Queridos hermanos en la fe y amigos, de Amor Fraterno.
Continuamos con el estudio de la Biblia, la Palabra de Dios.
Un estudio de todos los libros de la Biblia, que en su versión original se llama: “Thru the Bible” (A través de la Biblia). Preparado por el teólogo y profesor de Biblia, J. Vernon McGee. En la versión española, traducido, adaptado, y presentado por Virgilio Vangioni, profesor de Biblia.
Si dispones de unos minutos, te aconsejamos que leas o escuches estos mensajes sobre las epístolas del apóstol Pablo a los Corintios. Hará bien a tu vida, porque además de adquirir conocimiento, crecerás en sabiduría en la Palabra de Dios.
Dios bendiga Su Palabra en tu corazón.
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LA OBRA DE CADA UNO SERÁ PROBADA
1ª CORINTIOS 3:14-16
En el día de hoy, estimado oyente, nuestro estudio nos lleva al tercer capítulo de la primera Epístola a los Corintios.
Y dice el versículo 14:
14Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa.
Aquí se nos enseña que el creyente puede trabajar para recibir una recompensa. Es decir, si él edificó con oro, plata, o piedras preciosas.
Opinamos que alrededor nuestro hay muchos creyentes que reflejan la santidad de Dios en sus vidas, que Dios está usando de una manera extraordinaria, y que están edificando con oro, es decir, con material de la mejor calidad.
Usted sabe que una pequeña partícula de oro no se destaca mucho, y no es tan visible como un montón de heno. No todos lo pueden ver, y quizás solamente Dios sabe que esa partícula es de oro. Pero si uno viaja por ciertos campos, puede ver una pila de heno a muchos kilómetros de distancia. Y hay mucha gente que está edificando con heno, ese material de baja calidad, y todo el mundo se entera de lo que están haciendo; pero esas obras equivalentes a la calidad del heno, algún día serán probadas, y entonces no quedará ningún montón de heno a la vista, porque el fuego lo consumirá todo. Y lo mismo ocurre con la madera y la paja.
Ahora, el versículo 15, dice:
15Si la obra de alguno es consumida por el fuego, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
Aquí podemos ver el contraste. Otra versión lo traduce así:
“Si alguien construyó un edificio resistente al fuego, recibirá su pago; pero si lo que construyó llega a arder, lo perderá todo, aunque él mismo logre salvarse, como quien escapa del fuego”.
Ahora, si él está sobre el fundamento, es decir que ha confiado en Cristo, no perderá su salvación, aunque no recibirá ninguna recompensa.
Ahora, estimado lector, ¿qué está usted edificando? ¿Con qué materiales está usted construyendo?
Si está edificando con oro, quizás la obra no se destaque ante la vista como muy impresionante. Pero, si ha edificado algo así como una pila de heno o de paja que se destaca mucho en el horizonte, desaparecerá con el fuego convirtiéndose en una nube de humo que pronto se desvanecerá. Y para expresarlo sencilla pero gráficamente, quisiéramos decir que en el cielo habrá algunas personas que habrán llegado allí porque su fundamento era Cristo, pero que estarán oliendo a fuego y humo, como si hubieran salido de un incendio, porque todo lo que han hecho fue consumido por las llamas. Ellos no recibirán una recompensa. Este pasaje trata, pues, sobre la recompensa en el servicio de Dios.
Si usted es un creyente carnal, fácilmente identificable o no, según sus reacciones de la falta de madurez resulten más, o menos visibles, creemos que el apóstol Pablo estaba diciendo que usted no puede esperar una recompensa porque no ha estado relacionado propiamente con Dios a través de Su Palabra, ni sometido al control del Espíritu Santo. Usted puede notar que el creyente carnal es aquel que no conoce bien la Palabra de Dios y si la conoce, se trata de un conocimiento que no afecta a ciertas áreas de su vida. Es que uno puede identificar las tres categorías mencionadas por el apóstol Pablo, de acuerdo con la relación de esas personas con la Palabra de Dios.
El hombre llamado: “natural”, opina que esa Palabra y su mensaje son una insensatez, algo que no tiene sentido para él. El creyente llamado: “espiritual”, discierne, percibe la Palabra de Dios, y ésta le proporciona una percepción espiritual. Y el creyente llamado: “carnal”, preferirá cualquier actividad social o de esparcimiento, a recibir la enseñanza de la Palabra de Dios. Así es que la actitud frente a la Palabra de Dios nos ayuda a identificar a un creyente carnal o en estado de inmadurez, que no se desarrolla en su crecimiento espiritual.
Luego, dicen aquí los versículos 16 y 17 de este capítulo 3 de la primera carta a los Corintios:
16¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros? 17Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.
El Hijo de Dios es el templo del Espíritu Santo. Y sobre eso vamos a hablar más adelante, porque el apóstol Pablo volverá a presentar este tema.
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"Venid a mí,
todos los que estáis cansados y cargados,
y yo os haré descansar" Mateo 11:28