Hola estimados amigos. Creo que todos ya nos dimos cuenta de que el Señor nos convoca y al mismo tiempo nos ofrece vivir la Misericordia mediante un ejercicio de oración, reflexión y acción ante la iniciativa del presidente de México de promover el matrimonio igualitario: ¡Enseñar al que no sabe y corregir al que yerra! Uno de nuestros puntos débiles como miembros de la Iglesia es la ignorancia, la ingenuidad y la improvisación a las que se une la falta de organización. Definitivametne nos encontramos ante un Estado mexicano antifamilia y, más concretamente, contra la familia católica. No pareció importarle mucho la visita del Papa, la visión católica, el derecho de las mayorías en una cultura supuestamente democrática y ni la naturaleza. Pero, una vez más, lo que cuenta no es lo que el Estado y sus instituciones hagan sino lo que nosotros hagamos o, más importante aún, lo que dejemos de hacer. Les propongo, entre otras cosas, que nos formemos en los pormenores de la ideología de género, esa colonización ideológica que tanto denuncia el Papa Francisco, un verdadero lavado de cerebro que, además, se ha sabido permear en los centros educativos, médicos, legislativos y políticos. Definitivamente es algo ya superado y anticuado desde sus fundamentos. Los invito a ver el documental en este link: https://www.youtube.com/watch?v=2sblNk2aPzE Pueden ver también la página de Nuria Chinchilla. ¿Qué les parece este primer paso? Formémonos antes de actuar. Otro punto importante es pensar: ¿Estamos listos para escribir a nuestros representantes ante el Senado y la Cámara de Diputados? Seguramente van a surgir iniciativas que nos convoquen a actuar en ese sentido. ¿Qué les parece si hacemos un ejercicio democrático? Recordemos que, como dijo San Juan Pablo II en Centessimus annus, 46: La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica… (por ejemplo la revocación de mandato en Venezuela) La Iglesia tampoco cierra los ojos ante el peligro del fanatismo o fundamentalismo de quienes, en nombre de una ideología con pretensiones de científica o religiosa, creen que pueden imponer a los demás hombres su concepción de la verdad y del bien. ¿Qué les parece? Pueden leer también la teoría política de Hanna Arendt en su biografía en Wikipedia. Entonces, dos iniciativas: Formarnos en la propuesta de la ideologíad e género y comenzar a dar cursos sobre ella para denunciarla como hace el Papa Francisco, en todos los niveles sociales; segundo, contatar a nuestro representantes. ¿Cómo ven? ¿Alguien sugiere otra cosa en la línea de formación y acción?