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F.Castro: Ni terrorismo, ni guerra! - Rede am 22.9.01

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Lueko Willms

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Sep 23, 2001, 3:50:00 AM9/23/01
to
Rede von Fidel Castro bei einer Kundgebung am Samstag, 22.9.2001
deutsche Übersetzung folgt in der Antwort auf diesen Aushang

hier das spanische Original:

--------- schnipp -----------------------------------------
Discurso del Presidente de la República de Cuba Fidel Castro Ruz, en la
Tribuna Abierta de la Revolución en San Antonio de los Baños, La Habana,
el 22 de septiembre del 2001

Discurso pronunciado en la Tribuna Abierta de la Revolución en San
Antonio de los Baños, La Habana, el 22 de septiembre del 2001.

Compatriotas:

Cualesquiera que fuesen las causas profundas, los factores de orden
económico y político y los grandes culpables que lo trajeron al mundo,
nadie podría negar que el terrorismo constituye hoy un peligroso
fenómeno, indefendible desde el punto de vista ético, que debe ser
erradicado.

Es comprensible el estado de irritación unánime por el daño humano y
psicológico causado al pueblo norteamericano por la muerte sorpresiva e
insólita de miles de inocentes ciudadanos, cuyas imágenes estremecieron
al mundo. ¿En beneficio de quiénes? De la extrema derecha, de las
fuerzas más retrógradas y derechistas, de los partidarios de aplastar la
creciente rebeldía mundial y arrasar con todo lo que quede de
progresista en el mundo. Fue un enorme error, una colosal injusticia y
un gran crimen, sean quienes fueren los organizadores y los responsables
de tal acción.

Pero en nombre de la justicia y bajo el singular y extraño título de
«Justicia Infinita», no se debe utilizar la tragedia para iniciar
irresponsablemente una guerra que en realidad podría convertirse en una
matanza infinita de personas también inocentes.

Las bases, la concepción, los propósitos verdaderos, los ánimos y las
condiciones para tal guerra se han ido estableciendo precipitadamente en
los últimos días. Nadie podría afirmar que era algo no pensado desde
hace rato, que esperaba una oportunidad. Aquellos que después del
llamado fin de la guerra fría continuaron armándose hasta los dientes y
desarrollando los más sofisticados medios para matar y exterminar seres
humanos, eran conscientes de que la inversión de fabulosas sumas en
gastos militares les daría el privilegio de imponer un dominio completo
y total sobre los demás pueblos del mundo. Los ideólogos del sistema
imperialista sabían bien lo que hacían y para qué lo hacían.

Tras la conmoción y el dolor sincero de todos los pueblos de la Tierra
ante el atroz y demencial ataque terrorista contra el pueblo de Estados
Unidos, los ideólogos más extremistas y los halcones más belicosos, ya
ubicados en posiciones privilegiadas de poder, han tomado el mando del
país más poderoso del planeta, cuyas posibilidades militares y
tecnológicas parecieran ser infinitas. Su capacidad para destruir y
matar es enorme; sus hábitos de ecuanimidad, serenidad, reflexión y
contención son, en cambio, mínimos.

La conjunción de factores -donde no están excluidos la complicidad y el
disfrute común de privilegios de otros países poderosos y ricos-, el
oportunismo, la confusión y el pánico reinantes, hacen ya casi
inevitable un desenlace sangriento e imprevisible.

Sean cuales fueren las acciones militares que se desaten, las primeras
víctimas serán los miles de millones de habitantes del mundo pobre y
subdesarrollado con sus increíbles problemas económicos y sociales, sus
deudas impagables y el precio ruinoso de sus productos básicos; sus
crecientes catástrofes naturales y ecológicas, sus hambres y miserias,
su desnutrición masiva de niños, adolescentes y adultos; su terrible
epidemia de SIDA, su paludismo, su tuberculosis, sus enfermedades
infecciosas, que amenazan con el exterminio de naciones enteras.

La grave crisis económica mundial era ya un hecho real e irrebatible que
afectaba sin excepción alguna a todos los grandes polos de poder
económico. Tal crisis se ahondará irremisiblemente en las nuevas
circunstancias y, al hacerse insoportable para la inmensa mayoría de los
pueblos, traerá caos, rebelión e ingobernabilidad por todas partes.

El precio será también impagable para los países ricos. Durante años no
podría hablarse con toda la fuerza necesaria de medio ambiente y
ecología, ni de las ideas, investigaciones realizadas y comprobadas, ni
de los proyectos para proteger la naturaleza, porque su espacio y
posibilidades los ocuparían acciones militares, guerras y crímenes tan
infinitos como la «Justicia Infinita» con cuyo título se pretende
desatar la operación bélica.

¿Puede quedar alguna esperanza después de escuchar, hace apenas 36
horas, el discurso del Presidente ante el Congreso de Estados Unidos?

No usaré adjetivos, enjuiciamientos ni palabras ofensivas para el autor
del discurso, que serían totalmente innecesarias e inoportunas en
instantes tensos y graves como estos que requieren reflexión y
ecuanimidad. Me limitaré a subrayar unas breves frases que lo expresan
todo:

«Vamos a utilizar cualquier arma de guerra que sea necesaria.»

«El país no debe esperar una sola batalla, sino una campaña prolongada,
una campaña sin paralelo en nuestra historia.»

«Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una
decisión: o están con nosotros o están con el terrorismo.»

«Les he pedido a las Fuerzas Armadas que estén en alerta, y hay una
razón para ello: se acerca la hora de que entremos en acción, y ustedes
nos van a hacer sentir orgullosos.»

«Esta es una lucha de todo el mundo, esta es una lucha de la
civilización.»

«Les pido que tengan paciencia [...] en lo que va a ser una campaña
larga.»

«Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos los tiempos
dependen de nosotros.»

«No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto, pero sí cuál
va a ser el desenlace [...] Y sabemos que Dios no es neutral.»

Pido a todos nuestros compatriotas que reflexionen con profundidad y
serenidad sobre las ideas contenidas en varias de las frases
mencionadas:

Están con nosotros o están con el terrorismo.

Ninguna nación del mundo ha sido excluida del dilema, ni siquiera
grandes y poderosos Estados; ninguna ha dejado de ser amenazada con
guerras o con ataques.

Vamos a utilizar cualquier arma.

Ningún procedimiento, sin importar cuál desde el punto de vista ético,
ninguna amenaza por mortífera que sea -nuclear, química, biológica u
otras- han sido excluidos.

No será un breve combate; será una guerra prolongada,
de muchos años, sin paralelo en la historia.

Es la lucha de todo el mundo, es la lucha de la civilización.

Los logros de nuestros tiempos y la esperanza de todos
los tiempos dependen de nosotros.

Por último, una confesión jamás escuchada en un discurso político,
vísperas de una guerra, nada menos que en época de riesgos
apocalípticos: No sabemos cuál va a ser el derrotero de este conflicto,
pero sí cuál va a ser el desenlace. Y sabemos que Dios no es neutral.

La afirmación es asombrosa. Al meditar sobre las partes reales o
imaginarias de esa extraña guerra santa que está a punto de iniciarse,
pienso que es imposible distinguir de qué lado hay más fanatismo.

El jueves, ante el Congreso de Estados Unidos, se diseñó la idea de una
dictadura militar mundial bajo la égida exclusiva de la fuerza, sin
leyes ni instituciones internacionales de ninguna índole. La
Organización de Naciones Unidas, absolutamente desconocida en la actual
crisis, no tendría autoridad ni prerrogativa alguna; habría un solo
jefe, un solo juez, una sola ley.

Todos hemos recibido la orden de aliarnos con el gobierno de Estados
Unidos o con el terrorismo.

Cuba, con la moral que le otorga haber sido el país que más ataques
terroristas ha recibido durante más tiempo, cuyo pueblo no tiembla ante
nada, ni hay amenaza o poder en el mundo capaz de intimidarlo, proclama
que está contra el terrorismo y está contra la guerra. Aunque las
posibilidades son ya remotas, reitera la necesidad de evitar una guerra
de imprevisibles consecuencias, cuyos autores han confesado que no
tienen siquiera idea de cómo se desenvolverán los acontecimientos.
Reitera igualmente su disposición a cooperar con todos los demás países
en la erradicación total del terrorismo.

Algún amigo objetivo y sereno debiera aconsejar al gobierno de Estados
Unidos que no lance a los jóvenes soldados norteamericanos a una guerra
incierta en remotos, recónditos e inaccesibles lugares, como una lucha
contra fantasmas, de los cuales no saben dónde se encuentran, ni
siquiera si existen o no, y si las personas que maten tienen o no
responsabilidad alguna con la muerte de sus compatriotas inocentes
caídos en Estados Unidos.

Cuba no se declarará nunca enemiga del pueblo norteamericano, sometido
hoy a una campaña sin precedentes para sembrar odio y espíritu de
venganza, a tal extremo que se llega a impedir hasta la música que se
inspira en la paz. Cuba, en cambio, hará suya esa música, y sus
canciones por la paz las cantarán hasta sus niños mientras dure la
cruenta guerra que se anuncia.

Pase lo que pase, no se permitirá jamás que nuestro territorio sea
utilizado para acciones terroristas contra el pueblo de Estados Unidos.
Y todo cuanto esté a nuestro alcance lo haremos para evitar acciones de
ese tipo contra él. Hoy le expresamos nuestra solidaridad con nuestra
exhortación a la calma y a la paz. Algún día nos darán la razón.

¡Nuestra independencia, nuestros principios y nuestras conquistas
sociales los defenderemos con honor hasta la última gota de sangre, si
somos agredidos!

No será fácil instrumentar pretextos para hacerlo. Y ya que se habla de
guerra con empleo de todas las armas, es bueno recordar que ni siquiera
eso sería una experiencia nueva. Hace casi cuarenta años, cientos de
armas nucleares, tácticas o estratégicas apuntaban contra Cuba, y nadie
recuerda haber visto a un solo compatriota perder por ello el sueño.

Somos los mismos hijos de ese pueblo heroico, con una conciencia
patriótica y revolucionaria más elevada que nunca. Es la hora de la
serenidad y el coraje.

El mundo tomará conciencia y hará escuchar su voz ante el drama terrible
que lo amenaza y está a punto de sufrir.

Para los cubanos, es el instante preciso de proclamar, con más orgullo y
decisión que nunca:

¡Socialismo o Muerte!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

------------------ schnapp --------------------------------
Quelle:
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/esp/f220901e.html


Lüko Willms http://www.mlwerke.de
/--------- L.WI...@jpberlin.de -- Alle Rechte vorbehalten --

"Nach meiner Ansicht besitzt die Presse _das_ _Recht_,
Schriftsteller, Politiker, Komödianten und andere öffentliche
Charaktere zu _beleidigen_. Achtete ich [so einen Angriff gegen mich]
einer Notiz wert, so galt mir in solchen Fällen der Wahlspruch: à
corsaire, corsaire et demi [auf einen Schelmen anderthalben]."
- Karl Marx 17.11.1860 (Herr Vogt, Kapitel XI)

Lueko Willms

unread,
Sep 23, 2001, 4:01:00 AM9/23/01
to
Hier die deutsche Übersetzung der Rede von Fidel Castro
vom Samstag, 22. September 2001

Übersetzungen in Englisch, Französisch, Italienisch, Portuguiesisch,
Russisch und Arabisch sind ebenfalls bei runterladbar bei

http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/index.html

--------- schnipp -----------------------------------------


ANSPRACHE DES PRÄSIDENTEN DER REPUBLIK KUBA, FIDEL CASTRO RUZ, AUF DER
OFFENEN TRIBÜNE DER REVOLUTION IN SAN ANTONIO DE LOS BAÑOS, PROVINZ
HAVANNA, AM 22. SEPTEMBER 2001

Landsleute:


Was auch immer die tiefgreifenden Gründe, die wirtschaftlichen und
politischen Folgen und die Hauptschuldigen seien, die diese auf der Welt
entstehen ließen, so könnte doch niemand bestreiten, daß der Terrorismus
heutzutage ein gefährliches Phänomen darstellt, das aus ethischer
Hinsicht nicht zu rechtfertigen ist und ausgemerzt werden muß.

Verständlich ist die beim US-amerikanischen Volk verursachte einhellige
Irritation wegen des menschlichen und psychologischen Schadens durch den
überraschenden und unglaublichen Tod von Tausenden von unschuldigen
Bürgern, deren Bilder die Welt erzittern ließen. Wem nützt dies? Der
extremen Rechten, den rückschrittlichsten und rechtsextremsten Kräften
und denjenigen, die dafür sind, die anwachsende weltweite Rebellion zu
zerstören und all das zu vernichten, was an Fortschrittlichem auf der
Erde verbleibt. Es war ein enormer Fehler, eine kolossale
Ungerechtigkeit und ein großes Verbrechen, wer auch immer die
Organisatoren und Verantwortlichen für eine solche Aktion waren.

Aber im Namen der Gerechtigkeit und unter dem einzigartigen und
seltsamen Titel ,Grenzenlose Gerechtigkeit" kann nicht auf
ungerechtfertigte Weise ein Krieg begonnen werden, der in der Realität
zu einem grenzenlosen Massaker an ebenfalls unschuldigen Menschen werden
könnte.

Die Grundlagen, die Konzeption, die wahrhaften Absichten, der
Gemütszustand und die Bedingungen für einen solchen Krieg sind in den
letzten Tagen überstürzt geschaffen worden. Niemand könnte behaupten,
daß dies nicht etwas sei, das bereits seit einiger Zeit ausgedacht ist
und nur auf eine Gelegenheit wartete. Diejenigen, die nach dem
sogenannten Ende des Kalten Krieges damit fortfuhren, sich bis zu den
Zähnen zu bewaffnen und die modernsten Mittel zu entwickeln, um Menschen
zu töten und auszulöschen, waren sich dessen bewußt, daß die Investition
von sagenhaften Summen für Militärausgaben ihnen das Privileg
verschaffen würde, eine vollständige und totale Herrschaft über die
anderen Völker der Erde aufzuzwingen. Die Ideologen des
imperialistischen Systems wußten sehr gut, was sie taten und wofür sie
es taten.

Nach der Bestürzung und dem aufrichtigen Schmerz aller Völker der Erde
angesichts des grausamen und wahnsinnigen terroristischen Anschlags
gegen das Volk der USA haben die extremistischsten Ideologen und die
kriegerischsten Falken, die bereits privilegierte Machtpositionen
innehatten, nun die Führung des mächtigsten Landes der Erde übernommen,
dessen militärische und technologische Möglichkeiten unermeßlich zu sein
schienen. Seine Fähigkeit zur Zerstörung und Tötung sind enorm; seine
Gewohnheiten in bezug auf Gelassenheit, Ernsthaftigkeit, Überlegung und
Zügelung sind dagegen minimal.

Das Zusammentreffen von Faktoren - wobei die Komplizenschaft und der
gemeinschaftliche Genuß von Privilegien seitens anderer mächtiger und
reicher Länder nicht ausgeschlossen sind -, der Opportunismus und die
herrschende Verwirrung und Panik machen ein blutiges und
unvorhersehbares Ende bereits nahezu unvermeidbar.

Was auch immer die militärischen Aktionen seien, die entfesselt werden,
die ersten Opfer werden die Milliarden von Bewohnern der armen und
unterentwickelten Welt mit ihren unglaublichen wirtschaftlichen und
sozialen Problemen sein, mit ihren unbezahlbaren Schulden und dem
ruinösen Preis ihrer Grundprodukte, ihren immer häufigeren natürlichen
und ökologischen Katastrophen, ihrem Hunger und Elend, ihrer
massenhaften Unterernährung von Kindern, Jugendlichen und Erwachsenen,
ihrer schrecklichen AIDS-Epidemie, ihrer Malaria, ihrer Tuberkulose und
ihren Infektionskrankheiten, die ganze Nationen mit der Auslöschung
bedrohen.

Die schwerwiegende Weltwirtschaftskrise war bereits eine reelle und
unanfechtbare Tatsache, die ohne irgendeine Ausnahme alle großen Pole
der Wirtschaftsmacht berührte. Eine solche Krise wird sich unter den
neuen Umständen unumgänglich vertiefen und überall Chaos, Rebellion und
Unregierbarkeit bringen, indem sie für die überwiegende Mehrheit der
Völker unerträglich wird.

Der Preis wird ebenfalls für die reichen Länder unbezahlbar sein. Über
Jahre hinweg könnte man weder mit dem notwendigen Nachdruck über Umwelt
und Ökologie noch über Ideen, durchgeführte und nachgewiesene
Forschungen oder Projekte zum Umweltschutz sprechen, denn ihren Raum und
ihre Möglichkeiten würden militärische Aktionen, Kriege und solch
grenzenlose Verbrechen ausfüllen wie die ,Grenzenlose Gerechtigkeit",
mit deren Titel man die Absicht verfolgt, die kriegerische Operation zu
entfesseln.

Kann es noch irgendeine Hoffnung geben, nachdem man vor kaum 36 Stunden
die Ansprache des US-Präsidenten vor dem Kongreß der Vereinigten Staaten
gehört hat?

Ich werde keine den Autor der Ansprache beleidigenden Adjektive,
Bewertungen oder Worte benutzen, die in spannungsgeladenen und
schwerwiegenden Momenten wie diesen, die Überlegung und Gelassenheit
erfordern, absolut unnötig und unangebracht wären. Ich beschränkte mich
darauf, einige kurze Sätze hervorzuheben, die alles ausdrücken:

"Wir werden jegliche Kriegswaffe benutzen, die notwendig ist".

"Das Land darf keine einzelne Schlacht erwarten, sondern einen
andauernden Feldzug, einen in unserer Geschichte beispiellosen Feldzug".

"Jegliche Nation, an jedem Ort, hat jetzt eine Entscheidung zu
treffen: Entweder sie sind auf unserer Seite oder auf der Seite des
Terrorismus".

"Ich habe die Streitkräfte angewiesen, im Alarmzustand zu sein, und
es gibt dafür einen Grund: es nähert sich der Zeitpunkt, an dem wir in
Aktion treten, und ihr Soldaten werdet uns mit Stolz erfüllen".

"Dies ist ein Kampf der ganzen Welt, dies ist ein Kampf der
Zivilisation".

"Ich bitte Sie, Geduld zu haben [...] bei dem, was ein langer Feldzug
sein wird".

"Die Errungenschaften unserer Zeit und die Hoffnung für alle Zeiten
hängen von uns selbst ab".

"Wir wissen nicht, wie dieser Konflikt verlaufen wird, aber wir
wissen sehr wohl, wie er enden wird [...] Und wir wissen, daß Gott nicht
neutral ist."


Ich bitte alle unsere Landsleute, daß sie tief und ernsthaft über die
Ideen nachdenken, die in einigen der erwähnten Sätze enthalten sind:

Sie sind auf unserer Seite oder auf der Seite des Terrorismus.

Keine Nation der Welt wurde von dem Dilemma ausgenommen, nicht einmal
große und mächtige Staaten; es gibt keinen, der nicht von Kriegen oder
Angriffen bedroht ist.

Wir werden jegliche Waffen verwenden.

Keine Vorgehensweise, welche es auch immer aus ethischer Hinsicht sei,
und keine noch so tödliche Bedrohung - nukleare, chemische, biologische
oder andere - wurden ausgeschlossen.

Es wird kein kurzer Kampf sein; es wird ein viele Jahre
andauernder Krieg sein, der beispiellos in der Geschichte ist,

Es ist ein Kampf der ganzen Welt, es ist der
Kampf der Zivilisation.

Die Errungenschaften unserer Zeit und die Hoffnung
für alle Zeiten hängen von uns selbst ab.

Schließlich ein niemals zuvor in einer politischen Ansprache kurz vor
einem Krieg gehörtes Geständnis, und das zu allem Überfluß in einer
Epoche von apokalyptischen Risiken: Wir wissen nicht, wie dieser
Konflikt verlaufen wird, aber wir wissen sehr wohl, wie er enden wird.
Und wir wissen, daß Gott nicht neutral ist.

Diese Aussage ist erstaunlich. Wenn man über die reellen und
eingebildeten Bestandteile dieses seltsamen heiligen Krieges nachdenkt,
der kurz vor dem Ausbruch steht, dann denke ich, daß es unmöglich zu
unterscheiden ist, auf welcher Seite es mehr Fanatismus gibt.

Am Donnerstag wurde vor dem US-Kongreß die Idee einer weltweiten
Militärdiktatur unter der alleinigen Ägide der Gewalt entworfen, ohne
Gesetze oder internationale Institutionen irgendeiner Art. Die UNO, die
in der momentanen Krise absolut ignoriert wird, hätte weder Autorität
noch irgendein Vorrecht; es gäbe einen einzigen Anführer, einen einzigen
Richter, ein einziges Gesetz.

Wir alle haben den Befehl erhalten, uns entweder mit den Vereinigten
Staaten oder mit dem Terrorismus zu verbünden.

Kuba proklamiert, daß es sowohl gegen den Terrorismus als auch gegen den
Krieg ist, und zwar mit der Moral, die ihm verliehen wird, weil es das
Land ist, das die längste Zeit über den meisten terroristischen Attacken
ausgesetzt war, und weil sein Volk vor niemandem zittert, noch gibt es
eine Bedrohung oder eine Macht auf der Welt, die fähig wäre, das
kubanische Volk einzuschüchtern. Auch wenn die Möglichkeiten bereits
gering sind, bekräftigt Kuba die Notwendigkeit, einen Krieg mit
unvorhersehbaren Folgen zu verhindern, dessen Autoren eingestanden
haben, daß sie nicht einmal eine Ahnung davon haben, wie die Ereignisse
verlaufen werden. Kuba wiederholt gleichermaßen seine Bereitschaft, mit
allen anderen Ländern bei der vollständigen Beseitigung des Terrorismus
zusammenzuarbeiten.

Irgendein objektiver und ernsthafter Freund müßte der US-Regierung
raten, die jungen US-Soldaten nicht in einen unsicheren Krieg an
entlegenen, versteckten und unzugänglichen Orten zu schicken. Dieser
Krieg ist wie ein Kampf gegen Geister, von denen sie nicht wissen, wo
sie sich befinden, nicht einmal, ob sie überhaupt existieren oder nicht,
und ob die Personen, die sie töten, irgendeine Verantwortung für den Tod
ihrer in den USA ums Leben gekommenen unschuldigen Landsleute haben oder
nicht.

Kuba wird sich niemals zum Feind des US-amerikanischen Volkes erklären,
das heute einer beispiellosen Kampagne ausgesetzt ist, um Haß und
Rachegefühle zu säen, und zwar bis zu dem Extrem, daß man sogar das
Abspielen der Musik verhindern will, die ihre Inspiration aus dem
Frieden bezieht. Kuba macht sich dagegen diese Musik zu eigen, und ihre
Friedenslieder werden sogar die kubanischen Kinder singen, solange der
angekündigte blutige Krieg andauert.

Was auch immer geschieht, niemals werden wir erlauben, daß unser
Staatsgebiet für terroristische Aktionen gegen das Volk der Vereinigten
Staaten benutzt wird. Und wir werden alles in unserer Macht stehende
unternehmen, um Aktionen dieser Art gegen das Volk der USA zu
verhindern. Heute drücken wir ihm gegenüber unsere Solidarität gemeinsam
mit unserer Ermahnung zur Ruhe und zum Frieden aus. Eines Tages werden
sie uns Recht geben.

Unsere Unabhängigkeit, unsere Prinzipien und unsere sozialen
Errungenschaften verteidigen wir mit Ehre bis zum letzten Blutstropfen,
wenn wir angegriffen werden!

Es wird nicht leicht sein, Vorwände zu erfinden, um dies zu tun. Und da
man schon vom Krieg mit der Verwendung aller Waffen spricht, ist es gut,
daran zu erinnern, daß nicht einmal dies für uns eine neue Erfahrung
wäre. Vor fast 40 Jahren zielten Hunderte von taktischen und
strategischen Atomwaffen auf Kuba und niemand erinnert sich, damals auch
nur einen einzigen Landsmann gesehen zu haben, der deshalb um den Schlaf
gebracht wurde.

Wir sind die gleichen Kinder dieses heldenhaften Volkes, mit einem
höheren patriotischen und revolutionären Bewußtsein als je zuvor. Es ist
die Stunde der Ernsthaftigkeit und des Muts.

Die Welt wird Bewußtsein erlangen und ihre Stimme angesichts des
schrecklichen Dramas, das sie bedroht und das sie kurz davor ist zu
erleiden, zu Gehör bringen.

Für die Kubaner ist dies der geeignete Moment, um mit mehr Stolz und
Entschlossenheit als je zuvor zu proklamieren:


Sozialismus oder Tod!

Vaterland oder Tod!

Wir werden siegen!


------------------ schnapp --------------------------------
Quelle:
http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2001/ale/f110901a.html

PS: Den Text der Rede von George W. Bush findet man beim Weißen Haus,
über http://www.whitehouse.gov


http://www.whitehouse.gov/news/releases/2001/09/20010920-8.html

Lüko Willms http://www.mlwerke.de
/--------- L.WI...@jpberlin.de -- Alle Rechte vorbehalten --

"Regierung aus dem Volke, durch das Volk und für das Volk"
- Abraham Lincoln, Ansprache in Gettysburg, 19.11.1863
"... was in die revolutionäre Sprache von heute übersetzt heißt:
eine Regierung von Arbeitern, durch Arbeiter und für Arbeiter"
- Fidel Castro, November 1994

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