Reuters
Periódico La Jornada
Jueves 20 de septiembre de 2012, p. 2
Londres, 19 de septiembre. Las
ratas alimentadas durante toda su vida con maíz transgénico de Monsanto
o expuestas mediante el consumo de agua a su fertilizante más vendido,
Roundup, sufrieron tumores y daños múltiples en sus órganos, según un
estudio francés publicado este miércoles, el cual generó duras críticas
de expertos independientes.
Gilles-Eric Seralini, de la Universidad de Caen, y colegas, dijeron
que las ratas alimentadas con una dieta que contenía NK63, variedad de
semillas modificadas genéticamente para tolerar las dosis de Roundup, o a
las que se dio agua que contenía ese químico, permitido en Estados
Unidos, murieron antes que las que siguieron una dieta normal.
Expertos que no participaron en el estudio se mostraron altamente
escépticos sobre sus métodos y hallazgos, y algunos acusaron a los
científicos franceses de embarcarse en una
salida estadística
.
Los animales bajo dieta genéticamente modificada sufrieron tumores
mamarios, así como daños severos en hígados y riñones. El estudio fue
publicado en la revista
Food and Chemical Toxicology y presentado en una conferencia de prensa en Londres.
Los investigadores dijeron que 50 por ciento de los machos y 70 de
las hembras murieron de forma prematura, frente a sólo 30 y 20 por
ciento en el grupo de control.
Son productos seguros, alega la compañía
Monsanto no estuvo disponible de inmediato para realizar
comentarios; sin embargo, anteriormente había dicho que que sus
productos son seguros y que no hay evidencias creíbles de riesgos para
la salud de los humanos o animales derivados del consumo de cultivos
transgénicos.
Los transgénicos son muy poco populares en Europa y muchos otros
países, pero dominan los cultivos claves de Estados Unidos luego de que
Monsanto introdujo en 1996 soya genéticamente modificada para tolerar su
fertilizante Roundup.
Los especialistas a los que periodistas pidieron que revisen el
artículo advirtieron tener mucho cuidado al sacar conclusiones de la
investigación.
Tom Sanders, jefe de la división de investigación de ciencias
nutricionales del Colegio Real de Londres, señaló que el equipo de
Seralini no había proporcionado ningún dato sobre qué cantidad de
alimento recibieron las ratas o cuáles eran sus tasas de crecimiento.
Estas ratas son muy propensas a los tumores mamarios, particularmente cuando no se le restringe la ingesta de alimentos
, indicó en un comentario enviado por correo electrónico.