TEXTOS: «SI NO EXISTE EL MERCADO, NO EXISTE LA DEMOCRACIA»

2 views
Skip to first unread message

poe...@teleline.es

unread,
Dec 16, 2004, 6:51:14 AM12/16/04
to AmericaDemoc...@googlegroups.com
Envío otra charla rica en conceptos útiles para nuestro Grupo
América-Democracia-Cultura, por el filósofo Gustavo Bueno. Es un
placer oír hablar con fundamento y libertad sobre los grandes temas de
nuestra época. Que lo disfruten.
(Citado por:ClaudioSerraBrun.Valencia-España. Puede reproducir los
textos propios, sólo citar la fuente y el Autor+link Poesur.
poe...@teleline.es http://www.poesur.com/
http://groups-beta.google.com/group/AmericaDemocraciaCultura
AmericaDemocrac...@googlegroups.com )
_______________

http://www.fgbueno.es/hem/2004a25.htm
La Nueva España http://www.lne.es/
Oviedo, domingo 25 de enero de 2004 Sociedad y Cultura
páginas 48 y 49
Gustavo Bueno
Filósofo, autor del libro «Panfleto contra la democracia realmente
existente»

«Si no existe el mercado,
no existe la democracia»

«En las elecciones el pueblo tiene la ilusión de ejercer el poder,
pero no es así, claro, no hay voluntad general, ésa es una idea
metafísica»
«El error de IU es seguir pensando en términos comunistas»
________
Oviedo, Javier Neira (Fotos: Luisma Murias)
El filósofo asturiano Gustavo Bueno acaba de publicar un ensayo
titulado «Panfleto contra la democracia realmente existente»
(http://www.fgbueno.es/gbm/gb2004pd.htm ). Un libro complejo que trata
de acabar con falsas ideas sobre una institución clave. Un estudio que
salva la democracia a costa de desacralizarla. Un libro del que el
catedrático de la Universidad Complutense Gabriel Albiac dijo el
pasado viernes en Madrid que era «la obra mayor de teoría política
escrita en castellano en muchas décadas». La idea central es que
sólo puede haber democracia donde hay mercado. De ahí las
correlaciones entre mercado, capitalismo, liberalismo, cristianismo y
democracia salen solas. ¿O no? En esta entrevista Bueno se explica:

-Habla de la democracia realmente existente.

-Tiene un sentido irónico evidente ya que lo realmente existente es
lo único que hay. Está sacado de Suslov, del comunismo realmente
existente. El problema es muy complejo.

-Pues ponga ejemplos.

-El libro no va contra la democracia, sino contra el fundamentalismo
democrático. Un término que se usa, pero que no se define. O se
define ideológicamente, como hace Juan Luis Cebrián en El País, que
acusa de fundamentalismo democrático a los antiguos franquistas que
ahora se disfrazarían. Pero ése es un enfoque secundario.

-¿Entonces?

-Un ejemplo lo ofrece el cristianismo. El fundamentalismo cristiano
sostiene que el fundamento de la fe es el Cristo de la fe. La segunda
persona de la Trinidad, encarnada en el hijo de María. Pero esa
encarnación, al tomar contacto con la realidad, miserable y prosaica,
se corrompe. La historia de la Iglesia es entonces la historia de una
perpetua desviación y corrupción. Sin embargo, dicen, el cristianismo
permanece intacto. El cristianismo realmente existente es un conjunto
de déficits, así que no hay que perder la esperanza de que se
recupere. Pero el funcionalista cristiano no tiene problemas en
explicar los déficits porque no hay tales déficits. El cristianismo
es el cristianismo que hay.

-Otro ejemplo.

-El del perpetuum mobile. El fundamentalista dirá que el motor
perpetuo es una idea pura. El motor se realimenta y funciona
eternamente. Pero el motor perpetuo realmente existente se encuentra
con rozamientos y otros problemas. Por eso mucha gente presenta
patentes de perpetuum mobile y se las rechazan, pero no pierden la
esperanza. Hace poco me vino a ver un señor que había descubierto el
perpetuum mobile. Era muy simpático. Y me sucedió otra vez en
Salamanca con un médico al que le llevé la contraria y dijo que era
un pedante. Conozco dos casos por lo menos. Los fundamentalistas
reconocen que no puede existir el motor perpetuo, pero sólo por
razones empíricas. Como me decía este señor del otro día: «Me
falta un cinco por ciento, pero no puedo superarlo.» Claro, por eso no
hay perpetuum mobile, siempre faltará algo. Pero no pierden la
esperanza. El funcionalista, sin embargo, dice que no hay perpetuum
mobile, que sólo hay motores finitos no perpetuos. Solo
idealizándolos se puede uno imaginar un perpetuum mobile.

-¿Y en relación a la democracia?

-El fundamentalista parte de una idea pura. La sociedad democrática
es la que se da a sí misma una Constitución libre que representa la
forma más perfecta de la libertad perfecta, pues son los individuos
los que se sostienen a sí mismos... Pero llega la realidad y le impone
una serie de déficits explicables como los rozamientos de la
mecánica. Piensa entonces que a lo mejor el Gobierno siguiente logra
superarlos. El funcionalista, sin embargo, dice que esa idea de
democracia es límite, que no hay tal posibilidad. La sociedad
democrática hay que entenderla con una referencia concreta. Como los
motores. La sociedad democrática no es prístina, sino tardía.

-¿Tardía?

-La democracia sólo aparece en la sociedad política después de
otras formas. Eso lleva a considerar a fondo la democracia ateniense,
algo que irrita a mucha gente, pues creen que Pericles es el demócrata
por excelencia.

-Una democracia esclavista.

-Claro, esclavista. No había tal democracia. Se fundaba en la
solidaridad, que es siempre contra terceros. Los terceros en ese caso
eran los esclavos, los metecos, las mujeres y, sobre todo, los persas.
Empieza la democracia cuando amenazan los persas. Ortega dice que la
democracia griega se forma cuando un conjunto de varones da la espalda
al campo y se pone a hablar: así aparece el ágora. Muy bonito. Tan
bonito como las cosas de Kant. ¿Pero de qué hablaban? De milicia, de
estar en forma en los gimnasios para someter rebeliones y enfrentarse a
los persas. Adrados se sorprende de que Atenas recurriese a Alejandro,
a los macedonios, que eran, según esa visión, lo más parecido a los
fascistas. Un imperio militar. Pero no tenían más remedio ante los
persas.

-Se abusa del término.

-Hay que distinguir, por ejemplo, la democracia procedimental, que es
sólo el consenso por mayoría. Es el caso de una comunidad de vecinos.
Pero eso no es democracia, porque no tiene materia política. Es sólo
democracia procedimental. Mi crítica se dirige a las democracias
fundamentalistas que suponen que las democracias reales tienen
déficit. Pero no hay tal déficit. Las que cuentan son las democracias
de España, Francia o EE UU. No hay otras. Pero para el fundamentalista
son sólo modelos a los que aún les falta mucho. Los fundamentalistas,
hablando de la España actual, dicen que la Monarquía es un déficit
democrático que conculca el principio de igualdad de oportunidades.
Los funcionalistas dicen, por el contrario, que si no hubiese sido por
la Monarquía ahora no habría democracia. La Monarquía fue la
condición en 1978 para construir esta democracia. Es real politik.

-Conceptualmente el origen es griego.

-La democracia es tributaria de Aristóteles. San Agustín era
fundamentalista jerárquico. Platón también era fundamentalista. San
Agustín dice que la Ciudad de Dios es la única sociedad donde se
practica la justicia, es una sociedad política real. Y Babilonia, o
sea, Roma, es una banda de ladrones, no es una sociedad política. La
única sociedad perfecta es la Iglesia. La sociedad política sólo
funciona cuando está sometida a la Iglesia. Santo Tomás supone,
frente a eso y siguiendo a Aristóteles, un gran avance. Dice que la
sociedad política es perfecta en su género. Que hay dos sociedades
distintas. Santo Tomás sería un funcionalista. En cuanto a la
democracia, el fundamentalista considera que es evidente y brilla por
sí misma. Pero, desde el punto de vista dialéctico, es una idea que
sólo tiene sentido frente a otras ideas. Es lo que propone
Aristóteles, aunque esa taxonomía ya está en Platón: monarquías,
oligarquías, democracias... o manda uno, monarquía; o unos pocos,
oligarquía, o todos, democracia.

-Aristóteles...

-Aristóteles, como no es fundamentalista, habla de monarquía y a su
lado la tiranía, como forma degenerada; aristocracia y su forma
degenerada, la oligarquía; democracia y su forma degenerada, la
demagogia. Se corresponde con las proposiciones universales,
particulares y singulares. En lógica, a los cuantificadores:
universal, particular, individual. Pero cuando decimos que gobiernan
algunos ¿cuántos son? Ahí naufraga Aristóteles. No votan todos.
Habla de la mayoría que representa al todo. Pericles mantiene sus dos
sofismas: dice que en Atenas no gobiernan unos pocos en provecho propio
y supone que todos gobiernan siempre en provecho común. Aristóteles
afirma que unos pocos pueden gobernar en función del bien común, caso
de la aristocracia o en el propio, la oligarquía. Todos pueden
gobernar muy mal, es el caso de la demagogia. Y uno puede gobernar en
función del bien común, democracia, o en el propio, tiranía. Deshace
los planteamientos de Pericles. Platón es el martillo de la democracia
ateniense porque esa democracia había matado a Sócrates. Aristóteles
en absoluto defiende la democracia como única forma que lleva a la
sociedad al bien común porque puede degenerar. Lo que yo critico en
ese esquema es el uno, hay que descartarlo, no existe, es una idea solo
lógica. Siempre hay un grupo. Unos pocos. Luego mono arquías.
Propongo el término pauriarquía, de ahí sale la palabra «pocos».
La diferencia es que en la monarquía hay una sola jerarquía y arriba
uno solo. En la pauriarquía hay varios grupos que gobiernan, como los
partidos políticos ahora, como las partitocracias.

-Explíquelo.

-La idea es ésta: en una democracia homologada no cabe decir que del
pueblo soberano sale el Gobierno. No puede ser por incapacidad del
pueblo. No entiende las leyes. No entiende los programas, se los dan
hechos. Aunque los lea no los entiende. El gobierno de una sociedad
compleja supone unos elevados conocimientos. Es como si metes a un
individuo cualquiera en una central nuclear. No puede hacer nada, no
sabe. Es imposible. Y tampoco entiende lo que sucede en una sociedad
política. El pueblo no se da las reglas de juego, están dadas de
forma determinista: la monarquía en España no fue una regla de juego,
venía impuesta por la realidad. La democracia es pues un sistema en
que unas pauriarquías se han ido contrapesando y así se llega a un
sistema artificioso pero práctico que consiste en someterse cada
cuatro o cinco años a un control. No se sabe si es o no prudente ese
control. Pero hay que rebasarlo. Las elecciones son una ceremonia que
supone un control, los que están en el Gobierno pueden ser cambiados.
Pero no porque dependa del pueblo. Los mecanismos son aleatorios ya que
sabe Dios por qué acaba sucediendo lo que sucede. En las elecciones la
gente no va a confirmar un Gobierno o no porque lo haga bien o mal. El
pueblo anónimo, no categorizado como sucede en las democracias
orgánicas vía soviet, familia o Universidad, pues eso, el pueblo
anónimo, indiferenciado, vota. El pueblo tiene entonces la ilusión de
tener el poder. Pero no es así, claro. No hay voluntad general, ésa
es una idea metafísica.

-¿Qué es entonces la democracia?

-La esencia de la democracia es la libertad. El fundamentalista por
libertad entiende la libertad del individuo. El fundamentalista viene a
decir que la libertad depende de que soberanamente elijan esta o la
otra ley. Pero no se elige así.

-¿Cómo?

-Equiparo la democracia parlamentaria con el mercado pletórico, cuya
esencia es la desigualdad, no la igualdad. El mercado pletórico es un
concepto estructural que da mucho juego. Es un mercado donde hay
superabundancia de especies de bienes y de número de bienes. Muchas
marcas de coches y un elevado número de coches. Uno puede elegir. No
hace falta que tenga libertad subjetiva de elegir. La libertad se da a
nivel de clase no de individuo. Tiras un dado y es determinista. Pero
si tiras varios hay aleatoriedad. El azar de los dados es la libertad
del mercado pletórico. Muchos individuos van a comprar y a nivel de
clase se produce una libertad objetiva. Eso ocurre también con la
libertad de elegir en un sistema democrático. Se necesitan varios
partidos. La libertad de elegir en las urnas es como la libertad de
elegir en el mercado. Hace falta mercado, de bienes o de candidatos.
Para eso hacen falta industrias trabajando y ofreciendo bienes. La
democracia depende del mercado. Si no existe el mercado no existe la
democracia. La libertad objetiva se funda en eso salvo para el
fundamentalista, que la funda en una libertad metafísica. El mercado
es el que forma la libertad objetiva del individuo. La libertad no
viene de una voluntad libre sino de que se pueda elegir. Es la clásica
distinción entre libertad «de» y libertad «para». La libertad
«de» está en función de la libertad «para». Si no procede aquella
pregunta de Lenin, ¿libertad para qué? La democracia es una forma de
una materia, pero la forma tiene que brotar de la materia. No hay
democracia formal. La democracia tiene que salir de la propia
estructura material de las sociedades y esa estructura básica es el
mercado que hace que los individuos puedan elegir objetivamente. En
Cuba es imposible, todos muertos de hambre. El mercado educa pero sobre
todo conforma la libertad siempre que se niegue la libertad subjetiva,
el libre arbitrio, que no existe.

-¿Gustavo Bueno liberal?

-Sí, claro. Se ve. Liberal es una palabra que aparece en España.
Los liberales y los serviles. Los liberales procedían de las artes
liberales y los serviles de las artes mecánicas. Liberal también era
el hombre generoso. Un liberal es un hombre instruido. Sólo puede
decir con otros liberales. Coexiste con otros liberales. Con un animal
de bellota es imposible. Así que debe procurar que la sociedad en que
vive sea de gente instruida y educada.

-Liga democracia y mercado, luego también capitalismo.

-Exacto. Las democracias homologadas son las del hemisferio norte,
capitalista. El error de IU es seguir pensando en términos comunistas,
eso ha desaparecido.

-Es el hemisferio cristiano.

-Sí, claro, por supuesto. Un liberal es incompatible con la
inmolación de los musulmanes. El liberalismo que cuenta no sería el
puramente negativo, el francés y su definición de libertad: hacer lo
que se quiera siempre que no se interfiera con la libertad de los
demás. Es una visión superficial porque siempre se interfiere con los
demás. Libertad es hacer lo que hay que hacer y ya veremos cómo se
resuelven las interferencias.

Oviedo, J. N.

-¿Y el Estado de derecho?

-Los constitucionalistas son como los teólogos que parten de unas
premisas positivas, de las verdades de la fe, de la revelación. Con
esas premisas organizan un sistema y un órgano de control, sea la
Curia o el Papa, que vigila la legitimidad de las conclusiones que se
sacan. La teología es garantista, nadie puede inventar normas. Pues lo
mismo sucede con la Constitución. Una garantía para frenar la
hemorragia de leyes. Los constitucionalistas crean un mecanismo de
cierre postulatorio en base al término juridicidad. La infracción de
la Constitución, dicen, es un delito jurídico. Pero eso es como lo
del barón de Münchausen, que tiraba de sus propios cabellos hacia
arriba para levantarse. Es como la teología. Así la Constitución es
cerrada y hay unos agentes como el Tribunal Constitucional que en
virtud de ir de la ley a la ley por la propia fuerza de la ley hacen
funcionar a la democracia. Los jueces se consideran como el Papa, por
encima de todo, y creen que por sus dictámenes funciona todo. Ignoran
que sin el Ejecutivo sus sentencias son papel mojado. Del dicho famoso
«Hágase la justicia, perezca el mundo» se podría pasar al «Hágase
el mundo, perezcan los jueces». Los jueces nos llevan al caos, a la
catástrofe total. Se ve en el País Vasco. Pero los postuladores del
Estado de derecho, los que piensan como Habermas, creen que
sencillamente hablando el Derecho por sí mismo operará.

-¿La democracia española tiene alguna característica especial?

-La democracia siempre está referida a una sociedad política dada.
Como cuando alguien dice que es republicano pero ¿de qué República?
¿de Albania? En España la democracia es la Constitución, las leyes,
el estado de Derecho, dicen. Pero la Constitución es española. Si se
quita la referencia de España desaparece la democracia. Incluso el
mercado. Un argumento contra Maragall. El idioma, además, es esencial
porque el mercado es el que unifica el idioma. En el mercado se
producen todos los intercambios. En España no se ha entendido la
constitución por culpa de los legistas. Por culpa del patriotismo
constitucional que dice Habermas. Es algo absurdo. La patria es la
tierra de la que se ha apropiado una sociedad. Sin territorio no hay
sociedad política. No cabe una sociedad política de nómadas.
_______________

(Citado por:ClaudioSerraBrun.Valencia-España. Puede reproducir los
textos propios, sólo citar la fuente y el Autor+link Poesur.
poe...@teleline.es http://www.poesur.com/
http://groups-beta.google.com/group/AmericaDemocraciaCultura
AmericaDemocrac...@googlegroups.com )
_______________

Reply all
Reply to author
Forward
0 new messages