(IVÁN): TÚ: CAMINARAS EN EL CAMINO DE SANTIDAD SIEMPRE, BAUTIZADO EN AGUA PRIMERO:

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Sábado, 22 de Julio, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

(NUESTRO GUAYAQUIL EN SUS DÍAS FESTIVOS: Felicidades a todas nuestras familias guayaquileñas en estos días de fiestas patronales que disfrutan de mucho amor familiar con los suyos y amistades por toda nuestra gran ciudad eterna, conmemorando así sus 481 años de proceso fundacional. En estos días, tenemos a nuestro Padre celestial bendiciéndonos desde sus lugares más benditos y gloriosos del reino angelical, porque nos ama no solamente porque hemos salido de su imagen y de su santa alma viviente, pero, porque también su Hijo amado nos ama con redención sobre todo lo alto del altar del amor prehistórico, descendido del cielo, por el Espíritu Santo. Y, desde lo alto del monte Sión y el altar de su amor eterno, en donde no solamente derramó su sangre reparadora, clavado, sobre los huesos secos de Adán y Eva (nuestros padres pecadores del paraíso), hoy: habiendo orado por nosotros (pecadores): nos bendice con sus ricas bendiciones de gracia y misericordias renovadas, suturándonos progresivamente con poderes y dones del Espíritu Santo. Felices fiestas patronales a todos, dentro y fuera de la patria, ¡amén!)

TÚ: CAMINARAS EN EL CAMINO DE SANTIDAD SIEMPRE, BAUTIZADO EN AGUA PRIMERO:

Nuestro Padre celestial decidió a hacerle una prueba a Abraham, al llamarlo a llevar a su único hijo, Isaac, al que ama mucho, a la tierra de Moriah y el monte que él mismo le mostrara, porque él estaba listo para hacer algo grande para la humanidad entera. Oportunamente, Abraham era llamado por nuestro Padre celestial a sacrificar a su único hijo Isaac en una ofrenda encendida, porque éste es el hijo que le daría a él su primogénito nacido en la tierra, y éste es Jacobo que postreramente él mismo le cambiaría su nombre a Israel—la cuna de su nuevo reino por nacer, hacia la eternidad.

Ya que, Israel seria la nación de sus sueños en donde su Hijo, el Rebbe Yeshua jaMashiax (Jesucristo) nacería del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, trayendo a Israel y a las naciones la carne sagrada del pacto, vistiendo a cada hombre, mujer, niño y niña como su retoño, entrando así a la vida perpetuamente justificado. Ahora, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham que llevara a su único hijo Isaac a la tierra de Moriah y al monte que él mismo le mostraría, en donde él tendría que sacrificarlo, en una ofrenda encendida del altar del amor prehistórico, descendido del cielo, como su familia divina, que son su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, perpetuamente.

Crecidamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Israel aún sin nacer sobre el monte Sión, que le mostraría a Abraham, en donde él tenia que acostar a su hijo Isaac, como acostando a toda la Casa de Israel, sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para él orar con un abrazo Espiritual y eterno, pidiendo que pronto regresen a su regazo. Éste fue un momento muy importante para nuestro Padre celestial, porque esto fue antes de que Israel nazca como nación, en medio de las naciones, entonces él tuvo a cada hombre, mujer, niño y niña de Israel tendido sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, mientras Isaac estuvo acostado sobre la leña antes de encenderse, en un fuego sempiterno.

Es aquí, en donde nuestro Padre celestial necesitaba realmente empezar a tratar con Israel físicamente y espiritualmente, porque es únicamente sobre el altar del monte santo de Jerusalén, en donde él tendrá la oportunidad de orar sobre todos, de los que vendrían a ser la nación de que él siempre soñó poseer perpetuamente, pero también para llamarlos sus hijos legítimos al fin. Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham con su hijo Isaac sobre el monte santo de Jerusalén, para que él pueda encender el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, al su hijo Isaac acostarse sobre la leña con los hijos que nacerían de su carne sagrada—haciendo así la nación eterna del pacto de vida perdurable, para siempre.

Éste fue un momento que nuestro Padre celestial siempre ha amado machismo hasta nuestros días, porque él hizo que Abraham suba al monte santo de Jerusalén, para recostar sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, a cada uno de sus hijos que él mismo le entregó a Israel como nación, para que lleguen a ser sus hijos legítimos algún día. Ya que, él los conocía a cada uno de ellos por sus nombres aún cuando no habían nacido, porque salieron de su imagen y de su alma bendita, para vivir conforme a la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que Isaac introdujo en la vida de Abraham, al nacer del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo.

Puesto que, estos son los hijos e hijas que él siempre soñó poseer en esta vida terrenal y en la vida del reino de los cielos, como de La Nueva Jerusalén que realmente es la ciudad de oro y de piedras preciosas: habitada por reyes, sacerdotes, templos a su nombre bendito y jueces, juzgando ángeles por siempre hacia toda la eternidad venidera. Ésta es la carne sagrada de su Hijo Jesucristo que nació como Isaac del vientre estéril de Sarah, por los poderes del Espíritu Santo, dando vida a cada ángel, arcángel, serafín, querubín y otros seres santos del cielo, y por medio de su nacimiento, vida, crucifixión y resurrección: hoy nosotros también tenemos abundante vida en la tierra y en el cielo, perpetuamente.

Es decir, que la misma vida que nuestro Padre celestial ha gozado con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo y junto con los ángeles, en estos días él también le gusta la idea de gozarla con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel, porque ellos regresan ya al monte santo de Jerusalén para vivir con él, perpetuamente bendecidos. Ya que, aquí es donde nuestro Padre celestial ha prometido encontrarse con cada persona que desee amarlo, por medio del altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que puedan ser hechos uno al Él mismo renacer con ellos de su imagen, siendo así perfectos y santos, así como él siempre lo han sido antes sus huestes angelicales por toda la eternidad.

Visto que, es solamente sobre el monte santo de Jerusalén y el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, en donde nuestro Padre celestial se encontrara con cada hombre, mujer, niño y niña, para que ellos sean renacidos junto con él en su imagen santísima, por el Espíritu Santo y la gracia de su Hijo Jesucristo: unidos en santidad perpetua. Por cuanto, éste es el único lugar en la tierra y en el cielo, en donde nuestro Padre celestial hará que quienquiera sea hecho uno con él al renacer juntos en el amor prehistórico, descendido del cielo, para que puedan entrar al fin a la vida eterna del cielo como reyes, sacerdotes, templos a su nombre y jueces, juzgando ángeles, para siempre.

Es aquí, en donde nuestro Padre celestial finalmente dirá: Yo te amo—a todos los que lo aman, porque han sido bautizados en su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que renazcan en su amor prehistórico, entrando así en el pacto de la carne sagrada y con toda verdad y justicia satisfecha, para siempre. Y, es aquí, también en donde nuestro Padre celestial será satisfecho con quien sea que haya sido bautizado en agua, en su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que sean hechos herederos eternos no solamente de su nombre bendito, pero también de cada bendición nacida del altar del amor prehistórico de cada día, hacia la eternidad.

Por eso, es que nuestro Padre celestial espera por cada hombre, mujer, niño y niña de las doce tribus de Israel, a que regresen a él sobre el monte santo de Jerusalén y del altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que todos juntos lleguen a ser uno como en una gran familia en la tierra y en el cielo, para siempre. Puesto que, esto es lo que nuestro Padre celestial ha estado esperando, para que suceda, y esto es de ser uno con Israel y con las familias de las naciones, que han sido bautizados en agua y en su nombre junto con el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entrando así a la vida perpetuamente saturados de su amor eterno.

Ciertamente, éste es el reino que nuestro Pare celestial ha buscado a través de los años, como cuando empezó su pacto de la carne sagrada con Abraham, para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, lleno del amor prehistórico que inundara la tierra y el cielo de su vida prístina, hacia la eternidad. Éste es, ciertamente, Israel ante los ojos de nuestro Padre celestial, que eventualmente subirá al monte Sión, en donde su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, está encendido con las flamas eternas del amor prehistórico, que hará renacer a cada hombre, mujer, niño y niña, que desee reencontrarse con él y en persona, para ser uno en perfecta santidad en vida eterna.

Éste es el verdadero Israel que nuestro Padre celestial tuvo en su mente, cuando su Hijo Jesucristo nacía como Isaac del vientre estéril de Sarah, por los poderes y dones del Espíritu Santo, que están siempre trabajando para crear, el reino maravilloso de sus hijos renacidos con él, que hará su corazón bendito muy feliz, de vivir con todos ellos, perpetuamente santificados. Por eso, es que nuestro Padre celestial espera por cada día para ser bautizado con cada uno de ellos en su nombre y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque al invocar su nombre todopoderoso, entonces la carne pecadora con todos sus días malos descenderá al lugar del tormento del infierno, en donde tú estás supuesto entrar para siempre perdido.

Tú, verdaderamente, vendrás a ser liberado instantáneamente de la carne del pecado, por los poderes maravillosos del nombre bendito de nuestro Padre celestial, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque en la invocación de su nombre y de la presencia de su perfecta santidad, entonces la carne pecadora y con sus días terribles te abandonaran, para jamás volver a ti. Esto significa que Satanás cesara de reclamarle a tu carne pecadora sus derechos, que tú has heredado de Adán y Eva, porque ellos son los que comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal y, entonces, ellos hicieron pacto con la muerte sin darse cuenta jamás del mal que hacían hasta que fue demasiado tarde.

Por eso, es que nuestro Padre celestial les dijo a ellos que no podían seguir viviendo en el paraíso, ni un momento más, porque ambos le había desobedecido al comer del fruto prohibido, que realmente es el pacto de días malos y enfermedades con Satanás y sus ángeles caídos, teniendo así el derecho de atacarlos, en cualquier momento y sin aviso alguno. Además, nuestro Padre celestial tenia que tener a Adán y a Eva abandonando el paraíso, y no solamente por el peligro que podían comer del fruto del árbol de la vida, y vivir eternamente en pecado, pero también porque Satanás y sus secuaces eran muy listos ya que tenían un pie en el paraíso, y que podían usarlo en cualquier instante.

Por eso, es que nuestro Padre celestial, aunque él amaba a Adán y a Eva y junto con los hijos aun por nacer, aún así tenia que juzgarlos por lo que habían hecho, rebelándose, al comer del fruto prohibido, para regresar a la tierra y al polvo de la muerte—y éste es el infierno—porque ya estaban destinados a morir. Además, Satanás junto con sus ángeles caídos tenían ya un pie en el paraíso por medio de Adán, Eva y los hijos aún por nacer, y, por ello: Nuestro Padre celestial les pidió que abandonen el paraíso, regresando así al polvo, para luego volver a él nuevamente pronto, por medio de las obras maravillosas de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

Como resultado, al Adán y Eva abandonar el paraíso para regresar a él posteriormente, por las obras maravillosas de santidades perpetuas de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces Satanás con sus ángeles caídos perdieron sus posiciones establecidas, que había gozado momentáneamente, porque la puerta se les cerró nuevamente y, esta vez, para siempre. Visto que, si nuestro Padre celestial hubiese permitido que Adán y Eva se quedasen con él, entonces sus hijos serian para que Satanás con sus ángeles caídos los usen muy efectivamente en contra de él, atacando a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, por ende, nuestras rebeliones se verían en el cielo, si el hombre se hubiese quedado en el paraíso.

Estos días terribles de rebelión en el paraíso hubiesen sido el final de la raza humana como la conocemos hasta hoy, porque nuestro Padre celestial junto con su Hijo y el Espíritu Santo hubiesen estado enfrentados a nuevas guerras terribles en contra de Satanás pero también del hombre, su propia naturaleza, posiblemente causando más destrucciones terribles en la tierra y el cielo. Además, esto fue algo que nuestro Padre celestial quería evitar, porque Satanás puedo haber tenido un camino amplio entrando en el paraíso y así hacer sus maldades como las que hizo con una tercera parte de los ángeles para atacar, causando mucho daño a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo—su familia extendida y creciendo sobre las naciones en nuestros días.

No obstante, al tener a Adán y a Eva de regreso a la tierra, porque sus cuerpos fueron tomados del polvo, entonces él podía tener a su Hijo Jesucristo nacido de ellos como su Hijo amado, por los poderes maravillosos y dones del Espíritu Santo, para que renazcan con él en su imagen santísima, regresando así al paraíso, pero con la carne sagrada. Ésta fue la única manera posible, en que nuestro Padre celestial no solamente restauraría a Adán y a Eva a la vida eterna del paraíso pero también a sus hijos, de todas las familias de las naciones, para que sean hechos sus hijos legítimos, renacidos con él en su imagen santa, convirtiéndose así en reyes, sacerdotes y jueces para su Gran Reino celestial.

Pese a, que esto sea posible con ellos, entonces tienen que reencontrarse con él en persona para el bautismo, que los salva sobre su monte santo y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que renazcan con él y en su imagen santa, entrando así a la vida eterna eternamente justificado: amándole, sirviéndole y glorificando su nombre bendito, perpetuamente. De otro modo, jamás nadie podrá verlo a él en su imagen santa, ni mucho menos renacer con él para llegar a ser santo y perfecto, como él siempre lo ha sido en la eternidad antes sus huestes angelicales, para que así ellos lleguen a ser sus hijos especiales cada día de sus vidas en la tierra y en el cielo, perpetuamente.

Visto que, cada uno de ellos, al reencontrarse con él en persona sobre el monte santo para renacer en su imagen santísima y así entrar a la vida eterna, entonces ellos tienen que estar vestidos de la carne sagrada y de la sangre reparadora, corriendo por sus corazones y venas, para que la perfecta santidad prevalezca en sus nuevas vidas del cielo. Ya que, ésta es La Nueva Jerusalén celestial, pavimentada con calles de oro llevándolos a mansiones eternas, hechas de oro y de piedras preciosas, para que sus hijos junto con sus muy amados y amistades vivan en armonía perfecta con las huestes angelicales, para amar, servir y glorificarle a él y a su nombre bendito sobre el monte santo de Jerusalén, perpetuamente.

Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial tener a Abraham a que suba a Israel sobre el monte santo de Jerusalén y sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que ardan en su amor eterno que él mismo le manifestó a él y a su familia, para que vivan bendecidos cada día en su nombre todopoderoso. Sobre el monte santo, nuestro Padre celestial con Abraham e Isaac que realmente es Israel enteramente y el Rey Mesías, a nacer en medio de sus hijos, por medio de la hija virgen de David, por el Espíritu Santo, entonces él mismo oró como nunca antes, derramando de su amor fraternal sobre Israel, para que lo encuentren en sus días: salvándose, perpetuamente.

Nuestro Padre celestial desea que cada uno en Israel y en las familias de las naciones regrese a él, a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, pero sólo sobre el monte santo de Jerusalén y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que renazcan en su imagen: aprendiendo así a amarlo a él y a sus hijos, perpetuamente. Ahora, existe un camino para entrar al monte santo y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que nuestro Padre celestial se encuentre contigo en persona y junto con los tuyos y amistades también, porque tú necesitas renacer de su imagen santa para regresar al paraíso, y esto es posible por bautismo en agua, e invocando su nombre bendito únicamente.

Tú, tienes que invocar el nombre todopoderoso de nuestro Padre celestial y de su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo, al tú, sumergirte en su bautismo, y entrando así en agua, entonces la carne pecadora continuara descendiendo al infierno tormentoso con sus problemas, maldiciones, enfermedades, pobreza y muerte, instantáneamente ascendiendo (tú) hacia la carne sagrada, perpetuamente liberado del pecado y Satanás. Y es aquí, en donde por fin serás tú permitido acceder el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, porque es solamente en éste fuego maravilloso de amor eterno, en donde nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo te vestirán de la carne sagrada, para vivir liberado del pecado, maldiciones, pobreza y de la muerte eterna.

Aquí es, cuando las ventanas del cielo serán abiertas para ti, porque a nuestro Padre celestial le gusta ver desde el cielo la carne sagrada, vistiendo a sus hijos, renacidos de su imagen santísima, para vivir en la semejanza de la vida eterna de su Hijo Jesucristo, aprobada ya: para que tú la vivas con él y en su nuevo reino angelical. Es decir también que cada vez que nuestro Padre celestial te ve vestido en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, que ha derrotado toda mentira, maldición, enfermedad, pobreza y muerte de Satanás y del infierno tormentoso, entonces él te ve gozándote y manifestando victorias hacia él y su nombre bendito—victorias destinadas a conquistar nuevas glorias nunca antes vistas por nadie.

Por ende, nuestro Padre celestial solamente te vera, vestido en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, carne bautizada por Juan el Bautista en el Río Jordán, satisfaciendo toda verdad y justicia del pacto de vida eterna en Israel y en toda la tierra de nuestros días perpetuamente, para que recibas tu bendición del día junto con los tuyos después de bautizarte. Ya que, ésta es la única carne sagrada de toda la historia del reino celestial y de la tierra de hoy en día, que nuestro Padre celestial ha enriquecido con bendiciones de su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que vivas tu vida como su hijo legitimo siempre gozando de su formidable presencia y protección constante de su nombre bendito.

Ésta es la carne sagrada, que verdaderamente ha aprendido amar a nuestro Padre celestial en Israel, honrando cada palabra que ha salido de su boca, para que haga todo por lo que la envió, para amar, bendecir, sanar, prosperar, proteger y enriquecer tu vida con grandes regalos de los poderes de cada día del Espíritu Santo, descendiendo sobre ti sin cesar jamás. Tú, ciertamente, vivirás con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, porque ésta es la carne sagrada, amándote celosamente al tú vivir la vida enriquecedora que te fue concedida al nacer de la imagen de nuestro Padre celestial, para vivir conforme a la semejanza de la carne sagrada, que jamás conocerá derrota alguna ni mucho menos la corrupción.

Al tú ser bautizado en agua y en su nombre bendito y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces cada vez que él mire desde el cielo a la tierra, como mirando de su morada secreta, instantáneamente él te dirá: Éste es mi hijo en quien yo tengo complacencia (ahora estarás perpetuamente caminando por el Camino de Santidad (Isaías 35:8)). Éste es el Camino de Santidad que jamás encontraras en ningún otro lugar, excepto si eres bautizado, en su nombre bendito y en el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque éste es el camino abierto por donde no solamente Israel caminó en seco del lecho marino hacia el pacto de la carne sagrada, pero también hacia su presencia santísima.

Ya que, la presencia santa de nuestro Padre celestial es realmente el mismo reino de los cielos, es decir, que una vez que entres en su presencia bendita, después de haberte bautizado en su nombre y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces tú estarás caminando por tierra santa—la gloria celestial, en donde vivirás perpetuamente bendito, enriquecido y justificado. Por eso, es que es mejor que tú busques de ser bautizado, sin esperar más, ya sea bautizándote tú sólo e invocando su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que la carne pecadora te abandone con sus días malos que vendrán sobre tu vida para hacerte daño, pero no podrán más, porque estarás bautizado al fin.

Dado que, al tú emerger del bautismo de agua entonces estarás cubriendo tu desnudes con la perfecta santidad de su nombre y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque al tú entrar en el altar del amor prehistórico, instantáneamente tú serás hecho tan santo como Dios siempre lo es en la eternidad, vestido con la carne sagrada, para siempre. Por eso, es que el bautismo de agua es muy importante para ti y para los tuyos, incluyendo a tus amistades, porque nuestro Padre celestial necesita urgentemente que cada hombre, mujer, niño y niña se bautice, sumergiéndose todos en agua, en la perfecta santidad de su nombre, para que veas la vida inmediatamente—la vida prístina y abundante—enriqueciéndote diariamente desde arriba.

Ciertamente, una vez que hayas tú descubierto ésta vida que nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, desean que tú la vivas en estos días en la tierra y en el cielo perpetuamente, entonces, tú vivirás la vida como jamás lo pensaste posible—porque ésta es una vida infinitamente enriquecida de milagros cada paso hacia la gloria angelical. Ésta es una vida maravillosa que siempre vivirá contigo desde su monte Sión, en donde Abraham e Isaac incendiaron su amor prehistórico con llamas que arden apasionadamente y sin cesar para nuestro Padre celestial y por cada uno de sus hijos e hijas que lo aman, sirven y glorifican a él y a su nombre bendito hacia toda la eternidad angelical.

Y, es aquí, en donde tú serás poderoso en la presencia de nuestro Padre celestial, porque vestirás la carne del pacto, que los poderes y dones del Espíritu Santo trajeron a la vida de Abraham, cuando Sarah dio a luz a Isaac milagrosamente, y últimamente por la hija virgen de David a nuestro Redentor Jesucristo, para que tengamos vida abundante hoy. Tú, jamás volverás a ser el mismo, después de emerger del bautismo de agua, en su nombre bendito y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque tú estarás vestido de la carne sagrada que nuestro Padre celestial acordó con Abraham para amarlo sólo a él sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo: garantizándote abundante vida prístina, siempre.

Ciertamente, una vez que tú comiences a vivir ésta vida de milagros que nuestro Padre celestial te ha entregado ya en el cielo, cuando nacías de su imagen santa, para vestir con la carne sagrada y semejanza de su Hijo Jesucristo, entonces el Espíritu Santo será tu bendición de cada día en la tierra de nuestros días y en el cielo, para siempre. Por eso, es que nuestro Padre celestial desde que intercedió y derramó sus lagrimas de amor sobre Isaac, entonces él lo hizo por todos no solamente nacidos de Israel pero también de las familias de las naciones, porque su oración fue a gritos para que encuentren su Camino de Santidad hacia el altar del amor prehistórico, escondido en el bautismo de agua.

Dado que, éste Camino de Santidad está escondido en el bautismo de agua, y tú solamente lo puedes acceder al invocar su nombre bendito y el de su Hijo y del Espíritu Santo, para que tú deposites en el infierno tormentoso la carne pecadora con sus días malos, escondidos de ti en él, e instantáneamente tú asciendes a la carne sagrada perpetuamente justificado. Además, éste es el único camino presentemente que cualquier hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones podrá ascender a él, porque escrito está que jamás podrás subir por gradas a su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que tu desnudes (pecados, culpa y ceguera) jamás se descubra junto a él.

Ciertamente, tú solamente puedes acceder a él por agua, cuando eres sumergido en bautismo en su nombre y de su Hijo y del Espíritu Santo, para que la carne pecadora se desconecte de ti con sus días malos que vienen a robarte, matarte y destruirte, y sólo entonces entras en el Camino de Santidad: bendito y protegido de todo mal perpetuamente. El inmundo jamás pasara por él, y estas son gentes que nunca han creído en su nombre bendito y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, dado a Moisés sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, cuando el SEÑOR decía: Yo nunca he dado mi nombre a ninguna nación, pero se la doy a Israel para bautismo, prosperidad y salvación.

Sin duda, éste es el nombre de nuestro Padre celestial lleno de su perfecta santidad, que él mismo requirió de Abraham poseer, para que él sea contado como justo en su presencia santa y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que renazca en su imagen para entrar a la vida eterna perpetuamente bendito, como su hijo legitimo, infinitamente. De otro modo, Abraham jamás pudo haber renacido de la imagen de nuestro Padre celestial para entrar en su perfecta santidad, para que él sea aceptado sobre el monte santo de Jerusalén y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, infaliblemente, encendido hasta hoy para que todos los demás puedan renacer hacia la vida eterna como hijos bendecidos y enriquecidos, perpetuamente.

Por eso, es que era importante no solamente para Abraham pero también para nuestro Padre celestial, de que él seria el primero de renacer de su imagen santa para vivir conforme la carne sagrada, la sangre reparadora y en la semejanza de su Hijo y así ser lleno de la vida del Espíritu Santo junto con sus poderes y dones y paz perpetua. Ciertamente, en donde nuestro Padre celestial renació con Abraham subiendo al monte Sión a su hijo Isaac, que realmente es su Hijo Jesucristo, dando a luz a Jacobo y los hijos en sus millares como la nación eterna en la tierra hoy y en el cielo perpetuamente, entonces todos tienen que renacer en su imagen y en el mismo lugar para salvación

Esto significa que todos los demás están también llamados por nuestro Padre celestial así como él personalmente llamó a Abraham a ascender a su altar del amor prehistórico, que finalmente descansó sobre el monte Sión, porque es solamente aquí, en donde él se encontrara con cada uno que deseé renacer de su imagen para entrar a la vida perfecto y santo, perpetuamente. Además, no existe otro camino posible a accederlo, si no te bautizas en agua y en su nombre santo y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque al tú desconectarte de la carne pecadora y sus días de maldades eternas, entonces tú estarás caminando por el Camino de Santidad de la carne sagrada, bendiciéndote cada día con milagros maravillosos.

Éste es el Camino de Santidad que nuestro Padre celestial tenia que tener a Israel cruzar en seco, cuando Moisés les enseñaba el camino hacia él, al poner la vara de Aarón sobre el Mar Rojo en el nombre del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo, para que perfecta santidad los cubra siempre, protegiéndolos divinamente. Puesto que, éste es el día en que nuestro Padre celestial ha esperado para bautizar a cada uno en Israel en el lecho marino, el Camino de Sanidad, para que la carne pecadora se desprenda de Israel, tomando así la carne sagrada del pacto, que él personalmente había empezado con Abraham, para que los hijos vengan a conocer a su salvador eterno.

Ahora, una vez que Israel había cruzado el lecho marino entonces cada uno en Israel, sin darse cuenta, en el agua renacieron de la carne pecadora a la carne sagrada del pacto de vida eterna, entre nuestro Padre celestial y Abraham, para que caminen por siempre en el Camino de Santidad, llevándolos paso a paso perpetuamente bendecidos hacia la vida eterna. Además, viendo que Israel había renacido de la carne pecadora hacia la carne sagrada, entonces nuestro Padre celestial estaba listo para bendecirlos por medio de Moisés, porque ahora los llamaba hacia el altar del amor prehistórico, para que sean bautizados en el Espíritu de amor y fuego, transformando sus vidas de pecado en vidas de Santidad eterna: sirviéndole únicamente a él, perpetuamente.

Hoy, tú puedes acceder al Camino de Santidad, desde la tina (con agua) de tu casa, piscina, río y playa, porque cuando te sumerges, en su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces te estarás desprendiendo de la carne pecadora que camina perdida, para tomar la carne sagrada que camina por el Camino milagroso hacia la felicidad celestial. Puesto que, esto es lo que nuestro Padre celestial espera ver en nuestros días, y esto es de ver a Israel regresar al altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac inicialmente, descansando sobre el monte Sión, para reencontrarse con cada uno de ellos nuevamente en sus millares incontables como cuando con Abraham, para volverlos a bendecir con mayores bendiciones.

Ya que, éste es el llamado de nuestro Padre celestial para con toda la Casa de Israel a ascender a su monte santo de Jerusalén y el altar del amor prehistórico, descendido del cielo en su fuego original, para reencontrarse como en los días de Abraham, pero esta vez, uno a uno, ya que los conoce por sus nombres, para bendecirlos perpetuamente. Por eso, es que nuestro Padre celestial les está dejando saber así como los demás por todas las naciones, de que el único acceso a su altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para entrar en su pacto de la carne sagrada por completo, es únicamente por bautismo en agua, en su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

Además, esto es algo que tú perfectamente lo podrías hacer en la tina de tu casa, piscina, o cualquier cuerpo de agua como lago, río o playa, porque necesitas abundante agua para sumergirte en su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que su santidad te separe de la carne pecadora, substituyéndola con la carne sagrada, para siempre. Por cierto, así es como siempre caminaras por el Camino de Santidad pero también tendrás permanente acceso al altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que te reencuentres con nuestro Padre celestial, abrazándote como siempre quiso hacerlo así desde que saliste de él, pero no en la carne pecadora sino en su carne sagrada, complaciendo así con toda verdad y justicia, perpetuamente.

Ya que, nuestro Padre celestial está buscando que tú siempre complazcas toda verdad y justicia debajo del agua, y solamente al invocar la perfecta santidad de su nombre, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que te desconectes de la carne pecadora y sus días malvados que te llevan cautivo hacia el tormento del infierno, perpetuamente condenado hacia el mal. Mientras tanto, la imagen santa de nuestro Padre celestial ya está en ti desde que saliste de él, por los poderes del Espíritu Santo, entonces tú vivirás en la carne sagrada y semejanza de su Hijo Jesucristo que derrotó las maldades de Satanás: como pecados, maldiciones, problemas, pobreza y muerte, para que solamente su bondad y misericordia conozcas diariamente hacia la eternidad.

Y, es aquí, en donde tú finalmente encontraras vida abundante, porque éste es el lugar en donde nuestro Padre celestial bautizó a Abraham y a Israel sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, orando y derramado sus lagrimas de amor sobre todas las familias de Israel, para que algún día regresen a él: bendiciéndolos, sanándolos, protegiéndolos, prosperándolos con paz y salvación. Hoy, tú también tienes que pasar por el bautismo en agua hacia el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, porque nuestro Padre celestial espera por ti sobre el mismo lugar en donde él se encontró con Abraham y millares más a través del tiempo, para que seas vestido de la carne sagrada y así recibas tu bendición diaria, y sin perderla jamás.

Visto que, nuestro Padre celestial tiene una bendición de cada día para ti para que la goces con los tuyos y amistades, ya que él es un Dios muy rico en el cielo con los ángeles y en la tierra con todos que cumplen con toda verdad y justicia, bautizándose en agua, en su nombre todopoderoso y de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo. Sube, al altar del amor prehistórico, en donde la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo están para aceptarte como el hijo bendito de Dios, listo para satisfacer toda verdad y justicia cada día de vida en la tierra y en el cielo para siempre, conquistando nuevas glorias siempre de felicidades inagotables de tu alma viviente hacia la eternidad.

Sólo en la carne del pacto de vida eterna, que realmente es la carne de su Hijo Jesucristo, cada uno de los tuyos, empezando por ti mismo, tienes tu vida bendita y milagrosa, encaminada desde eternidades por el Camino de Santidad, viviendo tú ya los días largos y felices de Dios, de su Jesucristo y de su Espíritu Santo, para siempre. ¡Amén!

YOU WILL WALK IN THE HIGHWAY OF HOLINESS FOREVER, BAPTIZED IN WATER FIRST:

Our heavenly Father decided to test Abraham by calling him to take his only son, Isaac, the one that he loves very much to the land of Moriah and to the hill that he will show him, because He was about to do something great for the entire human race. Timely, Abraham is called by our heavenly Father to sacrifice his only son Isaac as a burnt offering, because this is the son that will give our heavenly Father his first born on earth, and this is Jacob that later He will change his name to Israel—the cradle of His new Kingdom to come on earth, for eternity.

For Israel will the nation of His dream where His Son, the Rebbe Yeshua HaMoshiach (Jesus Christ) will be born from David’s virgin daughter, by the Holy Spirit’s amazing powers, bringing into Israel and the nations the sacred-flesh of the pact of life to dress every man, woman and child as His son and daughter thus to enter eternal life, forever justified. Now, our heavenly Father needed Abraham to take his only son Isaac to the land of Moriah and to the hill that he will show him, where he was to sacrifice him in an eternal burn offering of the prehistoric love, descended from heaven above, as from His family that is His Son Jesus Christ and the Holy Spirit into eternity.

Furthermore, our heavenly Father needed to have unborn-Israel up His mountaintop that He will show to Abraham, Jerusalem’s holy hill, where he is to lie down Isaac as the entire House of Israel over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so He may pray with an eternal Spiritual-embrace thus hoping to return to Him someday to life. This was an important moment for our heavenly Father, because this is when even before Israel is born to become a nation in the midst of the nations, then He had every man, woman and child from Israel lying over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, as Isaac lied over the wood before igniting it into fire, forever.

It is here, where our heavenly Father needed really to start dealing with Israel, because it is only over the altar of Jerusalem’s holy hill where He will have the opportunity to pray for the children to become not only the nation that He has always dreamed to possess everlastingly, but also to call them to become His legitimate children forever. That is why, that our heavenly Father needed Abraham with Isaac his only son over Jerusalem’s holy hill, so he may ignite the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, as his son Isaac lied over the wood with the children that were to be born from his sacred flesh--becoming the nation of the eternal pact of life, perpetually.

This is the greatest moment that our heavenly Father had cherished so much until now, because He had caused Abraham to bring up to Jerusalem’s holy hill and lied over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, every one of the children that He had granted to Israel as nation already, so they may become His children someday. For He knew them by name even before they were born, because they emerged from Him as from His image and as from His living-soul, so they may live in His Son Jesus Christ’s likeness of the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood that Isaac brought into Abraham’s life as he was born from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s powers.

For these are the sons and daughters that He had always dreamed to possess in this life on earth and in the next one to come from heaven above, as from The New Jerusalem that is the city of gold and of the precious stones: inhabited by Kings, priests, temples to His holy name and judges, judging angels forever into everlasting. This is the sacred-flesh of His Son Jesus Christ’s glorified body that was born as Isaac from Sarah’s barren-womb by the Holy Spirit’s amazing powers that give life to every angel, archangel, seraph, cherub and other holy creatures from heaven above, and so, through his birth, life, crucifixion and resurrection we may also have life abundantly on earth and in heaven, everlastingly.

That is to say, also that the same life that our heavenly Father has enjoyed with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit along with the angelical hosts, these days He would love to enjoy it as well with every man, woman and child from Israel, because they are coming home over Jerusalem’s holy hill to live with Him, forever blessed. For this is where our heavenly Father has promised every one to meet in person willing to love Him through the altar of the prehistoric love, descended from heaven, so they may become one as He is reborn with them in His image thus to become perfect and holy, as He has always been in eternity before the angelical hosts.

For the reason that, it is only over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, where our heavenly Father will meet every man, woman and child, so they may become reborn together in His image, by the Holy Spirit’s powers and His Son Jesus Christ’s amazing grace thus to become one in perfect holiness, everlastingly. For this is the only place on earth and in heaven’s glory where our heavenly Father will allow any one to become one with Him as they are reborn together in the Holy Spirit’s prehistoric love, descended from heaven above, so they may enter into heaven’s eternal life as Kings, priests, temples to His only name, and judges, judging angels, forever.

It is here, where our heavenly Father will finally say: I love you, to every one that loves Him, because they have been baptized in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so they may become reborn in His love thus entering into the pact of the sacred-flesh with truth and justice satisfied, perpetually. It is here, also where our heavenly Father will become very please with any one that has been baptized in water in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so they may become an eternal heir not only of His holy name but also of every blessing born from His prehistoric love.

That is why, that our heavenly Father is waiting for every man, woman and child from the twelve tribes of Israel to return to Him over Jerusalem’s holy hill, and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so they may become one as one big family on earth these days and in heaven’s glory forever into eternity. For this is what our heavenly Father had been waiting for, so it may happen, and this is to become one with Israel and the families of the nations that have been baptized in water in His name and that of His Son Jesus Christ and the Holy Spirit thus to enter into eternal life filled with His never ending-love, perpetually.

Certainly, this is the kingdom that our heavenly Father had been searching for through the years, as He started this pact of the sacred-flesh with Abraham, so His Son Jesus Christ may be born as Isaac from his wife Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit, filled with His love that will inundate earth and heaven with His divine prehistoric love, forever. This is certainly Israel in our heavenly Father’s sight that will eventually climb the mountaintop, where the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, is ignited with the eternal flames of love that will give rebirth to every man, woman and child willing to meet Him in person thus to become one in perfect holiness, entering eternal life forever blessed.

This is the Israel that our heavenly Father had in mind, as His Son Jesus Christ was born as Isaac from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s amazing daily powers and gifts that are always working to create progressively, the wonderful Kingdom from heaven above that will make our heavenly Father’s heart so happy to live with His children into everlasting happiness. That is why, that our heavenly Father is waiting every day for everyone to get baptized in water in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, because by invoking His holy name then the sinful-flesh with its wicked days will descend into hell’s torment to the place where you were supposed to spend eternity.

You will instantly become liberated from the sinful-flesh, by the amazing working powers of perfect holiness of our heavenly Father’s name and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, because in the invocation and presence of His perfect holiness then the sinful-flesh along with its terrible days will abandon you never to come back to you again. This means that Satan will cease to call claims on your sinful-flesh that you have inherited from Adam and Eve, because they were the ones that ate from the forbidden fruit, from the tree of knowledge of good and evil, and so, they made a pact with death without ever realizing what they were doing until it was too late.

That is why, that our heavenly Father said to them that they could no longer continue to live in paradise, because they had both disobeyed Him by eating from the forbidden fruit that is really a pact with Satan and his fallen angels that will have the right to attack them and the children, whenever they may please, and without warning. Moreover, our heavenly Father had to have Adam and Eve abandoned paradise not only because of the danger that they will eat from the tree of life and live forever in sin, but also because Satan and the fallen angels were very shrew because they now had a foothold in paradise that they could use anytime that they may want to.

That is why, that our heavenly Father, although He loved Adam and Eve along with the children yet to be born, He had to pass judgment on what they had done, by eating from the forbidden fruit, so they may return to earth thus to become dust on the earth again—and this is hell—because they were destined to die soon. Besides, Satan along with the fallen angels had a foothold in paradise again through Adam and Eve along with the children to be born yet, and so: Our heavenly Father had to ask them to leave His holy grounds, by returning to the dust, later to return to Him again someday, by His Son and of the Holy Spirit’s amazing working daily powers.

Therefore, as Adam and Eve left paradise to return someday soon by the amazing daily work of holiness of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, then Satan along with the fallen angels lost the foothold that they had cherish for a while, because the door had been shut to them again, and this time forever. For the reason that, if our heavenly Father had allowed Adam and Eve to stay in paradise then the children would have been born so Satan along with the fallen angels could use them very effectively against Him by attacking His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, and so, new rebellions were on the way, had men stayed in paradise.

These terrible days of rebellion in paradise would have meant the end of the human race as we know it until now, because our heavenly Father along with His Son and the Holy Spirit would have been facing new terrible wars against Satan but also against men, His own kind, probably causing more destruction in heaven and on earth, than ever. Besides, this was something that our heavenly Father wanted to avoid, because Satan would have had a clear passageway to enter into paradise and do his wicked things that he has always done in heaven’s glory and with the fallen angels thus to attack, causing great harm to His Son Jesus Christ and the Holy Spirit—His extending divine family on earth.

However, by having Adam and Eve return to earth, because their bodies were taken from its dust, then He could have His Son born in the midst of them as God’s only Son, by the Holy Spirit’s amazing daily powers and gifts, so they may become reborn with Him in His image, returning to paradise but with His sacred-flesh, forever saved. This was the only way possible that our heavenly Father could not only restore Adam and Eve to eternal life in paradise but also every one of their children from al the families of the nations, so they may become His legitimate children, reborn with Him in His image thus to become Kings, priests and judges for His Greater Kingdom in heaven.

Nonetheless, for this to be possible with each of them, then they would have to meet Him in person for baptism over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so they may be reborn with Him in His image thus to enter into eternal life forever justified: loving, serving and glorifying His Holy name, everlastingly. Otherwise, no one could ever see Him in His image much less become reborn with Him thus to become perfect and holy as He has always been in eternity with the angelical hosts, so they may become His especial children every day of their lives on earth, and in heaven’s glory forever into eternity.

For the reason that: every one of them, as they meet Him in person over Jerusalem’s holy hill thus to become reborn in His image so to enter into heaven’s eternal life, then they have to dress with the sacred-flesh and the atoning-blood running through their hearts and veins thus for holiness and perfect Righteousness to prevail in their lives through eternity. For this is The New Jerusalem from heave above, paved with streets of gold leading to eternal mansion, made of abundant gold and precious stones, for His children along with their loved ones and friends may live in harmony with the angelical hosts thus to love, serve and glorify Him and His holy name over Jerusalem’s holy hill forever into perpetuity.

That is why, that it was important for our heavenly Father to have Abraham to bring Israel to Him over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, thus to burn with the eternal love that He had manifested to Abraham and his family, so they may live forever blessed in His name’s daily amazing-working powers. Over the mountaintop, our heavenly Father with Abraham and Isaac that really is Israel and the King Messiah, to be born in the midst of the children, through the virgin daughter of King David, by the power of the Holy Spirit, then He prayed as He has never prayed and poured His love over Israel, so they may meet Him someday.

Our heavenly Father desires for every one within Israel and the families of the nations to return to Him, His Son and the Holy Spirit, but this will have to be over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven, so they may become reborn within His image to learn to love Him as His children, forever. Now, there is only one way to get to Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so our heavenly Father will meet you in person along with your loved ones and friends, because you must be reborn from His image to return to paradise, and this is through water baptism, in His holy name only.

You must invoke our heavenly Father’s holy name and that of His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, as you are submerging into water baptism, and so, as you are entering the water then the sinful-flesh will continue to descend into hell’s torment with its problems, curses, infirmities, poverty, and death, instantly ascending you into the sacred-flesh forever liberated from sin. It is here, where you will finally be allowed to enter the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, because it is only inside this wonderful fire of love that our heavenly Father along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit will dress you with the sacred-flesh to live forever liberated from sin, curses, poverty, and eternal death.

This is when heaven’s window will remain opened for you, because our heavenly Father loves to see from heaven above to the earth the sacred-flesh that His children have been reborn from in His image to live in His Son’s likeness of the eternal life that He has approved already for you to live with Him in His new angelical kingdom. That is to say, also that every time that our heavenly Father sees you dressed in His Son Jesus Christ’s sacred-flesh that has defeated ever lie, curse, infirmity, poverty and death from Satan and hell’s torment, then He sees you enjoying and manifesting victories unto Him and His holy name—victories destined to conquer new glories unto Him into eternity, forever.

Therefore, our heavenly Father will only look upon you dressed in His Son’s sacred-flesh that was baptized by John the Baptist at the Jordan River, fulfilling truth and justice of the pact of the sacred-flesh on earth these days and in heaven’s glory forever, so you may receive your daily blessing always with your loved ones after you have been baptized. For this is the only sacred-flesh in the entire history of heaven’s glory and on earth these days that our heavenly Father has blessed with amazing blessing from His altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so you may live your life as His legitimate child always enjoying His formidable presence and protection from Satan and his cronies’ wilds.

This is the sacred-flesh that truly has learned to love our heavenly Father thus to honor every word that has come out from His mouth, so it may fulfill everything that it was sent for thus to love, bless, heal, prosper, protect and enrich you with the amazing gifts of the daily powers of His Holy Spirit pouring upon you each day. You will certainly live with our heavenly Father, His Son and the Holy Spirit, because this is the sacred-flesh that loves you as you may live the wonderful enriched life that it was given to you as you were born from our Father’s image thus to live in the likeness of His sacred-flesh that will never know defeat much less corruption, forever.

As you are baptized in water in His name and that of His Son and of the Holy Spirit, then, whenever that He may look down upon you from heaven above, as from His secret dwellings, instantly He will say: This is my child in whom I am well pleased (because now you are walking in the Highway of His holiness). This is the Highway of His holiness that you will never find it anywhere on earth, except if you get baptized in water, in His name and that of His Son and of the Holy Spirit, because this is the opened dried ground where not only Israel walked through the seabed to the pact of the sacred-flesh but also into His presence.

For our heavenly Father’s holy presence is really heaven’s glory, that is to say, that once you get into His holy presence, after you have been baptized in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, then you will be walking in holy ground—heaven’s glory, where you will live forever blessed, enriched and justified. That is why, that you should seek to get baptized, without delay, whether this will be by yourself invoking His holy name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so you may cause the sinful-flesh to abandon you with all its evil days that are coming ahead of you thus to steal, kill and destroy you.

Given that, as you emerge from the water baptism then you be covering your nakedness with His holy name’s perfect Righteousness and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, and so, as you may enter into the altar of the prehistoric love, instantly you will be holy as God will ever be everlastingly, dressing the sacred-flesh, at last. That is why, that this water baptism is very important for you and for your loved ones, including your friends from everywhere around the world, because our heavenly Father needs every man, woman and child baptized in water and in His name’s perfect Righteousness, so you may see life immediately—the pristine abundant-life that blesses you every day from heaven above.

Certainly, once you may discover this wonderful life that our heavenly Father, His Son and the Holy Spirit want you to live these days on earth and in heaven’s glory forever, then, you will live life as you have never thought it possible to live it—because this is an enriched life with miracles every step of the way into heaven’s glory. This is a wonderful life that it will always live with you from way-above Mount Zion, where Abraham and Isaac ignited the prehistoric love with a flaming fire that to this day it has never ceased to burn passionately for our heavenly Father and for every one of his children that love, bless and glorify Him and His holy name into eternity.

It is here, where you will become very powerful in our heavenly Father’s holy presence, because you will be dressing His Son Jesus Christ’s likeness that is the pact of the sacred-flesh that the Holy Spirit’s powers and gifts brought into Abraham’s life, as Sarah gave birth to Isaac miraculously, and lastly through David’s virgin daughter, so we may have life today. You will never be the same after you emerge from the water baptism in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, because you will be dressing with the sacred-flesh that our Father convened with Abraham to love Him everlastingly over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above: granting you daily pristine life always.

Certainly, once you begin to live this wonderful miracle life that our heavenly Father has granted you already in heaven’s glory, as you were born from His image, to dress in His Son Jesus Christ’s likeness of the sacred-flesh, then, the Holy Spirit will be your every day blessing on earth these days and in heaven’s glory forever into eternity. That is why, that our heavenly Father since He prayed and shed His tears of love over Isaac then He did it for every one not only born to Israel but also to the families of the nations, because His prayer was that they may find the Highway of Holiness to the altar of the prehistoric love, descended from heaven, hidden in water-baptism.

Provided that, this Highway of Holiness is hidden in the water baptism, and you may only access into it by been baptized in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, so you may deposit into hell’s torment the sinful-flesh with all the wicked days hidden in it, but also, instantly ascend into the sacred-flesh forever justified. Moreover, this is the only way that any man, woman and child from Israel and the families of the nations may ascend into it, because it is written that you may never ascend through steps to His altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so your nakedness (sins, guilt, and blindness) may not be discovered before it.

Thus, you may only access it through water as you submerge into baptism in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, and so, as the sinful-flesh detaches from you with its wicked days coming to steal, kill and to destroy you, then you will step into the Highway of Righteousness forever blessed and protected everlastingly. The wicked will never step into it, and these are people failing to believe in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, given to Moses over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, as the Lord said: I have never granted my name to any nation, but I am given it to Israel.

Thus, this is our heavenly Father’s holy name filled with the perfect holiness that He required from Abraham to possess, so he may be counted as Righteous in His holy presence and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so he may become reborn in His image to enter into eternal life forever blessed as His child, everlastingly. Otherwise, Abraham would have never been born again from our heavenly Father’s image thus to enter into His perfect holiness, so he may be accepted finally over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, thus ignited until now for everyone else to become reborn into eternal life as God’s child forever blessed and enriched.

That is why, that it was important not only for Abraham but also for our heavenly Father that he may be the first one to become reborn from His image thus to live in His Son Jesus Christ’s likeness of the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood filled with the Holy Spirit’s eternal life, powers, gifts and peace, forever into eternity. Meaning that, where our heavenly Father was reborn with Abraham as he brought to Jerusalem’s holy hill his only son Isaac that really is His Son Jesus Christ given birth to Jacob and his children into the millions as the eternal nation on earth nowadays and heaven’s glory forever, then every one else has to be reborn lawfully in God’s image for salvation.

This means that everyone else is also called by our heavenly Father as He personally called Abraham to ascend to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, that finally rested over Mount Zion, because it is only here, where He will meet every one to become reborn in His image thus to enter eternal life perfect and holy, perpetually. Besides, there is no other way possible to access it unless you get baptized in water in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, because as you are disconnected from the sinful-flesh and its wicked days, then you will be walking in the Highway of Holiness of the sacred-flesh that blesses you with miracles always.

This is the Highway of Holiness that our heavenly Father had to have Israel crossed in dried ground as Moses led them the way to it, by putting Aaron’s staff over the Red Sea in the name of the Father, in the name of the Son, and in the name of the Holy Spirit, for perfect holiness to dress Israel always. For this is the day that our heavenly Father had been waiting for to baptize everyone from Israel in the Red Sea’s seabed, the Highway of Holiness, so the sinful-flesh will detach from Israel to take on the sacred-flesh of the pact that He had personally started with Abraham, for the children to come to know Him as their everlasting Savior.

Now, once Israel had crossed the seabed then everyone within Israel, without realizing it, in the water they have been reborn from the sinful-flesh into the sacred-flesh of the eternal pact of life, between our heavenly Father and Abraham, so they may walk forever in the Highway of Holiness leading to eternal life forever blessed, enriched and justified into heaven’s glory. Moreover, seeing that Israel had been reborn from the sinful-flesh into the sacred-flesh then our heavenly Father was ready to bless them through Moses’ life, because now He can call them to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, to become baptized with the Holy Spirit’s love and fire transforming their lives from sin into eternal Righteousness: serving God everlastingly.

Nowadays, you may enter into the Highway of Holiness, from any body of water such as your home’s tub (water-filled), pool, river and the beach, because as you are submerged into the water, in His name, His Son and the Holy Spirit, then you are disconnecting from the sinful-flesh that walks in sin to walk in the sacred-flesh’s Highway of Holiness. For this is what our heavenly Father is waiting to see in our days, and this is to see Israel back again at the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac initially, resting over Mount Zion, so He will meet with them again as in the first time with Abraham thus to bless them as never before.

For this is our heavenly Father’s call for the house of Israel to ascend to Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so they may meet again as in the days with Abraham, but, this time, it will be one by one, because He knows them already by name, and He needs to bless them forever. That is why, that our heavenly Father is letting them know just as anyone else throughout the nations that the only access to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, thus to enter into the pact of the sacred-flesh altogether, it will be through water baptism, in the name of the Father, the Son and the Holy Spirit.

Besides, this is something that you may do it at your home’s bathtub, pool or anybody of water as a water pond, lake, river or beach, because you need to be submerged in water in His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, so holiness may separate you from the sinful-flesh, replacing it with the sacred-flesh, forever. Moreover, this is how you will not only continue to walk in the Highway of Holiness but also have a permanent access to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so our heavenly Father will meet you thus to embrace you not in the sinful-flesh but in the sacred-flesh, pleasing truth and justice always on earth and in heaven perpetually.

For our heavenly Father is looking forward for you to please all truth and justice under the water, and only by invoking the perfect holiness of His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so you may separate from the sinful-flesh and its every day wickedness forever that is taking you into hell’s torment perpetually cursed. While our heavenly Father’s image that is in you already since the day you were born in heaven’s glory, by the Holy Spirit’s powers, then, you will be living in His Son Jesus Christ’s likeness that is the sacred-flesh that has defeated Satan’s wilds, sin, curses, infirmities, problems, poverties and death, so only goodness and mercy you will know always into everlasting.

It is here, where you will finally find life, because this is the place where our heavenly Father baptized Abraham and Israel over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, praying and shedding tears of love over Israel, so someday they will return to Him at the same place for lasting blessing, healing, protection, prosperity, peace and salvation. Today you must also come up through water baptism to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, because our heavenly Father is waiting for you at the same place where He personally met Abraham and millions more over the years, so you may be dressed with the sacred-flesh to get your daily blessing without missing it ever again.

For our heavenly Father has a daily blessing for you to enjoy with your loved ones and friends, because He is a wealthy God in the heavens with the angelical hosts and on earth these days with those that have fulfilled truth and justice by been baptized in water, in His name and that of His Son and of the Holy Spirit. Come up these days to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, where His Son Jesus Christ’s sacred-flesh along with the atoning-blood is there to receive and accept you forever as God’s blessed child willing to fulfill truth and justice all your days on earth and in heaven forever, conquering new glories always of everlasting happiness into eternity. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ”. Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: “Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén”. Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: “Haya paz en ti, siempre Jerusalén”. Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


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