Los de pijama azul
Suelen usar pantuflas y arrastrar los pies. Titubean ante
este cambio de escenario y eso hace que el estar en casa los marchite. Conocen
bien la calle, son especialistas en combinaciones subte, trenes y transbordos.
Solícitos en el transporte público ceden el asiento sin
dudarlo a personas con dificultades o a una madre con niños pequeños. De tanto
trajinar por la ciudad ubican perfectamente a los punguistas de cada línea de
tren o subte. Ellos también toman precauciones al verlo, suspenden su
trabajo de abrir y vaciar carteras hasta que se baje, de alguna manera lo
respetan.
Los de pijamas azul son, en definitiva, gente de risa fácil,
de ojos vivaces y de mirada aguda que fueron
tomados por sorpresa por la cuarentena, fue como una puñalada a su corretear la
ciudad y por eso languidecen dentro de su pijama azul. Algunos recorren viejas
guía de la ciudad para no olvidar donde dobla el colectivo 168, que su memoria
no pierda las características de la estación Pasco, tratar de recordar la mejor
pizza de Barracas o las medialunas de Colegiales.
Los de pijama azul son pájaros libres que dentro de
la jaula se marchitan.
C.H.
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