Sábado, 21 de Noviembre, 2015 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica
(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)
FUNDACIÓN DE QUITO: Muchas felicidades a todas nuestras familias quiteñas en estos días festivos de los 481 años de la fundación de Quito, capital eterna de los ecuatorianos, y "Carita de Dios" en sus alturas. Por ello, le pedimos a nuestro Padre celestial, en el nombre glorioso de su Hijo Jesucristo, que nos bendiga grandemente con sus muchas misericordias de amor eterno, renovadas cada mañana sobre su monte santo de Jerusalén, en donde su Cordero bendito derramó su sangre reparadora, para limpiarnos de pecado y darnos vida abundantemente, para siempre. Porque sólo sobre la roca eterna de la salvación de Israel nuestro Padre celestial, no solamente ha prometido a encontrarse con cada uno de nosotros sobre el charco de la sangre derramada de su unigénito, para bendecirnos grandemente, invocando junto con él su nombre bendito, clavado al madero de Adán y Eva, pero también para revestirnos de sus misericordias renovadas. Y éstas benditas misericordias renovadas para con cada uno de nosotros son para que podamos enfrentarnos a cada momento de la vida, resolviendo siempre todas clases de problemas y dificultades, escondidas tras las tinieblas, pero también para sanarnos de todos los males de enfermedades del enemigo de nuestras almas vivientes, y de nuestras vidas de cada día, por toda la tierra. Y sólo sobre la roca todopoderosa, nuestro Padre celestial nos recibe con mucho amor, porque sólo sobre ella nosotros podremos decirle que lo amamos a él y a su unigénito, que no solamente derramó su sangre bendita para interceder por nuestras almas vivientes, pero también para revestirnos con su cuerpo glorificado, para regresar al cielo vestidos de glorias, poderes y de riquezas inagotables. Felices días festivos de la fundación de Quito a todos. Y que nuestro Padre celestial los bendiga grande y poderosamente en estos días y por siempre, dándoles cada vez más de su Espíritu Santo, por amor a la gran obra redentora de su Hijo Jesucristo, y que está sentado en su trono bendito del cielo, observando con mucha gracia y amor como nuestra única justicia eterna, redentora y celestial, para la eternidad. ¡Amén!
MOISÉS MEDIÓ ENTRE DIOS E ISRAEL ANTE LA ROCA DEL PACTO:
Nuestro Padre celestial les instruyó a su gente de la siguiente manera, asegurándoles: Yo soy el Señor su Dios (El Rebbe Yeshua JaMashiax (Jesucristo)), liberándolos de la casa de servidumbre, en Egipto. Nunca se les permitirá tener otros dioses además de mí. No se les permitirá tener figuras, esculpes de imágenes o cosas como tales de las que se ven en el cielo, en la tierra abajo, y en las aguas debajo de la tierra. No se les permitirá honrarlas o que se arrodillen ante ellas de ninguna manera o forma, porque yo soy el Dios de ustedes (el Rey de los Judíos, el Salvador), fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres en sus hijos hasta la tercera y cuarta generación, de los que me aborrecen. (Estos son los mandamientos dados a Israel para que no se arrodillen ni mucho menos alaben piedras hechas de ángeles o de aves del cielo, ni de animales y otras formas de vida en la tierra, ni de peces de debajo los mares, porque adorar a estas piedras que encontraran en las naciones o que las fabriquen, contrista a Dios grandemente. Esto nos dice que tú estarías contristando al Espíritu Santo de los Diez Mandamientos que él escribió con su dedo, para que vivas el Espíritu Santo de la vida eterna en la tierra de nuestros días y en el cielo hacia la eternidad, puesto que ésta es su vida gloriosa que te conoce en él y que por siempre te amara y bendecirá.)
No obstante, nuestro Padre celestial nos dice: Yo renuevo mis misericordias a millares de los que me aman y cumplen mis mandamientos y aun hasta miles de generaciones venideras hacia la eternidad. (Ciertamente, que nuestro Padre celestial siempre está listo para bendecirte sobre el monte santo de Jerusalén, porque ésta es la roca de donde se manifestó a Abraham e Isaac, para que asciendan y así iniciar el sacrificio continuo de su unigénito para que derrame de su sangre purificadora sobre ella, pero también para pronunciar sus abundantes misericordias sobre ti y los tuyos. Por lo tanto, ésta es la única roca que nuestro Padre celestial te permitirá pararte delante de él, para que tus pecados te sean perdonados y así entregarte todo lo que le pidas a él para ti y para los tuyos y hasta para tus amistades de siempre también. Por esta razón, que nuestro Padre celestial al comenzar a hablar con Israel, entonces enfatizó abundantemente al recalcarles, y asegurándoles, que él había sido quien los liberó de Egipto, por los poderes asombrosos de su roca del pacto, en donde su Hijo Jesucristo había derramado su sangre purificadora desde la fundación del mundo, entregándoles así sus muchas misericordias, para que huyan. Por ello, nuestro Padre celestial jamás se aventuraría a crear nada sino tiene a su Hijo Jesucristo como su sumo sacerdote y Cordero con la sangre purificadora derramada sobre la roca, para que todo lo que crea, así como lo hizo con los ángeles y últimamente con el hombre, entonces sean creados santos, para gloria y honra de su nombre bendito. Por ello, todas las rocas son desechadas para uso santo, como para amarle, servirle y alabarle, visto que, únicamente sobre la roca del pacto de Israel es donde su nombre santísimo está establecido eternamente, clavado a los árboles cruzados de Adán y Eva, pero también, aquí es donde la sangre de su unigénito está derramada en su totalidad, para salvación eterna de todos. Entonces fue únicamente sobre ésta roca en donde nuestro Padre celestial le empezó a hablar a Moisés y a Israel, porque Moisés fue llamado primero, y esto fue después que Abraham con Isaac y luego Jacobo habían conducido sus pactos individuales con él por medio de su unigénito y de su Espíritu Santo, para que Israel nazca como la nación eterna.)
Nunca uses el nombre de nuestro Padre celestial en vano, porque nuestro Padre celestial no dará por inocente al que lo use en vano, ya que es su nombre muy santo en el cielo con sus huestes angelicales y en la tierra con cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones, para toda la eternidad venidera. (Y nuestro Padre celestial te está mandando con todos los tuyos y amistades también de nunca usar su nombre en vano sobre cualquier roca, porque solamente él desea seguir bendiciéndote sobre su roca de Israel, y esto es para decirte igualmente, que él espera que únicamente tú invoques su nombre sobre su roca bendita, y más nunca sobre una roca extraña. Además, esto nos dice que nuestro Padre celestial te está llamando que solamente invoques su nombre santísimo sobre su única roca de salvación, puesto que, éste es el lugar de donde todo comenzó en el cielo con los ángeles y en la tierra con Abraham y Sarah, para que Isaac nazca de su vientre estéril por el poder del Espíritu Santo. Ya que, fue desde su roca que nuestro Padre celestial llamó a su Hijo Jesucristo como el Rey de Salem para servir el pan y vino que postreramente le daría a Israel en el desierto del Sinaí, cuando caería sobre ellos como el maná (comida de ángeles), para que coman de su roca así como Abraham comió con él en sus días. Así pues, éste es el pan y vino que nuestro Padre celestial se sentó con Abraham y sus 318 discípulos a comer de la Mesa del SEÑOR, servida por su unigénito no solamente para el nacimiento milagroso de Isaac, como el cordero de amor y de santidad celestial para Abraham, sino que también nos daría a Jacobo como su primogénito. Porque desde éste pacto de vida que Abraham empezaría con nuestro Padre celestial para que el vientre estéril de su esposa Sarah dé a luz al Hijo de Dios (Jesucristo), naciendo como Isaac, puesto que solamente él salva a los ángeles y así también en la tierra para con la humanidad entera, para que finalmente tengamos la carne que nos da vida siempre. Por esta razón, tú no deberías invocar su nombre santo sobre ninguna roca que no sea la roca de salvación de Israel, porque ésta es la roca que él ha hecho todos los pactos que empezó con Abraham, incluyendo con el tuyo en estos días, para que tengas vida en abundancia en la tierra con las naciones y en el cielo con las huestes angelicales. Puesto que, arriba los ángeles lo aman, le sirven y le adoran a él y a su nombre santísimo, porque la sangre purificadora de su unigénito ésta toda regada a tierra, y a la vez llena de la semilla de nuestro Padre, y de la vida obediente de su unigénito y del Espíritu Santo, también, para que tú tengas abundante vida hoy. Dado que, para que tú recibas vida celestial, entonces tú tienes que limpiarte de pecado, pisando su monte santo, en donde su Hijo Jesucristo derramó su sangre purificadora que no solamente está llena de vida pero también de la de su Padre celestial y la del Espíritu Santo, para que por fin tengas otra vez abundante vida eterna en el cielo. Y tú tienes que hacer contacto con la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo derramada sobre la cruz, porque aquí prometió que se encontraría contigo en persona, y solamente sobre la sangre purificadora de su unigénito, porque es aquí donde su vida con la de su unigénito y la del Espíritu Santo está regada toda para encontrarte contigo y darte vida nuevamente. En otras palabras, nuestro Padre celestial, su unigénito y el Espíritu Santo no pueden darte vida por si solos, porque para que tú tengas vida y abundantemente, como cuando inicialmente naciste de su imagen santísima para vivir conforme a la semejanza de su unigénito, por los poderes del Espíritu Santo, entonces tienes que recibir su sangre purificadora de sus vidas divinas. Puesto que, ésta es la sangre purificadora que tiene tu vida perfecta, como desde el comienzo en el cielo, y como cuando naciste de nuestro Padre celestial, de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, porque tú naciste para vivir en sus vidas santísimas únicamente, para siempre--y lejos de ésta sangre purificadora derramada sobre la roca jamás encontraras vida. Esto nos dice, que tu vida está compuesta no solamente del alma santísima de nuestro Padre celestial, pero también, del cuerpo glorificado de su unigénito que es el pacto de carne entre Dios y Abraham, y de la vida eterna del Espíritu Santo, también, por eso por sí solos no pueden darte vida, sino sólo el conjunto de sus tres vidas divinas. Por ello, cuando tú asciendas al monte santo de Jerusalén, entonces te encontraras con nuestro Padre celestial parado sobre la sangre bendita de su Hijo Jesucristo, sangre y vida que es también de él y del Espíritu Santo, lista para limpiarte de pecado, para que renazcas del Espíritu Santo en el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo, y así vivas eternamente enriquecido. Y estas cosas tomaran lugar en ti, porque has nacido del alma viviente de nuestro Padre celestial, para vivir conforme a la semejanza de su unigénito en la vida eterna del Espíritu Santo, por eso, tú necesitas la semilla del Padre, la gracia de su Hijo Jesucristo, y la vida eterna del Espíritu Santo, para que regreses a la vida angelical instantáneamente. De otra manera, jamás conocerás la vida en la cual tú naciste inicialmente, porque tú estás compuesto de la vida bendita del Padre y la santidad de su unigénito junto con la vida eterna del Espíritu Santo, y es por eso que cuando tú eres limpio de pecado, entonces tu vida es lavada por sus vidas divinas desde el cielo santísimo. Entonces esto es lo que tú necesitas, y esto es lo que tú recibes, cuando subes a su roca todopoderosa, en donde nuestro Padre celestial espera para encontrarse contigo sobre la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo derramada a tierra, para que empieces realmente a conocer tu vida como deberías en la tierra y así también en el cielo, para siempre. Puesto que, ésta es la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo llena de vida, de gracia y de misericordia, vivida ya con sus hermanos y hermanas en Israel, pero también es la vida divina de nuestro Padre celestial y del Espíritu Santo, vidas, vividas con las huestes angelicales, para limpiarte del pecado, y así regreses a la vida eterna completamente justificado.)
Deberás observar el Sábado, manteniéndolo santo, seis días trabajaras, y harás todo lo que tengas que hacer en toda la semana, pero el séptimo día tú tendrás que mantenerlo santo completamente para nuestro Padre celestial que está en el cielo. En éste día no deberás permitir que se haga ningún trabajo, con tus hijos e hijas, con tus trabajadores y ayudantes, con tus animales y mascotas, y hasta con tus amistades que te visitan en tu hogar. Porque en seis días nuestro Padre celestial creó los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y descansó en el séptimo día sin tener que hacer ningún trabajo excepto alguien que requiera de su atención y bendición urgentemente. Y así nuestro Padre celestial bendijo el séptimo día y lo santifico, para siempre, para él poder gozarlo no solamente con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu junto con las huestes angelicales en el reino de los cielos, pero también contigo y en tu hogar con todos los tuyos y hasta con tus amistades que te visiten de todas partes. (Ahora, nuestro Padre celestial ha llamado a cada hombre, mujer, niño y niña, y hasta animales que normalmente son usados para trabajos fuertes, tienen que descansar de todo trabajo, incluyendo a los gentiles visitándote en tu hogar, porque éste es el día en que descansó de toda obra de la Creación, para acordarse siempre de todo lo creado para su familia. Y éste es un pacto que nuestro Padre celestial lo empezó con Israel en el desierto del Sinaí, camino a conquistar a Canaán, y entonces lo estableció eternamente para que sus hijos lo honren junto con él, con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, contemplando continuamente la gloria que le traerán a él y a su nombre santo, perpetuamente. Presentemente, nuestro Padre celestial no desea ver a nadie ni menos a los animales hacer trabajo en su tierra, Canaán, porque ésta es la Casa de su dulce hogar, su roca, en donde él está listo para pararse contigo sobre la sangre purificadora de su unigénito derramada a tierra, para limpiarte de pecado con su misma vida santísima para su Sábado bendito. Dado que, solamente su vida divina y la de su Hijo Jesucristo con la vida eterna del Espíritu Santo te pueden lavar de pecado, porque tú saliste de sus vidas, cuando naciste del alma viviente de nuestro Padre celestial para vivir conforme a la semejanza de su unigénito por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, para que tengas abundante vida, siempre. Sin embargo, aunque nuestro Padre celestial te llamó a mantener su Sábado santo, entonces él espera que tú ames, sirvas y glorifiques su nombre bendito, aun en el Sábado estás llamado a amarle, servirle y glorificarle a él y a su nombre sagrado, para que su corazón se sienta enriquecido por ti, poniendo así una sonrisa grande en su rostro santísimo. Éste es un día en que nuestro Padre celestial no solamente te ha llamado a ti y a los tuyos con la misma razón de amarle, servirle y glorificarle, pero también para que hagas su voluntad siempre, especialmente si uno de sus hijos está en necesidad, por ejemplo, una de sus hijas te necesitara ayudarla a bendecir a sus niños. Y esto seria si es que alguno de ellos sufre algún accidente o necesita alguna ayuda financiera, cualquiera que sea la razón, nuestro Padre celestial espera de ti, aun en el Sábado, manifestar tu amor, el amor que tú dices sentir por él, manifestarlo entonces abundantemente con aquel que está pasado momentos duros de su vida con los suyos. Ahora, si tú fallas en hacer lo que le agrada al corazón santísimo de nuestro Padre celestial, y esto de ayudar a alguno de los suyos que estaría en necesidad de bendición con sus hijos e hijas, entonces tú estarías manifestando que tu amor para amarle a él y a su nombre santísimo te está fallando a ti y a Él. Sin embargo, si tú haces lo que es correcto en su presencia, verdaderamente habrás complacido grandemente su corazón santísimo, porque él si espera que tú pongas a trabajar el Espíritu de amor, servicio y gloria que tú siempre le has manifestado a él y a su nombre bendito a través de los Sábados, entonces llevaras por siempre buen testimonio delante de él. Ciertamente, nuestro Padre celestial no solamente te mirara con felicidad, porque has hecho lo que es correcto delante de sus ojos, pero también con gozo y gloria en su corazón, y él hablara de ti con los demás--siempre hablando orgullosamente de tus buenas obras delante de su presencia santísima, como en el Sábado o en cualquier otro día, por ejemplo. Él ciertamente no solamente hablara de ti con su Hijo Jesucristo pero también con su Espíritu Santo junto con las huestes angelicales, y así todos sabrán en el cielo de las buenas obras que tú has hecho en el Sábado que complace todo amor, verdad y justicia con las naciones angelicales y con cada hombre, mujer, niño y niña de la tierra. Aquí le manifestaras a nuestro Padre celestial que tú tienes un corazón amante que no solamente lo ama a él y a su nombre santo sobre el monte santo de Jerusalén, pero también que estás listo para manifestar su Espíritu de amor, servicio y gloria de él y de su nombre santo sobre los demás que necesitarían de ti, para alcanzar bendiciones. Ciertamente, estas son bendiciones de amor, compasión y verdad que te seguirán toda tu vida, incluyendo a los hijos de tus hijos, porque has hecho lo que le agrada a él, manifestando buen testimonio no solamente de él, pero también de su unigénito y de su Espíritu Santo ante los demás en el cielo, en la tierra y debajo de la tierra.)
Honra a tu padre y a tu madre, para que nuestro Padre celestial alargue los días de tu vida en la tierra. (Nuestro Padre celestial necesita que honres a tus padres en todos los días, porque su familia divina siempre ha existido no solamente en el cielo con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, pero ahora en la tierra con Abraham y Sarah, para que Isaac nazca con la carne sagrada y con la sangre de la vida eterna de todos. Puesto que, éste es el pacto de la carne sagrada que nuestro Padre celestial legítimamente empezó con Abraham, para que su linaje sea llamado en Isaac su hijo amado, para que no solamente su primogénito Jacobo nazca pero también sus hijos e hijas, formando así la nación soñada de reyes, de sacerdotes y de dioses para su nuevo reino sempiterno del cielo. Por eso, nuestro Padre celestial ha prometido bendecirte alargando los días de tu vida en la tierra pero también en el reino celestial hacia la eternidad, porque has cultivado amor, respecto y santidad con tu padre y con tu madre que él personalmente te los dio, para que nazcas en la tierra y venir a conocer más de su gloria infinita. Y cuando él dice que te extenderá los días de tu vida en la tierra, entonces esto significa que él te bendecirá en todos los aspectos de la vida, dándote de comer de lo mejor de la tierra, vistiéndote, supliéndote todas tus necesidades, y protegiéndote hasta que tú asciendas hacia la gloria celestial eternamente bendecido, solamente conociendo salud eterna. Sin embargo, si tú fallas en honrar a tu padre y a tu madre, entonces, tú habrás perdido todos los beneficios que él te ha prometido que gozaras en la tierra y aun más allá de la vida--ciertamente te encontraras con la muerte en corto tiempo, sin que te des cuenta de nada, descendiendo al tormento del infierno eternamente condenado. Por razones de que si tú fallas en honrar a tu padre y a tu madre entonces tú no solamente llegaras a ser un padre irresponsable hacia tus hijos, pero también fallaras en amar, honrar y glorificar su nombre santo en tu corazón y sobre su monte santo, indicando así de que no podrás ser jamás un ciudadano digno del cielo. Ahora, si tú te arrepientes de haber fallado de honrar a tus padres con amor, respeto y dignidad, entonces él te perdonara, entregándote otra oportunidad para que seas responsable con tus hijos y hacia él en el reino de su familia divina, honrando a su unigénito en tu corazón por los poderes del Espíritu Santo, demostrándole así que has cambiado eternamente. Ciertamente, si tú lo honras a él delante de Adán y Eva que son tus padres legítimos del paraíso, en donde todo empezó con toda vida humana, entonces él te bendecirá como jamás has sido enriquecido antes, porque ahora tú estás honrándolo delante de tus primeros padres de la cruz sobre su roca con el Rey Mesías resucitado como tu salvador personal. Entonces si tú realmente deseas extender tus días en la tierra y en el cielo, forzosamente tienes que honrarlo delante de Adán y Eva sobre la roca como la cruz que recibieron con clavos y sangre santísima a su Hijo Jesucristo, para que tus pecados sean quitados y recibas el cuerpo glorificado que necesitas para regresar al paraíso, eternamente enriquecido y justificado.)
No mataras, quitándole la vida a ningún ser humano como tú, no, no lo harás jamás. (Nuestro Padre celestial te está llamando a no matar a nadie, porque el poder de quitarle la vida a alguien solamente está en él, por tanto, él desea que tú protejas la vida en todo momento para gloria de su nombre bendito, ya que cada hombre, mujer, niño y niña nació de él para amar a su nombre bendito, para siempre. Esto significa que, cada persona tiene el potencial de volver a nacer de los poderes asombrosos de su Espíritu Santo, para que él o ella no solamente lo ame, le sirva y lo glorifique por medio de la sangre purificadora de su unigénito, pero también para hacerse instantáneamente uno de sus abogados, conquistando nuevas glorias a su nombre bendito, para la eternidad. Por eso, nadie está permitido quitarle la vida a otra persona ni por un instante: aun Satanás con sus ángeles caídos le está permitido tocarle la vida a ninguno a no ser que nuestro Padre celestial se lo permita, por razones de pecado o de juicio divino, de otro modo, si él toca alguna vida entonces nuestro Padre celestial lo castiga. Ciertamente, si tomas la vida de una persona, entonces estás removiendo a alguien que eventualmente aprenderá a amar, servir y glorificarlo a él sobre su roca viva, en donde su unigénito junto con el Espíritu Santo y los ángeles viven, esperando que regreses pronto, vestido con el cuerpo glorificado que ha sido comprado con sangre santa, para que vivas eternamente enriquecido. Recuerda a Job. Él fue una persona justa en la tierra y conocido en el cielo también por las huestes angelicales, porque él aprendió a amar, servir, y glorificar a nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén, salpicado con la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo, invocando así su nombre santo con pasión para el bienestar de sus hijos y de sus posesiones. Y el diablo dijo: Él te sirve, porque tú lo bendices cada día de su vida con muchas y grandes misericordias; ahora, déjame tocarlo con maldad, y mira si no te maldice y se vuelve injusto como los demás en la tierra, como de los que me sirven con mentiras, tinieblas y decepciones, y te dará la espalda también, para siempre. Entonces nuestro Padre celestial le permitió a Satanás tocarlo con las cosas que tenia y aun tocar a sus hijos también, pero jamás tocar su alma; sin embargo, aunque Satanás lo atacó por algunos días y sin cesar, Job se mantuvo fiel a nuestro Padre celestial y a su nombre sagrado sobre el monte santo de Jerusalén. Satanás una vez más fue desacreditado, puesto que los mentirosos, engañadores, y traidores son siempre desacreditados, como de costumbre--su última parada es el infierno tormentoso para ser eternamente maldecido y atormentado día y noche por los demonios a no ser que se arrepientan de su pecado en su corazón, alcanzando justicia y muchas misericordias sobre el monte santo de Jerusalén.)
No cometerás adulterio. (Nuestro Padre celestial desea que tú respetes a las parejas de los demás, como a sus esposas y esposos, porque están en la tierra constituyendo a la familia que nuestro Padre siempre le ha agradado en el cielo con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo y siempre junto con las huestes angelicales. Por eso, nuestro Padre celestial siempre desea que respetes a los compañeros o compañeras de los demás, porque tú no solamente estarás tocando al esposo o esposa al cometer adulterio, pero ofendes también a nuestro Padre celestial y a sus hijos que nacerán de ellos para conocer la gloria de su nombre santo sobre su roca eterna y su cruz milagrosa. Por ello, es importante que tú respetes la santidad de las familias y aunque no han sido formadas todavía en la tierra, porque será en la constante unión de la familia en la humanidad que la familia divina de nuestro Padre celestial seguirá creciendo gloriosamente en el cielo, estableciendo así su grande reino sempiterno de familias y de naciones para la eternidad. Enseñándonos así, que cuando tú atacas a las familias de sus hijos por nacer en la tierra, como los que siempre están haciendo su voluntad por su nombre bendito y por su palabra viva, entonces tú estarías conduciendo ataques en contra de él y de su familia del cielo, y esto es una mala noticia para ti y para tus hijos por nacer. Por eso, es que tú tienes que tener cuidado aquí, especialmente cuando tienes en tu mano una familia o una que se está formando, porque es de éste núcleo familiar en donde nuestro Padre celestial recibe hijos que lo amaran, servirán y alabaran a él y a su nombre bendito sobre su roca en la tierra y en el cielo, para siempre.)
No robaras nada a nadie. (Dado que, Satanás es un ladrón y un mentiroso desde siempre en el cielo, por ello, robarle las cosas a otros viene del malo y de sus ángeles caídos, porque fue él quien se tomó lo que es santo para nuestro Padre celestial, y esto es de la gloria a su nombre santo y algunos de los ángeles fieles a él. Satanás fue el primero que mintió y robó de nuestro Padre celestial no solamente de la gloria de su nombre santo pero también a sus ángeles que lo amaban, servían y glorificaban sobre el monte santo de Jerusalén, y últimamente comenzó a robarse para sí a Adán y a Eva con todos sus retoños, para que seas robado y engañado tú también. Es por eso, que cada vez que alguien te comienza a mentir, entonces esto no solamente significa que él está escondiendo su verdadera identidad, como siervo de Satanás y de sus seguidores malvados, pero también porque él quiere robar y destruir lo que es santo para ti y para los tuyos, también, en la presencia santísima de nuestro Padre celestial. Por ello, cuando te robas algo, entonces tú estarás haciendo el mal que comenzó en el cielo, cuando Satanás empezó a exaltar su nombre inicuo sobre el nombre todopoderoso de nuestro Padre celestial, atacando así a su Hijo Jesucristo sobre el monte santo de Jerusalén, pero fue derrotado poderosamente en el mismo lugar en donde atacó el nombre bendito de Dios. Y esto empezó cuando el nombre bendito de nuestro Padre celestial fue clavado al madero de Adán y Eva sobre del monte santo de Jerusalén, por haber comido del fruto prohibido, por eso no podían invocarlo jamás para salvación, y entonces lo recibieron últimamente con el cuerpo glorificado clavado con la sangre purificadora, regresando así instantáneamente al paraíso enriquecidos, justificados y glorificados.)
No estás llamado a dar mal testimonio de nadie jamás--ni mucho menos creer a la mentira y a la maldad. (Legítimamente, nuestro Padre celestial ha llamado a cada uno de nosotros ha hablar solamente palabras que edifiquen la vida de los demás, porque él está cultivando su buena palabra, su semilla, con tus labios al empezar a hablarle a los demás--el Espíritu Santo entonces comenzara a moverse en ellos con poderes asombrosos de sanidad, prosperidad y de salvación eterna, también. Y de hablar maldad en contra de otros en la tierra no es de nuestro Padre celestial, ni de su Hijo Jesucristo, ni del Espíritu Santo, pero es de Satanás, porque él empezó maldad en contra del Padre, para tomarse de la gloria de su nombre bendito, al comenzar a atacar viciosamente a su Hijo Jesucristo como el templo del nombre santo. Sin embargo, Satanás fue derrotado, porque el nombre ungido de nuestro Padre celestial lo lanzó hacia el abismo del infierno, ya que falló en comprender el nombre santo que está también compuesto o formado del nombre de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, y cuando él creyó poderlo descifrar, entonces se encontró ardiendo en el fuego del infierno, para siempre. Seguramente, éste es el problema que Satanás ha fallado siempre de descifrar, porque el nombre ungido de nuestro Padre celestial no solamente está compuesto del nombre de su unigénito y del nombre del Espíritu Santo, pero también de cada uno de sus hijos--y por eso es que su nombre sagrado es infinitamente tan grande, maravilloso, y asombrosamente todopoderoso, para siempre. Realmente, cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, incluyendo a Israel, nació de la imagen de nuestro Padre celestial (su alma viva), para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo (el cuerpo glorificado), para renacer del Espíritu Santo (la vida eterna), conociendo solamente amor, paz, gloria, prosperidad y las alegrías de una salvación interminable. Y, por eso, nunca deberías hablar mal de nadie, porque cuando lo haces, entonces no estás hablando no solamente mal en contra de aquella persona que piensas que tienes que hablar mal, pero también, te puedes encontrar hablando mal del nombre bendito de nuestro Padre celestial, porque nuestros nombres son conocidos por su nombre santo para toda la eternidad venidera. Sin embargo, si tú tienes que avisarles a otras personas de las mentiras y maldades de aquella persona o personas, entonces, tú tienes que hablar abiertamente, y esto es diciendo de las terribles maldades que están saliendo de esta persona o personas, y ellos así, como los demás, podrían salvarse eternamente de pecados, de mentiras y de condiciones terribles.)
No codicies. (Tú estás llamado a nunca codiciar las cosas que les pertenecen a otros, y esto puede de ser de cualquier persona como tus vecinos, parientes, amistades y hasta extraños, porque lo que nuestro Padre celestial le ha dado a otros, entonces esas cosas son de ellos y no tuyas. Por ello, tú nunca debes de desear coger para ti lo que ya les pertenece a otros, ni por ninguna razón tocarlas; sin embargo, tú podrías desear tenerlas, pero también desear a la misma vez que nuestro Padre celestial te conceda las bendiciones, y aun hasta mayores de las que deseas tener de los demás. Nuestro Padre celestial está listo para entregarte cualquier cosa que desees tener en la vida, ya que él es dueño de todo en el cielo, en la tierra y debajo de las aguas de la tierra, también--por eso, él siempre está listo para proveerte todo lo que tú desees tener, cualquier cosa, no hay limites para él jamás, para siempre. Y lo único que tienes que hacer es pedir con fe, y esto es sobre su roca santa, porque su nombre santo está clavado sobre el madero y la sangre de su Hijo Jesucristo derramada a sus pies, para que remuevas tus pecados, pero también para que recibas instantáneamente riquezas inagotables con solamente orar al Padre que está en el cielo. Y tú necesitas remover todo pecado, por los poderes asombrosos de la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo derramada al pie de la cruz, en donde su nombre santísimo está clavado sobre las torres eternas del monte santo de Jerusalén, para que las ventanas, puertas y caminos de bendiciones lleguen a ti progresivamente, de otro modo, perderás tus bendiciones, como siempre.)
Los hebreos parados ante la vista de la roca del pacto de la salvación de Israel. Entonces cuando los hebreos vieron el monte santo de Jerusalén ardiendo en el Espíritu Santo, por el sacrificio continuo de su Hijo Jesucristo que estaba funcionando a toda maquina, como siempre, instantáneamente destellos, y relámpagos salían por todos lados, temblando la roca violentamente con poderes jamás conocidos por la humanidad entera--e inmediatamente los hebreos corrieron, alejándose de ella, asustados como nunca. El humo de la roca envolvía todo el lugar en donde los hebreos se encontraban, que era imposible ver al Rey de reyes y Señor de señores parado sobre una de las torres de la roca de salvación, y podían ver de donde venia la voz de Dios hacia ellos, pero no pudieron ver su rostro santo, glorioso y maravilloso como siempre. Aquí es de donde Israel, como un solo hombre gritó con gran temor y terror en sus corazones y almas vivientes a Moisés, pidiendo mediación al decir: Tú hablas con Dios y nosotros oiremos todo lo que nos quiera decir, pero que no hable él más con nosotros, porque si nos habla así como nos ha hablado desde la roca, entonces moriremos. (Ciertamente, aquí es cuando Israel pide a nuestro Padre celestial por un mediador entre él y cada uno de ellos, y éste fue Moisés, el que los hebreos escogieron como su mediador personal no solamente como Rey de Israel, porque Moisés ya era Rey, escogido por Dios, pero también mediador para que esté entre nuestro Padre celestial e Israel sin sufrir muerte. Además, Moisés fue escogido por nuestro Padre para ser Rey de Israel, porque él no solamente estuvo sobre la roca santa hablando con su unigénito, como el Gran Yo Soy el Que Soy, pero también como el fundador de Israel, para que de una vez se pare sobre la sangre purificadora, llegando así a ser el mediador redentor entre Dios e Israel. Ciertamente, porque Moisés contactó la sangre purificadora derramada sobre la roca herida, entonces, él no solamente vino a ser el mediador entre nuestro Padre e Israel, pero también se convirtió en el Rey de Israel, y el sumo sacerdote que Israel necesitaba no solamente para ascender al cielo, cuando nuestro Padre lo llamó, pero también para recibir el tabernáculo de reunión. Diciéndonos así que, porque Moisés estableció contacto con la sangre purificadora derramada sobre la roca salvadora de Israel y de las tres torres ascendiendo al cielo que Jacobo vio, entonces vino a ser como su Hijo Jesucristo reinando sobre Israel no solamente en la tierra pero también sobre el monte santo, como Rey de la Nueva Jerusalén del cielo--la Canaán celestial. Porque éste es nuestro Señor Jesucristo no solamente como el sumo sacerdote de nuestro Padre y el Cordero con la sangre purificadora, llevando su nombre bendito en perfecta santidad sobre la roca, para que finalmente sea clavada a Adán y Eva para salvación, pero también para reinar sobre Israel como Moisés reinó en Egipto, por el desierto y hasta entrar a Canaán. Presentemente, tú necesitas hablar con nuestro Padre celestial sobre su roca santa, porque él prometió encontrarse contigo allá arriba, y esto es sobre la sangre purificadora derramada a tierra, porque es aquí en donde su vida divina está derramada junto con la de su unigénito y del Espíritu Santo, borrando pecados y así recibas el cuerpo glorificado, entrando al cielo eternamente justificado. Y tú tienes que recibir éste cuerpo glorificado que nuestro Padre celestial formó en el vientre virgen de la hija de David, para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac nació del vientre estéril de su madre Sarah, por los mismos poderes del Espíritu Santo, porque pronto tu carne pecadora regresara al polvo, y por eso debes tener tu nueva carne ya. Y esto es solamente posible en nuestros días sobre la roca eterna, porque es aquí en donde nuestro Padre celestial te prometió encontrarse contigo en persona y sobre la sangre purificadora de su Hijo Jesucristo, derramada al pie de la cruz, en donde su nombre santo está clavado para siempre, para que vivas, tomando contigo el cuerpo glorificado destinado a vivir eternamente. Por eso, tú tienes un mediador como en los días de Moisés que se parara entre tú y la roca salvadora de nuestro Padre celestial, para que asciendas sobre ella, protegido y cubierto con el cuerpo glorificado del unigénito, porque fue Dios y su Espíritu que ayudaron a Moisés a subir su roca, y él mismo te ayudara a subir, igualmente. Nuestro Señor Jesucristo junto con su Espíritu Santo te ayudaran a subir el monte santo de Jerusalén en cualquier hora del día, para que te pares con nuestro Padre celestial sobre la sangre purificadora derramada a tierra, porque tú necesitas hacer contacto con ella, para que seas limpio de pecado y recibas el cuerpo glorificado, vistiendo de gloria, poder y riquezas eternas.)
Moisés dijo: Israel, no tenga miedo, el Rey de los Judíos ha venido de esta manera a ti, porque él necesita manifestarse sobre la roca de la salvación de Israel como el único Dios, para que le temas a él y a su nombre santo y así tú vivirás por siempre una vida feliz en la tierra y en el cielo, eternamente. (Ahora, nuestro Padre celestial tenia que manifestarse así sobre la roca, porque él necesitaba ser conocido en su Casa dulce casa, puesto que, ésta es su morada eterna en la que siempre vivió a través de la eternidad, y él necesitaba ser encontrado por los hebreos en su Casa, la roca salvadora de Israel, para que asciendan confiadamente sobre ella, siempre. Aquí es donde nuestro Padre celestial le dijo a Israel así como tuvo que decírselo a Abraham, Isaac y Jacobo y hasta en aquellos días a Moisés: Suban a mi monte santo del que les hablare, para que entren a la vida eterna ha vivir conmigo, con mi unigénito y con mi Espíritu Santo junto con las huestes angelicales, para la eternidad. Puesto que, ésta es la roca en la que nuestro Padre celestial necesita encontrarse con cada uno de Israel y de las naciones, porque es aquí en donde su perfecta vida, con la de su unigénito y con la del Espíritu Santo están derramadas a tierra, para borrar tus pecados y finalmente recibir el cuerpo glorificado que le agrada a él, eternamente. Ya que, ésta era la única manera en la que nuestro Padre celestial podía salvar a Abraham, cuando dijo: Tú tienes que ser tan santo y perfecto como yo soy, para que entres al cielo--y, por ello, te es entregado al unigénito por medio del nacimiento de Isaac del vientre estéril de tu esposa Sarah y junto con su roca eterna. Ahora, si nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham sea santo y perfecto así como siempre él lo ha sido, entonces, tenia que definitivamente entregarle a su unigénito lleno de la vida perfecta y de santidades infinitas que lo han caracterizado desde siempre en el cielo y, además, también tenia que comer del pan y vino sobre la Mesa del SEÑOR. Aquí es exactamente cuando nuestro Padre celestial le dio a Abraham y a Sarah de comer de la carne sagrada y de beber de la sangre purificadora de su unigénito, para que Isaac nazca como su Hijo Jesucristo del vientre estéril de Sarah, por poderes del Espíritu Santo, para que sea eventualmente redimido sobre su roca del pacto, descanzando sobre el Moriah. Además, nuestro Padre celestial descendió a Israel sobre el monte santo de Jerusalén, humeando, y con los sonidos de las trompetas de los ángeles, para que Israel oiga el llamado que Abraham recibió del Padre, y esto es de ascender sobre su roca, vestido en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, ofreciendo el amor de su hijo Isaac por salvación eterna. Visto que, cuando Moisés ascendía a la roca, entonces, él lo hizo con el vestido de santidad que nuestro Señor Jesucristo nos ha dado a cada uno de nosotros por medio de su sangre purificadora, llena no solamente de su vida divina, pero también la del Padre y la del Espíritu Santo, para que nosotros vivamos eternamente bendecidos, felices y enriquecidos. Puesto que, esto no solamente fue para Moisés vestir así cuando ascendía sobre la roca viva o entraba al cielo para recibir los mandamientos o el tabernáculo de reunión con el Lugar Más Santo, pero también Adán y Eva vistieron igualmente con las riquezas indescriptibles del unigénito que lo caracteriza desde siempre como el Santo de Israel sobre la roca del pacto. Por juicio, Adán y Eva no podía jamás ascender al monte santo de Jerusalén ni menos entrar al cielo, porque ambos habían comido del fruto prohibido de árbol de la ciencia, del bien y del mal, desnudándose así, por ello no podían confesar jamás el nombre bendito del Padre ni mucho menos vestir en gloria, poder y riquezas para regresar al paraíso. Sin embargo, como nuestro Señor y salvador Jesucristo dijo delante de todos sus hermanos hebreos y hermanas hebreas en Israel: ¡Muerte, Yo soy tu muerte! Instantáneamente, la vida de cada uno empezó a regresar como antes de morir, por eso que el valle de los huesos secos del libro de Ezequiel capitulo 37 pronto entregara a sus muertos, recobrando sus vidas, y muchos jamás nacieron en Israel ni han vivido allí tampoco, pero resucitaran con sus cuerpos normales, entrando a Israel con el Gran Rey Mesías. Es por la cruz sobre la roca salvadora, en donde nuestro Padre junto con el trabajo fiel de su unigénito y del Espíritu Santo derramaron sus vidas divinas, entonces el poder de la resurrección fue conquistado en el cielo, en la tierra y debajo de las aguas de la tierra, para que las multitudes regresen a sus vidas y sin pecar más. Obviamente, nuestro Señor Jesucristo no solamente mató al ángel de la muerte para cada hombre, mujer, niño y niña, pero también destruyó a Satanás y su infierno tormentoso, y sólo entonces Adán y Eva fueron liberados para ascender al monte santo y recibir el cuerpo glorificado, regresando instantáneamente a nuestro Padre celestial en el cielo, para asumir nuevamente sus obras celestiales. Pero había un problema, Adán y Eva estaban aun desnudos, tan desnudos como los huesos secos del valle de Ezequiel capitulo 37, por eso nuestro Señor Jesucristo tenia que llevarlos sobre su hombro, como la cruz que arrastraba, al ser azotado por los romanos, para que su sangre salpique y cubra la desnudes, que los había matado inicialmente en el paraíso. Aquí es cuando Adán y Eva fueron finalmente liberados de la muerte, pero también cubiertos por la sangre purificadora de nuestro Señor Jesucristo, para que sus huesos sean cubiertos de la desnudes humillante de ambos, y así ascendieron para recibir el cuerpo glorificado que los vistió de gloria, poder y riquezas infinitas, parados antes nuestro Padre, eternamente bendecidos sobre la roca.)
Nuestro Padre celestial le dijo a Moisés, diles a los hebreos que ellos mismos me han visto a mí hablarles desde el monte santo, como desde donde Isaac tuvo que recostarse y su Hijo Jesucristo se recostaría también en el mismo altar, pero esta vez, será para derramar de la sangre purificadora a tierra, dándoles perdón y salvación eterna a todo creyente. Además, nuestro Padre celestial les aseguró a los hebreos de que lo habían visto sobre la roca salvadora de Israel, para que no pequen jamás en contra de él y de su nombre bendito, haciéndose para sí rocas de plata o rocas de oro, porque la única roca en la que le amaran, servirán y glorificaran, será el monte santo de Jerusalén. (Por ello, era importante para nuestro Padre celestial de enfatizarles de que él se les había manifestado sobre la roca de Jerusalén, y más no de una roca de plata o roca de oro como las naciones lo han hecho a través de los años, adorando diablos y demonios en vez de adorarlo a él, ¡El Dios Viviente de la eternidad! Porque nuestro Padre celestial necesitaba que Israel solamente conozca y acepte eternamente la roca redentora de Abraham, y la cual usó victoriosamente para presentar el amor de su hijo Isaac a nuestro Padre en el cielo, y desde donde Jacobo hizo también un pacto final con el Espíritu Santo no solamente para obtener a su esposa pero también a sus hijos. Esto nos dice, también que nuestro Padre celestial espera por cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, comenzando por Israel, que tenga únicamente el monte santo de Jerusalén en su corazón y en su hogar, para amarlo, servirle y glorificarlo con su nombre santísimo, ya que si tienes a otra roca entonces invalidas la Ley.)
El altar que harás para mí, ha de ser simple y fabricado de tierra para ofrecer tus oraciones, devociones, sacrificios de ofrendas y votos para mi en el cielo--tus sacrificios quemados y ofrendas de paz, tus animales de sacrificio derramaras su sangre a tierra, pero su carne será para comer, como cualquier alimento sobre tu mesa o la Mesa del SEÑOR. Hazme altares, en donde te haré que te acuerdes de mí y así recuerdes quien soy yo, y yo vendré a ti y te bendeciré allí mismo y junto con los tuyos y con tus amistades--y esto será sobre la sangre vertida a tierra del madero de la cruz antigua, sobre la roca redentora, el monte santo de Jerusalén. Nuestro Padre celestial le decía a Moisés para Israel y para todos los demás de todas las familias de las naciones, incluyéndote a ti también en nuestros días, para que lo ames y lo conozcas como él quiere que sea conocido de ti y de los tuyos, para siempre.
Además, si tu construyes altares de piedra, entonces deberías usar piedras sin cortar, porque ninguna piedra en forma de cualquier cosa debería ser usada sobre el altar, en el cielo como ángeles y aves, y en la tierra como conocidos animales domésticos e indomables, y en aguas debajo de la tierra como peces, y así mantener el altar santo para Dios. (Entonces, nunca deberías cortar o picar la piedra por ninguna razón, porque la piedra que será usada sobre el altar debe de ser en su forma natural y más nunca en la forma de figuras de animales, aves o pesces, como mencionamos antes. Dado que, si los altares que construyes a nuestro Padre celestial y el sacrificio de la sangre bendita de su unigénito, derramada sobre la roca celestial, entonces si tiene una roca formada o picada, ciertamente que el Espíritu Santo no descenderá sobre él, porque es un altar considera impuro, por la presencia de piedras en la forma que no son naturales. Por lo tanto, ningún trabajo se deberá hacer sobre el altar en el lugar en donde será construido, porque si usas herramientas para construirlo, entonces estarás cortando y picando piedras y así harás el altar inadecuado para uso santo delante de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, por ello, ninguna violencia será usada para construir su altar bendito.)
Y tú jamás deberías acercarte al altar del sacrificio de su Hijo Jesucristo por escaleras, porque si lo haces así, entonces alguien podrá ver debajo de tus vestidos y así descubrir tu desnudes--y esto es pecado delante de nuestro Padre celestial, rompiendo y ofendiendo al Espíritu Santo de los mandamientos de vida y de salud eterna del cielo. (Y nuestro Padre celestial desea siempre que cada persona que se acerque a su altar, entonces tiene que estar vestido con el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo, por los poderes asombrosos de su sangre reparadora derramada sobre él, para que la desnudez de tus huesos no se exponga ante él y su altar bendito. Por esta razón, nadie debería subir a su monte santo de Jerusalén sin la apropiada vestimenta de la sangre bendita de su Hijo Jesucristo que cubre la desnudes del cuerpo humano, por lo tanto, todos tienen que estar revestidos de riquezas y glorias ante él y sobre su altar santísimo del reino de los cielos. Y esto es algo que tienes que comprender y que cuando tú tengas que ascender a la roca de Israel, entonces vestirás automáticamente, por fe, con el cuerpo glorificado del unigénito, porque éste es el pacto de la carne sagrada entre nuestro Padre y Abraham, por cuanto tú estarás caminando por tierra santa--y ya estarías transitando con ángeles en el cielo. Por eso, fue importante para nuestro Padre celestial tener a Moisés como mediador entre él e Israel, por cuanto él vestía de riquezas y glorias como Rey de Israel, para que los hebreos no se acerquen a su presencia y a su altar con sus corazones, almas, mentes, cuerpos y espíritu humano en pecado, exponiendo así la desnudes de sus transgresiones y ofensas. Sin embargo, Moisés podía acercarse al altar de nuestro Padre celestial en cualquier momento del día, como entrando el tabernáculo de reunión y de su Lugar Más Santo, porque él ya había hecho contacto con la sangre bendita de su unigénito derramada sobre la cruz de la roca de salvación de Israel que Jacobo llamó escalera, ascendiendo al cielo con salvación eterna. Por ende, Moisés estaba apropiadamente vestido continuamente ante nuestro Padre celestial, su unigénito y el Espíritu Santo, porque él se había parado sobre tierra santa, de la roca de salvación de Israel que está saturada con la sangre redentora que no solamente quita el pecado pero también te viste de gloria, poder y riquezas inagotables para entrar justificado al reino angelical. Asegurándonos así, que nuestro Señor Jesucristo junto con el Espíritu Santo y con sus ángeles siempre está listo para escoltarte a la roca en cualquier día, tarde y noche que tú decidas ascender para invocar su nombre bendito que está allá arriba, clavado a la cruz, bañada con la sangre que te lava como jabón y agua de todo pecado, perpetuamente. Porque cada persona tiene que ser escoltado por nuestro Señor Jesucristo y por su Espíritu Santo a la roca así como Adán y Eva fueron escoltados, cubriendo su desnudes humillante y pecadora, para que te pares sobre la sangre reparadora y bajo su nombre bendito clavado a la cruz, perdonándote, y recibas el cuerpo glorificado que te levanta redimido al cielo.)
(Así nuestro Padre celestial se manifestó a todo Israel, y siempre con Moisés como su mediador entre él y todos los hebreos, para que no solamente reciban el Espíritu Santo de los mandamientos pero también cada bendición que legítimamente les pertenece desde su Casa hogar, la roca del pacto, para que nuevas misericordias nazcan continuamente para ellos y para sus hijos por venir. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba no solamente de establecer su presencia en Israel, como cuando les hablaba desde la roca viva y sus cruces antiguas, pero para que entiendan también que ésta roca es su Casa y puerta al cielo, por ello, es el corazón de la existencia de Israel en la tierra corrientemente, y en el cielo para la eternidad. Por eso, es que Israel necesita tener el monte santo de Jerusalén de regreso a su tierra, así como fue en el comienzo con nuestro Padre celestial, con su Hijo Jesucristo (como el mediador y Rey Mesías), y con el Espíritu Santo, para que de la roca salvadora brote aguas vivas, leche y miel para todos comer, incluyendo a todas las naciones. Y esto es algo que Israel necesita hacer ya, porque el monte santo de Jerusalén no es solamente el corazón de Israel en la tierra y en el cielo, pero también es la comida que satisface la necesidad de cada día, para que jamás tengan hambre o sed--de otra manera, la gente continuara hambrienta y sedienta, despertando violencia por todos lados. Por ello, es que actualmente nosotros todos necesitamos a la roca salvadora de Israel viviendo en nuestros corazones, vertiendo de agua viva, leche, miel, amor, vida y cada riqueza viable en el cielo, en la tierra y en sus mares--pero sobre todo--tenerla instalada como el corazón de Israel que es, para que la vida y la paz reinen por siempre.) ¡Amén!
Culture and peace for every one today and always!
Cordially yours,
The Bible says there EXIST only one way to heaven!
JESUS said, "I am the way, the truth, and the life, no man comes unto the heavenly
Father, but by me" John, 14:6
Nobody else can save you. Trust JESUS today!
That if thou shalt confess with thy mouth the L-rd Yeshua, and shalt believe
within your heart that GOD hath raised him from the dead, then thou shalt be saved."
Romans 10: 9
You must do the Following:
Put your faith to work, and pray right now in your heart and soul.
Admit you are a sinner. See Romans 3:10
Be willing to turn from sin (repent) See Acts 17:30
Believe that JESUS died for you, was buried and rose from the dead. See Romans
10-: 9-10
Through prayer, invite JESUS into your life to become your personal Savior. See
Romans 10:13
What to pray? Or what to say to the HEAVENLY FATHER in the NAME of JESUS CHRIST in Prayer...?
Do the following and ASK HIM to GIVE YOU, RIGHT NOW, the POWER of the HOLY SPIRIT (GIFTS of the SPIRIT THAT ARE FREE FOR YOU TO RECEIVE according to the SCRIPTURES as YOU TURNED AWAY FROM YOUR SINS AND ACCEPT JESUS CHRIST TO CLEANSE YOU WITH HIS PRECIOUS BLOOD THE SINS of YOUR SOUL and LIFE) and HE will listen to you AND DO IT:
That if you confess with your mouth, "Jesus is Lord," and believe in your heart that God raised him from the dead, you will be saved.
For it is with your heart that you believe and are justified, and it is with your mouth that you confess and are saved. As the Scripture says, "Anyone who trusts in him will never be put to shame." For there is no difference between Jew and Gentile, rich or poor, small or great, wise or not-- just the same, the Lord is Lord of all and richly blesses them who call on him, for, "Everyone who calls on the name of the Lord will be saved." Romans 10:9-13
Dear GOD, I am a sinner and in need of forgiveness. I believe that the L-rd JESUS
shed His PRECIOUS BLOOD and died for my sin. I am willing to turn from sin. I
now invite JESUS to come into my heart and life as my personal Savior.
If you said the above PRAYER, then YOU ACCEPTED Jesus Christ as your ONLY WAY
to HEAVEN and your PERSONAL SAVIOR FOR ETERNITY?
Did you receive Jesus Christ as your LORD and Savior TODAY?
YES _____? or, NO ______?
Date____/____/___ YES ______? or, NO ______?
If you trusted JESUS as your Savior, you have just begun a wonderful new life with Him. Now:
Read your Bible every day to get to know JESUS CHRIST better. Talk to GOD in prayer in the NAME of JESUS CHRIST every day. Be baptized in water submersion and in the power of the Holy Spirit of God, worship, fellowship, and serve with other Messianic Jews and gentile believers as well in a Temple where JESUS is preached and the Bible is the final authority.
Tell others about JESUS.
Now, a reminder, do not forget to pray for me; please include me in your prayers for me and my loved ones, for your prayers are very important in heaven. You do not have any idea how important your prayers are in Heaven; Jesus suffered, anguished, prayed, cried, shed His Precious Blood and Died on the Cross of Golgotha for your prayers to be heard in Heaven in the Holy of Holiest. That is CORRECT. The Holy Father, Jesus Christ and the Holy Spirit, and all the Holy Angels hear your prayers in Heaven in the Holy of Holiest, too. I most add that THERE is a GREAT FESTIVITY with GOD and all the HOLY ANGELS in HEAVEN's glories as you do the SINNERS PRAYER and SPEAK to GOD in the NAME of HIS WONDERFUL King Messiah and HOLY SON, JESUS CHRIST. Thank you.
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