(IVÁN): EL PACTO CON NUESTRO PADRE CELESTIAL ES DE CARNE SAGRADA PARA SALVARNOS:

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Sábado, 06 de Febrero, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

EL PACTO CON NUESTRO PADRE CELESTIAL ES DE CARNE SAGRADA PARA SALVARNOS:

Mi convenio es con Isaac, que nacerá de ti por medio del vientre estéril de Sarah, nuestro Padre celestial le manifestó a Abraham, para que no solamente sea padre de una gran nación, pero también de muchas más, llenando la tierra y los cielos de sus hijos e hijas legítimos, vestidos perpetuamente de la carne sagrada del cuerpo glorificado, para siempre. Éste es su Hijo el Rebbe Yeshua JaMashiax (Jesucristo), que nuestro Padre celestial necesitaba que él naciese inicialmente de Adán y Eva en el paraíso, pero como comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, entonces él tuvo que mirar hacia los días de Abraham y de Sarah su esposa, para que al fin naciese.

Ya que, ésta es la carne sagrada del pacto eterno de vida, que nuestro Padre celestial necesitaba empezar en el cielo con Adán y Eva, por los poderes y dones especiales del Espíritu Santo, pero como ellos le desobedecieron al comer del fruto prohibido, entonces él tenia que tener a su Hijo Jesucristo nacido de los hijos de Abraham en la tierra. Y ésta es la carne sagrada que lleva la sangre reparadora con la memoria infinita del nombre santísimo de nuestro Padre celestial, que necesitaba establecer en toda la humanidad entera de la tierra así como había sido establecida en las naciones angelicales, y sólo para servir fielmente a Dios y su nombre bendito sobre el monte santo de Jerusalén, para siempre.

Puesto que, esto era importante para nuestro Padre celestial establecer su nombre bendito entre las naciones, por la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo, nacido divinamente como Isaac del vientre estéril de Sarah, para que él mismo pueda vestir al monte santo con la carne sagrada, la sangre bendita y el amor que redime toda alma humana. Y nuestro Padre celestial necesitaba vestir primeramente su dulce hogar sobre el monte santo de Jerusalén con la carne sagrada y la sangre reparadora, que lleva la memoria de su nombre bendito, para derramar de su amor infalible sobre los ángeles y cada hombre, mujer, niño y niña de sobre la tierra, porque él estaba expandiendo la gloria de su nombre santísimo.

En buen tiempo, nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Nuestro pacto es de carne, y éste es el hijo que nacería del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, porque Dios necesitaba vestir su monte santo con la gloria, riquezas, y poderes asombrosos que redimirían las almas perdidas y abriría las tumbas, haciendo que la humanidad vuelva a vivir. Además, esto era algo importante que nuestro Padre celestial necesitaba hacer con el hombre, y sin la fe del hombre, entonces él no podía realizar el pacto de salvación que no solamente vestiría su monte santo de Jerusalén con la carne sagrada, la sangre reparadora y el amor infalible, pero también conquistaría la resurrección, para bendecir con salvación perpetua a muchos.

Por eso, es que era importante para Abraham junto con sus 318 discípulos sentarse a la Mesa del SEÑOR, para comer del pan y vino de su Hijo Jesucristo, como el Rey de Salem, y la Perfecta Santidad divina para los ángeles del cielo y para la humanidad entera, para que la carne sagrada de la vida eterna exista al fin. Y esto es para que la carne sagrada no solamente sea parte del espíritu humano junto con la sangre reparadora que remueve el pecado, pero también para vestir el monte santo de Jerusalén con Santidad y gloria perpetua, porque cada hombre, mujer, niño y niña, ascendiéndolo, entonces podrá renacer del Espíritu Santo hacia el mundo angelical, en donde el amor reina supremamente.

Por esta razón, como Isaac nació del vientre estéril de Sarah entonces el templo del nombre santo y del Espíritu Santo de los Diez Mandamientos de Dios vino con él, también, porque Abraham necesitaba pararse en perfecta santidad sobre el monte santo de Jerusalén, para alcanzar justicia perpetua: entrando así a la vida eterna justificado. De otra manera, Abraham no podía jamás alcanzar la perfecta santidad requerida, para estar sobre el monte santo de Jerusalén y ante nuestro Padre celestial en perfecta santidad, que lo haría perfecto, puro y santísimo así como siempre lo ha sido Dios delante de sus ángeles santos, ni mucho menos sus hijos hubiesen alcanzado la perfecta santidad, para vivir infinitamente santos.

Por ello, como nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ascender el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Monte Moriah, entonces, fue para hablar con él sobre su monte santo, revelándole de las glorias que conquistaría postreramente por medio del Rebbe Yeshua JaMashiax, porque sólo él ha sido llamado para conquistar el poder de la resurrección y abrir toda tumba humana. Seguramente, como Abraham ascendió con Isaac su hijo muy amado, para presentarlo como su gran sacrificio de amor perfecto hacia nuestro Padre celestial, entonces él ascendió con la carne sagrada del templo del nombre bendito y lleno del Espíritu Santo de los mandamientos, que eran muy importantes para Israel glorificar grandemente, para que la salvación de todos sea posible al fin.

Por ello, que era importante para nuestro Padre celestial llamar a Abraham a que suba el monte santo de Jerusalén con su hijo Isaac, porque solamente él es la carne sagrada, la sangre reparadora, y los huesos inquebrantables del templo del nombre bendito, además lleno del Espíritu Santo de los mandamientos que entregan vida eterna a todo aquel que cree, perpetuamente. Ciertamente, que cuando Abraham ascendió el monte santo con su hijo Isaac, entonces, él lo hizo con la carne sagrada del templo del nombre santo junto con el Espíritu Santo de los mandamientos, que necesitaba bendecir todo corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano de sus hijos, renacidos del Espíritu Santo: sirviendo, amando, glorificando a Dios sobre el monte santo de Jerusalén, perpetuamente.

Además, las almas de sus hijos necesitaban ser tocadas por la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, para que sientan el amor asombroso que nuestro Padre celestial siempre ha sentido por cada uno de ellos en su corazón santísimo, empezando por Jacobo su primogénito, que sellaría un pacto de bendiciones cotidianas en su sueño con el monte santo. Ciertamente, éste pacto de bendiciones que nuestro Padre celestial tenia que sellar con Jacobo, por la presencia divina del Espíritu Santo, sobre el monte santo de Jerusalén en su sueño, es un pacto de bendiciones cotidianas no solamente para Jacobo, pero también para cada uno de sus hijos en la tierra y en el cielo con los ángeles, para la eternidad.

Puesto que, éste pacto de bendiciones consiste en que nuestro Padre celestial junto con su Espíritu Santo y con su Hijo Jesucristo: alimentaran, vestirán, protegerán, prosperaran y aseguraran que no solamente Jacobo llegue finalmente seguro a cada destino, pero también en sus últimos días en la tierra hacia la Nueva Jerusalén celestial, vestidos eternamente del cuerpo glorificado e infinitamente justificados, para siempre. Por eso, desde que Jacobo estableció éste pacto de bendiciones con el Espíritu Santo sobre el monte santo, entonces él fue bendecido siempre, independientemente hacia donde fuese en su vida con su familia, y éste pacto siempre estuvo presente para ellos, para que las gentes vean como el monte santo de Jerusalén bendice a Jacobo y a sus hijos cada día.

Puesto que, presentemente existen poderes maravillosos sobre el monte santo de Jerusalén, porque Abraham obedeció a nuestro Padre celestial, al llamarlo para que sea perfecto y santo así como él siempre ha sido ante las huestes angelicales en la eternidad, para que se vuelva perfecto y santo, vestido con la carne sagrada, amor y sangre aún por derramar sobre el altar santísimo. Apropiadamente, esto solamente seria posible por los poderes y atributos de la carne y de la sangre de su Hijo Jesucristo que remueve el pecado, y esto fue siempre posible por medio de Isaac, pero establecido sobre el monte santo de Jerusalén, como el sacrificio supremo de la carne sagrada y del amor asombroso que bendice a Abraham perpetuamente con justicia salvadora.

Por eso, es que Abraham ascendió el monte santo de Jerusalén con su hijo Isaac, entonces estuvo listo para sacrificarlo, y esto es de derramar su sangre por completo sobre el altar de nuestro Padre celestial, ya que la sangre redentora tenia que ser derramada en santidad divina así como Abel lo hizo en sus días, complaciendo a nuestro Padre celestial, perpetuamente. Ciertamente, que Abraham necesitaba derramar de la sangre del Cordero sobre el monte y su altar así como Abel lo hizo inicialmente, para complacer a nuestro Padre celestial que estaba sediento de verdad y justicia, y porque todos en los días de Abel le dieron la espalda al sacrificio y su sangre derramada, entonces el mundo fue destruido por el diluvio.

Desde entonces, nuestro Padre celestial prometió a Noé que él jamás volverá a destruir al mundo con las aguas del cielo, ni con las de la tierra, ni con las que están debajo de la tierra, y entonces estableció el arco iris con sus colores, para acordarse de no volver a destruirlo con las aguas, por la indiferencia pecaminosa de los inmorales. Por eso, es que nuestro Padre celestial necesitaba establecer el monte santo de Jerusalén en la tierra con Abraham, al llamarlo para que lo ascendiera con su hijo Isaac como el sacrificio supremo de la carne sagrada y del amor maravilloso, que él siempre ha sentido en su corazón por cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones.

Ciertamente, nuestro Padre celestial necesitaba establecer el monte santo de Jerusalén en el mundo, pero vestido con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, por medio de Isaac sobre el altar santísimo, porque él no quería enojarse otra vez por culpa de la indiferencia pecaminosa del pecador, para destruir al mundo en su juicio final. Entonces, era importante para Abraham establecer la carne sagrada de su hijo Isaac y llena del amor infalible que nuestro Padre celestial siempre ha sentido por su Hijo Jesucristo y por el Espíritu Santo en el cielo y ante las huestes angelicales, y esto era lo mismo que necesitaba hacer con la humanidad entera, empezando con Abraham y su amado hijo Isaac.

Por ello, cuando nuestro Padre celestial ve el arco iris al llover sobre la tierra y el monte santo de Jerusalén vestido de colores de la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, instantáneamente él recordará de no destruir el mundo en juicio por la indiferencia pecaminosa en contra de él y de la sangre derramada de su Hijo Jesucristo. En vez, al ver la carne sagrada y el amor sincero sobre el monte santo de Abraham y de su hijo Isaac, entonces nuestro Padre celestial podrá encontrar paz, y no juicio para castigar al pecador en su indiferencia en contra de él y de la carne sagrada y de la sangre reparadora, derramada sobre el altar, salvando a todo creyente, perpetuamente.

Por ello, Abraham no solamente aprendió del monte santo de Jerusalén, al nuestro Padre celestial hablarle de él con detalles y glorias, que realmente él fue primero en conocerlo completamente, pero también, entendió de la importancia para nuestro Padre celestial y para la humanidad entera de tener la carne sagrada y el amor sincero establecido sobre el altar, mediando por todo creyente. Éste es el porqué Abraham pudo ascender el monte santo de Jerusalén, descansando sobre el Monte Moriah, porque él ya había aprendido a amar a Isaac en su vida junto con Sarah, sus hijos adoptivos, y sus vecinos, entonces nuestro Padre celestial lo llamó a él a ascender con gran confianza en su corazón, ya que vestía de perfecta santidad eterna.

Por eso, es que la carne sagrada y el amor sincero que habían nacido en su familia, por el vientre estéril de Sarah y por el Espíritu Santo, entonces vistió a Abraham con la carne sagrada para llenar su corazón con el amor sincero que nuestro Padre celestial siempre ha amado grandemente a su Hijo Jesucristo y a su Espíritu Santo. Realmente, por Abraham haber obedecido a nuestro Padre celestial en todo, entonces, él vistió con la carne sagrada y el amor sincero de Isaac, que finalmente le llevó al monte santo de Jerusalén y su altar bendito, para que se le declaré, diciéndole: Tú eres justo y santo para entrar al cielo, porque todos conocen ahora que amas a Dios, perpetuamente.

Visto que, están son la carne sagrada y el amor sincero que no solamente vestirán a Abraham sobre el monte santo en la presencia de nuestro Padre celestial con perfecta santidad, para ser declarado: Santísimo y listo para ascender a La Nueva Jerusalén celestial eternamente justificado, pero también los hijos nacidos en generaciones venideras, formando a Israel para gloria del nombre bendito. Evidentemente, esto es exactamente lo que nuestro Padre celestial necesitó hacer con todos, nacidos de las doce tribus de Israel, y esto es de que tenían que ascender el monte santo de Jerusalén, vestidos con la carne sagrada y el amor sincero así como Abraham lo hizo con Isaac en sus días, para que reciban perdón, sanidad, protección, prosperidad y salvación eterna.

Por eso, es que tú tienes que ascender al monte santo, porque nuestro Padre celestial hizo que Abraham ponga a Isaac como el Cordero para ser sacrificado sobre el altar, manifestando así el nuevo amor sincero nacido en el espíritu humano de las familias, para que las huestes angelicales la gocen junto con él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, eternamente. Además, fue por ésta carne sagrada y con su sangre reparadora, estacionada sobre el lugar del sacrificio eterno del monte santo, que nuestro Padre celestial no solamente empezó a recibir a Abraham y a sus hijos, pero también a todos los demás de las familias de las naciones, para que tengan sus pecados perdonados y así reciban sanidad y salvación indestructible.

Por eso, cada vez que alguien asciende el monte santo, entonces, nuestro Padre celestial vera aquel hombre, mujer, niño o niña no con la carne pecadora, sino con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, que entró en el mundo por medio de Isaac, al nacer milagrosamente por el Espíritu Santo del vientre estéril de Sarah, para que vivas eternamente santo ante Dios. En otras palabras, desde que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ascender el monte santo de Jerusalén con su hijo Isaac, entonces, fue para establecer su sacrificio supremo de la carne sagrada y así dejarlo sobre su altar para las familias de las naciones, para que lo encuentren y así estén perfectamente santos, para ser redimidos del infierno tormentoso, para siempre.

Por esta razón, solamente por los poderes maravillosos de la carne sagrada y de la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que iba a ser derramada postreramente sobre el monte santo de Jerusalén en Israel, entonces, nuestro Padre celestial tendría poderes de santidades para perdonar a quien sea, y hacerlo perfecto y santo ante su presencia santísima, y así vivir eternamente redimido. Además, para que esto suceda entonces nuestro Padre celestial jamás removería el monte santo de Jerusalén delante de él ni mucho menos la carne sagrada y el amor sincero, que Abraham dejó sobre el altar santo, para que cuando Dios se encuentre con quien sea, entonces vea a esa persona con la carne sagrada y la sangre reparadora en perfecta santidad perpetua.

Ya que, éste era el único camino que nuestro Padre celestial estaba listo para encontrarse con Abraham o con sus hijos, incluyendo de las naciones, para borrar sus pecados por la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, derramada sobre el monte santo, para que sean sanados y así vivan sus vidas maravillosas otorgadas abundantemente por Dios, para siempre. Por eso, es que fue siempre importante para nuestro Padre celestial tener el monte santo de Jerusalén vestido con la carne sagrada y con la sangre reparadora, derramada sobre la zarza ardiente, para que los ángeles suban y bajen de la escalera de Jacobo, pero también a quien quiera de Israel y de las naciones para ascender al paraíso eternamente redimido.

Dado que, es solamente sobre el monte santo de Jerusalén y la zarza ardiendo, en donde nuestro Padre celestial tendrá el Espíritu Santo hablándole a quien quiera ascender, pero también él está listo para limpiarlo de pecado por la sangre de su Hijo Jesucristo, vistiéndolo con el cuerpo glorificado de la carne sagrada y así renazca como su hijo legitimo, para siempre. Por eso, es que era importante para nuestro Padre celestial llamar a Abraham a ascender el monte santo, para que establezca la carne sagrada y el amor sincero de su hijo Isaac sobre su altar bendito y así sea el sacrificio continuo para recibir a cualquier hombre, mujer, niño y niña en perfecta santidad, para que entre a la vida eternamente justificado.

Y para que esto suceda, entonces nuestro Padre celestial amonestó a Abraham y a los demás, de que no se les permite otros dioses ajenos delante de él, y esto es sólo la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo sobre el monte santo, para que cuando asciendan, entonces le sirvan a su nombre santo en santidad perpetua. Ciertamente, al nuestro Padre celestial llamar a Abraham a ser santo y perfecto así como él siempre lo ha sido ante sus ángeles, entonces, les dio a él y a sus hijos poderes para alcanzar esa perfecta santidad para entrar al cielo eternamente justificado, y ésta es la carne sagrada del templo de su nombre bendito y del Espíritu Santo de sus mandamientos.

Verdaderamente, al Abraham obedecer a nuestro Padre celestial en todo, que él le pidió hacer con su hijo Isaac sobre el monte alto, para que ponga la carne sagrada y el amor entrañable sobre el altar eterno, entonces, fue no solamente para justificar su fe con salvación eterna, pero también justificar la fe de sus hijos, incluyendo aquellos de las naciones. Provisto de que, el llamado para ascender el monte santo, es para ser lavado de pecado y vestido por nuestro Padre celestial con el cuerpo glorificado de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, para que cuando él lo vea desde el cielo, entonces vea únicamente perfecta santidad para bendecirlo a él y los suyos con poderosas bendiciones de cada día.

Por eso, es que nuestro Padre celestial siempre fue celoso que tú jamás tengas ningún otro dios ajeno delante de él, como ídolos, vírgenes, reyes con su gente que jamás han pactado con él, para que aprendan de la importancia de servir, amar y glorificar su nombre sobre su monte santo y así convertirse milagrosamente en sus hijos legítimos y justificados eternamente. Puesto que, era importante para nuestro Padre celestial tener a su Hijo Jesucristo nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, por los poderes del Espíritu Santo, para que no solamente Abraham reciba la carne sagrada del templo del nombre bendito, pero también la pureza del Espíritu Santo de los mandamientos, para vivir la vida que nos ama con bendiciones a cada instante.

Y ésta es la razón porque Abraham se volvió rico en medio de las naciones, porque nuestro Padre celestial podía bendecirlo y a sus muy amados, como su esposa Sarah, por medio de la carne sagrada y el amor sincero que él mismo había puesto sobre el altar, para que quien quiera pueda ser enriquecido de la misma manera, para siempre. Y esto es sobre el monte santo de Jerusalén con la carne sagrada de su hijo Isaac, que es en nuestros días la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo que quita el pecado, vistiéndonos así con el cuerpo glorificado de glorias, riquezas y poderes inagotables que abren puertas y caminos por donde no hay puertas y caminos.

Puesto que, éste es el camino de la santidad perfecta que es el camino principal por una tierra antes desierta, en donde nuestro Padre celestial caminara contigo, los tuyos, incluyendo tus amistades, junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, para que tú seas santificado cada paso hacia La Nueva Jerusalén celestial, en donde el amor florece por doquier, para siempre. Visto que, éste es el camino de la eterna Santidad, en donde nuestro Padre celestial está con la carne sagrada y con la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, para verte, por medio de éste camino de Santidad, en donde eres perfecto y santo: digno de conocer amor, paz, prosperidad y la felicidad en la tierra y en el cielo, perpetuamente.

Además, nadie caminando por éste camino de Santidad conocerá jamás la derrota ante el enemigo, porque éste es el camino de santidades eternas, pavimentada con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que ha hecho todo lo necesario sobre el monte santo de Jerusalén, para que tú conozcas solamente: amor, paz, prosperidad y felicidad interminable. Por eso, es que nuestro Padre celestial te llama a ascender el monte santo de Jerusalén, y cuando tú lo asciendas, entonces jamás volverás a estar solo, porque su Hijo Jesucristo estará contigo para cubrirte con su carne sagrada y con el amor maravilloso que Abraham ofrendó sobre su altar antiguo, haciendo que su hijo Isaac sea el Cordero de cada día.

Puesto que, Isaac nació como La Santidad de Dios no solamente para ser el templo del nombre santo pero también del Espíritu Santo de los mandamientos, que personalmente cumplió cabalmente sobre el monte santo de Jerusalén, derramando toda su vida glorificadora de los mandamientos al pie de la cruz, para que tú siempre encuentres vida con bendiciones al ascender al altar santísimo. Evidentemente, éste es el camino de la Santidad que nuestro Padre celestial llamó a su Hijo Jesucristo escribir con sangre sobre su altar del monte santo, para que cuando tú asciendas entonces encuentres salvación perpetua, lista para tocar tu alma viviente con abundancia de amor y felicidad inacabable, vistiéndote con glorias, poderes y riquezas, para vivir en el cielo eternamente redimido.

Ahora, no hay ningún camino posible en que tú puedas perder ésta salvación maravillosa con sus bendiciones interminables, que nuestro Padre celestial ha escrito sobre su monte santo para ti, los tuyos y tus amistades, ya que el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo está arriba con su sangre santísima, derramada a tierra, santificando así todo el monte santo por ti. Por ello, es sobre el monte santo en donde tú te encontraras con nuestro Padre celestial listo para limpiarte de pecado, para que seas su hijo legitimo y listo para heredar sus riquezas personales no solamente en el cielo pero por toda su Creación, porque necesita que seas su rey, su sacerdote y el templo de su nombre bendito, par siempre.

Ya que, es la voluntad de nuestro Padre celestial de no crear más ángeles para servicio de su nombre bendito sobre el monte santo, pero ahora le gusta llenar su Nueva Jerusalén celestial, la ciudad de oro y de joyas preciosas, con sus hijos renacidos del Espíritu Santo como reyes, sacerdotes y templos de su nombre santo del cielo, para siempre. Por eso, es que nuestro Padre celestial hizo que Abraham ascendiese el monte santo de Jerusalén para establecer la carne sagrada y el amor sincero, que estaría allá arriba siempre listo para recibir a cualquier hombre, mujer, niño y niña en perfecta santidad, que él requirió diligentemente a Abraham poseer, para que sea su hijo y siervo de su nombre bendito, perpetuamente.

Hoy en día, la carne sagrada, la sangre reparadora y los huesos inquebrantables de su Hijo Jesucristo están sobre el altar del monte santo de Jerusalén, para que nuestro Padre celestial te reciba con perfecta santidad, que él demandó de Abraham poseer eternamente para que sea perpetuamente redimido y justificado, para entrar a la gloria celestial como su hijo, amándolo continuamente. Ya que, fue sobre el monte santo que nuestro Padre celestial encontró a Abraham vestido con la carne sagrada y con la sangre reparadora que le otorgó glorias, poderes y riquezas, para ser visto por nuestro Padre celestial, por el Espíritu Santo junto con los ángeles: perfecto y santo y listo para entrar a la vida solamente conociendo amor, paz y gloria eterna.

Bien, el camino de la Santidad está siempre sobre el altar, en donde Abraham primeramente puso a su hijo Isaac como el sacrificio continuo de la carne sagrada y de la sangre reparadora que emana para cada hombre, mujer, niño y niña, incluyendo a ángeles, la perfecta Santidad, para vivir santificado en éste mundo y en el venidero del nuevo reino angelical. Infaliblemente, que no existe poder posible en el cielo ni en la tierra que destruya el sacrificio supremo de Abraham y de la carne sagrada y de la sangre reparadora de su hijo Isaac, que estableció sobre el altar, lleno del amor sincero que nuestro Padre celestial siempre ha gozado por la eternidad con su Espíritu Santo y con sus ángeles.

No obstante, aunque Satanás con sus ángeles caídos siempre fallara en destruir el pacto de la carne sagrada y de la sangre reparadora con nuestro Padre celestial sobre el monte santo de Jerusalén, pero puede, engañosamente, poner ídolos, vírgenes, y reyes con gente que jamás ha pactado con él y con su nombre santo, para amarlo, servirle y glorificarlo a él, eternamente. Y éste mal vino a ser posible cuando el liderazgo Israelí le dijo a Samuel que decidieron escoger a su rey, y no estaban listos para continuar con el Rey Mesías que era la carne sagrada y la sangre reparadora de Isaac, lleno del amor sincero que Abraham ofrendó sobre el altar--y aquí es cuando Saúl se hizo rey de Israel.

Saúl resultó ser un rey para Israel que nuestro Padre celestial nunca estuvo listo para tenerlo sobre Israel, pero como el liderazgo israelí pidió a Samuel ser permitidos escoger su propio rey, entonces nuestro Padre celestial dijo: Samuel, no te han rechazado a ti; ellos me han rechazado a mí en cambio--pues, dales el rey que ellos quieren tener ya. Visto que, éste es el único camino en que ellos aprenderán: Qué es servir a Dios sobre el monte santo y servir a los reyes escogidos en vez de la carne sagrada y de la sangre reparadora, que siempre han estado sobre el altar, listos para vestir a quien sea con la perfecta santidad, ascendiendo eternamente justificado a la vida angelical.

Y, desde que Samuel ungió con aceite de oliva el primer rey de Israel, y éste fue Saúl, entonces Israel siempre ha recibido reyes ajenos con gente que siempre han rehusado sellar pacto de vida eterna con nuestro Padre celestial y con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo sobre el monte santo de Jerusalén. Y, siendo así un obstáculo al sacrificio continuo de Abraham de la carne sagrada y del amor sincero, que nuestro Padre celestial con tanto cariño recibió sobre su monte santo para declararle: Ahora yo sé que me amas, Abraham, porque tú no me has negado a tu único hijo, el que has aprendido a amar grandemente a través de los años.

Ahora, nuestro Padre celestial pudo decirle éstas palabras benditas a Abraham sobre el monte santo, porque él estaba parado con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora que había nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, para que se vista con la perfecta santidad de Isaac y así sea aceptado como hijo de Dios, perpetuamente. Puesto que, ésta era la única manera en que nuestro Padre celestial iba a ver a Abraham como su hijo legitimo, milagrosamente, renacido del poder asombroso del Espíritu Santo, porque ahora él estaba vestido de la carne sagrada que es el cuerpo glorificado y con la sangre redentora que destruiría no solamente toda obra satánica, pero también la muerte, y para siempre.

Ciertamente, éste es la perfecta santidad que nuestro Padre celestial había requerido de Abraham poseer pronto, para que él no solamente sea santo y perfecto en la tierra y sobre el monte santo de Jerusalén, pero en la gloria angelical también, para que entre en la vida eterna con bendiciones, conquistadas por la carne sagrada del cuerpo glorificado que vive perpetuamente. En nuestros días, nosotros tenemos a nuestro Señor Jesucristo que nació de los mismos poderes del Espíritu Santo que le dio vida a Isaac inicialmente, pero esta vez, del vientre virgen de la hija de David, para que nosotros no solamente obtengamos perdón con vida eterna, pero también el cuerpo glorificado lleno de perfecta santidad para vivir con Dios, perpetuamente enriquecidos.

Empero, con nuestro Señor Jesucristo nosotros tenemos mejores bendiciones, glorias, riquezas y poderes conquistados sobre el monte santo de Jerusalén, porque él no solamente destruyó a Satanás con sus ángeles caídos y el ángel de la muerte, pero también descendió al Valle de los Huesos Secos, y esta es la Casa de Israel esperando resucitar, para regresar a Israel en cualquier instante. Y cuando sean levantados de entre los muertos, para caminar como un gran ejercito, entonces los huesos regresaran a sus huesos, los tendones a sus lugares originales conectando los huesos, los músculos regresaran para ser cubiertos de piel así como fueron en vida, para regresar al monte santo de Israel, amando, sirviendo y glorificando el nombre bendito de nuestro Padre celestial.

Esto significa que nuestro Señor Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, para conquistar a las naciones sobre el monte santo de Israel, derramando su sangre reparadora cuando su carne sagrada fue clavada a la cruz de Adán y Eva, y acompañado de dos hebreos testigos desde sus cruces, para que toda salvación sea posible. Por eso, es que nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz sobre el monte santo de Jerusalén, y él murió no porque alguien le quitó la vida, considerando que él le aseguró a Satanás, diciéndole: Muerte, yo soy tu muerte, pues entonces lo que lo mató fue el vaciar su sangre de su corazón como agua, para que tú retomes su vida perpetuamente.

Entonces, hoy al tú ascender al monte santo de Jerusalén, inmediatamente nuestro Padre celestial no te vera más con tu carne pecadora y sangre enferma, pero únicamente por la carne sagrada y la sangre reparadora que quita el pecado, para que te vistas del cuerpo glorificado que destruyó a Satanás y sus mentiras, para matarlo posteriormente en el lago de fuego. Presentemente, parado sobre el monte santo, entonces tú estarás ya en la gloria celestial, porque nuestro Padre celestial te vera en la semejanza santísima de la vida bendita de su Hijo Jesucristo que siempre lo ha amado, servido y glorificado a él y a su Espíritu Santo, para tú ser vestido de vida eterna, viviendo lo mejor de la vida, siempre.

Presentemente, desde Abraham, Isaac, Jacobo e Israel antiguo, nuestro pacto de vida entre nuestro Padre celestial y cada uno de nosotros desde Israel moderno, y hasta las familias de las naciones, es de la carne sagrada, y éste es el cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo con la sangre salvadora, derramada sobre su altar santísimo, vistiéndote de glorias, poderes y riquezas eternamente. ¡Amén!

OUR PACT WITH OUR HEAVENLY FATHER IS OF THE SACRED-FLESH FOR SALVATION:

My covenant is with Isaac who will be born to you and to Sarah by this time next year, our heavenly Father manifested to Abraham, so he may not only become a father to one great nation but also of many that will fill the earth and the heavens with children, dressed with the sacred-flesh of the glorified body into eternity. This is His Son the Rebbe Yeshua HaMoshiach (Jesus Christ) that our heavenly Father wanted him to be born initially from Adam and Eve, but, because they ate from the forbidden fruit, from the tree of knowledge of good and evil, then our Father had to look forward to the days of Abraham and Sarah his wife.

For this is the sacred-flesh of an eternal pact of life that our heavenly Father needed to start in heaven's glory with Adam and Eve through the Holy Spirit's powers and eternal gifts, but, since Adam and Eve disobeyed Him by eating from the forbidden fruit, then, He had to have His Son Jesus Christ born from Abraham's children on earth. This is the sacred-flesh that bears the atoning-blood of the never-ending memory of our heavenly Father's holy name that needed to be established within the entire human race upon earth just as it had been established within the nations of the angelical hosts in heaven's glory only to serve Him faithfully over Jerusalem's holy hill.

For it was important for our heavenly Father to establish His holy name in the midst of the families of the nations, through the sacred-flesh and the atoning-blood of His Son Jesus Christ born as Isaac, by the Holy Spirit's powers from Sarah's barren-womb, so He may dress Jerusalem's holy hill with the sacred-flesh, the atoning-blood, and the never-ending love that saves. Our heavenly Father needed to dress first His home-sweet-home over Jerusalem's holy hill with the sacred-flesh and the atoning-blood bearing the memory of His holy name thus to pour His unfailing love upon the angelical hosts and every man, woman and child upon the face of the earth, for His was expanding greatly the glory of His holy name into eternity.

In good time, our heavenly Father said to Abraham: Our pact is of the flesh, and this is the son that will be born from Sarah's barren-womb, by the Holy Spirit's powers, because He needed to dress Jerusalem's holy hill with glory, richness, and amazing powers that will save the lost-souls and open the graves, bringing humankind to life again. Moreover, this was something very important that our heavenly Father needed to do with man, and without men's faithfulness, then He would have failed to achieve this wonderful pact of salvation that will dress not only Jerusalem's holy hill with the sacred-flesh, the atoning-blood, and the endless love but also the resurrection power to bless everyone's with lasting salvation, into eternity.

That is why, that it was also very important for Abraham along with his 318 disciples to sit at the Lord's Table to eat the bread and wine from His Son Jesus Christ's hands, as King of Salem, and the Perfect Righteousness for the angelical hosts in heaven and for humankind on earth, so the sacred-flesh with eternal life may exist. And this is for the sacred-flesh to become not only part of the human spirit along with the atoning-blood that removes sin forever, but also to dress Jerusalem's holy hill with perfect Righteousness and everlasting glory, because every man, woman and child ascending it, then they may become Holy Spirit born into the world from heaven above, where love thrives supremely.

For that reason, as Isaac was born from Sarah's barren-womb then our heavenly Father's temple of the holy name and of the Holy Spirit of the Ten Commandments was also born, because, Abraham needed to stand in perfect holiness over Jerusalem's holy hill thus to attain perfect justice forever: entering eternal life forever justified. Otherwise, Abraham could have never reached the perfect holiness required thus to stand over Jerusalem's holy hill before our heavenly Father in the perfect holiness that will make him perfect, pure and Righteous just as our Father has always been before the angelical hosts in heaven's glory, and the children would have also failed to attain salvation's Righteous into all eternity.

Therefore, as our heavenly Father called Abraham to ascend Jerusalem's holy hill, resting over Mount Moriah, then, it was to speak to him about His holy mountain, revealing to him all the glories that it will conquer in due time through the Rebbe Yeshua HaMoshiach, because he was the one called to conquer resurrection power for the graves to open, forever. Surely, as Abraham ascended with Isaac his beloved son thus to present him as his ultimate sacrifice of love unto our Father in heaven, then he ascended with the sacred-flesh of the temple for the holy name filled with the Holy Spirit of the commandments, commandments that were very important for Israel to glorify everlastingly, for everyone's salvation to be possible.

That is why, that it was important for our heavenly Father to call Abraham to ascend Jerusalem's holy hill with his dear son Isaac, because, he alone is the sacred-flesh, the atoning-blood, and the unbreakable bones of the temple for His holy name, moreover filled with the Holy Spirit of the commandments that will grant eternal life to every one that believes, forever. Meaning that, as Abraham ascended to Jerusalem's holy hill with his son Isaac, then, he did it with the sacred-flesh of the temple of the holy name and with the Holy Spirit of the commandments that needed to bless the heart, soul, mind, body and human spirit of the children, Holy Spirit born, serving, loving, glorifying God over the mountaintop, everlastingly.

Furthermore, the children's living-souls needed to be touched by His Son Jesus Christ's sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood, so they may feel the amazing love that our heavenly Father has always felt within His holy heart for each one of them, beginning with Jacob His first-born that sealed a pact of daily-blessings in his dream with the holy mountaintop. Moreover, this pact of blessings that our heavenly Father had to settle with Jacob through the presence of the Holy Spirit, over Jerusalem's holy hill in his dream is a pact of daily blessings not only for Jacob but also for every one of his children on earth these days and in heaven's glory before the angelical hosts into all eternity.

For this pact of blessings consist that our heavenly Father along with the Holy Spirit and Yeshua HaMoshiach will feed, dress, protect, prosper and ensure that not only Jacob will get safe to his every destination, but also in the last days on earth thus to enter into the New celestial Jerusalem eternally dressed with the glorified-body to live forever justified. That is why, that since Jacob established this pact of blessings with the Holy Spirit over Jerusalem's holy hill, then he was blessed always, regardless where he may go in life with his family, this pact for him and his loved ones was always present, and so, people from everywhere could see how Jerusalem's holy hill blesses Jacob (Israel's children) progressively.

For there is presently wonder-working powers over Jerusalem's holy hill, because Abraham obeyed our heavenly Father as He personally called him to become perfect and holy as He has always been before the angelical hosts since eternity in heaven's glory, so he may also become holy and perfect, dressed with his son Isaac's sacred-flesh, love and unshed atoning-blood over the altar. Judiciously, this could only be possible through the means, powers and attributes of His Son Jesus Christ's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood by removing sin, and this was always possible through his son Isaac, but established everlastingly over Jerusalem's holy hill as Abraham personal supreme sacrifice of the sacred-flesh and the amazing love that blesses him with everlasting justice for salvation.

That is why, that as Abraham ascended Jerusalem's holy hill with his son Isaac, then, he was ready to sacrifice him, and this meant to cause his blood to spill completely over our heavenly Father's golden altar, because the Lamb's atoning-blood needed to be shed in holiness just as Abel did it in his days, pleasing completely our heavenly Father forever. Certainly, Abraham needed to spill the blood of the lamb over the mountaintop and its altar just as Abel did in his days thus to please our heavenly Father's hunger for truth and justice in heaven and on earth, and because everyone in Abel's days turned their backs on the sacrifice and the blood, then the world was destroyed by the flood.

Thereafter, our heavenly Father had promised Noah that He will never again destroy the world with the flood of waters from heaven above, from the earth below and from under it, and so, He established the rainbow with colors, so He may remember not to destroy the world again with the flood because of the sin of indifference from the immoral. That is why, that our heavenly Father needed to establish Jerusalem's holy hill on earth with Abraham, as He personally called him to ascend it with his son Isaac as the supreme sacrifice of the sacred-flesh and the unfailing love that He has always felt in His heart for every man, woman and child from all the families of the nations.

Certainly, our heavenly Father needed to establish Jerusalem's holy hill on earth, but dressed with the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood of His Son Jesus Christ through Isaac's presence over the altar, because, He did not want to become angry again against the sin of indifference from the wicked to destroy the world in His final wrath. Then, it was important for Abraham to establish his son Isaac's sacred-flesh filled with the immense unfailing love that our heavenly Father had always felt for His Son Jesus Christ and the Holy Spirit in heaven's glory before the angelical hosts, and this is the same that He needed to do with humankind, starting with Abraham and his beloved son Isaac.

Thus, whenever our heavenly Father will see the rainbow appearing every time it may rain upon earth and Jerusalem's holy hill also dressed with the colors of the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood, instantly He will remember not to destroy the world in judgment against the wicked, because of their indifference against Him and His Son's shed atoning-blood. Instead, as He may look at the sacred-flesh and the heartfelt unfailing love left over the mountaintop forever by Abraham and his son Isaac, then, He will be able to find peace and not wrath to punish the wicked in their terrible sin of indifference against Him and His Son Jesus Christ's sacred-life shed over the mountaintop for every one's salvation.

That is why, that Abraham was able not only to learn about Jerusalem's holy hill as our heavenly Father spoke about it with details and glory that he was the first one to know it completely, but also, he learned the importance for our heavenly Father and humankind to have Isaac's sacred-flesh and unfailing love established over the altar for everyone's mediation. That is the reason that Abraham was able to ascend to Jerusalem's holy hill, resting over Mount Moriah, because as he learned to love Isaac through the days of his life along with Sarah, the adoptive children and the neighbors, then, our heavenly Father called him to ascend with great confidence in his heart, because he was completely dressed with perfect holiness.

That is to say, that the sacred-flesh and the unfailing love that have been born into his family through Sarah's barren-womb and by the Holy Spirit's powers, dressed him with the sacred-flesh thus to fill his heart with the unfailing love that our heavenly Father has always loved to live entirely in heaven's glory with His Son and the Holy Spirit. Meaning that, because Abraham obeyed our heavenly Father in everything that He told him to do, then, he was dressed with his son Isaac's sacred-flesh and the unfailing love that finally brought him over the mountaintop and its altar thus to be declared: Righteous and fit to ascend into heaven's glory, because now everyone knows that he loves our Father, forever.

For these are the sacred-flesh and unfailing love that will not only dress Abraham over Jerusalem's holy hill in our heavenly Father's presence with perfect holiness thus to be declared: Righteous and fit to ascend into the New Jerusalem from heaven above forever justified, but also the children born in generations to come, forming the nation of Israel for His name glory. Surely, this is exactly what our heavenly Father needs to do with everyone, born from the twelve tribes of Israel, and this is that they have to ascend to Jerusalem's holy hill, dressed with His Son's sacred-flesh and the unfailing love as Abraham did it with Isaac's in his days, so they may receive forgiveness, healing, protection, prosperity, and lasting salvation.

That is why, that you must ascend to Jerusalem's holy hill, because our heavenly Father had Abraham placed Isaac as the lamb to be sacrificed over His altar thus to manifest the newly born love within the families of the human spirit, so the angelical hosts may enjoy it along with our heavenly Father, His Son and the Holy Spirit, forever. Besides, it was because of this sacred-flesh stationed at the place of the eternal sacrifice over Jerusalem's holy hill that our heavenly Father not only began to receive Abraham and his children, but also every one else from all the families of the nations, so they may have their sins forgiven to receive healing, and lasting salvation.

Meaning that, every time anyone else ascends Jerusalem's holy hill, then, our heavenly Father will see that man, woman and child not with their sinful flesh, but with His Son Jesus Christ's sacred-flesh that has entered into the world through Isaac, as he was miraculously born by the Holy Spirit through Sarah's barren-womb, so you may stand Righteous before Him, forevermore. In other words, since our heavenly Father called Abraham to ascend the mountaintop with his beloved son Isaac, then, it was to lie down his supreme sacrifice of the sacred-flesh, and leave it over the altar for the families of the nations to find it thus to stand high in perfect holiness, so they may become saved from hell's torment, forever.

For the reason that only through the amazing powers of the sacred-flesh and the atoning-blood of His Son Jesus Christ that was going to be shed over Jerusalem's holy hill within Israel, then, He will have abundant powers of holiness thus to forgive anyone, and make that one perfect and holy, standing in His holy presence forever saved in heaven's glory. Besides, for this to happen then our heavenly Father will never remove Jerusalem's holy hill from His holy presence much less Isaac's sacred-flesh and the amazing love that Abraham left over His altar, so whenever He will meet any one, then He will see that one with His Son's sacred-flesh and the atoning-blood thus to see that one in perfect holiness, always.

For this is the only way that our heavenly Father was ready to meet Abraham or any of his children, including those from the nations, so He may erase sins instantly by His Son's sacred-flesh and the atoning-blood shed over the holy mountaintop, so they may be healed from sin thus to live the wonderful-life that He has granted abundantly already. That is why, that it was always important for our heavenly Father to have Jerusalem's holy hill dressed with the sacred-flesh and the atoning-blood shed to the ground of the burning bush, so the holy angels may go up and down from Jacob's ladder, but also have every one from Israel and the nations to ascend into paradise forever blessed.

Provided that, it is only over Jerusalem's holy hill and at the burning bush where our heavenly Father will have His Holy Spirit speaking to any one ascending, but also He is ready to clean that one from sin with His Son's atoning-blood, so He may dress them with the glorified-body of the sacred-flesh thus to become His legitimate child, forever. That is why, that it was important for our heavenly Father to call Abraham to ascend Jerusalem's holy hill, so he may place the sacred-flesh and the amazing love of his son Isaac over His altar thus to become His nonstop sacrifice that will receive any man, woman and child in perfect holiness thus to enter into eternal life everlastingly justified.

And for this to happen, then our heavenly Father warned Abraham and everyone else thereafter that they were forbidden to have other foreign gods besides Him, and this is His Son Jesus Christ's sacred-flesh and the atoning-blood over Jerusalem's holy hill, so whenever anyone may ascend to it, then, that one will find the daily sacrifice to serve His holy name, forever. Certainly, as our heavenly Father called Abraham to become holy and perfect as He has always been with the angelical hosts, then, He gave him and his children the means to attain this perfect holiness to enter heaven's glory forever justified, and this is His Son's sacred-flesh of the temple for His holy name and the Holy Spirit of the commandments.

Truthfully, as Abraham obeyed our heavenly Father in everything He asked him to do with his son Isaac over the mountaintop, so he may place his kid's sacred-flesh and unmatchable love over His eternal altar, then, it was not only to justify his faith with everlasting salvation, but also every one of his children, including those from the families of the nations. Provided that, the call to ascend Jerusalem's holy hill, it is to be cleansed from sin thus to be dressed by our heavenly Father with His Son's glorified-body of the sacred-flesh, so whenever He may see that one from heaven above upon earth, then, He will see only perfect Righteousness thus to bless him and his loved ones with powerful daily blessings.

That is why, that our heavenly Father was always very zealous that you will never have any other foreign gods besides Him as idols, virgins, kings with people that have failed to pact with Him, so they may learn of the importance to serve, love and glorify His holy name over Jerusalem's holy hill, thus becoming His legitimate children forever justified. For it was important for our heavenly Father to have His Son Jesus Christ born as Isaac from Sarah's barren-womb, by the Holy Spirit's powers, so not only Abraham may receive the sacred-flesh of the temple to His holy name but also the pure perfection of the Holy Spirit of the commandments to live the life that loves everyone with daily blessings.

Thus, this is the reason that Abraham became very rich in the midst of the nations, because He was able to bless him and his loved ones as his wife Sarah, through his son Isaac's sacred-flesh and unfailing love that he had placed forever over the altar, so every one else from everywhere may learn to be blessed the same way. And this is over Jerusalem's holy hill with his son Isaac's sacred-flesh that is presently our Lord Jesus Christ's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood that removes sin thus to dress you with the glorified-body of eternal glories, richness and never-ending powers that will open doors and paths where there are no doors or paths.

For this is the way of everlasting holiness that is a main road through once a desert-land, where our heavenly Father will walk with you, your loved ones, including your friends, along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, so you may be blessed every step of the way into The New Jerusalem from heaven above, where love thrives everywhere. For this is the way of eternal holiness, where our heavenly Father stands with His Son Jesus Christ's sacred-flesh and the atoning-blood, so He may always see you through this perfect way of eternal Righteousness, where you are declared to be perfect and holy, worthy to know love, peace, prosperity and eternal happiness on earth these days and in heaven into eternity.

Moreover, no one walking in this way of everlasting holiness will ever know defeat before the enemy, because this is the way of everlasting holiness, paved with the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood of His Son Jesus Christ that has done everything that was needed over Jerusalem's holy hill, so you may know only love, peace, prosperity and everlasting happiness. That is why, that our heavenly Father is calling you these days to ascend Jerusalem's holy hill, and as you may ascend to it, then you will never be alone, because His Son Jesus Christ will be there covering you with his sacred-flesh and the amazing love that Abraham left over the ancient altar, as his son Isaac became the continuous Lamb.

For Isaac was born as God's Righteousness not only to be the temple of the holy name but also of the Holy Spirit of the commandments that he will personally fulfill in due time over Jerusalem's holy hill as he poured his life, shedding it completely at the cross, so you may find eternal life with blessings, as you get there. This is certainly the way of Righteousness that our heavenly Father has called His Son to place over His altar at Jerusalem's holy hill, so whenever you may get up there then you will find salvation ready to touch your living-soul with abundant love and never-ending happiness, dressing you with glory, powers and eternal richness to live in heaven forever saved.

Now, there is no way possible that you may lose this wonderful salvation and never-ending blessings that our heavenly Father has left over the mountaintop for you, your loved ones and for your friends from everywhere as well, because His Son Jesus Christ's glorified-body is up there with the atoning-blood shed to the ground thus sanctifying the entire mountaintop for you. Thus, it is over the mountaintop where you will meet our heavenly Father ready to wash you clean from sin, so you may become His legitimate child ready to inherit all His personal richness not only in heaven's glory but throughout Creation, because He needs you to become His King, priest and temple for His holy name, forever into all eternity.

For it is our heavenly Father's will not to create more angels for the service to His holy name over Jerusalem's holy hill, but now He would love to fill His New celestial Jerusalem, the city of gold and precious gems, with His children Holy Spirit born as His personal kings, priests and temples for His holy name in heaven's glory, forever. That is why, that our heavenly Father has caused Abraham to ascend Jerusalem's holy hill thus to place his son Isaac's sacred-flesh and the amazing-love that will be there always ready to receive any man, woman and child with the perfect holiness that He personally required Abraham to possess thus to become His child and servant to His holy name, forever.

These days, the sacred-flesh, the atoning-blood and the unbreakable bones of His Son Jesus Christ are still over the altar at Jerusalem's holy hill, so our heavenly Father may receive you with the perfect holiness that He demanded Abraham to possess forever thus to become perpetually saved and justified to enter into heaven's glory as His child willing to love Him, continuously. For it was over the mountaintop that our heavenly Father met Abraham dressed with the sacred-flesh and the atoning-blood that granted him the glory, power and richness thus to be seen by our Father, the Holy Spirit along with the angelical hosts as perfect and holy fit to enter heaven's eternal life only to know love, peace and glory into eternity.

Well, the way of Righteousness is always at the altar, where Abraham first placed his son Isaac as his nonstop sacrifice of the sacred-flesh and the atoning-blood that will emanate continually for any man, woman and child, including holy angels, the perfect Righteousness to live a very holy life in this world and in the next one to come in heaven above. Certainly that there is no power possible in heaven much less on earth that will destroy Abraham's supreme sacrifice of his son Isaac's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood that was left up there over the altar, filled with the amazing love that our heavenly Father has always enjoyed through eternity along with the Holy Spirit and the angelical host.

However, even though Satan with his fallen angels will always fail to destroy Abraham's pact of the flesh and the atoning-blood with our heavenly Father over Jerusalem's holy, but he could deceitfully place idols, virgins, and kings with people that have failed to pact with our heavenly Father and His holy name thus to love, serve and glorify Him, into eternity. And this evil became possible as Israel's leaders told Samuel that they had decided to pick their own king, and so, they were not ready to continue to have the King Messiah that is Isaac's sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood filled with love that Abraham had placed over the altar--and this is when Saul became King of Israel.

Saul resulted to be the King that our heavenly Father never was ready to have over Israel, but since the leadership of Israel had requested to Samuel that they should be allowed to pick their own king, then, our heavenly Father said: Samuel, they have not rejected you; they had rejected me, instead--and so, give them the king that they want. For this is the only way that they will certainly learn: what it is to serve God over Jerusalem's holy hill and to serve the kings that they have chosen instead of the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood that have always been over the altar to dress anyone in the perfect holiness to ascend into heaven's life eternally justified.

And ever since Samuel anointed with olive oil the first king of Israel, and this was Saul, then Israel has always been receiving foreign kings with people that have the flesh that has always refused to seal a pact of life with our heavenly Father and His Son Jesus Christ's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood over Jerusalem's holy hill. Thus, becoming an obstacle to Abraham's nonstop sacrifice of his son Isaac's sacred-flesh and the amazing love that our heavenly Father so kindly received over Jerusalem's holy hill to tell Abraham: Now I know that you love me, because you have not denied to me your only son, the one that you have learned to love so dearly over the years.

Now, our heavenly Father was able to tell these words to Abraham over Jerusalem's holy hill, because he was standing with his son Isaac's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood that have been born from Sarah's barren-womb, by the Holy Spirit, so he may be dressed with the perfect holiness to be accepted in heaven as God's very holy child, into everlasting. For this was the only way possible that our heavenly Father was going to see Abraham as His child, miraculously born again by the powers of the Holy Spirit, because now he was dressing in his son Isaac's sacred-flesh that is the glorified-body with the atoning-blood that will destroy not only Satan's work but also kill the angel of death, forever.

Certainly, this is the perfect holiness that our heavenly Father was requiring Abraham to possess forever, so he may not only become perfect and holy everlastingly on earth and over Jerusalem's holy hill but also in heavens' glory, so he may enter eternal life with all the blessings that he had conquered through the sacred-flesh, the glorified-body that lives into eternity. In our time, we have our Lord Jesus Christ that was born by the same Holy Spirit's powers that gave birth to Isaac but, this time, from King David's virgin daughter, so we may not only get forgiveness with eternal life but also we have received the glorified-body filled with abundant perfect holiness to live it with Him in heaven, forever enriched.

However, with our Lord Jesus Christ we have better blessings, glories, richness and powers conquered over Jerusalem's holy hill, because he not only destroyed Satan along with the fallen angels and death, but also descended to the valley of the dried bones, and this is the entire House of Israel waiting to resurrect, so they may comeback to life anytime now. And when they are raised from the dead, then the bones will return to their bones as before, the tendons will also return to their original places, the muscles will comeback to be covered with skin as they were when they lived on earth, so they may return to Israel's holy mountaintop to love, serve and worship our heavenly Father's holy name, forever.

Meaning that, our Lord Jesus Christ was born from David's virgin daughter, by the Holy Spirit's power, to conquer the nations from Israel's holy mountaintop, by shedding his atoning-blood as his sacred-flesh was nailed to Adam and Eve over the wood along with two Hebrew witnesses, one to his left and one to his right, for salvation to be possible at last. That is why, that as our Lord Jesus Christ died on the cross over Jerusalem's holy hill, then, he died not because he was killed by anyone, considering that he assured Satan, by saying: Death, I am your death, and so, what killed him, it was the shedding of his atoning-blood to the cross and the rock, so you may live today.

Then, these days as you may ascend Jerusalem's holy hill, immediately our heavenly Father will no longer see you with your sinful-flesh and ill blood, but only through His Son Jesus Christ's sacred-flesh and atoning-blood that removes sin forever, so you may dress with the glorified-body that defeated Satan's lies and works later to kill him soon in the lake of fire. These days, standing over Jerusalem's holy hill you are in heaven's glory already, because our heavenly Father will see you through His Son Jesus Christ's likeness of his divine life that has always loved, served and glorified Him and His holy Spirit through eternity, so you will be dressed thoroughly with the Holy Spirit of eternal life, living life's best, always.

Presently, as from Abraham, Isaac, Jacob and ancient Israel, our pact of life between our heavenly Father and each one of us from modern Israel, to the families of the nations is of the sacred-flesh, and this is His Son Jesus Christ's glorified-body with the abundant atoning-blood shed over Jerusalem's holy hill to dress you with glory, power and richness, everlastingly. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ". Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: "Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén". Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: "Haya paz en ti, siempre Jerusalén". Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


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