la trama de la vida
Elias
LA TRAMA DE LA VIDA
¿Qué es la vida?
Pregunta difícil que tiene variadas respuestas según el lugar desde donde se pregunte y el enfoque que se de al tema.
Puede ser el estado de actividad de los seres orgánicos, como la fuerza interna sustancial mediante la que obra el ser que la posee, el transcurso del tiempo desde el nacimiento hasta la muerte, la duración de un ser, el conjunto de acciones que ejecuta una persona y otras definiciones más.
Es evidente que existencialmente es el primer supuesto, si no hay vida nada podemos hacer.
Desde allí podemos construir en sentido positivo o negativo el camino que nos lleva hasta el final.
La biología dice que son los conjuntos de procesos químicos y físicos de una materia de determinada composición que llevan al mantenimiento y a la procreación de la misma.
La composición sustancial corresponde a todos los individuos de la especie y la vida va asociada a cada uno de los seres vivos.
El organismo sólo vive si en él se producen permanentemente alteraciones metabólicas, que intercambian energía y se renuevan sin cesar.
La vida siempre se produce a partir de la vida y no hay en ella una generación espontánea.
Pero desde la filosofía la vida tiene dos conceptos uno biológico, el carácter orgánico de la misma y otro referido al desarrollo del hombre en el ámbito de la libertad de la vida humana.
En este marco aparece la trama de la vida.
Algunas teorías científicas han trabajado sobre la teoría de la complejidad y sobre la teoría del caos, pero ellas no satisfacen las expectativas de cómo se desarrolla y evoluciona la vida humana tanto de los individuos como de la estirpe.
La trama es la ligazón entre las partes de un argumento, las partes de una obra o la serie de acontecimientos que hilvanan un conjunto o una historia.
La trama de la vida sería la historia de la vida, el modo como se va desarrollando a través del tiempo.
Cuando uno en cualquier momento de la historia se detiene a considerar como se ha hilvanado y construido su existencia, se encuentra asombrado y perdido.
Es posible que muchas de las actitudes y comportamientos de hoy sean consecuencia de hechos o ideas del pasado, quizás olvidados, pero que han quedado grabadas en el inconsciente y gobiernan nuestra conducta.
Es bien sabido la importancia de la impronta, las primeras impresiones que han excitado y movido primero nuestra curiosidad y después nuestra voluntad y que han sido grabadas de manera indeleble en nuestra conciencia.
Pero también hay otras actitudes, a veces olvidadas o tenidas como secundarias o de poca importancia que van formando la trama de la vida.
Si uno repasara por etapas su historia de vida y pensara que recuerda de los primeros 5 años, o de su año 10, de su infancia, adolescencia, juventud y adultez se encontrará con hechos casi insignificantes y no tenidos en cuenta pero que acuden en su memoria en primer lugar.
Porque creemos que hay hechos importantes que marcan nuestro destino y olvidamos de los pequeños detalles, aquellos o que han provocado el gozo y el placer en nuestra alma o que han llevado dolor y tristeza a la misma.
A lo mejor que han parecido nimios en su momento, pero que han dejado su marca.
Hay que haber vivido, hubo una vida que pudo ser una buena vida, o quizás no tan buena, pero que forjó nuestro carácter, dio identidad a nuestras ideas e ideales y determinó la conducta a seguir.
La trama de la vida consiste en aprender cada día las vivencias necesarias para dar un paso adelante.
Nuestra vida se forma de pequeños eslabones, imperceptibles y casi irreconocibles que nos llevan de un lado a otro y señalan nuestro camino y determinan nuestra historia.
A que nos hemos aferrado en nuestro pasado, indicará cual será nuestro presente y nuestro futuro.
Paradoja que nos lleva del pasado al futuro a través de este presente, que siempre será, porque en realidad siempre vivimos en el presente.
Si nos hemos aferrado a la bondad, a la justicia, a la paz, a la solidaridad y a la vida en común con nuestros hermanos, nuestra trama habrá sido la adecuado y seremos felices y haremos felices a los que nos rodean.
Elías D. Galati