Fría la mañana, absurdamente complicada a primera hora, cargada de
relevantes cuestiones que impidiendo aquellas otras cosas por tanto tiempo
retrasadas obligaron a la decisión drástica , por otra parte , de aquello de
"lo que no este hecho hoy para mañana lo primero". Así amaneció en aquella
mañana fría y otoñal.
La cita requería la importancia de lo inevitable. Lo requería porque día a
día se apreciaba la certeza por tanto tiempo sospechada, requería esa
importancia porque lejos de pretender la estática situación que se
anunciaba, pretendía avanzar en el camino de la vida. La requería porque
aquella cuestión primera había tomado su forma y en estos momentos
necesitaba su alma.
El primer momento se presento tal y como lo esperaba, frío, medido, vacío a
pesar de su intento de acercar la calidez en un beso intimo, en un abrazo
intenso y en una alegría dibujada en una sonrisa trasparente. El fue a tomar
su premio, ese premio en forma de carne, de sexo, que durante algun largo
tiempo el había solicitado y que en la precaución que acompaña a la
desconfianza ella había negado.
Fueron , durante largo tiempo, muchas palabras intensas, muchas dudas,
muchos miedos todos ellos producidos por aquella actitud tan vacía en su
fondo, que percibía en cada una de las conversaciones que cada día, durante
tres años, mantuvieron. Ella lo sabia pero y a pesar de las advertencias
decido creer en él a consta de lo que fuera, no por ser ingenua, no por ser
de aquellas personas que en el amor se sienten volar, pero si porque se
negaba, aun lo hace, a creer que hubiera en la tierra personas con tan poca
decencia.
Mentira que sobre mentiras se construían, incapaz de pronunciar por el mismo
la mas pequeña palabra del amor recurría a eso del plagio , ha eso de lo ya
hecho para que hacerlo, a eso de proyectar en ella sus propias carencias,
así buscaba la historia del corazón de ella para seguir pasos que , en su
incapacidad, el no podía dar, así solicitaba la primera frase del día, para
saber por donde ir y hacia donde, así mantenía se mi oculta su realidad
mintiendo sobre ella y haciendo creer que por su edad, ya madura, se
encontraba en una crisis de identidad o de existencia; todo mentira,. tan
solo era una cuestión de manipulación una cuestión de alimentar esa parte
maternal que las mujeres poseen, para satisfacer su falta de amor su poca
vida y su miseria en el corazón, tan solo era el sentir la verdad en otra
boca, en otro gesto, en otra vida, porque como, y en su hacer del día a día,
el necesita plagiar la felicidad pues en su vida no la había.
Hombre de grises matices, hombre de pobres principios, hombre sin atisbo de
decencia.
Tomaron un taxi camino de un hotel, durante el trayecto ella comprendió que
aquello si de algo serviría, era para demostrarse a si misma que de nuevo su
buena intuición no la había engañado, pero aun así quiso conceder la
presunción de inocencia y entro en ese hotel y pasaron entre sabanas algunas
horas, y al cabo, comprendió, que el alma esta en todos nosotros pero la
decencia no, comprendió que la pequeñez no es aceptable por la grandeza, que
la verdad no es compañera de la mentira, que su vida merecía mas la pena.,
porque la vida ,su vida, no requería de plagios con los que guiarse ni de
hombres que ante la pregunta ¿eres buena personas? La única respuesta es la
explicación, plagiada, de porque si lo es, cuando la verdad es que con un
si, decente, sobra.
Pocos días después, previsto estaba sin duda, el recurrió a los tópicos
típicos de aquellas personas que conocedoras como son de sus mediocridades
se las niegan , que pretenden ser aceite, que se perdonan, como si dioses
fueran, sus pecados , pecados que a otros dañan que a otros ensucian sin ser
propios, pecados que se alimentan con mas pecados que al ser perdonados por
unos mismos pesan, y tanto pesan que su única alternativa es rodearse de
ellos, vivir en ellos y educar en ellos. Así el padre de familia, se acomoda
ha tratos impropios de la decencia, a enseñanzas que estigmatizan, y hacen
ya no de su vida, sino de la vida de su esposa engañada, de sus hijos y de
cuantos le rodean un vacío, una tristeza, una muerte , tan profunda como la
suya.
Y ella, que no niega su culpa, pues conocedora era de su situación personal,
padre , esposo; reconoce que si por verdad se vende la vida, sea la que sea,
por verdad se entiende y que por tener alma , corazón y decencia , cree a
ojos cerrados en la personas ha pesar de saber, que para algunas la mentira
que ofrecen una vez y otra a cuantos les ofrecen su compañía, es recurso
único. Engañar a mujeres, hacerlas creer lo que no sienten y cuando la
pobreza de su vida se ve saciada, dejarlas como a un trapo.
Hoy en el alma nada pesa pues cada cual hace de su vida lo que hace de ella,
y hay humanos que ni como esposos, compañeros, amantes, amigos, personas y
nick , merecen la pena pues las buenas personas somos eso decentes, no nos
perdonamos nuestros pecados ni perdonamos los ajenos pues ese perdón que se
pretende en aras de esto de la civilización, no se incluye el terrorismo de
corazón, el asesinato de la mente ni la maltrato del alma.
La vida merece la pena y lo que nos enseña pues en ello, discernimos lo
bueno de lo malo, lo decente de lo indecente, la verdad de la mentira, si de
algo ha de alegrarse ella es de que siente la vida, vive la vida, y ama la
vida, y de que ningún indecente mellara en su alma, ni en su corazón, ni en
su mente.
(Feliz Navidad que este año nuevo os traiga justo lo que merecéis)
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