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Masonería Mexicana: Resp:. Log:. Simb:. Lic. Arturo B. de la Garza y Garza No. 53

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☻illuminati☻

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Aug 30, 2010, 8:42:30 PM8/30/10
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Masonería Mexicana: Resp:. Log:. Simb:. Lic. Arturo B. de la Garza y
Garza No. 53

QQ:. HH:. TODOS, OS HAGO SABER, QUE EN MI TALL:. NO SOLO ESTAMOS
TRAB:. NUESTRA PIEDRA BRUTA, YA QUE EN TEND:. ORD:. PASADA, HEMOS
TOMADO LA
DECISION DE REALIZAR UNA SERIE DE ACTIVIDADES PARA ESTE PROXIMO MES DE
LA
PATRIA Y A FIN DE CELEBRAR EL BICENTENRIO DE LA INDEPENDENCIA,
INICIAMOS EL
PROXIMO SABADO 04 DE SEPTIEMBRE CON LA INSTALACION DEL CENTRO DE
COMPUTO Y
DE ESTUDIOS MASONICOS, EN UNA AREA ANEXA A NUESTRO TEMPLO, EN UN
PRINCIPIO
PARA LOS QQ:.HH:. AAP:.;, TAMBIEN QUE ESTAMOS EN CONSTRUCCION DE
NUESTRA
PAGINA WEB, LA QUE SE REGISTRO COMO
www.arturobdelagarza53.org.mx,
AUN NO TENEMOS HOSPEDAJE, PERO ESTAMOS EN ELLO, DE LO CUAL EN SU
MOMENTO HARE DEL
CONOCIMIENTO A ESTE SITO.
EN LA MISMA FECHA, TAMBIEN SE INSTALARA EL CIRCULO LIBERAL DE LECTORES
QUE
POR ACUERDO DEL TALL:. SE LE DENOMINO "CIENCIA Y VIRTUD", UN ESPACIO
PARA
MASONES Y NO MASONES, CON EL SOLO PROPOSITO DE FOMENTAR LA LECTURA
ENTRE
NOSOTROS Y EL MUNDO PROFANO, TODO ESTO COMO YA LO DIJE, PARA DAR
INICIO A
LAS ACTIVIDADES DE LA FIESTAS PATRIAS Y COMO HOMENAJE AL BICENTENARIO
DE LA
INDEPENDENCIA.
SE TIENE PROGAMADO TAMBIEN, PARA EL PROXIMO LUNES 13 DE SEPTIEMBRE,
LA
INICIACION DE 6 CANDIDATOS A INGRESAR A NUESTRO TALL:., Y POR ACUERDO
DEL
MISMO, SE HACE EXTENSIVA LA INVITACION A LAS RR:. LL:. SS:. DE LA
JURISD:.,
POR SI TIENEN ALGUN CANDIDATO A INICIARSE, LO HAGAN ESE DIA EN
NUESTRO
TEMPLO, DENOMINADO TAL CEREMONIA COMO "LOS INICIADOS DEL
BICENTENARIO", DE
LO CUAL OS RUEGO SE HAGA SABER; LUEGO PARA EL DIA 20 SE HARA UNA
CONFERENCIA
A CARGO DE DISTINGIDOS QQ:.HH:. HISTORIADORES Y CRONISTAS DE LA
ENTIDAD:.
ADEMAS DE ELLO, TENDREMOS EL DOMINGO 26 LA VISITA DE VARIAS
RR:.LL:.SS:. DE
LA JURISID:., PARA CELEBRAR UNA TENIDA INTERDISTRITAL Y AL TERMINO DE
LA
MISMA, UNA MASTICACION INCLUYENDO GRUPO MUSICAL, ASI QUE TODOS ESTAN
CORDIALMENTE INVITADOS, RECIBAN EL OSC:. DE P:. Y UN T:. A:. F:.
S:. T:. U:.
La Cadena Es Tan Fuerte Como Su
Eslabon Mas Debil
JOSE CRUZ ALVARADO F. M:. M:.
V:. M:. de la Resp:. Log:. Simb:.
Lic. Arturo B. de la Garza y Garza No. 53
P:. Geom:. Colon 217 Sur
Or:. Ciudad. Guadalupe, Jurisd:.
a la Gr:. Log:. de Nuevo Leon, Mexico.

http://groups.google.com.mx/group/secreto-masonico/browse_thread/thread/faea9b7fe9354058?hl=es

OjodeLux

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Sep 8, 2010, 1:46:17 AM9/8/10
to
SEGUNDO GRADO – COMPAÑERO
Puesto que la simbología del Oficio comprende una psicología del
desarrollo, se supone que el paso hacia el Segundo Grado continua de
manera natural como resultado del progreso realizado en el Primero.
Esta madures natural que esta relacionada con el surgimiento del yo
se
refleja en la simbología masónica mediante la comparación del nuevo
Compañero con una espiga madura de maíz. El aprendiz, que controla la
parte más profunda de su psique y cuyo Primer Vigilante/yo se ha
tornado activo, ha madurado hasta llegar a un estado en el que se
encuentra preparado para examinar los aspectos más interiores de sus
procesos de psicológicos. El trabajo a este nivel se desarrolla en
una
parte de la psique a la que el Oficio se refiere como la cámara
central; en muchos sentidos es similar a lo que Jung llamaba el
inconsciente personal y lo que tradicionalmente se conoce como el
alma.
El planteamiento general del trabajo del Compañero se explica en el
Cuadro del Segundo Grado, una visión interior que parece penetrar más
profundamente en el templo. El Cuadro del Segundo nivel es un dibujo
detallado de una parte del primero, concretamente del punto dentro
del
circulo cerrado por dos líneas paralelas y de la Escalera de Jacob.
En
el Segundo Grado las dos líneas paralelas son los dos pilares
(identificados aquí con el complementario y el opuesto por la
asociación con los Pilares de la Nube y el Fuego del Éxodo y con las
esferas terrestre y celestial que los coronan), mientras que la
escalera ha sido reemplazada en el Cuadro del Segundo Grado por la
escalera caracol. Como la del Cuadro del Primer Grado, esta escalera
se extiende en dirección Este-Oeste y define la “dimensión de la
consciencia” desde la eternidad hasta la divinidad. La persona que
desee practicar e Oficio debe ascender por estos diferentes niveles
de
consciencia que describe el símbolo. En el cuadro del Primer Grado
vimos que la escalera estaba dividida en “tres esferas principales”
que correspondían a los tres grados del Oficio y que describían los
niveles principales de la consciencia psicológica relacionados con el
cuerpo, el alma y el espíritu. La escalera de caracol desempeña una
función similar, pero transmite ideas más complejas y las explica con
mayor detalle.
La escalera se encuentra entre los símbolos más complicados del
Oficio, y estudiar todas sus implicaciones excede nuestro ámbito. En
términos generales, la escalera de caracol define los siete “niveles
de consciencia”, desde la consciencia del cuerpo físico que esta
abajo
hasta la consciencia del espíritu y la divinidad que esta en lo alto.
Si resumimos esta vasta recopilación de ritual y lectura, podemos
decir que las escaleras asignan un peldaño o nivel de la consciencia
a
cada uno de los siete Oficiales de la logia, y cada uno de ellos se
asocia con una gran cantidad de literatura clásica relacionada con
las
Siete Artes Liberales y las Ciencias y las Escuelas Clásicas de
Arquitectura. También asocia a los tres Oficiales principales de la
logia con los Tres Grandes Maestros que presidían que presidían el
edificio del Templo del Rey Salomón: Salomón, rey de Israel, que ideo
el proyecto; Hiram, rey de Tiro, que proporcionó los materiales, e
Hiram Abiff, el arquitecto principal. Comprenderemos el verdadero
alcance de esta conexión cuando analicemos la leyenda masónica del
Tercer Grado. De este modo, los siete Oficiales de la logia se
consideran representantes de los siete niveles o pisos de la
“dimensión de la consciencia” orientada al Este-Oeste, mientras que
la
simbología de la escalera nos remite a un conjunto de obras que
proporcionan información e instrucción sobre cada nivel.
No se puede describir el estado de consciencia en un sentido
estricto;
no es algo que debe experimentarse, pero podemos vislumbrar muy
vagamente la idea de que el Oficio intenta hablar sobre cada uno de
los niveles de la consciencia considerando a cada oficial de la logia
en el contexto de una de las Siete Artes Liberales y las ciencias.
El Portero o Guarda Exterior esta asociado con la gramática, el arte
que establece reglas estrictas para estructurar las ideas de modo que
puedan comunicarse y registrarse en el mundo físico. El Guarda
Exterior representa la parte de la psique que esta en estrecho
contacto con el cuerpo físico a través del sistema nervioso central.
Es “guardián” en el sentido de que protege la psique de la saturación
de estímulos del mundo físico.
El Guardián Interno esta asociado con la lógica, el arte que enseña
las reglas para el análisis racional; está muy estructurado, pero es
enteramente psicológico. Representa lo que la psicología moderna
llama
el ego, el poder ejecutivo partidario de la actividad psicológica
cotidiana que se distingue por su capacidad para formar imágenes
mentales. Es el “guardián” en el sentido de que vela por las personas
que permiten a su psique relacionarse con el mundo.
El Primer Diácono está asociado con la retórica, el arte que enseña a
escribir persuasiva y deslumbrantemente apelando a los sentimientos
del lector. El Primer Diácono representa el nivel psicológico de los
sentimientos y el humor, un cuidado examen de lo que proporciona una
clave en los acontecimientos que ocurren en el inconsciente. La
retórica del mundo antiguo, también incluye la instrucción en el arte
de la memoria; y el Primer Diácono, que representa un nivel de
conocimiento cercano al umbral de la consciencia corriente que tiene
que ver con la capacidad para recordar los acontecimientos de la
memoria.
El Segundo Diácono esta asociado con la ciencia de la aritmética,
disciplina que instruía en la manipulación y representación de las
ideas abstractas. El segundo diácono representa el nivel del
Despertar. Estar “despierto” quiere decir estar presente en el
momento, percibir los acontecimientos cuando tienen lugar tanto en el
mundo como en el interior de la propia psique, comprender su alcance
y
ver las amenazas y oportunidades que suponen.
El Primer Vigilante esta asociado con la ciencia de la geometría,
como
la define la Segunda Lectura, “una ciencia por la cual descubrimos
los
contenidos de los cuerpos ilimitados comparándolos con los que ya han
sido medidos”. El Primer Vigilante es similar al yo, tal y como
utilizan el termino los psicólogos seguidores de Jung. La algo obtusa
definición masónica de la geometría que acabamos de mencionar arriba,
adquiere un segundo significado cuando nos percatamos de que alude al
viejo principio de “tan arriba, tan abajo”. En el proceso del trabajo
masónico el yo surge en la consciencia y luego descubre los elementos
del inconsciente mediante la observación de la experiencia diaria.
El Segundo Vigilante esta asociado con la ciencia de la música, que
tiene una connotación mucho más amplia y mística para los
renacentistas que para nosotros. Como ciencia la música esta basada
principalmente en las proporciones entre las frecuencias de cada
nota,
en la estructuración del tiempo y en la manera en que éstas se
combinan para producir determinados efectos. Podemos considerar que
el
Segundo Vigilante representa el nivel del alma; y la asociación con
la
música sugiere la obligación que tiene el alma de mantener una
relación armoniosa entre todos los componentes de la psique.
El Venerable Maestro está asociado con la ciencia de la astronomía
(que sin duda significaba astrología para los autores de la
estructura
simbólica) puesto que se creía que la observación de los cielos
rebelaba las intenciones de la deidad, la astronomía sugiere un nivel
de consciencia que puede ver a una escala amplia transpersonal y
percibir los designios del plan divino. El nivel de la consciencia
representado por el Venerable Maestro guarda una estrecha relación
con
el espíritu de modo análogo a la relación que mantiene el guardián
con
el mundo físico.

De este modo, el Cuadro del Segundo Grado y el ritual que lo acompaña
(en términos simbólicos) define siete “niveles de consciencia” dentro
de la psique que, cuando se han desarrollado y han madurado en su
funcionamiento, incluyen un contacto consciente entre la divinidad y
el mundo físico.
La escalera caracol está flanqueada por dos columnas. Ya hemos dicho
que estas dos columnas son complementarias, activa y pasiva; y el
echo
de que estén presentes en el Segundo Grado las relaciona de alguna
manera con el inconsciente individual. Se afirma que esta echas de
cobre, fundidas en el barro de la tierra –característica que las
relaciona con el mundo físico- y que son huecas por que contienen los
archivos del oficio. Tomada ene su conjunto, la idea de la existencia
de un archivo de documentos almacenados en el inconsciente individual
y relacionados con los acontecimientos del mundo físico sugiere que
las columnas son una representación de la memoria del individuo
organizada de tal modo que los recuerdos que reprimen e inhiben se
encuentran en un lugar, mientras que los que animan y mueven a la
acción se encuentran en otro. Al introducir esta idea en el Segundo
Grado, en conexión con la cámara central del alma, la simbología
indica que los recuerdos mencionados son una clase determinada y
están
situados en el fondo del inconsciente, que generalmente son
inaccesibles pero que cuando se trabaja en ese nivel de la
consciencia
se puede disponer de ellos. Estamos trazando sin duda un paralelismo
entre el súper ego / ego ideal tal como lo describió Freud o con los
complejos emocionales e intelectuales identificados por Jung,
clasificados en esta caso en grupos activos y represores.
Los recuerdos de la clase de los almacenados en las dos columnas de
Segundo Grado tienen un profundo, aunque inconsciente, efecto tanto
sobre los individuos como sobre la sociedad. En el nivel individual
imponen y limitan el comportamiento de una persona, mientras que en
el
nivel social definen los conceptos de moralidad de la sociedad. Un
comportamiento reprimido de esta clase es útil (incluso esencial)
para
permitir que el individuo encaje en una familia y en su circulo
social
cercano, sobre todo durante la infancia; pero un comportamiento
adulto
reprimido de esa manara suele ser ingrato, frecuentemente
improductivo
y algunas veces realmente doloroso. Además los grupos sociales que
han
definido su moralidad de este modo han entrado a lo largo de la
historia en ciertos conflictos con otros grupos similares, conflictos
que en general les han abocado al dolor y al derramamiento de sangre.
La presencia de estas dos columnas de la memoria en el Segundo Grado
sugiere que, cuando el individuo asciende por la escalera de la
conciencia y actúa sobre el nivel de la cámara central o alma, puede
disponer de la información almacenada de estos archivos. Cuando lleva
estos recuerdos reprimidos a la consciencia y les otorga el valor que
merecen, puede permitirse la carga principal que acarrean al
disiparse. Entonces se convierte en recuerdos corrientes a los que
puede acudir pero ya no tiene el poder de forzar o limitar el
comportamiento. Muy al contrario, el individuo consigue una gran
libertad de acción, puesto que se desprende de las obligaciones y
restricciones del súper ego y el ego ideal, así como las
restricciones
de la moralidad convencional. Entonces necesita más criterios básicos
para guiar su comportamiento, lo que nos lleva a considerar las
herramientas de trabajo del compañero masón.
Las herramientas de trabajo, que se presentan en grupos de tres, se
utilizan en la aplicación práctica de la Regla de Tres en el nivel de
cada grado. En contraste con las herramientas para la acción del
aprendiz, las herramientas del Compañero –la escuadra, el nivel y la
plomada- son herramientas para la prueba; y cada una pone a prueba
algún criterio absoluto. Es una característica que las hace adecuadas
para representar los modelos de moralidad, la preocupación
fundamental
del Segundo Grado. El nivel se enfrenta al criterio de lo horizontal;
y a la vista de su temperamento pasivo, sombrío e inactivo podemos
asignarle la función psicológica del “juicio”. El uso de una sola
palabra par describir la función del nivel es, evidentemente, una
simplificación excesiva adoptada por conveniencia; esta herramienta
representa en realidad una serie de conceptos relacionados con la
restricción, la contención, la limitación, el rigor, la disciplina,
la
defensa, la decisión y el apoyo. De igual modo la orientación
ambiciosa y vertical de la plomada corresponde a los conceptos de la
entrega, el perdón, la generosidad, la licencia y la disipación que
pueden resumirse en la única cualidad de la “misericordia”. Partiendo
de la naturaleza de las ideas que hemos asociado con cada herramienta
podemos ver que no hay nada bueno ni malo en sí mismo. Cada uno es lo
que es; y una vida regida tanto por un exceso como por otro –una
disciplina férrea o una libertad incontenida - puede ocasionar serias
dificultades. En la práctica el comportamiento moral consiste en
mantener el equilibrio apropiado en el “justo” nivel y la
“misericordiosa” plomada, y la capacidad individual para mantener
este
equilibrio con plena consciencia se expresa en la tercera herramienta
de trabajo, la escuadra, que de echo define la relación entre el
nivel
y la plomada.
El Oficio nos dice de este modo que, cuando una persona madura se
libera de ciertas restricciones psicológicas arbitrarias impuestas
por
su educación y su sociedad, y entonces debe buscar los cánones
permisivos y restrictivos de la moralidad que se alojan en su alma.
Debe aprender a trabajar con ellos, aplicarlos a su vida cotidiana y
mantenerlos en equilibrio. El proceso de examen de los recuerdos
reprimidos de alguien puede ser, y en general es así, difícil y
doloroso. Normalmente existen excelentes razones por las que el
material a examen haya sido excluido de nuestra consciencia, y
recordarlo requiere gran valor personal. Es el trabajo más duro; es
el
proceso al cual puede aplicarse con toda razón el término de “obra
masónica”, y a menudo requiere el apoyo cariñoso de un amigo de toda
confianza. En este contexto podemos empezar a comprender el vínculo
del amor fraterno y la confianza mutua que la masonería trata de
establecer entre sus miembros.
Por contraste, la experiencia concreta de elevarse desde la
restricción del material almacenado con las columnas de dos caras y
de
adquirir nuestros propios cánones de moralidad suele ser una gozosa
liberación. Por primera vez se es libre para escoger; y una persona
que a trabajado en el nivel de Compañero y ha conseguido aceptar el
material obligado y restrictivo de su conciencia puede reivindicar el
libre albedrío.
Pero también existe un riesgo; el libre albedrío es una cosa
realmente
peligrosa. Si el proceso de crecimiento psicológico se considera solo
como un desprendimiento de la obligatoriedad y de los cánones
convencionales de lo bueno y lo malo y su sustitución por unos
cánones
personales de moralidad, la persona que trabaja en el nivel de
Compañero se convierte en un agente completamente libre, responsable
sólo ante sí mismo. El echo de que esta situación pueda conducir
fácilmente a la autoindulgencia y al comportamiento oportunista a
provocado una seria divergencia entre la francmasonería y las
escuelas
de psicología basadas en el paradigma de científico del siglo XX.
Desde el punto de vista de la francmasonería, este proceso implica
mucho más de la simple adquisición del libre albedrío, que ya es
importante. Hay que considerar muchas otras cosas, y esas otras cosas
se dan a conocer mediante una variedad de símbolos en la cámara
central.
El símbolo más relevante de todos es la segunda Joya Inmutable: la
“piedra perfecta”. La “piedra bruta”, como hemos visto representaba
al
Aprendiz y aludía a su responsabilidad de desbastarla y de refinarse
a
sí mismo como individuo, pero la piedra perfecta no representa al
compañero. Se encuentra en la cámara central “para que los artesanos
trabajen con sus herramientas”. Este estímulo tan importante recuerda
al individuo que, aunque ahora es libre para emitir sus propios
juicios morales, se espera que contraste sus cánones personales de
moralidad con los cánones que la deidad ha colocado en el interior de
su alma. La idea es que existe un conjunto de leyes psicológicas que,
a pesar de las apariencias, es tan riguroso como las leyes de la
física. Históricamente las leyes psicológicas se han fundado en los
principios sobre los que se han basado los códigos de la moralidad; y
esta es una de las razones por las que la masonería remite con tanta
frecuencia a sus miembros a las Sagradas Escrituras. No hay duda de
que el ser humano es libre de ignorar, si quiere, los criterios de la
moralidad que presenta la piedra perfecta; el Oficio señala las
consecuencias de esta decisión mediante la referencia del tema de los
salarios.
En la estructuración del Templo del Rey Salomón los compañeros
masones
debían ir a la cámara central para recibir sus salarios, cosa que
hacían “sin escrúpulos ni timidez” porque se sabían con derecho a
ellos y por “la gran confianza que depositaban en sus empleadores”.
Aplicar esto a la actividad cotidiana sugiere que las experiencias de
la vida son los salarios de cada cual. La presencia del pagador en la
cámara central del alma indica que uno recibe lo que merece, no como
recompensa o castigos divinos, sino por la resolución de un principio
que funciona en el nivel del alma. Además, dice que el pagador es
justo, lo que implica, primero, que la situación en la que nos
encontramos es la que merecemos (en realidad la resolución del
proceso
natural que debemos observar y comprender), y que si deseamos cambiar
nuestra situación podemos hacerlo cambiando nuestro modo de vivir y
actuar.
La idea no es invento de la masonería; las culturas cristianas pueden
leerla en la máxima de san Pablo: “recogerás lo que siembres”, y en
Oriente la encontramos en las complejas doctrinas del Karma. Es de
fundamental importancia aconsejar al recién llegado a Compañero que
debe contenerse en el ejercicio de la libertad de elección que
caracteriza a su nivel de consciencia. Y lo que es más importante,
que
es la clave de la libertad humana, puesto que hace hincapié en el
echo
de que el individuo puede y hace determinar su experiencia mediante
el
ejercicio de la elección en cada situación. Es el primer paso para
perdonar a los demás, porque una persona que acepta la
responsabilidad
de su propia situación no echa la culpa a los otros. Por ello, los
salarios representan no tanto una recompensa por el mérito o un
castigo por el error como la armoniosa experiencia de vivir dentro de
la ley psicológica / moral o la difícil experiencia de tratar de
vivir
fuera de ella.
El último y más importante de los símbolos que se encuentran en la
cámara central es la letra “G” o, en algunas versiones de la
simbología, el “ojo que todo lo ve”. La letra “G” es la inicial de la
deidad, no una representación de la propia deidad sino la ciencia de
su nombre. Su presencia en un lugar simboliza que el alma transmite
dos ideas: la primera, que nuestros actos son “observados” o
“registrados”, o de alguna manera incluidos en la fábrica de la
existencia con sus inevitables consecuencias para bien o para mal.
Segundo, es una representación de la estrella flamínea que vimos en
lo
alto de la escalera de Jacob en el Primer Grado, pero aquí la
encontramos “en el centro del edificio”. Su presencia nos dice que
trabajando en el nivel del alma se puede llegar a tener consciencia
de
la presencia de la deidad y orientar a nuestras acciones y
aspiraciones hacia ellas. Con esta capacidad para sentir la presencia
divina, el Compañero puede apartar la actitud de la fe que le ha
guiado como Aprendiz y asumir un concepto positivo de la esperanza,
ya
que ahora es capaz de vislumbrar su objetivo cuando prosigue las
labores que le prepararán para el siguiente paso de su desarrollo.
Los procesos psicológicos del trabajo en el Segundo Grado son
difíciles y dolorosos. Sin embargo, si el individuo persevera, se
encontrará en el estado de Compañero maduro, en posesión de sí mismo,
consciente de sus cánones de moralidad y capaz de ejercer su voluntad
libremente. La habilidad para hacerlo es el objetivo fundamental del
Segundo Grado, ya que hasta que una persona esté en verdadera
posesión
de su voluntad no puede rendirla, y avanzar hacia el Tercer Grado
requiere exactamente eso.
TERCER GRADO – MAESTRO MASÓN.
Es muy difícil interpretar el Grado de Maestro Masón porque el ritual
describe un proceso psicológico que sucede muy raras veces en nuestra
sociedad, pero cuando ocurre es tan intensamente personal que pocos
que lo han experimentado están preparados para hablar de ello fuera
de
su círculo privado. El Tercer Grado transmite una leyenda basada, de
una forma u otra, en casi todas las culturas humanas. La leyenda
tiene
dos aspectos: el primero es un desastre primordial, un acontecimiento
catastrófico que supone una pérdida profunda e impone una gran
dificultad a todo el género humano: el segundo alude a los medios por
los que la pérdida puede transformarse en algo bueno y así pueda
restaurarse el feliz y original estado humano. En toda la
civilización
occidental el primer aspecto de esta leyenda, el del desastre
primordial, esta encarnado en la teoría de la “caída del hombre”. En
nuestra sociedad materialista el libro del Génesis suele
interpretarse
como una creación del universo físico, a pesar del hecho de que la
posición se ha convertido en algo menos defendible después de tantos
descubrimientos en las ciencias físicas.
Hemos tocado brevemente una interpretación mística de este texto en
el
que el Génesis I describe la “creación” del mundo del espíritu y el
Génesis II la “formación” del alma y del mundo de la psique. En este
contexto, el “caído” y la posterior expulsión de Adán del Edén se
refiere al proceso por el que los miembros de la raza humana fueron
los primeros a encarnarse por un acto de voluntad divino. Una de las
consecuencias de esta encarnación inicial parece ser que los seres
humanos, tras haberse encarnado, han perdido la capacidad para
“caminar con Dios” y de ser mantenidos directamente por Dios. En su
lugar la humanidad encarnada es “cortada”, separada; el individuo
encarnado debe mantenerse a sí mismo “con el sudor en la frente”.
Adaptando esta idea a los términos contemporáneos, podríamos decir
que
en su estado original (esto es, antes de que la raza apareciera en la
tierra por primera vez) la especie humana podía tener consciencia y
comunicares directamente con la deidad; y que algún acontecimiento
relacionado con el proceso de la encarnación rompe con esa conexión.
En el tratamiento masónico de este tema los acontecimientos se
describen usando el simbolismo de la muerte.
La muerte que se describe en el Tercer Grado no es la muerte física
que concluye con nuestro período de encarnación, sino un proceso
psicológico individual que de alguna manera es análogo a la muerte
física.
El tema se representa mediante la reconstrucción del asesinato del
Arquitecto Principal, el más joven de los Tres Grandes Maestros
Masones en la construcción del Templo del Rey Salomón. Se dice que el
acontecimiento tuvo lugar cuando el “trabajo (en el Templo) estaba a
punto de finalizar”, y como resultado se perdieron los “secretos del
Maestro Masón”, ya que solo podían transmitirse cuando los tres
Grandes Maestros estuvieran presentes en y oficiando. El modo más
sencillo y obvio de entender la leyenda es como una advertencia de
que
siempre se debe ser fiel a las obligaciones; y ésta es sin duda una
interpretación válida. Pero cuando nos reflejamos en la experiencia
del Grado, la grandeza de la amplitud de la ceremonia perece superar
esa simple explicación e invitar a nuestra atención a la descripción
simbólica de la condición de aislamiento del ser humano a la que
alude
la historia.
Está claro que el Arquitecto asesinado no es completamente
desconocido. La simbología de la escalera caracol ha presentado a
estos grandes maestros y ya ha asociado al Arquitecto principal con
el
primer Vigilante/yo. Por estos medios podemos relacionar los
principios que aparecen en la leyenda con el ser humano individual
heredero de los procesos de la “caída”. Si consideramos al ser humano
como el “templo de Dios”, entonces en un sentido la construcción de
ese templo esta por finalizarse cuando el individuo va a nacer. La
persona que está destinada a ocupar el joven cuerpo tiene espíritu,
alma y yo, y reside en el Edén (la residencia de almas inocentes que
todavía no se han encarnada) y el feliz contacto con la divinidad
hasta que llegue el momento de su nacimiento y su cuerpo (su “abrigo
de piel”) esté preparado para recibirle. En este contexto, la muerte
del Arquitecto representa el acontecimiento en el momento del
nacimiento cuando el yo (el Primer Vigilante) se siente agobiado por
el impacto del confinamiento en su cuerpo físico y pierde la
consciencia, concretamente el contacto consciente con su alma y su
espíritu y con la divinidad. Esta “muerte” o restricción de la
consciencia refleja en el nivel individual la separación consciente
de
la deidad que la historia de la “caída” describe para el ser humano.
La leyenda masónica cuenta que el Arquitecto es enterrado en una
tumba
de “tres pies hacia el Este y tres pies hacia el Oeste” (limitada por
la dimensión de la consciencia), y tres pies entre el Norte y el Sur
(limitada en la capacidad para la acción y la restricción) y de cinco
o más pies (la altura de un hombre) de profundidad”. Además la
leyenda
da a entender que el feliz estado edénico que precedió a la
encarnación sólo es posible cuando los Tres Oficiales Principales –
yo, alma, espíritu- están en buen estado; y en ese sentido esta claro
por que los “secretos del Maestro Masón” (la consciencia de los
“mundos superiores”) se ha perdido.
Los párrafos anteriores consideran el primer aspecto de la leyenda
masónica, la del desastre primordial; y ofrecen una explicación de
cómo podemos llegar a ser en nuestra situación presente y
aparentemente aislada. La segunda perspectiva de la leyenda habla de
reparar la situación, y cuando examinamos esa segunda perspectiva se
hace claro por qué la lectura del Tercer Grado dice que “para un
completo conocimiento de este Grado basta poco alcance”. Hay un
segundo contexto en el que el ser humano puede considerarse el Templo
de Dios, y es reconociendo que la estructura psicológica que hemos
visto construir (o quizá explorar) al masón con tanto esmero es ese
“Templo”. En este caso el Compañero maduro cuya condición hemos
descrito más arriba es el templo que esta a punto de acabarse; y la
“muerte” que se mencionaba en la leyenda es el proceso psicológico
por
el cual se concluirá la construcción. Es un proceso de “muerte del
yo”, y no resulta algo totalmente nuevo al candidato al Tercer Grado.
Cuando se inició como aprendiz, el candidato se consideraba un ser
físico, aunque ya entonces tuvo conocimiento de que “había algo más”.
En el curso de su desarrollo habrá “muerto” esa idea y llegará a
considerarse fundamentalmente un ser psicológico, un alma y yo
humanos, que ocupan un cuerpo. La “muerte” a la que se enfrenta un
candidato en el Tercer Grado le obligará a reconocer que no es más un
ser psicológico que físico, sino más bien un ser espiritual que tiene
cuerpo y alma. “Reconocer” el mundo es importante. La mayoría de las
personas religiosas creen que tienen una esencia espiritual. La
“muerte” psicológica mencionada en el Tercer Grado está relacionada
con la experiencia de esa ciencia espiritual. Puesto que requiere la
muerte del yo del candidato (su esencia psicológica), y puesto que su
yo es el concepto de su existencia, esa “muerte” puede ser un proceso
muy doloroso y terrible.


http://groups.google.com.mx/group/secreto-masonico


herm...@hotmail.com

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Sep 6, 2013, 8:51:01 PM9/6/13
to

herm...@hotmail.com

unread,
Sep 13, 2013, 3:35:02 PM9/13/13
to
https://www.facebook.com/vicente.alcoseri


El lunes, 30 de agosto de 2010 19:42:30 UTC-5, ☻illuminati☻ escribió:

herm...@hotmail.com

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May 7, 2016, 6:41:29 PM5/7/16
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