yo iría acondicionando para
Rivera el Palacio Real de Aranjuez.
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el Peloton reocmiendo0
Posted: 08 Jul 2017 03:07 PM PDT |
"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados" Posted: 08 Jul 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 9 DE JULIO
En aquel tiempo, exclamó Jesús:
-Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre,
y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Mateo, 11,25-30
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Posted: 07 Jul 2017 10:45 PM PDT El 155
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Donald Trump llama en Polonia a la defensa del Occidente, pero, ausente Inglaterra, no creo que entre todos los europeos junte para el pelotón spengleriano que haría falta, y si no,
miren a España, ahora… ¡locomotora!, se nos dice, de la Europa que, como mostró
Gustavo Bueno, se levantó contra ella.
En el campanario batueco el pelotón spengleriano no da ni para aplicar el 155, artículo que jurídicamente constituye una rueda de hámster que no lleva a ninguna parte, y todos lo saben. Si lo aplicamos hoy y mañana no pasa nada,
entonces ¿qué? Incluso Rajoy, Sánchez y Rivera, tres legos en ciencia política, se hacen esa pregunta, y, por tanto, nunca lo aplicarán.
El 155 es el vozarrón del esclavo de la lámpara maravillosa que siempre asusta a la dulce madre de
Aladino, que es el votante incapaz de entender los mecanismos de un régimen de Consenso, resumido, sin saberlo, por
Lorenzo, entrenador del Atleti:
–Entre bomberos no vamos a pisarnos la manguera.
Que los gongorinos patos del aguachirle castellana nos den el tabarrón del 155 forma parte del cuento de la buena pipa en que se ha convertido la industria del separatismo en España: catalanes y vascos son los ricos del pueblo,
y catalanismo y vasquismo son sus formas políticas de decir a los demás españoles que, en lo que de ellos dependa, por nada del mundo compartirán una mesa, una novia o un euro. ¡Ruritania para los ruritanos! Y así vamos a estar hasta que San Juan baje el dedo,
esperando al Último Recurso, que es como los patos llaman ya al 155, del que habla
Mariano como Rafael el Gallo hablaba de Rusia:
–No conozco Rusia. Estuve a punto de ir una tarde, hallándome en París.
Y Mariano es Sánchez y es Rivera, y fue Aznar
y fue González, ése a quien en el funeral del pobre Kohl le dejaron marcarse un
Goethe de “bodeguiya”:
–Su deseo fue construir una Alemania europea para que nunca más hubiera una Europa alemana.
Si dices “Edelmira”, decía Ramón, también te quedas un rato sin ver nada.
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Posted: 09 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 09 Jul 2017 02:24 AM PDT |
Murió, como si nada (esta nada presente y española),
José Luis Cuevas, pintor (grandioso) de locos, putas y cadáveres.
–El tema de Cuevas es el cuerpo humano en la salud, la enfermedad, el delirio, la confrontación o la pérdida –diría su hermano
Alberto, psicoanalista.
Tuve el privilegio de tratarlo por regalo de José-Miguel Ullán, guía del cuevismo en España (residió temporadas en Madrid y Sevilla). La primera vez vivía en la casa de
Carrero Blanco en Hermanos Bécquer, llena de puertas y de mujeres:
–Cuando me equivoco de puerta, siempre me encuentro alguna en “deshabillé”. Y me digo: “¡Si viera esto Carrero Blanco!”
La tomó a puntapiés con los muralistas (Siqueiros, Rivera), y le decían realista, expresionista, surrealista, pop, conceptual, clásico, vanguardista, posmoderno, megalómano, anarquista, reaccionario, genio, farsante,
y todo le parecía verdad, con tal de que nadie lo tomara por artista puro. “Eso, no”.
Su obsesión fue la muerte. Cuando lo conocí llevaba treinta años haciéndose fotografiar a diario. En Madrid cumplía con la manía en el fotomatón de unos grandes almacenes. Tenía la angustia del paso del tiempo y un cristo calvo.
Hacía gozoso el cuento del asalto en su casa del DF: “Los muy imbéciles, tan feos, iban con pistolas y gritos de los más groseros, buscando unas corbatas para atarnos, ¡yo que nunca las uso! Ni se fijaron en un solo cuadro…”
Hijo de una madre “que cantaba canciones catalanas” y de un padre que no paraba en casa y que “se anunciaba por medio de balazos al aire”, Cuevas amó la fama (con 20 años fue entrevistado en “Time”), el cine y los burdeles, donde
siempre había un violinista y un pianista que estrenaban canciones de Agustín Lara.
–Yo es lo primero que pregunto al llegar a una ciudad: “¿Hay aquí burdel?” Es algo que me viene de la infancia.
Y “Todo es poco”, como tituló Ullán su historia inacabable de José Luis Cuevas, otro muerto que se muere como la gente que no se había muerto nunca.
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Posted: 08 Jul 2017 11:23 PM PDT |
Posted: 10 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 10 Jul 2017 01:49 PM PDT |
Posted: 10 Jul 2017 04:56 AM PDT Máquina de esquilar lana, que no razones
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Este julio del 17 se nos presentó recordador en un ejercicio de memoria histórica -en Andalucía van a hacer bachiller asignatura de esa ocurrencia esquiladora de verdades- nada apetecible entre los próceres del pensamiento
imperante, obsesionados en circunscribir la memoria a cuarenta años y a Franco. Uno intenta abstraerse y dejar hablar al batallón de necios sin prestarle atención, pero no puedo evitar que personas con las que trato me hagan llegar peroratas de justicieros
decididos a guillotinar maestros que enseñaron geografía en el franquismo y que no recuerdan los 532 días padecidos por el paisano, quinto y amigo, o aquellas dos jornadas en las que la maldad absoluta torturó los corazones de los bien nacidos del mundo.
“Todas las víctimas son iguales..” dice en Cádiz un presunto profesor al que han hecho alcalde y que trajo a explicárselo a los gaditanos a
Martín Abaurrea, criatura que padeció grave quebranto al pasar de Batasuna a Bildu. El mismo quebranto de
Ortega Lara y casi tanto como Miguel Ángel Blanco. El equidistante alcalde puede que aquellos días reflexionara en la Caleta. Como el Gordo. Otra víctima.
¡Qué pena y que rabia da escuchar tanta canallada disfrazada de “buen rollo”! ¿Y qué decir de esa continua apelación a democracia tan selectiva que sin el mínimo examen califica de fascista o franquista al que disiente?
No me quiero calentar porque entiendo que es tontería intentar razonar con determinados individuos -e individuas-. Se permitió y alentó su proliferación y ahí están. Mandando y controlando todo a su antojo, ufanos y orgullosos
de su valía, gangrenando la sociedad hasta que revienten sus pústulas y el hedor sea tan insoportable que tengamos que optar por el suicidio como mal menor.
Mejor dejo constancia de otro aniversario mucho más agradable y educativo. El de los 25 años del Concurso de Esquileo en Salgüero de Juarros, donde por circunstancias laborales no pude estar. ¡Y bien que lo siento, pues
la ocasión lo merecía! Me han contado que a Melquíades, alma y corazón del anual encuentro de esquiladores, le homenajeó y dio las gracias el Ayuntamiento de Salgüero, toda la comarca de los Juarros, pastores y esquiladores de toda España y ¡como no!,
la cuadrilla. Una cuadrilla que empezó a cuajar a principios de los 70 y que se siente orgullosa de que uno de los suyos enseñe por el mundo lo que significa la palabra libertad. En semejante categoría, nadie como él.
-He estado una temporada por el Perú- me contó hace unos días.
¡Que tío, Melqui!
Melquiades, el hombre libre
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Posted: 10 Jul 2017 04:43 AM PDT Abc
Gianluigi Donnarumma, que juega en el Milán y es el portero más cotizado del fútbol (lo que lo convierte en el nuevo rico más joven del mundo), había prometido a Roma (el Ministerio de Educación) estudiar un poco para ejemplaridad de la juventud italiana, pero el día del examen hizo pellas y voló con su novia a Ibiza, que sigue siendo el mejor destino de quienes tienen dinero. En los 70 a Ibiza iba Onassis con Jackie, la glamurosa viuda de Kennedy: fondeaban en la bahía de San Antonio y anunciaban su visita al club “Ses Guitarres”, cuyo dueño, por respeto a la pareja, imponía la corbata a los clientes, y luego el puertas, con la sala llena, dejaba en la calle a Onassis porque era el único que no la llevaba. Ahora a Ibiza van los futbolistas, que son los Onassis de nuestra época, los únicos que se pueden permitir un plato de raones en el kiosko de Es Cubells, como el otro día Jürgen Klopp, el gafapastas del Liverpool, o nuestro héroe, Donnarumma, que tiene “look” de tertuliano español a la última, todos con barbita y cresta de Larritas del Consenso Liberal. –Estudia, hijo, que hasta Juanito tiene que hacerlo, y es Juanito –nos decían en la adolescencia las madres de Burgos, donde Juan Gómez Juanito vino a ser como Maradona en Nápoles. La verdad era otra historia. Eran los tiempos en que la sociedad comenzaba a demandar más fútbol y menos latín. –¿Para qué sirve el latín? –preguntaba el ministro Solís. –Para que a usted, siendo de Cabra, le digan egabrense –contestaba el procurador Muñoz Alonso. Cumplida su cesión al Burgos, Juan Gómez regresó al Atlético, pero allí le pedían más latín y menos fútbol, cosa que a él le hacía la misma ilusión que a Donnarumma, y acabó por volver al Burgos, que lo adquirió en propiedad por cien mil pesetas. –Las piernas y la cabeza pueden estar juntas –ha declarado sobre el caso de Donnarumma la ministra italiana del ramo Valeria Fedeli, que es sindicalista. No sé. El viejo costumbrismo siempre vio en el balón algo así como el cráneo de la raza, pero en el hábito de darle patadas sólo descubrieron un método de desarrollar las pantorrillas, pero en ningún caso la cabeza. Mas si la medida de todas las cosas (de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son, según el dicho del divino Protágoras) es el dinero, lo que los jóvenes se plantean es qué ejercicio les proporcionará mayores ingresos, si el de la cabeza o el de las pantorrillas, y lo que ven es a Cristiano, a Messi… y a Donnarumma, con una flamante renovación contractual que garantiza el futuro a los Donnarumma para tres o cuatro generaciones. –Jóvenes y jóvenas del mundo: ¿qué os parece más trascendente, que Donnarumma se gradúe como bachiller o que Cristiano se quede en el Madrid? En nuestra cultura socialdemócrata, un certificado de estudios sólo sirve para impresionar a los autodidactos y, si acaso, para que te excluyan de las listas de votantes republicanos en los Estados Unidos. “Blanco, heterosexual… ¡y sin estudios!” fue el retrato resultante que el liberalismo de meñique levantado hizo del votante de Trump. A Rockefeller, gran mecenas de la causa liberal, se debe la advertencia según la cual quien trabaja (o quien estudia) todo el día no tiene tiempo de ganar dinero. Vamos, que hay que ir más a Ibiza. Larra
ROBERT MILLAR
Más que la maledicencia ramplona de Pep Guardiola, el Gandhi de Sampedor, poniendo en duda la Liga de Mourinho en el Madrid (récord de puntos y récord de goles), me ha impresionado la carta de Robert Millar, el ciclista de Glasgow, anunciando su cambio de sexo. De Millar los aficionados al ciclismo de televisor (tan distinto del ciclismo de cuneta) recordamos una nariz superlativa moqueando niebla en los puertos de montaña, el espectáculo supremo de un deporte tan... de hombres. Siempre segundo (a sólo un tubular del primero), Millar fue un poco el Poulidor de quienes no éramos franceses. Y, sin embargo, él “ya sabía que era diferente desde los cinco años”. Por eso ahora se llama Philippa York. |
Teruel también existe y una estocada de Colombo en Las Ventas Posted: 10 Jul 2017 12:30 AM PDT Sábado en Teruel
Minuto (musical) de silencio
José Ramón Márquez
Prólogo turolense.
La ilusión es el motor de la afición. La ilusión es la que te lleva muchas veces a la Plaza, aún a sabiendas de lo que te espera. La ilusión es la que lleva a marcarte seiscientos kilómetros tan ricamente para ver a Ponce con los de Adolfo, que allí nos encontramos un buen puñado de aficionados de Madrid, de Zaragoza, de Valencia… Y, verdaderamente, la ilusión con la que fuimos ya nadie es capaz de quitártela, aunque luego todo salga de otra manera distinta a la que cada cual habría querido. Era de cajón pensar que lo que Adolfo llevaría a Teruel para que Ponce se estrenase y se despidiese de su ganadería, no pasaría la mínima exigencia (hablamos de la exigencia de una Plaza de segunda, por supuesto), pero no podíamos imaginar que la cosa fuese a ser tan deplorable. Sin hablar de las condiciones minúsculas de los pitones, pitones dignos de un miniaturista, la presentación de la corrida en cuanto a lo zoomórfico fue verdaderamente deplorable. Y pese a ello, por más que cuenten por ahí, créanme, Ponce estuvo desconfiado con el primero como un neófito hasta que vio claramente que no se comía a nadie, momento en que armó su trasteo en versión complacer a los del pueblo, actitud populista que continuó en su segundo con el que no pasó incomodidad alguna. Curro Díaz por no hacer ni hizo en su primero ni en su segundo su tradicional inicio de faena, que es lo mínimo que se le pide, y Morenito de Aranda, que venía de matar en Burgos otra de Adolfo, se justificó en su primero con un poquito de buen toreo al natural, encajado, ligado y de buen trazo, y dio en su segundo su versión más chabacana. Decían los viejos del lugar que hacía más de treinta años que no se veía en Teruel una entrada como la del sábado, por si a alguien le quisiera dar por ponerse a cavilar qué han hecho mal. El tardoponcismo
Novillada en Madrid. Así que después de la tarde amena y decepcionante en la coqueta Plaza de Toros de Teruel, construida en 1935, volvemos con las orejas gachas a Las Ventas de nuestras entretelas a ver una novillada de don Fernando Peña Catalán, próspero industrial y criador de toros de lidia desde 1990, toros toledanos de “Torrestrella por absorción” al decir de la Unión de Criadores, sea ello lo que sea, que yo sin embargo me reafirmo en la creencia de que si el señor Peña lleva cerca de treinta años con su ganadería, su procedencia es Peña, o acaso Palomarejos, por lo de la Compañía de Inversiones Palomarejos que figura como real propietaria de la vacada. La cosa es que si el año pasado, también por el mes de julio, salimos tan contentos de Las Ventas con la corrida que nos trajeron los Palomarejos, este año lo mismo, que los seis novillos que se trajeron a Madrid desde Calera y Chozas han dado juego, han puesto sus embestidas a disposición de sus matadores, no han rehuido el vis a vis con los de la equitación y han planteado sus problemas, tal y como debe ser, en una variedad de comportamientos que han ido del boyante al manso pasando por el que se paró y, este sería el garbanzo negro de una interesante corrida, el que manifestó una inaceptable falta de fuerzas, el toro flanín diríamos, que fue el sexto. Dos de los seis, el primero Desperezado, número 18, y el segundo, Rinconclaro, número 123, fueron despedidos justamente con ovación. Como todo el mundo sabe, los toros empiezan a las 7 de la tarde, pues bien, a las 7 y 12 minutos ya habían arrebatado tres capotes a los actuantes los de Fernando Peña, para que se vea que el novillo,
Desperezado, tenía su personalidad y su embestida tenía su sentido. El Presidente, don
Víctor Oliver, estimó que podía sacar el trozo de sábana blanca al que solemos llamar pañuelo con sólo tres banderillas colocadas en la espalda de
Desesperado, pero incluso esas tres estaban puestas de manera tan feble que al ir a comenzar su faena
Santana Claros, de Fuengirola, nuevo en esta Plaza, ya sólo quedaba una en el toro. El toro fue bueno y dispuesto, sin ser en absoluto tonto. Al inicio de su faena le pegó a Santana Claros una colada de ésas que
te dejan que no sabes si vas o vienes, pero en general el novillo estaba dispuesto a echar una mano a Santana, que no fue capaz de aprovechar las innegables condiciones del animal para exponer su tesis con la solvencia que el animal demandaba, no estuvo lo
que se dice bien, pero tampoco dio ni mucho menos la impresión de estar naufragado, todo hay que decirlo. Y hay que explicar también que Santana Claros se vino a Las Ventas sin apoderado y con una sola corrida en el año pasado, seguramente traído por la influencia
de Curro Vázquez, a quien brindó este primer novillo, por lo que la censura que sobre él se haga debe quedar, nuevamente, matizada por la falta de soltura de quien no torea. Mata de estocada arriba un poco contraria de gran efectividad. Su peón
Yelco Álvarez tira al toro feamente, cuando el animal estaba herido de muerte.
Daniel Crespo lanceó por verónicas de buen trazo a su primero. “El Patillas” le agarró bien en el primer puyazo al que acudió con alegría y Crespo no pudo volver a explicar su toreo
de capa porque el novillo, Rinconclaro, le arrebató el capote de las manos y pelillos a la mar porque el novillo volvió a ir con alegría al caballo y a tomar una vara de buena nota. El trasteo de muleta se basó sobre todo en la mano derecha y no llegó
a cobrar vuelo, pues Daniel Crespo volvió a caer en lo mismo que cuando le vimos el año pasado: cita al toro y cuando le tiene en movimiento le deja colocado, y él mismo se queda colocado, ahí engancha el segundo muletazo y a continuación suelta al novillo
de cualquier manera y tiene que pegarse una carrerita para volver a la posición. Eso, así, cuatro, cinco, seis veces, y la ligazón se cambia en carreritas, y la faena va desapareciendo. Si a eso añadimos muchos más enganchones de los recomendables y una estocada
baja echándose fuera, ya tenemos reseñado a Daniel Crespo en su primero.
Jesús Enrique Colombo venía de Pamplona, donde se apreció su disposición de novillero con ganas, y de nuevo en Madrid ha venido a refrendar esa consideración. Su primero, Jamonero, número 144, cobro en la primera vara que le puso Andrés Nieto y acudió al relance a la segunda en la que no se le picó. En banderillas él no coloca al toro, sino que tiene a Marco Galán para que le deje preparado al novillo, ante el que desarrolla su banderilleo atlético tan poco sobrio; su segundo par es arriesgado, porque con el toro lanzado le cambia el viaje en la cara; el tercero lo mismo que el primero. Brinda al público en los medios, dejando caer la montera muy toreramente, soltándola sobre el hombro y comienza su faena, que tiene muy poco recorrido porque el novillo se para en seguida, los amigos del torero dirán que fue cosa del toro y los amigos del ganadero dirán que el matador ahogó la embestida de Jamonero. Mata de estocada baja echándose fuera y soltando la muleta. El segundo de Santana Claros, Calmoso, número 116, de condición tirando a mansa, no paraba de tirar hacia el 4... y de rajar capotes, que se llevó por delante el de Santana y el de Crespo, rajados de arriba abajo. Inicia Santana su trasteo con unos ayudados por alto de sabor añejo, marcando el viaje del novillo, y después se pasó la muleta a la zurda donde dibujó naturales pintureros, de buen trazo y de poca ligazón; luego, cuando cambia, y prosigue la faena por la derecha, descolocado y pasando al toro por las afueras, la cosa pierde interés. Apetece volver a ver al fuengiroleño. Tiene personalidad. En el saludo de Daniel Crespo a su segundo, Confuso, número 74, el novillo le raja el capote, así que nos quedamos sin ver refrendar en éste las verónicas del primero. A
Confuso lo pica Juan Melgar, y es una gloria verle montar, mover el penco y echar el palo. El mismo penco que con otros picadores es como un sillón
chester, con Melgar se mueve hacia adelante y hacia atrás y anda con alegría, para que se vea lo que es capaz de hacer un jinete con un caballo. Bien ejecutada la suerte y bonita la manera de echar el palo, aunque en la segunda vara quedase la puya un
poco baja. Luego viene un ajustado quite por chicuelinas de Colombo y una arriesgadísima y pundonorosa manera de banderillear de
David Gómez que alarga su cuarteo más de lo que dicta la prudencia buscando la cara del novillo que le esperaba para hacerse con él, afortunadamente sin consecuencias, Y después el trasteo de Daniel Crespo se basó en correr y correr, en muchos enganchones
y en estar por debajo de las condiciones del novillo.
El segundo de Colombo, Alfeñique, número 137, fue pésimamente picado por Gustavo Martos, que bien podía haberse fijado en “El Patillas” y en Juan Melgar para aprender un poco. Vuelve Colombo a agarrar los palitroques y de nuevo vuelve a su estilo atlético, toma el olivo a la salida del primer par, quiebra en el segundo y sale acosado en el tercero, de tal manera que aunque hay tres peones al quite se ve obligado a tomar de nuevo el olivo. En la faena de muleta el toro se revela como muy blando, desplomándose varias veces. Colombo corre la mano despacio, pues despacio embestía el toro y como colofón receta una gran estocada, eficaz y bien ejecutada, que por si sola vale la oreja que se le concedió. Epílogo madrileño.
A la salida de los toros me entero de que ya no hay más corridas los domingos, que ahora se les ha ocurrido que van a hacer unas nocturnas los sábados, por lo que doy por concluida mi asistencia a Las Ventas. Plaza1 se queda sin ingresar 19,60 € de los cuatro festejos que me quedaban por ver antes de irme de vacaciones, que no es que eso les vaya a sacar de pobres, pero para unas cañas sí que da. |
Posted: 11 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 11 Jul 2017 07:32 AM PDT Plaza de España
Sevilla
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Resultan estomagantes los dimes y diretes que llegan de la capital sobre las tendencias, querencias y comportamientos de la alcaldesa
Manuel Carmena, como si la Memoria Histórica sólo hubiera que documentarla entre 1936 y 1975. ¿No hay nadie que recuerde las inclinaciones de su Juzgado cuando Su Señoría ejercía de Juez de Vigilancia? Perdonen la osadía, pero va a hacerlo un servidor.
La Transición, con su complejo de culpas franquistas, creó la institución de Juzgado de Vigilancia, un acierto sensacional, dicho sea con un agradecimiento de corazón hacia los redactores, para que presos penados y preventivos
denunciaran abusos, irregularidades, privación de derechos, etc., ante dicho Juzgado. Al funcionario de base, al funcionario de patio y galería, lo vigilaba la dirección de su centro, el preso y dos jueces. El de instrucción y el de Vigilancia.
Doña Manuela, pionera en la experiencia y con ánimo de imponer doctrina (toda sentencia de magistrado lo es un poco), entendió que los funcionarios de prisiones -casi todos- no podían ser otra cosa que torturadores y verdugos
y ante la más absurda reclamación del interno, “m’han metío el primer grado por la cara..”, ponía a bailar a los directores de las prisiones y a los subordinados de estos, que a veces no sabían si los requerimientos iban en serio o de cachondeo. Quiero recordar
que estamos a finales de los 80 y principios de los 90. Años de “l’abuja” y el tiro etarra en la nuca. Años difíciles, duros y homicidas para los funcionarios de prisiones, que cacheaban pertenencias con el temor de topar con la jeringuilla escondida y se
acercaban a su propio Peugeot muy de mañana con la sospecha de que el vehículo se hiciera volcán. Diariamente el funcionario de prisiones redactaba un “parte” de indisciplina por la negativa de los Pachis a levantarse al recuento como sí hacía el resto de
la población reclusa. La incidencia se comunicaba por escrito a un interno que no hacía el menor caso y que si tenía el día farruco te soltaba aquel “tu muerte me sale gratis” que el tiempo demostraría ser verdad de las que se tocan y duelen.
Aquellos Pachis recurrieron al juez de Vigilancia los partes por la “obligación de levantarse y permanecer visibles ante el funcionario”. Un infausto día el Juzgado de Vigilancia resolvió “conforme a Derecho” ¿? y determinó
que basta con que el interno mueva un brazo para demostrar que está con vida y cumplir con las obligaciones del Reglamento al respecto. El resto de la población, que, como era preceptivo, lógico y razonable, se levantaba al toque de recuento se apoderó de
sentencia tan curiosa y hasta bien entrado el siglo con la creación de los módulos de respeto, en las prisiones se consintió y propició la vagancia y la falta de modales gracias a las inclinaciones de jueces como doña Manuela, mucho más cerca siempre del etarra
que de la víctima. Sobran disimulos, amagos y regates para parecer digno. Se es o no se es.
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Posted: 11 Jul 2017 05:18 AM PDT |
Tengo un amigo que le gusta el baloncesto, con lo cual tampoco sé por qué es amigo mío, y que anda con depresión (hasta el punto de no salir a la calle en bermudas y chanclas) porque
Gasol, un pivot español que pone tapones en la América de Michael Jordan, se ha pasado al bando del referéndum catalán.
–¡Con lo español que parecía!
Justamente porque es español ha decidido Gasol salir del armario y pegar el codazo para colocarse con ventaja en la zona, al estilo como Macron, el nieto que todas las abuelas querrían tener, ataca la zona de
Trump en la foto del G20 codilleando contra dos filas de saurios.
El español es un auténtico sabueso del poder: Gasol, que podría ser el “peje espada muy barbado” del soneto de
Quevedo a una nariz, se levanta, levanta su napia y, como buen oportunista, capta que la emanación del poder ya no viene de Madrid, sino de Barcelona, y se pone a hablar de votos como si lo hiciera de rebotes, estadísticas, ruidos, furias, la política,
ay, contada por un idiota, y no precisamente el de Shakespeare.
–Yo es que soy muy de votar.
Barcelona, que tuvo la cultura más franquista, tiene hoy la más antifranquista, sin perjuicio de que mañana haya de pasarse al bolcheviquismo, si tal cosa diera dinero.
–Yo soy bolcheviquista –decía al indio
Alberto Guillén el tonto de Martínez Sierra (no tan tonto, dicen algunos, sólo porque sus obras se las escribía
María de la O, su esposa, y las cobraba él).
En la nueva España la versión socialdemócrata del “yo soy bolcheviquista” es el “yo soy federalista”, tontería que se le quita al que la padece con una simple pregunta: “¿De
Hamilton o de Proudhon?”
El tabarrón catalán deviene en pantano, que hasta en eso se les aparece a estos el franquismo, y sólo queda congratularse, como diría
Cliff Richard, de que en el periódico global empiecen a ver ya lo que siempre estuvo bien claro: que el coñazo del 155 es el sonajero para olvidarnos del 116, imposible de ser aplicado por los jefes del Consenso.
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Posted: 11 Jul 2017 05:17 AM PDT |
Posted: 14 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 14 Jul 2017 02:09 AM PDT José Sánchez-Rojas
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Serrano es un economista español al que
Maduro, el vicejefe del hamponato venezolano (el jefe es el locazo de Raúl Castro), llama “Jesucristo de la economía”, aunque tampoco estamos hablando de
Martín de Azpilcueta, el Doctor Navarro.
Habla Ruano de un escritor, José Sánchez-Rojas, al que llamaban “el chulo de
Santa Teresa” por el dinero que había sacado a la Santa publicando artículos sobre ella. Bueno, pues Serrano sería “el chulo de
Chávez”, por el dinero que saca del militarón de Sabaneta con el libro “El pensamiento económico de Hugo Chávez”, que cabe en un tuit, pues se limita a atacar, como
Shaw, a los economistas de Manchester por no ser lo suficientemente groseros y materialistas.
–Cuando el economista ortodoxo –explica
Chesterton– comienza con su fórmula primaria y correcta: “Supongamos que hay un hombre en una isla”, Shaw (Chávez, Serrano)
siempre está dispuesto a interrumpirle bruscamente diciendo: “Hay un hombre en la calle”.
Como buen marxista gaditano, Serrano no es lector de “El Capital”, sino de la “Crítica al programa de Gotha”, unos folios confidenciales (no destinados a la publicidad) donde
Marx expone su sistema del economato del Estado y del bono de sopa obligatorio, que es con lo que
Lenin estableció su bolchevicato moscovita, y Chávez, su hamponato caraqueño (franquicia del habanero), asistido por “teóricos de la economía cristiana”, que es lo que Maduro, apoteosis de una calabaza, cree contratar en los Serrano.
Pero Serrano es algo peor.
Circula por la Red
un video de Serrano en un avión recién aterrizado en Caracas; algunos pasajeros lo reconocen y lo increpan con una urbanidad impropia de un país muy rico serranamente
condenado a la hambruna; y Serrano, español (¡extranjero!), con una fanfarronería de chulapo que toca el organillo con el codo (¡ese tipo no es de Cádiz!), graba con el móvil a los increpantes y los subraya con una mueca que es la mueca del chota en el talego.
¡Si Miranda levantara la cabeza!
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Posted: 15 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 15 Jul 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 16 DE JULIO
Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas:
-Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en
seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.
Mateo 13,1-23
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Posted: 15 Jul 2017 02:29 AM PDT |
Francia es una monarquía de paisano y todo el mundo ve en
Macron al Sacarino de frau Merkel, la ama del Reich (gane quien gane, en Francia mandará una mujer, avisó
Marine Le Pen), pero él tiene esa cosa de la “grandeur” que le hace invitar al más grande, que es el tío
Trump, para celebrar lo de la Bastilla cenando con Melania y Brigitte en la torre Eiffel, donde Macron habla del clima (conversación de taxista), y Trump, de
Tom Paine, más un cumplido a Brigitte, “You’re in such good shape”, que en España, donde por haber tomado un benjamín en
D’Angelo cualquier zoquete se cree la reencarnación de las yemas de los dedos de
Warren Beatty, ha excitado el celo mediático.
Como diría Santayana, Brigitte tiene esa vivacidad e inteligencia que, unidas a las discretas artes de tocador, “hacen que las damas francesas nunca parezcan viejas”.
–Cuando dije en Francia que no era americano –recuerda Santayana–, observé cómo recibían el jarro de agua fría todos aquellos funcionarios hipócritas y pelotilleros que odiaban
y ridiculizaban a América a cada momento, pero limpiaban el polvo delante de cualquiera del que esperaran conseguir dinero.
Macron, desde luego, tiene alma de funcionario que se pasa la vida haciendo revoluciones para volver al antiguo régimen.
–Y he aquí que la Revolución Francesa vuelve a empezar, porque siempre es la misma –escribe
Tocqueville.
El liberal de Embassy es muy de la Revolución Francesa (hasta
Tamara Falcó la discute a la luz de las velas), pero la Revolución Francesa, insiste Santayana, no fue liberal sino verbalmente y de una manera accidental: el cristianismo no era considerado como episodio normal de la historia humana, y el mundo necesitaba
liberarse de él.
–Una vez eliminado este íncubo se esperaba que toda la humanidad fundase una república inmutable, intrépida, heroica, compuesta de catones, brutos y cincinatos.
¿Y qué tenemos ahí fuera? A Casares Quiroga en La Moncloa, y en la calle, calentando, a
Agapito García Atadell.
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Posted: 16 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 16 Jul 2017 02:52 AM PDT Exclusiva mundial de
Hola!
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Lo que el Pompeyo de Zetapé, Julio Rodríguez, no hizo, por falta de valor, en Somalia (abordar a los piratas), lo ha hecho el publicano de Mariano, Montoro, en Formentera: abordar con viento duro de levante el yate de Cristiano por lo que pudiera guardar en el meyba. –¡Esos c…, en Depeñaperros! –se oye gritar a Manolo el del Bulto. Al lado del comando de la Marina con atrezo de
Cornejo que sale en “Hola!” abordando el yate de Cristiano en aguas ibicencas, quién sabe si infestadas de erizos y medusas, los “seals” que despacharon lo de
Bin Laden en Pakistán serían como gorrillas de la Ora. Es un buen alarde del gobierno de Mariano, ahora que
Macron y Trump presumen de músculo militar en París, y si yo fuera
Puigdemont me cuidaría de la dársena barcelonesa donde solían fondear las balsas de
Kitín Muñoz.
¿Serían así las naumaquias que prometía Carmona en el lago de la madrileña Casa de Campo, si salía alcalde?
Esta versión marinera del Cobrador del Frac pone sobre la mesa la maravillosa literatura jurídica de Carl Schmitt sobre Tierra y Mar, civilización de tierra y civilización de mar, una gran meditación sobre el espacio que, siquiera en lo fiscal, viene a proponernos el gobierno “liberal” de Mariano, y en medio, Cristiano, el golero de los Balones de Oro, que, visto el espectáculo balear, cualquier día podría ser abordado en el Bernabéu y en el instante de ir a lanzar un penalti, para asegurarse el interés de la cámara de TV. En la vieja democracia americana, la oposición promueve el “impeachment” porque Trump se aparece un día conduciendo su propio buggy por el green de su propio campo de golf, que eso es vivir bajo la bota del populismo. En la nueva talasocracia española no hay oposición. La sangre del Consenso es el dinero de bolsillo: si desembarcas, te entra el de las hamacas, que es de Podemos, pero si te quedas en el barco te aborda el comando Cornejo, que
(aún) es del Pepé.
Es el spot estival del gobierno para un país que vive del turismo. |
Posted: 17 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 17 Jul 2017 10:56 AM PDT Dumas
Hughes
Abc
En un artículo reciente, Milena Busquets hablaba de los hombres elegantes. Uno de los rasgos de elegancia era saber llevar las mangas remangadas. Yo empezaría por señalar como elegancia evitar decir “arremangadas”, cosa
que a mí me resulta difícil. “Me remango la manga” me parece flojo, insuficiente, me suena mejor “me arremango”. Quedo mal, lo sé, pero siento que lo digo mejor. Es algo curioso: sé que lo digo peor, pero lo siento íntimamente como más dicho. Lleno más una
necesidad de comunicación. Ahora quizás la RAE me de cobertura como ha hecho con el “iros”. Es un caso difícil. La forma correcta, “idos”, es inutilizable. Nadie puede cabalmente usarla en el lenguaje hablado: “Idos a…” Para empezar, el imperativo en plural
es muy infrecuente. Es como de púlpito. Suena a mandato divino. “Comed y bebed todos”. Así sólo habla Dios (o quizás
Florentino). De hecho, llevo todo el día leyendo el mismo ejemplo de uso: “iros a tomar por culo”. Porque a nadie se le ocurre su uso en otra posibilidad. Es decir, no es el iros, es una forma verbal entera en crisis. Lo normal es mandar sobre uno. “Mira,
vete a Pamplona”. Pero es muy raro mandar a muchas personas. “Idos a Pamplona”. Claro, lo usual es que suceda en sentido figurado (“Idos a Pamplona a que os empitonen a todos ya de una santa vez”) y entonces, ese “idos” es ultracorrecto. La ultracorrección
venía agravada por la coincidencia con el “idos” cultísimo. Los idus. Sonaba muy anacrónico. Era como si de repente uno hablase como un romano. “Idus de mi vista, tribunos pompeyanos!”.
Siguiendo el criterio correcto, el hablante se veía acorralado en la marginalidad social. La RAE funcionaba como un GPS ciego que te llevaba a un abismo de soledad, entre risas de la gente.
Antes de esta reconsideración de la RAE, la dificultad del asunto la resolvió
Lola Flores con su “irsen”. He de reconocer que en este tiempo yo opté por eso. Entre el “iros” popular (aún recuerdo el “veros” rústico, el maravilloso “veros de aquí” que sonaba como si además te dieran un correazo), entre el “idos” estilo
Yo, Claudio, y entre el “irsen”, esta última opción parecía la más moderada y útil. “¡Irsen ya de aquí!” Aminoraba el mandato en el sentido faraónico: si me queréis, si os importo un poco, “irsen”. Era un ruego. Era perfecto. Pero esta salida fue meramente
decorativa y política. Aquí no decidía la gramática, sino un criterio “bienqueda”.
Ahora la RAE está siendo criticada, pero no lo tenía fácil. El hispanohablante necesitaba una salida porque el “idos” no lo usaba nadie, salvo cuatro de meñique entablillado. O se recurría al “irsen” o se buscaban otras fórmulas.
El “iros” era ya fundamentalmente un uso destinado a increpar: Iros ya a la mierda, iros a tomar por culo, iros a mamarla… Llegados a este punto, exigir la corrección era absurdo. El lenguaje había llegado a un cortocircuito. El imperativo sólo se usa si eres
Dios o si mandas a alguien a tomar por culo. Y entonces la RAE te obligaba a decir “idos”. Había que hacer algo y la RAE ha relajado un poco el estrangulamiento. Es más, creo que ha calibrado entre el iros o el “irsen” y ha preferido minimizar el mal sabiendo
que el “idos” está perdido. Es más, yo aquí creo que Pérez Reverte, ha sido clave porque sus personajes sí que hablan así. Dicen cosas como “voto a bríos”.
La solución correcta es imposible. Sólo un cambio social revolucionario (quizás en un sentido reaccionario) rehabilitaría el “idos”. El “irsen” transfigurado en ruego es tan tentador que para evitar su generalización se ha hecho
esta reformilla del “iros”, como mal menor.
La democratización de la Academia según García Viñó
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Posted: 18 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 18 Jul 2017 02:30 AM PDT |
Macron no tiene hijos, gracias a lo cual ha tenido tiempo para hacer su gran descubrimiento desde el “pienso, luego existo” de
Descartes, que concibió el “racionalismo” en un sueño:
–No se puede luchar contra el terrorismo sin luchar contra el cambio climático.
El descubrimiento de Macron (“hace calor, luego me voy a la yihad”) remata la campaña mundial contra los signos de vida: primero el periódico global advierte que luchar contra el cambio climático es no tener hijos, y luego la revista
“Time” enseña que no tener hijos es la mayor felicidad de una pareja. Ojo, pues, con las aventuras veraniegas, no vaya uno a ligar con una turista sueca y acabar, sin saberlo, justificando a la
Tigresa, que ya anda suelta por la calle.
El hipocondriaco José Luis Cuevas, para celebrar un alta médica hizo la exposición “Signos de vida” con fotos gigantescas de su persona, llamadas “los besales”, para que fueran besadas por las mujeres que acudían, y dejaran
estampados sus besos, matizados por los “rouges”. Y un cuadro, “Semen de artista”, que consistía en un frasco con su propia semilla junto con un autorretrato. Y una proposición artística para festejar su salud recobrada:
–Era la invitación, muy seria, a que cincuenta mujeres se dejasen embarazar por mí, en una especie de apoteosis del arte vivo. Y se colocó una libreta para que las mujeres interesadas en
ese arte anotasen sus nombres. Y arriba, en la propia galería, se instaló una gran cama para la ceremonia creativa.
A José-Miguel Ullán le confesaría que, al término, “no hubo edición propiamente dicha, y me conformé con las pruebas de artista”.
Treinta años después, las fantasías narcisistas de Cuevas vienen al pelo de las verdades científicas de la “prensa seria”, ese “Time” que en el 83, cuando
Reagan invadió Granada sin su permiso, pero con el apoyo popular, se preguntó cómo los medios habían podido suscitar contra ellos tan profundo resentimiento del público (“far ranging resentment”).
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Posted: 19 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 19 Jul 2017 02:08 AM PDT Periquito que vola, periquito a la cassola
Ignacio Ruiz Quintano Abc
Una tertuliana de la segunda dinastía egipcia se encampana en la TV del Estado contra las amenazas de
Trump a Maduro:
–¿Es que quiere cargarse el diálogo? –pregunta, entre vendajes, con ese tufo de Agencia Tass de todo lo internacional en España.
El tufo Tass cumple lo que
Revel llama cuádruple función de la ideología: instrumento de poder, mecanismo de defensa contra la información, pretexto para sustraerse a la moral haciendo el mal con buena conciencia y medio para prescindir del criterio de la experiencia.
En lo internacional, los productos de nuestra Academia compiten con las fresas de Lepe y los raf de Almería: “guerrilla”, “cojones” (Truman Capote en “A sangre fría”), “tortilla”, “gilipollas” y, ahora, “de la ley a la ley”,
ese chupito jurídico, mezcla de Torcuato y Kelsen, que, tomado al pie de la letra, causa estragos, como sabían
Rubio Llorente y, sobre todo, García Pelayo, estudioso de Schmitt y quien no por nada murió en Venezuela, donde Maduro ya compara el plebiscito de la MUD (jurídicamente, una encuesta de la oposición para derribar un hamponato) con el referéndum
de Cataluña, donde Pere Soler, el Patton de los Mossos, ha traducido al catalán el dictum “de la ley a la ley”:
–Periquito que vola, periquito a la cassola.
Al pie de la letra, el birlibirloquesco “de la ley a la ley” hace que el poder constituido se convierta en poder constituyente, y que le vayan dando al abate
Sieyes, pues de lo que se trata es que la manteca no cambie de manos, una vez echado a perder el régimen, con el miedo de los que están a los que vienen y la codicia de los que vienen por los bienes de los que están. Es el chupito que se toman los sediciosos
catalanes para poner la urna, los hampones de Maduro para montar su Constituyente y los lúseres de la MUD para leguleyear con su encuesta.
Mientras, “Newsweek” fantasea con que
Hillary es presidenta: “Who runs the world?”, pregunta Hillary. “Girls –le responde
Huma Abedin–. Girls run the world”.
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Posted: 20 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 20 Jul 2017 02:09 AM PDT 8:30 AM
9:30 AM
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La abuela Carmena, esa miliciana que según el periódico gubernamental nos trajo las libertades comuneras, está talando las acacias de mi acera. Llega una grúa, se despliegan los leñadores,
talan la acacia y en el tocón clavan este cartel: “Este alcorque será replantado en noviembre”, no aclaran si al tresbolillo o al marco real.
–Los árboles temen a los milicianos como si fueran falangistas escondidos –escribe
Foxá en el invierno del 38–.Y ya no son las acacias urbanas pacíficos árboles municipales, en cuyos troncos ataban las niñas la comba, sino árboles de bosque, temerosos del hacha y del invierno.
El umbralismo, esa franquicia costumbrista que aún cultivan los patos del aguachirle periodístico, no fue sino un madrileñismo con fanfarria de lucha de clases contra la tala municipal de la derecha con seat 1500 en los bulevares
de Madrid. Y yo tengo edad para haber visto a Tita Cervera encadenarse a unos plátanos que
Gallardón quería talar en el paseo de Recoletos. Tita, que es baronesa, se puso ruanesca y ante el hacha gallardoní hablaba a los plátanos como una
Juana de Arco en su oración postrera:
–¡Nos quema el sol de vuestra ausente sombra! ¡Nos habitan la memoria vuestros pájaros!...
A falta de árbol genealógico, la acacia talada era como mi árbol de Guernica familiar, símbolo de las libertades vecinales, incluida la del obligado y natural cumplido del perro, y uno la tenía por su árbol Bo, como el suegro cuáquero
de Bertrand Russell llamaba a un roble de su vecindad. En el árbol Bo tuvo
Buda las revelaciones de la verdad, y aquel suegro, que era predicador, había perdido la fe.
–No se lo diga a mi señora –dijo un día a
Santayana–, pero no soy cristiano en absoluto. Soy budista.
Ver la acacia subir, con la grúa, al cielo invita a pensar en el “Timeo” (hombre-árbol con las raíces hacia arriba para absorber idealidad). O en que acaso esté uno también municipalmente marcado y señalado su derribo.
El caso es que nadie boicotea la tala.
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Posted: 21 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 21 Jul 2017 02:00 AM PDT Saint-Just
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
A frau Merkel se le va de las manos el Reich, y nos faltaba por ver a Alemania dando lecciones de “valores europeos”… ¡a Polonia!, que se los ha llevado todos en el lomo.
Sin salirnos del siglo XX, los “valores europeos” son el fascismo y el comunismo, como saben los polacos, que son, ciertamente, católicos practicantes, y han dado muy malos ratos a los comunistas con
Juan Pablo II y Lech Walesa.
Un periódico brutal advierte que la UE dejará sin voto a Varsovia… “si se consuma el control político del sistema judicial”.
Políticamente, la UE es un Estado de Partidos organizado por un ejército de ocupación (el americano, felizmente), e ideológicamente, el relativismo cultural propagado por la Cía mediante el
Congreso por la Libertad Cultural de Michael Josselson.
–Y ahora, conectamos en directo con la guerra fría de la cultura –fue el gag de la BBC.
¿Por qué ha de ser Polonia la primera nación que adopte como refugiado a
Montesquieu en Europa, donde nunca ha estado… ni se le espera?
Este cinismo europeísta viene desde los días en que la Revolución francesa decidió imponer sus trolas más groseras.
La Declaración de los Derechos del Hombre de 1789 establece que la nación que no separe los poderes carece de libertad y de Constitución. Mas el 6 de abril del 93 la Convención crea la dictadura
ilimitada del Comité de Salud Pública, pero el 24 de del mismo mes todavía el listo, que es
Saint-Just (¡el Ángel de la Muerte!), derrama su cinismo en la Convención proclamando que hay que dividir los poderes para que domine la libertad, al modo como los tiranos dividen al pueblo para mandar ellos mismos.
Thuriot, actor en los crímenes de la Bastilla que Saint-Just juzga propios de caníbales, niega con sofismas que la dictadura suprima la separación de poderes, aunque el zafio
Marat acepta esa supresión apelando al “despotismo de la libertad”. Hasta hoy.
Y ahora viene frau Merkel con que si los polacos fuman.
–Vosotros primero, que a mí me da la risa.
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Posted: 22 Jul 2017 03:07 PM PDT |
"Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo" Posted: 22 Jul 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 23 DE JULIO
En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:
-El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga
apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero
él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo
en mi granero."
Les propuso esta otra parábola:
-El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen
los pájaros a anidar en sus ramas.
Les dijo otra parábola:
-El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré los secretos desde la fundación del mundo.» Luego dejó a la
gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó:
-El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el
fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del Hombre enviará sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí
será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga oídos, que oiga.
Mateo 13,24-43
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Posted: 22 Jul 2017 09:48 AM PDT Hughes
Abc
Ayer, una cadena de indeseables acontecimientos hizo que saliera de casa. En lugar de estar leyendo artículos sobre la postverdad en internet hice “acto de presencia” (qué maravilla de expresión: acto de presencia) en una discoteca. La discoteca estaba dividida en subespacios o ambientes. Podías sentirte impropio en todos. Primero estuve en uno normal, ecléctico, entre Despacito y Wonderwall. El paso de las horas hizo que mi presencia allí fuera grotesca (ficus monorrítimico), así que decidí moverme. En el piso de abajo había dos salas que eran dos épocas. Una de música discotequera antigua, “máquina”. Había media entrada, muchos de esos muchachos llamados “canis”, antiguos bakalas. Las chicas bailaban haciendo un “pimpam” imaginario. Como si filetearan pechugitas de pollo sin parar. Eran gestos ostensiblemente antiguos, casi paródicos. Era una máquina del tiempo. La “mákina” se había convertido en remember. No es que apareciera la nostalgia en forma de emoción, la emoción allí era imposible, pero todo era conocido. Esa música son mis Pekeniques. Mi Fórmula V. Nunca vimos la música de la Ruta por su importancia tecnológica. Nos enseñó algo robótico. Una despersonalización por la tecnología. Como una preparación de lo que vendría después. Con el tiempo veo a esos bakaletas de entonces como pioneros de algo. Pero todo se lo ha llevado la Movidita de los pijos ripiosos y el madrileñismo cómo-molo. El espacio, que en otro tiempo me hubiera parecido hostil y muy químico, “sustancioso”, se transformó en ternura para mí por comparación con la otra sala, muy distinta de música y público.
El aforo en la otra era extranjero y muy rico en razas. Más dinero. Más droga en los ojos quizás. Los Erasmus y turistas habían merecido la organización de una discoteca internacional. Gran ambiente europeísta. Estaba lleno, y en los altillos, hombres con aspecto iraní miraban como proxenetas a las bailarinas. Miraban como presos eligiendo pimpollito en las películas de cárceles. No había “mákina”, lo predominante era el hip hop, unos ritmos que consiguieron el entendimiento universal: rimas en árabe muy celebradas (de inspiración francesa), las clásicas americanas y el tradicional perreo latinoamericano. Fue aquí cuando lo vi claro. El ambiente era anglosajón, internacional, pero algo propio, cercano, se imponía. Porque lo que generó la histeria completa fue el trap. Perdido catetamente en el océano del hip hop internacional, sólo el trap me rescató. Cuando el dj hizo remezclas de Pure Gang el público enloqueció. Las muchachas restregaron sus pelvis contra todo. Parecían novicias namibias. Eran más “bitches”, querían ser más bitches todavía. Eran la personificación de ese personaje poético que es la “yung bitch”. Los anglosajones mascaban el tema con ganas, pero con dificultad. De un modo acartonado. Algo se les escapaba. El “bitches” sonaba español. Los árabes apreciaban el ritmillo meridional y el subtexto polígamo. Esa música es mucho más importante que Los Planetas en su tiempo. Más importante incluso que Taburete. El Trap mezcla hip hop con un “animus” caló, una proyección claramente quinqui, pero lo mejor es que su influencia latinoamericana lo hace “perreable”. Es gangsta latinorro caló. Una mezcla de sonidos que en su marginalidad resultan universales. La energía no sigue la habitual verticalidad del rapero-metralleta. El sonido es internamente latino, y esto genera una energía distinta. Se baila hacia abajo, hacia la tierra. El machismo del reguetón paradójicamente incluye a las mujeres. Ellas son poderosas. Retan, conocen su importancia definitiva.
Tina Turner, autora del protoperreo, primera apuntadora del movimiento, parecería
Julie Andrews (Tina Turner… ¡pero qué antiguo!). Las chicas Stereolab de mi juventud eran asexuadas, frías. ¿Por qué nací en esa época absurda?). El grunge, creo que fue el grunge, arruinó sexualmente la música. ¿Qué se puede esperar de una generación
que idolatraba a Winona Ryder? Me acordé de aquel verso de Larkin. El sexo se inventó en 1969, demasiado tarde para mí. Entre el landismo y el trap, cuánta farsa hubo que protagonizar… La sala sudaba. “Pijas de mi ciudad·” pegaban a ingleses
(gran regocijo), miraban droga, enaltecían al macarra, el discurso rapero del drogata. Bailaban como los hombres, pero sobre los hombres, con una sensualidad boricua.
En el trap se mantiene el yo con bling bling del gansta, pero enriquecido con algo latino que se convierte en baile. Las dos cosas son “importadas”, sorprende un poco, pero se han incorporado plenamente. Esos jóvenes están a otra cosa. Sentirse mayor ante eso no es difícil, pero tiene algo generoso, integrador. Te sientes rápidamente uno de la banda de Yung Beef, de los que salen detrás en sus vídeos montando una bici coja. Por fuera sería el señor Hulot. Tati en una discoteca. Por dentro, me llevaba un flow macarra. Todos nos mirábamos como si fuésemos a sacar la pipa, pero sacábamos el móvil. En plan “Me escribe mi dealer”. Deseé tener algún diente menos, y deploré mi camisa remangada. Qué aspecto de cretino. Hubiera ido tan bien con camiseta de pollero… |
Posted: 22 Jul 2017 09:32 AM PDT Chanclas anti-levante
Te afirman en el suelo, pero descubren las pedestres impurezas
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Lo de Villar me pilló en Barbate huyendo del infierno cordobés. Lo del primer día. Me lo dijo el “Denia” cuando me senté en la hamaca después de mis kilómetros reglamentarios pisando una arena que alguien trajo del Paraíso. “Con ése no hay Levante que pueda”, me atreví a decir, convencido de la inviolabilidad del eterno presidente de la FEF. Ha resultado que sí. Que los vientos erosionan y dejan inmundicias al descubierto. Ángel María Villar Llona, el presidente de nuestra Federación, creo que allá en los 80 empezó con buenas intenciones, pero como suele ocurrir a partir de ciertos niveles, al olor de los millones y con la llegada de abogados y tesoreros duchos con los que es obligado tener amistad, el hombre torció conciencia e inclinaciones y, como además la UEFA y la FIFA, las autoridades a las que estaba obligado, le permitieron y aplaudieron actuaciones vergonzosas a ojos de mentalidades inocentes como las de un servidor, se quedó a vivir en un castillo viciado al que consideró de su propiedad. Creo que los que le fueron pudriendo son aquellos que eligió como generales. Los Samper y sus influencias. Los Padrón y sus tentáculos. Personajes habilísimos en colocarse donde hay y que imagino se presentaron como amigos del fútbol. Yo veía a Samper y decía "malo". A Padrón, y "remalo". ¡¡Que dos familias!! La verdad, no sé qué decir, porque todo era más que evidente. Partidos amistosos de la Selección en América con futbolistas a los que pagan otros ¿a santo de qué? El inquisitorial control sobre el voto de las territoriales a las que se amenazaba con negar dineros necesarios o se hacían llegar “bufandas” no presupuestadas como gestos de buena voluntad. ¿Y qué decir del terror de los árbitros cuando su Federación tenía un año de tibieza con el presidente Victoriano? “En Primera siempre hay árbitros cántabros, tinerfeños y asturianos. Cuando Samper, también murcianos”, le contará cualquier árbitro al que usted pregunte. Y luego los modos del último período. Miraba como un amargado, se movía como un amargado y hablaba como un amargado. Un amargado irracional y despótico que llevaba la culpa en cada arruga del rostro. Creo sinceramente que en la FEF pasa lo mismo o parecido que en muchas, y soy indulgente, Federaciones de Fútbol del Mundo. Y lo creo porque no hay mundo que mueva más dinero que el del fútbol, si exceptuamos el de la droga y tengo la certeza que hay lugares a los que siempre va el mismo tipo de gente. Havelagne, Grondona, Platini, Blatter, Villar... no son accidentes. Son la lógica de unos tiempos ante los que quizás sobran leyes y demasiado hipócrita escandalizado por no jugar donde juegan otros y falta voluntad en la regulación y control de lo que siempre corrompió, corrompe y corromperá: el dinero. |
Posted: 22 Jul 2017 02:07 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La empatía mariana como bálsamo de Fierabrás para los males de España es inseparable del tancredismo desglosado por
Bergamín en 1934 (“al recuerdo de Ignacio Sánchez Mejías”).
Hablamos del célebre sugestionador de toros don
Tancredo López, firme en su pedestal de medio metro de altura (¡esa vicepresidencia!) ante un cinqueño de
Miura.
–A raíz del 98 (¡ese 78!), en el mismo momento en que se acusa la caída de un Estado secular, y hasta de su historia, levanta ante nuestros ojos atónitos la imagen sorprendente de Don Tancredo.
Él nos lo dice todo (“¡la empatía!”), como un filósofo. Por eso don Tancredo López, el Rey del Valor –se nos dirá–, era, sencillamente, un pobre hombre. Su paradoja: haber encontrado el secreto del valor aparente en la misma inmovilidad
del mayor miedo. Tenía la particularidad, tan española, de querer ganarse la vida sin hacer nada. Y empieza por quedarse quieto: así se encara nuestro hombre con el destino y lo desafía. Pero (así empieza el tancredismo) esta voluntad de no hacer nada se hace,
positivamente, una voluntad de no hacer. Tancredo López, al subirse al pedestal, se transfigura (¡silencio, gitanas!) en Don Tancredo. El senequismo español (¡silencio, tertulianos!) elevado al cubo.
–Muchas veces hemos oído decir a estos tancredistas: aquí lo único que hace falta es orden, autoridad; que para ellos es simplemente inmovilidad; y por eso lo expresan exactamente cuando
exclaman: ¡que no se mueva ni una rata!
Se ha llegado hasta querer tancredizar las crisis políticas: es decir, a tancredizar un régimen de crisis política más que una crisis política de régimen. ¡El tancredismo constitucional de España!
Don Tancredo no quiere nada; porque lo quiere todo: quiere vivir y no vivir; morir y no morir; quiere, en definitiva, su tancredismo: cruzarse de brazos y esperar.
–(Frente a la sedición)…
apostamos por la empatía.
Don Tancredo era el hombre verdaderamente curado de espanto. Fue derribado por el miura “Zurdito”.
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Posted: 23 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 23 Jul 2017 03:50 AM PDT |
La revelación de que a Savater las meditaciones del Joven Marías ante un bálano embravecido le recordaban a Dostoyevski me ha llevado de vuelta (¡no puede ser! ¡no puede ser!) a “Los demonios”, con tantas páginas maestras, ya ven, sobre el “Zeitgeist” de nuestra Santa Transición, que hasta Hannah Arendt, y a propósito, precisamente, de “Los demonios”, saca a relucir que a Dostoyevski se le concede “un talento para la previsión que roza lo demoníaco”. El tema de Dostoyevski (según las notas de Arendt sobre la novela) no es saber si Dios existe o no, sino si el hombre puede vivir sin creer en Dios: si el Dios al que el hombre debe obediencia desaparece, el hombre sigue existiendo,
dispuesto para ser un criado, sólo que en vez de servir a Dios ahora es siervo de sus ideas; ya no es una propiedad de Dios, sino que ahora está poseído por las ideas, y éstas actúan como si fuesen demonios.
–Además –habla Stepánovich en “Los demonios”–, la docilidad de los escolares y de los tontos ha llegado al más alto nivel; los maestros rezuman rencor y bilis. Por todas partes vemos que la vanidad alcanza dimensiones
pasmosas, los apetitos son increíbles, bestiales… ¿Se da cuenta de la mucha gente que vamos a atrapar con unas cuantas ideíllas fabricadas al por mayor?
El narrador admite que lo que cunde es una irritación general, algo implacablemente maligno, como si todos estuviesen hartos de todo: reinaba, en fin, un cinismo incoherente y general, diríase un cinismo forzado.
–De qué a qué fue nuestra transición es cosa que no sé ni pienso que nadie sepa. Las gentes más ruines adquirieron de súbito ascendiente entre nosotros y se pusieron a criticar a voz en cuello todo lo más sagrado, cuando antes no osaban decir esta boca es mía; en tanto que las personas principales se aprestaron de pronto a escucharlos, y callaban. Gloria in excelsis Deo!
Y dice Hannah Arendt que esta novela es como si un alma desnuda hablase con otra alma desnuda.
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Posted: 24 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Julia Roberts con la camiseta de Fellaini Posted: 24 Jul 2017 05:30 AM PDT Hughes
Abc
Tras una tediosa primera mitad, justo antes del descanso, el Manchester marcó un gol (Lingard) tras una jugada fantástica de
Martial. Una virguería de extremo en varias etapas.
Esa jugada de Martial llamaba a gritos a Mbappé, pues es lo más parecido y se supone que aún más brillante.
Así se ha de interpretar el fútbol en verano. Convertirlo todo en portada de diario deportivo, traducirlo todo en términos de «fichabilidad».
Porque el partido no tenía para el Madrid mucha novedad. Un once sin estrenos y el único interés de volver a ver a
Bale, muy escondido en algún lugar de la mediapunta y sin desbordar por fuera. El partido tuvo algo no del todo futbolístico. Era muy americano. Tan americano que en el 30 se paró un par de minutos para una pausa de hidratación que los entrenadores (Zidane
con una gorra que, como todo, le caía bien) aprovecharon para una charla táctica que era como ajustar la Nada que era el partido. Hacía mucho calor, casi cuarenta grados; sesenta mil espectadores (decir almas parece siempre un poco aventurado) observaban con
una paciencia atroz el espectáculo lentísimo. Y en el campo se movían de forma muy extraña (además de la torturada pelota) dos personas: el árbitro, que huía completamente de la jugada, y
Fellaini, que huía del balón y luego regresaba para colisionar con cualquiera de los medios del Madrid.
Isco, en una de sus escasas epifanías, le hizo un sombrero muy meritorio. No caía nunca ese balón. Sobre la americanización del partido, Fellaini introducía otro elemento adicional de extrañeza. Está en el campo a modo de obstáculo.
El Manchester demostró estar ya muy mourinhizado. Equipo serio, presionante, aburrido, con un par de jugadores de técnica casi medieval, pero metidos ya en la partitura estrecha y psicológica de Mou. Empezaron más entonados, con
mejor forma física, y el Madrid se fue rehaciendo sin demasiada precisión y con menos agresividad. Sólo
Marcelo y Modric alumbraron algo. El partido era, en suma, muy aburrido, con ritmo de béisbol.
Sobre el fútbol amistoso siempre quedará ya la sombra de
Villar. Esto no fue fútbol, fue «furbo».
En el descanso, por fin, hubo algo nuevo que echarse a los ojos. Zidane introdujo un equipo de canteranos con el debut de
Theo en una posición más adelantada. Mourinho metía al resto de sus titulares, pero ese Madrid era el Castilla con
Casemiro. Los entrenadores parecían haberse puesto de acuerdo para no medirse del todo antes de la Supercopa.
Fue interesante ver la coincidencia titánica de Casemiro y
Pogba, aún más alto y poderoso. Casemiro empató en un penalti que le habían hecho a Theo, que ganó la jugada a
Jones por rapidez. Un Madrid juvenil empataba al Manchester con Lukaku y Pogba en el campo.
Quezada y Franchu destacaron, y Theo tuvo un buen debut. Zidane sigue extendiendo sobre el equipo un efecto general de felicidad. No se salva nadie. Fue como si a Theo le hubiesen metido de un empujón en el círculo virtuoso.
Volvió a haber una pausa de hidratación en el minuto 75. Estas pausas parece que no las pide tanto el jugador como el público americano, que necesita estos intermedios para bailar y consumir.
Julia Roberts estaba en la grada. La dábamos por madridista, pero al parecer se hizo una foto con la camiseta del Manchester, ojalá que fuera la de Fellaini.
Los jóvenes resistieron a un United que se fue relajando. Sus ganas equilibraban el partido. Ya el verano pasado, los canteranos dejaron a Zidane en buen lugar.
Las reglas del incomprensible torneo (la liguilla «International Champions Club») exigían penaltis. Los porteros se picaron y
De Gea paró un par (se abrieron mini debatillos con esto). Fallaron Theo y Casemiro, pero la importancia de eso era menos que anecdótica. El partido deja el saldo real de Theo, un jugador rápido y potente para la banda izquierda del Madrid.
Fellaini
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Posted: 25 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 25 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 25 Jul 2017 07:53 AM PDT Hermandad de la Estrella, en la Huerta de la Reina
Francisco Javier Gómez Izquierdo
Entre las distintas especies de ocupas: pseudopobres, pseudoanarquistas, pseudoartistas... -una hay que es inofensiva e incluso bienintencionada-, la más peligrosa y desquiciadora es la que ataca con el estatuto: el estatuto
de ocupa.
El estatuto de ocupa lo regalan individuos que se dicen a sí mismo buenos y solidarios. Una gavilla de estos ha llegado a prócer y entre sus más imperiosas tareas está procurarse un buen sueldo de las arcas de la Administración
y mantener a determinados coleguitas en una molicie y ociosidad escandalosas a los ojos de los que pagamos impuestos.
Los ocupas de estatuto suelen formar pelotón. El pelotón obedece a un jefe, cuya mayor preocupación es contar con un buen explorador y marihuana suficiente por lo que pueda ocurrir. El explorador busca un chivato o un funcionario
municipal sincero que le cuente qué edificio tiene viviendas vacías y que a ser posible pertenezcan a un banco. Localizadas las viviendas, el jefe las reparte teniendo en cuenta número de habitaciones y metros cuadrados como cualquier constructor experimentado.
Los ocupantes, duchos en oficios ilegales, se las apañan para cumplimentar el pago mensual o semanal con la tranquilidad de tener casa para años, pues el jefe tiene el estatuto que les protege; el estatuto a salvo de jueces y policía acogotados ante la presión
y alarma social de opinadores a los que nunca ocuparán la casa. Para eso están los exploradores. Para distinguir las facciones amigas y enemigas y buscar el altavoz que conviene a una vida desgraciada.
En Córdoba, los ocupas de estatuto se han instalado en la Huerta de la Reina, un barrio hacendoso y acogedor hasta antier. Queda a la derecha del Vial según se va a la estación de Renfe y hoy los cordobeses procuran evitarlo.
La policía recibe diez denuncias diarias, pero como los jueces no se atreven y la concejalía afín a la truhanería frena y advierte con no sé qué historias de derechos facilitando agua, luz y hasta piscina en la azotea, los ocupas de la Huerta de la Reina,
tras cuatro años de asentamiento, han montado sus negocios, su vigilancia y sus métodos educacionales. En las viviendas se trafica con drogas, hay suripantas que reciben a desgraciados poco escrupulosos, se destrozan coches que conductores despistados aparcan
en “sus” calles..., y en fin, los vecinos de los bloques colindantes están aterrorizados y hasta han renunciado a salir de vacaciones por miedo a perder su casa. Ni el antaño acogedor jardín de la Estrella se atreven a pisar.
A tal punto de degeneración se ha llegado en un barrio de Córdoba situado en el centro de la ciudad. Nada que no pase en otras ciudades, pero que se calla para no escandalizar. Hasta que las puñaladas, los tiroteos, las que viven
con un anciano muerto en extrañas circunstancias, el yonqui que deambula y sirla sean insoportables en demasiadas geografías, y entonces... ¡Ah, los ocupas! ¡Con lo buena gente que parecían!
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Posted: 25 Jul 2017 03:25 AM PDT |
Posted: 25 Jul 2017 02:07 AM PDT |
Por “El mito del nacimiento del héroe”, de
Otto Rank, discípulo de Freud, sabemos que el héroe nace de “ilustrísimos” padres, después de una concepción precedida por dificultades; durante el embarazo, un anuncio advierte contra su nacimiento, y el niño es condenado a ser muerto o abandonado
(de ordinario, a las aguas en una caja); al final, es salvado por animales o por gente humilde, y amamantado por una mujer de baja alcurnia; y ya hombre, da por azar con sus nobles padres y alcanza la grandeza y la gloria.
Rivera, que es nadador (y más de un
Moisés habrá sacado de las aguas), basa en el mito de Rank su defensa de la gestación subrogada (vientres de alquiler), con el apoyo estadístico del 56, 9 por 100 del pueblo español, que siempre está abierto a todo, como ese profesor de ecología
de Chicago, Jerry Coyne, que da su visto bueno moral al infanticidio.
Para eludir la acusación de mercantilismo, Rivera exige que los vientres de alquiler sean propiedad de damas de alto copete económico (que la madre sea “ilustrísima”, siquiera económicamente,
como en el mito). Es una prevención liberal que aplicada al marxismo zanjaría la explotación obrera con una línea en el Boe: que sólo a los ricos les fuera permitido trabajar.
Para promocionar la ley, Ciudadanos podría contratar a
Paris Hilton, una madre de alquiler que quitaría el hipo. Claro que luego Paris pare un hijo tuyo, pero tú pierdes tu empleo y no lo puedes mantener, así que colocas al niño en un cestito y lo llevas al Tajuña, que tiene juncos, como el Nilo. Etcétera.
Los años pasan, el niño crece y un día se entera de que es hijo de Paris, y decide enviarle una demanda de maternidad. ¿Entonces, qué?
No se me va de la cabeza la imagen de ese
Dalí deshuesado como un pollo en la morgue haciendo confidencias al forense:
–“Las postrimerías de San Fernando” es un cuadro milagroso. Se ve la Sagrada Forma de perfil. Es una línea y se ve redondo. ¿Comulgaría usted con esa Sagrada Forma?
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Posted: 24 Jul 2017 04:16 PM PDT Hughes
Abc
Aun sin entender de cine, o quizás por ello, “Dunkirk” o “Dunkerque” resulta una película especial.
El inicio deja una sensación de entretenimiento puro y a la vez de algo profundo. La representación de la playa y la multitud de soldados a la espera tiene algo importante. No sé si la palabra trascendente es “demasiada” palabra,
pero en eso se piensa. Hileras ordenadas de personas esperando a la orilla del mar bajo la amenaza ominosa del enemigo. No se dice Alemania, se dice “el enemigo”. No salen sus rostros. Al final aparecen dos sombras. Hay algo abstracto en ello.
Ese inicio parece muy de Nolan, parece lo “especial” de la película. La música, que siempre nos parece un poco tramposa, tiene ritmo de tic tac y contribuye al desasosiego, pero es esa multitud inicial entre el cielo y la
tierra, a la espera de algo (multitudes en el absurdo de Godot o ante un finisterre metafísico), parecen cumplir con una de las funciones de la guerra. La guerra enseña el justo valor de una vida, que es muy poco. Vidas sin sentido, miserables, minúsculas.
Hombres como insectos. Somos insignificantes, y el moderno estilo de vida, lleno de falsas seguridades y bienestar, lo falsea todo. La guerra del film (grandiosa, elemental, accidental también) enseña lo que es la muerte, la descubre. No le hace falta al director
enseñar vísceras ni forzar el patetismo. Hay algo pictórico, como de Brueghel, en esas formaciones humanas a la espera, fundiéndose con la bruma. Cuando las bombas deshacen la hilera, se vuelven a formar a un ritmo casi natural, obstinado y débil.
Ese tramo es realmente sorprendente. ¿Es habitual algo así en el cine bélico? No hay un personaje heroico, una individualidad que se apodere de nosotros. Se van sumando héroes a una epopeya nacional. Pero sí hay dos personajes
de órbita mayor. Uno es el de Fionn Whitehead, el otro el de Tom Hardy. Uno va de Dunkerque hasta Inglaterra; el otro hace el camino inverso. Uno por mar, el otro por aire. Uno llega al corazón del hogar, el otro al enemigo. Y se vienen a cruzar
en un momento que enciende el clímax de la película. Se inicia entonces una sinfonía de corte distinto (sonará otra cosa además de ese tic tac). Ya no hay el temor general, unánime a la muerte, la amenaza, sino otra cosa. Ese final (no voy a reventar mucho
por si algún lector -lector heroico, llegados a este punto- quisiese verla) es de tipo clásico. Lo hemos visto más veces. Es verdad que la arquitectura, el engranaje de tramas o de trayectorias que se cruzan y engarzan unas a otras es de un virtuosismo sorprendente,
pero el final pulsa teclas que ya conocemos.
Creo que esta película tiene un punto notable de nacionalismo, en su sentido más leve, anglosajón. Noble, comprometido, cívico, pero particularista. Profundiza en la retirada como un episodio mítico. No se realiza un estudio del
héroe. Es el pueblo el héroe. La sobrecogedora imagen de las embarcaciones civiles llegando (mejores que el Séptimo de Caballería), los viejos impasibles con el chubasquero, perfiles como chaucerianos. Algo antiguo, mudo, figuras eternas que además interpreta
el vigía shakesperiano que es Kenneth Branagh. Al borde de un espigón, último hombre y primer inglés al cuidado de la civilización. El héroe no es Tom Hardy, casi anónimo, sin rostro, impersonal. Es el pueblo inglés. “Take me Home”. El hogar. Los acantilados,
Dorset, Dover. La idea de frontera no es necesaria. Son esas puertas naturales, mitificadas hasta separar la muerte de la vida. La seguridad. El hogar es la salvación, es garantía de vida y ha de preservarse así.
“Defender nuestra isla”. Churchill y su extraordinario discurso suenan al final (con un bonito guiño al periódico de papel, periódico al que se acude con una sed humanísima de información). La población civil enseña al soldado
la importancia de la derrota. Ahí han ganado la guerra, nos viene a decir. El pueblo enseña al ejército, no al revés. Pero hay más. En 2017, Churchill adquiere una categoría casi artúrica. Mito nacional que se renueva. Hay ahora un Churchill de
Brian Cox de evidentes tintes patriótico-nacionalistas. Otro muy pronto que hará
Gary Oldman. Y vimos la serie televisiva hace poco.
En el repliegue-victoria de Dunkerque, tal y como está narrado, la isla tiene una dimensión no meramente territorial. No es un espacio sin más. Es algo que merece la pena defender con la vida. “I see your point, son”, dice el señor
que lleva su barquito al soldado que quiere regresar (Cillian Murphy, con su rostro de equívocos morales y ambigua debilidad). Y continúa. Su hijo, rubio, hermoso, bueno, valiente, encarna virtudes innumerables. Rescata a otro piloto, rubio también,
patricio, que interpreta algo así como una “inglesidad” perfecta. “Good afternoon”, le dice cuando es rescatado de la muerte. Flema, un carácter deportivo, un arrojo desapasionado y sin patetismo, una virilidad pulida y cívica. Una entereza moral, sobria.
Pocas veces hemos visto una representación tan pura de lo británico ideal como en esos dos personajes (quizás secundarios). Con humor cabría estirarlos hasta un
Bond. Nolan hace Bonds realistas y rubísimos.
La película tenía un punto de Powell y Pressburger, más hondo incluso, sin humor y con un sentido más oscuro del acecho y la amenaza. En el repliegue se vuelve a la Isla, que no es sólo el hogar. Es el hogar del que tiene miedo
y regresa, pero en la dirección opuesta (del rescate, desde Inglaterra) adquiere otro sentido. Lo que les espera no es el hogar, es una nación encendida. Una vibración. Las Islas Británicas vistas también como reducto último de civilización, como salvaguarda.
Hay una gota de “excepcionalismo”. La película enseña sin decirlo algo del atlantismo inglés, y deja una sensación quizás vaga, pero real, de su particularidad, de su naturaleza característica, no conquistable. No es la primera vez que en las islas (incluso
en las mismísimas Hébridas) se siente palpitar la resistencia de una forma de ser.
¿Cómo habrán visto la película los franceses? Hay líneas de solidaridad, pero matizadas. El inglés cuida del francés (Branagh), pero no es lo mismo. Nosotros, ingleses primero. No hay ni una imagen del sufrimiento francés en el
otro lado. Esa insularidad, la idiosincrasia nacional, no puede relacionarse directamente con el Brexit (sería un poco burdo), pero tampoco dejar de hacerlo.
¿Qué valores toca este cine? No se va a morir por una línea de becas, ni por la Seguridad Social, ni por una organización burocrática supranacional. La película analiza con nueva sofisticación un mito nacional, pero acaba rendida
a él fordianamente, clásicamente. La modernidad de Nolan cae rendida ante la estilización nacionalista de un episodio histórico esculpido como mito. Es inevitable pensar en esta película, junto a las de Churchil que vienen, como un mínimo espasmo nacionalista
(en el sentido anglosajón suave).
Algo parecido sentí el año pasado viendo las de
Clint Eastwod (Amrican Sniper, Sully), Mel Gibson o esas últimas que protagonizó
Mark Wahlberg. Compartían, además de cierto tono documental, el tributo a personajes reales y un encendido sentido de comunidad. Un sentimentalismo comunitario y casi político. Me parece imposible no pensar en que este cine es algo así como un momento
nacionalista. Me pregunto si cierto cine no necesita, en tanto espectáculo masivo o popular, indagar necesariamente en algo así. Al salir de la sala observaba a los espectadores. Algunos tenían un aspecto ultramoderno y contestatario. Pensé en qué emociones
les habría producido una película así. Ese “nosotros” inglés, con su homenaje a la bravura nacional. Pensé en los Brexiters. En su rápida identificacion (quizás algo falaz y esquemática) con la película, y pensé en los otros. En los “remainers”, o en parte
de ellos. En esos episodios colectivo-chuchillianos (Churchill como bardo) hay algo esencial que permite un mito nacional moderno. ¿Qué otra cosa puede hacerlo? ¿Cómo despertar aun esas emociones orgullosas alrededor de otra cosa que no sea un “hogar” o un
“nosotros”?
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La pescozada al señor Santiago Posted: 25 Jul 2017 02:05 AM PDT Hay que seguir afirmando que Santiago bajó
a la batalla de Clavijo sobre un caballo blanco, y no hay que transigir ni con que fuera tordo el caballo. Ése era el consejo de Maeztu.
Pero ¿qué sabemos hoy del patronazgo de Santiago?
Quevedo se dejó la piel en la defensa del patronazgo de Santiago frente al de Santa Teresa. En Madrid, los columnistas zen (tristas) de la época discutían de la depreciación de la moneda, de las hipotecas de los judíos, de la ayuda a los herejes... La reacción antisantiaguistacrecía porque ya no había musulmanes contra quienes hacer la guerra santa. Y el centrismo decidió hacer la petición de que la beata Teresa de Jesús fuera elevada por el Pontífice y admitida por el Reino como patrona de todos los españoles, contando con el favor del Rey y su valido, el Conde-Duque, que miraban por lo suyo. Quevedo también miraba por lo suyo, pero menos, pues echó todo su crédito gubernamental a perder cuando escribió su memorial por el patronato de Santiago contra la bandera de los carmelitas y el centrismo rampante. Santiago era un patrono guerrero, y Santa Teresa, una patrona andariega, casi una krausista. (Se conoce como “krausismo” a un movimiento de pedantes madrileños que dieron en sustituir la misa dominical por una caminata por Gredos.) A Quevedo, para quien las Españas eran «bienes castrenses ganados en la guerra por Santiago», el buen rollo carmelitano lo hacía sulfurarse. ¿Encomendar al sexo de mujer parte de la invocación de las batallas? «¿Qué comparación puede tener esta postura y pintura con la de un caballero joven, robusto, gallardo, denodado, despidiendo rayos de luz de su hermosísimo rostro, adornado de fuertes y resplandecientes armas, con la cruz roja en el pecho...?» Y en Su espada por Santiago escribe: “Los reyes, señor, armaban caballeros en España; mas a los reyes Santiago los armaba caballeros: de su altar tomaban las armas y la espada, y el bulto del Santo Apóstol les daba la pescozada en el carrillo... Pues, ¿cómo pretenderán los padres de la Reforma que Santiago os dé armas a vos y que las volváis contra él; que de su altar toméis la espada y que le quitéis vos la que él (tiene) en su mano para dársela a Santa Teresa, a quien sus mismos hijos han hecho estampar con una rueca? La pescozada, señor, antiguamente Santiago la daba a los reyes; hoy quieren los procuradores de corte que los reyes se la den a Santiago en la cara. A vos os lo proporcionen... Ni los frailes lo pueden negar, ni los procuradores lo deben proseguir; ni vos, señor, lo debéis mantener.” |
Posted: 26 Jul 2017 03:07 PM PDT Valle de Esteban
Señor, el viejo tronco se desgaja, / el recio amor nacido poco a poco, / se rompe. El corazón, el pobre loco, / está llorando a solas en voz baja, / del viejo tronco haciendo pobre caja / mortal. Señor, la encina en hueso toco
/ deshecha entre mis manos, y Te invoco / en la santa vejez que resquebraja / su noble fuerza. Cada rama, en nudo, / era hermandad de savia y todas juntas / daban sombra feliz, orillas buenas. / Señor, el hacha llama al tronco mudo, golpe a golpe, y se llena
de preguntas / el corazón del hombre donde suenas.
Leopoldo Panero
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Posted: 26 Jul 2017 06:47 AM PDT Hughes
Abc
En la comparecencia de Rajoy en la Audiencia Nacional ha habido, como mínimo, un momento revelador. El abogado de la tercera acusación popular matizaba algunas declaraciones del presidente y se ha producido un diálogo muy parecido a este: -… hasta donde yo sé... -¿Y hasta dónde sabe usted? -…
Ha habido alguno más. Este abogado ha realizado una lectura curiosa del famoso
sms a Bárcenas, el “hacemos lo que podemos”.
-¿Y qué hacía? ¿Qué significa eso? -”Hacemos lo que podemos” significa lo que significa, significa “hacemos lo que podemos”. Era la primera vez que un presidente se sometía a un interrogatorio así (como testigo, no como imputado, matizo antes de que me griten) y el efecto fue saludable. Fue como si de verdad los poderes se controlaran. Por un instante
parecía Estados Unidos. El efecto fue tan saludable que las preguntas de los abogados revelaron, como en el caso referido, lo que hay detrás del lenguaje presidencial. Un fondo ilógico y además irritable, muy poco paciente. Las cláusulas galaico-paradójicas
de Rajoy, tan celebradas por sus aduladores, a menudo no contienen nada. “Hasta donde yo sé”, dice. Bien, ¿y qué es lo que sabe usted? Si le pudiéramos preguntar, Rajoy acabaría muchas veces en grotesca tautología: pues yo sé lo que sé, nos diría con su simpática
retranca.
La presunta genialidad oratoria de Rajoy se manifiesta a través de un lenguaje algo enloquecedor. Sus frases siempre acaban abiertas, indeterminadas. Ese característico “o no” con el que finalizaba lo dicho, o el “salvo alguna cosa”. Un análisis de las palabras de Rajoy desde un punto de vista lógico sería necesario. Veríamos que en lo que dice está abierta la duda de su propia veracidad. Que a veces es indeterminada su proposición. Que en ocasiones no dice absolutamente nada porque sus forma retórica favorita es la tautología. Exigido, acuciado por preguntas, Rajoy desemboca en ella. Después de Zapatero, que era cantinfleo y anacoluto, el lenguaje político no ha mejorado mucho. Me pregunto si este deterioro lógico-argumental (vestido de genialidad gallega) entra para mis analistas favoritos en el campo de la “posverdad”, o forma parte de un deterioro más amplio en el que andamos todos. |
Posted: 26 Jul 2017 02:24 AM PDT |
De pronto, en medio del muladar batueco que es la TV, el relumbrón de un documental de dos horas en el canal Historia sobre
Alexander Hamilton, el inventor de la democracia representativa, esa cosa que nadie conoce en España pero que los liberales del Embassy lo mismo atribuyen a
Dawkins (“¡un cretino!”, gritaba Gustavo Bueno), que a Ignatieff (el
Erasmo de Mariano) que, llegado el caso, a Adolfo Suárez, el del aeropuerto.
Al “escocés” Hamilton lo ha salvado de la muerte civil la campana de Broadway: el éxito del musical que lleva su nombre lo rescató de las manazas de
Obama, que en su lucha contra el ¿supremacismo? iba a retirarlo incluso de los billetes de diez dólares.
Washington es incomprensible sin Hamilton, que intelectualmente fue a Washington lo que
Ratzinger a Wojtyła: “Washington no tiene hijos y Hamilton no tiene padres”, es la razón de esa “empatía” en el documental, bien salpimentado con dichos hamiltonianos, subversivos como tuits trumpianos para los españoles de hoy.
–Una nación sin un gobierno nacional es un espectáculo penoso.
–Es la prensa la que ha corrompido la moral pública.
Creador, simplemente por no ser de ningún Estado, del maravilloso “nacionalismo americano” (el patriotismo sería obra de otro “extranjero”,
Tom Paine), Hamilton pelea como un león por su idea de la Unión, que pasa, dice, por que el gobierno federal corra con las deudas de todos los Estados. (“The economy, stupid!”, algo antes de que se le ocurriera a
Carville.) Es lo que ahora, y para la Unión Europea, prometía el “petit”
Macron en su campaña electoral: lo llamaba “mutualizar la deuda”; el domingo era elegido presidente de Francia en París y el lunes ya estaba en Berlín, capital del Reich, pidiendo la “mutualización”, ¡ay!, a frau
Merkel, que casi lo mutualiza a él, con lo que ya ha comprendido que la UE no es una unión europea, sino un casinillo alemán.
Por algo Talleyrand pensaba que Hamilton era “el hombre que habría divinizado a Europa”.
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Posted: 27 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Valor y precio (del pez "furbolista") Posted: 27 Jul 2017 07:41 AM PDT Francisco Javier Gómez Izquierdo
Uno de los mayores disparates del siglo quizás sea el precio de los futbolistas, aunque a mí, hace tiempo que no me llama la atención el barajeo de millones que nos invade cada verano por la sencilla razón de que tanto
dinero se escapa a mi comprensión, educado en los modestos dos reales de agujero y los fantásticos cinco duros con los que uno se sentía rico durante dos horas.
Por Cruyff, Maradona, Zidane,
Cristiano, Neymar... se pagaron fortunas y los que las pagaron, ricos siguen. Eran futbolistas extraordinarios que garantizaban espectáculo y goles. Aquellos desembolsos “a seguro” es posible que fueran desproporcionados. De hecho recibieron muchas
críticas por la gente que en todo se mete, por lo que me extraña hoy la falta de protestas periodísticas ante el precio de
Pogba, Hulk o Xhaka, ¡¡Xhaka!!, el año pasado, o el de los
Morata y Danilo revalorizados por la D.O. Real Madrid y los Mandy y
Bernardo Silva a los que los técnicos del City también consideran de contrastado pedigrí por su formación en Mónaco. Bueno, la verdad es que siempre hay un matemático que calcula los hospitales y escuelas que se pueden hacer con lo que valen
Messi y Cristiano.
85 millones de euros Lukaku, 80 Morata, 60
Lacazette... 45 millones un tal Vinicius Junior, juvenil del Flamengo al que los ojeadores le han adivinado el futuro. No. No cabe en mi cabeza mercado tan exquisito ni tanta disponibilidad televisiva, que al parecer es quien paga el montante
mayor, por lo que sólo queda esperar a verlos venir -a los jugadores- y asombrarse ante tanto personal millonario.
¿Serán capaces -yo creo que sí- el presidente Florentino de soltar 180 millones por
Mbappé y más de doscientos el jeque del PSG por Neymar? Y después de tanto dispendio ¿qué? Uno de los dos no ganará la Copa de Europa.
Mientras ojeo el Marca, mi pescadera de confianza, que suele pescar en las mejoras lonjas y a la que no le gusta nada el “furbo” me ha traído el pez futbolista. Allí, entre la dorada salvaje de Barbate, “los calamares finos,
finos de verdad” y “unos “lenguaos” de los que no hay” se ofrece barato y extraño un ejemplar desconocido en la plaza. Mi pescadera, viéndome el descuadre, me aparta y me dice: “Le llaman el pez 'furbolista' p’a no llamarle pez parguela. Ya sabes lo que es
un parguela...y, p’a que no dé asco l’han cambiao el nombre ¿sabes?”
Enterado quedo.
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Nolan, Dunkerque y el escorpión: "Sorry, That's My Nature" Posted: 27 Jul 2017 05:33 AM PDT La situación a finales de mayo de 1940
Jean Palette-Cazajus
El gran etnólogo Louis Dumont, para caracterizar la naturaleza de los saberes humanos, por lo menos en su vertiente occidental, solía comparar la realidad con un poliedro global que las muy distintas ramas del saber que
hemos ido construyendo parten en incontables rebanadas. Nos pasa a todos algo parecido cuando intentamos comunicar nuestra particular percepción de las cosas. Es injusto, pero algunos tienen la suerte de que su personal manera de trinchar las rebanadas de
la experiencia propia nos interesa más que otras. Es lo que me pasa con los artículos de Hughes. Los puntos de vista que descubren las rebanadas de realidad partidas por su peculiar subjetividad lo mismo me dejan muy perplejo, como cuando da rienda suelta
a su peregrina “Trumpofilia”, o me interpelan positivamente en la mayoría de las ocasiones. Así ocurrió con la aguda glosa que hacía el pasado día 25 de la última y muy comentada película de
Christopher Nolan.
Tropas francesas embarcando en Dunkerque
Vaya por delante mi rotunda y definitiva consternación frente a una evidencia incontrovertible: la percepción que tenemos de la historia del siglo XX, particularmente de los grandes conflictos bélicos no es la de los historiadores
sino, casi exclusivamente, la que nos han dejado las películas más exitosas sobre el tema. O mejor dicho, la que nos van dejando porque en las pantallas la historia no para de reinventarse. De forma a veces inesperada como en este caso. A poco que nos pusiéramos
a reflexionar, se nos tendría que poner el pelo como escarpias. Se trata de versiones que se sitúan siempre entre la impostura y la experiencia de las drogas. En este caso concreto, el improbable propósito de regresar al ya casi olvidado drama de Dunkerque
y el aparente éxito del intento demuestran algo que todos los estudiosos del sentimiento nacional han glosado abundantemente: no es tanto la realidad del acontecimiento la que refuerza el sentimiento de pertenencia comunitaria, sino que es éste el que va dotando
a los acontecimientos del significado que mejor le conviene. Para ello lo mismo da que este acontecimiento sea una derrota o una victoria, siempre encontraremos algún motivo para autocomplacernos.
El torpedero francés "Borrasca" hundido
Murieron 500 evacuados
Así, de niño, en mi colegio, de la derrota francesa de Garellano (1503) a manos del Gran Capitán, el manual de historia destacaba principalmente el heroísmo de
Bayard, “el caballero sin miedo y sin tacha”. Todo sirve para hacer historia propia. Ciertamente es particularmente francesa esta fascinación por las derrotas gloriosas antes que por las victorias, Waterloo antes que Austerlitz, la exaltación de la heroica
defensa del atrincheramiento de Dien Bien Phu (1954) antes que la estupidez de su concepción estratégica y la aberración de su ubicación. Creo que esta tendencia tiene mucho que ver con la imagen maternal y benevolente que de sí misma quiere dar y tener Francia
y también con la tormentosa relación con Alemania. Se trataba de acreditar la idea de que, a diferencia del difícil vecino del Este, Francia, por naturaleza, no ha sido nunca agresiva. La actitud de los ingleses suele ser bastante más autosatisfecha. En su
versión de la “Peninsular War” poco aparecen los españoles. En su mitología de Waterloo se tapa, todo lo que se pueda, el papel de los numerosos aliados, belgas, neerlandeses, alemanes ¡incluso franceses monárquicos! Y sobre todo los 50.000 y decisivos prusianos
de Blücher.
En el colegio también me enseñaron que la olvidada, mortífera e inútilmente victoriosa Guerra de Crimea (1853-1856) había opuesto los rusos a una coalición franco inglesa. Leer algunas fuentes inglesas casi nos convence de que
los ingleses estaban solos ¡como en Dunkerque! Sólo tardíamente descubrí que los franceses eran tres veces más numerosos que los ingleses, un poco como en la “Campaña de Francia” de mayo-junio 1940. Como en la “Campaña de Francia” habían cargado con el peso
principal de las operaciones, por ejemplo con la decisiva toma del bastión de Malakoff en 1855. Durante aquella guerra, si la Brigada Ligera mandada por
Lord Cárdigan, no quedó totalmente aniquilada tras la estupidísima carga (25.10.1854) ordenada por
Lord Raglan y cantada por Tennyson, fue por el contraataque lateral efectuado contra los rusos por un regimiento de zuavos franceses.
Soldados franceses abandonados el 4 de junio
En los tres o cuatro primeros meses de 1914 el pequeño ejército inglés quedó prácticamente aniquilado, mandos incluidos. Los ingleses tuvieron que reconstruir sus fuerzas a partir de la nada. Las jóvenes y sofisticadas ladies paseaban
entonces por las calles exhibiendo plumas de gallina que restregaban por los morros de cualquier joven apuesto que aparentase escasas intenciones de alistarse para ir al matadero. La impreparación de aquel nuevo ejército, la incompetencia de sus mandos explican
en gran parte la desastrosa y sanguinolenta ofensiva del Somme (del 1 al 18.11.1916). En cuya ocasión los franceses participantes alcanzaron todos sus objetivos, inexplotables por culpa del rotundo fracaso británico.
En Dunkerque, los franceses constituyeron, según cifras, entre el 36,4 % y el 41,4 % de los 338.226 evacuados. De los 848 barcos heteróclitos que participaron en la operación más de 300 eran franceses. De modo que su esperpéntica
ausencia en la película de Nolan no hace más que inscribirse en una tan histórica como imperturbable tradición de cara dura británica. “¿Cómo habrán visto la película los franceses?”, se pregunta inteligentemente Hughes. Pues exceptuando un poco de acritud
en un artículo de Le Monde, con resignada ironía en general. Los ingleses son los ingleses. Como le decía el escorpión a la rana en el conocido apólogo: “¡Sorry, that’s my nature!”.
Soldados franceses prisioneros tras defender Dunkerque
Aquella llamada por los británicos “Operation Dynamo” se desarrolló entre el 21 de mayo y el 4 de Junio de 1940. En días anteriores, el gobierno francés había relevado de su mando al timorato jefe de estado Mayor, general
Gamelin, para sustituirlo por el general Weygand, fogoso ex brazo derecho del mariscal
Foch en los últimos meses de 1918. Weygand se decide entonces a intentar la necesaria y crucial contraofensiva demasiado demorada por Gamelin. Los cazas franceses, además de muy mermados en la batalla, eran inferiores al Spitfire de los aliados. Weygand
pidió al mando británico una intervención masiva de la RAF en la proyectada contraofensiva, pero, desde Londres, se la negaron. “Durante aquella miserable discusión -escribirá
Churchill más tarde- me obsesionaba el dolor al pensar que Gran Bretaña no había sido capaz de una aportación más importante a la guerra y que, hasta entonces, los nueve décimos de los esfuerzos y los noventa y nueve centésimos de los sufrimientos habían
caído sobre Francia sola …”. Peor todavía, los británicos abandonaron unilateralmente el frente e iniciaron la retirada hacia Arras y luego Dunkerque dejando un enorme hueco entre los restos del ejército belga a su izquierda y el ejército francés a la derecha.
Hay que tapar precipitadamente el hueco y renunciar a la proyectada contraofensiva. El 28 de mayo el ejército belga capitula.
El ejército francés se queda solo en un frente totalmente desestabilizado. Lo que queda de él consigue asestar algunos golpes serios a los alemanes y crear unas pocas bolsas de resistencia, pero queda sistemáticamente desbordado
en sus alas por la movilidad alemana. Protegen la cabeza de puente de Dunkerque la 12 división de infantería motorizada y unas tropas heteróclitas al mando del general
Bertrand Fagalde, básicamente elementos de la 68 Division de Infantería, entre 35.000 y 40.000 hombres que resistirán, a uno contra diez, hasta el final de las operaciones de evacuación. Los que no morirán acabarán prisioneros. Es cierto que el general
Rundstedt, temeroso de la proyectada contraofensiva había retenido el impulso de la ofensiva alemana, pero sin el sacrificio de las citadas tropas francesas la Operación Dynamo hubiese terminado en clamoroso fracaso. Resultaría particularmente obscena
la ausencia, en la película, de cualquier alusión a su determinante papel si no fuese porque a estas alturas habrá quedado claro el malentendido: hablamos de historia y Nolan de rentabilidad del chauvinismo cinematográfico. A estas alturas no sé si merece
la pena recordar otras líneas posteriormente redactadas también por Winston Churchill cuya lealtad y empatía con Francia fueron innegables: “La resistencia heroica del ejército francés salvó al ejército británico y permitió a Inglaterra proseguir la guerra”.
Dunkerque
Junio de 1940
Durante aquellos terribles momentos un batallón británico llegó a disparar sobre soldados franceses para prohibirles que embarcaran. El rencor hacia los ingleses explica que fueran tan poco numerosos los oficiales del ejército
de Vichy en pasarse a De Gaulle. En aquellos años prosperó un dicho:
“Los ingleses siempre están dispuestos a morir hasta el último francés”.
Un excelente amigo mío tan inteligente y brillante como culto, pero sin duda afectado por un típico defecto de la derecha española ilustrada (que la hay), el de rumiar excesivamente los sedimentos de la historia, me ha conminado
en varias ocasiones a aclararle sus dudas sobre tan terrible época. No consigo aclarar las mías. Pero no conozco nada tan desesperante como esas constantes revisiones de la historia que terminan enterándonos de que los que perdimos podíamos haber ganado y
los que ganaron podían haber perdido. Nada más vano y desquiciador frente a la inalterable realidad del pasado. De qué sirve saber que los mil aparatos alemanes derribados por los franceses durante los meses de mayo y junio de 1940 les hicieron una falta cruel
a los alemanes durante la Batalla de Inglaterra. De qué sirve saber que los carros franceses Somua o Renault B1 de 32 toneladas eran muy superiores en blindaje y potencia de fuego a los Panzers II y III, que eran poco más que chatarra inofensiva, si el uso
táctico que se hizo de ellos era timorato y obsoleto. De qué sirvió que, en 1934, un oscuro coronel llamado Charles de Gaulle publicara un libro titulado “Hacia un ejército profesional” donde promulgaba la concentración de los blindados en unidades compactas
y ofensivas capaces de romper el frente. El estado mayor francés, a menudo meapilas, monárquico y antirrepublicano, lo ignoró.
Rommel, Guderian y Von Manstein devoraron el escrito.
Durante la llamada en francés “drôle de guerre”, algo así como “la guerra extraña o insólita”, en alemán “Sitzkrieg”, “guerra sentada”, que duró entre septiembre 1939 y mayo 1940, los adversarios permanecieron pasivos y mirándose
con cara de póquer. En gran parte porque el ejécito de Hitler, bastante menos poderoso de lo que se creía estaba demasiado ocupado en acabar con Polonia. El Estado Mayor francés por muy lerdo que después demostrara ser, se dio cuenta de la situación
y especuló con atacar el Ruhr. Para ello solicitó una fuerte contribución de la RAF que ya en aquel momento le fue denegada. Allí se demostró que como en 1914-1918 los británicos esperaban que también en esta ocasión Francia les sacaría las castañas del fuego.
El sueño secreto del Reino Unido, fiel a su línea de conducta secular, siempre fue y sigue siendo -no otro es el estúpido sueño del Brexit- el de sobrevivir intacto a una Francia y una Alemania mutualmente debilitadas.
Veo que estoy incurriendo en el mismo defecto que denunciaba hace un rato. Epiloguemos brevemente. El libro más sorprendemente lúcido, penetrante y perspicaz que he leído sobre el período es “La agonía de Francia” (Libros del asteróide
2012) del imponderable Manuel Chaves Nogales que recientemente huido de la Guerra Española donde “hunos” y otros coincidían en la voluntad de arrastrarlo a la tapia del cementerio, demuestra un asombroso e íntimo conocimiento de la realidad francesa.
Por lo demás “the splendid isolation”, el “espléndido aislamiento” venerado por los británicos remite, en inglés como en español, a una etimología insular. Y con este tópico parece una vez más que todo queda dicho. En segundo lugar, y para atajar ya cualquier
disquisición sobre tan tremendo conflicto me inclino por una explicación muy sencilla: las personas educadas tenemos todas las de perder si, en la calle, le da por agredirnos al típico macarra. Similarmente las democracias ni son capaces de pegar primero ni
lo son de pegarse en general. Siquiera para defenderse y en esto creo que nunca aprenderemos la lección.
Por lo demás la historia es bastante más apasionante que cualquier peli y algunos, además, tenemos la desaforada pretensión de portarnos como mayores de edad.
Estela de los sacrificados en Dunkerque
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Posted: 27 Jul 2017 02:47 AM PDT |
La pregunta “chic” (¡lo europeísta!) en la Audiencia Nacional (tribunal de excepción, por cierto, que no está bien visto en la Constitución) de San Fernando de Henares hubiera sido: –¿Jura usted decir la posverdad, toda la posverdad y nada más que la posverdad? Después de todo, se trataba de poner una vela a
Montesquieu y un gorro inífugo a Mariano (decimos Mariano por Rajoy como otros dicen
Federico por Lorca o Martin por Chirino o Heidegger), jefe de un gobierno miembro de esa UE que quiere a Polonia de conejillo de Indias de la separación poderes para ver qué pasa.
Pero “el enemigo es una fuerza objetiva” y a Mariano le preguntaron por Bárcenas, pues decir Bárcenas en el PP es como decir Jehová en “La vida de Brian”, que vienen las mujeres barbudas y te lapidan. Y no lo dijo, claro. Bárcenas es un contable, y Mariano, un político, es decir (en España), un aventurero que nunca es responsable de nada, a diferencia del aventurero intelectual. –¿Tiene usted sangre de aventurero intelectual? –pregunta en Núremberg el fiscal Kempner al profesor Schmitt. –Sí, sólo así surgen pensamientos y conocimientos –contesta el profesor–.
Asumo el riesgo. Siempre he pagado mis cuentas; nunca me he marchado sin hacerlo.
El caso es que el presidente testificó ante el juez, que tampoco era el juez
Coke (el que explicó al rey Jacobo que no era la monarquía el sostén del derecho, sino el derecho el sostén de la monarquía, y a continuación se desmayó), y con ese video querrá ahora frau
Merkel enseñar a Polonia la versión europea de la separación de poderes.
Como testigo, Mariano pareció convincente: empezó con un tic de San Vito en la pierna y acabó marcándose un Hamlet ante la acusación popular: “¿Por qué no podría ser la calavera de un abogado? ¿Dónde están ahora sus sutilezas y distingos, sus argucias, subterfugios y artimañas?” Etcétera. Otra cosa es que vengas de ver “Dunkerque” y te cueste imaginar en semejante actor el discurso de Churchill. |
Posted: 28 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 28 Jul 2017 02:00 AM PDT |
En este Siglo de Oro de la ciencia jurídica que vivimos en España las analogías surgen como setas y hay un marianismo coral que después del juicio de San Fernando de Henares ve en
Mariano al Cereno de la situación.
–Hola. Me llamo Cereno. Benito Cereno, capitán del “Santo Domingo”.
En la estela de “Moby Dick” (publicado en el bicentenario de “Leviatán”, otro monstruo marino),
Melville publica en 1855 “Benito Cereno”, capitán de un galeón español que transporta esclavos negros de Valparaíso a Callao. A la semana de navegación, los esclavos, liderados por
Babo, se amotinan y ponen ruta a Senegal. Se cruzan con un barco americano al mando del capitán
Delano, que aborda al galeón. Babo ordena a Cereno fingir que sigue al mando. Cereno obedece, pero en su actuación mezcla frases enigmáticas y comportamientos extraños, que entienden todos los presentes menos Delano (en cuya ceguera perceptiva sitúa
Melville la clave del relato), con lo que al capitán español no le queda otro modo de liberación que arrojarse al agua.
–En 1938, “Benito Cereno” se elevó en Alemania a símbolo de la situación de la inteligencia en un sistema de masas –es uno de los grandes momentos schmittianos, es decir, que incluso bajo el nazismo el alma era libre, como
lo fue el capitán Cereno.
En nuestra Santa Transición hubo un momento melvilleano de
Suárez, cuando se presentó en la TV, dijo que no quería ser otro paréntesis en la historia de España y se marchó sin más explicaciones (democráticas).
–Uno manda muchos mensajes, pero no hice absolutamente nada –dijo, no menos melvilleanamente, Mariano en su jura de Santa Gadea en San Fernando.
¿Qué quería decir con eso?
Él mismo lo aclaró con otra jitanjáfora galaica, mezcla del lenguaje del beisbolista
Yogi Berra (“Corta la pizza en cuatro pedazos, no tengo tanta hambre como para comerme seis”) y el cómico
Antonio Ozores:
–Hacemos lo que podemos significa hacemos lo que podemos. Ningún significado ninguno.
¡España al agua!
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Posted: 29 Jul 2017 03:07 PM PDT |
"Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?" Posted: 29 Jul 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 30 DE JULIO
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:
-El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un
comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla,
se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien
todo esto?
Ellos le contestaron: «Sí.» Él les dijo:
-Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.
Mateo 13,44-52
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Posted: 29 Jul 2017 02:05 AM PDT |
Ausentes los políticos y los juristas (políticos y juristas españoles: ¡qué tontería!), el “Prusés” pasa a manos del Pueblo, es decir, de los Artistas:
Llach, Ono y Silvito.
Llach se cree el baladista de
John Ford en “La salida de la luna”, con su pica en el hombro cuando salga la luna el primero de Octubre, antiguo Día del Caudillo.
–With your pike upon your shoulder, at the rising of the moon…
Ono, declarada judicialmente autora de la letra de “Imagine” (se despejan las dudas de quienes venían atribuyéndola a
Shakespeare), sería, llegado el caso, el Tora! Tora! Tora! del “Prusés”.
–Imagine there’s no country / It isn’t hard to do…
“Imagina que no hay países…”, como estribillo payés de una sedición hecha con el c…, que en el caso del de Ono en su póster’68 parece un cormorán estrangulado, si se compara con el glorioso antifonario (“dos títeres peleando bajo
una sábana”) de Marilyn.
Y Silvito, sonajero “dodecastrofónico” del Medio Millón de Vagos del Partido Comunista Cubano, vendría a ser el “enxaneta” (nano, o enano, que coronaría el “castell” sedicioso) que, una vez en lo alto, hace la aleta con la “estelada”,
ese apaño cubano con que las “élites extractivas” de Cataluña, que no quieren perder un euro a manos de ningún andaluz (andaluces, para ellos, somos todos), promueven este espectáculo mundial en el que se ha colocado Silvito, “Silvito, el lóbrego”, como le
dice Pardo Lazo, que lo recuerda del verano de 2006, cuando Fidel Castro murió por primera vez, y Silvito andaba telefoneando uno a uno a los otros jerarcas de la Plaza de la Revolución para ofrecerse a cumplir la misión musical que fuera necesaria
en una Cuba con Cadáver en Jefe.
–¿Y este necio (¡”El Necio”!) por qué quiere votar en Cataluña cuando nadie vota en Cuba?
Eso es la silvitosis: en Cuba, dice Pardo Lazo, Silvito conmina a no corear en “polifonía” al público proletario de la patria, mientras en el resto del mundo anima democráticamente a su audiencia a desafinar.
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Posted: 30 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 30 Jul 2017 11:18 AM PDT la Españona de Mariano se parece
jurídicamente a la Urss de
“La facultad de las cosas inútiles” de
Yuri Dombrovski
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La Españona de Mariano es una cosa rara: se dice democracia, pero ignora sus dos elementos constitutivos (separación de poderes y representación política, incompatible con el sistema proporcional y las listas de partido), aunque incorpora dos adelantos socialdemócratas: el delito de odio (hoy descriminalizan el acto de sedición y criminalizan el sentimiento de odio) y el delito de opinión, por el que en Zamora, en defensa del honor de los Iglesias, la juez Mongil San José (¡qué justicias poéticas para Bergamín el Católico!) ha condenado al periodista Hermann Tertsch, que citó lo que en la Causa General se dice de Manuel Iglesias, abuelo del jefe del comunismo español. –El ofendido por las expresiones vertidas es el fallecido, sin que sea posible apreciar que deben considerarse ofendidos los hijos porque implícitamente se les está llamando hijos de asesinos o hijos de fascista, toda vez que
las expresiones se dirigen contra una persona determinada ya fallecida –contestó la juez de Jerez a los hijos de
Pemán, que defendían su honor ante una concejala comunista que llamó “fascista, misógino y asesino” a su padre.
En Jerez sí, pero en Zamora no. ¿Por qué? No lo sé: los jueces escriben tan mal como los periodistas, y en la motivación se habla de “Estado democrático” (?). Pero la democracia es forma de gobierno, no de Estado. “Estado democrático”
se decía el soviético (y sus satélites) por razones que no caben aquí. Y, bien mirado, la Españona de Mariano se parece jurídicamente a la Urss de “La facultad de las cosas inútiles” de
Yuri Dombrovski.
Yo fui a lo de Zamora por curiosidad periodística, pero Iglesias dijo que no quería público y la juez echó de la sala al público... y a la prensa. Sólo trascendió que la fiscal creía que hablaban de
Angela Merkel cuando el demandado hablaba de Margarita Nelken.
El silencio liberal es lógico: el que se mueve no sale en la tertulia. Mejor luchar contra
Trump con citas de Dawkins y Dori Toribio.
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Posted: 31 Jul 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 31 Jul 2017 01:06 AM PDT |
Posted: 01 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 01 Aug 2017 12:33 AM PDT |
En el invierno del 75, un guardia municipal, el cabo Piris, ordenó a un librero de Cáceres retirar del escaparate un cartel de la Maja Desnuda porque atentaba contra la pureza de la juventud local. En el verano del 17, una magistrada de Zamora, la juez
Mongil, ordena a un periodista de ABC retirar de la hemeroteca una Tercera porque atenta contra el buen nombre de los
Iglesias, al reproducir las aventuras de retaguardia en el Madrid del 36 del abuelo
Manuel.
Sísifo arrastrando su piedra ladera arriba es un pobre lúser, al lado de
Hermann Tertsch (hoy él, mañana el resto) arrastrando su Tercera hemeroteca abajo.
En la hemeroteca del periódico global, pastoreado por un académico que en homenaje a Valle-Inclán escribe “clítorix” con equis, está el suelto de un orate que afirma, ay, Jesús, que “Pemán mandó a matar a 400 jornaleros”, con lo que estaríamos hablando de Pol Pot, dándose pie el orate para concluir que el autor de “El Divino Impaciente” era “un mal tipo”. Sus hijos no pueden siquiera discutirlo, pues, a juicio de los jueces, las ofensas a un muerto, no habiendo sido comunista el muerto, son del muerto, que calla, luego otorga. Para concluir, en cambio, que Manuel Iglesias era “un buen tipo”, su hijo dice que su padre se casó por la Iglesia (¡el sacramento que libera!): encontrar un cura en el Madrid del 38 parece hazañoso, pero lo hizo, y en el Madrid del 39 fue lo primero que adujo, pasando luego a funcionario del Ministerio de la Falange, el de Trabajo, y a las tertulias de “Arriba” (aún viven tertulianos) para “luchar por las libertades”, como dice, orgulloso, su nieto Pablo, bajo la protección de los conspicuos falangistones Vázquez-Prada y don Ezequiel, el concejal del loden que iba por el Gregory’s, mientras a Pemán los mismos falangistas lo destituían de la dirección de la Academia por tibieza en los elogios a José Antonio en un discurso… y por negarse a proveer las plazas de los académicos exiliados. Fullerías del Consenso. |
Posted: 02 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 02 Aug 2017 01:20 AM PDT Ignacio Ruiz Quintano
Abc
La nueva historiografía española lo niega, pero Franco murió en la cama, con Ónega intentando convertirlo a la democracia mediante la recitación de las “Hojas de hierba” de Walt Whitman, al modo como Pilar Urbano, crucifijo en mano, intentaría arrimar a Tierno al ascua de la fe en el lecho de la agonía (cosa, por cierto, que Llanos sí logró, confesión y comunión reglamentarias, con la Pasionaria). –El alcalde irá al cielo con zapatos y todo –declaró otra Pilar (ésta, la sierva de María) que había atendido a Tierno en su enfermedad. En cuanto Franco murió, el español pilló la herencia y marchó a ver mundo, justo cuando el mundo asistía al triunfo absoluto del posmodernismo, que es decir la socialdemocracia. El origen del posmodernismo y lo políticamente correcto lo resumía hace unos días en Santo Domingo de la Calzada el ecuatoriano Gustavo Pareja durante un simposio sobre la degeneración que el consenso ha obrado en el idioma español. El posmodernismo es el marxismo recauchutado. Marx se viene abajo en la Gran Guerra, cuando los obreros del mundo, en vez de obedecer a su clase, como había predicho el maestro, obedece a su gobierno. Entonces un grupo de sacamuelas revisa la doctrina, elabora otro catecismo (¡la Teoría Crítica!) y funda la escuela de Frankfurt: Fromm, Horckheimer, Adorno y Marcuse (los que caben en este folio), que conquistan las universidades de los Estados Unidos antes de volver a Alemania para conquistar la clientela que les proporciona la reeducación llevada a cabo por el ejército de ocupación, con una generación de jóvenes avergonzados del pasado de sus padres. Son tiempos en que hasta Tierno, que va de marxista ortodoxo, escribe, con el seudónimo de Julián Andía, en los “Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura” (¡paga la Cía!), en cuyo número 35 propone la regeneración de España mediante “la trivialización, el relativismo y la mundanalidad”, que es en lo que estamos, obra de la Segunda Ola posmoderna. |
Posted: 02 Aug 2017 01:17 AM PDT Hughes
Abc
Alguna vez se ha comparado a Donald Trump con un personaje de “Seinfeld”. El presidente tiene en Mar-a-Lago un retrato que es demasiado parecido al que pintaban de
Kramer. El estilo se parece, también la personalidad. Hay algo hilarante en ellos.
Kramer fue el personaje más especial de “Seinfeld”. La interrupción surrealista de los eternos diálogos entre Jerry y George Constanza (Constanza en realidad era el propio Larry David). Su inspiración estaba en Kenny Kramer, un vecino de David en los apartamentos Manhattan Plaza. Seinfeld insistió en que se conservara el Kramer, porque estuvieron cerca de llamarlo Bender -que luego sería el robot de Futurama-. Kramer fue interpretado por Michael Richards, un actor que al volver de Vietnam tuvo un relativo éxito televisivo en “Fridays”. Allí coincidió nada menos que con Andy Kaufman, el inolvidable, irreverente y modernísimo cómico. Muchas veces, Trump ha sido observado como un personaje del propio Kaufmann, y hay partes de sus discursos (las manos) que recuerdan a George Constanza. Hace poco hizo una observación sobre la costumbre policial (la pena de cogote de Rato) calcada a un chiste de Seinfeld. Scaramucci parecía un secundario de la serie, y realidad y ficción se mezclan en la personalidad de Steinbrenner, dueño de los Yankees y amigo de Trump. El mundo presidencial entra y sale de un plano seinfeldiano. En “Seinfeldia”, Jennifer Keishin Armstrong nos cuenta el entero universo de la serie. En 1994 la realidad también parecía haberse contaminado de ella. Para algunos analistas, “Seinfeld” había degradado la sociedad americana. Cuando acabó, Brad Mehldau celebró el final del cinismo. Hubo críticos que vieron en ella el último estertor del reaganismo: una expresión materialista, narcisista y banal que contenía un mensaje sobre el final de la civilización americana. Una de las personas que no soportó su éxito fue la actriz Roseanne Barr. Su serie, del mismo nombre, era superada por los cómicos neoyorquinos. “Se piensan que están interpretando a Samuel Beckett en lugar de una sitcom”. El elitismo urbanita arrasaba entre audiencias de gran poder adquisitivo, pero ella estaba orgullosa de su condición obrera. Era la reacción de una reina del populismo. Años después, otro neoyorquino integraría mundos similares. Alguien cuyo imperio extravagante y hortera se parecía un poco a aquel ilusorio y seinfeldiano de las Industrias Kramérica. |
Posted: 03 Aug 2017 01:37 AM PDT Marcuse, el pulgón de Habermas
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
España hace con las ideas extrañas lo que Galicia, según Fernández Flórez, con las olas atlánticas: guardarlas en las universidades, que son sus rías, como rehenes del mar, que sería el pensamiento. Las universidades españolas son, pues, la reserva de ideas del Occidente como las rías gallegas son la reserva de olas del Atlántico, y todas con el mismo fin: la cría de moluscos. La actual cultura socialdemócrata, esta mezcla de sinvergonzonería y subnormalidad que inhalamos como si fuera gas de los pantanos, es el resultado de la Segunda Ola del posmodernismo, tan bien desglosado por
Gustavo Pareja en Santo Domingo de la Calzada.
En la cresta de la Segunda Ola surfea el Sacamuelas Supremo, Jürgen Habermas, que cuidó de Marcuse como la hormiga del pulgón hasta el último día. Contra las construcciones sociales de las élites dominantes, las construcciones sociales de Marcuse, el emancipador: todos contra la cultura occidental represora. Todos, menos los obreros, claro, que esos se echaron a perder en 1914, cuando traicionaron las profecías de Marx. El nuevo proletariado con que dar el tabarrón de la emancipación (vía identidad, igualdad, etcétera) son las minorías. Si la democracia es la ley de la mayoría, la socialdemocracia (con su proverbial oportunismo) es la ley de la minoría, radicalmente antidemocrática, cuyo único enemigo es la libertad. En su loca y totalitaria carrera de relativización, que incluye la física (Sandra Harding ve un tratado de violación en las matemáticas de Newton) y la biología, la socialdemocracia declara fuera de la ley el pensamiento, con el pretexto de que hiere a los oprimidos. De aquí su apropiación del lenguaje para ocuparse policialmente de la opinión disidente. El objetivo es “termitear” el idioma hasta vaciarlo de significado. En las universidades americanas, la proporción de profesores socialdemócratas ha pasado en veinte años de 5 por 1 a 28 por 1. No acudan a nuestros liberales: están en Bobbio, su Babia. |
Posted: 04 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 04 Aug 2017 01:02 AM PDT Con Maroto, Chernóbil no hubiera existido
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Javier Maroto es un español posmoderno en lucha contra todo de lo que no sabe. Un día contra su compañera de partida Rita Barberá, “que carece de dignidad y ejemplaridad” (en palabras de este lector de entrevistas de Gomá), y al otro, contra la energía nuclear. –Han sido muchos años trabajando por el cierre de Garoña. Quienes hemos luchado por ello celebramos hoy haberlo conseguido definitivamente.
Eso tuiteó el día del cierre definitivo de Garoña. Al rato, un modesto tuitero le contestaba: “Hola Javier, pues aquí sales entre los 126 diputados (del PP) que votaron por su mantenimiento el 7 de marzo”.
Decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar (catecismo del turolense Jerónimo Martínez de Ripalda) es propio de estos “macronettes” (hallazgo de Hughes), o bastoneros de Macron, su maestro. ¡Cielos, qué artículo tenía aquí, con los “macronettes”, el Tom Wolfe de “ve a Mississippi y entérate de lo que ocurre cuando quinientas bastoneras púberes se enfrentan en competencia formal”! En cuestiones de “macronettería”, Maroto, que presume (en falso) de correr delante de los reactores nucleares como los del 78 presumían (en falso) de correr delante de los grises, no tiene más competencia (si eliminamos, por edad, a Cifuentes, que también suele presumir de luchas épicas) que Toni Roldán, el homeópata de Rivera. En los 70 al movimiento nuclear español lo acusaban de recibir subvenciones francesas. Cualquiera sabe. El caso es que renunciar a la energía nuclear en España supone seguir comprando electricidad a Francia, que la saca de centrales
nucleares cuya nube radioactiva, en caso de accidente, respetaría el Condado de Treviño en Álava, donde los molinillos eólicos de Maroto se pondrían a dar vueltas, cosa que ahora no hacen, para devolverla a Biarritz cantando el “Tan sólo soy nubecita” de
Winnie the Pooh.
Pero lo monstruoso en esta generación es su lucha para, todavía con bozo, echarle el guante a una nómina del Estado.
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Posted: 04 Aug 2017 12:58 AM PDT Valle de Esteban
Cuando yo dirija un periódico, ese periódico completamente distinto a los demás que alguna vez he planeado, tendré un redactor encargado de ingerir y juzgar los buenos manjares, como ahora se juzgan los cuadros, las comedias
y los monumentos públicos. Descubrirá los lugares donde se come bien, e irá con su estómago y sus cuartillas de la Ceca para la Meca, husmeando en las buenas cocinas españolas.
Wenceslao Fernández Flórez |
Posted: 05 Aug 2017 03:07 PM PDT |
"No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos" Posted: 05 Aug 2017 03:01 PM PDT DOMINGO, 6 DE AGOSTO
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a
Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron
Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa
los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
-Levantaos, no temáis.
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.
Mateo 17,1-9 |
Posted: 05 Aug 2017 02:58 AM PDT Hughes
Abc
Ha prosperado el estereotipo del votante trumpiano blanco, paleto e ignorante. “Los blancos sin estudios”. Blanco, sin estudios, heterosexual y gordo es casi lo peor que se puede ser en la vida. Se insiste tanto que a veces parece que se está queriendo decir algo más, como si sus votos fueran de menos calidad. Lo dicen con retintín: “Mira, toman crack mientras escuchan música de banjo y planean votar a Trump”. Aquí no he leído a los mismos analistas incidir en la naturaleza rural del voto socialista, por poner un ejemplo. O en el voto interior, rural, inamovible de los nacionalistas. El voto es voto, y ya. Pero incluso ese perfil puede que tampoco sea del todo preciso. Del votante de Trump se sabe bastante, y también que algo va evolucionando. Por ejemplo, ayer daban un dato sobre el incremento en apoyo femenino. Ya no está tan lejos Hillary. Y en mujeres blancas ganaba Trump. El votante de Trump cree mayoritariamente que EUU está peor que hace cincuenta años. Es nostálgico. Camille Paglia decía que Trump tenía el “bling” Sinatra. Realmente, los 50 y 60 son una idelogía. La nostalgia por la Edad de Oro (Trump es oro) podría ser un horizonte político. Además, es un votante que cree que la próxima generación estará objetivamente peor; esto es, pesimista. Muy lejos de la idea de progreso, su votante tipo ve la historia con un tobogán y Estados Unidos como una decadencia. Es inferior al 10% la población que piensa en la diversidad como algo negativo. Va con el país. Sí es cierto que los votantes de Trump tenían, al menos en verano, un porcentaje más acusado de personas inclinadas a desear el especial “escrutinio o vigilancia” de los musulmanes. También eran mayoritarios entre quienes consideraban la inmigración como un problema nacional, y eran menos optimistas sobre los efectos de los tratados comerciales. Eso aumentó mucho en el 2015. Esos rasgos existen, es verdad. Pero el perfil del votante guarda alguna sorpresa. Por ejemplo, Hillary es más fuerte en votantes de rentas bajas. Con una diferencia casi del doble. Esto no se suele destacar como algo negativo, lo que sí sucede con Trump. Este tipo de sesgos son continuos. Con datos de esta semana: el votante de Trump es mayor en el Medio Oeste y el Sur, varón, blanco, pero no pobre. Tiene más ingresos que el de Hillary, que se impone está en los segmentos más bajos. El 60% de los votantes con ingresos menores son clintonianos. Trump tiene más entre los niveles más altos. Hillary se impone en el voto urbano, casi un 60%; no se alejan mucho en el suburbano, pero Trump se impone en el rural con un 55% del total. A Trump le votan más los padres y madres, más las mujeres casadas, mientras que las solteras se inclinan por Hillary. Trump se impone mayoritariamente entre los protestantes con un 52% (38% Hillary, 10% el resto de candidatos), y Hillary en el mundo de los no religiosos. Un 60% de las personas que no creen en Dios votará a Hillary (como no podía ser de otra manera). Tampoco hay grandísimas diferencias en la edad. En cuanto a los estudios. Aquí se asoma otro matiz. Con High School se impone Trump. También en la categoría de “some College”. Clinton en “College degree or more”: 47% ella, 39% Trump, pero tampoco son diferencias tan grandes
como las de otros ámbitos. Hillary triunfa 3 contra 1 en doctorados (y esto no sorprende). El votante de Trump ve más la tele. 35 horas a la semana. Por tanto: votante blanco, varón, nostálgico, pesimista, probablemente gordo y con el mando a distancia en
la barriga, de ingresos medios más altos, del Medio Oeste o del Sur, de entorno rural, con estudios medios, convicciones religiosas, y más probablemente entre los protestantes. A un ser así, ¿le podemos entender del todo? ¿Y juzgarle con nuestra miopía y criterio
hispano? El entorno rural se trata en España de un modo asombroso. Se tiene interiorizado el éxodo, como si fuera una situación de paso, y no se menciona la importancia de lo rural como plano filosófico, y como comunidad. ¿Por qué lo rural no puede ser sujeto
político? Hemos conocido reportajes sobre el incremento en consumo de drogas y el descenso en el nivel de vida de la población blanca. No se me ocurre una razón más legítima para reaccionar políticamente.
Uno de los legados de Obama ha sido dejar candente la cuestión racial. Se hace raro escuchar la segmentación racial de los mensajes. Un “logro” de Obama el Black Lives Matter. Pero sobre ello, en un mundo complejo, sobre la raza, debería haber otras cosas. Los expertos hablan del lugar, del grado de conexión con lo global como aspecto principal. Serían personas en las que se darían dos circunstancias: una visión distinta, más marcadamente nostálgica de la vida política y social (una visión concreta del pasado); y los efectos, también más marcados de la globalización (un presente intenso). Es decir, que el votante de Trump no es la raza. Es algo más. Es una manera distinta de entender el pasado, de sufrir el presente (la crisis) y de enfrentarse a un futuro en el que no cree. Es un hombre blanco y un eje temporal completo. Juzgar a estas personas con el instrumental español se hace arriesgado. Así puede suceder que los mismos que toleran el nacionalismo en España hablen con asco del posible nacionalismo trumpiano. O que unos votantes no más pobres que los de Hillary, y con estudios medios, hayan sido simplificados desde el principio como “blancos sin estudios”. Rasgo que, por cierto, no se resalta de ningún otro grupo étnico; y en cuya insistencia se demuestra un democratismo entre ligerísimo y sórdido. A veces, y considerando que Trump es también una reacción a la Prensa y los Medios (“presstitutes”, gritarían los trumpianos), este menosprecio al votante parece una excusa, una disculpa, como si dijeran: “Mantenemos aún nuestra influencia, pero es gente que no lee”. No somos nosotros, son ellos. El votante de Trump, de todos modos, mañana puede que ya sea otra cosa. No un caso clínico necesitado de explicación, sino un gran movimiento nacional. |
Posted: 05 Aug 2017 03:17 AM PDT |
A falta de Victoria de Samotracia, las motos de Ángel Nieto, zamorano de Vallecas, fueron para mi generación la primera noticia del futurismo, que por algo Gecé tenía escrito que nuestro mejor vehículo, aparte el Metro, ha sido la moto, algo de mucho ruido, de pocas nueces: vehículo de estampanarse y de correr juergas. –Como el organillo, de origen alemán, la moto se está haciendo ibérica. A mí me parece muy bien la moto en Castilla: cuestas, estampidos, explosiones, tolvaneras de polvo, viajes inauditos por un crimen, por una enfermedad, por algo siempre decisivo y a veces trágico… La bellísima muerte setentera de Santiago Herrero a los 27 años en la Isla de Man nos enganchó a un espectáculo, el motociclismo de periódico y televisor, del que uno sólo se soltó con la retirada de
Kevin Schwantz.
Nieto, mezcla madrileñista de Folledo y El Fary, nos acercó al Jarama antes que
Ferlosio, llenándonos la infancia de bultacos, ducatis, derbis, laureles, picaresca, gasolina y rocanrol, cuando el fútbol (un partido semanal en blanco y negro, un sábado con torta de
Villar a Cruyff, y al otro, con vuelo de peluquín en remate de córner por
Crisanto García Valdés, la Maquinona) era culturalmente el opio del pueblo, una cosa de fachas y pobres a la que sólo se podía acceder sin perjudicarse a través de los truños marxianos de
Vázquez Montalbán.
Enfundado en su mono plasticón de rana galvanizada, Nieto siempre será como todo el domingo (¡domingo por la mañana!) de los 70, aunque a la posteridad mostrenca de la Wikipedia pase por su “triscaidecafobia”, o miedo supersticioso al número 13, que debe de ser lo que ha inspirado el burocrático pésame tuitero de Rajoy, cabeza de la clase estatal de España, cariñosa como una multa, cefalófoba como una guillotina y absurda como un zapato impar. La muerte, en fin, tiene siempre un gesto espantoso. –Pero nunca tanto –avisa mi ensayista– como cuando se acerca pisando con chapines de niebla. |
Posted: 06 Aug 2017 03:09 PM PDT Simón Casas
Butifarra a la afición
Jean Palette-Cazajus
«Hacerle el amor al toro, desde luego es impúdico, es hermoso. Viene hacia nosotros, no para cornearnos sino para amarnos. La muleta se arrastra por el suelo como una lengua que nos invitase a un beso profundo. El espectador se vuelve voyerista, lo que presenciamos es un coito, un orgasmo colectivo, […] la corrida es vaginal…» Dentro de la logorrea y la cursilería que tanto abruman la literatura taurina, lo que acaban de leer se sitúa sin duda entre lo más granado del género. Pocos se extrañarán si les digo que acabo de traducir tan antológica pieza del francés. Y a muchos les invadirá una auténtica «schadenfreude» cuando se enteren de que el autor es el impagable Bernard Domb, más conocido en el mundillo taurino como Simón Casas, actual y muy cuestionado gestor de la plaza de Las Ventas. Los improbables desbordamientos están extraídos de un libro publicado en 2003 por el polifacético personaje y titulado «Manchas de tinta y de sangre». El caso es que esta misma mañana tropiezo en un conocido blog taurino con un ataque inmisericorde y sin duda justificado contra la gestión de Simon Casas, si bien enhebrado en una retórica patriotera donde, resumiendo, vienen a decirnos, entre más veras que bromas, que el aludido es un daño «colateral» de la invasión napoleónica y del reinado de Pepe Botella. El enconamiento de la agresión antitaurina ha propiciado el auge de un tipo de defensa neo casposa que me provoca erisipela. Estoy recién salido de la dura experiencia de tener que reflexionar por obligación sobre una hipotética filosofía taurina. Me encuentro confrontado con la declaración de guerra a la tauromaquia recientemente protagonizada por el filósofo francés más mediático, el prolífico Michel Onfray. Espero tener algo de tiempo para reconsiderar ambos eventos. De momento les dejo mi respuesta al cuestionario de la «Revista de Estudios Taurinos», publicada en el reciente número 40, en compañía de otras varias opiniones entre las cuales las de Pepe Campos, Víctor Gómez Pin o Francis Wolff. Redactado de prisa y corriendo, no me avergüenzo del todo de un texto que llega a reflejar mis conceptos fundamentales sobre la cuestión, además de mi distancia sideral con cierto tipo de aficionados que nos conducen al precipicio. Descuiden, soy el primero en darme cuenta de mis propios coqueteos con la logorrea y la cursilería. En otro momento intentaré exponer mi particular hipótesis sobre las razones por las cuales ni los más prevenidos nos libramos de tan aterradora plaga. 1) Qué razones avalan su afición a la fiesta de toros? En mi caso personal, joven adolescente francés, no cabe negar el papel inicial de lo que se conoce como exotismo. El exotismo es el sueño de una radical exterioridad. Puede ser trivial punto de fuga o basculación de los ejes vitales y de la propia identidad. Lean a Víctor Segalen. Hoy tras compartir mi vida entre ambas naciones, sigo pensando que la corrida es, fundamentalmente, exotismo absoluto. Entendida como ritual, como misterio en el sentido griego, o como simple espectáculo, «la corrida de muerte» consiste efectivamente en una exteriorización absoluta del sujeto humano fuera de los aplomos cotidianos de su condición básica. Joaquín Vidal en La Ventas
Lucidez y soledad
Descarto el argumento de la belleza. Primero porque solo surge en muy contadas ocasiones. Luego porque es convención. La tauromaquia no es retórica. Es la respuesta del logos a la etología del toro. En el ruedo reinan las reglas.
Si surge la belleza no será perceptible para quien las desconozca. No hay belleza sin educación previa. En los Toros, la belleza es la respuesta fácil que acalla las preguntas complicadas. Antes que de educación, convendría hablar aquí de «iniciación». La
excepcionalidad de la corrida de toros se basa en una transgresión fundamental.
En la sociedad del simulacro y de la realidad «virtual», la corrida expone, única, la obscenidad de la muerte. La conciencia del aficionado más básico debe estar modelada por esta sagrada premisa.
Intuí desde un principio que las palabras básicas, contradictorias, conflictivas que denotaban la corrida de toros, muerte, peligro, belleza, tragedia, sangre, entusiasmo, aburrimiento, vulgaridad, cutrez, verdad, mentira… perdían todo sentido consideradas una por una. La corrida de toros es, parodiemos a Marcel Mauss, un «hecho existencial total». Por ello, siempre resultará un proyecto aporético intentar explicarla. Las circunstancias actuales me empujan a procurar entender lo que ella explica de mí. 2) ¿Qué opina de las circunstancias actuales que están viviendo las fiestas de toros? La sensibilidad zoófila se ha apoderado de los siquismos humanos. Se trata de una ruptura epistemológica y deóntica brutal. La temática de los llamados derechos animales ocupa el primer plano de las preocupaciones en la sociedad posoccidental. Una sociedad ilusa, atomizada en mónadas egoístas, de pronto asustada por el pitón buido de la razón y tentada por el necio refugio en el cascarón de las creencias autocompasivas. Algunos piensan así conjurar la violencia intraespecífica que define nuestra condición. Califican de culminación del proceso de civilización lo que son, al contrario, los síntomas de su crisis agónica. Sus salmodias lastimeras calan hondo en un abanico que va desde el fervor místico a la indiferencia benevolente. Tal ideología se extiende de forma viral y hace buena las teorías de Richard Dawkins sobre la replicación cultural de los llamados «memes». Mientras, buena parte de la afición honra el verso machadiano y «desprecia cuanto ignora». Nada quiere saber sobre sus adversarios, ni quiénes, ni cómo, ni cuántos. Semejantes tropas suelen ser el plato favorito de los desastres. Piensan enfrentarse a una secta necia y minoritaria. Y sin embargo ven, día tras día, los estragos de su capacidad de influencia, ven como la sociedad se define mayoritariamente opuesta o indiferente a los toros. La pereza discursiva se acuerda entonces del viejo compló judeomasónico, resucitado hoy en catalanopodemita. Aires de caverna miope y oscurantista soplan sobre tal afición. Creen defender la Fiesta y la trivializan. Son los primeros en tapar su grandeza. Su rancia retórica oculta el temor a enfrentarse a la gravedad de esta relación a vida o muerte con «la sustancia peligrosa de los seres vivos», palabras de Lévi Strauss. Hace años que afirmo que todo aficionado dotado del cupo neuronal reglamentario es alguien que sólo puede cabalgar inconfortablemente en el filo de la navaja entre el Sí y el No. Quienes no renunciaremos nunca a «la funesta manía de discurrir» sabemos que la corrida de toros es un terrible lecho de Procusto para la mente humana. Formo parte de quienes, al final, consideran no obstante que la aportación de los toros a la inexplicable anomalía humana inclina positivamente el fiel de la balanza. Revista de Estudios Taurinos
La paleoantropología y la biología evolutivas, la ecología del comportamiento, las neurociencias son cada vez más aptas para desbaratar las obsesiones antropomórficas del lamento animalista. Tal afirmación sólo le puede resultar
contraintuitiva al dueño de un cerebro previamente colonizado por semejantes dogmas. No soy el primero en negar toda dualidad ontológica de las sustancias entre el hombre y el animal. O en recusar la intervención de toda trascendencia en el debate. Pero precisamente
porque el hombre ocupa, en tanto que uno más en la cadena de los seres vivos, su sitio en la evolución del genoma, es más fácil evidenciar la inconmensurabilidad de destino entre cualquiera de las especies animales y los factores autopoiéticos y emergentes
que propiciaron la particularidad humana. Sólo desde la fe antropomórfica se puede pretender que las citadas ciencias contribuyen a borrar las fronteras entre hombre y animal. Creo que, muy al contrario, van afianzando cada día la realidad de una frontera
tan inexorable como irreductible.
Un buen natural, siempre que el toro «no se deje» ¡claro!, puede calificarse de neguentrópico. El toreo sirve para reactivar en cada ocasión el núcleo fisible del tiempo y de la muerte. El bifaz lítico anunció la hominización. Chronos/Thanatos configuran el bifaz existencial que anuncia y fataliza la humana condición. El primate se hominizó cuando accedió al tiempo, es decir a la convivencia -¿la connivencia?- con la muerte. Tiempo y muerte sedimentaron durante milenios en el espesor geológico del lenguaje. Por eso no debemos dudar de que el contenido existencial de cada especie reside por entero en lo que cada ejemplar sea capaz de decir de sí mismo. De modo que el toro muere, pero sólo el hombre es mortal. La «creación» es muda, los animalistas burdos ventrílocuos. Ni siquiera el hombre acaba de acceder a la total conciencia de su finitud. Su animalidad constitutiva le borra parcial y afortunadamente la nitidez de su horizonte mortal. Si tuviéramos cabal conciencia de tal e inmenso absurdo, la vida se nos haría literalmente imposible. Los ingenuos siempre pensaron que el devenir de la especie iría aportando paz y respuestas a sus preguntas. El devenir sólo invalida las viejas respuestas y carga de tormentas las nuevas preguntas. Prohibir la corrida de toros no supondría acabar con una respuesta inconveniente sino abortar una pregunta necesaria. La corrida de toros, es así la mejor vacuna contra las ilusiones mortales de quienes esperan respuestas desde el porvenir o la historia. En nuestro tiempo, como en el de los estoicos, la respuesta no tiene pregunta, la pregunta no tiene respuesta y sólo cabe confiar en la capacidad torera del alma propia. 3) ¿Qué soluciones daría para incentivar en la sociedad del siglo XXI las fiestas de toros? Muchas cosas deberían cambiar para que la corrida de toros saliera viva del siglo XXI. Me pierdo en la historia del hombre y me voy sin evocar siquiera la necrosis interna de la Fiesta actual, sus menguantes públicos papanatas, sus toros precocinados y su toreo fraudulento. Suena el tercer aviso sin tiempo para explicar por qué, cualquier medida positiva en los toros, sería siempre aquella que suscite el rechazo unánime de empresarios, ganaderos y toreros. Si la Fiesta Brava puede salvarse lo tendrá que hacer contra todas sus letales rutinas. De momento la única pregunta seria es la de saber quién acabará primero con los ritos táuricos, si el cáncer en las propias entrañas o la agresión exterior. No por ello debe aflojar nuestra voluntad de defender la tauromaquia. Recordemos a Camus y «El mito de Sísifo ». Vivimus quia absurdum. Animalotes y animalitos en el metro de Madrid
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Posted: 06 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 06 Aug 2017 12:39 PM PDT |
Posted: 06 Aug 2017 02:52 AM PDT |
En el veraneo del Norte, cada vez que un caballero con bigote de Fernando Sancho (el maño que acuñó para el cine español el careto mexicano) entra a un bar, se repite el cuchicheo: –¡Anda! Slim, el millonario. Slim, que, en efecto, es millonario, hace de Mr. Marshall en la España de
Mariano y veranea en Galicia, seguramente para pasar desapercibido entre otros millonarios, como
Amancio Ortega o Pepiño Blanco, que pasan por ser los millonarios gallegos para quienes no somos gallegos.
A Feijoo, el presidente de Galicia, que llevaba una vida entera sin asomar la cabeza en los predios de
María Soraya, la TV lo sacó abrazándose a Slim en Avión como Pepe Isbert se hubiera abrazado a Mr. Marshall en Villar del Río. Y es que Slim es el magnate bueno: el filántropo de la Humanidad que compró el “New York Times” que hace el agit-prop
al magnate malo, que es Trump, un tipo dotado por la naturaleza con el don extraordinario de desenmascarar a los tontos, pero muy ajeno al humanismo felipista de Slim, que parece dispuesto a implantar el liberalismo de
Enrique Krauze (el Joven Marías mexicano) en la protestante y decadente América de
Whitman.
El NYT de Tom Wolfe era un periódico católico patrocinado por judíos para chasquear a los protestantes. El NYT de Slim, y esto se debe de estar debatiendo en las pulperías gallegas, es un blog clintoniano patrocinado por
mexicanos para chasquear a los trumpianos.
––Tomad un cura, quitadle la fe... ¿y qué nos queda? –se preguntaba Jean Cau–. Un demócrata igualitarista. O sea, otro Slim. ¿Qué hay en Orense que retiene y cautiva al millonario? A lo mejor, que no es una “ciudad veraniega”. –Las “ciudades veraniegas” –dice Fernández Flórez– suelen ser como nidos de parásitos que se despiertan del letargo invernal para chupar el dinero de las carteras de sus visitantes. Ahora, en Madrid, todo el mundo quiere ser millonario con veraneo en el Norte, y para lograrlo el Banco ofrece (“regalaos”) préstamos “Veranea”.
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Posted: 07 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 07 Aug 2017 01:19 PM PDT Hughes
Abc
Rueda de prensa de Mourinho. Qué recuerdos. Qué cosa eso del antimourinhismo. Había que poner al entrenador en la frontera porque sí, porque se le ponía a alguien en los mismísimos epidídimos editoriales, y decir que lo verde era rojo y lo rojo azul. La voluntad de tocar las narices de Mourinho era refrescante. Ir a la contra por sistema, literalmente. Llegaba en el momento más alto del guardiolismo y -añadiré- del segurolismo. Esa aleación de monsergas futbolísticas que se estiraba hasta lo político. Era insoportable. Poner a Pepe de centrocampista era como ser falangista. El 5-3-2 era reaccionario. La posesión era un hosanna. El Mourinhismo, de todos modos, acabó siendo un coñazo. A la ola inicial, pequeña, friqui y que no iba a ninguna parte, se subieron unos jetas impresionantes y al final no se podía ni escribir que el Borussia había sido mejor. Los jetas impresionantes son como Kalessis y suelen llevar anejos un ejército de tontos. A mí me gustaba mucho llamar “maurinhismo” a su evolución masiva. Algunos hicieron de eso un movimiento (ya ves tú) para meterse ellos dentro. Pero de Mourinho a mí se me quedó grabado el “¿pur qué?”. Creo que a mucha gente. Más que grabado, acabé reparando después en todo su sentido. Quizás fue la gran herencia (en el lenguaje quedó también lo de “top”). Con el tiempo me descubrí más de una vez repitiendo solo ese mismo “pur qué”. En voz baja, para mí. Pero ya como pregunta que no espera contestación. No es indignación. Es algo apagado, lusitano, una letanía que solo aspira a encontrar sentido. Algo muy solitario y desconcertado. ¿Pero pur qué? ¿Pur qué? Del mourinismo me ha quedado esa musitación desesperada. |
Posted: 08 Aug 2017 03:07 PM PDT |
Posted: 08 Aug 2017 01:13 AM PDT Tita encadenada
Ignacio Ruiz Quintano
Abc
Cuando dejé Madrid, la alcaldesa Carmena, que no sale en agosto por si la abandonan en la primera gasolinera, estaba talando las acacias de mi acera (no sé si para alquilar los alcorques a los hortelanos perrofláuticos), sin que las baronesas del barrio se encadenaran a ellas como Tita a los plátanos de Gallardón. Andando por Asturias, se nota que la gente ya no canta como antes su “Tengo de subir al árbol”, y se limita a tararearlo con las campanadas del reloj de la iglesia.
Nadie tenía una explicación, y entonces di con un recorte de periódico sobre los dendritas, el último grito en tendencias. En el cristianismo primitivo, los dendritas eran unos tipos ebrios de Dios que se subían a un árbol y ahí lo dejaban todo. Los dendritas de ahora son otra cosa: gente, en fin, que dice excitarse sexualmente con un madero, con lo cual ya tenemos un nuevo derecho y, desde luego, un nuevo motivo de orgullo. El humanismo avanza que es una barbaridad. Estábamos hechos al árbol de los “meos”: a que lo meen a uno, decía Thomas Bernhard, se acostumbra uno con el paso del tiempo, aunque probablemente uno se brinde a hacer de árbol, y vienen los perritos y se mean (pero ningún árbol se muere porque lo meen). Aceptábamos incluso el árbol de los lloros: el de Cortés en la Noche Triste, por ejemplo, aunque el bragado asturiano Alfonso Camín lo negara con una vehemencia que buena falta nos haría hoy. –Cortés no ha llorado nunca. Ni siquiera en los brazos morenos y ardientes de Doña Marina. (Esa noche llovía a torrentes, aclaraba Camín, así que no fue Cortés quien lloró, sino el árbol, bajo la lluvia, sobre el casco de Cortés, y de ahí la equivocación histórica para presentar llorando como niño, en lo más culminante
de la tragedia, al más grande de los soldados de España.)
Pero lo del árbol de las cópulas es tan nuevo que sólo los psicopedagogos de la Asociación de Sexualidad Educativa (“¡cuidado con las astillas!”) pueden decirnos a dónde nos va a llevar.
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