CANTOS INDIVIDUALES DE ACCIÓN DE GRACIAS (2)

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Juan R.

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Aug 11, 2025, 1:33:26 AMAug 11
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CANTOS INDIVIDUALES DE ACCIÓN DE GRACIAS (2)

 

Continuación:

La estructura de estos salmos, como sucede con otros géneros, no se ajusta rigurosamente a pautas fijas, pero es frecuente el uso de sus elementos distintivos en un orden claro. Suelen comenzar con una introducción, generalmente breve, en la que aparecen frases como “Ye doy gracias”, “Te exaltaré” u otras semejantes. En su forma, la introducción sigue la exposición de la experiencia del salmista o de quien asume su composición, acompañada en algún caso de una invitación a quienes rodean al que da gracias a Dios para que atiendan a su narración (Salmo 66:16). Era lógico este afán de compartir con otros el gozo sentido por la intervención liberadora de Dios. “Narrar la propia historia es un deber sagrado del hombre piadoso: no puede guardar en su corazón lo que le ha sucedido por la intervención de Yahvéh” (H. Gunkel, Introducción a los Salmos, 282).

Suelen concluir con un voto (Salmo 18:49) o con una reafirmación de fe (Salmo 40:17).

A veces, al sentimiento de gratitud se une la conciencia de pecado, lo que hace más patente la gracia de un Dios que, pese a la indignidad humana, socorre a quienes le invocan sinceramente (Salmo 32:5-7; 40:12; 103:3; 107:17-20).

También se observa la incorporación de elementos sapienciales en algunos de los cantos de acción de gracias (Salmo 31:23; 32:4, 6 ss.; 34:11 ss.). Por otro lado, el anhelo del salmista no es únicamente alabar agradecido a Dios, sino influir en otros para que vivan en el santo temor de Dios, lo cual es otro modo de glorificarle (Salmo 32:5, 9).

Aunque el elemento esencial de estos salmos es la experiencia personal como motivo fundamental de gratitud a Dios, del que nace la alabanza, a ésta puede seguir una súplica análoga a los salmos de lamentación individual, y esto hasta el punto de que algunas composiciones de este género hayan sido vistas por algunos comentaristas como la unión de dos salmos diferentes (Salmo 40). Tal conclusión carece de suficiente base. La experiencia de liberación puede no haber sido completa, en cuyo caso la fe más exultante puede sufrir el asalto de angustias y temores nuevos y ser movida a sustituir la alabanza por la súplica.

Al comparar el número de los cantos de acción de gracias con los de lamentación, se observa cómo éstos sobrepasan a aquellos en número de modo considerable. Probablemente este hecho se debe a que somos más proclives a invocar a Dios en las horas difíciles que en las de bienestar. Nos impulsa hacia él con mucha mayor fuerza la necesidad que la gratitud. Lo acertado de la apreciación de Gunkel nos mueve a reproducir sus palabras: “La felicidad es un vínculo menos seguro que la desgracia en el camino hacia Dios, y los pobres humanos consideran que existen más ocasiones para la queja y el lamento que para la alegría y la acción de gracias” (H. Gunkel).

Este género de salmos puede ayudarnos a mantener el equilibrio entre lo uno y lo otro.

 

SALMOS ESCOGIDOS

José M. Martínez

 

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