Leo en diarios y revistas notas de muchos intelectuales describir cómo o por qué les molesta el face o la hiperconectividad. Lo hacen como una nota de color sin mayor contenido. Me parece una postura cómoda y casi insustancial. Es el momento de producir conceptos, alternativas, reflexiones profundas sobre este enorme y veloz proceso. Sí la tendencia general es que el usuario, convertido en cyborg, quede instalado en la comodidad, los intelectuales no deberían caer en esa insustancialidad. La misma los convierte en tan superficiales como lo que critican. César Hazaki
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