HO PONOPONO.... ¿QUÉ ES UN PROBLEMA?
Un
problema sólo es un problema si decimos que lo es, y el problema no es el
problema sino cómo reaccionamos al problema es el problema.
Dr. Ihaleakalá
Hew len
Hay un dicho Zen que dice: “Tal vez no podamos hacer que los
pajaritos dejen de volar alrededor de nuestras cabezas, pero sí podemos evitar
que hagan sus nidos en nuestro cabello”.
No se trata de negarlos o de no
caer en la tentación de prestarles atención. Se trata de descubrir quiénes
somos, y cuando lo hacemos, desarrollamos y sentimos una libertad interna tal
que estas cosas ya no pueden distraernos.
Nuestro subconsciente tiene
almacenados todos nuestros recuerdos. Mientras los recuerdos están dormidos,
acomodados en el banco de nuestra memoria, no nos ocasionan ningún
inconveniente. Las personas que aparecen en nuestras vidas, las visitas a
ciertos lugares o las situaciones de la vida hacen que esos recuerdos
despierten. De ese modo, las memorias se convierten en pensamientos y se
manifiestan. Por eso es muy importante saber que en realidad las personas
aparecen en nuestra vida para darnos otra oportunidad. ¿Cuál es esa oportunidad?
Es la de responsabilizarnos el cien por ciento y decir: “Lo siento. Perdóname
por aquello que está en mí que ha creado esto”. (Ho’oponopono).
¿Han
notado que cada vez que surge un problema uno está siempre presente? Si el tema
no estuviera adentro nuestro, no seríamos capaces de percibirlo. Los problemas
son simplemente una repetición de nuestros recuerdos. Son como información que
está grabada en una cinta de audio. Cuando se pone a funcionar esta cinta,
pensamos que es real. Los problemas se repiten porque, cuando aparecen,
reaccionamos y nos apegamos a ellos. No dejamos de pensar en el asunto, y así
quedamos atrapados en él en vez de soltarlo.
¿Se han fijado que sólo
pensamos obsesivamente cuando aparece un problema? Una vez que se inicia este
ciclo vicioso, nos olvidamos que tenemos el poder de detener la
grabación.
En su libro El Poder del Ahora, Eckhart Tolle dice: “La mente
nunca puede encontrar la solución, ni puede permitirse dejar que usted la
encuentre, porque ella misma es parte intrínseca del problema”.
Muchas
veces la grabación está funcionando pero el volumen está muy bajo, y por esta
razón, ni siquiera estamos conscientes de ella. Sin embargo, el subconsciente
siempre está tocando las grabaciones. Por eso es tan esencial asumir el cien por
ciento de la responsabilidad. Sólo de ese modo entendemos que somos simplemente
nosotros y nuestras grabaciones, nuestros pensamientos y nuestros programas.
Tomemos el ejemplo de una diapositiva proyectada en la pared o en una pantalla.
Sabemos perfectamente que, aunque vemos la imagen proyectada en la pared o la
pantalla, la misma no está ahí sino adentro de la máquina. Lo mismo ocurre con
nuestros problemas. Cuando estos aparecen, son sólo una proyección de lo que
está pasando adentro nuestro y no afuera. Sin embargo, nos pasamos la vida
tratando de cambiar la pantalla. Ahí no está el problema. Buscamos la solución
en el lugar equivocado.
Es importantísimo recordar que los problemas, las
situaciones y las personas no existen fuera de nosotros tal como los percibimos
sino que nuestra percepción es simplemente un reflejo de nuestros pensamientos.
Los problemas tampoco son lo que pensamos que son. Nunca sabemos qué es lo que
está pasando realmente. Los problemas son siempre
“oportunidades”.
Debemos darnos cuenta que tenemos un efecto sobre el
evento o el problema, y que nosotros lo hemos creado. Ésta es, en realidad, una
buena noticia, ya que, como nosotros lo creamos, nosotros podemos cambiarlo sin
depender de nada ni de nadie.
Lo siento, Perdoname, Gracias, Te
Amo...