Fuente.- El Pais, Uruguay
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Lunes 11.02.2013, 16:32 hs | Montevideo, Uruguay.
Espectáculos
En busca de una épica interior
Inminente. El viernes llega la película por la cual Joaquin Phoenix compite por el Oscar
THE NEW YORK TIMES | DENNIS LIM
Amable y enérgico, Paul Thomas Anderson atraviesa la sala de huéspedes de su casa campestre en Encino, entre cajas llenas de libros y material de investigación.
Para The Master, que cuenta la historia de la intensa, simbió- tica relación entre Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoff-man), carismático líder de una secta en los Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, y Freddie Quell, un atormentado veterano que ha estado en combate (Joaquin Phoenix), rastreó en todos los libros que pudo para conocer las enseñanzas del fundador de la Cienciología, L. Ron Hubbard.
Entre ellos estuvieron Dianética en el Limbo, un testimonio personal de Helen O`Brien, una de las primeras seguidoras del movimiento (y la inspiración para el personaje de Laura Dern en la película), y Misión en el tiempo del propio Hubbard (1973), sobre un viaje por mar que incluye búsqueda de tesoros y vidas pasadas. ("Estaba comenzando a perder los tornillos acerca de eso", dice Anderson). También investigó los escritos de exseguidores de la Cienciología y pioneros de movimientos paralelos como Dianología y Dianotes, y revisó varios años de ediciones de The Aberree, un periódico de la Iglesia de la Cienciología.
Anderson dice que mantiene una fascinación por el tema que lo consumió por largos años. "Reírse de todo eso, o limitarse a ser negativo, se vuelve difícil cuando uno mira las cosas de cerca y ve cómo la gente habla de sentirse mejor y tomar el control de sus vidas", razona.
Aunque la Causa, la casi religión de Lancaster Dodd es claramente un paralelo de la Cienciología, The Master está menos interesada en burlarse de ella que en evocar la vasta tradición norteamericana de búsqueda espiritual e infinita recreación de un elenco de soñadores, visionarios, charlatanes y autoproclamados profetas. La investigación de Anderson apeló también a trabajos académicos (Nadie conoce mi historia de Fawn Brodie, sobre Joseph Smith y la creación del Mormonismo) y seudociencia de autoayuda (libros como Viviendo sus vidas pasadas o ¿Son sus problemas psicosomáticos?). "Este material hace que tu cabeza dé vueltas", dice, esgrimiendo libros sobre psicocibernética, el movimiento EST y la teosofía de Madame Blavatsky.
POLÉMICA.
The Master puede ser demasiado excéntrica para competir por el Oscar, pero le ha ido bien con los críticos. Con La noche más oscura y Django sin cadenas, ha sido una de las películas norteamericanas más debatidas del año, y confirma la habilidad de Anderson para generar opiniones más fuertes y contrastadas que cualquier otro cineasta de su generación.
La reacción más extendida, incluso entre quienes gustan de la película, ha sido el desconcierto. A muchos críticos les ha costado interpretarla y descifrar sus claves, y algunos reconocen que solamente comprendieron su verdadero significado luego de verla varias veces. Anderson dice sentirse agradablemente sorprendido por la reacción, pero también un poco frustrado: "Sabía que estaba haciendo algo diferente, pero no pensé que fuera de otro planeta".
Para él, The Master es obviamente la historia de la relación entre sus dos personajes centrales. "Esa conexión y ese amor, ese es el cemento", afirma. La amplia e infundada expectativa de que se tratara de una denuncia de la Cienciología, agrega, pudo haber desorientado a algunos espectadores. "¿Si no es eso, entonces qué diablos es?" Responder con precisión esa pregunta pierde de vista que las películas de Anderson siempre contienen multitudes. Si sus primeros títulos, como Juegos de placer (1997) y Magnolia (1999), fueron demostraciones maximalistas de coraje juvenil, empeñadas en probar cuánto podía resistir una película y a qué extremos podía llegar la temperatura emocional, sus obras más maduras han sido proezas de concentración. Tanto Embriagado de amor (2002) como Petróleo sangriento (2007) son épicas interiores, películas colosa- les que parecen ocurrir totalmente dentro del cráneo de alguien.
The Master avanza sobre sus predecesoras duplicando el espacio mental, creando un fluido paisaje interior para el duelo psíquico entre Dodd y Freddie. Por grandes que puedan ser sus temas, Anderson dice que siempre pensó su película como un drama de cámara. "En mi cabeza nunca hubo nada épico o enorme", insiste. "Todo me decía: `Hazlo más chico`".
ESTILO.
Todo en The Master parece concentrado, desde la excéntrica, elíptica compresión de la narrativa hasta la atípica combinación del amplio formato de la película de 65 milímetros y la austeridad de la composición. Especialmente cuando se la ve proyectada en 70 milímetros, las escenas fragmentarias y la imagen inusualmente tajante y saturada pueden producir, como lo dice Anderson, "esa cosa hiperrealista que ocurre a veces cuando uno sueña".
"Vacilo al decir `como un sueño` porque parece un eufemismo para `sin sentido`", agrega el director, utilizando un término más crudo. "Pero todo el asunto de The Master tiene que ver con cerrar los ojos y revivir cosas. Encaja ciertamente conmigo el utilizar lentes que tienen cuarenta o cincuenta años. El vuduísta y el hippie que hay en mí siente que esas cosas van bien con la película".
Camino: El tema de la película es el eterno tránsito en pos de un sentido para la vida.
Gigantes de la actuación enfrentados
THE MASTER
Aunque "The Master" no logró colocarse entre las candidaturas al Oscar a mejor film que incluyen, absurdamente, a Los miserables, tiene tres nominaciones por actuación: Joaquin Phoenix como actor protagónico, Philip Seymour Hoffman y Amy Adams como secundarios.
Para Phoenix, sobre todo, que se perfila como el único rival serio por la estatuilla contra el casi seguro ganador Daniel Day-Lewis de Lincoln, el film constituye un retorno por la puerta grande luego de los desconciertos generados por el sensacionalista seudodocumental autobiográfico I`m Still Here, que rodó con su amigo Casey Affleck. Buscando restablecer una reputación que ese film anterior puso en duda, Phoenix examinó cuidadosamente varios libretos antes de elegir uno, y el de The Master fue el primero que llamó realmente su atención.
Paul Thomas Anderson ha contado que escribió The Master pensando desde el principio en Philip Seymour Hoffman para encarnar al personaje de Dodd, y que sintió que necesitaba "un formidable oponente" para el papel de Freddie. Entonces recordó que cierta vez Hoffman le dijo: "Joaquin me asusta, en el buen sentido de la expresión", y entendió de inmediato que él debía ser Freddie.
Era por supuesto tentador contar con dos espléndidos ganadores del Oscar (Phoenix por Johhny y June, Hoffman por Capote) para los dos principales papeles del film, y, según Anderson, ambos actores se sintieron estimulados por el desafío.
Anderson declara que siempre admiró a Phoenix, especialmente por su oscarizada interpretación de John-ny Cash, pero que nunca esperó que fuera tan bueno como lo es en The Master.
"No estaba preparado para el nivel de inventiva y energía creativa que brota de él", afirma el director. "Y su nivel de disciplina. En sus apariciones en público parece un indisciplinado, pero eso es solamente para la prensa".
Phoenix le dijo desde el principio a Anderson que no quería autocontrolarse de manera alguna. "Todo lo que deseaba era exponer mi inconsciente", explica.
Anderson quería que Phoenix sacara a relucir su "costado animal", y le hizo ver videos de animales en cautividad para observar su comportamiento. Le mostró entre otras cosas un mono que aparece en el documental Baraka y le dijo: "Ese eres tú".
Error: No se trata, o al menos no en primer lugar, de una denuncia de la Cienciología.
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Saludos