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Astrología:¿ciencia o charlatanería?
Curioso artículo de Guillermo Barrera Fernandez
Fuente;
http://a7.com.mx/cultura/tecnologia/8104-astrologiaiciencia-o-charlataneria.html
En un mundo como el moderno, donde todas las creencias y valores se
cuestionan respecto de su validez, fácilmente pueden tomar carta de
naturalización o legalidad a los ojos de sus habitantes, teorías o
ideas a cual más disparatadas y que pueden ser de caracter novedoso o
tomarse de la antiguedad pagana.
La Astrología pretende tener bases científicas, aunque sus raíces se
encuentran en el esoterismo
Tal es el caso de la astrología y los horóscopos, que precisamente han
de algún modo tomado el lugar de la fe, en el catálogo de convicciones
o ideas tomadas más o menos en serio por la humanidad.
A continuación, presentamos diversos puntos de vista, que pretenden
ilustrar y poner a consideración de nuestros lectores si esta
actividad debe tomarse en serio y considerarla con óptica científica o
es tan solo, una forma más elaborada de charlatanería.
Según diversos tratadistas de la Iglesia Católica, la astrología es el
estudio del movimiento de los cuerpos celestes con el fin de
interpretar y predecir el futuro. Se trata de una forma de adivinación
y no de un método científico. No se debe confundir con la ciencia de
la astronomía la cual merece todo respeto.
La astrología se practicaba en varias culturas antiguas. En el mundo
helenista (griego) se hizo en el siglo III a. C. una síntesis de las
religiones astrales de los caldeos y los egipcios con las matemáticas
y la astronomía griega. En la actualidad la astrología se encuentra en
todas partes, desde la cultura tradicional hindú (astrología védica),
hasta la sociedad secularizada de occidente. Muchos no salen de sus
casas sin antes consultar su signo zodiacal en el horóscopo.
LA IGLESIA CATÓLICA ANTE LA ASTROLOGÍA.
Según la Iglesia, todas las formas de adivinación deben rechazarse:
recurrir a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos y otras
prácticas que equivocadamente se supone desvelan el porvenir. La
Iglesia supone que la consulta de horóscopos, la astrología, la
quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los
fenómenos de visión y recurrir a mediums, encierran una voluntad de
poder sobre el tiempo, la historia y finalmente, un deseo de los
hombres por granjearse la protección de poderes ocultos.
Lo anterior está en contradicción con el honor y el respeto, mezclados
de temor amoroso, que debemos solamente a Dios, consigna el Catecismo
de la Iglesia Católica.
Para la Iglesia, desde el principio los cristianos comprendieron que
Jesús es el Camino, La Verdad y La Vida. Una vez encontrado, no se
puede retornar a la dependencia en la superstición, los espíritus o
las fuerzas del mundo.
Los Padres (Tertuliano, Agustín y otros) denunciaron las predicciones
astrológicas, a menudo identificándolas como demoníacas. San Agustín
acusó a la astrología en su tratado La Ciudad de Dios, por ser un
sistema fatalista que niega la libertad humana.
El influjo del Islam en la filosofía medieval europea trajo consigo
algo de apertura a la astrología. El Papa Inocencio VIII condenó
enérgicamente la astrología. Hubo papas (Julio II, Pablo III, León X)
que permitieron el uso de signos astrológicos, pero no enseñaron falsa
doctrina al respecto.
Diversos tratadistas de la Iglesia consideran que Dios puede utilizar
los astros para guiar a los que no tienen aún conocimiento de la
revelación. Ejemplifica tal aseveración que guió a los magos de
Oriente por medio de una estrella, pero una vez que encontraron al
Salvador ya no necesitaban depender del astro. La doctrina católica
supone que quien ha descubierto a Jesús ha descubierto la plenitud de
la revelación, la sabiduría encarnada, al pastor y guía de nuestras
almas, al sol que nace de lo alto, cuya luz es incomparablemente mayor
que la de todos los astros. Por eso la Iglesia considera que no sería
justo revertirse a las antiguas prácticas.
La doctrina católica prescribe que Dios puede valerse de la naturaleza
y de los astros para manifestar su presencia o la de un mensajero (la
Virgen María, los ángeles o los santos). Por ejemplo, al morir Jesús,
el sol se ocultó, dicen las Sagradas Escrituras y en Fátima ocurrió el
milagro del sol. Estos eventos, a diferencia de la astrología,
corroboran o confirman un mensaje que Dios ha revelado y tienen como
único propósito apuntar hacia la revelación divina. Son iniciativa de
Dios y no, como en la astrología, iniciativa del hombre en busca del
futuro.
CREDIBILIDAD ACADÉMICA
No hay que confundir Astrología con Astronomía
El periódico británico Telegraph (17 de agosto del 2003, citado por
Zenit) informó sobre un estudio científico del horóscopo llevado a
cabo con personas nacidas a principios de marzo de 1958. Muchos
nacieron con una diferencia de minutos entre si. Según la astrología,
deberían tener muchos rasgos en común. Los investigadores, sin
embargo, descubrieron que no había evidencia de similitudes.
Los lectores del horóscopo se apropian de los vaticinios como si
fuesen expresamente escritos para ellos. No se percatan de que son
generalizaciones tan amplias que, tan solo por la ley de probabilidad,
en algo aciertan o se puede interpretar que aciertan. Las predicciones
erradas, sin embargo, se olvidan.
Nuestra sociedad, mientras se jacta de ser razonable y científica,
tiene hambre por algo que pacifique la ansiedad que ocasiona un futuro
incierto. No queriendo aceptar las exigencias de Cristo a renunciar al
pecado y comprometerse con la verdad, se van tras el horóscopo y otras
formas de astrología que les ayuda a escapar hacia las estrellas,
considera la Iglesia.
DEFINICIÓN DE ASTROLOGÍA, SEGÚN SUS PRACTICANTES
La astrología es un conjunto de creencias que pretende conocer y
predecir el destino de las personas y con ese conocimiento pronosticar
los sucesos futuros. Supone llegar a ese conocimiento mediante la
observación de la posición y el movimiento de los astros. Las personas
que practican la astrología sostienen que las posiciones de estos
ejercen influencia o tienen correlación con los rasgos de la
personalidad de la gente, los sucesos importantes de sus vidas, e
incluso sus características físicas.
En la antigüedad, la astrología concurría con la astronomía (estudio
científico de los cielos), pero ambas se fueron separando después del
Renacimiento a raíz del racionalismo (al igual que la alquimia de la
química).
La Iglesia se opuso a la práctica de la astrología, a través de la
bula contra la astrología del Papa Urbano VIII, en 1586, por la que se
condena oficialmente este tipo de prácticas. Siguió una segunda bula
papal, en 1631, que condena la astrología judiciaria por herética,
pero autoriza su uso para navegación, agricultura y medicina.
En la actualidad, la comunidad científica le considera una
pseudociencia o superstición.
Se pueden formular un buen número de críticas válidas de la
astrología: por ejemplo, su aceptación de la precesión de los
equinoccios al anunciar una era de Acuario y su rechazo de la
precesión de los equinoccios al hacer horóscopos; su ignorancia de la
refracción atmosférica; su lista de objetos supuestamente celestiales
que se limita principalmente a objetos conocidos por Tolomeo en el
siglo II e ignora una enorme variedad de nuevos objetos astronómicos
descubiertos desde entonces; la imposibilidad de la astrología de
pasar el test de los gemelos idénticos, las importantes diferencias en
horóscopos hechos a partir de la misma información de nacimiento por
diferentes astrólogos y muchas otras más.
Carl Sagan en su obra El mundo y sus demonios, consigna: Me es
imposible avalar la declaración de las objeciones a la astrología,
porque sentí y sigo sintiendo, que el tono de la declaración es
autoritario. La cuestión no reside en que la astrología tenga sus
orígenes en la superstición, pues lo mismo se aplica a la química, la
medicina y la astronomía. Analizar la motivación psicológica de
quienes creen en ese arte me parece superficial en cuanto a su validez
se refiere. No se conocía ningún mecanismo que diera cuenta del
desplazamiento continental, hasta que fue propuesto por Alfred
Wegener. Sin embargo, hemos comprobado que Wegener estaba en lo cierto
y que quienes recusaron su tesis estaban equivocados. Lo anterior, fue
consignado por Carl Sagan al negarse a firmar una declaración en The
Humanist contra la astrología.
ETIMOLOGÍA
La palabra astrología significa: estudio de los astros y proviene del
griego: αστρολογία (astrología), de άστρον (ástron): estrella y λόγος
(logos): palabra, estudio.
En algunos textos astrológicos se registra una etimología errónea (más
esotérica): astro, que se intrepreta como ser y logía: lógica.
HISTORIA
Es muy común identificar la astrología con esoterismo o brujería
Como ya se ha dicho, los orígenes de la astrología se mezclan con los
de la astronomía, ya que prácticamente todas las civilizaciones han
acudido a los astros tratando de averiguar el destino de los seres
humanos.
La astrología, tal y como la conocemos, nació en Babilonia hace más de
cinco milenios. Se trataba de una mezcla de religión, ciencia y
creencias. La parte científica estudiaba la evolución de los astros a
lo largo del tiempo, y detectaba y determinaba la concurrencia de
ciertos eventos. La parte religiosa intentaba determinar relaciones
entre los eventos cósmicos y los sucesos terrenales, como la caída de
reyes o resultados de batallas.
La observación del cielo proporcionó grandes instrumentos de cálculo y
las bases de la astronomía y astrología actual, de las que destaca el
actual horóscopo, ya desfasado puesto que las estrellas se mueven,
aunque despacio, a lo largo del tiempo.
Otros pueblos desarrollaron su propia astrología y aunque se
combinaron durante toda la edad antigua conservaron sus diferencias.
Los egipcios, por ejemplo, mejoraban la medición e incluían los
ángulos relativos y no sólo las colisiones.
La astrología se trasladó posteriormente a Grecia y Roma, con
predominio del vocabulario claramente zoroástrico. En Grecia y Egipto
empezó a nacer la astronomía como conocimiento puro separándose de las
supersticiones. En Roma se empezó a denunciar tímidamente a la
astrología como superchería.
Ptolomeo en su Almagesto recupera la división clásica zoroástrica
dándole una precisión astronómica a la división del cielo en 12
sectores. En China, de manera independiente, se desarrolló también una
astrología, similar en algunas cosas a la occidental y distinta en
otras.
EDAD MEDIA
En sus inicios, los padres de la Iglesia-, dieron cuenta que la
astrología contradecía la doctrina católica, pues de algún modo
parecía contradecir el libre albedrío. La postura oficial de la
Iglesia Católica fue la del rechazo y condena a sus seguidores.
San Agustín condenó duramente la astrología, porque absolvía a los
pecadores y le atribuía las culpas al Creador y gobernante del cielo y
las estrellas. Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales, la
astrología se conservó durante el oscurantismo de la Edad Media y con
mejor suerte que el resto de tradiciones paganas, muchas de ellas
realmente perseguidas bajo la acusación de brujería. Lo interesante es
que muchos reyes católicos dentro de sus cortes, eran auxiliados por
algún astrólogo, para la toma de decisiones.
A partir del siglo XIV la astrología sufrió un duro revés. Nicolás
Copérnico en su obra De revolutionibus orbium coelestium, propuso que
los planetas se mueven alrededor del Sol y no en torno a la Tierra,
como creían casi todos los antiguos, incluyendo los astrólogos.
Paradójicamente, su teoría contó con gran resistencia de parte de la
Iglesia Católica, porque creía que contradecía las Sagradas
Escrituras.
En ese momento la astrología se separó de la astronomía. Johannes
Kepler manifestó en sus escritos que no creía en la astrología, pero
que era el medio habitual de ganarse la vida y conseguir dinero de
reyes y nobles. En esos tiempos difíciles, los astrónomos necesitaban
una excusa para su supervivencia, y lo usaban como una forma de arte o
una forma de videncia.
Mucha gente ha hecho de la astrología, un asunto mercantilista
La astrología sobrevivió al Renacimiento y a la eclosión de la
ciencia, adaptándose. A medida que se fueron descubriendo nuevos
planetas en el sistema solar, a Escorpio, Acuario y Piscis, se les
adjudicó una nueva regencia. Por lo tanto, estos planetas, además de
tener su regente actual, tienen como co-regentes a sus primeros
planetas. Por ejemplo, el signo Piscis estaba regido por Júpiter hasta
que en 1846 se descubrió Neptuno, que se transformó en el planeta de
dicho signo. Actualmente Júpiter rige a Sagitario y es co-regente de
Piscis y Neptuno, como regente del signo.
ASTROLOGÍA OCCIDENTAL
Según la astrología occidental, el destino de cada ser humano se vería
afectado en gran medida por el influjo de la posición de los astros,
en el momento y lugar de su nacimiento, a partir de los cuales se
obtiene su carta astral. El movimiento de los astros marcaría la
suerte de individuos e incluso de grupos, países y negocios.
La posición relativa del Sol respecto de las constelaciones del
zodíaco en el momento del nacimiento de una persona determinan su
signo astrológico. Los signos del zodiaco están determinados por su
posición respecto del Punto vernal (Punto Gamma, que es el grado 0 de
Aries) o intersección del plano de la eclíptica con el plano del
Ecuador Celeste, no por su posición con respecto a las constelaciones,
como se suele aducir.
Las constelaciones son grupos de estrellas a las que el hombre ha dado
nombre y forma para poder ubicarse en el cielo y aparentan estar
fijas. La eclíptica, que es el plano por el que se traslada la Tierra
respecto al Sol, es especialmente importante para la astrología. Allí
están las doce constelaciones de las estrellas fijas, en sentido
contrario a las agujas del reloj, estas son:Aries,Tauro, Géminis,
Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario,
Capricornio, Acuario y Piscis.
Los tamaños y formas de las constelaciones han sido fijadas por
convención, siendo de dimensiones muy variadas. Según esta convención,
se aceptan 88 constelaciones claramente delimitadas usando el sistema
de coordenadas estelares.
A diferencia de lo que se piensa habitualmente, la astrología no se
reduce a la definición psicológica de los nativos de los signos
zodiacales. Muestra por el contrario, una compleja estructura de la
que forman parte las posiciones de todos los planetas, junto con el
Sol y la Luna, según la visión aparente que tenemos de ellos desde la
Tierra. Desde aquí los vemos en línea con algún signo zodiacal, y el
astrólogo entiende, por ejemplo, que la Luna está en Piscis, o que
Mercurio está en Leo.
Cada uno de los planetas corresponde a un arquetipo que se relaciona
con el signo en el que está emplazado, fusionándose las
características de ambos. Los modernos astrólogos definen a la
astrología como un lenguaje simbólico.
Lo mencionado se relaciona con lo que en astrología recibe el nombre
de carta astral. Pero la formación de ésta tiene en cuenta por otra
parte, los ángulos que forman los planetas con la Tierra en un momento
dado, unos respecto de otros y que reciben el nombre de aspectos. Por
último, la carta astral tiene su estructura en las casas, que
corresponden a la división de la superficie de nuestro planeta en doce
secciones, conocidas como las doce casas. La marca astrológica que da
paso en el gráfico astral a la primera casa, es bien conocida por su
nombre, el ascendente. Se trata del signo que asciende por el
horizonte en la fecha y hora de nuestro nacimiento.
Situación actual
La astrología no es una disciplina científica, ni hace uso del método
científico. La crisis religiosa y la contraposición de algunas
personas contra la ciencia durante los siglos XIX y XX han logrado
mantener la cifra de adeptos en esta creencia, cuya historia se
prolonga desde antiguo y aún permanece vigente. En este sentido,
religiones como la católica son muy críticas con la astrología y
condenan su práctica o incluso su creencia. Esto se debe a que existen
muchas personas medianamente religiosas (a veces no muy practicantes),
que suelen creer a la vez tanto en su religión como en la astrología.
El auge de movimientos como la teosofía o corrientes como la llamada
New Age, vinieron a cubrir el hueco que dejaron los rosacruces y otros
grupos de índole esotérica.
Uno de los argumentos más comunes usados en contra de la astrología es
que las afirmaciones de los astrólogos quedaron obsoletas hace mucho
tiempo. De hecho la mayoría de los astrólogos hablan de doce signos
zodiacales, es decir las doce constelaciones, cuando realmente son
trece las constelaciones que recorre el Sol a su paso por la eclíptica
(incluyendo Ofiuco). No está reconocida dentro del zodíaco debido a
que, a pesar de que ya se conocía en la antigüedad cuando se
formularon las reglas de la astrología, hace tres mil años estaba
lejos de la eclíptica. Pero con la precesión de los equinoccios se ha
ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de manera que durante la
primera quincena de diciembre el Sol transita por esa constelación.
No se ha demostrado que los astros tengan alguna influencia
astrológica en las personas. La única influencia comprobada que
algunos cuerpos ejercen en las personas, sobre todo los más cercanos,
pueden ser físicos (atracción gravitatoria) o psíquicos (por creencias
personales), sin posibilidad aparente de dirigir la vida de nadie. Sin
embargo, la fuerza gravitatoria que ejerce sobre un recién nacido el
médico que ayuda en el parto es unas seis veces superior a la del
planeta Marte.
Los signos del zodíaco son dibujos caprichosos que los seres humanos
diseñaron en el cielo con fines orientativos, y varían dependiendo de
cada cultura. Si bien es cierto que han concordado en darle formas y
supuestos atributos a constelaciones y planetas, existen grandes
contradicciones entre diversas culturas, como por ejemplo, que Venus
sea considerado el planeta del Amor cuando para la cultura Maya
representaba algo negativo.
Los críticos también señalan la excesiva vaguedad de las predicciones
astrológicas, que permiten ajustarlas a casi cualquier evento futuro
que ocurra y la generalización que hace la astrología al encasillar a
las personas en doce signos. Argumentan, por ello, que decir que una
persona nacida bajo el signo de Leo será poderosa y agresiva, es como
decir que los nacidos en Acuario van a ser pescadores, marineros o
submarinistas.
El experimento de los gemelos temporales
Más de dos mil bebés británicos nacidos a principios de marzo de 1958
en hospitales de Londres, muchos de ellos con diferencias de minutos
tan sólo en sus edades, fueron seguidos por médicos durante años. El
objetivo del seguimiento era comprobar de qué manera afectan a largo
plazo a la salud cuestiones relacionadas con las costumbres, como la
dieta, pero incidentalmente la inmensa masa de datos acumulada sobre
este grupo a lo largo de los años se utilizó con el fin de demostrar
si la astrología funciona o no.
Según el estudio, fue imposible encontrar ningún tipo de sesgo,
preferencia o desvío en alguna dirección preferente entre los dos mil
gemelos del tiempo, como les denomina el artículo. Si la tesis central
de la astrología fuese cierta la influencia de las esferas tendría que
ser común a todos ellos o muy similar, ya que nacieron casi a la vez y
casi en el mismo lugar. Tendrían que tener alguna característica o
querencia parecida. Pero las completas estadísticas sobre su estado de
salud y psicológico que se han acumulado durante todos estos años no
muestran ninguna; si hubiese alguna desviación estaría por debajo del
umbral de detección estadística.
El experimento que Bertram Forer condujo en 1948, demostrando que los
individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su
personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente
para ellos, pero que en realidad son generales y suficientemente vagas
como para ser aplicadas a un amplio espectro de gente, ha sido
considerado como una explicación a la pervivencia de las creencias
astrológicas.
Críticas a la astrología
La astrología es considerada como una pseudociencia por la comunidad
científica al no cumplir con los requisitos básicos del método
científico. Es decir, no ha superado las pruebas necesarias para ser
considerada aceptable científicamente y no han sido encontradas
evidencias concluyentes que soporten las teorías de los astrólogos.
Por otra parte, el ilusionista y escéptico James Randi ofrece un
premio de un millón de dólares a cualquiera que logre demostrar
fehacientemente la existencia de un fenómeno o poderes paranormales,
incluyendo el tipo de eventos como aquellos de los que se ocupa la
astrología, pero el premio está desierto desde que se ofreció.
Las críticas que se realizan a la astrología se pueden resumir en los
siguientes puntos:
Crítica de los gemelos: es quizá la crítica más demoledora, por
sencilla y lógica. Cualquier pretensión de la astrología de describir
o predecir el carácter o futuro de una persona, se basa en datar
correctamente el momento de su nacimiento. En la realidad nos
encontramos que frecuentemente los hermanos gemelos, cuyo nacimiento
se encuentra separado por apenas unos pocos minutos, poseen gustos,
caracteres, o sufren enfermedades o circunstancias vitales, totalmente
distintas. Por lo tanto, cualquier posible efecto del momento del
nacimiento sería insignificante comparado con las influencias del
entorno y la herencia genética. Esto se ha cuantificado con los
estudios británicos comentados en la sección anterior.
Crítica sobre el número de constelaciones: la eclíptica atraviesa más
constelaciones que las doce que constituyen el zodiaco. En efecto, la
eclíptica atraviesa las constelaciones de Aries, Tauro, Geminis,
Cancer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Ofiuco (El Serpentario),
Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Pero la función de las
constelaciones no es determinante. Los signos del zodiaco tomaron el
nombre de las constelaciones sobre las que se hallaban en la época
babilónica, pero no deben confundirse con estas, porque estos últimos
son únicamente la representación de 1/12 de la eclíptica.
La función y significado de cada signo depende, no de la constelación
a la que representa, sino de su posición dentro del círculo de la
eclíptica. El año astronómico comienza con la entrada del Sol en
Aries, al comienzo de la primavera. Así, los tres primeros signos
contienen la esencia del renacimiento de toda la naturaleza (las
plantas brotan, las semillas germinan, los animales se reproducen, se
acaba el invierno y los días son más largos, la vida se extiende por
todas partes) cada uno en su fase particular: Aries (fuego) el inicio,
la energía, Tauro (tierra), la maduración, el crecimiento, Géminis
(aire) la extensión, la diversificación, la distribución. Con el resto
de los signos ocurre algo similar, dependiendo de su posición en el
ciclo de la eclíptica.
Crítica sobre lo poco concretas que son sus predicciones: Muchas de
las críticas que se hacen a la astrología se basan en que las
interpretaciones basadas en la interpretación de cartas astrales,
normalmente relacionadas con el carácter o perfil psicológico del
sujeto al que se le construye o levanta la carta natal, son tan vagas,
genéricas o inconcretas, que pueden ser aplicadas a cualquiera que lea
el informe, con más o menos acierto. Pruebas de este tipo se han
realizado a menudo con resultados bastante espectaculares. Esto se
puede deber a innumerables causas:
En primer lugar, la astrología no es una ciencia y no se le puede
aplicar el método científico. Aquí es conveniente traer a colación la
afirmación que se hace en ciertos entornos académicos de que hay
ciencias duras y ciencias blandas. Algunos autores no dudan en
calificar de ciencias blandas a la zoología, la botánica y la
sociología y por supuesto, a la psicología,que inició el siglo XX con
el complejo de serlo. Esta disciplina ha hecho un gran esfuerzo por
convertir sus análisis a resultados numéricos o escalas y usar la
estadística, para ganarse el respeto de la comunidad científica
dura.Hoy por hoy, la astrología no ha hecho eso y si se ha hecho, ha
sido con el objetivo de demostrar que es fraudulenta o falsa.
En segundo lugar, el objeto de la astrología, que es la psicología
humana, el destino vital, la trascendencia o como queramos llamarlo,
es en esencia inaprensible, inmensurable en muchísimos de sus
aspectos, tal y como podría serlo el mismo psicoanálisis, área de la
psicología sometida actualmente a numerosas críticas del mismo estilo.
Por otro lado, al ser la astrología fácil vehículo de expresión de
multitud de sinvergüenzas carentes de ética y sin escrúpulos para
timar a quien es presa fácil, esta mala fama se extiende incluso a los
astrólogos serios, que probablemente sean los que menos publicidad se
dan. Los horóscopos de los periódicos, aplicables presuntamente a la
generalidad de la población, no son astrología y sin embargo, se
venden como tal y no son sino un ejemplo de charlatanería comercial.