¿GESTIÓN NUCLEAR ACTIVA?: UN MUNDO DISTANTE Y AJENO

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Apr 27, 2007, 5:56:11 PM4/27/07
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¿GESTIÓN NUCLEAR ACTIVA?: UN MUNDO DISTANTE Y AJENO
Por: Francisco Vidarte García (*)

"En todo el mundo, las personas tienen grandes esperanzas de que las
nuevas tecnologías redunden en vidas más saludables, mayores
libertades sociales, mayores conocimientos y vidas más productivas"
señala el Informe sobre el Desarrollo Humano del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Cabe señalar que en el
Perú, la sociedad cohabita en un conflicto abierto, donde 54 de cada
100 peruanos es pobre y de ésos, 21 son indigentes; y se reconoce que
las tecnologías de la información y las comunicaciones, biotecnología,
medicina, energía nuclear entre otras, podrían contribuir a dar
solución a la pobreza.
En el caso del uso de las tecnologías de las energía nuclear, el Dr.
Modesto Montoya que dijo que necesitaríamos por lo menos veinte años
para el posible funcionamiento de las plantas nucleoeléctricas y que
en el corto y mediano plazo se acentuará el desarrollo de las
aplicaciones nucleares en la minería en el Perú (La República, 4.oct.
1984). Hoy han pasado más de 22 años y vemos que ni uno ni lo otro se
hizo.
Pruebas al canto: en el Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN) se
desmantelo el Equipo del Proyecto Nucleoeléctrico. Además, si en los
años ochentas ya habíamos logrado darle valor estratégico a los
minerales de los yacimientos de uranio del sur del país, al dominar la
tecnología de producción de la "pasta amarilla" por que se desmantelo
el Equipo de Materias Primas.
¿Qué es lo que paso? ¿Los gestores nos mostraron sus límites en el
manejo técnico y político del IPEN? ¿Los gestores del rumbo nuclear
peruano se durmieron en sus laureles?
Hoy en día, existen una serie de factores inciertos para la toma de
decisiones en el ámbito nuclear de tipo político, económico, social y
competitivo; tales como falta una decisión política del Gobierno a que
si el IPEN se mantiene en el sector Energía y Minas o es absorbido por
el CONCYTEC; no hay los esfuerzos en el proceso de la implementación
del Centro Nacional de Materiales en el Centro Nuclear de Huarangal,
como base de la "Ciudad de Innovación Tecnológica de Lima"; hay
inseguridad en la adquisición del combustible nuclear para los
reactores RP10 de distrito de Huarangal y el RP-0 del distrito de San
Borja; hay un panorama incierto respecto al cumplimiento de los
derechos laborales de los empleados del IPEN; no se produce un cambio
en la cultura organizacional, sigue cerrada a la sociedad; la
organización institucional no se alinea a la visión de país, no hay
una buena percepción sobre los resultados de la investigación y
desarrollo nuclear en solucionar los problemas tecnológicos concretos
del país; la opción nuclear no aparece en la matriz energética. En el
plano de la función reguladora y fiscalizadora, preocupa que no
hubiera capacidad nacional para brindar el servicio de dosimetría de
neutrones para los trabajadores de las instalaciones nucleares del
país; que aún no se sabe dónde fueron colocados los pararrayos
radiactivos que se instalaron desde los años 70; que las fuentes
robadas en el pasado no contaran con la correspondientes licencias de
operación; no se realizan simulacros de emergencia como sistema de
entrenamiento de la población aledaña. Tampoco existen comités de
seguridad que lleven a cabo un seguimiento de los planes de seguridad
de la centros nucleares de Huarangal y San Borja y los comuniquen a
las comunidades; y más aún cuando un inspector de la Oficina Técnica
de la Autoridad Nacional del IPEN reveló que en aquí en Perú no
tenemos registros, y se estaría recién viendo la posibilidad de
implementar las recomendaciones sobre "registros y licencias" del
Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
De otro lado, desde 1989 se invirtió más de 120 millones de dólares en
el Centro Nuclear OSCAR MIROQUESADA DE LA GUERRA (RACSO), que cuenta
con un reactor nuclear de 10 MW para producción de radioisótopos y
prueba de materiales (RP10), esta ubicado en el distrito de
Carabayllo, uno de los distritos más pobres de Lima. Han pasado 18
años y no hay un polo de desarrollo en su entorno; el IPEN que dirige
el Centro Nuclear de Huarangal no ha sido capaz de generar en las
comunidades aledañas un desarrollo y beneficio tangible. Ése mundo
distante y ajeno llamado ciencia y tecnología nuclear nunca ha estado
presente en sus vidas, ha sido tan solo un mudo testigo de su
acontecer diario. Esta situación ha sido ratificada por la encuesta
realizada por el Instituto de Investigación para la Energía y el
Desarrollo-IEDES, a los pobladores de siete comunidades aledañas al
Centro Nuclear, para el 65% de los entrevistados la llegada de este
centro no les ha traído beneficios, pese a que el 90% admite que
tampoco daño alguno, el 85% indica que no tienen relación alguna con
el IPEN y la que hay es en un 56% mala. Pero quizás lo que mas llama
la atención de los resultados obtenidos es que la presencia de este
centro es reconocida en un 80% como peligrosa, el 96% no conoce que
tipo de trabajo se realiza ahí y para ilustrar mejor el panorama, el
91% indica no haber recibido indicaciones sobre algún plan de
emergencia. Si estamos en el camino de desarrollar la energía nuclear
en el país, debemos empezar integrando el IPEN como un actor
responsable ambiental y social en al ámbito local, debería contribuir
en el crecimiento económico local de las zonas rurales del Carabayllo
y comprometiéndose activamente invirtiendo en infraestructura local
(calles, rutas de acceso, pavimento e iluminación, entre otras) y
servicios sociales.
Se suma a ello, que el Congreso de la República no ha legislado la
minería de los minerales radiactivos; no hay un marco legal para las
inversiones del sector privado en las operaciones de la industria del
uranio, para aprovechar las oportunidades que nos ofrece la dinámica
industria nuclear y "cambiar la cara" al portafolio tradicional de las
inversiones mineras. De no poner las reglas para el desarrollo de la
industria del uranio se podría retraer estas inversiones en el país,
perderíamos una vez más la oportunidad de explotar, sólo en el sur del
Perú, 400 millones de libras de uranio; cuyo precio actual de este
commodities a superado los 100 US$/lb, con una proyección de llegaría
a 500 dólares la libra. No podemos seguir así, debemos dar al sector
señales que mejoren el perfil de riesgo en la futura inversión minera
y que permita mejora la empleabilidad en Macuzani y demás distritos
uraníferos de Puno, que generaría un buen impacto económico y social,
lo que daría señas de cambio y de contribuir al proceso de
consolidación del crecimiento económico nacional, y una vez más el
pueblo gozaría de los beneficios de las bondades de la energía
nuclear.
De manera que, transcurrido 23 años, constatamos que luego del relevo
en el cargo de presidente del IPEN, al Dr. Modesto Montoya por el Dr.
Conrado Seminario -quien fuera 15 años, Director Ejecutivo del IPEN,
desde el año 1987 hasta el 2002-, las cosas no han mejorado. Esto no
puede continuar así, corresponde al ministro de Energía y Minas tomar
las medidas correctivas.

(*) Presidente de la Asociación de Profesionales Nucleares.

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May 11, 2007, 3:43:01 PM5/11/07
to APNPERU
INNOVACIÓ PERÚ "Universidades, Institutos de Investigación y Empresas"

En este primer quinquenio del siglo XXI, mientras los peruanos desde
las sociedades locales se abrían al diálogo y se concertaba para
arribar a una visión de futuro de sus comunidades, elaborar sus planes
de desarrollo distrital, provincial y regional, y intervenir en la
elaboración, ejecución y vigilancia de los presupuestos
participativos. Algunas instituciones científico-tecnológicas
descentralizadas del gobierno nacional, bajo los seudo liderazgos de
sus jefes institucionales, ingresaron a un escenario que envían
señales de ser organizaciones en decadencia a causa de sus culturas
organizacionales en crisis. En lugar de responder a la anomia, se
sumergían en el oscurantismo; ordenaban la implementación de
sofisticados mecanismos para evitar el disenso como nuevas mordazas
para impedir las voces de los científicos y los forjadores de
tecnología en el país que apostaban por la innovación a todo nivel,
incluyendo lo organizativo.

Ellos tienen que dar un paso al costado y abdicar a sus pretensiones
oscurantistas. De otro lado, los científicos, los tecnólogos y
técnicos tienen que asumir una responsabilidad activa en materia
política para forjar una sociedad científico-tecnológica más libre,
abierta y democrática.

Tiene que establecerse los espacios de deliberación del quehacer
productivo nacional como una Plataforma "Universidad, Institutos de
Investigación y Empresa", donde los científicos, los tecnólogos y los
técnicos asuman en relación con sus responsabilidades políticas, el
llegar a descubrir su rol como una respuesta coherente a favor de las
grandes mayorías nacionales, que es el generar nuevas y modernas
fuentes de trabajo competitivas internacionalmente.

Fuente: Parlamento Virtual Peruano, 21 diciembre 2006
http://www2.congreso.gob.pe/sicr/parciudadana/Foros_p.nsf/8178b1c14b1e9b6b8525624f0062fe9f/6ca4548872a494d70525724b004cf601?OpenDocument


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