El niño y la muerte
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César Hazaki
Jan 27, 2018, 2:39:17 PM1/27/18
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El niño y la muerte
Los médanos que separan Pinamar de Villa Gesell, zona de playa de la Provincia de Buenos Aires, han sido invadidos por todo tipo de máquinas a motor que permiten andar por las dunas sin atascarse. Campea allí una variedad de vehículos de alta gama, motos, cuatriciclos, camionetas 4x4 y más que van en la misma línea.
Es difícil hacer la travesía a pie por ellos debido a que detrás de un médano alto puede aparecer un cuatriciclo y llevarse puesto al caminante..
El consumo de los que más tienen, consumismo, ha copado ese territorio donde no hay leyes de tránsito que se respeten o valgan. Allí muchas familias llevan vehículos a motor de distinta cilindrada y que cargan en un trailer (uno solo parece que no suele alcanzar). Entre los mismos está el cuatriciclo para los menores, objetos caros que la familia pudiente pone en manos del niño o del adolescente como un "juguete".
Cada año muere algún niño por el uso indebido e irresponsable que los padres permiten a sus hijos (¿si se los compraron cómo van a impedir su uso?). Los accidentes de los jóvenes están a la orden del día (los accidentes juntos con el suicidio son las dos causas de muerte que lideran las estadísticas de muerte adolescente) choques o caídas en la que más de uno suele quedar con limitaciones para toda la vida...
Cada niño o adolescente que muere es un fracaso de la cultura humana, hay muertes de la pobreza, de la desidia estatal por proteger a los desvalidos, muertes por abandono familiar, etc. . Estas muertes de los niños de familias pudientes en "el juego de manejar", estos accidentes son producto directo del consumismo desenfrenado. De la creencia que el bolsillo lleno de dinero permite la omnipotencia, es decir romper las reglas o no poder aceptarlas. Los identificados con ese consumismo a ultranza, la supuesta libertad que permite pasar el día en ese hermoso desierto, se convierte en una trampa mortal para niños y adolescentes.
C.H.
Los médanos que separan Pinamar de Villa Gesell, zona de playa de la Provincia de Buenos Aires, han sido invadidos por todo tipo de máquinas a motor que permiten andar por las dunas sin atascarse. Campea allí una variedad de vehículos de alta gama, motos, cuatriciclos, camionetas 4x4 y más que van en la misma línea.
Es difícil hacer la travesía a pie por ellos debido a que detrás de un médano alto puede aparecer un cuatriciclo y llevarse puesto al caminante..
El consumo de los que más tienen, consumismo, ha copado ese territorio donde no hay leyes de tránsito que se respeten o valgan. Allí muchas familias llevan vehículos a motor de distinta cilindrada y que cargan en un trailer (uno solo parece que no suele alcanzar). Entre los mismos está el cuatriciclo para los menores, objetos caros que la familia pudiente pone en manos del niño o del adolescente como un "juguete".
Cada año muere algún niño por el uso indebido e irresponsable que los padres permiten a sus hijos (¿si se los compraron cómo van a impedir su uso?). Los accidentes de los jóvenes están a la orden del día (los accidentes juntos con el suicidio son las dos causas de muerte que lideran las estadísticas de muerte adolescente) choques o caídas en la que más de uno suele quedar con limitaciones para toda la vida...
Cada niño o adolescente que muere es un fracaso de la cultura humana, hay muertes de la pobreza, de la desidia estatal por proteger a los desvalidos, muertes por abandono familiar, etc. . Estas muertes de los niños de familias pudientes en "el juego de manejar", estos accidentes son producto directo del consumismo desenfrenado. De la creencia que el bolsillo lleno de dinero permite la omnipotencia, es decir romper las reglas o no poder aceptarlas. Los identificados con ese consumismo a ultranza, la supuesta libertad que permite pasar el día en ese hermoso desierto, se convierte en una trampa mortal para niños y adolescentes.
C.H.
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