(IVÁN): EL PADRE SÓLO TE ACEPTA EN LA CARNE DE SU JESUCRISTO: PARA ENRIQUECERTE:

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Sábado, 27 de Agosto, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

(TEMLOBRES EN ITALIA: Deseamos expresar nuestro amor, condolencias y oraciones a cada una de todas las familias italianas, que en estos días han sufrido temblores terribles de la naturaleza—temblores, que han destruido todo lo que tenían, llevándose a muchos de sus muy amados y con ciudadanos. Ellos se encuentran en la gloria celestial de nuestro Padre celestial, porque su Hijo Jesucristo es el Cordero de salvación para sus almas vivientes, ya que su sangre reparadora fue derramada por ellos sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que asciendan a la vida eterna, perpetuamente justificados por nuestro Dios mismo. Nosotros seguiremos orando ante nuestro Padre celestial por cada uno de ellos, para que su Hijo Jesucristo no solamente consuele sus vidas con su gracia infinita y sus muchas riquezas del cielo, pero también el Espíritu Santo los llene con sus poderes y dones, para volver a vivir sus vidas con todos los suyos. ¡Amén!)

EL PADRE SÓLO TE ACEPTA EN LA CARNE DE SU JESUCRISTO: PARA ENRIQUECERTE:

Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Deja tu tierra y la casa de tu padre, por la tierra que yo te mostrare, porque te haré el padre de una gran nación y de muchas más naciones también, porque yo bendeciré a todas las familias por ti: y los que te bendigan serán benditos, más los que te maldigan serán maldecidos. Ciertamente, nuestro Padre celestial estaba listo para salvar al mundo entero, cambiándolo con el comienzo de una nueva vida que es su Hijo, el Rebbe Yeshua HaMoshiach (Jesucristo), nacido del vientre estéril de Sarah como Isaac, por el Espíritu Santo, para que su siervo Abraham tenga a su Hijo amado, descendido del cielo, lleno del amor redentor para salvarlo del mal.

De otra manera, nuestro Padre celestial no podría tener jamás a su siervo Abraham redimido, por eso, él tenia que sentarse con él a la Mesa del SEÑOR, para que coma con él y junto con sus 318 discípulos el pan y vino, que diariamente son servidos por su Hijo Jesucristo, a los ángeles del cielo y a las familias de la tierra. Y éste seria la cena del SEÑOR, que nuestro Padre celestial junto con Abraham y sus discípulos comerían del pan y vino de su Hijo Jesucristo, como su perfecta SANTIDAD en el cielo con los ángeles y en la tierra con la humanidad entera, para que él nazca en la familia humana como su salvador, lleno de la salvación para todos, perpetuamente.

Éste es el pacto de vida que nuestro Padre celestial necesitaba sellar con la humanidad entera, ya que no lo logro con Adán y Eva en el paraíso, para que no solamente ellos aprendan a comer y beber de él el pan y vino de vida, pero también los hijos por nacer, para que su vida eterna llene el mundo entero, perpetuamente. Éste era el único camino en que nuestro Padre celestial no solamente podía empezar su vida prístina en el mundo, ya que Adán y Eva nacieron de su imagen para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo, pero, visto que ambos comieron del fruto prohibido, del árbol de la ciencia, del bien y del mal, entonces ambos perdieron su amor divino.

Esto nos dice, que al Adán y Eva abandonar el paraíso, porque ambos habían desobedecido a nuestro Padre celestial cuando comieron del fruto prohibido, sorprendentemente su amor divino ya no estaba con ellos para seguir viviendo en la gloria celestial junto a él, para que aprendan a amar, servir y alabar su nombre bendito, entonces su amor tenia que regresar a ellos, milagrosamente. En otras palabras, al Adán y Eva abandonar el paraíso entonces descendieron a la tierra, para vivir sus vidas sin el amor divino, en que no solamente nacieron de la imagen santa de nuestro Padre celestial, para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo, por el Espíritu Santo, pero también sus hijos estaban destinados a nacer sin conocer su amor.

Por eso, es que después que Adán y Eva descendieron al mundo entonces la violencia se regó descontroladamente como fuego salvaje, porque cuando Abel y Caín nacieron y se hicieron personas maduras, entonces conflictos se despertaron entre ellos: Caín aborrecía a Abel, porque su ofrenda del fruto del suelo fue rechazada cuando Dios aceptó el sacrificio ensangrentado de su hermano. Por eso, es que era importante para nuestro Padre celestial sentarse a la Mesa con Abraham, para que él no solamente coma con él el pan y vino de las manos de su Hijo Jesucristo, porque solamente él es el amor de su vida prístina en toda la Creación junto con el Espíritu Santo, pero también comer con los hijos adoptados: bendiciéndolos.

Por ello, al nuestro Padre celestial comer con todos a la Mesa del SEÑOR el pan y vino, servido por su Hijo Jesucristo, entonces todos juntos comían el acuerdo del nacimiento de su vida divina, descendida del cielo por su único Hijo amado, manifestado en la vida de Abraham como Isaac, para que él sea redimido junto con sus hijos por nacer aún. Visto que, al Isaac nacer del vientre estéril de Sarah, entonces su vida divina no solamente restauraba toda vida humana del mundo, sino que se preparaba para regresar al paraíso perpetuamente justificado, pero también la carne sagrada estaba lista para derramar la sangre reparadora y llena de vida eterna para todos, regresando así a la única vida divina que los ama perpetuamente.

Por ello, al Isaac nacer del vientre estéril de Sarah, entonces el amor prehistórico de nuestro Padre celestial que Adán y Eva perdieron en el paraíso, comiendo del fruto prohibido, entonces instantáneamente, renacieron hacia una vida sin amor para vivirla lejos del cielo, y sólo en la tierra, ya que Satanás había sido despedido del cielo para vagar por toda la Creación. Sin embargo, aunque nuestro Padre celestial había pasado juicios en contra de la carne pecadora, pero jamás hacia sus almas vivientes, entonces él les dijo que regresarían al polvo de donde él los había llevado inicialmente para hacerlos seres humanos, formados en su imagen, para vivir conforme a la semejanza de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, y llenos del Espíritu Santo.

Adán y Eva fueron enviados a vivir en la tierra junto con sus hijos, porque ya no podían vivir sus vidas en la presencia de nuestro Padre celestial del paraíso, visto que, ambos ya no podían sentir mucho menos vivir su amor prehistórico, de donde él no solamente les había dado vida, pero también a los hijos por nacer en generaciones venideras. Todos ellos tenían que abandonar la carne pecadora que había comido del fruto prohibido, que nuestro Padre celestial les había ordenado que jamás coman de él, porque cuando coman de él entonces morirían: visto que su amor divino fallara en vivir en ellos para ayudarles a vivir sus vidas normales hacia toda la eternidad venidera, del nuevo reino de los cielos.

Firmemente, nuestro Padre celestial los llamó a que se bauticen en agua, y hacerlo todo en la tierra, porque de aquí él había tomado un puño de polvo, para cubrir el alma viviente de Adán junto con el de Eva y los hijos por nacer aún, para que sean renacidos algún día de la perfecta santidad de su nombre bendito, para siempre. Además, ésta es la tierra que nuestro Padre celestial la llenó de agua, para que la humanidad entera tenga abundante liquido para bautizarse en la perfecta santidad de su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para desconectarse de la carne pecadora, retomando la carne sagrada para regresar al paraíso en cualquier día, y llenos de su Hijo Jesucristo.

Por eso, es que era importante para nuestro Padre celestial de establecer un nuevo pacto de vida con la familia humana, pero, esta vez, seria con Abraham al sentarse con él a su Mesa, para comer del pan y vino de su Hijo Jesucristo, que realmente es la carne sagrada y la sangre reparadora, entregándole así vida eterna a todo creyente, por doquier. Es decir también que nuestro Padre celestial empezó a hacer con Abraham y Sarah lo que Adán y Eva fallaron en hacer por él en el paraíso, cuando los llamaba a comer del fruto, del Árbol de la vida, que es Jesucristo, pero, jamás del fruto prohibido, Lucifer, que causa rebelión, maldiciones y muerte en todo desobediente a su palabra viva.

Nuestro Padre celestial necesitaba no solamente a Adán y a Eva, pero también a los hijos viviendo en la perfecta santidad de la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que siempre ha cumplido y glorificado el Espíritu Santo de los Diez Mandamientos en la Creación, para que Dios pueda finalmente vivir con el hombre en perfecta paz, perpetuamente. Puesto que, ésta es la única carne sagrada con los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, que nuestro Padre celestial siempre conoció en el cielo y con sus ángeles, y él necesita seguir conociéndola en cada hombre, mujer, niño y niña nacido en el paraíso y en la tierra, para que toda verdad y justicia sea cumplida en toda su Creación, perpetuamente.

Por eso, es que nuestro Padre celestial llamó a Adán y a Eva a comer del fruto de vida, que realmente es su Hijo Jesucristo y siempre sirviendo el pan y vino sobre la Mesa del SEÑOR para los ángeles del cielo y para cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, que están listos para obedecerle, perennemente. Además, éste es el mismo llamado que nuestro Padre celestial, que no solamente lo ha hecho con Abraham y su familia pero también al mundo entero, porque él necesita rehacer a toda la tierra, al crear una nueva tierra con cielos gloriosos y espaciosos, pero primero tiene que hacer que todos coman del pan y vino que les da vida eterna, continuamente.

Ciertamente, seria imposible para nuestro Padre celestial no solamente de crear una gran nación, nacida de la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo como Isaac, que realmente es Israel, pero también imposible de tener a cada familia de las naciones, comiendo de él, para que sus hijos renazcan con él en la carne sagrada destinada al cielo, siempre. Puesto que, éste es un gran reino del cielo, uniendo perpetuamente al mundo entero con un flamante cielo glorioso y espacioso, en donde sus hijos renacidos con él en su imagen santa, sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, vivirán con él y con sus huestes angelicales para amar, servir y glorificar su nombre bendito, para siempre.

Éste es el nuevo reino que nuestro Padre celestial siempre soñó poseer, vestido con la carne sagrada y su gracia abundante de su Hijo Jesucristo para con cada hombre, mujer, niño y niña no solamente de Israel pero también de todas las familias de las naciones, porque únicamente de éste cuerpo glorificado él recibirá glorias, complaciendo así toda verdad y justicia, perpetuamente. Estos son los reyes, sacerdotes, templos a su nombre bendito y jueces, juzgando ángeles por la eternidad entera, para que nuestro Padre celestial tenga ley y orden en las naciones angelicales y de la humanidad entera también, que serán redimidas eventualmente para amar, servir y glorificarlo a él y a su nombre bendito, enriqueciendo así a su nuevo reino angelical, como nunca antes.

Ya que, nuestro Padre celestial creó no solamente a Israel pero también a las naciones, para que aprendan a amar, servir y glorificarlo a él y a su nombre santo sobre el monte santo de Jerusalén y por siempre, enriqueciendo así su gran reino de sus hijos legítimos con riquezas, santidades y glorias nunca antes conquistadas por los ángeles en la Creación. Además, éstas son riquezas, santidades y glorias que nuestro Padre celestial está buscando conquistar en cada uno de sus hijos legítimos, renacidos de su imagen santa sobre el monte santo de Jerusalén, para vivir conforme a la semejanza de la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre de su Hijo Jesucristo, complaciendo así toda verdad y justicia del Espíritu Santo, perpetuamente.

Visto que, éste es su nuevo reino que está lleno de su amor prehistórico, que descendió de su familia divina, que realmente es su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, para entregar amor, vida y bendiciones sin medir no solamente a Abraham pero también a sus hijos por nacer en futuras generaciones, incluyendo a los hijos de las familias de las naciones. Por ende, nuestro Padre celestial está pensando en ti y junto con todos los tuyos y amistades, para que se acerquen a él en estos días, porque él los llamó a bautizarse, invocando la santidad perfecta de su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, finalmente para escapar del mal, entrando así en la carne sagrada bendecidos eternamente.

Ya que, es aquí en donde nuestro Padre celestial vive muy contento contigo y con todos los demás listos a desconectarse de la carne pecadora y sus días malos de tormentos, al invocar la perfecta santidad de su nombre bendito, el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para conectarse para siempre con la carne sagrada que bendice toda vida siempre. Por eso, es que el monte santo de Jerusalén es el lugar en donde nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ascender con su único hijo Isaac, porque su hijo era en si la casa de Israel que nacería en generaciones futuras, para él recibirles personalmente con sus oraciones y lagrimas llenas del amor prehistórico, porque él ya estaba listo para redimirlos.

Ciertamente, al tener nuestro Padre celestial a Abraham subiendo con su hijo Isaac al altar del amor prehistórico, descendido del cielo y que estaba listo para ser encendido en fuego eterno, entonces Israel necesitaba acostarse sobre el madero como una ofrenda del eterno sacrificio, porque él los estaba preparando para ser clavados a la carne del pacto en su día señalado. Por ende, era importante para nuestro Padre celestial de tener a Isaac recostado sobre el madero del altar del amor prehistórico, para orar y llorar en su amor lleno de bendiciones en esta vida y en la venidera, porque él iba a clavar a las almas de Israel a la carne sagrada, derramando la sangre reparadora para fin del pecado sobre todos ellos.

Sin embargo, antes de nuestro Padre celestial estar listo para tener a toda la casa de Israel y con sus huesos secos regados en el Valle de muerte para levantarlos al altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para clavarlos a la carne sagrada que lo satisface a él perpetuamente, entonces él tenia que congregarlos de todo el mundo en el Sábado. Aquí es, cuando nuestro Padre celestial, después de haber sido liberados del cautiverio Egipto y bautizados en el mar Rojo al cruzar en seco, entonces, él estableció el Sábado en Israel, para congregarlos sobre su altar del amor prehistórico, en donde él mismo los clavaría eventualmente a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, para salvación de cada uno de ellos, perpetuamente.

Ésta es la salvación que nuestro Padre celestial tenia que preparar a Israel al tener a Abraham subiendo a su único hijo Isaac al altar del amor prehistórico, para que él mismo recostarlo sobre el leño, representando a todo Israel, que postreramente seria clavado del Valle de los huesos secos a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo para fin del pecado. Ahora, nosotros sabemos que Israel falló en ser redimido nacionalmente, porque por toda su vida terrenal continuamente fallaron en bautizarse en agua en la perfecta santidad de su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que sean al fin desconectados de la carne pecadora, y así conectarse a la carne sagrada que va al cielo siempre.

Entonces, para nuestro Padre celestial resolver éste problema, de que Israel falló progresivamente en bautizarse, invocando la perfecta santidad de su nombre santo y el de su Hijo Jesucristo y el del Espíritu Santo, para finalmente abandonar la carne pecadora que Dios odia perpetuamente, reconectándose a la carne sagrada que Dios ama intensamente, entonces él tuvo a su Hijo bautizado por ellos. Seguramente, que nuestro Padre celestial tuvo a Juan el Bautista nacido como profeta cuando su Hijo Jesucristo nacía del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, así como Isaac nacido del vientre estéril de Sarah, para que la carne sagrada sea bautizada en el río Jordán por todas las almas de Israel, satisfaciendo así verdad y justicia, perpetuamente.

Aquí nos dice también, que cuando Juan bautizó a nuestro Señor Jesucristo en el Jordán, entonces nuestro Padre celestial tuvo a su Hijo junto con el Espíritu Santo descendiendo del cielo así como cuando el amor prehistórico descendió inicialmente de su gloria celestial, para bautizar a la carne sagrada para que todo Israel finalmente cumpla con toda verdad y justicia: para salvación eterna. En otras palabras, al nuestro Padre celestial clavar a su Hijo Jesucristo a Adán y Eva junto con todo Israel, tendido en el Valle de los huesos secos, entonces, él cumplió con su pacto de la carne sagrada iniciado con Abraham: clavando a todo hombre, mujer, niño y niña de Israel a la vida mesiánica de su Hijo, matando así la muerte.

En éste día, nuestro Padre celestial no solamente clavó a cada hombre, mujer, niño y niña a la carne sagrada, huesos inquebrantables y sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, salvándolos, pero también bautizo a cada uno de ellos en el Jordán con el mismo bautismo de su Hijo, cumpliendo así con toda verdad y justicia con él y con su Espíritu Santo. Esto nos dice, que nuestro Padre celestial no solamente proveyó el bautismo necesario a las almas del Valle de los huesos secos que jamás verían la vida, porque habían fallado en bautizarse en agua, invocando su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, por ende, los bautizó a todos clavados con el bautismo de su Hijo Jesucristo.

Ciertamente, nuestro Padre celestial con la gracia asombrosa de su Hijo Jesucristo y con sus misericordias renovadas cada mañana y junto con los poderes y dones del Espíritu Santo, lloviendo sobre la tierra, desde su altar del amor prehistórico para liberar a Israel, pero, esta vez, de toda muerte, amorosamente él hizo que regresen a él y a su vida eterna instantáneamente. Además, lo único que toda la casa de Israel tiene que hacer para regresar a la vida eterna, aunque fallaron en bautizarse en agua, invocando su nombre santísimo y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, un nombre santísimo dado a Moisés inicialmente sobre el monte Sión para salvación eterna: sólo tienen que creer, invocando su nombre santísimo en cualquier momento.

Eso es todo lo que cada hombre, mujer, niño y niña del Valle de los huesos secos, de la casa de Israel, tiene que hacer para que nuestro Padre celestial los redima, restaurando sus vidas, resucitándolos: su resurrección que está a punto de suceder en cualquier momento, porque el tiempo para resucitar a Israel a la vida ya está en sus días. Ahora, nuestro Padre celestial lo hizo fácil todo inicialmente, para que la casa de Israel regrese no solamente a la vida eterna pero también a Canaán, para remover todo ídolo de adoración pagana y altares en que ofrecieron sus servicios a dioses de naciones ajenas, y que él se los prohibido hacer esto, para que puedan verlo a él pronto en santidad perfecta.

Israel, aunque estuvo décadas tendido en el Valle de los huesos secos y sin esperanza alguna, nuestro Padre celestial finalmente los aceptó sobre el monte santo de Jerusalén y el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para que renazcan de su imagen por el Espíritu Santo, eventualmente para vivir con él y sus ángeles santos en el cielo, perpetuamente enriquecidos. Visto que, éste es el altar del amor prehistórico que finalmente él no solamente aceptó a Abraham con su hijo Isaac, para ser la nación hebrea lista para el sacrificio, como en una ofrenda de amor encendido con él y con su familia divina, pero también, recibió a los hijos de las naciones, para que renazcan en su imagen santa, perpetuamente justificados.

Esto nos dice, que nuestro Padre celestial en su amor personal hacia Israel aunque no habían nacido aún, él los recibió de las manos de Abraham cuando ascendió con su hijo Isaac, para recostarlo sobre el madero del altar del amor prehistórico, para que él empiece el sacrificio continuo de la carne sagrada y de la sangre reparadora que jamás morirán. Ciertamente, éste es el continuo sacrificio especial, ardiendo apasionadamente, que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ejecutar sobre el monte Sión, porque éste es su dulce hogar, pero también en donde él y su nombre bendito son alabados por los ángeles y por cada hombre, mujer, niño y niña, renacido con él en su imagen, viviendo ya la vida perpetuamente justificados.

Aquí es donde nuestro Padre celestial clavó a las familias de Israel a la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora que destruyo las obras de Satanás en todo Israel, matando así al ángel de la muerte, para que las puertas del cielo se abran para que sus hijos legítimos entren perpetuamente bendecidos y renacidos de su amor prehistórico. Esto nos dice también que para cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones entrar a la gloria celestial, entonces todos tienen que ser clavados a la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora que mató al ángel de la muerte, para que perpetuamente sean parte del mismo continuo sacrificio en el cielo.

Además, todos aquellos que pensaron que jamás podrían entrar en el reino de nuestro Padre celestial, porque fallaron en bautizarse en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces, ellos podrán también acceder las riquezas de vida, ya que Jesucristo fue bautizado por Juan: cumpliendo con toda verdad y justicia hebrea, perpetuamente. Definitivamente, nuestro Padre celestial ha hecho muy fácil la salvación de todo Israel, tendido por todo el Valle de los huesos secos, que lo único que ellos tienen que hacer es simplemente creer en la carne sagrada y en la sangre reparadora vertida sobre todas sus almas aún vivientes sobre el altar del amor prehistórico, para que resuciten pronto sin morir jamás.

Por eso, es que es sobre el altar del amor prehistórico desde donde nuestro Padre celestial llama a cada hombre, mujer, niño y niña no solamente de Israel pero también de las familias de las naciones, para que sean parte de su continuo sacrificio, ardiendo de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, clavado al Valle de los huesos secos de Israel. Ésta es una salvación gloriosa que nuestro Padre celestial elevó sobre el monte Sión, que realmente empezó con Abraham, al ser llamado a ascender con su único hijo Isaac para recostarlo sobre el madero, que arderá en llamas eternas del amor prehistórico, descendido del cielo, que jamás será apagado por ningún poder del enemigo.

Éste es un altar glorioso, en donde tú tienes que entrar, y esto es sólo posible bautizado en agua, invocando el nombre bendito de nuestro Padre celestial y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que camines por el Camino de Santidad que te lleva hacia el altar del amor prehistórico, en donde serás aceptado como su hijo amado. Y aquí tú renacerás de la imagen de nuestro Padre celestial así como cuando naciste de él en el cielo, viviendo conforme a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, y que es la misma carne sagrada que vistió a Abraham inicialmente, y que te vestirá en estos días para entrar a la vida eterna justificado: conociendo únicamente su vida enriquecida, perpetuamente.

Éste es el único altar del amor prehistórico, descendido del cielo inicialmente con Isaac, para enriquecer no solamente a Abraham y a su familia, pero también a todas las familias de las naciones, para que tengas todos tus pecados perdonados perpetuamente, para conocer únicamente la vida y su bondad cotidiana, que te enriquecerá como jamás has sido enriquecido antes. Y es aquí, en donde tú empezaras a hacer muchas cosas que Jesucristo hizo en Israel, liberando así a los enfermos de sus aflicciones, para que vivan la vida que nuestro Padre celestial ya les otorgó para gozarla en la tierra, para finalmente bendecir y glorificar su nombre bendito sobre el monte santo de Jerusalén y del altar del amor prehistórico.

Además, nuestro Señor Jesucristo le dijo a los que creen en su nombre y en sus palabras que salieron del Padre celestial por medio de su boca, y esto es de que ellos harán los milagros que él hizo con la gente de Israel, pero mayores cosas harán en su nombre, ya que está de regreso con el Padre en el cielo. Realmente, lo que nuestro Señor Jesucristo les estaba diciendo a Israel, era que él regresaba a su lugar intercesor sobre el altar del amor prehistórico, descendido del cielo, para continuar intercediendo por cada uno de ellos, que invocan su nombre en la presencia de nuestro Padre celestial cuando le piden, por medio de oraciones, de sus ricas bendiciones de cada día.

Por eso, es que cada persona que cree en él y en su nombre, y esto es por el mundo entero, entonces ellos pueden orar a nuestro Padre celestial por cualquier cosa que necesiten de él, para que sus bendiciones caigan sobre ellos y sobre sus muy amados, incluyendo sobre sus amistades, y muchas cosas empezaran a manifestarse milagrosamente y sin cesar. Aquí es, en donde nuestro Padre celestial es glorificado grandemente, porque la gente creerá en él por su Hijo Jesucristo, que es el camino establecido del pacto, por medio de su carne sagrada y la sangre reparadora, derramada sobre el altar del amor prehistórico clavado a Adán y Eva y juntos con todo Israel, entonces el creyente recibe bendiciones cotidianas y sin cesar.

Visto que, éste es el camino de fe que no solamente se acerca a nuestro Padre celestial, pero también va directamente hacia su corazón muy demandante por verdad y justicia perpetua, ya que su Hijo Jesucristo nació del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, y bautizado por Juan, satisfaciendo igualmente toda verdad y justicia para los ya muertos. Y complaciendo verdad y justicia para los que aún viven, como tú y yo presentemente, porque aún vivimos en la tierra, por ello, estamos llamados al bautismo en agua, invocando la santidad de su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, y renaciendo así de su carne sagrada somos justificados, pero también bautizados en su verdad y justicia, perpetuamente.

Esto nos dice, que nuestro Padre celestial no solamente nos ha entregado una carne muy sagrada con sus huesos inquebrantables y su sangre reparadora, llena de vida, que derrotó a Satanás y a la muerte, pero también nos ha entregado la verdad perfecta y justicia divina, por el bautismo en agua de su Hijo Jesucristo, cuando Juan lo bautizó en el Jordán. Es decir, que todo Israel del Valle de los huesos secos junto con todos los demás serán unidos con clavos a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo que derribó el reino de Satanás, restaurando las cosas perdidas de nosotros que se robaron de Adán y Eva los diablos, y nos lo regresa todo con su bautismo de verdad y de justicia, perpetua.

Esto no dice, que nosotros no podemos vivir sin bautizarnos, cuando lo podemos hacer en cualquier momento en la tierra, pero, en verdad deberemos cumplir con toda verdad y justicia divina, invocando la santidad perfecta de su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque en Jesucristo recibimos el verdadero bautismo en agua, complaciendo al Padre celestial, perpetuamente. Aquí nos dice también, que place a nuestro Padre celestial que recibamos el cuerpo glorificado y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, cubriendo todas las almas de Israel en el Valle de los huesos secos, por ende, él los ha levantado ya juntos con Adán y Eva, clavándolos a la carne del pacto, pero también los bautizó con verdad y justicia divina.

Así nos dice también, que nuestro Padre celestial se preparó con Abraham e Isaac el perfecto sacrificio continuo de su Hijo Jesucristo, que al entregarle a Isaac a él, representando a todo Israel, entonces él pudo unirlos a Adán y Eva, clavándolos a la carne sagrada y el perfecto bautismo de toda verdad y justicia divina, complaciéndolo así a él en todo, perpetuamente. En otras palabras, con la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de nuestro Señor Jesucristo, derramada para cubrir pecados, clavados a Adán y Eva y junto con todo Israel, del Valle de los huesos secos, entonces todas estas almas que fallaron en bautizarse en agua son finalmente bautizados sobre el monte Sión, cumpliendo con toda verdad y justicia divina.

Es decir, que nuestro Padre celestial que clavó a su Hijo Jesucristo a Adán y a Eva junto con Israel no solamente son atribuidos a ellos la perfecta vida, santidad, victorias sobre Satanás, la destrucción de la muerte y el infierno, pero también el bautismo que él recibió de Juan con el Espíritu Santo que bajo, para reposar sobre él y todo Israel. Por eso, es que los muertos del Valle de los huesos secos cantan victoria sobre Satanás y la muerte, porque cuando nuestro Padre celestial clavó la carne del pacto de su Hijo Jesucristo a todos ellos, entonces él mismo derramó la sangre reparadora, cubriéndolos perpetuamente, para fin del pecado, cuando su Hijo Jesucristo oró, diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Dado que, fue en éste instante, cuando su Hijo Jesucristo derramaba su sangre reparadora y cubría a Adán a Eva y a todo Israel, del Valle de los huesos secos, entonces, mientras la sangre estaba caliente limpiando a toda alma viviente del espíritu humano, a tiempo la intercesión de su Hijo Jesucristo fue aceptada y honrada para fin del mal por nuestro Padre celestial. Éste fue el momento más importante en Israel para vivos y muertos y junto con todas las familias de las naciones, cuando nuestro Padre celestial oía y aceptaba la oración intercesora de su Hijo Jesucristo, destruyendo el pecado con su sangre reparadora, cubriendo males en cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y del mundo entero, para que la vida prístina prevalezca, perpetuamente.

Por eso, es que por donde nuestro Señor Jesucristo iba en Israel, entonces él les decía a las multitudes que solamente él es el camino, la verdad y la vida, y que nadie puede jamás entrar a ver al Padre si no vienen por él primero—visto que, sólo él es el altar del amor prehistórico ardiendo apasionadamente para salvarlos, perpetuamente. Por ende, cuando respondemos al llamado de nuestro Padre celestial al monte Sión y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac, para ser bautizados en su fuego de amor, entonces, esto significa que nosotros debemos sumergirnos en sus aguas, invocando la perfecta santidad de su nombre, para caminar por el Camino de Santidad y el altar de su vida prístina.

Dado que, éste es el altar del amor prehistórico que Abraham e Isaac empezaron el fuego sobre el monte Sión que nadie lo puede apagar jamás, porque éste es el dulce hogar de nuestro Padre: en donde él empezó todo con Israel acostado y atado sobre el madero, para que clavados en un sacrificio eterno, seremos bendecidos con riquezas de vida eterna, perpetuamente. Por eso, es que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a abandonar su país y la casa de su padre, para viajar a Canaán que él había divinamente preparado para él tener a su Hijo Jesucristo como la carne sagrada, que nacería en su familia como Isaac, para incendiar el fuego del amor prehistórico, bautizando a todo creyente con salvación eterna.

Hoy en día, nuestro Padre celestial te está llamando de la vida que siempre has conocido hasta hoy por medio de la carne pecadora, para que asciendas al monte Sión, en donde él espera por ti para vestirte con la carne sagrada al ser finalmente renacido de su imagen y de su perfecta santidad: llenándote de vida eterna y de sus riquezas inagotables. Aquí es donde: tú ascenderás a su altar del amor prehistórico al ser bautizado en agua, invocando su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, abandonando así la carne pecadora milagrosamente, descendiendo al infierno con todos sus días malos, finalmente para vestirte con la carne sagrada y sus días de gloria, conquistas, descansos y de alegrías sin fin. ¡Amén!

OUR FATHER WILL ONLY ACCEPT YOU IN HIS SON’S SACRED-FLESH FOR BLESSING:

Our heavenly Father said to Abraham: Leave you country, your relatives and your father’s home, to the land that I will show you, because you will become a father to a great nation and to many other nations, because I will bless their families through you, and so, whoever blesses you will be blessed, and those cursing you will be cursed. Certainly, our heavenly Father was ready to save the entire world by changing it with a new beginning of life being His Son, the Rebbe Yeshua HaMoshiach, (Jesus Christ) born from Sarah’s barren-womb by the Holy Spirit, so His servant Abraham may have His Son, descended from heaven above as Isaac, filled with the salvation love needed for him to get saved.

Otherwise, our heavenly Father could have never have had His servant Abraham saved thus He had to get him to sit at the Lord’s Table, so he may eat with Him along with his 318 disciples the bread and wine that is daily served by His Son Jesus Christ, to the angels in heaven and to all the families on earth. This will the dinner at the Lord’s Table that our heavenly Father along with Abraham and his disciples will eat the bread and wine from His Son Jesus Christ, as His perfect Righteousness in heaven for the angels and on earth with humankind, so he may become born into the human family as the needed savior, filled with everyone’s salvation love, perpetually.

This is the pact of life that our heavenly Father needed to seal with humankind on earth, since He failed to do it with Adam and Eve in paradise, so not only they will learn to eat and drink with Him the bread and wine of life, but also the children for His eternal life to fill the entire world, everlastingly. This was the only way that our heavenly Father could restart His pristine life on earth, because in heaven with Adam and Eve He had given them birth from His image to live according to His Son’s likeness, but, since they both ate from the forbidden fruit, from the tree of knowledge of good and evil, then His love left them.

Meaning that, as Adam and Eve abandoned paradise, because they had both disobeyed our heavenly Father as they ate from the forbidden fruit, astonishingly His divine love was no longer with them thus to live in heaven’s glory next to Him, so they may learn to love, serve and praise His name then His divine love had to return to them miraculously. That is to say, that as Adam and Eve left paradise then they descended upon earth to live their lives without the divine love that they had not only been born from our heavenly Father’s image thus to live in His Son Jesus Chris’s likeness, by the Holy Spirit’s power, but also their children were bound to be born without love.

That is why, also that after Adam and Eve descended upon earth then violence was bound to spread all over the world as uncontrollable wild fire, because as Abel and Cain were born and became mature men, then conflict aroused between them, although they were brothers—Cain despised Abel, because our heavenly Father accepted his lamb offering, by rejecting his (crop-offering). That is why, that it was important for our heavenly Father to sit at the Lord’s Table with Abraham, so He may not only eat with him the bread and wine from His Son Jesus Chris’s hands, because he alone is the love of His pristine life in His entire Creation along with His Holy Spirit, but also eat with his adoptive-children.

For the reason that, by our heavenly Father eating with them at the Lord’s Table the bread and wine served by His Son Jesus Christ, then, they were altogether eating the rebirth of His divine life, descended from heaven above through His only Son manifested in Abraham’s life as Isaac, so he may get saved with love along with the children. Because, as Isaac was born from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s power, then His divine love was not only been restored to human life on earth, ready to return into heaven’s glory forever justified, but also the sacred-flesh was ready to shed the atoning-blood filled with everyone’s eternal life, so they may return to the only divine-life that loves them everlastingly.

Therefore, by Isaac been born from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s power, then our heavenly Father’s prehistoric love that Adam and Eve lost in paradise by eating from the forbidden fruit, instantly they were reborn into a loveless life suitable to live it away from heaven and only on earth, since Satan had been ejected to roam the entire Creation. However, although our heavenly Father had passed judgment against their sinful-flesh but never to their living-souls, then He said to them that they had to return to the dust from where He had initially taken them thus to become living human being, fashioned in His image to live in His Son Jesus Christ’s likeness of the sacred-flesh, filled with the Holy Spirit.

They were sent both of them to live on earth along with their children, because they could never stay to live in our heavenly Father’s presence in paradise, if they longer could feel much less live His prehistoric love from which He had given birth not only to them, but also to the children to be born in generations ahead into millions. They had to abandon the sinful-flesh that had eaten from the forbidden fruit that our Father had commanded never to eat from it, because the day that they will eat it then they will die, because His divine love will fail to live in them thus to help them to continue to live their normal lives into eternity, in heaven’s glory.

Our heavenly Father, certainly, was calling them to get baptized in water, and this had to be done on earth, because this is the place from where He had taken a handful of dust thus to cover Adam’s living soul along with Eve and the children to be born yet, so they may become reborn in His name’s perfect holiness, forever. Above all, this is the planet earth that our heavenly Father had filled it with water everywhere thus for humankind to get baptized in His name’s perfect holiness and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, so they may disconnect from the sinful-flesh to retake on the sacred-flesh to return to paradise anytime filled with His Son’s life.

That is why, that it was important for our heavenly Father to strike a new pact of life with humankind, but, this time, it will be with Abraham by sitting with him at the Lord’s Table to eat from the bread and wine of His Son Jesus Christ that truly is his sacred-flesh and the atoning-blood, granting eternal life to every believer everywhere. That is to say, also that our heavenly Father had begun to do with Abraham what Adam and Eve failed to do in paradise for Him, as He called them to eat from the fruit of the tree of life, but, never from the forbidden fruit that causes rebellion, curses and death to anyone that disobeys His living word.

Our heavenly Father needed not only Adam and Eve but also the children to live in the perfect holiness of His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood that had always fulfilled and gloried the Holy Spirit of His Living Ten Commands in heaven and on earth forever, so He may live with humankind in eternal peace, perpetually. For this is the only sacred-flesh with the unbreakable bones and the atoning-blood that our heavenly Father has always known in heaven’s glory with the angelical hosts, and He also needed to continue to know it with every man, woman and child born in paradise and on earth, so truth and justice may be fulfilled at all times everywhere throughout eternity.

That is why, that our heavenly Father had called Adam and Eve to eat from the fruit of life that is His Son Jesus Christ always serving the bread and wine over the Lord’s Table for the angels in heaven’s glory and for every man, woman and child from the families of the nations that are willing to obey Him always. Moreover, this is the same call that our heavenly Father had not only done to Abraham and his family but also to the entire world, because He needs to redo the entire earth by creating a new earth with glorious and spacious skies, but first He has to get them to eat from the bread and wine that gives them life, always.

Otherwise, it will be impossible for our heavenly Father not only to create a great nation born from His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood that is Israel, but also impossible to have every family from all the nations to eat from His Son, so He may have His children reborn to Him in the sacred-flesh heavenly bound. For this is a great kingdom in heaven’s glory uniting forever with the entire world as in a new earth with glorious spacious space where His children reborn with Him in His image, over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, will live with Him and His angelical hosts thus to love, serve and glorify His name perpetually.

This is a new kingdom that our heavenly Father has always dreamed to possess, dressed with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh and eternal love in every man, woman and child not only from Israel but also from all the families of the nations, because only from this glorified body He will receive new glories into eternity, pleasing truth and justice always, everlastingly. These are the kings, priests, temples to His holy name and judges, judging holy angels through eternity, so our heavenly Father will continue to have law and order with the angelical nations and the entire human race that will be saved eventually to love, serve and glorify Him and His holy name thus enriching His greater Kingdom as never before seen.

For our heavenly Father has created not only Israel but also the nations, so they may learn to love, serve and glorify Him and His holy name over Jerusalem’s holy hill through eternity thus enriching His new kingdom of His legitimate children with richness, sanctities and glories never conquered before by the angelical hosts or anyone else through His Creation until now. Besides, these are richness, sanctities and glories that our heavenly Father is looking forward to conquer in every one of His legitimate children that had been reborn from His image at Jerusalem’s holy hill to live in His Son Jesus Christ’s likeness of the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood thus to please all truth and justice of the Holy Spirit, perpetually.

For this is His kingdom that is filled with His prehistoric love that descended from His divine family of His Son and of the Holy Spirit thus to grant love, life and blessings without measure not only to Abraham but also to the children to be born in future generations to come, including the children from the families of the nations. Thus, our heavenly Father is thinking of you always along your loved ones and friends, so they may approach Him these days that they have the call to be baptized in water by invoking His name’s perfect holiness and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, finally to escape evil, entering into the sacred-flesh that blesses them everlastingly.

For it is here, where our heavenly Father is very happy with you and everyone else that is willing to disconnect himself from the sinful-flesh and its evil days of torment, as they invoke His name’s perfect holiness and that of His Son along with the Holy Spirit, so they may connect forever with the sacred-flesh that blesses life always, perpetually. That is why, that Jerusalem’s holy hill is the place where our heavenly Father summed Abraham to ascend with his beloved son Isaac, because his only son represented the house of Israel that was to be born in the generations ahead, so He may receive them with prayers and tears filled with His prehistoric love, because He was ready to saved them.

Certainly, by our heavenly Father having Abraham take his son Isaac to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above that it was ready to be ignited into an eternal fire, then Israel needed to be laid over the wood as an eternal sacrifice offering, because He was preparing them for lasting salvation to take place in due time. Therefore, it was important for our heavenly Father to have Isaac lying over the wooden altar of the prehistoric love, so He may pray and cry in His love filled with endless blessings in this life and in the next one to come, because He was going to nail Israel’s dried bones to the sacred-flesh by shedding the atoning-blood to end sin, forever.

However, before our heavenly Father was ready to have the entire house of Israel with their dried bones lying all over the Valley of the dried bones to lift them to the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, thus to nail them forever to the sacred-flesh that pleases Him, then He had to congregate them around His altar through time. This is when our heavenly Father, after they had been liberated from Egypt’s captivity and baptized at the Red sea by crossing it in dried ground, then, He established the Sabbath day in Israel, so He may gather them at the altar of the prehistoric love, where He will nail them eventually to His Son Jesus Christ’s sacred-flesh for everyone’s salvation.

This is the salvation that our heavenly Father had to prepare Israel by having Abraham taking his only son Isaac over the altar of the prehistoric love, so he may lay him, representing the entire house of Israel that will later be nailed as the dead from the Valley of the dried bones to His Son’s sacred-flesh: to end sin, at last. Now, we know that Israel failed to become saved, because through their days of life on earth they continued to fail to get baptized in water in the perfect holiness of His name and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, so they may disconnect from the sinful-flesh to connect to the sacred-flesh heavenly bound with everyone’s salvation.

Then, for our heavenly Father to solve this problem, and this is that Israel failed progressively to get baptized in water by invoking His name’s perfect holiness and that of His Son along with the Holy Spirit, so they may abandon the sinful-flesh that He abhors to take on the sacred-flesh that pleases Him always, finally He had His Son baptized for them. Surely, our heavenly Father had to have John the Baptized born as one of His mayor prophets just months ahead His Son was to be born from David’s virgin daughter by the Holy Spirit’s powers, as He had Isaac born from Sarah’s barren-womb, so the sacred-flesh may be baptized in the Jordan River for Israel’s dried bones to live finally baptized perpetually.

That is to say, also that the day that John baptized our Lord Jesus Christ at the Jordan River, then our heavenly Father had His Son along with the Holy Spirit that descended from above just as the prehistoric love descended initially from heaven’s glory to get the sacred-flesh baptized for Israel finally to fulfill all truth and justice for salvation. In other words, as our heavenly Father nailed His Son Jesus Christ to Adam and Eve along with Israel lying in the Valley of the dried bones, then, He fulfilled His pact of the sacred-flesh that He had personally started with Abraham by nailing every man, woman and child from Israel to His Son’s messianic life that killed the angel of death.

On this day, our heavenly Father did not only nail every man, woman and child to His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood for salvation, but also he baptized each one of them at the Jordan river with His Son’s baptism thus fulfilling all truth and justice at last, pleasing our heavenly Father and the Holy Spirit, forever. Meaning that, our heavenly Father did not only provide Israel the needed water baptism that was lost at the Valley of the dried bones never to see life again, because they failed to get baptized in water by invoking His holy name and that of His Son along with the Holy Spirit, thus lastly through His Son He baptized them, too.

Certainly, our heavenly Father with His Son Jesus Christ’s amazing grace and endless renew mercies along with the Holy Spirit’s daily powers that rain upon earth directly from the altar of the prehistoric love of Abraham and Isaac to liberate Israel again but, this time, from death, lovingly He made it easy for them to return to Him and eternal life instantly. Besides, the only thing that the entire house of Israel has to do thus to return to life despite the fact that they failed to get baptized in water by invoking His holy name and that of His Son along with the Holy Spirit, a holy name giving to Moses over Mount Zion for lasting salvation: it is only to believe.

That is all that every man, woman and child from the Valley of the dried bones, from the house of Israel, has to do for our heavenly Father to save them by restoring to life in the day of the resurrection, that is about to happen anyday now, because the time of resurrecting Israel from the dead is over due already. Now, our heavenly Father has made it very easy for the entire house of Israel to return not only to life but also to the land of Israel, thus to remove every idol worship and altar that they have offered their daily services to foreign gods, that our heavenly Father forbade them to do this, so they may finally see God face-to-face.

Israel, although spent decades lying in the Valley of the dried bones without hope, our heavenly Father has finally accepted them over Jerusalem’s holy hill and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, so they may become reborn from His image by the Holy Spirit’s power eventually to live with Him and His angels in heaven’s glory forever enriched. For this is the altar of the prehistoric love that finally He did not only accepted Abraham with his son Isaac thus to become the nation of Israel ready to be sacrificed as an eternal offering of love unto Him and His divine family, but also, received the children from the nations, so they may become reborn in His image, everlastingly justified.

That is to say, that our heavenly Father in His great personal love towards Israel although they were not born yet, He received them from the hands of Abraham as he ascended with Isaac to lay his only son over the wooden altar thus for He to start His continuous sacrifice of the sacred-flesh and the atoning-blood shed that will never die. Certainly, this is the continuous especial sacrifice burnt offering that our heavenly Father called Abraham to execute over Mount Zion, because this is His home-sweet-home, but also the place where He and His holy name is worshipped by the angelical hosts and by every man, woman and child reborn with Him from His image, entering eternal life forever justified into eternity.

This is where, our heavenly Father had nailed all the families of Israel to the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood that had defeated Satan’s work throughout Israel and killed the angel of death as well, forever, so the Gates of heaven’s glory may open to allow His legitimate children to enter perpetually blessed and reborn within His prehistoric love. That is to say, also that for every man, woman and child from Israel and from the families of the nations to enter into heaven’s glory, then they must be nailed to His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood that has killed the angel of death, so they may be part of the continuous sacrifice forever into heaven’s glory.

Besides, those that thought that they will never be able to enter into our heavenly Father’s kingdom of heaven, because they failed to get baptized in water by invoking His name’s holiness and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, then, they can also enter life’s richness, since Jesus Christ was baptized by John fulfilling truth and justice, everlastingly. Definitely, our heavenly Father has made salvation for the house of Israel lying in the Valley of the dried bones very easy that the only thing that they had to do is believe in His Son Jesus Christ’s sacred-flesh and the atoning-blood shed over their living-souls already over the altar of the prehistoric love, so they may live never to see death again.

That is why, that it is over the altar of the prehistoric love is where our heavenly Father is calling every man, woman and child not only from Israel but also from the families of the nations, so they may become part of this continuous burnt sacrifice of His Son Jesus Christ’s sacred-flesh nailed to the Valley of the dried bones. This is a glorious salvation that our heavenly Father has erected over Mount Zion that really began with Abraham, as he was called to ascend with his only son Isaac thus to lay him over the wood that will burn with an eternal fire of the prehistoric love, descended from heaven above, that will never be put out by the enemy.

This is a glorious altar, where you must enter, and this is only possible through water baptism, by invoking our heavenly Father’s holy name and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, so you may walk through the Highway of Holiness leading you into the altar of the prehistoric love, where you will be accepted by our Father. It is here, where you will become reborn with our heavenly Father’s image just as you were born initially from His image in heaven to live in His Son Jesus Christ’s likeness, that is the same sacred-flesh that dressed Abraham in the beginning, and that will dress you these days to enter into eternal life forever justified: only knowing life goodness everlastingly!

This is the only altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac, thus to enrich not only Abraham and his family but also the families of the nations, so you may have your sins forgiven only to know eternal life and its every day goodness that will bless you as you have never been blessed before. It is here, where you will begin to do the things that our Lord Jesus Christ did within Israel by delivering the sick from their daily afflictions, so they may live the life that our heavenly Father has granted them to enjoy on earth thus finally to bless and glorify His holy name over Jerusalem’s holy hill and His altar of love.

Besides, our Lord Jesus Christ said to those that believed in his name and the words that came from our heavenly Father through his mouth that they will do every thing that he has miraculously done to the people of Israel, but also greater things they will do in his name, since he is back with the Father again in heaven’s glory. Actually, what Jesus Christ was telling Israel was that he was returning to his former place over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above, thus to continue to intercede for each one of them that invoke his holy name in His Father’s holy presence as they may ask Him through prayers the daily much needed blessing.

That is why, that every one that believes in him and his name, and this is throughout the world, then they can pray to our heavenly Father for anything that they may need from Him thus for His blessings to pour upon them and their loved ones as well, including their friends, and things will begin to take place miraculously and continuously. It is here, where our heavenly Father is glorified greatly, because people will believe in Him through His Son Jesus Christ, that is the established way to believe, through the sacred-flesh and the atoning-blood shed over the altar of the prehistoric love nailed to Adam and Eve along with the house of Israel thus receiving daily blessing again, and this time forever.

Because, this is the way of the faith that not only comes close to our heavenly Father but also it goes right into His very holy demanding heart that pleases all truth and justice forever, since His Son Jesus Christ was born from David’s virgin daughter, by the Holy Spirit, and baptized by John fulfilling truth and justice for everyone dead already. And fulfilling truth and justice for the living, as you and I these days, because we are still alive on earth thus we are called to get baptized in water by invoking His name’s holiness and that of His Son along with the Holy Spirit, furthermore, through his sacred-flesh we are justified, but also baptized with His truth and justice already, everlastingly.

That is to say, that our heavenly Father has granted not only a very holy sacred-flesh along with the unbreakable bones and the atoning-blood, filled with his eternal life that has defeated Satan’s wilds along with the angel of death, but also it has granted us the perfect truth and justice through water baptism as he was baptized by John. That is to say, that the house of Israel from the Valley of the dried bones along with everyone else will become one nailed to our Lord Jesus Christ’s sacred-flesh that has defeated Satan’s kingdom of darkness thus restoring to us everything that he took from Adam and Eve, thus returning them to us along with the baptism of truth and justice, eternally.

This does not mean that we can live without been baptized in water, when we can to do it anytime on earth, but, instead we should to fulfill truth and justice as we invoke His name’s holiness and that of His Son along with the Holy Spirit, because in Jesus Christ we get the real water baptism pleasing our Father, everlastingly. Meaning that, pleases our heavenly Father that we may receive His Son Jesus Christ’s glorified-body and the atoning-blood covering the house of Israel lying dead at the Valley of the dried bones, then, He has lifted Israel with Adam and Eve’s dried bones together to be nailed finally to His Son’s sacred-flesh but also baptized them in perfect truth and justice, perpetually.

That is to say, that our heavenly Father had prepared with Abraham and Isaac the perfect continuous sacrifice of His Son Jesus Christ that as he brought Isaac to Him, representing Israel, then He was able to unite them with Adam and Eve’s bones nailed to His Son’s sacred-flesh in a perfect baptism of truth and justice, pleasing Him always into everlasting. In other words, with our Lord Jesus Christ’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood shed to cover our sins forever nailed to Adam and Eve along with the house of Israel, from the Valley of dried bones, then those that failed to get baptized in water are finally baptized over the mountaintop, forever, fulfilling all truth and justice lawfully into eternity.

That is to say, that our heavenly Father that nailed His Son Jesus Christ to Adam and Eve along with Israel’s dried bones are not only attributed His Son’s perfect-life, holiness, victories over Satan, the angel of death and hell destruction, but also the perfect water baptism that he received with John as the Holy Spirit descended from heaven to rest upon him. That is why, that the dead from the Valley of the dried bones can truly sing victory over Satan and the angel of death, because as our heavenly Father nailed His Son Jesus Christ’s sacred-flesh to them, then He shed the atoning-blood covering them to finish with sin as His Son prayed: Father, forgive them because they know not what they do.

Given that, it was at this unique moment, as His Son’s atoning-blood was covering Adam and Eve’s dried bones that were nailed to the entire house of Israel, from the Valley of the dried bones, then, while the atoning-blood was hot cleansing every soul from the human spirit, timely His Son’s prayer was accepted and honored to finish with evil, at last. This is the most important moment in Israel both dead and alive along with the families of the nations, as when our heavenly Father heard and accepted His Son Jesus Christ’s intercessional prayer, destroying sin with his atoning-blood covering it forever in every man, woman and child from Israel and from the entire human race for eternal life to thrive finally, everlastingly.

That is why, that our Lord Jesus Christ wherever he went in Israel, then he will tell the people that he alone is the way, the truth and the life, and that no one can ever enter into eternal life to see our heavenly Father unless they come through him only—since he is the altar of love burning passionately, forever. Therefore, when we answer our heavenly Father’s call to Mount Zion and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac, to get baptized in His fire of love, then, this means that we must submerge in His water baptism invoking His name’s perfect holiness, to walk into the Highway of Holiness and His altar for life perpetually.

Provided that, this is the altar of the prehistoric love that Abraham and Isaac started its fire over Mount Zion that until now enemies have failed to stop it, because this is our heavenly Father’s home-sweet-home: where He started everything with Israel lying over the wood, so we may unite with Israel in an eternal sacrifice, blessing us with life’s richness, everlastingly. That is why, that our heavenly Father called Abraham to abandon his country and father’s household, so he may go to Canaan that He had divinely prepared for him to have His Son Jesus Christ as the sacred-flesh that will be born in his family as Isaac thus to start the fire of the prehistoric love that will baptize everyone for lasting salvation.

These days, our heavenly Father is calling you to abandon the life that you have always known until now through the sinful-flesh, so you may ascend to Mount Zion where He is waiting for you thus to dress you with the sacred-flesh by been reborn from His image in His perfect holiness that will fill you with eternal life at last. This is where: you will ascend His altar of the prehistoric love as you are baptized in water, by invoking His holy name and that of His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, to abandon the sinful-flesh miraculously, descending into hell with its days of torment, finally dressing you with the sacred-flesh and its eternal days of never-ending happiness. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ”. Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: “Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén”. Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: “Haya paz en ti, siempre Jerusalén”. Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


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