Una de las tareas fundamentales que asumimos al ejercitar nuestro libre albedrío se llama RESPETAR LA VIDA.
La experiencia de vivir viene acompañada de un cúmulo de experiencias y sorpresas, algunas dulces, otras muy amargas.
En nuestro mundo, algunas personas pierden el norte y todo respeto por ese bien divino y sagrado que es la vida de sus semejantes. La vida enseña por las buenas, las regulares o las malas, que eso no es lo que vinimos a hacer, brinda pautas y asigna correctivos mediante resultados muy precisos o termina las experiencias. Por eso, el mejor consejo que existe es "aprovecha tu experiencia de vida al 100% y procura tratar a los demás como quisieras que te traten a ti". Amalos, acéptalos, valóralos, respétalos, sírvelos, apóyalos, dales lo mejor y siempre agradéceles, sea lo que sea lo que te devuelvan.
¿Quieres vivir en la paz o en la tempestad? Es tú decisión... en todo caso, ten presente que si siembras vientos recogerás tempestades.