Ahora, tenés que leerlo. En 20 años lo telecargás.

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Jun 10, 2009, 10:59:09 PM6/10/09
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Ahora tenés que leerlo. En 20 años lo telecargás (guarda los virus, dan neuralgia)
 
 
De la era de la biología a la de la informática
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Entrevista realizada por Ivan Briscoe, periodista del Correo de la UNESCO.

 Las máquinas y el hombre

El debate generado en torno a las predicciones del científico Ray Kurzweil, Massachusetts, que asegura que la era post-biológica será realidad en un futuro cercano, ha desencadenado ira y controversia a partes iguales.

Pese a la polémica, nadie pone en tela de juicio la experiencia de Kurzweil en el área de la inteligencia artificial. En 1976, creó una máquina con capacidad para hablar dirigida a las personas ciegas. En 1984 ideó el primer teclado musical informático y, tres meses más tarde, el primer programa de reconocimiento de la palabra. En 1990 plasmó en un libro su visión del futuro y predijo la aparición de Internet, el desarrollo de armas militares “inteligentes”, así como que en 1998 un ordenador conquistaría el mundo del ajedrez. Sólo se equivocó en un año.

Sin embargo, ni sus invenciones ni el reconocimiento del que goza le salvaron de la pésima acogida que tuvo el último volumen de sus profecías The Age of Spiritual Machines (Viking, 1999).
 
Numerosos filósofos, neurólogos y expertos en inteligencia artificial, consideran que la mejor de las máquinas, y quizás incluso la ciencia, no pueden abarcar la esencia de la consciencia humana. En un artículo publicado por la New York Review of Books, el filósofo John Searle arremetió contra Kurzweil por alegar que una simulación informática de un cerebro puede estar dotada de consciencia: el ordenador, según Searle, “no hace más que procesar unos códigos”.

Por su parte, Bill Joy, director de Sun Microsystems, se apoyó en la obra de Kurzweil para protestar contra las tecnologías que podrían acabar con la especie humana. Sus temores son compartidos por investigadores en robótica, como Hugo De Garis, que abogó recientemente por un debate urgente sobre las consecuencias que pudiera acarrear que las máquinas se vuelvan conscientes y nos traten como nosotros tratamos a nuestros animales domésticos. 
 ¿Realmente necesitamos ser de carne y hueso?
 
Ray Kurzweil, gurú de la Inteligencia Artificial, opina que en tan sólo unas décadas existirán máquinas conscientes...:
 
¿Qué le falta a la Inteligencia Artificial para crear algo parecido a un ser humano? 

   La Inteligencia Artificial (IA) puede dividirse en dos niveles básicos. El nivel inferior consiste en lograr que sistemas no biológicos realicen actividades que requieren inteligencia humana. Y el superior trata de comunicar a una máquina la extensa variedad, sutileza y profundidad de la inteligencia humana.

Hoy disponemos ya de un gran número de ejemplos de IA inferior. Las máquinas pueden diagnosticar células sanguíneas, guiar misiles de crucero y jugar al ajedrez mejor que cualquier ser humano. Pueden leer libros y entender nuestras palabras. Su memoria es más precisa, son más rápidas y además pueden compartir instantáneamente sus conocimientos gracias a la Red.

Para pasar al nivel superior se necesitan dos requisitos básicos. El primero es aumentar al máximo la capacidad del ordenador. Ya se están investigando tecnologías de circuito que serán un millón de veces más potentes que el cerebro humano, pero el aspecto más importante es el software que reproduce inteligencia. Quizás el proyecto actual más interesante sea la ingeniería inversa del cerebro humano: escanear el cerebro desde su interior gracias a billones de minúsculos escáners de alta resolución o nanobots que pasarán a través de los capilares.

En mi opinión, de aquí al 2030 podremos recrear en medios no biológicos el funcionamiento de cientos de partes del cerebro humano.
 
¿Este medio no biológico sería equivalente al ser humano?

Ya disponemos de una tecnología llamada transistor de neuronas, es decir un circuito electrónico que puede comunicar con neuronas biológicas en dos sentidos y sin cables. También existen ejemplos de máquinas inteligentes colocadas en cerebros humanos mediante implantes. Un tratamiento pionero del mal de Parkinson, dirigido en Francia por el doctor Alim-Louis Benabid, permite sustituir las células biológicas destruidas en los siete u ocho primeros años de la enfermedad. Un control externo del dispositivo permitió demostrar su efecto: cuando estaba apagado, los pacientes quedaban sumidos en una fase avanzada de Parkinson, rígidos como estatuas. En cuanto se encendía el dispositivo parecía que volvían repentinamente a la vida.

En 2030 podremos enviar al cerebro humano billones de nanobots que permitirán comunicar sin cables con decenas de millones de puntos distintos del cerebro. De este modo podremos combinar nuestra inteligencia biológica con la no biológica.
 
Acabaremos viendo entes totalmente no biológicos, con copias de cerebros humanos derivadas de la ingeniería inversa y seres humanos biológicos cuya inteligencia habrá sido mejorada gracias a los billones de nanobots que tendrán en el cerebro y que también podrán existir en la realidad virtual.
 
Llegados a ese punto, ya no podremos distinguir entre humanos y máquinas.
 
Una de sus ideas más asombrosas consiste en telecargar el cerebro de un individuo en un sistema informático. ¿Es esto realmente posible?

En mi libro doy algunos ejemplos de lo que podría suceder. Con los medios a nuestra disposición hoy día podemos deducir que, si ello ocurriera, la persona en cuestión no seguiría siendo la misma: si me escanean el cerebro mientras duermo y lo instalan en un medio no biológico, es posible que no me entere de nada. Me despertaré sin notar ningún cambio y alguien me dirá: “Buena noticia, Ray, ya no necesitamos tu antiguo cerebro.” Seguramente no me hará ninguna gracia. En cambio, el nuevo Ray recordará haber sido yo, pero será una persona diferente.

Otro tema es si él será o no una persona. ¿Será consciente o sólo actuará como si lo fuera?
 
Actualmente la ciencia no puede investigar la esencia básica de la consciencia. Suponemos que los seres humanos son conscientes, pero en lo que respecta a los no humanos las opiniones difieren. Es una predicción arriesgada, pero yo diría que los humanos verán a los entes no biológicos como seres conscientes porque parecerá que lo son.
 
¿Cuáles serán las ventajas de ser transferido a un medio no biológico?

Serán numerosas e importantes, y una de ellas será la inmersión total en la realidad virtual. Los entornos de realidad virtual integrarán todos los sentidos y a la vez serán capaces de mejorar la inteligencia; se podrá pensar más rápido, tener pensamientos más complejos y telecargar el conocimiento.
 
Sin embargo, numerosas teorías neurológicas alegan que la consciencia está muy estrechamente vinculada a las emociones…

La inteligencia es la capacidad de resolver problemas con la ayuda de recursos limitados, incluido el tiempo. Los problemas que debemos resolver suelen estar relacionados con nuestro cuerpo: protegerlo, alimentarlo, vestirlo, satisfacer sus necesidades y deseos. Dedicamos gran parte de nuestro pensamiento a nuestro cuerpo: una inteligencia humana carente de cuerpo se deprimiría en seguida.

Sin embargo, a medida que la realidad virtual se vaya extendiendo, la civilización humana le dedicará más tiempo. En 2030 o 2040, estos entornos de realidad virtual competirán considerablemente con los reales, ya que permitirán que la gente se reúna independientemente de la proximidad física y la emulación de entornos reales e imaginarios. En la realidad virtual los entes no biológicos podrán tener cuerpos parecidos a los humanos. Además, gracias a la nanotecnología1, también podrán tenerlos en la realidad.
 
¿Cuál es el objetivo de esta tecnología?

El ser humano ha adoptado los objetivos de la evolución, que en mi opinión son virtuales.
Desde un punto de vista racional, la evolución biológica ha creado entes cada vez más inteligentes, creativos, hermosos y capaces de sentir emociones más desarrolladas, como el amor. Dios es un término que ha sido utilizado para indicar niveles infinitos de estas cualidades.
Lo que el nuevo paradigma significa es el final de la humanidad biológica como vanguardia de la evolución. Lo que estamos discutiendo constituye en mi opinión la próxima etapa de la evolución a través de la fusión entre la humanidad y la tecnología.
 
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