PROBLEMÁTICA DE LA ENERGÍA NUCLEAR EN EL PERÚ
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La sesión ordinaria de la Comisión de Energía y Minas, que preside el
congresista Santiago Fujimori (GPF), celebrada el lunes 12 de marzo de
2007, fue dedicada a escuchar las exposiciones del presidente de la
Asociación de Profesionales Nucleares del Perú. Dr. Francisco Vidarte
García, sobre la 'Problemática de la Energía Nuclear en el Perú'; y
del presidente del consejo directivo del Organismo Supervisor de la
Inversión en Energía y Minería (OSINERGMIN), Ing. Alfredo Dammert
Lira, quien abordó el tema 'Programa de acciones que realiza como ente
supervisor y fiscalizador en el sector de minería, desde la dación de
la Ley 28964, de creación de OSINERGMIN.
El primer expositor propuso incluir la energía nuclear en el Plan
Nacional de Energía, para diversificar nuestra matriz energética;
impulsar la minería de uranio; dar soporte de innovación tecnológica a
la inversión de 23 mil dólares en el sector energía y minas, y mejorar
la estructura organizativa y la repotenciación del Instituto Peruano
de Energía Nuclear (IPEN) como ente rector del Sistema Nacional de
Energía Nuclear orientado a impulsar el desarrollo y la seguridad del
Estado.
Las propuestas tienen como fundamento la severa crisis energética que
se prevé en el futuro mediato, de continuar el proceso de
calentamiento global que viene causando estragos en nuestra Cordillera
de los Andes, donde se vienen derritiendo nuestros nevados a razón de
20 metros por año.
Vidarte García recordó que, según los expertos del INRENA, el nevado
Pastoruri podría desaparecer en los próximos diez años, y que en el
año 2020 habría desaparecido todos los glaciares de la cordillera, lo
que causaría una severa crisis energética, dado que el 70% de
electricidad que usamos es de origen hidráulico.
De ahí que el mundo a vuelto a poner su atención en la energía nuclear
como una solución a los requerimientos energéticos, lo que viene
demandando mayor inversión en la minería de uranio.
A su turno, el titular de Osinergmin se refirió a las funciones que le
están siendo transferidas a partir de la creación de este organismo,
en coordinación con el Ministerio de Energía y Minas, para llevar
adelante su tarea de fiscalización de 70 empresas mineras, 145
unidades mineras y las actividades de exploración.
Fuente: Mirian Castillo, El Informante Perú - Edición Nº 182 - Abril
2007. Domingo, 22 de Abril del 2007
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Por: Rolando Páucar Jáuregui
Al inaugurar la segunda Cumbre Sudamericana de Naciones, el presidente
brasileño Lula da Silva instó a sus pares a avanzar en la integración
energética y que para ello es necesario promover la inversión, la
cooperación y la seguridad jurídica. Esto nos demuestra que hablar de
la geopolítica de la energía y en particular de la integración
energética es tema recurrente.
En Sudamérica, no obstante haberse promovido iniciativas conducentes a
lograr la integración energética, aún falta mucho por hacer y es que
en países como los nuestros, donde el control de los recursos y
reservas energéticas son las únicas piezas que pueden moverse para
nuestros futuros económicos y para las inserciones estratégicas
sudamericanas y del orden global, la posibilidad de optar por alguna
alternativa parecía remota.
En el caso del tema de la energía nuclear en Sudamérica, de sus
posibilidades energéticas y del papel que puede jugar en la
integración regional se ha hablado muy poco. Sin embargo, hay
iniciativas como las que vienen realizando la Agencia Argentino-
Brasileña de Aplicaciones de la Energía Nuclear, los programas del
Acuerdo Regional de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y
Tecnología Nucleares en América Latina y otros acuerdos bilaterales
entre países sudamericanos.
La posible generación de electricidad mediante energía nuclear es hoy
una opción válida que no deberían desestimar los gobiernos
sudamericanos.
Estamos en un momento histórico propicio para tomar decisiones
estratégicas que nos conduzcan a lograr la ansiada integración
energética regional. Una integración energética que suponga a la vez
una integración económica e institucional con una América Latina
energéticamente integrada y avanzando hacia un desarrollo de la
energía nuclear.
La evaluación que se requeriría en este caso es de largo aliento y
pasa porque los países de la región que opten por iniciar un plan
nuclear tomen en cuenta aspectos geográficos, sismológicos,
climáticos, estudios sobre aspectos regulatorios, compatibilidad con
normas internas de seguridad y de inversión extranjera, así como un
completo examen de las opciones energéticas que necesita cada país.
No debemos descartar la idea de que en un futuro incorporemos el
sector nuclear dentro de los planes de integración energética, que
incremente nuestra importancia geopolítica en el continente. Soñar con
una "Comisión Sudamericana de Energía Atómica" que genere las
condiciones necesarias para la creación de una industria nuclear en la
región y que además establezca las medidas necesarias para la
existencia de un mercado común en materia nuclear.
Si bien en el Perú a poco de conmemorar un año más de haber sido
inaugurado el Centro Nuclear de Huarangal del Instituto Peruano de
Energía Nuclear, que alberga un reactor nuclear de investigación y que
atraviesa en este momento una crisis por la falta de combustible de
uranio, no debemos perder de vista los cambios que se vienen dando en
la región en materia de energía nuclear, más aún ahora que se han
encontrado nuevas reservas de uranio en Arequipa.
Fuente: Correo, 14 diciembre 2007
FranciscoVidarte
Rolando Páucar Jáuregui.
Presidente del Instituto para la Energía y el Desarrollo
En la madrugada del 26 de abril de 1986, el accidente más grave de la
historia de la energía nuclear destruyó la central de Chernobyl. El
accidente, ocurrido a las 1.23 horas de la mañana, produjo la
liberación de enormes cantidades de material radiactivo a la
atmósfera, contaminando significativamente grandes extensiones de
Bielorrusia, la Federación Rusa y Ucrania, afectando seriamente a la
población local.
En los años posteriores a este grave accidente, se realizaron
considerables esfuerzos para evaluar y mitigar sus efectos, que
tuvieron su origen en una serie de fallos humanos, de diseño y
políticos que nunca debieron haber ocurrido. Para los expertos, las
causas del accidente se encontraban en la falta de una "cultura de la
seguridad, en el diseño y explotación de las centrales nucleares".
En el vigésimo primer aniversario es apropiado resaltar los esfuerzos
para aumentar la seguridad de las centrales nucleares. Este accidente
reveló la importancia de prepararse para situaciones de emergencia, lo
que llevó a los países miembros del Organismo Internacional de Energía
Atómica (OIEA) a suscribir y ratificar la Convención sobre la
Notificación Temprana de Accidentes Nucleares y la Convención sobre la
Asistencia en caso de accidentes nucleares.
El concepto de cultura de la seguridad ha sido desarrollado por el
prestigioso Comité Internacional de Seguridad Nuclear del OIEA, y hoy
día es aplicado en todas las centrales nucleares del mundo. La cultura
de la seguridad se ha definido como el conjunto de características y
actitudes, tanto en las organizaciones como en los individuos, por las
cuales se establece la seguridad nuclear como prioridad superior a
todo lo demás y debe recibir la atención que merece su importancia.
El trabajo realizado en los últimos años por el organismo para
prevenir que la energía nuclear sea utilizada con propósitos militares
y asegurarse de que la energía nuclear para fines pacíficos sea usada
de la forma más segura, le valió en 2005, justo en el año del
sexagésimo aniversario de las bombas atómicas sobre Hiroshima y
Nagasaki, le fuera otorgado el Premio Nobel de la Paz.
En la actualidad, la tecnología nuclear pese a que aún debe lidiar con
el fantasma del terror que provoca su sola mención y luchar con la
desinformación, viene demostrando con sus desarrollos en esferas como
la energía, la industria, los alimentos, la nutrición y agricultura,
la salud humana y la gestión de los recursos hídricos, que es capaz de
abordar una gran variedad de necesidades socioeconómicas básicas de
desarrollo humano, y contribuir a su solución. Su calidad resulta
altamente beneficiosa y los estándares de seguridad y calidad son de
primer nivel, tanto así que pueden aportar significativamente a
satisfacer las necesidades humanas primarias y a elevar los niveles de
vida en el mundo.
Por ejemplo, en la esfera de los alimentos y la agricultura las
aplicaciones nucleares y conexas son variadas y eficaces, ahí tenemos
la técnica de los insectos estériles (TIE), empleada para combatir y
erradicar las plagas. Esta técnica se ha integrado a campañas contra
la mosca tsetsé, transmisora de enfermedades del ganado y de los seres
humanos, que limitan severamente la productividad agrícola.
Las mutaciones radioinducidas se utilizan para producir plantas de
mayor rendimiento, más alta calidad y mejor resistencia a la salinidad
o a las plagas. La irradiación de alimentos se emplea para preservar
la frescura y eliminar las bacterias y los agentes patógenos que
pueden ocasionar enfermedades, e incluso la muerte. Como los productos
químicos de fumigación que agotan la capa de ozono están proscritos y
se han establecido límites más estrictos respecto a los gérmenes de
salmonella en los alimentos, esta tecnología de las radiaciones se
vuelve cada vez más indispensable para el comercio de productos
agrícolas, y para asegurar el cumplimiento de las normas de higiene
alimentaria.
Lo mismo sucede con los recursos hídricos, esfera de creciente
preocupación mundial. En la actualidad, más de mil millones de
personas no tienen acceso al agua limpia, y alrededor de las dos
terceras partes de la comunidad mundial sufrirá escasez de agua limpia
en el año 2025. Las ciencias, tecnología y aplicaciones nucleares
están llevando a cabo proyectos de desalación, se está promoviendo la
utilización extensiva de la hidrología isotópica, con el objetivo de
hacer un plano de los acuíferos subterráneos para la ordenación
sostenible de los recursos hídricos.
En nuestro país, los gestores de la tecnología nuclear no han sido
capaces de vincularla con las necesidades de la población. No se ha
puesto énfasis en apoyar proyectos que respondan a las necesidades
prioritarias del país, que tengan repercusiones económicas o sociales
y reflejen las claras ventajas de la tecnología nuclear sobre otros
enfoques.
Mientras esperamos que ello ocurra, la desconfianza continuará y sólo
quedará reconocerla como fuente de riesgos, instrumento de guerra y de
deterioro ambiental.
Fuente: Diario Oficial El Peruano, 26 abril 2007
FranciscoVidarte
Lima, 19 de abril del 2007
En la madrugada del 26 de abril de 1986, el accidente más grave de la
historia de la energía nuclear destruyó la central de Chernobyl. Este
accidente llevó a los países miembros del Organismo Internacional de
Energía Atómica (OIEA) a suscribir la Convención sobre la Notificación
Temprana de Accidentes Nucleares y la Convención sobre la Asistencia
en caso de Accidentes Nucleares. Gracias al trabajo realizado en los
últimos años, el OEIA recibió en el 2005 el Premio Nobel de la Paz.
La tecnología nuclear pacífica está demostrando, en la agricultura,
industria, medicina, generación eléctrica, etc., que puede contribuir
a satisfacer las necesidades básicas y elevar los niveles de vida en
el mundo. Sin embargo, en nuestro país los gestores de esta tecnología
no han sido capaces de hacerla vigente.
Rolando Páucar Jáuregui.
Físico Nuclear
rop...@hotmail.com
La explosión de Chernovyl en Ucrania obligó a evacuar a 350,000
personas de los 155,000 km2 afectados. Se estima que se liberó unas
500 veces la radiación de la bomba atómica arrojada en Hiroshima, en
1945. Pero el mundo reconsidera a estas alturas los beneficios
pacíficos de la tecnología nuclear y estimula su desarrollo
controlado. Por ejemplo Argentina y Brasil tienen dos reactores
nucleares, cada uno, que producen energía eléctrica.
Fuente: Caretas, 26 abril 2007
http://www.caretas.com.pe/Main.asp?T=3082&S=&id=12&idE=721&idSTo=73&idA=25833