Es una lástima que el ojo humano no pueda captar el movimiento del
psiquismo arremolinándose en serpentinas ascendentes, ni siquiera se
puede ver el movimiento del aire cuando sopla el viento o el de una
sutil brisa como pudiera ser la de tan sólo una exhalación, porque
entonces se apreciaría la danza del T´ai Chi. No obstante, el ser
humano tiene otras maneras de captar esta danza sutil, y no me refiero
a través de los experimentos por los que se puede llegar a expresar
visiblemente el movimiento de la energía, ni tampoco contemplando el
movimiento del agua que se asemeja mucho al fluir del chi, sino, a
través del sentimiento.
El Valor Primordial del T´ai Chi Chuan estriba en el Arte de la
Ternura, y hasta que no se comprenda este principio tan medular no
podrá profundizarse su esencia.
Ternura, delicadeza, suavidad, redondez, como si se acariciara el
espacio, como abrazando el aire, como jugando con la fuerza de la
gravedad, moviéndose como una brisa primaveral, son éstas las bases o
Esencia del T´ai Chi Chuan. El sentimiento amoroso expresado a través
de la danza bioenergética y psíquica que se refleja en la acción del
movimiento corporal es lo más preciado del Taichi.
Extracto tomado del curso Taochi (instructorado) Lección 3b.
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