Del
prólogo de Eduardo Müller
El
15 de junio de 1977 Borges dio una conferencia
en el Teatro Coliseo sobre la pesadilla.
Comenzaba así: “Los sueños son el género, la
pesadilla la especie”.
En otro lugar
cuenta un sueño, no de él como soñador sino de
él como personaje de un sueño ajeno: Referiré un
recuerdo personal. Un sobrino mío, tendría cinco
o seis años entonces, -mis fechas son bastante
falibles-, me contaba sus sueños cada mañana.
Recuerdo que una mañana (él estaba sentado en el
suelo) le pregunté qué había soñado. Dócilmente,
sabiendo que yo tenía ese “hobby”, me dijo:
“Anoche soñé que estaba perdido en el bosque,
tenía miedo, pero llegué a un claro y había una
casa blanca, de madera, con una escalera que
daba toda la vuelta y con escalones como un
corredor y además una puerta, por esa puerta
saliste vos”. Se interrumpió bruscamente y
agregó: “decime, ¿qué estabas haciendo en esa
casita?”.
Lila borgeanamente muestra que
cada soñante cuando cuenta un sueño, lo cuenta
como un niño. Y así, con ese respeto y esa
capacidad lúdica debe ser escuchado.
Pues
bien, el libro de Lila se ocupa de ese “¿qué
estabas haciendo en esa casita?”. Integra el
sueño al relato, el relato a la sesión y la
sesión a la vida. Este bello libro enseña que el
analista ante un sueño tiene el deber ético de
contestar la pregunta del sobrino de
Borges." Leer prólogo
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