Die deutsche Übersetzung folgt in der Antwort auf diese Aussendung
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Fidel Castro Ruz. Discurso en la Tribuna Antimperialista "José Martí".
(27/11/2001)
Discurso del Presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz,
en la Tribuna Antimperialista "José Martí", el 27 de noviembre del 2001.
Compatriotas:
Fue por las cadenas de televisión norteamericanas y las agencias
cablegráficas que recibimos la noticia de que 30 cubanos, de ellos 13
niños, habían perecido en una operación de tráfico humano que se
realizaba en una lancha rápida de matrícula norteamericana, procedente
de Estados Unidos y financiada por personas residentes en ese país.
No era la primera, sino tal vez la milésima ocasión que hechos similares
habían tenido lugar, fruto siniestro de la Ley asesina de Ajuste Cubano.
Cada vez que uno de ellos ocurre, jamás las autoridades norteamericanas
ofrecen información alguna sobre nombre, residencia, edad, sexo o
cualquier otro dato de las víctimas que logran identificar por la
información que ofrecen los sobrevivientes y otros medios. Las
autoridades cubanas se ven obligadas a buscar, como aguja en un pajar, a
través de largos y complicados procesos, los datos pertinentes para
informar a familias, escuelas, centros de salud, seguridad social y
cualquier otra institución, qué ha ocurrido con personas repentinamente
desaparecidas sin noticia alguna.
A través de estrechos contactos, facilitados por las visitas personales
y familiares en ambas direcciones que nuestro país permite, mercaderes
sin escrúpulos organizan costosos y arriesgados viajes ilegales de
grupos de personas, procedentes de distintas localidades, que ponen en
peligro la vida de numerosos niños a quienes llevan consigo
irresponsablemente.
En esta ocasión, ya han sido identificados por nuestras propias
autoridades casi la mitad de los 13 niños de que hablan los cables,
arrancados de las aulas y escuelas donde cursaban sus estudios, ajenos
por completo a la muerte horrenda a la que eran conducidos en un punto
del mar donde ni siquiera rastros de ellos han sido encontrados.
Durante muchos años hemos advertido a los gobiernos de Estados Unidos
que la Ley de Ajuste Cubano, vigente desde el 2 de noviembre de 1966, y
los estímulos a las salidas ilegales, son causantes de enormes riesgos y
elevadas pérdidas de vidas humanas.
Desde el triunfo mismo de la Revolución, nunca nuestro país puso
obstáculos a la emigración legal de los ciudadanos cubanos a Estados
Unidos o a cualquier otro país. Cuando triunfa la Revolución, en Cuba,
como en el resto del Caribe y de América Latina, que sufrían la pobreza
y el subdesarrollo, muchas personas aspiraban a emigrar en busca de
empleos más remunerados y de mejores condiciones de vida material que en
sus propios países sometidos a siglos de explotación y saqueo nunca
habrían podido encontrar. Hasta 1959 las visas que se otorgaban a los
cubanos eran sumamente restringidas. Las puertas entonces, por razones
obvias, se abrieron de par en par. Así se fueron creando importantes
asentamientos de origen cubano en Estados Unidos. La inmensa mayoría
viajó a través de trámites, documentos y vías legales. Más de una vez, a
pesar de las crecientes tensiones y algunos conflictos sobre el tema
migratorio, fueron suscritos acuerdos entre ambos países, que durante
más de cuatro décadas hicieron posible el transporte seguro y ordenado
de cientos de miles de ciudadanos cubanos a Estados Unidos sin la
pérdida de una sola vida de niños o adultos.
Los emigrantes cubanos, como fruto de los programas revolucionarios, son
por lo general personas de elevado nivel escolar y preparación técnica o
profesional.
En virtud de los últimos acuerdos de septiembre de 1994 y mayo de 1995,
hasta el 9 de noviembre del 2001, 132 mil 586 ciudadanos han viajado a
Estados Unidos con visas de entrada y por vías absolutamente seguras.
La politización del fenómeno migratorio por parte de Estados Unidos, en
relación con Cuba específicamente, ha sido la causa de esta y otras
muchas tragedias. En su Oficina de Intereses seleccionan al personal que
solicita visa, exigen documentos de salud, educación y conducta,
antecedentes penales y otros requisitos; no pocas veces tratan de
utilizar estos datos para seleccionar profesionales de alto nivel e
importancia social, privando al país de médicos, ingenieros, arquitectos
y otros graduados universitarios formados gratuitamente en nuestro país,
sin que a Estados Unidos le cueste un solo centavo de las decenas y
cientos de miles de dólares que le costaría formar a cualquiera de ellos
en aquel país, al extremo que nos ha obligado a establecer determinadas
restricciones en cuanto al plazo para la salida de algunas categorías
técnicas, a fin de evitar afectaciones a importantes servicios.
Es tradicional, además, que Cuba cumple estrictamente los acuerdos que
suscribe. No ocurre así de la otra parte. Por presiones y factores de
carácter político interno, reiterada y sistemáticamente incumple
obligaciones o las cumple a medias en relación con las medidas a tomar
con los que violan las leyes para emigrar a Estados Unidos y son
interceptados en el mar, o se reducen a un mínimo los esfuerzos para
realizar esta intercepción.
Lo peor de todo es que aquellos que pisan tierra en sus costas son
automáticamente recibidos sin exigencia ni requisito alguno. Sujetos con
antecedentes penales de todo tipo, que jamás reciben visa cuando la
solicitan, adquieren el derecho a trabajar de inmediato y a residir en
el país. De esta forma se viola el sentido y el objetivo de los Acuerdos
Migratorios y se pone en peligro los bienes y la seguridad de los
ciudadanos norteamericanos. Muchos de los que después forman parte de
las redes de traficantes de emigrantes y de drogas proceden de estos
sujetos violentos y de pésimos antecedentes delictivos, admitidos cuando
viajan ilegalmente a Estados Unidos.
Las autoridades de Estados Unidos conocen y poseen información sobre los
que practican el tráfico de inmigrantes. En nuestro país hemos capturado
en los últimos cuatro años a más de ciento diez de esos traficantes
residentes en Estados Unidos; viajan por mar en lanchas rápidas para
recoger su carga de emigrantes; las autoridades de Estados Unidos no
aceptan su devolución para juzgarlos ante sus tribunales, pues de allí
proceden, allí residen, de allí son las embarcaciones y allí contratan y
cobran las operaciones.
Nuestro país realiza grandes esfuerzos para combatir este grave delito
internacional; en Estados Unidos no se hace absolutamente nada.
Si fuese a la inversa, si niños norteamericanos muriesen casi
constantemente debido al tráfico de personas con embarcaciones
procedentes de Cuba, con matrículas cubanas, tripuladas por personas
residentes en Cuba, el pueblo de Estados Unidos reaccionaría con la más
profunda y legítima indignación. ¿Por qué, en cambio, puede hacerse eso
con relación a Cuba? Todos los años, todos los meses, todas las semanas,
casi todos los días, durante décadas desde que se aprobó la infausta y
delirante Ley de Ajuste Cubano en 1966, hace ya 35 años, lejos de
restringirse o anularse esta Ley, se les concede cada vez más y más
privilegios a los que se acogen a ella, por presiones de la mafia
terrorista de Miami y la conducta venal e interpretaciones arbitrarias
de funcionarios y autoridades de Estados Unidos.
El último de tales privilegios es el de viajar con falsa documentación a
territorio norteamericano, en cualquier línea aérea, e identificarse
como ciudadano de origen cubano apenas llegue, para ser declarado impune
y recibir el beneficio de residir en Estados Unidos. ¿Cómo puede
alegarse el deseo de proteger la seguridad de Estados Unidos cuando se
aceptan tales violaciones y prácticas, que ultrajan sus leyes y
promueven el caos, la anarquía y el desorden? ¿Cómo podría así librarse
una batalla contra el crimen organizado, el terrorismo, el tráfico de
drogas, de emigrantes y otras formas de delito internacional?
¿Por qué niños cubanos, cuya mortalidad infantil en el primer año de
vida ha sido reducida a menos de 7 por cada mil nacidos vivos -que es
incluso inferior a la de Estados Unidos-, tienen que morir de esa forma
atroz en virtud de la mencionada ley? ¿Por qué los niños cubanos,
ninguno de los cuales perece en violentos huracanes y desastres
naturales que ocasionan la pérdida de miles de vidas en otras partes por
carecer de protección, tienen que morir en el fondo de los mares? Si los
niños cubanos disfrutan -cada uno de ellos- de atención prenatal,
nacimiento en instituciones hospitalarias, cuidados intensivos
posnatales, servicios médicos gratuitos durante toda la vida, vacunación
contra 13 enfermedades prevenibles, alimentación adecuada, círculos
infantiles, educación preescolar y primaria, escuelas especiales para
cuantos requieran de ellas, educación secundaria a la que acuden y de la
que se gradúa casi el ciento por ciento de los alumnos, enseñanza media
superior sin excepción alguna para todos los que quieran acceder a ella,
decenas de centros universitarios con las más variadas carreras; si las
más prestigiosas instituciones internacionales reconocen que los
servicios de salud, educación, preparación física y deportes que reciben
nuestros niños están entre los mejores del mundo, todos absolutamente
gratuitos; si a los niños cubanos se dedican los más elevados aportes
del ingreso bruto del país y del presupuesto nacional; si para los
niños, adolescentes y jóvenes prestan servicios, con esmero, más de
medio millón de trabajadores, la mayoría de ellos altamente calificados;
si los niños cubanos ocupan destacados lugares en concursos y
competencias internacionales de conocimientos; si los niños cubanos no
conocen el vicio de las drogas ni mueren en las escuelas víctimas de las
armas de fuego y de la violencia; si para ellos se desarrolla la marcha
incontenible hacia una cultura general integral que convertirá a nuestro
pueblo en el más culto del mundo, ¿por qué tienen que morir devorados
por los tiburones en las proximidades de la Florida?
¿Por qué Cuba es el único país de la Tierra a cuyos niños y ciudadanos
se les depara ese posible destino a causa de una ley que carece de
justificación ética, explicación y excusa posible?
Sean trece, sean seis, sea uno solo el que muriera en el dramático
naufragio de la lancha rápida, en una operación de contrabando humano
con 30 o más ciudadanos cubanos a bordo, constituye una vergüenza para
Estados Unidos ante los ojos del mundo.
No es el primero y único grupo que ha sufrido esa tragedia. Es
incalculable el número de los que han sido víctimas de similar destino,
sin que ello haga que las autoridades de ese país se decidan a luchar
contra el odioso y repugnante tráfico de seres humanos. Nosotros hemos
ofrecido nuestra sincera cooperación en la lucha contra el tráfico de
drogas, el tráfico de personas o cualquier otra forma de crimen
internacional. Por pura soberbia política esta cooperación ha sido
rechazada, o limitada a un mínimo.
Cuba fue el primer país que el 11 de septiembre proclamó su apoyo al
pueblo norteamericano ante el acto atroz cometido contra él, y propuso
la idea de crear una conciencia universal contra el terrorismo y llevar
adelante una lucha política internacional activa para poner fin de forma
eficiente y adecuada al flagelo del terrorismo, que tanto ha afectado a
nuestro país durante más de 40 años. Cuba fue también el primer país
que, respondiendo a la petición del Secretario General de las Naciones
Unidas a los Estados miembros de esa organización mundial, se adhirió a
los doce convenios internacionales en materia de terrorismo. Ahora
recibe el duro golpe de la noticia de numerosos niños tragados por el
mar en el fatídico naufragio de la madrugada del 17 de noviembre, en un
repugnante tráfico de emigrantes cubanos.
Por los adultos muertos, algunos de ellos culpables de haberse dejado
seducir por la aventura que condujo a sus hijos a la muerte, sentimos
dolor y pena, y extendemos el pésame a sus familiares. Por los niños
inocentes conducidos a injusta e inmerecida muerte, sentimos verdadero
luto. Fueron criaturas arrancadas a la Patria que tanto amor y atención
les brinda a todos.
No culparemos al actual gobierno de engendrar un fenómeno que es fruto
de decenas de años de agresión, hostilidad y crimen contra Cuba,
cometido por sucesivas administraciones a lo largo de muchos años; pero
tenemos derecho a reclamar que se ponga fin a una política incivilizada
y bárbara.
Hechos semejantes golpean la autoridad y la moral de Estados Unidos y
van contra sus intereses, enfrascado como está hoy en una lucha compleja
y difícil contra el terrorismo en la que está envuelta de una forma o de
otra toda la comunidad internacional a partir de los hechos trágicos y
dolorosos del 11 de septiembre. Nadie comprenderá por qué se mantiene
esa ley inmoral e injusta, que conduce a una muerte cruel e
injustificable a tantos niños cubanos inocentes.
Millones de ciudadanos del Caribe, de México y del resto de América
Latina, tienen derecho a preguntarse por qué a ellos se les persigue y
expulsa cuando viajan ilegalmente, y en cambio a los cubanos que lo
hacen se les estimula y premia. La misma pregunta pueden hacerla cientos
de millones de asiáticos, africanos y de otras regiones del mundo. La
crisis económica y la pobreza generalizada multiplicarán las presiones
migratorias hacia Estados Unidos. La Ley de Ajuste será, para los que
aspiren a emigrar de una u otra forma, un importante e irrebatible
argumento moral.
En todas partes habrá personas que siempre se arriesgarán a perder la
vida para emigrar ilegalmente, pero lo que nunca tendrá justificación es
que se les estimule a hacerlo. Tal hecho constituye un crimen de lesa
humanidad, un abominable desprecio por la vida humana.
No propondríamos una Ley de Ajuste para los demás países porque es una
ley asesina, pero sí propondríamos el desarrollo del Tercer Mundo, si no
se desea que su población excedente aplaste a las sociedades ricas, a
costa de la abundante sangre de los emigrantes que tratarán de filtrarse
por todas las vías. Propondríamos justicia para el mundo y un poco de
luz para los políticos ciegos que hoy dirigen las más desarrolladas y
ricas naciones de la Tierra.
La Ley de Ajuste Cubano no solo constituye una ley asesina, sino también
una ley terrorista, de un terrorismo de la peor especie, que mata
conscientemente y sin el menor remordimiento a niños inocentes.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
------------------ schnapp --------------------------------
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"Ohne Pressefreiheit, Vereins- und Versammlungsrecht ist keine
Arbeiterbewegung möglich" - Friedrich Engels (Februar 1865)
Die Kundgebung protestierte gegen die US-amerikanische
Einwanderungspolitik, die sich sehr restriktiv gegen legale
Einwanderungen verhält, aber die illegale Ausreise ermutigt, und damit
bereits zahlreiche Tote zu verantworten hat.
Die hier mitgeteilte Rede von Fidel Castro legt wichtige Grundsätze
der cubanischen Migrationspolitik dar.
Cuba ist m.W. das einzige Land der Welt, das den USA ein
Einwanderungsabkommen abgetrotzt hat, wo die USA eine feste Zahl von
Einwanderungsvisa zugesagt haben.
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Fidel Castro Ruz. (27/11/2001)
ANSPRACHE DES PRÄSIDENTEN DER REPUBLIK KUBA FIDEL CASTRO RUZ, AUF DER
ANTIIMPERIALISTISCHEN TRIBÜNE ,JOSÉ MARTI" AM 27. NOVEMBER 2001
Mitbürger:
Durch die US-amerikanischen Fernsehsender und die Nachrichtenagenturen
erhielten wir die Nachricht, daß 30 Kubaner, darunter 13 Kinder, ums
Leben gekommen waren bei einer Operation des Menschenschmuggels, die mit
einem aus den USA kommenden Schnellboot mit US-amerikanischer
Registernummer durchgeführt und von in jenem Land wohnenden Personen
finanziert wurde.
Es war nicht das erste, sondern vielleicht das tausendste Mal, daß es
als unheilvolle Frucht des mörderischen Cuban Adjustment Act zu solchen
Geschehnissen gekommen war.
Immer wenn es zu einem dieser Ereignisse kommt, geben die US-Behörden
keinerlei Informationen über Namen, Wohnort, Alter, Geschlecht oder
jegliche andere Personalangabe der Opfer, die sie mit Hilfe der
Informationen der Überlebenden und anderer Mittel identifizieren können.
Die kubanischen Behörden sehen sich gezwungen, wie eine Stecknadel im
Heuhaufen mittels langer und komplizierter Prozesse die entsprechenden
Angaben zu suchen, um die Familien, Schulen, Gesundheitseinrichtungen,
Sozialversicherungen und jegliche andere Institution darüber zu
benachrichtigen, was mit Personen geschehen ist, die ohne irgendeine
Nachricht plötzlich verschwunden sind.
Über enge Kontakte, die durch persönliche und familiäre Besuche in
beiden Richtungen ermöglicht wurden, die unser Land erlaubt,
organisieren skrupellose Menschenhändler kostspielige und riskante
illegale Fahrten von Gruppen von Personen aus verschiedenen Orten, bei
denen das Leben von zahlreichen Kindern, die sie auf unverantwortliche
Weise mitnehmen, in Gefahr gebracht wird.
Bei dieser Gelegenheit wurde von unseren Behörden bereits die Identität
von fast der Hälfte der 13 Kinder festgestellt, von denen die
Agenturmeldungen sprechen. Diese Kinder wurden ihren Klassenzimmern und
Schulen entrissen, in denen sie ihren Unterricht absolvierten, und sie
hatten keinerlei Ahnung von dem schrecklichen Tod, in den sie getrieben
wurden auf einem Punkt des Meeres, wo man nicht einmal Spuren von ihnen
gefunden hat.
Viele Jahre lang haben wir die US-Regierungen davor gewarnt, daß der
seit dem 2. November 1966 gültige Cuban Adjustment Act und die Anreize
zu den illegalen Ausreisen die Ursachen darstellen für enorme Risiken
und den Verlust von vielen Menschenleben.
Seit dem Sieg der Revolution hat unser Land der legalen Emigration
kubanischer Bürger in die Vereinigten Staaten oder irgendein anderes
Land niemals Hindernisse in den Weg gelegt. Als die Revolution siegte,
strebten viele Menschen in Kuba, genauso wie im Rest der Karibik und
Lateinamerikas - die die Armut und die Unterentwicklung erlitten -,
danach, zu emigrieren, auf der Suche nach besser bezahlten
Beschäftigungen und besseren materiellen Lebensbedingungen als in ihren
eigenen Ländern, die Jahrhunderten der Ausbeutung und Ausplünderung
unterworfen waren, niemals hätten finden können. Bis 1959 war die
Erteilung von Visa an Kubaner äußerst begrenzt. Die Türen öffneten sich
damals aus offensichtlichen Gründen vollständig.
So entstanden bedeutende Ansiedlungen kubanischen Ursprungs in den USA.
Die überwiegende Mehrheit reiste mittels legaler Formalitäten, Dokumente
und Wege. Trotz der zunehmenden Spannungen und einiger Konflikte über
das Migrationsthema wurden mehr als einmal Abkommen zwischen beiden
Ländern unterzeichnet, die während mehr als vier Jahrzehnten den
sicheren und geordneten Transport von Hunderttausenden von kubanischen
Bürgern in die Vereinigten Staaten ohne den Verlust eines einzigen
Lebens eines Kindes oder Erwachsenen ermöglichten.
Die kubanischen Emigranten sind als Ergebnis der revolutionären
Programme in der Regel Personen mit einem hohen Schulniveau und hoher
technischer oder fachspezifischer Ausbildung.
Bis zum 9. November 2001 sind 132 586 Bürger im Einklang mit den letzten
Abkommen vom September 1994 und Mai 1995 mit Einreisevisa und auf
absolut sicheren Wegen in die USA gereist.
Die Politisierung des Migrationsphänomens von Seiten der Vereinigten
Staaten, im Besonderen in bezug auf Kuba, war der Grund für diese und
viele andere Tragödien. In ihrer Interessenvertretung wählen sie das
Personal aus, das Visa beantragt, verlangen Dokumente hinsichtlich der
Gesundheit, dem Bildungsstand und dem Verhalten, polizeiliche
Führungszeugnisse und andere Bedingungen; oftmals versuchen sie, diese
Angaben für die Auswahl von hochqualifizierten und gesellschaftlich
bedeutsamen Fachleuten zu nutzen, wobei sie Kuba Ärzte, Ingenieure,
Architekten und andere Universitätsabsolventen entreißen, die kostenlos
in unserem Land ausgebildet wurden, ohne daß dies die USA auch nur einen
Cent kosten würde im Vergleich zu den Zehn- oder Hunderttausenden von
Dollar, die sie für die Ausbildung von jeder dieser Personen in ihrem
Land aufwenden müßten. Dies ging so weit, daß wir gezwungen waren,
bestimmte Restriktionen bezüglich der Frist bei der Ausreise von
Personen festzulegen, die einigen technischen Kategorien angehören, und
zwar mit dem Ziel, die Beeinträchtigung wichtiger Dienstleistungen zu
verhindern.
Es ist zudem traditionell, daß Kuba die unterzeichneten Abkommen strikt
einhält. Dies ist nicht so auf der anderen Seite. Wegen Druckausübungen
und Faktoren innenpolitischen Charakters verletzt sie wiederholt und
systematisch die Verpflichtungen oder erfüllt sie nur halb in bezug auf
die zu ergreifenden Maßnahmen gegenüber denjenigen, die gegen die
Gesetze verstoßen, um in die USA zu emigrieren, und auf hoher See
abgefangen werden, oder die Anstrengungen zur Durchführung dieses
Abfangens werden auf ein Minimum reduziert.
Das Schlimmste ist, daß diejenigen, die an ihrer Küste das Festland
betreten, automatisch ohne irgendeine Forderung oder Bedingung empfangen
werden. Dubiose Personen mit Vorstrafen aller Art, die niemals ein Visum
erhalten, wenn sie es beantragen, erwerben das Recht, sofort eine Arbeit
aufzunehmen und den Wohnsitz in den USA einzunehmen. Auf diese Weise
wird der Sinn und das Ziel der Migrationsabkommen verletzt und die Güter
und die Sicherheit der US-Bürger werden in Gefahr gebracht. Viele derer,
die später zu den Netzen der Emigranten- und Drogenhändler gehören,
kommen aus der Gruppe dieser gewalttätigen und mit einer langen
Vorstrafenliste ausgestatteten Personen, die akzeptiert werden, wenn sie
illegal in die USA einreisen.
Die US-Behörden kennen und besitzen Informationen über diejenigen, die
den Handel mit Immigranten betreiben. In unserem Land haben wir in den
letzten vier Jahren mehr als 110 dieser in den USA wohnenden
Menschenhändler festgenommen; sie kommen in Schnellbooten über das Meer,
um ihre Fracht von Emigranten einzusammeln; die US-Behörden akzeptieren
nicht ihre Rückgabe, um sie vor ihre Gerichte zu stellen, denn von dort
kommen sie, dort wohnen sie, von dort stammen die Boote und dort werden
die Operationen in Auftrag gegeben und bezahlt.
Unser Land unternimmt große Anstrengungen, um dieses schwerwiegende
internationale Delikt zu bekämpfen; in den Vereinigten Staaten wird
absolut nichts gemacht.
Wenn es umgekehrt wäre, wenn US-amerikanische Kinder fast ständig
aufgrund des Menschenhandels mit aus Kuba kommenden, in Kuba
registrierten und von in Kuba lebenden Personen gesteuerten Booten
stürben, würde das Volk der Vereinigten Staaten mit der tiefsten und
gerechtfertigsten Wut reagieren. Warum kann man das dagegen in bezug auf
Kuba machen? Jedes Jahr, jeden Monat, jede Woche, fast jeden Tag, über
Jahrzehnte hinweg, seit der unheilvolle und wahnsinnige Cuban Adjustment
Act im Jahr 1966, vor bereits 35 Jahren, verabschiedet und seitdem nicht
im Geringsten eingeschränkt oder annuliert wurde, werden denjenigen, die
sich auf dieses Gesetz berufen, mehr und mehr Privilegien gewährt, und
zwar aufgrund des Drucks der terroristischen Mafia aus Miami und der
bestechlichen Haltung und willkürlichen Interpretationen von US-
Regierungsbeamten und -Behörden.
Das letzte solcher Privilegien besteht darin, mit falschen
Ausweispapieren mit jeglicher Fluggesellschaft auf das US-Staatsgebiet
einzureisen und sich direkt nach der Ankunft als Bürger kubanischer
Herkunft zu erkennen zu geben, worauf man als nicht strafbar erklärt
wird und die Begünstigung erhält, in den USA seinen Wohnsitz
einzunehmen. Wie kann man den Wunsch anführen, die Sicherheit der
Vereinigten Staaten zu schützen, wenn solche Gesetzesverletzungen und
Praktiken akzeptiert werden, die die US-Gesetze verunglimpfen und Chaos,
Anarchie und Unordnung fördern? Wie könnte man auf diese Weise eine
Schlacht gegen das organisierte Verbrechen, den Terrorismus, den Handel
mit Drogen und Emigranten und andere Arten des internationalen
Verbrechens schlagen? Warum müssen kubanische Kinder, deren
Sterblichkeitsrate im ersten Lebensjahr auf weniger als 7 pro eintausend
Lebendgeborene gesenkt wurde - diese Rate ist sogar niedriger als in den
USA -, auf diese grausame Weise wegen dem erwähnten Gesetz sterben?
Warum müssen kubanische Kinder, von denen keines ums Leben kommt bei
gewaltigen Hurrikans und Naturkatastrophen, die aufgrund des fehlenden
Schutzes in anderen Ländern den Verlust von Tausenden von Menschenleben
verursachen, auf dem Grund des Meeres sterben? Wenn die kubanischen
Kinder - jedes einzelne von ihnen - in den Genuß der vorgeburtlichen
Betreuung kommen, der Geburt in Krankenhäusern, nachgeburtlicher
Intensivbetreuung, kostenloser ärztlicher Betreuung während des ganzen
Lebens, der Impfung gegen 13 vermeidbare Krankheiten, angemessener
Ernährung, Kinderkrippen, Vorschul- und Grundschulbildung, Sonderschulen
für diejenigen, die dies benötigen, Mittelschulbildung, die fast
einhundert Prozent der Schüler absolvieren und abschließen, höhere
Mittelschulbildung ohne irgendeine Ausnahme für all diejenigen, die sie
absolvieren möchten, Dutzende von Universitätszentren mit den
verschiedensten Studiengängen; wenn die angesehensten internationalen
Institutionen anerkennen, daß die Gesundheits-, Bildungs-, Körperkultur-
und Sportleistungen, die unsere Kinder erhalten, unter den besten der
Welt rangieren, wobei alle absolut gratis sind; wenn den kubanischen
Kindern der höchste Anteil der Bruttoeinnahmen des Landes und des
Staatshaushalts gewidmet wird; wenn mehr als eine halbe Million
mehrheitlich hochqualifizierte Menschen für die Kinder, Heranwachsenden
und Jugendlichen mit Gewissenhaftigkeit Dienste leisten; wenn die
kubanischen Kinder herausragende Plazierungen bei internationalen
Wissenswettbewerben erringen; wenn die kubanischen Kinder weder das
Laster der Drogen kennen noch in den Schulen als Opfer von Schußwaffen
und Gewalt sterben; wenn für sie der unaufhaltsame Marsch hin zu einer
allgemeinen integralen Kultur entfaltet wird, der unser Volk zum
gebildetsten der Welt machen wird, warum müssen sie dann sterben, indem
sie in der Nähe Floridas von den Haien verschlungen werden?
Warum ist Kuba das einzige Land auf der Erde, dessen Kinder man dieses
mögliche Schicksal wegen eines Gesetzes beschert, dem es an ethischer
Rechtfertigung, Erklärung und möglicher Entschuldigung fehlt?
Seien es dreizehn, sechs oder nur ein einziges Kind, das bei dem
dramatischen Untergang des Schnellboots im Rahmen einer Operation des
Menschenschmuggels mit 30 oder mehr kubanischen Bürgern an Bord starb,
es stellt für die Vereinigten Staaten eine Schande vor den Augen der
Welt dar.
Es ist nicht die erste und einzige Gruppe, die diese Tragödie erlitten
hat. Die Anzahl derer, die zum Opfer eines ähnlichen Schicksals geworden
sind, ist unermeßlich, ohne daß dies dazu führt, daß die Behörden dieses
Landes sich entscheiden, gegen den verabscheuungswürdigen und
widerlichen Menschenhandel zu kämpfen. Wir haben unsere ernsthafte
Zusammenarbeit beim Kampf gegen den Drogenhandel, den Menschenhandel
oder jegliche andere Form des internationalen Verbrechens angeboten. Aus
reinem politischem Hochmut wurde diese Zusammenarbeit angelehnt oder auf
ein Minimum begrenzt.
Kuba war das erste Land, das am 11. September seine Unterstützung für
das US-amerikanische Volk angesichts der gegen dieses Volk verübten
grausamen Tat, und es schlug die Idee der Schaffung eines universellen
Bewußtseins gegen den Terrorismus und des Vorantreibens eines aktiven
internationalen politischen Kampfes zur wirksamen und angemessenen
Beseitigung der Geißel des Terrorismus vor, der unser Land über mehr als
vierzig Jahre hinweg so geschädigt hat. Kuba war auch das erste Land,
das als Antwort auf die Petition des UN-Generalsekretärs an die
Mitgliedsstaaten dieser Weltorganisation den zwölf internationalen
Vereinbarungen auf dem Gebiet des Terrorismus beitrat.
Jetzt erhält es den harten Schlag der Nachricht von zahlreichen Kindern,
die bei dem unheilvollen Untergang im Morgengrauen des 17. November vom
Meer verschlungen wurden, im Rahmen eines widerwärtigen Handels mit
kubanischen Emigranten.
Wegen der ums Leben gekommenen Erwachsenen, von denen einige schuldig
sind, sich von dem Abenteuer haben verführen zu lassen, das ihre Kinder
in den Tod trieb, fühlen wir Schmerz und Anteilnahme, und wir drücken
ihren Verwandten unser Mitleid aus. Wegen der Kinder, die in einen
ungerechten und unverdienten Tod getrieben wurden, fühlen wir wahre
Trauer. Sie waren Kreaturen, die dem Vaterland entrissen wurden, das
allen Kindern so viel Liebe und Aufmerksamkeit schenkt.
Wir geben nicht der aktuellen Regierung die Schuld, ein Phänomen
hervorgebracht zu haben, welches die Frucht von Jahrzehnten der
Aggression, Feindseligkeit und Verbrechen gegen Kuba ist, begangen von
aufeinanderfolgenden Administrationen im Laufe von vielen Jahren; doch
wir haben das Recht zu fordern, daß einer unzivilisierten und
barbarischen Politik ein Ende bereitet wird.
Ähnliche Ereignisse versetzen der Autorität und der Moral der
Vereinigten Staaten Schläge und richten sich gegen ihre Interessen, wo
sie heutzutage mit einem komplexen und schwierigen Kampf gegen den
Terrorismus beschäftigt ist, in den, ausgehend von den tragischen und
schmerzlichen Geschehnissen des 11. September, auf die eine oder andere
Art die gesamte Völkergemeinschaft verwickelt ist. Niemand wird
verstehen, warum dieses unmoralische und ungerechte Gesetz
aufrechterhalten wird, das so viele unschuldige kubanische Kinder in
einen grausamen und nicht zu rechtfertigenden Tod treibt.
Millionen von Bürgern der Karibik, Mexikos und des restlichen
Lateinamerikas haben das Recht, sich zu fragen, warum sie verfolgt und
aus dem Land geworfen werden, wenn sie illegal einreisen, während im
Gegensatz dazu die Kubaner, die dies tun, stimuliert und prämiert
werden. Die selbe Frage können Hunderte Millionen von Asiaten,
Afrikanern und Menschen aus anderen Regionen der Welt stellen. Die
Wirtschaftskrise und die weltweit verbreitete Armut werden den
Migrationsdruck auf die USA vervielfachen. Der Cuban Adjustment Act wird
für diejenigen, die danach streben, auf die eine oder andere Weise zu
emigrieren, ein wichtiges und unanfechtbares moralisches Argument sein.
Überall wird es Menschen geben, die stets das Risiko des Verlustes des
eigenen Lebens eingehen werden, um illegal zu emigrieren, doch es wird
niemals eine Rechtfertigung dafür geben, daß man ihnen einen Anreiz zur
illegalen Emigration verschafft. So etwas stellt ein Verbrechen gegen
die Menschlichkeit dar, eine abscheuliche Verachtung für das menschliche
Leben.
Wir würden keinen Adjustment Act für die anderen Länder vorschlagen,
denn es ist ein mörderisches Gesetz, doch wir würden sehr wohl die
Entwicklung der Dritten Welt vorschlagen, wenn man nicht will, daß deren
überschüssige Bevölkerung die reichen Gesellschaften zerdrückt, auf
Kosten des vielen Blutes der Emigranten, die versuchen werden, auf allen
Wegen in die reichen Länder einzusickern. Wir würden Gerechtigkeit für
die Welt und ein bißchen Licht für die blinden Politiker vorschlagen,
die heute die am meisten entwickelten und reichsten Nationen der Welt
anführen.
Der Cuban Adjustment Act stellt nicht nur ein mörderisches Gesetz dar,
sondern auch ein terroristisches Gesetz, eines Terrorismus der
schlimmsten Art, der bewußt und ohne die geringste Reue unschuldige
Kinder tötet.
Vaterland oder Tod!
Wir werden siegen!
Fidel Castro Ruz. (27/11/2001)
ANSPRACHE DES PRÄSIDENTEN DER REPUBLIK KUBA FIDEL CASTRO RUZ, AUF DER
ANTIIMPERIALISTISCHEN TRIBÜNE ,JOSÉ MARTI" AM 27. NOVEMBER 2001
Mitbürger:
Durch die US-amerikanischen Fernsehsender und die Nachrichtenagenturen
erhielten wir die Nachricht, daß 30 Kubaner, darunter 13 Kinder, ums
Leben gekommen waren bei einer Operation des Menschenschmuggels, die mit
einem aus den USA kommenden Schnellboot mit US-amerikanischer
Registernummer durchgeführt und von in jenem Land wohnenden Personen
finanziert wurde.
Es war nicht das erste, sondern vielleicht das tausendste Mal, daß es
als unheilvolle Frucht des mörderischen Cuban Adjustment Act zu solchen
Geschehnissen gekommen war.
Immer wenn es zu einem dieser Ereignisse kommt, geben die US-Behörden
keinerlei Informationen über Namen, Wohnort, Alter, Geschlecht oder
jegliche andere Personalangabe der Opfer, die sie mit Hilfe der
Informationen der Überlebenden und anderer Mittel identifizieren können.
Die kubanischen Behörden sehen sich gezwungen, wie eine Stecknadel im
Heuhaufen mittels langer und komplizierter Prozesse die entsprechenden
Angaben zu suchen, um die Familien, Schulen, Gesundheitseinrichtungen,
Sozialversicherungen und jegliche andere Institution darüber zu
benachrichtigen, was mit Personen geschehen ist, die ohne irgendeine
Nachricht plötzlich verschwunden sind.
Über enge Kontakte, die durch persönliche und familiäre Besuche in
beiden Richtungen ermöglicht wurden, die unser Land erlaubt,
organisieren skrupellose Menschenhändler kostspielige und riskante
illegale Fahrten von Gruppen von Personen aus verschiedenen Orten, bei
denen das Leben von zahlreichen Kindern, die sie auf unverantwortliche
Weise mitnehmen, in Gefahr gebracht wird.
Bei dieser Gelegenheit wurde von unseren Behörden bereits die Identität
von fast der Hälfte der 13 Kinder festgestellt, von denen die
Agenturmeldungen sprechen. Diese Kinder wurden ihren Klassenzimmern und
Schulen entrissen, in denen sie ihren Unterricht absolvierten, und sie
hatten keinerlei Ahnung von dem schrecklichen Tod, in den sie getrieben
wurden auf einem Punkt des Meeres, wo man nicht einmal Spuren von ihnen
gefunden hat.
Viele Jahre lang haben wir die US-Regierungen davor gewarnt, daß der
seit dem 2. November 1966 gültige Cuban Adjustment Act und die Anreize
zu den illegalen Ausreisen die Ursachen darstellen für enorme Risiken
und den Verlust von vielen Menschenleben.
Seit dem Sieg der Revolution hat unser Land der legalen Emigration
kubanischer Bürger in die Vereinigten Staaten oder irgendein anderes
Land niemals Hindernisse in den Weg gelegt. Als die Revolution siegte,
strebten viele Menschen in Kuba, genauso wie im Rest der Karibik und
Lateinamerikas - die die Armut und die Unterentwicklung erlitten -,
danach, zu emigrieren, auf der Suche nach besser bezahlten
Beschäftigungen und besseren materiellen Lebensbedingungen als in ihren
eigenen Ländern, die Jahrhunderten der Ausbeutung und Ausplünderung
unterworfen waren, niemals hätten finden können. Bis 1959 war die
Erteilung von Visa an Kubaner äußerst begrenzt. Die Türen öffneten sich
damals aus offensichtlichen Gründen vollständig.
So entstanden bedeutende Ansiedlungen kubanischen Ursprungs in den USA.
Die überwiegende Mehrheit reiste mittels legaler Formalitäten, Dokumente
und Wege. Trotz der zunehmenden Spannungen und einiger Konflikte über
das Migrationsthema wurden mehr als einmal Abkommen zwischen beiden
Ländern unterzeichnet, die während mehr als vier Jahrzehnten den
sicheren und geordneten Transport von Hunderttausenden von kubanischen
Bürgern in die Vereinigten Staaten ohne den Verlust eines einzigen
Lebens eines Kindes oder Erwachsenen ermöglichten.
Die kubanischen Emigranten sind als Ergebnis der revolutionären
Programme in der Regel Personen mit einem hohen Schulniveau und hoher
technischer oder fachspezifischer Ausbildung.
Bis zum 9. November 2001 sind 132 586 Bürger im Einklang mit den letzten
Abkommen vom September 1994 und Mai 1995 mit Einreisevisa und auf
absolut sicheren Wegen in die USA gereist.
Die Politisierung des Migrationsphänomens von Seiten der Vereinigten
Staaten, im Besonderen in bezug auf Kuba, war der Grund für diese und
viele andere Tragödien. In ihrer Interessenvertretung wählen sie das
Personal aus, das Visa beantragt, verlangen Dokumente hinsichtlich der
Gesundheit, dem Bildungsstand und dem Verhalten, polizeiliche
Führungszeugnisse und andere Bedingungen; oftmals versuchen sie, diese
Angaben für die Auswahl von hochqualifizierten und gesellschaftlich
bedeutsamen Fachleuten zu nutzen, wobei sie Kuba Ärzte, Ingenieure,
Architekten und andere Universitätsabsolventen entreißen, die kostenlos
in unserem Land ausgebildet wurden, ohne daß dies die USA auch nur einen
Cent kosten würde im Vergleich zu den Zehn- oder Hunderttausenden von
Dollar, die sie für die Ausbildung von jeder dieser Personen in ihrem
Land aufwenden müßten. Dies ging so weit, daß wir gezwungen waren,
bestimmte Restriktionen bezüglich der Frist bei der Ausreise von
Personen festzulegen, die einigen technischen Kategorien angehören, und
zwar mit dem Ziel, die Beeinträchtigung wichtiger Dienstleistungen zu
verhindern.
Es ist zudem traditionell, daß Kuba die unterzeichneten Abkommen strikt
einhält. Dies ist nicht so auf der anderen Seite. Wegen Druckausübungen
und Faktoren innenpolitischen Charakters verletzt sie wiederholt und
systematisch die Verpflichtungen oder erfüllt sie nur halb in bezug auf
die zu ergreifenden Maßnahmen gegenüber denjenigen, die gegen die
Gesetze verstoßen, um in die USA zu emigrieren, und auf hoher See
abgefangen werden, oder die Anstrengungen zur Durchführung dieses
Abfangens werden auf ein Minimum reduziert.
Das Schlimmste ist, daß diejenigen, die an ihrer Küste das Festland
betreten, automatisch ohne irgendeine Forderung oder Bedingung empfangen
werden. Dubiose Personen mit Vorstrafen aller Art, die niemals ein Visum
erhalten, wenn sie es beantragen, erwerben das Recht, sofort eine Arbeit
aufzunehmen und den Wohnsitz in den USA einzunehmen. Auf diese Weise
wird der Sinn und das Ziel der Migrationsabkommen verletzt und die Güter
und die Sicherheit der US-Bürger werden in Gefahr gebracht. Viele derer,
die später zu den Netzen der Emigranten- und Drogenhändler gehören,
kommen aus der Gruppe dieser gewalttätigen und mit einer langen
Vorstrafenliste ausgestatteten Personen, die akzeptiert werden, wenn sie
illegal in die USA einreisen.
Die US-Behörden kennen und besitzen Informationen über diejenigen, die
den Handel mit Immigranten betreiben. In unserem Land haben wir in den
letzten vier Jahren mehr als 110 dieser in den USA wohnenden
Menschenhändler festgenommen; sie kommen in Schnellbooten über das Meer,
um ihre Fracht von Emigranten einzusammeln; die US-Behörden akzeptieren
nicht ihre Rückgabe, um sie vor ihre Gerichte zu stellen, denn von dort
kommen sie, dort wohnen sie, von dort stammen die Boote und dort werden
die Operationen in Auftrag gegeben und bezahlt.
Unser Land unternimmt große Anstrengungen, um dieses schwerwiegende
internationale Delikt zu bekämpfen; in den Vereinigten Staaten wird
absolut nichts gemacht.
Wenn es umgekehrt wäre, wenn US-amerikanische Kinder fast ständig
aufgrund des Menschenhandels mit aus Kuba kommenden, in Kuba
registrierten und von in Kuba lebenden Personen gesteuerten Booten
stürben, würde das Volk der Vereinigten Staaten mit der tiefsten und
gerechtfertigsten Wut reagieren. Warum kann man das dagegen in bezug auf
Kuba machen? Jedes Jahr, jeden Monat, jede Woche, fast jeden Tag, über
Jahrzehnte hinweg, seit der unheilvolle und wahnsinnige Cuban Adjustment
Act im Jahr 1966, vor bereits 35 Jahren, verabschiedet und seitdem nicht
im Geringsten eingeschränkt oder annuliert wurde, werden denjenigen, die
sich auf dieses Gesetz berufen, mehr und mehr Privilegien gewährt, und
zwar aufgrund des Drucks der terroristischen Mafia aus Miami und der
bestechlichen Haltung und willkürlichen Interpretationen von US-
Regierungsbeamten und -Behörden.
Das letzte solcher Privilegien besteht darin, mit falschen
Ausweispapieren mit jeglicher Fluggesellschaft auf das US-Staatsgebiet
einzureisen und sich direkt nach der Ankunft als Bürger kubanischer
Herkunft zu erkennen zu geben, worauf man als nicht strafbar erklärt
wird und die Begünstigung erhält, in den USA seinen Wohnsitz
einzunehmen. Wie kann man den Wunsch anführen, die Sicherheit der
Vereinigten Staaten zu schützen, wenn solche Gesetzesverletzungen und
Praktiken akzeptiert werden, die die US-Gesetze verunglimpfen und Chaos,
Anarchie und Unordnung fördern? Wie könnte man auf diese Weise eine
Schlacht gegen das organisierte Verbrechen, den Terrorismus, den Handel
mit Drogen und Emigranten und andere Arten des internationalen
Verbrechens schlagen? Warum müssen kubanische Kinder, deren
Sterblichkeitsrate im ersten Lebensjahr auf weniger als 7 pro eintausend
Lebendgeborene gesenkt wurde - diese Rate ist sogar niedriger als in den
USA -, auf diese grausame Weise wegen dem erwähnten Gesetz sterben?
Warum müssen kubanische Kinder, von denen keines ums Leben kommt bei
gewaltigen Hurrikans und Naturkatastrophen, die aufgrund des fehlenden
Schutzes in anderen Ländern den Verlust von Tausenden von Menschenleben
verursachen, auf dem Grund des Meeres sterben? Wenn die kubanischen
Kinder - jedes einzelne von ihnen - in den Genuß der vorgeburtlichen
Betreuung kommen, der Geburt in Krankenhäusern, nachgeburtlicher
Intensivbetreuung, kostenloser ärztlicher Betreuung während des ganzen
Lebens, der Impfung gegen 13 vermeidbare Krankheiten, angemessener
Ernährung, Kinderkrippen, Vorschul- und Grundschulbildung, Sonderschulen
für diejenigen, die dies benötigen, Mittelschulbildung, die fast
einhundert Prozent der Schüler absolvieren und abschließen, höhere
Mittelschulbildung ohne irgendeine Ausnahme für all diejenigen, die sie
absolvieren möchten, Dutzende von Universitätszentren mit den
verschiedensten Studiengängen; wenn die angesehensten internationalen
Institutionen anerkennen, daß die Gesundheits-, Bildungs-, Körperkultur-
und Sportleistungen, die unsere Kinder erhalten, unter den besten der
Welt rangieren, wobei alle absolut gratis sind; wenn den kubanischen
Kindern der höchste Anteil der Bruttoeinnahmen des Landes und des
Staatshaushalts gewidmet wird; wenn mehr als eine halbe Million
mehrheitlich hochqualifizierte Menschen für die Kinder, Heranwachsenden
und Jugendlichen mit Gewissenhaftigkeit Dienste leisten; wenn die
kubanischen Kinder herausragende Plazierungen bei internationalen
Wissenswettbewerben erringen; wenn die kubanischen Kinder weder das
Laster der Drogen kennen noch in den Schulen als Opfer von Schußwaffen
und Gewalt sterben; wenn für sie der unaufhaltsame Marsch hin zu einer
allgemeinen integralen Kultur entfaltet wird, der unser Volk zum
gebildetsten der Welt machen wird, warum müssen sie dann sterben, indem
sie in der Nähe Floridas von den Haien verschlungen werden?
Warum ist Kuba das einzige Land auf der Erde, dessen Kinder man dieses
mögliche Schicksal wegen eines Gesetzes beschert, dem es an ethischer
Rechtfertigung, Erklärung und möglicher Entschuldigung fehlt?
Seien es dreizehn, sechs oder nur ein einziges Kind, das bei dem
dramatischen Untergang des Schnellboots im Rahmen einer Operation des
Menschenschmuggels mit 30 oder mehr kubanischen Bürgern an Bord starb,
es stellt für die Vereinigten Staaten eine Schande vor den Augen der
Welt dar.
Es ist nicht die erste und einzige Gruppe, die diese Tragödie erlitten
hat. Die Anzahl derer, die zum Opfer eines ähnlichen Schicksals geworden
sind, ist unermeßlich, ohne daß dies dazu führt, daß die Behörden dieses
Landes sich entscheiden, gegen den verabscheuungswürdigen und
widerlichen Menschenhandel zu kämpfen. Wir haben unsere ernsthafte
Zusammenarbeit beim Kampf gegen den Drogenhandel, den Menschenhandel
oder jegliche andere Form des internationalen Verbrechens angeboten. Aus
reinem politischem Hochmut wurde diese Zusammenarbeit angelehnt oder auf
ein Minimum begrenzt.
Kuba war das erste Land, das am 11. September seine Unterstützung für
das US-amerikanische Volk angesichts der gegen dieses Volk verübten
grausamen Tat, und es schlug die Idee der Schaffung eines universellen
Bewußtseins gegen den Terrorismus und des Vorantreibens eines aktiven
internationalen politischen Kampfes zur wirksamen und angemessenen
Beseitigung der Geißel des Terrorismus vor, der unser Land über mehr als
vierzig Jahre hinweg so geschädigt hat. Kuba war auch das erste Land,
das als Antwort auf die Petition des UN-Generalsekretärs an die
Mitgliedsstaaten dieser Weltorganisation den zwölf internationalen
Vereinbarungen auf dem Gebiet des Terrorismus beitrat.
Jetzt erhält es den harten Schlag der Nachricht von zahlreichen Kindern,
die bei dem unheilvollen Untergang im Morgengrauen des 17. November vom
Meer verschlungen wurden, im Rahmen eines widerwärtigen Handels mit
kubanischen Emigranten.
Wegen der ums Leben gekommenen Erwachsenen, von denen einige schuldig
sind, sich von dem Abenteuer haben verführen zu lassen, das ihre Kinder
in den Tod trieb, fühlen wir Schmerz und Anteilnahme, und wir drücken
ihren Verwandten unser Mitleid aus. Wegen der Kinder, die in einen
ungerechten und unverdienten Tod getrieben wurden, fühlen wir wahre
Trauer. Sie waren Kreaturen, die dem Vaterland entrissen wurden, das
allen Kindern so viel Liebe und Aufmerksamkeit schenkt.
Wir geben nicht der aktuellen Regierung die Schuld, ein Phänomen
hervorgebracht zu haben, welches die Frucht von Jahrzehnten der
Aggression, Feindseligkeit und Verbrechen gegen Kuba ist, begangen von
aufeinanderfolgenden Administrationen im Laufe von vielen Jahren; doch
wir haben das Recht zu fordern, daß einer unzivilisierten und
barbarischen Politik ein Ende bereitet wird.
Ähnliche Ereignisse versetzen der Autorität und der Moral der
Vereinigten Staaten Schläge und richten sich gegen ihre Interessen, wo
sie heutzutage mit einem komplexen und schwierigen Kampf gegen den
Terrorismus beschäftigt ist, in den, ausgehend von den tragischen und
schmerzlichen Geschehnissen des 11. September, auf die eine oder andere
Art die gesamte Völkergemeinschaft verwickelt ist. Niemand wird
verstehen, warum dieses unmoralische und ungerechte Gesetz
aufrechterhalten wird, das so viele unschuldige kubanische Kinder in
einen grausamen und nicht zu rechtfertigenden Tod treibt.
Millionen von Bürgern der Karibik, Mexikos und des restlichen
Lateinamerikas haben das Recht, sich zu fragen, warum sie verfolgt und
aus dem Land geworfen werden, wenn sie illegal einreisen, während im
Gegensatz dazu die Kubaner, die dies tun, stimuliert und prämiert
werden. Die selbe Frage können Hunderte Millionen von Asiaten,
Afrikanern und Menschen aus anderen Regionen der Welt stellen. Die
Wirtschaftskrise und die weltweit verbreitete Armut werden den
Migrationsdruck auf die USA vervielfachen. Der Cuban Adjustment Act wird
für diejenigen, die danach streben, auf die eine oder andere Weise zu
emigrieren, ein wichtiges und unanfechtbares moralisches Argument sein.
Überall wird es Menschen geben, die stets das Risiko des Verlustes des
eigenen Lebens eingehen werden, um illegal zu emigrieren, doch es wird
niemals eine Rechtfertigung dafür geben, daß man ihnen einen Anreiz zur
illegalen Emigration verschafft. So etwas stellt ein Verbrechen gegen
die Menschlichkeit dar, eine abscheuliche Verachtung für das menschliche
Leben.
Wir würden keinen Adjustment Act für die anderen Länder vorschlagen,
denn es ist ein mörderisches Gesetz, doch wir würden sehr wohl die
Entwicklung der Dritten Welt vorschlagen, wenn man nicht will, daß deren
überschüssige Bevölkerung die reichen Gesellschaften zerdrückt, auf
Kosten des vielen Blutes der Emigranten, die versuchen werden, auf allen
Wegen in die reichen Länder einzusickern. Wir würden Gerechtigkeit für
die Welt und ein bißchen Licht für die blinden Politiker vorschlagen,
die heute die am meisten entwickelten und reichsten Nationen der Welt
anführen.
Der Cuban Adjustment Act stellt nicht nur ein mörderisches Gesetz dar,
sondern auch ein terroristisches Gesetz, eines Terrorismus der
schlimmsten Art, der bewußt und ohne die geringste Reue unschuldige
Kinder tötet.
Vaterland oder Tod!
Wir werden siegen!
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"Es sind nicht die Generäle und Könige, die die Geschichte machen,
sondern die breiten Massen des Volkes" - Nelson Mandela