EL ESTADO ES EL ÓRGANO DE GOBIERNO DE UN PUEBLO LIBRE EN UN PAÍS SOBERANO
Milei si además de la Torá, estudiaras otros libros de la Biblia, podrías gobernar sin falsear la realidad, sin mentir, sin proponer mesianismos imposibles en el siglo 21.
“Nadie remienda un vestido viejo con un parche de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge, rompe la tela vieja y así se hace luego más grande la rotura. Nadie echa el vino nuevo en odres viejos, porque los odres se rasgan, se tira el vino y se echan a perder los odres. El vino nuevo se echa en odres nuevos y así las dos cosas se conservan’’. Mateo 9, 14-17 Milei quiere poner un parche a un vestido viejo, el Estado argentino, con tela vieja, la misma que lo originó.
Milei el actual Estado argentino es liberal, siempre fue liberal, no es comunista, ni socialista, ni progresista-populista, ni social demócrata, salvo entre 1946 y 1955 que dejo de serlo, retornándolo en 1955 con el golpe militar que derrocó al gobierno elegido democráticamente en elecciones libres, golpe que contó con el apoyo del Imperio Británico. Tu admirado Winston Churchill lo festejo en 1955, en la Cámara de los Comunes, en Londres, donde dijo: “La caída del tirano Perón en la Argentina es la mejor reparación del orgullo del Imperio y tiene para mí tanta importancia como la victoria de la Segunda Guerra Mundial y las fuerzas del imperio inglés no le darán tregua, cuartel ni descanso en vida ni tampoco después de muerto”.
Hoy el Imperio Británico bajo tu gobierno intenta continuar dominando a la Argentina con el slogan “Viva la libertad carajo”.
Esa libertad, que dices amparada por las “fuerzas del cielo”, es falsa, absolutamente falsa, nunca se aplicó, ni siquiera en la historia de los Macabeos que tu mencionas.
El único ser libre es el hombre, varón y mujer, así fue creado, y nadie ni nada le pueden dar ni quitar su libertad innata. Triunfes o no, el hombre seguirá siendo libre, así que no te preocupes, tu libertad 'no vale un carajo'.
Existe otro Gobierno, Estado y Libertad
“Pensamos que lo importante es que el pueblo sea libre, libre dentro de la ley y además dentro de una ética sin la cual la libertad es un mito. Quiere decir que el hombre debe poner un poco de su ley para fortalecer la ley de los hombres. Dentro de esa libertad que es el máximo de libertad que se puede dar al hombre, queremos que él tenga la más amplia libertad.
Para conseguirlo, alguno tiene que sacrificarse. Creemos que dentro de la nación debe sacrificarse el gobierno y debe sacrificarse el estado, porque así se asegura que la nación sea libre y que el pueblo, especialmente, sea libre.
Concebimos así un gobierno centralizado y un estado descentralizado. Ahí nadie tiene libertad, el lujo de la libertad está en el pueblo, no en el gobierno o el estado. El gobierno y el estado tienen que ser esclavos de su deber para asegurar la libertad de los demás y si alguien no está conforme, nadie lo obliga a estar en el gobierno o en el Estado. Se irá al pueblo, ahí es libre, pero tiene que ganarse la vida”.
Estado: “Necesitamos de un estado pequeño, compacto, jerarquizado y eficiente. Necesitamos un estado que en vez de hacer del control su objeto primordial, sea el aparato de toma de decisión administrativa, al servicio eficiente de un gobierno nacional para gobernar y no para reprimir, controlar o sustituir las decisiones que el pueblo organizado política, social y económicamente debe tomar mediante sus propios mecanismos, conectados directamente con su propio gobierno.
Necesitamos un estado descentralizado y organizado según el objeto de la construcción de la nación y no según una abstracción generalizada de la teoría del estado o de la imitación de organismos útiles en otras sociedades para su propio objeto, pero absurdos o innecesarios en nuestro país. No puede haber gobierno sin estado. Esto constituye la base sólida no sólo de un buen gobierno en el sentido de una buena administración, sino también de un buen gobierno en el sentido de su objeto y finalidad”.
Un modelo de Gobierno y Estado democrático debe estar en las antípodas de un modelo marxista-socialista, socialdemócrata, liberal-capitalista, anarcocapitalista o populista y debe responder a una nueva epistemología que haga efectiva en la democracia moderna su principio fundamental ser “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”: establecido por Lincoln.
El pueblo debe planificar, ya que es quién ejecuta la planificación, es el beneficiario, para lo cual debe además controlar.
Es necesario convocar al pueblo a través de sus instituciones Económicas, Sociales, Políticas, Culturales, Científicas Tecnológicas, Ecológicas, Digitales a diseñar una estrategia generacional, creativa e innovadora. Una plataforma estratégica para el despegue y desarrollo, grandes proyectos de infraestructura, crédito público para el desarrollo con innovación tecnológica. Si se pueden emitir bonos para pagar deuda externa, leliqs, lebacs y pases para la timba especulativa ¿por qué no se puede emitir crédito para la agroindustria o para ciudadanos que lo necesiten, que no endeudan y son devueltos?
Planificar el desarrollo incorporando ideas-proyectos requiere promover a partir de lo existente, productos y servicios para una mayor calidad de vida, incentivar la innovación y el crecimiento económico local y regional, atraer a jóvenes talentos, a nuevas empresas, estimular la creatividad y el compromiso social solidario. Para avanzar en esa dirección hace falta visión estratégica, voluntad política, liderazgo, participación y compromiso de los agentes sociales, políticos, económicos y culturales.
Gracias a la creatividad de nuestro pueblo se pueden mejorar conscientemente las bases de nuestra existencia por medio de innovaciones científico-tecnológicas que eleven la productividad, mejoren los servicios, aumenten el nivel de vida y la esperanza de vida para la generación actual como de las futuras.
Argentina necesita un plan político-económico, científico-tecnológico e innovador, social y cultural, donde el pueblo sea partícipe activo en la planificación, su ejecutor y destinatario, aconteciendo en la acción su carácter de democracia social, superadora tanto de la democracia liberal como de la populista.
Parirán los montes y nacerá un ratón que grita al nacer “viva la libertad carajo”
Reformar el estado sin la participación del pueblo es por lo menos desconocer los fundamentos de la democracia y de la libertad que hace responsable al ciudadano de sus actos, basarse solo en el resultado electoral es adueñarse del poder de los ciudadanos que eligieron representares, no transfirieron su poder al votar, el poder sigue estando en cada uno de los ciudadanos, voten o no voten, los que votan no transfieren su poder al candidato, solo lo eligen para que lo represente como dice la constitución nacional, hacer lo contrario es ser dictador a lo Hitler o Pinochet, que ganaron elecciones, gobernaron reprimiendo y cambiaron sus constituciones, así les fue a los alemanes, a los chilenos y tantos otros, como Aramburu, Videla cuando lo intentaron. La democracia no es solo votar cada cuatro años, es votar y luego participar no sólo a través de sus representantes, sino activamente, en este caso en la planificación, ejecución y control de la reforma del estado.
No hay gobierno sin estado, ni estado sin pueblo.
Ningún teócrata iluminado podrá llevar a buen puerto la nave argentina, aunque crea que “las fuerzas del cielo” le harán ganar la batalla.
La fuerza en la tierra, el poder, se lo dio el Creador al hombre, al crearlo libre para que sometiera y dominara la tierra, no a sus hermanos, como dice también la Torá.
Federico Sturzenegger, el solo y sus amigos, tendrá a su cargo el nuevo Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. El nuevo ministerio tendrá tres subsecretarías que se dedicarán exclusivamente a la desregulación del Estado. Se trata de la Subsecretaría de Transformación y Reforma del Estado; la Secretaría de Simplificación del Estado; y la Subsecretaría de Desarrollo y Modernización del Empleo Público.
La reforma la hará la nueva casta y la pagara el pueblo que será esclavo de estos liberales..
Teniendo en cuenta estas consideraciones y reafirmando el concepto de Pueblo y de ciudadano como persona con derechos inalienable previos a vivir en sociedad, que el liberalismo intenta reemplazar por el de ‘gente’ e ‘individuo’ no solamente para vaciarlo de contenido sino para manipularlo mejor, podemos esquematizar:
Gobierno, Estado, Pueblo es una unidad indisoluble en toda organización política democrática;
Su objetivo fundamental es alcanzar la Felicidad del Pueblo y la Reconstrucción de la Nación;
Los tres medios son Soberanía Política, Libertad** Económica, Justicia Social, forman una unidad para esta acción, con uno solo no alcanza;
**Se la llamó Independencia porque el término Libertad estaba desprestigiado, podía ser interpretado en sentido liberal que no era la intención.
Nuevo Estado
Crear un Nuevo Estado, no remendar el viejo con más liberalismo. Crear un Nuevo Estado libre, organizado y representado, a través de organizaciones políticas, económicas, sociales, culturales, científicas, tecnológicas, ecológicas, digitales, etc.
Fundamentos:
Por derecho natural
Principio: sistema representativo federal, libremente organizado
Acción
a) por inclusión en el Gobierno y el Estado.
b) por intercambio directo entre el gobierno y los representantes no institucionales
De la conjunción de derechos y obligaciones ha de salir el fundamento de la sociedad del futuro.
En esta etapa de nuestra historia debemos tener siempre presente un acontecimiento del pasado que señala el camino futuro, el 9 de julio de 1947, se promulgó en la misma Casa histórica de Tucumán donde se había declarado en 1816 la Independencia Política, el Acta de la Independencia Económica. Esta declaración es uno de los hechos más trascendentes producidos por un gobierno nacional. Refleja la consolidación de la independencia nacional de los poderes y organismos internacionales, en un país sin deuda externa, con una pujante industria nacional abasteciendo al mercado interno, y con los resortes económicos estratégicos regulados por el gobierno.
Preámbulo de la Declaración de la Independencia Económica
Nos, los representantes del pueblo y del gobierno de la República Argentina, reunidos en Congreso Abierto a la voluntad nacional, invocando la Divina Providencia en el nombre y por la autoridad del pueblo que representamos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra la justicia en que fundan su decisión, los pueblos y gobiernos de las provincias y territorios argentinos, de romper los vínculos dominadores del capitalismo foráneo enclavado en el país y recuperar los derechos al gobierno propio de las fuentes económicas nacionales. La nación alcanza su libertad económica para quedar, en consecuencia, de hecho y de derecho, con el amplio y pleno poder para darse las formas que exijan la justicia y la economía universal, en defensa de la solidaridad humana.