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unread,Sep 9, 2008, 7:38:45 PM9/9/08Sign in to reply to author
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to Instituto Alonso Sánchez (Huelva)
En 1977 inicié mi estancia en el ªAlonso Sánchez". Ese curso (para mi
era 1º de BUP) lo recuerdo como caótico: éramos demasiados alumnos,
tantos que no cabiamos en las aulas existentes en el Instituto.
Algunos grupos fueron repartidos a otros centros hasta que se
realizaron obras y, por ejemplo, el centro perdió el gimnasio. Mis
recuerdos, en su gran mayoría, no son buenos. Hasta entonces yo había
sido una alumna ejemplar, que jamás había suspendido un exámen y a la
que, por supuesto, nunca se le había resistido una asignatura. Pienso
que no debí superar el paso del colegio al Instituto, o bien que no
supe adaptarme a las nuevas circunstancias y exigencias. No lo sé,
pero lo pasé fatal, probablemente porque no exterioricé lo que me
ocurría. Que no me gustaba la realidad que vivía en el Instituto. Mi
entorno familiar no había cambiado, tampoco el sentimental...Tan sólo
aquellos comportamientos tan extraños, para mí, de algunos profesores,
de los cuales apenas guardo gestos o detalles de afabilidad o afecto.
Yo no podía entender -y sigo sin entender- cómo un "Très bien" en un
exámen de Francés quedaba reducido a un simple Suficiente en el
boletín de notas, porque la profesora se extrañaba de que yo pudiese
hacer un exámen tan bueno, que quizás había copiado... O que en
Matemáticas una compañera me "arrebatara" literalmente mi exámen para
copiarlo y el profesor la aprobara con una nota alta y a mi me
suspendiera (el "arrebato" no fué descubierto). O en Lengua Española
el profesor corrigiera el exámen, pero olvidó sumar todos los valores
y suspenso (no fue "Muy deficiente") al canto, hasta que meses más
tarde llevó los exámenes y descubrí el pastel... Para mi todo fue una
continua desmotivación. De aquel primer año (al que pertenecen estas
perlas, entre otras) recuerdo con alegría a Elena Relimpio, profesora
de Historia que, nunca me regaló nada -ni lo pretendí, claro- pero
cuyo comportamiento siempre agradeceré pués valoró mi esfuerzo y
dedicación con justicia.
Y así transcurrió 1º, 2º y 3ª. En una depresión permanente con la que
me pelée continuamente. Si, porque con el transcurso del tiempo yo
identifiqué ese malestar con un estado depresivo, que afortunadamente
jamás he vuelto a vivir. En 3º me quedó colgada una asignatura: Latín
y decidí, porque para entonces ya el tiempo era tan relativo que me
daba igual un año más que un año menos, que iba a dedicarle todo un
curso a esa materia. Por supuesto, la aprobé y ante todo y por encima
de todo aprendí Latín, que para mi era lo más importante. Trasladé mi
expediente a otro Instituto para hacer COU dado que seguir en el
"Alonso Sánchez" me resultaba superior a mis fuerzas. Y lo conseguí
sin un suspenso, trabajando y estudiando, claro que si, pero con
resultados positivos, con excelentes calificaciones. En varias
ocasiones, mis nuevos profesores manifestaron lo que pensaban de mi,
que se me notaba un nivel alto de conocimientos, que estudiaba y que
trasmitía luego esos conocimientos con fluidez. Y a mi me daba la
risa. Nunca oí algo parecido de algún profesor del "Alonso
Sánchez" (bueno de mi Relimpio, algo si), aunque similar era la
impresión que habían tenido de mi mis profesores del colegio y que
también tuvieron los profesores de la facultad. Historia del Arte,
Historia del Mundo Contemporáneo, Literatura, Lengua Española,
Filosofía... Eran asignaturas de ensueño. He de reconocer que tanto
Francés como Latín, sin desmerecer, no las disfruté tanto porque los
profesores eran mayores y no se implicaban mucho, aunque mis notas no
fueron malas. Ni que decir que aprobé la Selectividad en junio. Y que,
tras cursar una carrera universitaria, conseguí el tititulo de
licenciada. Y que tengo un buen trabajo. Mucha gente que hizo 1º
conmigo no lo consiguió. Es más, gente que destacaba muy, muy, muy por
encima de mi están en puestos de trabajo de subsistencia desde hace
años y sin posibilidad de mejorar. Y yo estuve a punto de tirar la
toalla. Desde el primer suspenso.
En este 2008 mi hijo inicia su vida escolar, cursando la ESO en el
"Alonso Sánchez". Yo hubiese preferido, para qué engañarme, cualquier
otro Instituto para él. Pero ha sido el Instituto elegido por él,
igual que hace treinta y un años lo hice yo. El próximo lunes mis
piernas temblarán más que las suyas, y mi único deseo será que todo
haya cambiado en ese Instituto, que él no tenga que vivir el infierno
que viví yo. ¡Ojalá!