En los últimos meses,
el Gobierno venezolano, liderado por el presidente Nicolás Maduro, ha
denunciado múltiples incidentes de sabotaje contra el sistema eléctrico
junto a una campaña continua para subvertir la economía de la nación.
Una mayoría de medios de comunicación a nivel internacional además de
medios privados dentro de Venezuela, se han burlado de las graves
denuncias del presidente venezolano, y en su lugar han intentado
responsabilizar al Gobierno de los daños causados al país. No obstante,
un documento interno de tres organizaciones de Colombia y Estados Unidos
evidencia un plan macabro contra el Estado venezolano para provocar
violencia —incluso muertos—
con la intención de justificar una intervención internacional antes de
las elecciones municipales del próximo 8 de diciembre.
El documento, titulado 'Plan Estratégico Venezolano', fue preparado por la
Fundación Internacionalismo Democrático del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, junto con la
Fundación Centro de Pensamiento Primero Colombia y la empresa estadounidense de consultores
FTI Consulting.
Su fecha de redacción fue el 13 de junio de 2013, durante una reunión
entre representantes de estas tres organizaciones, dirigentes de la
oposición venezolana, como María Corina Machado, Julio Borges y Ramón
Guillermo Avelado, el experto en guerra psicológica, J.J. Rendón, y el
encargado de la Agencia Internacional de Desarrollo de Estados Unidos
(USAID) para América Latina, Mark Feierstein.
El plan estratégico de desestabilización contra Venezuela tiene el fin
principal de debilitar al Gobierno en el marco de las elecciones
municipales del próximo 8 de diciembre, tal como lo articulan en el
texto: "Los objetivos planteados en el presente plan se enmarcan
esencialmente hacia las municipales previstas para el 8 de diciembre, al
mismo tiempo que incluye el desgaste acelerado paulatino de la gestión
del Gobierno facilitando el triunfo supremo de la oposición para ese
evento". Y agregan: "pero si fuera antes, mucho mejor".
El documento también detalla la estrategia para sabotear al sistema
eléctrico en Venezuela con el objetivo de responsabilizar al Gobierno de
las debilidades de la infraestructura del país y de esa manera
proyectar una imagen de crisis de Venezuela a nivel internacional. Como
parte del plan, los autores proponen "mantener e incrementar los
sabotajes que afecten los servicios a la población, particularmente al
sistema eléctrico, que permitan culpar al Gobierno de supuestas
ineficiencias y negligencias". Desde entonces, apagones y otros cortes
eléctricos han afectado a diferentes regiones por toda Venezuela,
causando un gran descontento general, y resultando en una percepción
negativa del Gobierno. Hace poco, autoridades venezolanas detuvieron a
varias personas involucradas en sabotajes al sistema eléctrico y a
finales de septiembre el presidente Maduro expulsó a tres funcionarios
de la Embajada de Estados Unidos en Caracas por su presunto papel en los
planes de desestabilización.
En la sección titulada "Acciones", los autores del documento detallan
sus próximos pasos para desestabilizar al Gobierno venezolano. Además de
"perfeccionar el discurso confrontacional y denunciante de Henrique
Capriles", el candidato presidencial derrotado por Maduro, hablan de
"generar emoción con mensajes cortos pero que lleguen a mayor cantidad
de personas, donde retomen los problemas sociales, provocando el
descontento social. Incrementar los problemas con el desabastecimiento
de productos básicos de la canasta alimenticia".
En los últimos meses, Venezuela ha experimentado problemas de
desabastecimiento de productos básicos, como papel higiénico, azúcar,
leche, aceite, mantequilla y harina, entre otros. Las autoridades
venezolanas han incautado toneladas de estos productos dentro de
almacenes que pertenecen a empresarios vinculados con la oposición.
También han confiscado grandes cantidades de estos productos en la zona
fronteriza con Colombia, donde son vendidos como contrabando.
Según el documento, "El 'Plan estratégico venezolano', consensuado con
dignos representantes de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro, se
orienta hacia estos objetivos con el fuerte y constante apoyo de varias
personalidades mundiales en función de que se le devuelva a Venezuela la
verdadera democracia e independencia que han estado secuestrados por
más de 14 años".
Durante los 14 años de gestión democrática del presidente Hugo Chávez
las amenazas contra su Gobierno abundaban y los planes de
desestabilización nunca acababan. Luego del fracaso del golpe de Estado
en su contra en 2002, que fue organizado y apoyado desde el Gobierno de
Estados Unidos, hubo numerosos intentos de derrocarlo a través de
sabotajes económicos, intervenciones electorales, planes de magnicidio,
guerra psicológica, financiamiento multimillonario a las fuerzas
opositoras desde el exterior y un plan de aislamiento internacional que
finalmente no tuvo éxito.
Una de las caras visibles de los intentos de desestabilización
contra el Gobierno de Chávez fue el expresidente de Colombia Álvaro
Uribe Vélez. El exmandatario colombiano finalizó su presidencia en 2010
haciendo un llamamiento para una intervención internacional en Venezuela
con la intención de destruir al presidente Chávez y su Revolución
Bolivariana. Uribe se dedicó durante los años siguientes a difamar al
presidente Chávez y su Gobierno y a fortalecer los vínculos con sectores
antichavistas dentro y fuera de Venezuela.
El fallecimiento del presidente Chávez en marzo 2013 no impidió a Uribe
continuar sus acciones contra Venezuela. Con la elección de Nicolás
Maduro a la presidencia y la continuación del proceso socialista
comenzado por Chávez, Uribe seguía con sus planes de ataque contra
Venezuela.
Ahora este documento interno, producto de un encuentro de sectores de la
ultraderecha de Colombia y Venezuela, junto a representantes del
Gobierno estadounidense, demuestra los planes de desestabilización en
marcha contra el Gobierno de Maduro.
Como parte de este peligroso complot contra Venezuela, los autores
proponen "crear situaciones de crisis en las calles que faciliten la
intervención norteamericana y fuerzas de la OTAN, con el apoyo del
Gobierno de Colombia. Cuando sea posible,
la violencia debe provocar muertos o heridos".
Venezolanos, representantes de la oposición, están trabajando
conjuntamente con fuerzas externas para provocar la muerte de ciudadanos
inocentes en su propio país con la intención de promover una invasión
militar contra su nación. Esto representa una grave amenaza —y un vil
crimen—
contra la soberanía de Venezuela.
Por último, además de promover el impulso de una campaña internacional
para marginar, deslegitimar y desacreditar al Gobierno de Maduro a
través de medios de comunicación y voceros de la derecha, el documento
recomienda "una insurrección militar" contra el "Estado venezolano".
Proponen "contactar con grupos de militares en activo y en condición de
retiro para ampliar la campaña dirigida a restarle prestigio al
Gobierno, dentro de las Fuerzas Armadas. (...) Es vital preparar a los
militares para que a partir de un escenario de crisis y conflictividad
social encabecen la insurrección contra el Gobierno, o al menos que
apoyen una intervención extranjera o un levantamiento civil".
Este documento evidencia y confirma la veracidad —y la gravedad— de las
denuncias realizadas por el presidente Nicolás Maduro. Venezuela está
bajo ataque, como lo ha estado durante los últimos 14 años desde el
inicio de la Revolución Bolivariana y el rescate de la soberanía,
independencia y dignidad del país. No hay que olvidar que Venezuela
tiene las más grandes reservas petroleras del mundo. Los poderosos
intereses que desean controlar esos ricos recursos no pararán hasta
lograr su objetivo.
Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/expertos/eva_golinger/view/110489-documento-evidencia-plan-desestabilizacion-venezuela-golinger