Cuatro primeros puntos en la reconstrucción de un nuevo sistema
alternativo:
Comenzando por el primero, digamos que éste corresponde a uno de los
temas más polémicos y difíciles de implementar, pues entraña una
posible lucha intestina, tal vez desgarradora dentro del seno más
profundo de las sociedades, porque el capital criminal liberado en el
paraíso fiscal de la economía virtual dará guerra sin tregua para
imponerse a cualquier precio. La cuestión es que si no elimina de
raíz el sucio mercantilismo offshore, difícilmente podamos encausar un
nuevo modelo y paradigma social bajo el mando de los poderes del
crimen organizado, del lavado de dinero, de la venta ilegal de armas,
del tráfico de drogas, y otras aberraciones como el enriquecimiento
ilícito.
Los grandes monopolios deben ser disueltos y la producción debe volver
a las pequeñas y medianas empresas de cada país para el desarrollo
sustentable sin dependencia económica del extranjero, y vigilar que
los grandes poderes no se dividan en testaferros y en un sinnúmero de
firmas fantasmas para seguir con sus macabros planes de dominio y
explotación. Hay que considerar que más de la mitad de la producción
de los bienes de la tierra están en manos de menos del uno por ciento
de las empresas importantes existentes (sin contar los pequeños y
medianos productores), siendo estas pocas dominantes los monopolios
multinacionales.
Está claro que el capitalismo mundial, incluso aquel que guardaba una
cierta ética y sensibilidad social como el sistema europeo, se están
desvirtuando cada vez más, y, si se deja pasar más tiempo, será
imposible enfrentar al poder, si es que ya no es demasiado tarde. Y
cuando estas mafias fundamentalistas tengan el poder absoluto serán
ellos los que decidan quiénes se beneficiarán de este sistema y
quiénes serán excluidos, quiénes sobrevivirán y quienes sucumbirán.
Desde ya que este poder no está interesado ni en los africanos, ni en
los de medio oriente ni en los latinos, aunque sin duda alguna,
también hasta ciertos sectores de sus respectivos países
primermundistas serán barridos completamente.
Este primer punto y el segundo se encuentran estrechamente unidos,
pues detener la tecnología y la producción en serie, y volver a la
mano de obra como principal recurso de manufacturación de toda
producción, es esencial para la salud social del país y del planeta.
Claro que ya no se tratará de multiplicar ganancias o enriquecerse
fácilmente, sino por el contrario, de redistribuir las riquezas a
través del trabajo.
Asimismo, el tercer y cuarto punto también se encuentran firmemente
unidos, por el cual la educación humanista y el salvamento del planeta
deben ir de la mano.
La cuenta regresiva ya está en marcha, y las decisiones políticas
deben ser tomadas ahora o se lamentará cada vez más conforme al tiempo
que se posterguen. La humanidad ya no puede esperar, el planeta pide
a gritos un cambio de estrategia. La existencia nos está dando la
posibilidad de vivir en esta tierra por millones de años y lo estamos
arruinando en unas pocas décadas. Ya no se puede permitir más el
sufrimiento de ningún ser sobre la faz de la tierra a causa de
políticas inadecuadas, porque sólo esto posibilitará que se expresen
las cualidades de una humanidad evolucionada.
En función de esto, convocamos por la vida a todos los pueblos del
mundo, para unirnos por los derechos humanos y el cuidado de la tierra
para la consolidación de una fuerza mundial capaz de impulsar un
cambio positivo que beneficie a la generación del presente y a las que
vendrán. Para ello concertamos un macroencuentro altruista
reconciliador, para reclamar de manera pacífica a los gobiernos de la
tierra las decisiones necesarias para reestablecer el equilibrio y la
armonía perdida.
Para más información:
http://www.centrodeltao.org/
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