Así que, sin más, me adentro en el libro La pregunta por la cosa, de Martin Heidegger, y comento a partir de la lectura del párrafo (5) del Capítulo B: LA MODERNA CIENCIA NATURAL MATEMÁTICA Y LA GÉNESIS DE UNA CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA. (No os asustéis por el título)
En el mensaje anterior había dado cuenta ya de que el párrafo (5) está dividido en una serie de subpárrafos en los que Heidegger aborda, precisamente, los temas que más nos interesan: la cuestión del sujeto en medicina y la matematización de la clínica. Al repasar el ejemplar del libro del que dispongo, está tan lleno de subrayados, notas al margen, remisión a fichas que se deben haber perdido en una de esas limpiezas generales que uno hace para deshacerse de tanto papel y polvo acumulados, que incluso me hace reír el que, con lo trabajado que tenía yo todo esto, tan a fondo estudiado y examinado, sea ahora incapaz de recordar una sola cosa sin tener que volver al libro. Retuve muy probablemente, eso si, la idea fundamental, la que seguramente desde entonces, desde que leí este libro, empezó a germinar en mi cabeza en torno a la matematización de la clínica y cómo resolver la cuestión del sujeto en medicina.
En el Apartado (5-a) se plantea Heidegger cuál es la diferencia entre la ciencia antigua (griega) y medieval, y la ciencia moderna, inaugurada por Descartes, cuyo modelo y fundamento es el que seguimos en la actualidad. El párrafo (5-a) se titula precisamente así: CARACTERIZACIÓN DE LA MODERNA CIENCIA NATURAL FRENTE A LA ANTIGUA Y MEDIEVAL. ¿En qué son diferentes la ciencia antigua y medieval de la ciencia moderna? No es el experimento, la duda metódica, el proceso lógico deductivo o el afán normativo por un saber que, antes que nada, cuestiona constantemente sus propios supuestos y trata de encontrarles fundamento. Estas notas caracterizan por igual el conocimiento científico desde los griegos.
Dice Heidegger: "Se suele caracterizar la ciencia moderna en su diferencia con la medieval diciendo que la primera parte de los hechos y la segunda de proposiciones y conceptos generales y especulativos"…"La oposición de la actitud científica antigua y moderna no puede fijarse de manera tal que se diga que de un lado están los conceptos y las proposiciones y del otro los hechos;… se trata siempre de ambas cosas, de hechos y conceptos. Lo decisivo es la manera en que los hechos son comprendidos y los conceptos aplicados."
"La grandeza y la superioridad de la ciencia natural del siglo XVI y XVII reside en que los investigadores eran todos filósofos. Ellos sabían que no hay meros hechos, sino que un hecho sólo es lo que es a la luz de un concepto fundamentador y según el alcance de tal fundamentación… También aquella época tuvo su estulticia así como, a la inversa, las cabezas dirigentes de la física actual, Niels, Bohr y Heisenberg, piensan de un modo completamente filosófico. Solamente por eso pueden crear nuevos planteamientos y sobre todo, perseverar en la problematicidad."
"Junto a las dos características nombradas de la ciencia moderna -ciencia de hechos e investigación experimental- encontramos generalmente una tercera. Esta subraya que la ciencia nueva es una investigación que calcula y mide. Eso es correcto; pero vale también para la ciencia antigua. Ella trabaja también con la medida y con el número. El problema reside otra vez en la manera y en el sentido en que los cálculos y las mediciones se aplican y se realizan, y en el alcance que ellos poseen para la determinación de los objetos mismos… El rasgo fundamental debe consistir en aquello que domina de manera normativa e igualmente originaria del proceso fundamental de la ciencia como tal: es el trabajo cotidiano con las cosas y el proyecto metafísico de la cosidad de las cosas. ¿Cómo podemos captar ese rasgo fundamental? Daremos un título a este carácter fundamental de la actitud intelectual moderna diciendo: la nueva exigencia de saber es exigencia matemática. Kant ha dicho aquella frase a menudo citada pero poco comprendida: 'Afirmo que en cada doctrina particular de la naturaleza [aquí podríamos incluir la medicina] sólo se encontrará tanta ciencia auténtica [destacado por Heidegger]cuanta matemática haya en ella' (Prólogo a Primeros principios metafísicos de la ciencia natural)"
"La pregunta decisiva -prosigue Heidegger- reza: ¿qué significa aquí 'matemática' y 'matemático'? Pareciera que solo pudiéramos obtener una respuesta a esta pregunta desde la matemática misma. Es un error, porque la misma matemática es sólo una configuración determinada de lo matemático?" ¿Y qué es, entonces, lo matemático? Heidegger da paso al párrafo (5-b) LO MATEMÁTICO, la "mathesis" griega.
Así pues, lo que caracteriza y diferencia a la ciencia griega antigua y medieval, de la ciencia moderna que se inició en los siglos XVI y XVII y que llega hasta nuestros días, es la formulación matemática, el paso al lenguaje matemático, de las proposiciones.
Hemos de ver si el lenguaje matemático, si las matemáticas, son útiles para formular nuestro proceder clínico. ¿Se puede matematizar la clínica? Es a lo que tenemos que responder examinando cómo resolvieron los sabios esta cuestión en la ciencia física, y si hay alguna equivalencia entre la ciencia física y la clínica, y qué partes de la clínica son expresables matemáticamente, y qué matemáticas convienen o son útiles.
Pero no me adelanto, porque todavía tenemos que comprender muy bien qué es la mathesis de la que habla Heidegger. Tenemos que comprender muy bien qué es "lo matemático" y qué es "matematizar" algo, porque sólo así distinguiremos nuestra ciencia de la ciencia antigua, y la medicina no ha entrado todavía en ese proceso de modernización científica porque no se ha matematizado su proceder propio, que es la clínica. Heidegger explica muy bien y muy sencillamente en qué consiste eso de "matematizar" y nos entrega una pauta que seguir. Nuestro ingenio va a consistir en si la podemos seguir correctamente. En el fondo, o no tan el en fondo, uno siente envidia por esa claridad de pensamiento y de razonamiento de Heidegger o de los grandes pensadores.
Otra cuestión a dilucidar es por qué hemos de matematizar nuestra ciencia y nuestra práctica. ¿Por qué hay que ser científico, suponiendo que sepamos en qué consiste eso de ser científico? ¿Es que, acaso, lo que hacemos en la clínica no está bien hecho como está, que se nos plantearía la necesidad de transformarlo en algo científico? Vamos a ver qué decimos a eso.
JM Gasulla
Decía que en el apartado (5-a) del párrafo (5) del capítulo B del libro La pregunta por la cosa, de Martin Heidegger, que no es otra cosa este libro que la recopilación de las clases que impartió el autor en la Universidad de Friburgo de Brisgovia (Freiburg im Breisgau; Baden-Württenberg, Alemania) durante el semestre invernal de 1935/36 y que tituló "Problemas fundamentales de la metafísica", decía, pues, que en este apartado (5-a) Heidegger distinguía la ciencia antigua de la moderna porque la ciencia moderna es matemática [ciencia moderna es la que aparece y se desarrolla a partir de los siglos XVI y XVII] ¿Qué clase de ciencia es, pues, la medicina, nos preguntamos: es ciencia antigua o es ciencia moderna? Será ciencia moderna si es matemática. Se trata de comprender, pues, qué es lo matemático y qué clase de medicina podría ser una medicina científica en el sentido moderno del concepto.
No sabemos muy bien qué quiere decir que algo sea matemático ni en qué consiste eso de ser algo matemático y, para explicarlo, Heidegger lo introduce en el siguiente apartado del capítulo (5): (5-b) LO MATEMÁTICO, máthesis. (Mathesis y todas las palabras griegas que aparecen en este mensaje, están escritas en griego, pero este editor no permite escribir en griego)
Heidegger introduce una distinción esencial: lo matemático no son las matemáticas. Las matemáticas son una forma de expresar lo matemático. ¿Qué es, entonces, lo matemático, para poder aplicarle las matemáticas? Lo explica:
"… Lo 'matemático', según la fórmula de la palabra, viene de 'tà mathémata' -dice Heidegger- lo que se puede aprender, y por eso también, lo que se puede enseñar; 'manthánein' significa aprender [del verbo 'mantháno': aprender, llegar a saber], y 'mánthesis' la enseñanza, en un doble sentido: enseñanza como buscar el aprendizaje y aprender, y enseñanza como aquello que se enseña. Enseñar y aprender están tomados aquí en un sentido amplio y al mismo tiempo esencial, y no en el sentido posterior, más estrecho y gastado de escuela y doctrina. Esta distinción no basta, sin embargo, para captar el auténtico sentido de lo 'matemático'. Para ello se necesita ver cuál es la conexión más amplia en la que los griegos introducen lo matemático y frente a qué lo diferencian."
Sigue Heidegger enumerando en qué ocasiones introducían los griegos 'tà mathémata', 'lo matemático'. "Utilizaban, pues, lo matemático para determinar 1: tà fusijá, las cosas en cuanto surgen y se presentan por sí mismas; 2: tà poioúmena, para las cosas producidas por el hombre y que están presentes como tales; 3: tà jrémata, las cosas en cuanto están en uso y en permanente disposición, y pueden ser , o bien fusijá, piedras y cosas semejantes, o bien poioéena, cosas expresamente fabricadas; 4: tà prágmata, las cosas con las que tenemos trato, sea que las elaboremos, usemos o transformemos, o sea únicamente que sólo las contemplemos o las investiguemos, prágmata, referidas a prâxis en el sentido amplio y no en el más estrecho de uso práctico; prâxis es todo hacer, emprender, mantener, lo que incluye en sí también la poíesis. Finalmente, 5: tà mathémata, esto es, las cosas en cuanto ellas". Pero en cuanto ellas ¿qué?
"Lo matemático se refiere a las cosas, a un determinado respecto", prosigue Heidegger. "¿En qué respecto son tomadas las cosas cuando se las ve y se las considera como matemáticas?" "Desde hace mucho estamos habituados a pensar los números bajo lo matemático. Lo matemático y los números están evidentemente en alguna relación. Lo cuestionable es esto: ¿existe esta conexión porque lo matemático es algo numérico, o a la inversa, porque lo numérico es algo matemático? Esta segunda alternativa es la verdadera." Tras esta respuesta, que lo matemático no es numérico, sino que es un concepto más extenso, y que lo numérico sí que es matemático, nos cabe preguntarnos por qué lo numérico es matemático, cuáles son las propiedades de eso matemático (lo que se puede aprender y enseñar) para que quepa en su seno lo numérico, y algo más. A responder nuestras dudas se afana Heidegger, de modo que lo seguimos.
"Pero si los números están conectados en forma tal con lo matemático, queda en pie la pregunta ¿por qué se considera precisamente los números como algo matemático? ¿Qué es lo matemático mismo para que algo así como los números deba concebirse como matemático y sea presentado preferentemente como lo matemático? Máthesis quiere decir el aprender, mathémata lo aprendible."
Así que "lo matemático" es el aprender, y las matemáticas, una parte de lo aprendido.
Al hablar de matemáticas y matemático, nuestro pensamiento se va rápidamente a imaginar las fórmulas y aquello que se nos enseñó en la escuela como una disciplina. Una disciplina que a muchos se nos atragantaba, por cierto. Pero lo matemático no es lo que nos enseñaron en la escuela; eso eran matemáticas, es decir, un aspecto de lo que se puede enseñar y aprender. Eran modelos que se pueden aplicar a las cosas para entenderlas y en tanto tales modelos, eso era ya matemático, y no el modelo mismo, esto es, el cuerpo geométrico y las formulas que lo expresan, o el cuerpo algebraico y las fórmulas que lo representan. Las matemáticas expresan lo matemático, pero no son lo matemático.
"Según lo dicho -prosigue Heidegger-, con esta denominación se mientan pues las cosas en cuanto son aprendibles. Aprender es un modo del tomar y del apropiarse, pero no todo tomar y apropiarse es un aprender. Podemos por ejemplo, tomar una piedra, llevarla con nosotros y colocarla en una colección; podemos hacer lo mismo con las plantas; en el libro de cocina leemos "tómese", es decir, empléese..." Efectivamente, eso lo comprendemos: podemos tomar una serie de síntomas y signos y hacer una colección que llamaremos con el nombre de una enfermedad, pero eso no será aprender medicina ni, por supuesto, un aprender o enseñar de tipo matemático. Será medicina en cuanto dispongamos de un modelo teórico que podamos aplicar a esa colección para comprender la enfermedad. Ese proceder, entonces, será matemático y las matemáticas pueden ir bien a este proyecto.
"Tomar -prosigue Heidegger refiriéndose al aprender y enseñar, para captar el sentido de lo matemático- significa: apropiarse de algún modo de una cosa y disponer de ella. ¿Qué clase de tomar indica el aprender? Mathémata: cosas en cuanto las aprendemos. Pero considerado rigurosamente, no podemos aprender una cosa, por ejemplo, un arma; sólo podemos aprender el uso de la cosa. De acuerdo a esto, el aprendizaje es un tomar y un apropiarse donde lo apropiado es el uso. Tal apropiación se produce por el mismo uso. Ese uso lo llamamos ejercicio [Práctica, diríamos nosotros ahora: practicar]. Pero el ejercicio es solo una manera de aprender. No todo aprender es ejercitar. Pero ¿cuál será entonces la esencia del aprender en el sentido auténtico de máthesis? ¿Por qué es el aprendizaje un tomar? ¿Qué es lo que se toma de las cosas y cómo se lo toma?"
Me detengo en este punto para seguir en el mensaje (6) Y voy transcribiendo este apartado (5-b) de modo extenso porque me parece que está en él lo esencial de lo que buscamos: saber qué es lo matemático y si la clínica, o la medicina, es o no es matemática y, en consecuencia, responde al criterio científico de la ciencia moderna, por cuanto lo matematizable es una exigencia de lo científico.
Esto nos va a llevar muy lejos; requiere tiempo e ir dando pasos. Pero nada impide, salvo la pereza, que vayamos dando esos pasos y al final comprendamos qué clase de ciencia es la que introduce la matematización de la clínica, porque al matematizar la clínica, nos iremos dando cuenta, quizás, que es posible que estemos haciendo una segunda ciencia nueva.
JM Gasulla
La subjetividad (10)
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Proseguimos nuestro pausado paso y regresamos a Heidegger al punto donde lo dejamos. Habíamos visto de él parte de los subpárrafos del párrafo (5) del Capítulo (B) del libro recopilatorio de sus conferencias de invierno (1935-1936) en Friburgo, Alemania, titulado La pregunta por la cosa. Habíamos detenido los comentarios de nuestra lectura en el párrafo (5-e), y ahora lo reanudamos en el subpárrafo (5-f) y sus apartados...
(5-f) EL SENTIDO METAFÍSICO DE LO MATEMÁTICO
Dice Heidegger "… Dijimos que lo matemático es un rasgo fundamental del pensamiento moderno. Pero toda forma de pensar es siempre la realización y la consecuencia de un modo momentáneo y concreto de la existencia histórica (Dasein), de la posición fundamental momentánea y concreta frente al ser en general y frente a la manera en que el ente como tal se hace patente, es decir, frente a la verdad."
Damos un pequeño salto y nos situamos en el subpárrafo...
(5-f1) LOS PRINCIPIOS: NUEVA LIBERTAD, AUTODEPENDENCIA Y AUTOFUNDAMENTACIÓN
"Preguntamos, por tanto, por el sentido metafísico de lo matemático -prosigue Heidegger- para apreciar así su importancia para la metafísica moderna. Dividiremos esta pregunta en dos preguntas parciales:
"1. ¿Qué nueva posición fundamental de la existencia (Dasein) se muestra en el surgimiento del dominio de lo matemático?"
"2. ¿De qué modo impulsa lo matemático, de acuerdo con su propio proceso interno, a una intensificación de una determinación metafísica de la existencia (Dasein)?"
"La segunda pregunta es para nosotros la más importante; la primera la contestaremos con un breve bosquejo"-dice Heidegger-"
Y se dispone a dar respuesta a la primera pregunta:
"Hasta el surgimiento explícito de lo matemático como rasgo fundamental del pensar, la verdad normativa era la de la iglesia y la de la fe. La averiguación del auténtico saber acerca del ente se realizó en la interpretación de las fuentes de la revelación de la escritura y de las tradiciones de la iglesia. Lo que además se reunió en experiencias y se adquirió en conocimientos, se estructuró como por sí mismo en ese marco. En el fondo no había un saber mundano. El así llamado saber natural no revelado no tenía, por lo tanto, para sí y menos por sí mismo, una forma propia de inteligibilidad y fundamentación. Por lo tanto, lo decisivo para la historia de la ciencia no es que toda la verdad del saber natural se haya medido con lo sobrenatural, sino que el saber natural [así obtenido de la revelación sobrenatural], prescindiendo de esa medición, no llegó por sí a ninguna fundamentación y explicitación propia. La adaptación de la silogística aristotélica (la lógica deductiva) no puede ser considerada como tal "
Aún a costa de sacrificar la longitud de estos mensajes, y con el temor de que el asunto pierda interés, me arriesgo a transcribir lo que sigue, porque, aunque parezca un juego imbricando de palabras, describe tan bien la situación, que mejor lo expongo y me dejo de preámbulos.
"En la esencia de lo matemático -dice Heidegger-,... hay una particular voluntad para la transformación y autofundamentación de la forma del saber como tal (Es el goce del saber bien fundamentado en la razón, diríamos nosotros, y no en una revelación cuyos entresijos desconocemos en absoluto) El alejamiento de la revelación [bíblica] como fuente primera de la verdad y el rechazo de la tradición [escolástica de los padres de la iglesia] como mediación normativa del saber, todos esos rechazos son solamente consecuencias negativas del proyecto matemático. Donde se intenta la proyección (Wurf) del proyecto matemático (Entwurf), el proyector (Werfen) de esa proyección se coloca sobre un fondo del que únicamente se apropia proyectando (erworfen) el proyecto. En el proyecto matemático no solo hay una liberación [con respecto a la revelación bíblica y el dogma de los padres], sino también, simultáneamente, una nueva experiencia y configuración de la libertad misma, es decir, la dependencia autoasumida…"
A estas líneas pueden referirse mis comentarios sobre la angustia de seguir con el proyecto de cientificar la clínica, tal como lo voy diciendo en diversos mensajes y no solo en este hilo, buscando cierta libertad que rompa, o modifique, el conocimiento de la tradición médica, establecida como verdad únicamente por ser la tradición que transita hasta nuestros días, casi sin modificación, desde Hipócrates y Galeno. La angustia de seguir se pone de manifiesto cuando no hay un guión escrito, ni una revelación divina, ni una autoridad que te guíe y oriente sobre si vas bien o mal, si lo que dices y afirmas te va a llevar a desarrollar y demostrar, efectivamente, la intuición primera que te ha impulsado a dar esta serie de pasos un poco de ciego, pero con la determinación de quien confía en lo que hace y, por qué no decirlo, en su obstinación. Si no cumpliera mis objetivos, es que mi intuición primera, por la que me he guiado en todo esto, era errónea.
"… En el proyecto (como pro-eyecto, lanzado delante y encima del objeto, velándolo en parte, a la vez que destaca sus formas, según vamos considerando) matemático -prosigue Heidegger-, se realiza la dependencia de los principios exigidos en él mismo [puesto que en el pro-eyecto matemático, la dependencia de principios, o axiomas, no es más que del establecimiento y elección de los axiomas más adecuados a cada fin, añadimos*]. De acuerdo con este proceso íntimo, de la liberación hacia una nueva libertad, lo matemático tiende por sí mismo a poner su propia esencia como fundamento de sí mismo, y con ello, de todo saber."
Acaso sorprenda que Heidegger habla de "nueva libertad" en relación al nuevo proyecto (pro-eyecto) matemático para el conocimiento, precisamente atribuyéndole a las matemáticas ese carácter liberador ¿de qué? Del dogma de la revelación y de la tradición apostólica. La importancia de este momento, alrededor de los siglos XVI y XVII, es de tal magnitud, que no se entiende bien que se hable de ciencia y se ignore su devenir histórico, no en tanto fechas, hechos y "hagiografías", sino de su importancia estructural y organizativa de nuestro pensamiento.
JM Gasulla
(*) Para comprender mejor este párrafo, quizás nos falte comprender, todavía y habrá que dedicarle un tiempo y espacio a dilucidarlo, en qué la ciencia y lo matemático es axiomático, la dependencia de lo axiomático y, finalmente o, acaso, principalmente, qué es un axioma y cómo se establecen los axiomas, que no deben confundirse con los dogmas y lo dogmático, confusión que es, por otra parte, excesivamente frecuente.