Comentario devocional del salmo 6, escrito por Esteban Correa
Versículo del 1 al 3
David tenía la idea de que Dios lo estaba castigando por algún pecado cometido, sentía en su conciencia algún tipo de acusación que lo hacía clamar para no ser objeto de su ira. A menudo nos sucede que al pasar por alguna situación, pensamos que Dios está
 enojado con nosotros, lo cual a veces puede ser cierto, ya que Dios se desagrada de nuestras actitudes y necesita corregirnos como a hijos amados.
Otras veces es nuestra mala interpretación pensar que Dios está enojado, tal vez de alguna manera falsa hemos sido enseñados religiosamente que Dios necesita castigarnos, pero el castigo de Dios es por amor, Él desea corregirnos y enseñarnos, no es la
 meta de Dios su ira sobre nosotros.
En Proverbios 3:12 dice:
“Pues el Señor corrige a los que ama, tal como un padre corrige al hijo que es su deleite”.
Nuestra alma necesita sentir el perdón de Dios, tener la conciencia tranquila, por eso David acudía a Dios porque había conocido en varias circunstancias que el castigo de Dios era real y se manifestaba luego de la rebeldía, la desobediencia y los pecados.
Por eso es siempre importante orar al Padre para ser guiados por el Espíritu Santo y acudir a su revelación para saber si necesitamos pedir perdón por ciertos pecado y renunciar.
Debemos tener en mente que Dios es grande en misericordia y lento para la ira. Nuestra meta es estar a cuentas con Él.
No debemos omitir también que aquellos que deciden voluntariamente una y otra vez cometer pecados, recibirán las consecuencias.
El arrepentimiento es una señal de que estamos en el camino correcto, el Señor nos llama a un arrepentimiento genuino, en 2 de Corintios 7:10 en la Nueva Traducción Viviente dice:
“Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, a la cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual”.