Estimado consejo,
Por motivos de "salud mental" quisiera presentarles mi renuncia al consejo. Lo venía discerniendo hace algunas semanas, pues estoy con una depresión acompañada por un "deterioro funcional" (en el fondo... me cuesta caleta hacer lo que tengo que hacer), pero quería antes terminar con la última Tertulia. Lamentablemente Ascanio tuvo que bajarse, pero qué más da. La suspensión de la tertulia llegó junto con el diagnóstico del psiquiatra, y la urgencia de resolver algunas cosas donde soy indispensable (sanarme, salvar lo que pueda de mis estudios, reconciliar mis relaciones íntimas, etc...). Por lo tanto, necesito desligarme de donde soy más bien dispensable. Me cuesta, se duele el honor que amenaza siempre con acompañar el espíritu ignaciano apostólico... pues hoy me da para pedir sanación, aún no para servir como me gustaría. Quizás desde hace un buen rato.
Agradezco especialmente la perseverancia de la mayoría durante ese trabajoso año. Estoy convencido que hemos regalado más a la CVX de lo que nos hemos podido dar cuenta. Agradezco en particular a quienes trabajamos más cercanamente en la preparación de diversas actividades, por aguantar mis inusuales ritmos. Agradezco cómo resultaron las 3 Tertulias, que hayamos acogido las celebraciones semestrales, y que hayamos iniciado la discusión acerca de los estatutos. Lamento no haber tenido las energías para llevar a cabo el "acompañamiento un@ a un@" de los cevequianos, que quise hacer desde un comienzo.
Por supuesto, sigo con ganas de aportar si les pareciera relevante mi contribución en algo menor (una opinión, un voto, una redaccíón), pero creo que de las funciones regulares es mejor restarme.
Un abrazo grande a cada quien,
Manuel.