SUCESION APOSTOLICA

13 views
Skip to first unread message

Anglicano

unread,
Oct 17, 2006, 12:39:45 PM10/17/06
to Anglicanismo Canada
CONCEPTO TEOLOGICO Y REFERENCIA A LA SUCESION APOSTOLICA HEREDADA POR
EL MANDATO DE CRISTO Y LA FE DE LOS SANTOS APOSTOLES

Por Leonardo Marín-Saavedra


DEFINICION: "Apostolic Succession": La Iglesia define la expresión
"Sucesión Apostólica" [Apostolic Succession], como el proceso
histórico y real, que se ha dado de generación en generación y que
viene dentro de una secuencia ininterrumpida desde Jesucristo, pasando
por los santos Apóstoles hasta nuestros dias. La Iglesia ha sostenido
que es el Espíritu Santo, quien hace la obra y que se ejecuta y se
materializa, cuando el obispo consagrante y/u ordenante, impone sus
manos sobre la cabeza del nuevo varón consagrado u ordenado. También
la Iglesia dice que en ningún momento de la historia este proceso se
ha roto u obstruido y que hay en sí razones intrínsicas e intangibles
que se ventilan a la luz de la fe y la razón para afirmar este
sentencia. Leamos a continuación el siguiente párrafo para entender
lo que en sí dice la Iglesia sobre este importante tópico de fe:

"La Iglesia de Cristo se renueva en su apostolado, cada vez que un
nuevo obispo es elevado, por la sagrada ordenación, a la condición de
Defensor de la fe y Guardián de la verdad. Esto se da a través de un
ministerio tan antiguo como el tiempo, y que tiene sus raices en la
Sagrada Orden del Sumo y Eterno Sacerdote Melquisedec. La sagrada
ordenación, por su propiedad única, hace pasar de generación en
generación, de persona a persona, la Sucesión Apostólica, tal cual
fue dejada por los Apóstoles de quien los nuevos consagrados u
ordenados, son los legítimos sucesores, imponiendo así, la
continuidad del Sagrado Ministerio y la continuidad de la propia
Iglesia. 'Ubi Episcopo, Ibi Ecclesia' -Donde está el obispo,
allí está la Iglesia- dice el dicho eclesiástico en todo verdadero.
Al levantarse el elegido, ya en la condición de consagrado, muere el
hombre viejo para resurgir en un milagro único y exclusivo, aquel que
tiene el sí, el poder de juzgar, de cerrar y de abrir - pues es el
ostentor de las llaves - y el poder de gobernar la Santa Iglesia. Y
este milagro sucede tal y cual sucedía hace dos mil años, por la
imposición de las manos, en la transmisión de la sucesión, en la
invocación del 'Divino Espíritu Santo', en la unción del 'Oleo
Sagrado'. Y allí el obispo se torna el centro en torno del cual
gravitan, en una perfecta ambientación y armonía, toda la Iglesia, ya
sea en su clero, en sus fieles, en sus munus salvífico, en fin en
todas sus facetas, quiera como Iglesia Militante, como Iglesia
Padeciente, o como Iglesia Triunfante".

INICIO DE LA SUCESION APOSTOLICA:

En la Santa Biblia, podemos encontrar el primer documento histórico
que habla de la Sucesión Apostólica y que afirma con hechos y fe el
surgimiento de la Iglesia de Jesucristo. Leamos el Capítulo 10 de San
Mateo:

"1 Entonces Llamó a sus doce Discípulos y les dio autoridad sobre
los Espíritus inmundos para echarlos fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. 2 Los nombres de los doce Apóstoles son
éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; también
Jacobo hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; 3 Felipe y Bartolomé;
Tomás y Mateo el publicano; Jacobo hijo de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón
el cananita y Judas Iscariote, quien le Entregó. 5 A estos doce los
Envió Jesús, Dándoles instrucciones diciendo: "No Vayáis por los
caminos de los gentiles, ni entréis en las ciudades de los
samaritanos. 6. Pero id, Más bien, a las ovejas perdidas de la casa de
Israel. 7 Y cuando Vayáis, predicad diciendo: 'El reino de los
cielos se ha acercado. 8 Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad
leprosos, echad fuera demonios. De gracia habéis recibido; dad de
gracia. 9 No os Proveáis ni de oro, ni de plata, ni de cobre en
vuestros cintos. 10 Tampoco llevéis bolsas para el camino, ni dos
vestidos, ni zapatos, ni Bastón; porque el obrero es digno de su
alimento. 11 En cualquier ciudad o aldea donde entréis, averiguad
quién en ella sea digno y quedaos Allí hasta que Salgáis.

12 Al entrar en la casa, saludadla. 13 Si la casa es digna, venga
vuestra paz sobre ella. Pero si no es digna, vuelva vuestra paz a
vosotros. 14 Y en caso de que no os reciban ni escuchen vuestras
palabras, salid de aquella casa o ciudad y sacudid el polvo de vuestros
pies. 15 De cierto os digo que en el Día del juicio Será Más
tolerable para los de la tierra de Sodoma y de Gomorra, que para
aquella ciudad. 16 He Aquí, yo os Envío como a ovejas en medio de
lobos. Sed, pues, astutos como serpientes y sencillos como palomas.

17 Guardaos de los hombres, porque os Entregarán a los tribunales y en
sus sinagogas os Azotarán. 18 Seréis llevados aun ante gobernadores y
reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles. 19
Pero cuando os entreguen, no os preocupéis de Cómo o qué hablaréis,
porque os Será dado en aquella hora lo que habéis de decir. 20 Pues
no sois vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre
que Hablará en vosotros. 21 El hermano Entregará a muerte a su
hermano, y el padre a su hijo. Se Levantarán los hijos contra sus
padres y los harán morir.

22 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre. Pero el que
persevere hasta el fin, éste Será salvo. 23 Y cuando os persigan en
una ciudad, huid a la otra. Porque de cierto os digo que de Ningún
modo acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que
venga el Hijo del Hombre. 24 El Discípulo no es Más que su maestro,
ni el siervo Más que su señor. 25 Bástale al Discípulo ser como su
maestro, y al siervo como su señor. Si al padre de familia le llamaron
Beelzebul, ¡Cuánto Más lo Harán a los de su casa! 26 Así que, no
les Temáis. Porque no hay nada encubierto que no Será revelado, ni
oculto que no será conocido.

27 Lo que os digo en privado, decidlo en Público; y lo que Oís al
Oído, proclamadlo desde las azoteas. 28 No Temáis a los que matan el
cuerpo pero no pueden matar al alma. Más bien, temed a aquel que puede
destruir tanto el alma como el cuerpo en el infierno. 29 ¿Acaso no se
venden dos pajaritos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a
tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros
cabellos Están todos contados. 31 Así que, no Temáis; Más valéis
vosotros que muchos pajaritos. 32 Por tanto, a todo el que me confiese
delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre
que Está en los cielos.

33 Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le
negaré delante de mi Padre que Está en los cielos. 34 No penséis que
he venido para traer paz a la tierra. No he venido para traer paz, sino
espada. 35 Porque yo he venido para poner en disensión al hombre
contra su padre, a la hija contra su madre y a la nuera contra su
suegra. 36 Y los enemigos de un hombre serán los de su propia casa. 37
El que ama a padre o a madre más que a Mí no es digno de Mí, y el
que ama a hijo o a hija más que a Mí no es digno de Mí. 38 El que no
toma su cruz y sigue en pos de Mí no es digno de Mí. 39 El que halla
su vida la Perderá, y el que pierde su vida por mi causa la Hallará.
40 El que os recibe a vosotros a Mí me recibe, y el que me recibe a
Mí recibe al que me Envió. 41 El que recibe a un profeta porque es
profeta, Recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo
porque es justo, Recibirá recompensa de justo. 42 Cualquiera que da a
uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente porque es mi
Discípulo, de cierto os digo que Jamás Perderá su recompensa".

Fue directamente Jesús de Nazaret quien escogió a los 12 discípulos
varones. Revisemos y probemos que no había allí una sola mujer.
Jesús de Nazaret no tuvo discípulas. Ninguna mujer recibirá el
linaje de Sucesión Apostólica para ministrar o para ser sacerdotiza.
Si alguna mujer se deja engañar por un varón o por otra y éste o
ésta, le dice; "le impondré mis manos sobre su cabeza y le
transmitiré la Sucesión Apostólica como linaje de Jesucristo, esa es
una gran mentira y esa mujer es engañada y ultrajada. La mujer que se
reviste como sacerdote o que lleva ropas sagradas que usan los
sacerdotes está pecando gravemente y se debe arrepentir y salir de la
escena engañosa. La mujer que en la tierra ocupe el puesto de un
diácono, sacerdote u obispo, está orate y ese pecado está en contra
de lo que quiere Jesús. Son los varones quienes deben frenar los
impulsos de la carne y es el varón masculino quien debe llevar el
timón del barco espiritual. Lo demás es invento y es equivocación.
Jesús tenía poder para cambiar la costumbre y la cultura en su época
y no lo hizo. Jesús sabía que solamente el varón está llamado al
pastoreo de las ovejas del rebaño espiritual.

No había nadie diferente a Jesús el hijo de Dios, cuando Dios
escogió a los primeros Apóstoles. Nadie puede decir o afirmar que un
hombre mortal tiene poder sobre el llamado y la vocación sacerdotal,
sobre otro varón mortal. Por consiguiente que tanto la vocación
sacerdotal como la Sucesión Apostólica es en sí, un acto de fe, que
se hereda directamente de Jesús y como instrumento, los hombres que
siguen a Jesús con fe, son quienes transmiten el linaje de Sucesión
Apostólica.. Nadie puede llamar a nadie al ministerio sacerdotal sino
es el mismo Dios. Si Dios llama y el hombre que recibe el llamado sigue
la voz de Dios y tiene fe en quien le va a imponer las manos, este
recibe directamente la Sucesión Apostólica y el Espíritu Santo le da
el poder de hacer lo que mandó Jesús: "Sanad enfermos, resucitad
muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios".

Aunque la Sucesión Apostólica histórica hace parte de la misión del
sacerdote, en sí es mas importante la fe. Si quienes han recibido la
Sucesión Apostólica se han equivocado y si ellos han cometido
errores, la fe de quien la recibe no cambia. Es superior la fe a la
misma Sucesión Apostólica. La fe es en sí el instrumento verdadero
que nos lleva a Jesús y que nos hace heredar la Sucesión Apostólica
como linaje de Jesucristo. Somos el rebaño de Jesucristo por fe y
porque quien porta la fe, se convence que el llamado viene de arriba.
Nada de lo que está abajo es superior a lo de arriba. La fe viene es
de arriba y es Jesús de Nazaret, quien llama al servicio a un hombre
para amar como sacerdote o como ministro. La mayoría de los errores
que los hombres cometen lo hacen de la cintura hacia abajo. La parte
baja de nuestro cuerpo es la que nos hace cometer errores. Los hombres
que han aportado para el desarrollo espiritual y para el bienestar de
los hombres siempre han sacado las ideas de arriba es decir de la
cintura para arriba.

La fe está es en la cabeza [mente], y dentro del corazón y estos dos
órganos está ubicados en la parte de arriba de la cintura. Puede ser
que algunos obispos y sacerdotes hayan lesionado los principios del
cristianismo y que se hayan descarriado después de haber recibido la
Sucesión Apostólica, pero nada tiene que ver el descarrilamiento de
un hombre a la misma Sucesión. Las Iglesias y los grupos que afirman
tener la verdadera Sucesión Apostólica están equivocados. Es Jesús
y el Espíritu Santo quien transmite en si la Sucesión Apostólica. La
fe viene de Dios y va hacia Dios. La fe jamás viene de un varón
mortal. Todos los hombres mortales somos iguales y por eso nadie tiene
mas autoridad en cuestiones de fe que Jesucristo el Rey del Universo,
nuestro Señor. Es Cristo quien alumbra en la vida del sacerdote y no
una denominación o una historia de sucesión.

Escuchamos entre las Iglesias históricas muchas controversias y se
disputa como en las plazas de mercado, si alguien entre sus filas
perdió o ganó la Sucesión Apostólica. Están muy equivocados y son
ilusos y por eso la Santa Biblia afirma: "Por sus hechos los
conocereis". Jesucristo hace un llamado a quienes están en el error,
para que regresen a la verdadera fe en él y no en los documentos.
Buscar la naturaleza como fuimos creados en el amor. Mujeres todas
deben saber que ustedes están llamadas a preservar la vida y a
multiplicar la especie humana con sumo cuidado. Dios les dio la
naturaleza de madres y las madres son las únicas portadoras de ese
don.

Los varones que deseen ser madres y/o mujeres, deben orar a Dios para
que el les ayude a la perfección sin exageración. Así como el
ministerio diaconal, sacerdotal u obispal, es exclusivo para los
varones, también es más cierto que la concepción es un don y una
tarea exclusiva para las mujeres. Los varones que usan ropas femeninas
y que sueñan con ser mujeres, deben buscar ayuda para que regresen a
su estado natural como linaje exacto y perfecto de Dios. Dios nos creó
a su imagen y semejanza y cada uno debe ocupar sin exageración, el
puesto y la labor que trae al mundo en su misión. Dios nos dio a todos
y a cada uno un talento para que nos defendamos en la existencia que
debemos asumir hasta el último día de nuestras vidas.

Hoy Dios nos invita a recibir en sencillez y humildad nuestra propia
tarea como hijos de Dios.

Reply all
Reply to author
Forward
0 new messages