(IVÁN): EL ALTAR DEL AMOR ÚNICO DE DIOS AÚN ARDE APASIONADAMENTE POR TI:

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Sábado, 20 de Febrero, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

EL ALTAR DEL AMOR ÚNICO DE DIOS AÚN ARDE APASIONADAMENTE POR TI:

Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Toma a tu único hijo Isaac, al que tú has aprendido a amar tanto a través de los años a la tierra de Moriah, y sobre el monte del que yo te hablare, entonces lo sacrificaras como en un sacrificio continuo de fuego encendido sobre mi altar, para alcanzar la justicia perfecta, para siempre. Puesto que, éste es un sacrificio de amor de padre e hijo que nuestro Padre celestial estaba buscando, para establecerlo sobre el monte santo de Jerusalén, que Abraham había aprendido del Espíritu Santo de su nombre bendito y de Los Diez Mandamientos, para empezar una relación perfecta con cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones.

Y éste era un sacrificio de fuego ardiendo constantemente que nuestro Padre celestial tenia que iniciarlo con la humanidad, para que él pueda empezar a amar, bendecir y redimir las almas vivientes que habían nacido de él, cuando Adán nació en su imagen santísima, para vivir conforme a la semejanza de su Hijo amado, el Rebbe Yeshua HaMoshiach, ¡nuestro Señor Jesucristo! Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba establecer el templo de su nombre bendito en el alma viviente y en el espíritu humano de cada hombre, mujer, niño y niña de todas las familias de las naciones, y por ello su relación personal con Abraham era muy importante, para que su Hijo Jesucristo nazca como Isaac en la familia humana, por vez primera.

Ciertamente, que nuestro Padre celestial necesitaba conectar su Espíritu Santo con el espíritu humano de la humanidad entera, para que él pueda tener a sus hijos de regreso con él, que se habían perdidos a Satanás y la serpiente antigua del Edén con mentiras, convenciendo a Eva de comer del fruto prohibido del árbol, de la ciencia del bien y del mal. Eventualmente, esto fue posible al hacer que Abraham y Sarah envejeciesen tanto y hasta no poder tener hijos de ellos mismos jamás, y así: Él poder actuar milagrosamente entregándoles él mismo su semilla santísima, por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, para que su Hijo Jesucristo nazca de ellos como Isaac, y como templo de su nombre santo en la tierra.

Además, nuestro Padre celestial tenia que tener a su Hijo Jesucristo nacido milagrosamente de ellos, por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, puesto que Dios mismo quería salvar a Abraham y a los suyos, y esto solamente era posible por medio del nacimiento de su Hijo Jesucristo como Isaac, para que Abraham obtenga toda la perfección y santidad para ser redimido eternamente. Visto que, nuestro Padre celestial se había manifestado a Abraham como el Dios perfecto del cielo, que si Abraham deseaba ser parte de la familia divina del reino angelical junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, entonces, él tenia que volverse santo y perfecto así como siempre él lo ha sido desde la eternidad ante sus huestes angelicales.

Por ello, para que esto sea posible para Abraham, entonces su Hijo Jesucristo tenia que nacer en su familia como el templo del nombre santo y del Espíritu Santo de los mandamientos, y éste es Isaac, porque esta era la única manera en la cual él iba a ser santo y perfecto así como él es santo en el cielo, perpetuamente. Además, nuestro Padre celestial tenia que tener a su Hijo Jesucristo viviendo con Abraham y su familia, como Rey de Salem y la Justicia de Dios en la tierra con las naciones y en el cielo con los ángeles, para que finalmente se siente a la Mesa del SEÑOR para comer del pan y vino, entregándoles así la carne sagrada al mundo.

Puesto que, ésta es la carne sagrada de su Hijo Jesucristo nacido en la familia de Abraham, por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, como el templo del nombre bendito y el Espíritu de los mandamientos, para que él y con los suyos puedan vivir en la perfecta santidad que necesitaban para entrar a la gloria celestial, eternamente justificados. Ya que, ésta era la única manera posible para que Abraham finalmente se conecte con la gloria celestial en perfecta santidad, pero también conectarse a nuestro Padre celestial, por la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo nacido como Isaac en su familia, por el Espíritu Santo, para ser parte de la familia divina, infinitamente.

Por eso, es que Isaac nació del vientre estéril de Sarah, por los poderes asombrosos del Espíritu Santo, entonces nuestro Padre celestial estaba realmente introduciéndose él mismo en la vida de Abraham junto con el templo del nombre santo y el Espíritu de los mandamientos, para que Abraham con su familia viva en perfecta santidad, complaciendo así a nuestro Padre celestial infinitamente. Por eso, es que cuando Isaac nació del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, entonces nuestro Padre celestial y el Espíritu Santo no solamente vinieron a ser parte de su vida pero también de toda su familia, porque esto era lo que Dios buscaba que Abraham diga: Tú eres perfección de mi perfección y santidad de mi santidad, para siempre.

Ciertamente que nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo llegaron a ser milagrosamente parte no solamente de Abraham pero también de sus hijos, que él mismo le había otorgado y que serian imposible de contar jamás, como las estrellas del universo, para que ellos también se vuelvan perfectos y santos por los mismos poderes espirituales. Por cierto, no solamente Abraham, pero también sus hijos podrán decir del Hijo muy amado de nuestro Padre celestial, nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, como Isaac: Tú eres carne de mi carne, huesos de mis huesos--reclamando así eternamente la vida pura y santa requerida para entrar en la gloria celestial como hijos del Altísimo, perfectamente bendecidos.

Esto significa también que al Abraham llevar en sus brazos a Isaac, entonces él no solamente estaba abrazando a su único hijo muy amado, pero también abrazaba a nuestro Padre celestial y al Espíritu Santo en la perfecta santidad que él estaba requerido a poseer, para convertirse en hijo legitimo de Dios perpetuamente en el cielo, para conocer solamente del amor divino. Puesto que, éste era la única manera en la que nuestro Padre celestial le quería decir a Abraham: Ahora yo sé que me amas, pero también decirle igualmente: Tú eres carne de mi carne, huesos de mis huesos, sangre de mi sangre, perfección de mi perfección, santidad de mi santidad, por ende, tú eres mi hijo, entrando a la vida divina, perpetuamente justificado.

Ahora, nuestro Padre celestial podía decirle a Abraham (y a cualquier otra persona, por esta misma razón): Hoy yo sé que me amas, porque éste es el lugar en donde Abraham había establecido eternamente el sacrificio de su hijo Isaac, el cual había llegado a ser un fuego de amor ardiendo sin poder ser apagado o destruido jamás hacia la eternidad. Por ello, esto es donde no solamente Abraham amó a nuestro Padre celestial, por medio de su hijo Isaac, que realmente es el Hijo de Dios desde siempre, porque es aquí únicamente en donde Isaac es reconocido por nuestro Padre celestial como su Hijo Jesucristo, haciendo que él y Abraham junto con sus hijos sean uno en santidad y perfección perpetua.

Por razones de que, esto es exactamente lo que nuestro Padre celestial buscaba establecer con Abraham y con sus hijos nacidos a él en generaciones venideras, y no solamente de las doce tribus de Israel pero también de todas las familias de las naciones, para que lleguen a ser una gran familia hacia la eternidad, gobernado por su Hijo Jesucristo, perpetuamente. Ahora, nuestro Padre celestial le confesó eternamente a Abraham, que ahora él sabia perfectamente que él lo amaba, en el espíritu y en la verdad viviente del sacrificio ardiendo en fuego sobre el monte santo de Jerusalén, y fue porque nuestro Padre celestial mismo veía perfectamente que su amor hacia su Hijo Jesucristo, ardía grandemente en el alma viviente de Abraham.

Aquí es cuando nuestro Padre celestial sintió que Abraham lo estaba amando, porque el fuego de amor entre él y su hijo Isaac sobre el altar estaba ardiendo fuertemente en su corazón y en toda su alma viviente, y fue por ello que Dios le dijo: Ahora yo sé que me amas, porque ambos están unidos y sintiendo grandemente éste amor eterno. En otras palabras, el mismo amor que siempre ha existido entre nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo a través de la eternidad, entre las huestes angelicales, había venido a ser no solamente parte del alma de Abraham, pero también del espíritu humano de cada hombre, mujer, niño y niña, listos para amar a Dios sobre su monte santo para salvación eterna.

Es decir, que cada uno de la familia de Abraham, incluyendo los de las naciones, que deseen tener un encuentro personal con nuestro Padre celestial, entonces solamente tienen que ascender al monte santo de Jerusalén a donde el sacrificio continuo de Abraham y del amor viviente de su hijo Isaac está ardiendo en un fuego gigante, para tocar toda alma con salvación indestructible. Ya que, es aquí en donde nuestro Padre celestial prometió encontrarse con todos que quieran amarlo eternamente, y éste es el altar del amor encendido de Abraham sobre el monte santo de Jerusalén, para encontrarse con nuestro Padre celestial en el perfecto amor bendito que siempre ha existido entre él y su Hijo Jesucristo, para salvación perpetua de toda alma viviente.

Puesto que, éste es un fuego de amor eterno, ardiendo, como un holocausto continuo que nuestro Padre celestial llamó a Abraham al monte alto, para empezarlo no solamente para él y su hijo Isaac, pero también para cada uno de sus hijos y de todas las familias de las naciones, también, porque aquí es en donde todos tienen que bautizarse con Dios. Ya que, éste es el bautismo del Espíritu Santo de amor que siempre ha existido entre nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo, que Abraham empezó sobre el monte santo en la tierra, a él ascender con su hijo Isaac, para tenderlo sobre el altar, para que Dios mismo se goce cada día con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo.

Oportunamente, nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham con el amor de su hijo Isaac que empiece el holocausto continuo de fuego sobre su monte santo no solamente manifestando su amor entrañable por él, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero también por sus hijos por nacer aún, para que así todos los demás aprendan a amar a nuestro Dios, igualmente. Dado que, éste es el único lugar en la tierra y en el cielo, en donde cualquiera, después de Abraham podría aprender a amar a nuestro Padre celestial, por medio del amor que Abraham vivió con Isaac su hijo, que realmente es el mismo amor que nuestro Padre celestial ha vivido con su Hijo Jesucristo eternamente, para que sean todos redimidos postreramente.

Presentemente, toda salvación es posible para quien quiera sobre el altar ardiendo en amor, entre Abraham y su hijo Isaac unidos eternamente con nuestro Padre celestial, y la gracia redentora de Jesucristo, resultando en una salvación de amor que no solamente salvó a Abraham, pero también a sus hijos de Israel y de las familias de las naciones: salvándote hoy, igualmente. Ciertamente, es en éste fuego de amor sobre el monte santo, en donde nuestro Padre celestial no solamente le dijo a Abraham: Ahora yo sé que me amas, pero también a millares, ascendiendo sobre el altar de amor viviente, porque todos han recibido su llamado para amarlo en éste fuego de amor que va por el mundo, salvando a todo creyente.

Desde entonces, nuestro Padre celestial ha estado llamando a todas las familias de las naciones a ascender el monte santo de Jerusalén, para estar delante de éste fuego gigante de amor, para encontrarse con él en persona, porque todos tienen que tener éste bautismo, de éste amor maravilloso, para que él mismo les diga: Ahora yo sé que ustedes me aman, perpetuamente. Además, cuando nuestro Padre celestial le manifestó a Abraham, al decirle a él: Ahora yo sé que tú me amas, entonces él le estaba confesando que ahora él entendía, que él era perfecto y santo así como él siempre lo ha sido delante de las huestes angelicales, por lo tanto, ahora él había llegado a ser su hijo legitimo, para la eternidad.

De otra manera, si nuestro Padre celestial no hubiera dicho: Abraham, ahora yo sé que me amas, cuando todos estaban juntos sumergidos en éste fuego ardiente de amor sobre el altar, entonces, Abraham había fallado en ser perfecto y santo así como él siempre lo ha sido ante sus huestes angelicales, por ello, la salvación hubiese sido imposible para todos, para siempre. Así pues, fue aquí, y sobre el altar del amor del Espíritu Santo y fuego ardiendo que nuestro Padre celestial necesitaba a Abraham parado con su hijo Isaac y con su Hijo Jesucristo, que es Emanuel (Dios con nosotros): por la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, para ser unidos en amor, perfección y salvación santísima, para siempre.

Ciertamente, éste es el lugar de donde nuestro Padre celestial estaba llamando a Abraham a que suba con su hijo Isaac, que realmente es su Hijo Jesucristo, por la carne sagrada del pacto de vida entre él y Abraham, para ser uno en la eternidad, al confesarle a Abraham y a todos los demás, diciéndoles: Ahora yo sé que me aman. Esto nos dice, de que cada vez que nuestro Padre celestial le dice a quien sea, después de Abraham, ahora yo sé que me amas, entonces esto significa que aquella persona a alcanzado perfección y santidad requerida abundantemente para entrar a la vida eterna, y esto seria perpetuamente justificado, sólo para conocer el amor y sus grandes riquezas, eternales.

Definitivamente, éste es el amor maravilloso que nuestro Padre celestial siempre ha conocido con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo a través de la eternidad, y que él no lo cambiaría por nada jamás, ya que no hay un amor mayor que éste sobre el altar y que siempre existió con sus huestes angelicales en el cielo, hasta nuestros días. Ya que, éste es el único amor que no solamente existe en la gloria celestial con nuestro Padre y con sus huestes angelicales, pero también esté es el único amor que él vera en sus hijos al crecer en su estado espiritual de reyes, sacerdotes y de templos de su nombre bendito, para finalmente inaugurar su nuevo reino angelical, para siempre.

Por eso, es que nuestro Padre celestial siempre le dijo a Israel: Si ustedes realmente oyen my voz, entonces me serán una nación de sacerdotes, porque al oírle y creerle a él así como Abraham le creyó, ciertamente todos ustedes se encontrarían sumergidos sobre el altar de amor ardiente del monte santo de Jerusalén, siendo así renacidos del Espíritu como hijos legítimos. Además, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham empiece éste holocausto de amor ardiendo en fuego sobre el altar del monte santo de Jerusalén, al recostar a su hijo Isaac ante él y la gloria celestial, porque él necesitaba experimentar éste amor bendito con él y en su hogar, pero también para declararlo justo, para que entre pronto a La Nueva Jerusalén celestial.

Ya que, éste es el destino final del plan glorioso de salvación de nuestro Padre celestial, que empezó con Abraham y con el amor maravilloso de su hijo Isaac, porque al Isaac nacer del Espíritu Santo por el vientre estéril de Sarah, entonces: él nació como el templo del nombre santísimo, para que Abraham con la humanidad entera lo tengan, protegiéndolos, perpetuamente. Puesto que, esta es la manera en que nuestro Padre celestial iba a proteger las familias de las naciones de las mentiras, decepciones y obras malvadas de Satanás, pero también salvarlos del infierno tormentoso, al ascender el monte santo de Jerusalén, sumergiéndose así en el fuego del holocausto de Abraham y del amor interminable de su hijo Isaac, para salvación de todos.

Además, nuestro Padre celestial necesitaba tener a todos ascendiendo el monte santo, para que se sumerjan en el fuego del altar de amor que siempre está delante de él, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque es solamente en éste fuego de amor que él está siempre listo para decir: Ahora tú eres carne de mi carne para gloria perpetua. Ciertamente que éste es el único lugar angelical, y antes de entrar a La Nueva Jerusalén celestial, que es la ciudad de oro y de piedras preciosas, sentada sobre las tres cruces, la escalera de Jacobo, como el fundamento que la sostiene, que nuestro Padre celestial te dirá: Ahora yo sé que eres perfecto y santo así como yo lo soy, infinitamente.

Ya que, éste es el único lugar en que nuestro Padre celestial le podía decir a Abraham: Ahora yo sé que me amas, porque Abraham sentía éste gran amor bendito, que siempre existió entre él y su Hijo Jesucristo, pero para Abraham su Hijo era Isaac, que nuestro Padre entonces le dijo a Abraham definitivamente: Tú eres carne de mi carne, eternamente. Ahora, Abraham vino a ser para nuestro Padre celestial el amor de su amor y la carne de su carne, porque Isaac nació del vientre estéril de su esposa Sarah, por el Espíritu Santo, y él aprendió a amar el amor que siempre existió entre Dios y su Hijo Jesucristo ante los ángeles, para que nosotros tengamos éste altar de amor familiar, siempre.

Además, nuestro Padre celestial había llamado a Abraham a ascender el monte santo no solamente para empezar el sacrificio continuo del fuego de amor bendito que siempre existió en el cielo con él y con su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo, pero también para manifestarlo a los ángeles, y a cada hombre, mujer, niño y niña del mundo entero. Visto que, al subir el monte santo de Jerusalén, para ser sumergido en el fuego de amor de Abraham que con su hijo Isaac había encendido sobre el altar santísimo de nuestro Padre celestial, entonces cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las familias de las naciones se sumergirán en él, viviendo éste amor único eternamente bendecidos hacia la eternidad.

Ya que, es aquí, en donde nuestro Padre celestial junto con su Hijo Jesucristo y con el Espíritu Santo les expresarán a cada uno de nosotros: Ahora yo sé que ustedes son carne de mi carne, sangre de mi sangre, santidad de mi santidad, perfección de mi perfección, por tanto, serán vestidos de mi gloria, poderes y riquezas, entrando al cielo. Y es solamente aquí, sobre el fuego eterno de la salvación de amor que nuestro Padre celestial ciertamente nos manifiesta a cada uno de nosotros y a nuestros muy amados, de que somos sus hijos, vestidos como sus sacerdotes, reyes y templos de su nombre bendito en la tierra y en el cielo, reinando con él en su nuevo reino angelical, infinitamente.

Presentemente, nuestro Padre celestial está listo para decirte así como se lo dijo a Abraham: Ahora yo sé que tú me amas, cuando estaba sumergido en el fuego de amor, que él había empezado sobre el altar de su monte santo, al tender a su hijo Isaac ante él, para que éste fuego de amor siempre te toque con bendiciones cotidianas. Ya que, es aquí, y sobre el fuego de amor entre Abraham y su hijo Isaac, conectado a nuestro Padre celestial y a la gracia viviente de su Hijo Jesucristo, que es Isaac, por la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, derramándose abundantemente éste amor bendito listo para bendecirte diariamente con poderes del cielo y de abajo la tierra.

Por eso, que es importante para ti ascender al altar del monte santo, sumergiéndote en el fuego de amor de Abraham y de su hijo Isaac, que empezó sobre el altar de nuestro Padre celestial, para que te encuentres con su Hijo Jesucristo, diciéndote: Hoy: tú eres carne de mi carne, huesos de mis huesos y sangre de mi sangre, para siempre. Además, si su Hijo Jesucristo puede decirte estas palabras a ti y dentro del fuego de amor que arde constantemente sobre el monte santo de Jerusalén, que Moisés vio desde lejos y todos de Israel, igualmente, porque Israel fue llevado al Monte Sinaí para verlo ardiendo con amor salvador listo para tocar sus almas vivientes con poderes asombrosos, entonces eres salvó hoy.

De otro modo, tú fallaras de encontrar éste amor que realmente te ama, porque éste amor está lleno con la vida eterna que bendice cada paso que das hacia la gloria angelical, para que tengas salvación en estos días en la tierra y en el cielo para siempre, solamente para conocer a nuestro Padre celestial en éste amor que vive ya en ti, incesantemente. Ciertamente, ésta es la salvación que nuestro Padre celestial te ha entregado y a los tuyos, también, incluyendo a tus amistades, porque éste es el amor que realmente ama a nuestro Padre celestial, así como su Hijo Jesucristo siempre lo ha amado desde siempre, y lo mismo es cierto con los ángeles, por ello, tú necesitas abundantemente éste fuego de amor hoy.

Obviamente, nuestro Padre celestial nunca sabrá que lo amas mucho menos jamás conocerás éste fuego maravilloso del amor encendido que Abraham con su hijo Isaac estableció sobre el altar del monte santo de Jerusalén, para que tú asciendas a él cualquier día, porque tú necesitas ser bautizado y lleno de él y así llenar tu alma viviente con muchas alegrías perpetuas. Ciertamente, que nuestro Padre celestial está siempre listo para salvarnos del poder del enemigo, porque en los días de Daniel, el profeta, Él estaba listo para salvar a Sadrac, Mesac y Abed-nego del horno de fuego ardiente del rey Nabucodonosor, que había ordenado a todos en su reino a adorar a su estatua que él había creado, como su ídolo personal.

No obstante, los Hebreos rehusaron adorarlo, cumpliendo cabalmente la Ley, y el rey Nabucodonosor ordenó que sean lanzados al horno, que había sido calentado siete veces más que lo normal, porque el rey estaba enfurecido de saber de que su orden de adorar a su imagen había sido desobedecido por los tres hebreos, por ello, los quería muertos ya. Los mejores soldados de su armada fueron escogidos, lanzando a los tres hebreos al horno candente del rey Nabucodonosor, que el fuego descontrolado mató a los soldados instantáneamente, pero los hebreos, al entrar en el fuego sin daños, entonces todos los pudieron ver acompañados de una cuarta persona, y éste era Isaac, caminando junto a ellos, para que no sean quemados.

Éste fue Isaac, caminando con Sadrac, Mesac y Abed-nego a ellos caminar en el horno candente y listos para morir quemados, porque habían sido condenados por el rey Nabucodonosor, ya que abiertamente rehusaron adorar a su imagen y, entonces, Isaac, como el pacto de la carne sagrada entre nuestro Padre celestial y Abraham los protegió de una muerta segura en el horno. Es decir, que al Sadrac, Mesac y Abed-nego haber sido lanzados al horno ardiente, entonces nuestro Padre celestial hizo que altar de fuego de amor entre Abraham y su hijo Isaac se aparezca en el horno como el Santo de Israel, el sacrificio de fuego establecido sobre el monte santo de Jerusalén, para que todo aquel que necesite salvación, entonces la tenga instantáneamente.

En otras palabras, al Sadrac, Mesac y Abed-nego ser lanzados al horno candente, entonces la carne sagrada de Isaac estaba ahí caminando con ellos en el medio del fuego, por ende, ellos no fueron tocados por el fuego, porque la carne sagrada del pacto de vida entre nuestro Padre celestial y Abraham estaba siempre presente en su lugar, protegiéndolos con salvación. Puesto que, ésta es la salvación que nuestro Padre celestial no solamente le entregó a Abraham sobre su monte santo, sumergido en el fuego del sacrificio continuo de amor, al confesarle a él, diciéndole: Ahora yo sé que me amas, pero también le decía a Abraham: Ahora yo sé que tú eres santo, puro y perfecto como yo lo soy eternamente.

Además, nuestro Padre celestial le podía decir a Abraham y a sus hijos en el fuego de amor sobre el monte santo, humeando como siempre con amor eterno para todos, porque: Éste es el epicentro, en donde su Hijo Jesucristo realmente viene a ser la carne del cuerpo glorificado de todos, convirtiéndose así en sus hijos legítimos al invocar su nombre bendito. Es decir, también que es solamente sobre el monte santo de Jerusalén y el sacrificio supremo de amor, que Abraham dejo arriba en lo alto, ardiendo, con el amor asombroso de su hijo Isaac, que siempre existe entre nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo, que finalmente se te dirá: Hoy, serás carne de mi carne del nuevo reino angelical, para siempre.

Asimismo, tú sentirás éste gran amor bendito, que Abraham con su hijo Isaac dejó sobre el altar del monte santo de Jerusalén ante nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, realmente bendiciéndote grandemente en éste día, para que sientas amar a nuestro Padre celestial siempre, pero también experimentaras su perfección y su santidad de eterna salvación en ti, perpetuamente. En otras palabras, si vives el amor de nuestro Padre celestial que siempre siente por su Hijo Jesucristo a través de su monte santo, al tú estar sobre tierra santa del sacrificio continuo de Abraham y del amor de su hijo Isaac, encendido en su fuego perpetuo, entonces esto significa de que te has convertido en perfección y santidad de salvación eterna.

Aquí es, en donde tú renacerás del Espíritu Santo con nuestro Padre celestial, con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, sumergidos juntos en el amor ardiendo de Abraham y de su hijo Isaac, que es realmente el supremo sacrificio de amor para ti y para los tuyos, porque necesitas sumergirte en él inmediatamente para hacerte santo y perfecto, redimiéndote perpetuamente. Esto nos dice, que cuando tú te imaginas la salvación maravillosa que nuestro Padre celestial personalmente le entregó a Sadrac, Mesac y Abed-nego, al causar el sacrificio de amor de Abraham y de su hijo Isaac sobre el monte santo se manifieste en el horno ardiente del rey Nabucodonosor, entonces éste es su Hijo Jesucristo, hoy: ¡Salvándote, del mismo fuego infernal!

Ya que, fue en éste fuego ardiente del horno que Isaac con su carne sagrada del pacto de vida entre nuestro Padre celestial y Abraham, que se manifestó a tiempo, cubriéndolos y protegiéndolos del fuego del horno, que perfectamente pudieron haber matado a Sadrac, Mesac y Abed-nego, porque el fuego iba a quemar la carne pecadora, pero jamás la carne del pacto. Es decir, que al rey Nabucodonosor ver al cuarto hombre caminar reverentemente alrededor de Sadrac, Mesac y Abed-nego, y cuando eran engolfados por el fuego ardiente del horno, entonces él vio a Isaac en su gloria como el Hijo de los Dioses del cielo, ya que, él veía claramente la carne sagrada cubriendo y protegiendo a los hebreos, de una muerta segura.

Bien, ésta es la misma salvación que se te manifestara, ascendiendo el monte santo, para ser investido del sacrificio del amor viviente de Abraham y de su hijo Isaac sobre el altar de Dios, para que tú ardas con la carne sagrada y la sangre reparadora de Isaac, viviendo así el amor santísimo que te declara: santo y perfecto para salvación eterna. Ciertamente, luego que estés sobre el monte santo, gozando del fuego maravilloso de éste amor bendito de entre Abraham y de su hijo Isaac, tendido sobre el altar de Dios, entonces, tú nunca más abandonaras éste lugar santísimo, en donde le dijeron a Moisés: descálzate, porque él lugar en donde estás santo es, listo para hacerte: perfecto, puro, santo y eternamente justo.

Tú, ciertamente, querrás quedarte sobre el monte santo, porque a ti te gustara gozar siempre de éste sacrificio de amor divino de entre Abraham y su hijo Isaac, establecido perpetuamente sobre el altar para ti para los tuyos, para que lo vivas cada día de tu vida hasta finalmente ascender a la gloria angelical, eternamente justificado con perfecta salvación eterna. Verdaderamente, tú siempre querrás regresar a éste lugar santísimo, en donde Abraham y con su hijo Isaac, encendido en éste fuego de amor divino que te bendice a cada hora tu corazón, alma, mente, cuerpo y espíritu humano con gozos y felicidades indescriptibles y paz interminable, haciendo que ames a nuestro Padre celestial cada vez más, y a sus hijos para siempre.

Y es sobre el fuego ardiendo del amor de Abraham y de su hijo Isaac, que realmente te hará encontrar la vida que te ama y te bendice en nuestros días y en el cielo perpetuamente, porque no existe otro amor posible que nuestro Padre celestial conozca para amar a su Hijo Jesucristo, al Espíritu Santo y a ti, también, infinitamente. Normalmente, no existe otro amor posible que éste fuego ardiendo de amor angelical, que Abraham con su hijo Isaac fue llamado para establecerlo sobre el altar del monte santo de Jerusalén, para que entres en él, únicamente para encontrar amor, comprensión, prosperidad, paz, y las alegrías asombrosas de tu corazón, alma, cuerpo y espíritu humano que jamás conocerás hasta que subas a él.

El fuego de éste gran amor divino que siempre existe en el cielo con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, pero ahora con nosotros en el mundo, porque Abraham lo recibió por medio de su hijo Isaac, al nacer del Espíritu Santo del vientre estéril de su esposa Sarah, entonces entrara en tu alma viviente, para jamás abandonarte. Y es aquí, en donde aprenderás, quien verdaderamente tú eres en nuestro Padre celestial en nuestros días y para siempre en el reino de los cielos, porque éste sacrificio de amor divino, que Abraham estableció sobre el monte santo de Jerusalén con su hijo Isaac, es en donde se te dirá: Eres perfecto, santo, y listo para entrar a la vida eternamente enriquecido.

Ciertamente, no existe otro lugar posible en la Creación, en donde nuestro Padre celestial estará siempre listo para encontrarse contigo en persona, sólo para confesarte que él siempre te vera sumergido en éste fuego de amor, que Abraham empezó con la carne sagrada de su hijo Isaac, y que ahora su Hijo amado es tu cuerpo glorificado, salvándote así del infierno, perpetuamente. Aquí es, en donde nuestro Padre celestial con la carne sagrada y la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, derramada sobre el altar que recibió el amor bendito de Abraham y de su hijo Isaac que te lava de pecado, vistiéndote así con gloria, poderes y riquezas, para que tú vivas éste amor único en su ciudad de oro y de joyas preciosas.

Hoy en día, la ciudad de oro y de joyas preciosas está esperando por ti, que asciendas al monte santo de Jerusalén, para que seas investido en el sacrificio de fuego de amor de Abraham y de su hijo Isaac, porque tú necesitas ser saturado con éste amor único, que siempre te ha reclamado como hijo legitimo de Dios, para la eternidad. Y es en éste bautismo del fuego ardiendo de amor entre Abraham y su hijo Isaac, que nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, se encontraran caminando junto contigo no solamente para limpiarte de pecado, pero también para vestirte de su gloria, riquezas y poderes de la carne sagrada, huesos inquebrantables y sangre reparadora llena de vida eterna.

Dado que, desde éste día en adelante nuestro Padre celestial siempre te vera para decirte: Ahora tú eres carne de mi carne, huesos de mis huesos, alma de mi alma, amor de mi amor, perfección de mi perfección, santidad de mi santidad, para que vivas delante de él como su rey personal, sumo sacerdote y templo de su nombre santísimo, para siempre. Presentemente, éste es el sacrificio supremo de amor, que nuestro Padre celestial llamó a Abraham a ofrecer a su único hijo Isaac, para que sea desplazado sobre su altar antiguo a la entrada de La Nueva Jerusalén celestial, para que él obtenga justicia perfecta, santidad y salvación para entrar a la vida eternamente justificado y siempre junto con sus hijos de generaciones venideras.

Desde entonces acá, éste fuego glorioso de amor entre Abraham y su hijo Isaac todavía arde aún, que descendió de nuestro Padre celestial y de la gracia redentora de su Hijo Jesucristo, para que no solamente Abraham se encuentre con él y con sus hijos en su amor único, pero también las naciones, vestidas de gloria, santidad, perfección: cumpliendo así toda justicia. Hoy, tú puedes pararte ante nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo lleno de toda perfección y justicia, requeridos de Abraham inicialmente para entrar al cielo, vestido de gloria, poderes y riquezas, para que tus pecados sean borrados, complaciendo así toda verdad y justicia, enriquecido eternamente con el cuerpo glorificado de la carne sagrada, vistiéndote así con su salvación perfecta, para siempre ¡Amén!

THE FIRE OF LOVE IS STILL BURNING HOT TO EMBRACE YOU WITH SALAVATION:

Our heavenly Father said to Abraham: Take your only son, Isaac, the one that you have learned to love so much over the years to the land of Moriah, and to the mountaintop that I will speak to you about, there you must sacrifice him unto me as a nonstop burnt offering over my ancient altar to attain perfect justice, forever. For this is the sacrifice of love that our heavenly Father was looking for to establish over Jerusalem's holy hill that has learned to love the Holy Spirit of His name and of His Ten Commandments, so He began to have a perfect relationship with every man, woman and child from all the families of the nations for salvation.

This was a very important burnt offering sacrifice that He personally needed to do with humankind, so He may begin to love, bless and save the living-souls that have been born from Him in the day that Adam was born from His image to live in His Son's likeness, the Rebbe Yeshua HaMoshiach, our Lord and savior Jesus Christ! For our heavenly Father needed to establish the temple of His holy name within the living-soul and human spirit of every man, woman and child from all the families of the nations, and that is why that His personal relationship with Abraham was very important, so His Son Jesus Christ may be born as Isaac within the human family.

Certainly, our heavenly Father needed to connect His Holy Spirit to the human spirit of Humankind, so He may have His children back to Him that had been lost to Satan and the old serpent's lies from paradise when they convinced Eve to eat from the forbidden fruit, from the tree of knowledge of good and evil, so Adam may sin. Eventually, this was only possible by having Abraham and Sarah come into an advanced age from where it was just impossible to bear a child, and so: He may act miraculously by granting them His seed, by the Holy Spirit's amazing powers, for His Son Jesus Christ to be born from them as Isaac, as the temple of His holy name on earth.

Moreover, our heavenly Father had to have His Son Jesus Christ miraculously born from them, by the Holy Spirit's amazing powers, because He wanted to have Abraham and his loved ones saved, and this was only possible through the birth of His Son Jesus Christ as Isaac, so he may have all the perfection and holiness to be saved into eternity. For the reason that, our heavenly Father had manifested Himself to Abraham as the perfect God from heaven above that if he wanted to become part of His divine family in heaven's glory along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, then, he had to become perfect and holy as He has always been since eternity before His angelical hosts.

Therefore, for this to be possible for Abraham, then His Son Jesus Christ had to be born in the midst of his family as the temple of His holy name and the Holy Spirit of the commandments, and this is Isaac, because this was the only way that he was going to become perfect and holy as He is in heaven everlastingly. Furthermore, our heavenly Father began to have His Son Jesus Christ to live with Abraham and his family, as he was the King of Salem and God's Righteousness on earth with humankind just as he is with the angelical hosts in heaven, so he may finally sit at the Lord's Table to eat the bread and wine, granting humankind the sacred-flesh.

For this is the sacred-flesh of our Lord Jesus Christ born in the midst of Abraham's family, by the Holy Spirit's amazing powers, as the temple of His holy name and the Holy Spirit of the commandments, so he with his loved ones may live with the perfect holiness needed to enter into heaven's glory forever saved into eternity. For this was the only way possible for Abraham finally to connect to heaven's glory and the eternal divine perfection, but also connect to our heavenly Father through the sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood of His Son Jesus Christ born to him as Isaac, by the Holy Spirit's amazing powers, thus becoming part of our heavenly Father's divine family at last.

For the reason, that as Isaac was born from his wife Sarah's barren-womb, by the Holy Spirit's amazing powers, then, our heavenly Father was introducing Himself within his life along with the temple of the holy name and the Holy Spirit of the commandments, so he may along with his family live in the perfect holiness needed to please God, forever. That is why, that as Isaac was born from Sarah's barren-womb, by the Holy Spirit's amazing powers, then our heavenly Father and the Holy Spirit became not only part of his life but also of his entire family, for this is what He was looking for Abraham to say: You are the perfection of my perfection and holiness of my holiness, forever.

Meaning that, our heavenly Father along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit became miraculously part not only of Abraham but also of his entire family of children that He had granted that it would be impossible to count, as the stars from heaven above, so they may also become perfect and holy perpetually by the same Holy Spirit's powers. Thus, not only Abraham but also his children may say of our heavenly Father's only Son Jesus Christ, born from Sarah's barren-womb by the Holy Spirit's amazing powers as Isaac: You are flesh of my flesh and bones of my bones--claiming for eternity the pure and holy life needed to enter heaven's glory as God's children forever blessed.

That is to say, also that as Abraham carried in his arms Isaac then he was not only carrying his only son Isaac in his arms, but also he was embracing our heavenly Father and His Holy Spirit in the perfect holiness that he required to possess to become God's legitimate child forever in heaven's glory only to know love everlastingly. For this was the way that our heavenly Father wanted to say to Abraham not only: Now I know that you love me, but also say to Him: You are flesh of my flesh, bones of my bones, blood of my blood, perfection of my perfection, holiness of my holiness, and so, today you have become my child, entering life forever justified.

Now, our heavenly Father could say to Abraham (and to anyone everywhere for that matter): Now I know that you love me, because this is the place where Abraham had established forever the offering of love from his son Isaac that had become a burning fire of love that will never be able to be put out into all eternity. Thus, this is where not only Abraham learned to love our heavenly Father through his son Isaac that is truly our heavenly Father's Son Jesus Christ in heaven's glory since eternity, because, it is here alone where Abraham's son Isaac is recognized by our heavenly Father as His Son Jesus Christ, making Him and Abraham alone his children one in everlasting holiness.

For the reason that, this is exactly what our heavenly Father was looking to establish with Abraham and the children born to him in the generations to come not only from the twelve tribes of Israel but also from the families of the nations, so they may become one big holy family into eternity, ruled by His Son Jesus Christ, forever. Now, our heavenly Father could confess eternally to Abraham that now He knew perfectly well that he loved Him, in the spirit and the truth of this burning fire over Jerusalem's holy hill altar, it was because our heavenly Father could see perfectly well His love between Him and His Son Jesus Christ burning in his entire living-soul.

For this is when our heavenly Father could sense that Abraham was loving Him, because the fire of love between him and his son Isaac over the altar was burning powerfully within his heart and entire living-soul, and that is why that He could say to him: Now I know that you love me, because both were united in this amazing love. In other words, the same love that has always existed between our heavenly Father and His Son Jesus Christ through eternity in the midst of the angelical hosts had now become part of not only Abraham entire living-soul but also of the human spirit of every man, woman and child ready to love Him over Jerusalem's holy hill for everlasting salvation.

That is to say, that for any one from Abraham's family, including the families of the nations, that wanted to have a personal encounter with our heavenly Father then they could just ascend Jerusalem's holy hill to where Abraham's ultimate sacrifice of his son Isaac's love is burning in a gigantic fire to touch any one's living-soul with salvation love forever. Because, it is here where our heavenly Father had promised to meet any one that is willing to love Him forever, and this is Abraham's altar of the fiery love that he had placed over Jerusalem's holy hill thus to meet our heavenly Father in the perfect love that has always existed between Him and His Son Jesus Christ for anyone's salvation.

For this is an eternal fire of love that is burning, as the nonstop holocaust that our heavenly Father called Abraham to the mountaintop to start not only for him with his son Isaac, but also for every one of his children along with the families of the nations, because, it is within this holy fire where every one needs to be baptized. For this is the Holy Spirit's baptism of love that has always existed between our heavenly Father and His Son Jesus Christ that Abraham had started over Jerusalem's holy hill on earth, as he ascended it with his son Isaac to lay him over the altar thus for He to enjoy it along with His Son and the Holy Spirit, forever.

Timely, our heavenly Father needed Abraham with his son Isaac's love to start this nonstop holocaust of fire over Jerusalem's holy hill not only for him to manifest his love to our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit but also to the children to be born yet, so everyone else may learn to love our heavenly Father's everlasting-salvation. For this is the only place on earth and in heaven's glory that anyone after Abraham could really learn to love our heavenly Father through the love that Abraham had started to live with Isaac his son that is really the same love that our heavenly Father has always lived with His Son Jesus Christ through eternity, so they may become saved.

Currently, salvation is possible for anyone on earth over this altar of fiery love, between Abraham and his son Isaac meeting-and-uniting forever with our heavenly Father and His Son Jesus Christ's love thus becoming a powerful salvation-love that will not only save Abraham, but every one of his children from Israel and from the families of the nations, touching you today, too. Surely, it is within this fiery love over Jerusalem's holy hill where our heavenly Father had not only say to Abraham: Now I know that you love me, but also to millions that have ascend over to His altar of love, because they have received His call through the angels to love Him within this love burning worldwide with everyone's salvation.

Since then, our heavenly Father has been calling people from all the families of the nations to ascend Jerusalem's holy hill to stand before this gigantic ball of fire of love thus to meet Him in person, because every one of them needs to meet this wonderful baptism of love, so He may say to them: Now I know that you love me. Besides, when our heavenly Father manifested to Abraham, by saying to him: Now I know that you love, then, He was really confessing that now He knew that he was perfect and holy just as He has always been in heaven's glory before the angelical hosts, therefore now he had become his legitimate child, into all eternity to come.

Otherwise, if our heavenly Father had failed to say: Abraham, now I know that you love me, while they were both submerged in this fiery love over His altar, then, Abraham would have failed to become as perfect and holy as He has always been through eternity before His angelical hosts, and so, salvation would have been impossible for everyone else forever. Therefore, it was here, and over this altar of the Holy Spirit's love and fire that our heavenly Father needed Abraham to stand with his son Isaac and He with His Son Jesus Christ that is Isaac as well, because of the sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood, so they may become one in love, perfection and salvation holiness into eternity.

Certainly, this is the place that our heavenly Father was calling Abraham to ascend along with his son Isaac that is truly His Son Jesus Christ, because of the sacred-flesh pact of life between Him and Abraham, so they may become one into eternity, as He will confess to Abraham and anyone else, by saying: Now I know that you love me. Meaning that, whenever that our heavenly Father will say to anyone after Abraham, now I know that you love me, then, this means that you have reached the perfection and holiness that is required for you and any one else to attain abundantly thus to enter heaven's eternal life, and this will be perpetually justified only to know this wonderful love, everlastingly.

Definitely, this is the wonderful love that our heavenly Father has always known with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit through eternity, and that He is not willing to change it for any other, because there is no greater love than this one that has always existed in heaven's glory along with the angelical hosts until now. For this is the only love that not only exists in heaven's glory with our heavenly Father and His angelical hosts, but also this is the only one that He will see in his children as they grow into the spiritual stature of His kingship, priesthood and temples to His holy name, so He may finally have His new angelical kingdom.

That is why, that our heavenly Father has always said to Israel: If you really listen to my voice then you will be unto me a nation of priests, because by listening and believing Him as Abraham did in his days, then, they will find themselves submerged over Jerusalem's holy hill altar of love, becoming Holy Spirit born as His children. Moreover, our heavenly Father needed Abraham to start this holocaust of fiery love over Jerusalem's holy hill as he lay down his son Isaac before Him in heaven's glory, because He needed not only to experience this wonderful love with him and his household but also to declare him eternally righteous, so he may ascend soon after into The New celestial Jerusalem.

For this is the final destination of this glorious plan of salvation that our heavenly Father had started with Abraham and his son Isaac's amazing love, because, as Isaac was Holy Spirit born from Sarah's barren-womb, then: he was born as God's temple for His holy name on earth, so Abraham along with Humankind may have the holy name for protection-power. For this is the way that our heavenly Father was going not only to protect the people of the families of the nations from Satan and his wicked lies and deceptions, but also save them from hell's torment, by ascending Jerusalem's holy hill to submerge into the holocaust fire that Abraham with his son Isaac's love had started for every one's salvation.

Moreover, our heavenly Father needs to have everyone else ascending Jerusalem's holy hill to be submerged in this fiery love altar that is always before Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, because, it is only within this fiery love that He is ready to say: Now you are flesh of my flesh for everlasting salvation into all eternity. Meaning that, this is the only place in heaven, and before entering The New celestial Jerusalem that is the city of gold and precious gems sitting over the three crosses, Jacob's ladder, as the foundation holding it up high, that our heavenly Father will say to you: Now I know that you are as perfect and holy as I am, everlastingly.

For this is the only place that our heavenly Father could say to Abraham: Now I now that you love, because Abraham was feeling this great love that has always existed between Him and His Son Jesus Christ, but for Abraham His Son was Isaac, that our heavenly Father could say to Abraham also: You are flesh of my flesh, forever. Now, Abraham became our heavenly Father love of His love and flesh of His flesh, because Isaac was born from his wife Sarah's barren-womb by the Holy Spirit, and he learned to love the love that has always existed between Him and His Son Jesus Christ before the holy angels in eternity, so we may have this altar of love forever.

Besides, our heavenly Father had to call Abraham to ascend Jerusalem's holy hill not only to start this glorious nonstop altar of the fiery love that has always existed in heaven's glory with Him and His Son Jesus Christ along with the Holy Spirit, but also to manifest it to the angels, and to every man, woman and child on earth. Provided that, by ascending Jerusalem's holy hill to submerge into this ball of fiery love that Abraham with his son Isaac's love had started over our heavenly Father's altar, then every man, woman and child from Israel and from the families of the nations will also submerge into it to live in this love forever blessed into all eternity.

For it is here where our heavenly Father along with His Son and the Holy Spirit will say to everyone these days: Now I know that you are flesh of my flesh, bones of my bones, blood of my blood, holiness of my holiness, perfection of my perfection, and so, you may dress with glory, power and everlasting richness, entering heaven's eternal life. It is only here, over this fire of everlasting salvation love that our heavenly Father will certainly manifest to you and to your loved ones that you are his child dressed to be His high priest, king and temple of His holy name on earth these days and in heaven's glory perpetually, ruling with Him in His new kingdom forever into eternity.

These days, our heavenly Father is ready to tell you just as He told Abraham: Now I know that you love me, as he was submerged into the fiery love that he had started over Jerusalem's holy hill altar as he lied down his son Isaac before Him in heaven, so this fire of love will always touch you with daily blessing. For it is here, over this fiery love between Abraham and his son Isaac that has connected to our heavenly Father and His Son Jesus Christ's living-grace that is Isaac, because of the sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood, pouring abundantly this love that is ready to bless you every day with powers from heaven above and from the earth below, forever.

That is why, that it is very important for you to ascend Jerusalem's holy hill so you may submerge into this fire of love that Abraham with his son Isaac started over our heavenly Father's altar, so you may meet with His Son saying to you: Today: you are flesh of my flesh, bones of my bones, and blood of my blood. Besides, if His Son Jesus Christ can say this to you within this fire of love that is burning constantly over Jerusalem's holy hill that Moses saw from great distances and every one else from Israel, too, because Israel was taken to Mount Sinai to see it burning with salvation-love ready to touch their living-souls with amazing-powers, then you are saved.

Otherwise, you will fail to find the love that really loves you, because this love is filled with the eternal life that blesses you every step of the way into heaven's glory, so you may have salvation these days on earth and in heaven's glory forever only to know our heavenly Father in this love that now lives in you, undyingly. Certainly, this is the salvation that our heavenly Father has granted you to possess along with your loved ones, including your friends, because this is the love that really loves our heavenly Father just as His Son has always loved Him through eternity, and the same is true with the angelical hosts, and so, you need abundantly this fiery love today.

Obviously, our heavenly Father will never know that you love Him much less you will ever get to know this wonderful fire of love that Abraham with his son Isaac established over Jerusalem's holy hill, so you may ascend to it anyday now, because you need to be baptized and be filled with it thus filling your living-soul with eternal happiness. Surely that, our heavenly Father is always ready to save us from the power of the enemy, because in the days of Daniel the prophet, He was ready to save Shadrach, Meshach and Abednego from the fiery furnace of King Nebuchadnezzar that had ordered every one with his kingdom to worship his golden statue that he had created, as his personal idol.

However, the Hebrews refused to worship it, and so, the king ordered them to be thrown into the fiery furnace that had been heated over seven times its normal fire power, because King Nebuchadnezzar had become very angry to know that his order to worship it had been disobeyed by the three Hebrews, and so, he wanted to kill them immediately. The best soldiers of his army were summoned to toss the three Hebrews into the fiery furnace of King Nebuchadnezzar that the fire killed the soldiers instantly, but the Hebrews, as they landed inside the furnace safely, then everyone could see them accompany by a fourth person, and this was Isaac standing with them, so they may not burn to death.

This was Isaac standing with Shadrach, Meshach and Abednego as they stood inside the fiery furnace ready to die because they had been condemned by King Nebuchadnezzar, since they had openly refused to worship his golden idol, and so, Isaac as the pact of the flesh between our heavenly Father and Abraham protected them from certain death in the burning furnace. That is to say, that as Shadrach, Meshach and Abednego were thrown into the fiery furnace, then our heavenly Father caused Abraham's son Isaac to appear in the furnace as the holy one, as the supreme burnt offering sacrifice that had been established over Jerusalem's holy hill, for anyone that needed His Son Jesus Christ to become saved anywhere around the world.

In other words, as Shadrach, Meshach and Abednego were thrown into the fiery furnace, then, the sacred-flesh of Isaac was there walking with them in the midst of the fire, and so, they were not touched much less burned by the fire, because the sacred-flesh of the pact of life between our heavenly Father and Abraham was there to protect them. For this is the salvation that our heavenly Father had not only granted to Abraham over Jerusalem's holy hill, as He confessed to him, while submerged in the nonstop sacrifice fire of love by saying: Now I know that you love me, but also He was saying to Abraham: Now I know that you are holy, pure and perfect as I am.

Moreover, our heavenly Father could speak to Abraham and to any of his children like this within the fire of love over Jerusalem's holy hill, smoking as always with everlasting love to everyone on earth, because: This is the place where His Son Jesus Christ really becomes the flesh and glorified-body of anyone becoming God's legitimate child, by invoking His holy name. That is to say, also that it is only over Jerusalem's holy hill and the supreme sacrifice of love that Abraham left up there with his son Isaac's amazing love that has always existed between our heavenly Father and His Son Jesus Christ through eternity that you will be told today: You are now flesh of the flesh from heaven's glory, forever.

Likewise, you will feel this great love that Abraham along with his son Isaac had left up there over Jerusalem's holy hill altar before our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, really blessing you powerfully today, so you may feel this divine-love that loves Him always but also experience His perfection and holiness of everlasting-salvation in you, forever. In other words, if you can feel our heavenly Father's love that He has always felt for His Son and the Holy Spirit through eternity over Jerusalem's holy hill, as you may stand in the holy ground of Abraham's supreme sacrifice of his son Isaac's love burning everlastingly, then, this means that you have become perfect and holy for eternal salvation.

This is where you will become Holy Spirit born into eternity with our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit submerged together in Abraham and of his son Isaac's love supreme sacrifice that is burning powerfully for you and for your loved ones, because you need to get into it immediately to become perfect and holy for salvation. Meaning that, whenever you may picture in your mind the wonderful salvation that our heavenly Father personally granted to Shadrach, Meshach and Abednego, by causing Abraham and Isaac's supreme sacrifice of the fiery love over Jerusalem's holy hill to be manifested within the King Nebuchadnezzar's fiery furnace, then, this is His Son Jesus Christ saving you from the same fiery hell.

For the reason that, it was within the fiery furnace that Isaac with the sacred-flesh of the pact of life, between our heavenly Father and Abraham was manifested miraculously to cover and protect them from the fiery furnace that could have very well killed Shadrach, Meshach and Abednego, for the fire was ready to burn entirely the sinful-flesh but never his sacred-flesh. That is to say, also that as King Nebuchadnezzar saw the fourth men walking reverently around Shadrach, Meshach and Abednego, as they were engulfed by the fire of the furnace, then, he saw Isaac in his usual glory as the Son of the Gods from heaven above, because he could see the sacred-flesh covering and protecting the Hebrews from a fiery death.

Well, this is the same salvation that it will be shown unto you as you ascend Jerusalem's holy hill to be engulfed by the supreme sacrifice of Abraham's son Isaac over our heavenly Father's altar, so you will burn with Isaac's sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood, so you may live the love that will declare you: holy and perfect for salvation. Certainly, once you are up the mountaintop, enjoying this wonderful fiery love from Abraham and Isaac his son lying over Jerusalem's holy hill altar, then, you will never want to abandon this very holy place, where Moses was told to remove his sandals, because he was standing in a very holy ground, ready to become perfect, pure, holy, and everlastingly righteous.

You will want to stay over the mountaintop, because you will want to enjoy always this wonderful sacrifice of love that Abraham with his son Isaac left over the altar for you and for your loved ones, so you may begin to live it every day of your entire life until finally you will ascend into heaven's glory forever justified with perfect salvation. You will always want to return to this holy ground, where Abraham with his son Isaac started this wonderful fire of love that will bless you heart, soul, mind, body and human spirit with joys, undescribable happiness and with never ending peace that will cause you to love our heavenly Father and his children as well, forever into eternity.

It is over this fire of love from Abraham and Isaac his son that you will really find the life that loves and blesses you on earth these days and in heaven's glory forever, because there is no other love possible that our heavenly Father will know to love His Son Jesus Christ, the Holy Spirit and you, too, into infinity. These days, there is no other love possible than this fire of love that Abraham with his son Isaac was called to establish over Jerusalem's holy hill altar, so you may enter into it only to find love, understanding, peace, and the amazing joys of your heart, soul, body and human spirit that you will never know unless you ascend to it.

The fire of this great love that has always existed in heaven's glory with our heavenly Father, His Son and the Holy Spirit, but now with us on earth, because Abraham received it through his son Isaac, as he was born by the Holy Spirit's power through his wife Sarah's barren-womb, then it will enter into your living-soul never to abandon you. It is here were you will learn who you really are in our heavenly Father's holy presence these days and forevermore into all eternity to come in heaven's glory, because this sacrifice of love that Abraham established over Jerusalem's holy hill with his son Isaac is where you will be declared: holy and perfect, ready to enter eternal life forever blessed.

For there is no other place possible in heaven much less on earth, where our heavenly Father will be ready to meet you in person just to confess you that He will always see you submerged in this fire of love that Abraham started with his son Isaac's sacred-flesh, and that now His Son has become your personal glorified-body, saving you, forever. It is here, where our heavenly Father with the sacred-flesh and the atoning-blood of His Son Jesus Christ shed over the altar that received Abraham and Isaac's love that you will be washed from sin, thus to dress you with His glory, powers and richness, so you may live this love perpetually within the city of gold and of precious gems.

These days, the city of gold and of precious gems is waiting for you to ascend Jerusalem's holy hill, so you may be engulfed in the sacrifice burnt offering of Abraham and of his son Isaac, because you need to be saturated with this powerful love that has always claimed you to be our heavenly Father legitimate child forever into eternity. It is within this glorious baptism of Abraham and Isaac his son's fire of love that you will be met by our heavenly Father and His Son Jesus Christ walking around you not only to wash you from sin, but also to dress you with His glory, richness and powers of the sacred-flesh, unbreakable bones and atoning-blood filled with everlasting life.

Provided that, since this day on our heavenly Father will always see you to say: Now you are flesh of my flesh, bones of my bones, soul of my soul, love of my love, perfection of my perfection, holiness of my holiness, so you may live before Him as His personal king, high priest and temple for His holy name, forever. These days, this is the ultimate sacrifice of love that our heavenly Father called to Abraham to offer his only son Isaac to display over His ancient altar at the entrance of the New Jerusalem from heaven above, so he may attain perfect justice, holiness and salvation to enter eternal life forever justified along with his children coming from future generations.

Since then, this glorious fire of love still burns daily with Abraham and his son Isaac's love that has descended from our heavenly Father and His Son's living-grace, so not only Abraham may meet Him and His everlasting love along with the children but also the families of the nations, so they may dress with glory, holiness, perfection, pleasing justice at last. These days, you may stand before our heavenly Father and His Son filled with the Holy Spirit of perfection and Righteousness that was required from Abraham to enter heaven dressed with glory, powers and richness, so you may have your sins removed, pleasing truth and justice at last, forever enriched with the glorified-body of the sacred-flesh, dressing with His salvation into eternity. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ". Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: "Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén". Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: "Haya paz en ti, siempre Jerusalén". Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


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