Hay algo esencial que está en el ser humano, y, al mismo tiempo, también se encuentra más allá de él. Y eso esencial es la causa primera y básica de todas las cosas, es la causa primaria del ADN, es la causa elemental de los átomos, la causa psíquica del alma que heredamos de la Existencia, porque es la causa de todo.
De hecho, tenemos que una parte de lo que somos es producto de las leyes naturales, de las estrellas y del universo, pero nuestra otra parte es lo esencial que nos llega desde más allá de todo esto... llamémosle simplemente... Existencia.
Precisamente, centrarse en eso tan esencial, profundizar lo que es esencial y experimentar de modo vivencial la esencia trascendente es lo que proporciona una gran plenitud porque aporta un valioso sentido a toda expresión manifestada de la Existencia, y por ende, a la vida misma que experimentamos.