Estamos cumpliendo cinco años de embarcarnos en este sueño que se materializó en la publicación del primer número de Amaryi, Retorno a la Madre. En palabras de Anna, con quien coeditamos ya nueve números...
Para las mujeres que participamos en ella,
Amaryi no es
tan solo la oportunidad de alzar la voz, de expresarnos libremente, de mostrar nuestro arte y de romper tabúes a través de escritos, dibujos y fotografías. Amaryi también es un vehículo catártico... La oportunidad de muchas de sacar afuera todo lo vivido, lo reprimido, lo frustrado; y también lo bello, lo explorado, lo alcanzado... Es la oportunidad de echar la vista atrás, de hacer memoria de la propia vida (y a menudo de la vida de quienes nos antecedieron, así como de nuestras contemporáneas), y que esa catarsis sea reconocida y enaltecida.
Amaryi da constancia de que nuestra historia cuenta, y además hace que esa historia pueda ser espejo para otras.
Amaryi es cogernos de la mano y gritar juntas, lo bello y lo pesado; lo que nos moja y lo que nos hunde.
Amaryi nos da un lugar. En Amaryi hay lugar para todas.