(IVÁN): POCA SANGRE DE YESHUA (JESÚS) ENCENDIÓ LA MENORAH (LUZ DIVINA), INFINITAMENTE:

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Sábado, 07 de Enero, 2017 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

POCA SANGRE DE YESHUA (JESÚS) ENCENDIÓ LA MENORAH (LUZ DIVINA), INFINITAMENTE:

La reconsagración del templo de nuestro Padre celestial, en Jerusalén, era necesaria, para que la casa de Israel se reconcilie con el SEÑOR, porque había sido deshonrado en 168 aC., por el enemigo del SEÑOR y de su nombre bendito, al introducir en el altar un ídolo llamado Zeus, que Antioco IV Rey Epífanes de Siria alababa, mientras gobernaba Palestina. Sin embargo, en 165 a.C., el templo estaba listo para Israel, porque Judas Macabeo junto con sus compañeros había trabajado por tres años para restaurarlo, en donde nuestro Padre celestial y su nombre bendito eran alabados, por ello las lámparas estaban listas para la celebración, pero solamente había una porción del aceite de oliva para encender una lámpara, por un día.

El templo había sido entregado para servir a nuestro Padre celestial y a su nombre bendito sobre el altar que él mismo levantó para Israel, reuniéndooslo al rededor de su silla de la misericordia, para manifestar su grande gracia, su grande misericordia, su grande verdad y su grande justicia divina para ser honrado y glorificado constantemente por toda la tierra. Y es aquí, en donde los israelitas recordaban quienes eran en la presencia de nuestro Padre celestial, al recibirlos, sentado en su silla de la misericordia, para que lo honren y alaben como el Dios que les había dado vida por medio de su Hijo Jesucristo, del vientre estéril de Sarah nacido como Isaac, el hijo prometido a Abraham.

Recordando sus vidas pasadas a través de las generaciones entonces los israelitas podían reconocer no solamente a nuestro Padre celestial y a su nombre bendito sobre toda su nación, entregándole así a él y a su nombre gloria, bendiciones y honras eternas, pero también se mantenían juntos como la nación del sueño de Dios listos para hacer su voluntad continuamente, para siempre. Esto fue la restauración de cada uno de ellos en Israel, al recibir nuevamente el templo del SEÑOR, en Jerusalén, listo para recibir sus adoraciones, oraciones y alabanzas, por las cuales nacieron para entregárselas divinamente, por el convenio de vida que Dios mismo había establecido con Abraham y con el vientre estéril de Sarah, para que su Hijo amado nazca como Isaac.

Para que el amor divino de la familia de nuestro Padre celestial sea establecido en la tierra así como en el cielo con sus huestes angelicales, entregándole siempre gloria y honra a su nombre bendito, para que su amor prehistórico enriquezca la vida de cada ángel del cielo y en la tierra con cada hombre, mujer, niño y niña nacido de Israel. Por lo tanto, era muy importante para nuestro Padre celestial y para los Macabeos restaurar el templo de Jerusalén, para que no solamente las familias de Israel no caigan en tinieblas profundas de Satanás y de sus ángeles caídos, pero también las familias de las naciones: por ello, era importante restaurar el templo con sus luces inmediatamente, para escapar del mal eterno.

Una vez que el templo fue restituido, e Israel empezó a usar de sus servicios, entonces nuestro Padre celestial envió de su gracia sobre su altar del fuego del amor prehistórico, para que arda apasionadamente con su grande gracia, con su grande misericordia, con su grande verdad y con su grande justicia divina, enriqueciendo así las familias de las naciones, progresivamente. Por lo contrario, si el templo en Jerusalén hubiese sido abandonado hacia la ruina total, entonces esto hubiese desagradado a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo, haciendo posible que Satanás y sus ángeles caídos siga incrementando sus poderes de tinieblas en todo el mundo, destruyendo así la vida de toda familia con gran crueldad, como en el infierno.

Ciertamente, que ésta fue la restauración del templo que nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo buscaban en toda la casa de Israel, cuando los Macabeos pusieron sus manos a la obra, restaurándolo por completo: para que las lamparillas de la Menorah se enciendan, alumbrando a las familias de las naciones con bendiciones de gran gozo y salvación. Sin embargo, solamente había un poco del aceite de oliva consagrado para encender una lamparilla, en donde había nueve en total, que los Macabeos junto con los demás que los ayudaban para conmemorar el templo, empezaron a buscar el resto de aceite que necesitaban, pero no encontraron más de lo que ya tenían para encender la Menorah, sólo por un día.

(Aquí, fue la mano invisible de nuestro Padre celestial, ayudándolos no solamente en la reconstrucción del templo y de su altar glorioso listo para arder con su amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, pero igualmente, él les estaba enseñando a los Macabeos que la sangre de su Hijo amado ardería en la Lámpara finalmente hacia la eternidad.) Lo que los Macabeos fallaron en entender, fue que el aceite de oliva, puesto en la primera lamparilla, que ardería por un día, era realmente la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, ardiendo hasta la ultima lamparilla de los ocho días de fiesta del SEÑOR, celebrando finalmente la conmemoración del templo en Jerusalén y hacia nuestro Padre celestial, en el cielo.

Las tinieblas, puestas por Satanás no solamente sobre las familias israelíes pero también sobre de las naciones del mundo entero, empezaron a desaparecer milagrosamente, porque nuestro Padre celestial y su Hijo Jesucristo con su sangre reparadora y junto con el Espíritu Santo, brillaban maravillosamente, dándole vida al espíritu humano, que las multitudes alababan a Dios nuevamente en sus templos doquiera, y siempre. Y es aquí, en donde cada hombre, mujer, niño y niña de Israel y de las naciones vio luz brillante, invadiendo sus corazones, porque las tinieblas oscureciendo sus corazones y sus vidas se desvanecían milagrosamente, ya que el templo había sido restaurado al arder la primera lamparilla y el resto de la Menorah para la restauración y salvación de todo creyente, mundialmente.

Fue, realmente, la pequeña porción de la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que encendió no solamente la luz del templo en Jerusalén, pero también el corazón y vida de cada una de las familias de Israel y de las naciones, porque éste es el templo que nuestro Padre celestial la designó personalmente como La Casa de Oración para todas las Naciones. (Ojo: Cuando ores, mirando hacia el templo de Jerusalén, entonces tú serás enriquecido continuamente.) Por eso, es que su Hijo Jesucristo cuando se manifestaba a todos en Israel, caminando por las calles y entraba en los hogares de las familias hebreas, lo hacia anunciando el nombre del Padre celestial, por los poderes del Espíritu Santo, para perdón, sanidad, paz y restauración de sus vidas, asegurándoles, de que sólo él es la Luz del Mundo.

Es decir, que también no solamente había abundante luz para el templo de Jerusalén, en donde el altar de nuestro Padre celestial está estacionado continuamente para que la gente se acerque derramando sus corazones y su amor hacia su Dios, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, pero también las familias del mundo entero empezaron a gozarse de su luz brillante. Además, era muy importante para los Macabeos poner sus manos en la restauración del templo y de su altar, en Jerusalén, porque igualmente nuestro Padre celestial quería poner sus manos a trabajar junto con su Hijo Jesucristo y con su Espíritu Santo, para ser todos ellos juntos la luz única brillando en los corazones de sus hijos por todas las generaciones venideras.

Esto nos dice, que si los Macabeos junto con sus colaboradores hubiesen fallado en reestablecer el templo y su altar divino, para darle gloria y honra a nuestro Padre celestial y a su nombre bendito, entonces no solamente Israel hubiese caído en tinieblas eternas pero igualmente las naciones, haciendo así que el mundo entero entre en el mismo infierno tormentoso, eternamente perdido. Ahora, ya que el templo y su altar fue reconstruido para tener a Israel orando, sirviendo y alabando a nuestro Padre celestial y su nombre bendito, en Canaán, para él poderlos bendecir de acuerdo al convenio de vida con Abraham e Isaac, entonces el mundo empezó a recibir más de su gloria y amor divino, restaurando así la fe salvadora, mundialmente.

En otras palabras, si el templo hubiese sido destruido junto con su altar, en donde nuestro Padre celestial se sienta en su silla de la misericordia, recibiendo a sus hijos para bendecirlos con su grande gracia, con su grande misericordia, con su grande verdad y con su grande justicia divina, entonces el mundo entero se hubiese hundido en tinieblas para jamás levantarse. Porque es únicamente por la divina luz brillante del convenio que nuestro Padre celestial empezó con Abraham, que ha mantenido no solamente a Israel vivo hasta nuestros días a pesar de los conflictos terribles, guerras y holocaustos inhumanos, pero igualmente las naciones han sido redimidas de males interminables, para que él mismo pronto convierta toda la tierra en su nuevo reino inmortal.

Por eso, es que Satanás a través del tiempo ha tratado de establecer tinieblas en Canaán, pero ha fallado miserablemente hasta hoy, porque él solamente no quiere poseer el templo de Jerusalén y su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, pero también, apagar la luz brillante para que el mundo se hunda en tinieblas, perpetuamente. (En nuestros días, Satanás está luchando como siempre con el mismo propósito de poseer Jerusalén para poner sus manos en el templo del SEÑOR y de su altar divino, porque si lo lograra, así como siempre lo ha intentado desde el primer día, entonces podrá tener mayor control en los corazones de las gentes, destruyéndolos con sus tinieblas profundas, para siempre.

Por ello, escrito está que oren por las paz de Jerusalén, porque la paz de Jerusalén es no solamente para el templo del SEÑOR, su Hijo Jesucristo y su Espíritu Santo sobre el altar del amor prehistórico, ardiendo apasionadamente por la vida de cada uno de nosotros, de todas las familias de las naciones, pero igualmente por nuestro amor, bienestar y salvación. Por ende, manténganse orando por la paz de Jerusalén, obedeciendo al llamado de nuestro Padre celestial para orar por su altar bendito, para que la paz del templo y de su altar del amor prehistórico que gozara de sus oraciones, entonces te enriquecerá junto con tus amados y amistades con su gracia, misericordia, verdad y justicia divina: entregándote así vida abundantemente, siempre.)

Históricamente, Satanás ha tratado de tocar el altar del amor prehistórico de nuestro Padre celestial, entregado incondicionalmente a Abraham y su hijo Isaac para encenderlo con su fuego celestial, bendiciendo grandemente el alma viviente de cada hombre, mujer, niño y niña, pero igualmente: bautizándolos con el cumplimiento de los Diez Mandamientos, perpetuamente, viviendo así una vida enriquecida y destinada al cielo, siempre. Sin embargo, Satanás piensa de que si tomare control del altar del amor prehistórico que bendice a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo así como a todo hombre, mujer, niño y niña que cree en su corazón para justicia, confesando con sus labios su nombre todopoderoso para santidad, entonces será redimido: más Satanás quiere destruir aún toda salvación.

Suponiendo que, si Satanás pudiese contaminar el altar del amor prehistórico, que es el único altar divino, ardiendo apasionadamente con el fuego de su grande gracia, de su grande misericordia, de su grande verdad y de su grande justicia divina, entonces el mal no solamente habría contaminado cada familia en Israel y de las naciones, pero también toda salvación seria imposible, perpetuamente. Por eso, es que nuestro Padre celestial lo tiene escondido de la vista de todos de la carne pecadora, porque los únicos que pueden verlo y tocarlo son los bautizados en agua y del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y con Espíritu Santo sobre el altar: en donde la carne sagrada es el cuerpo glorificado de todo creyente, perpetuamente.

Y es únicamente aquí, sobre su altar del amor prehistórico, en donde nuestro Padre celestial finalmente se encontrara con cada hombre, mujer, niño y niña para que él mismo bautizarlo con su Espíritu Santo, haciéndolos renacer así de su imagen y de su alma santísima, conociendo todo su amor, paz, prosperidad y salvación en la tierra y en el cielo, para siempre. Aquí, nuestro Padre celestial puede no solamente recibir a cada uno de sus hijos, perdonándoles, además, bendiciéndoles poderosamente con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo que encendió el fuego de la vida eterna, cuando la carne sagrada de Isaac ardía amorosamente sobre el altar, pero también, él mismo los bautizara con el cumplimiento de sus mandamientos para entrar al cielo.

Éste es el altar del amor divino que nuestro Padre celestial siempre ha sentido por su Hijo amado y por su Espíritu Santo junto con sus hijos de Israel y de las naciones y listo para abrazarlos a cada uno con mucho amor, para que se queden con él al renacer de su imagen como sus hijos, regresando al cielo, eternamente enriquecidos. Ahora, para asegurar el perdón de sus hijos, sanidad de sus heridas, liberación de sus enfermedades y dolencias, incluyendo la muerte del infierno tormentoso, perpetuamente condenados ya, entonces él tenia que tener la carne del convenio de Israel sufriendo en cautividad, toda herida y maldiciones de las familias de las naciones en Egipto por cuatrocientos años, pagando así todos los pecados, perpetuamente.

Visto que, nuestro Padre celestial había empezado un convenio con Abraham, para que su Hijo Jesucristo nazca del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo como Isaac, porque ambos comieron del pan y vino que le da vida a cada alma viviente con sólo comer con fe, para que la carne del convenio prevalezca sobre la carne pecadora, para salvación eterna. Ciertamente, que ésta es la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, nacido como Isaac del vientre estéril de Sarah, destruyendo así no solamente la carne pecadora de cada hombre, mujer, niño y niña de todas las naciones, pero también para derrotar a Satanás y sus secuaces sobre el altar del amor prehistórico, bautizando así toda alma viviente con los mandamientos cumplidos, perpetuamente.

Por eso, fue muy importante para nuestro Padre celestial tener a los hijos de Abraham descendiendo a Egipto como una familia de setenta, porque él estaba enriqueciendo a Egipto con riquezas jamás antes soñadas por nadie, ya que la nación de su carne sagrada en Israel iba a nacer: destruyendo no solamente el pecado, enfermedades, muertes, pero también toda obra de Satanás. En la cautividad de Egipto de más de cuatrocientos años, Israel sufrió como jamás pensó Abraham que sus hijos sufrirían, milagrosamente nacidos del altar del amor prehistórico, encendido por éste propósito, sin jamás conocerlo hasta que se encontraron viviendo los pecados, aflicciones, enfermedades, maldiciones y muertes de las naciones: porque su Rey Mesías destruiría poderosamente toda obra de Satanás postreramente, para siempre.

Pero para que esto sea posible, entonces nuestro Padre celestial tenía que hacer que Israel abandone la cautividad egipcia por su nombre milagroso, de su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, entregado inicialmente a Moisés después de haber hablado con Dios entre la zarza ardiendo, para que Israel finalmente sea bautizado en el mar Rojo, recibiendo la carne sagrada, para siempre. Ya que, era importante que Israel se bautice en el mar al invocar Moisés la perfecta santidad de su nombre bendito, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que cada hombre, mujer, niño y niña al cruzarlo en seco, entonces abandone la carne pecadora, para recibir la carne sagrada: en donde nuestro Padre celestial trabaja libremente con todos ellos, siempre.

Esto es cuando, Israel no solamente entró en las aguas para ser bautizado, abandonando la carne pecadora junto con sus días malos, pero también empezaron a caminar en el Camino de Santidad, vestidos ya con la carne sagrada del convenio, listo para arder en la zarza de fuego sobre el monte Sinaí, para el bautismo del cumplimiento de los mandamientos eternos, perpetuamente. Sin embargo, al ser bautizados cruzando las aguas en seco con las paredes de agua gigantes en sus lados, entonces se sintieron sedientos, porque cruzando el mar respiraban aire y mistura salada, haciendo así que sientan sed de beber agua fresca, pero no había agua por donde iban: nuestro Padre celestial los estaba preparando, para beber de la roca.

Ésta es la roca de salvación, en donde su Hijo Jesucristo vive, puesto que ya había sido inmolado sobre ella desde antes de la fundación del mundo, para darles de beber a cada uno de los hijos de Abraham de su sangre reparadora convertida en agua viva, para calmar su sed, camino hacia la tierra prometida, para conquistarla para Dios, para siempre. Ciertamente, que después de haber caminado por el desierto del Sinaí entonces empezaron a tener mucha sed, quejándose ante Moisés, y preguntándole con qué autoridad los había sacado de Egipto para morir de sed, en el desierto: y nuestro Padre celestial, oyendo lo que decían, les dijo que lo siguieran para mostrarles la roca que vierte agua dulce abundantemente, para siempre.

Además, nuestro Padre celestial le dijo a Moisés que tomara setenta de los ancianos de Israel, para que lo siguieran hacia la roca que les mostraría y, entonces, le hablaran, para que vierta en agua viva para que toda la gente beba abundantemente junto con sus ganados hasta que se sacien por completo, y así dejen de querer regresar a Egipto. Ya que, jamás deberán regresar a Egipto, después de él haberlos sacado de su cautividad, para servirle en sus festividades y sacrificios que le ofrecerán a él sobre su altar escogido en la tierra prometida únicamente para conocer siempre cada día sus bondades interminables, amor, vida y prosperidad del convenio de vida que estableció con sus antepasados: Abraham, Isaac y Jacobo.

Además, nuestro Padre celestial más bien los mataba en el desierto del Sinaí antes que regresen a la cautividad eterna, porque ya habían recibido su nombre bendito para invocarlo en su perfecta santidad de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, por ello, Israel jamás debería regresar a Egipto con su nombre, pero solamente a Canaán y su altar de amor eterno. Dado que, después de haber sufrido los pecados, maldiciones, enfermedades y muertes de todas las familias de las naciones, por cuatrocientos años de cautiverio continuo, entonces ellos estaban listos para venir a ser parte de su sacrificio continuo sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac para poseer a Canaán con la sanidad, liberación y salvación de todo creyente.

No obstante, en el desierto Israel listo para ascender el monte Sinaí, para ser bautizados en el fuego del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para que todo israelí cumpla finalmente con el Espíritu de los mandamientos así como Abraham, Isaac, Jacobo y ahora Moisés lo habían hecho—repentinamente Satanás se manifestó con su becerro de oro. Israel había esperado por Moisés que descienda del monte porque se preocupaban, pensando que le habrá sucedido, porque jamás se había alejado así por cuarenta días, que empezaron a desear adorar a Dios, que le pidieron a Aarón su sumo sacerdote que les dé un dios: entonces él arrojó todas sus joyas de oro en el horno, para ver que salía.

Satanás salió del horno ardiendo en fuego como un becerro de oro, para que Israel lo adore:

Satanás entró en Israel para pararlo de que llegue a la tierra prometida, en donde nuestro Padre celestial estaba listo para vestir su altar del amor prehistórico con su carne sagrada nacida de Isaac, convirtiéndola en polvo que fertilicé la semilla de los árboles clamando al cielo por su Hijo Jesucristo, que sea enviado ya a Israel con la salvación del creyente. Visto que, toda la casa de Israel murió, descendiendo al Valle de los huesos secos, mientras su carne del convenio nacida de Isaac como la carne sagrada se tornó en polvo, fertilizando las semillas de los árboles israelíes, clamando al cielo por nuestro Padre celestial que envíe a su Hijo Jesucristo para que los tale e integre al altar del amor eterno.

Finalmente, Israel clamaba a nuestro Padre celestial a que envíe a su Hijo Jesucristo, para que los rescate por su carne santísima, porque sólo él es el unigénito con la carne sagrada convenida con Abraham y Sarah como Isaac, nacido para ser el Cordero ascendiendo el monte Moriah y postreramente el monte Sión, en Canaán, convertido en madero, recibiendo así toda salvación. Además, éste fue el clamor de la carne de Israel convertida en polvo y con sus almas en el Valle de muerte, cumpliendo así con el llamado del Padre a Moisés, de Israel integrarse al sacrificio continuo del altar del amor prehistórico como el madero, recibiendo con clavos su nombre santísimo y a su Hijo Jesucristo victorioso sobre toda artimaña de Satanás.

Divinamente, Israel murió por el desierto del Sinaí, camino a Canaán, al ser atacado por sus enemigos por todas partes, ya que Satanás los esperaba con trampas terribles de hermandad falsa y de adoración a ídolos, y envenenados mortalmente por serpientes entre la arena hasta que mirando la culebra de bronce clavada a martillazos a la vara de Aarón, entonces se sanaron. Israel sufrió por cuarenta años más los pecados de las naciones además de sus maldiciones, adoración de ídolos, y terribles decepciones, llevándolos a enfermedades, contaminación y muerte, sufriendo así mortalmente heridas profundas del cuerpo y el alma, que únicamente nuestro Padre y su Hijo Jesucristo clavados a ellos y el Espíritu Santo ardiendo en amor eterno finalmente los liberarían de tormentos incalculables.

A tiempo, Israel clamó a nuestro Padre celestial para que los liberara de muchos males sufridos, que no solamente él no podía hacer nada hasta que finalmente alcanzaran la cima del monte escogido por él mismo y manifestado a sus padres como Abraham, Isaac y Jacobo, porque una vez que subiesen a su altar, entonces serian bautizados con amor eterno, para siempre. Amor sanador que correría por todas sus almas vivientes llenas de gozo y de alegrías sin fin para ser perdonados por nuestro Padre celestial, sanando sus cuerpos y almas heridas como jamás habían gustado tanta sanidad divina, puesto que, serian clavados a golpe de martillo a su nombre bendito y a la carne ensangrentada de su Hijo Jesucristo, para salvación eterna.

Además, nuestro Padre celestial podía hacer tan sólo un poco por Israel cuando iban por el desierto del Sinaí, enfrentándose a aflicciones de pecados, maldiciones, enfermedades, dolencias y muertes de las naciones, porque la liberación de pecados y sanidad de profundas heridas, podrían solamente desaparecer de todos ellos finalmente integrados divinamente a su sacrificio continuo sobre el altar del amor prehistórico. Ciertamente, nuestro Padre celestial solamente hacia poco por cada uno de ellos hasta que llegasen a Canaán y su altar que él mismo lo había recibido de Abraham, para que él sea honrado grandemente cada día junto con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo que derramó su sangre reparadora hacia todo creyente que desee ser sanado ya.

Ahora, toda la casa de Israel murió en el desierto, camino a Canaán, por culpa de la rebelión del cordero de oro; sin embargo, sus hijos pudieron entrar a Canaán, conquistándola para nuestro Padre celestial y para su sacrificio continuo listo para ser llevado acabo con la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, entrando a Israel con el derramamiento del Espíritu Santo. Cuando los hijos de los israelitas antiguos finalmente entraron a la tierra prometida, entonces ellos fueron bautizados en el río Jordán, además fueron circuncidados, porque todos habían fallado en hacerlo, incluyendo el liderazgo, por ello, esto fue algo que tenían que hacerlo para seguir adelante sirviéndole al Padre al ocupar Canaán para el sacrificio eminente de su Hijo Jesucristo.

Puesto que, éste será el sacrificio finalmente restaurando no solamente a la casa de Israel para servirle a nuestro Padre celestial, a su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, pero también a su glorioso nombre, entregado a Moisés sobre el monte Sinaí, para clavarlo al tallo del rebaño del SEÑOR victorioso sobre Satanás y sus males en Israel y en las naciones. Es decir también de que Jacobo por haber descendido a Egipto con su familia de setenta miembros, para vivir con su hijo José como segundo en mando ante Faraón y sus oficiales, entonces ellos pudieron vivir en paz y lleno de riquezas nunca antes vistas, porque nuestro Padre celestial los enriquecía grandemente por la obra que postreramente harían eventualmente, para la eternidad.

Visto que, como los israelitas abandonaron la cautividad egipcia no solamente invocando milagros, maravillas y señales en la tierra y en el cielo, para que los egipcios finalmente entiendan que nuestro Padre celestial los llamaba para ser parte del sacrificio continuo, recibiendo su nombre bendito con clavos sobre su altar, entonces todo fue para posteriormente ser el madero salvador para las naciones. Éste es finalmente el Menorah resurgiendo no solamente ante Israel y las huestes angelicales del cielo, porque esto fue la obra de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y de su Espíritu Santo, pero igualmente las familias de las naciones ven ésta gran obra terminada sobre el monte santo de Jerusalén, salvándolos a todos con sólo mirar a sus potentes rayos brillantes.

Éste no solamente es el amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, abierto siempre a quienquiera ser bautizado en agua y Espíritu, invocando el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pero también para recibir la luz de su gloria brillando en sus corazones y en cada paso hacia la gloria celestial, eternamente justificado con salvación perfecta. Éste es el amor divino que nuestro Padre celestial siempre conoció, amando a su Hijo Jesucristo y al Espíritu Santo, pero igualmente a cada hombre, mujer, niño y niña, empezando con Adán y Eva, porque fuimos nacidos inicialmente de su imagen para vivir conforme a la semejanza de su Hijo Jesucristo y llenos del Espíritu Santo de vida: conociendo todo bien, perpetuamente.

Por eso, es que fue muy importante para nuestro Padre celestial restaurar su amor de familia y gloria divina de sus luces no solamente en la familia de Abraham y de sus hijos prometidos de generaciones venideras, pero también de todas las familias de las naciones, porque él siempre buscó atraer al mundo entero más cerca a su nuevo reino angelical. Es decir, que también nuestro Padre celestial finalmente hará no solamente a Canaán convertirse en un paraíso terrenal lleno de sus hijos nacidos de Abraham y del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, cuando Isaac nació como el cordero ascendiendo con amor eterno sobre el monte Sión en el monte Moriah, pero postreramente igual en Canaán para salvación eterna, universalmente.

Mientras el Israel antiguo de la carne del convenio se tornó en árboles en Canaán, clamando por nuestro Padre celestial a que envíe a su Hijo Jesucristo, como el carpintero, cortándolos en las piezas de madera para ser una madera en sus manos, levantándolos sobre el altar del amor, pero también para que los bendiga con el gozo de la salvación, finalmente. Éste es el gozo para servirle a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, para que últimamente cumplan con su voluntad divina en sus almas vivientes, ya que estaban agotados de haber sufrido los pecados, maldiciones, enfermedades, aflicciones y muertes de las naciones, finalmente necesitaban bendiciones para vivir en paz, perpetuamente.

Esto significa, que al haber nuestro Padre celestial enviado a su Hijo Jesucristo a Israel, naciendo del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, entonces él derrotó a Satanás en sus mismas tinieblas en Israel y en las familias de las naciones, retomando todo lo perdido a él de Israel, y de Adán y Eva, en el paraíso. Ya que, Lucifer como Satanás usó a la serpiente del Edén con mentiras para engañar a Eva y finalmente a Adán y sus hijos con decepciones terribles y tinieblas, aplicando toda maldad a la carne sagrada, contaminándola así con pecado, maldiciones, enfermedades, pobreza y muerte, entonces la misma carne sagrada reversiblemente tenia que derrotarlo: y éste es fue su Hijo amado, ¡Jesucristo!

Porque ésta es la carne sagrada de nuestro Padre celestial en el cuerpo glorificado de Jesucristo, llevando no solamente su nombre bendito en santidad perpetua, pero igualmente su semilla, aplicada al vientre estéril de Sarah para que Isaac nazca del Espíritu Santo, y así en la hija de David para que Isaac nazca nuevamente, pero como Jesucristo, derrotando a Satanás para las naciones. Ahora, Israel antiguo se convirtió en polvo fertilizando las semillas de los árboles clamando a nuestro Padre celestial, para que envíe a su Hijo Jesucristo desde el cielo, porque solamente él lleva su nombre santo para salvación, pero igualmente la semilla, para salpicarla sobre todo Israel y todas las naciones, para que su amor reine mundialmente, llenó de sus luces divinas, perpetuamente.

Es decir, que también Israel siendo el cordero inicial de nuestro Padre celestial nacido de Abraham y del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, entonces finalmente llegó a la tierra prometida, convirtiéndose en los árboles del madero clamando a la corte celestial, que les dé su nombre y su semilla divina, para servirle perpetuamente sobre su altar de amor eterno. Esto fue todo lo que Israel como la torre (madero) del rebaño del SEÑOR clamaba a nuestro Padre celestial que haga ya, para que finalmente encontrar la paz y el alivio después de sufrir los pecados, maldiciones, enfermedades y muertes de las naciones en el cautiverio egipcio y por el desierto del Sinaí, para ser finalmente el sacrificio continuo de todos, perpetuamente.

Porque al nuestro Padre celestial enviar a su Hijo Jesucristo al Israel antiguo, que abandonó el cautiverio egipcio, y que esperaba ya como los árboles que necesitaban ser cortados por él y levantados al altar de Abraham e Isaac y del fuego de la gracia, misericordia, verdad y justicia divina, entonces fue para recibir finalmente la sangre reparadora para vivir eternamente enriquecidos. Visto que, cuando el nombre de nuestro Padre celestial fue clavado a Israel, como el madero, entonces la carne sagrada de Jesucristo recibió sus pecados, maldiciones, heridas profundas y muertes, para que el Padre derrame su semilla nuevamente que le dio vida primeramente al vientre estéril de Sarah y así últimamente al de la hija de David, llenando de vida toda humanidad.

Puesto que, ésta es la semilla como el aceite de oliva que los Macabeos solamente tenían una porción para encender una lamparilla de la Menorah, para los días festivos, conmemorando la restauración del templo en Jerusalén, reviviendo así mundialmente el servicio hacia nuestro Padre celestial de Israel y de las familias de las naciones, para que su amor y luz prevalezcan, siempre. Bien, toda la casa de Israel que abandonó la cautividad egipcia para servir a nuestro Padre celestial sobre su altar del amor prehistórico, en Canaán, es la madera que transformó no solamente la Menorah y sus luces divinas hasta nuestros días, pero también la vida de cada hombre, mujer, niño y niña mundialmente, para que el nuevo reino del Padre prevalezca infinitamente.

Ésta es la pequeña porción de la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo, que no solamente encendió la Menorah para los altos días festivos en nuestros días, pero igualmente alumbró nuestra vida eterna en la gloria celestial, empezando ya en la tierra, porque es muy importante que el nombre de nuestro Padre celestial sea glorificado y honrado con nuevas glorias conquistadas, perpetuamente. Ésta es la porción de la sangre de su Hijo Jesucristo que mantuvo a Israel como la Menorah que nuestro Padre celestial necesitaba para encender su amor divino, manifestada en Isaac nacido del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, pero igualmente en la hija de David, para que su semilla divina encienda la lamparilla de tu corazón con riquezas y salvación.

Por ello, fue importante para nuestro Padre celestial de ungir el monte santo de Jerusalén con la sangre de su Hijo Jesucristo, llevando su semilla divina, restaurando así no solamente su nombre bendito sobre Israel con clavos sobre su carne convertida en madero, en Canaán, pero igualmente la santidad perfecta de la gracia de Jesucristo, para que su salvación abunde mundialmente, siempre. Dado que, tú puedes bautizarte en agua, invocando su nombre santísimo y el de su Hijo Jesucristo y el del Espíritu Santo, solamente entonces, la carne pecadora te abandonara para jamás volver, recibiendo instantáneamente la carne sagrada, en donde la semilla de nuestro Padre celestial te enriquecerá con vida eterna en nuestros días en la tierra y para siempre en el cielo.

Y es únicamente sobre su altar del amor prehistórico, ardiendo apasionadamente por ti y hasta que tú llegues allí por el bautismo en agua, invocando la santidad perfecta de su nombre y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, llenándote así del cumplimiento de los mandamientos eternos, para conocer abundantemente amor, bondad, riquezas cada día hacia toda la eternidad venidera. Actualmente, la Menorah está encendida con sus luces brillantes hacia la eternidad, porque la sangre de Jesucristo es su energía continua, que la mantiene encendida para Israel y para las familias de las naciones, para que goces su fuego encendido de gracia, misericordia, verdad y justicia divina, conquistando así siempre toda meta con las riquezas de su semilla divina, para siempre. ¡Amén!

A TINGE OF YESHUA’S (JESUS) BLOOD BURNS THE MENORAH (GOD’S LIGHTS), FOREVER:

The rededication of the temple of our heavenly Father in Jerusalem was necessary for the house of Israel to reconcile with God, because it had been defiled in 168 BC. by the enemies of the Lord and of His holy name by introducing into the altar a demon god called Zeus that Antioquos IV King Epiphanes of Syria worshipped, while governing Palestine. However, in 165 BC., the temple was finally up-and-running for Israel, because Judas Maccabbee along with his fellowmen had worked for three years restoring it, where our heavenly Father and His holy name was worshipped, so the candles were ready for the celebration but only a small portion of the nondesecrated olive oil was available for one day.

The temple had to be rededicated for the service of our heavenly Father and His holy name over the altar that He had built for Israel, to gather around His mercy seat, so He may manifest His great grace, His great mercy, His great truth and His great divine justice thus for them to honor and glorify His holy name throughout the land. It is here, where the people remembered who they were in the presence of our heavenly Father as He received them sitting at His mercy seat, so they may honor and worship Him as the God that had given them birth through His Son Jesus Christ manifested to them through Sarah’s barren-womb as Isaac, the promised child to Abraham.

By remembering their past lives through the generations then they were able not only to acknowledge our heavenly Father and His holy name over the entire nation of Israel thus to grant Him and His holy name glory and honor, but also they kept themselves together as the only nation of God living on earth thus to do His will, forever. This was really the restoration of everyone’s life within Israel as they received again the temple of the Lord within Jerusalem ready to receive the worship, prayers and adoration that have been born to execute divinely through the covenant of life that our heavenly Father had started with Abraham and Sarah his wife’s barren-womb, for God’s Son to be born as Isaac.

For our heavenly Father’s divine family love may be established on earth as it is in heaven with the angelical nations thus to grant Him glory and honor unto His holy name, so His divine love may enrich the every day life of His angelical hosts in heaven’s glory and on earth with every man, woman and child born from Israel. Therefore, it was very important for our heavenly Father for the Maccabbees to have restored His temple within Jerusalem, so not only the families of Israel may fall deep into eternal darkness from Satan and his fallen angels but also the families of the nations, thus, it was important for the temple and its altar to be restored with His lights immediately.

Once the temple was restored and Israel attended to its services then our heavenly Father poured graciously upon His altar the fire of the prehistoric love to burn passionately with His great grace, with His great mercy, with His great truth and with His great divine justice thus for His divine love to enrich the families of the earth into eternity. That is to say, also that if the temple within Jerusalem had been abandoned in total ruin then this would have displeased our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit thus causing Satan along with his fallen angels to continue to increase their powers of darkness around the world finally destroying every family with uncontrollable cruelty.

Certainly, this was the restoration that our heavenly Father was looking forward to see along with His Son and the Holy Spirit upon the entire house of Israel as the Maccabbees put their hands to work thus to restore it completely, so the candles lighting up the Menorah may finally shine within the families of the world for restoration and salvation. However, there was only one tinge of sacred olive oil to burn one candle where they had nine altogether that the Maccabbees along with the rest of people helping them to commemorate the temple that they began to search for needed oil to burn the rest of the candles, but they failed to find any, except what they had already.

(Here, it was the mighty hand of our heavenly Father helping not only in the reconstruction of the temple and its glorious altar ready to burn with His fire of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, but also, He was showing the Maccabbees that His Son’s atoning-blood will burn the Menorah finally into eternity.) What the Maccabbees failed to realize was that the olive oil placed in the first lamp to burn for the first day, it was indeed our Lord Jesus Christ’s atoning-blood burning it and on to the last one of the lamps until the eight days had been completed, celebrating finally the commemoration of the temple within Jerusalem and unto our Father in heaven.

The darkness that Satan was placing not upon the Israelis families but also around the world in the families of the nations began to fade away because our heavenly Father, His Son Jesus Christ’s atoning-blood along with the Holy Spirit began to light up the human spirit to life again, so people may worship our living savior in His temple everywhere, always. It is here, where every man, woman and child within Israel and the families of the nations saw light invading their hearts, because the darkness overcoming their hearts and daily lives then it began to fade away, because the temple had been restored and the atoning-blood burned the first lamp and the rest of the Menorah for everyone’s restoration and lasting-salvation.

It was truly, the small amount of His Son Jesus Christ’s atoning-blood that light up not only the temple within Jerusalem but also the hearts and lives of every one of the families within Israel and the families of the nations, because this is the temple that our heavenly Father had designated to be The House of Prayer for the Nations. That is why, that His Son Jesus Christ as he manifested himself to every one within Israel as he went through the streets and houses to announce our heavenly Father’s holy name, by the power of the Holy Spirit, for forgiveness, healing and restoration, then he said that he is the light of the world.

That is to say, also that there was not only abundant light for the temple within Jerusalem where our heavenly Father’s altar is stationed for people to approach it thus to pour their hearts and love unto Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, but also the families of the world began to feel the presence of His divine light. Besides, it was very important for the Maccabbees to put their hands to work in the restoration of the temple and its altar within Jerusalem, because our heavenly Father wanted also to put His hands to work along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, so they may be the light within the hearts of His children throughout the world.

Meaning also that if the Maccabbees along with the helping fellowmen had failed to rebuild the temple and its altar thus to resume to give glory and honor unto our heavenly Father and His holy name, then not only Israel would have fallen into deep darkness but also the families of the nations, causing the world to sink into hell’s torment, forever damned. Now, since the temple with its altar was restored to have Israel praying, serving and worshipping our heavenly Father and His holy name within Canaan, so He may bless them according to the terms of the covenant of life established with Abraham and Isaac, then the entire earth started to receive more of His glory light and divine love, restoring faith everywhere.

In other words, if the temple is destroyed along with its altar where our heavenly Father sits at the mercy seat thus to receive His children approaching Him furthermore to bless them with His great grace, with His great mercy, with His great truth and with His great divine justice, then the entire world will plunge into deep darkness. Because it is only the divine light of the covenant that our heavenly Father started with Abraham that had kept not only Israel alive until our days although of terrible conflicts, wars and unspeakable holocausts but also the families of the nations had been spared just as well, so He may finally someday soon turn the earth into a new earthly kingdom.

That is why, that Satan through time has tried to establish his darkness within Canaan but he has failed miserably until now, because he not only wants to possess Jerusalem’s temple and the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, but also, put the divine light out for the world to sink into darkness. (Nowadays, Satan is struggling as usual with the same purpose to possess Jerusalem to put his hands in the temple of the Lord and His altar, because if he can manage to do this, as he has always intended to do since early days, then he could have more control of the people’s hearts thus to destroy them with his darkness, forever.

Therefore, it is written to pray for the peace of Jerusalem, because the peace of Jerusalem is not only for the temple of our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit over the altar of the prehistoric love, burning wildly with passion for everyone’s life, throughout the families of the nations, but also for their peace, well-being, and lasting-salvation. Thus, keep praying for the peace of Jerusalem, obeying our heavenly Father’s call to pray for His temple and altar, so the peace that the temple and its altar of the prehistoric love will enjoy, then it will bless you greatly along with your loved ones and friends with His grace, mercy, truth and divine justice, granting you life abundantly, always.)

Historically, Satan has tried to take control of our heavenly Father’s altar of the prehistoric granted initially to Abraham and Isaac to ignite the fire that not only blesses greatly the living soul of every man, woman and child but also baptize them with the fulfillment of the Ten commandments, everlastingly, so they may live a blessed life heavenly bound always. However, Satan thinks that if he can take control of the altar of the prehistoric love that blesses our heavenly Father, His Son and the Holy Spirit as every man, woman and child believe in his heart for justice to confess with his mouth the perfect holiness of His name then that one is saved, and Satan wants to destroy everyone’s salvation.

For the reason that, if Satan can contaminate the altar of the prehistoric love that is His ancient altar burning passionately with the fire of His great grace, His great mercy, His great truth and His great divine justice, then evil had contaminated not only the life of every family within Israel and the nations, but also salvation will be impossible, forever. That is why, that our heavenly Father has hidden it from everyone’s sight, because the only one that can really see and touch it is the one that is baptized in water and of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit over the eternal altar: where the sacred-flesh becomes the body of the believer, perpetually.

It is only here, over His altar of the prehistoric love where our heavenly Father will finally meet every man, woman and child so He may personally baptize them with the amazing powers of the Holy Spirit thus granting a new rebirth from His image and living soul only knowing love, peace, prosperity, and never-ending salvation on earth and in heaven, everlastingly. This is where, our heavenly Father could not only receive every one of His children, so He may forgive their sins abundantly, moreover bless them mightily with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh that started the fire of eternal life as Isaac’s sacred-flesh burned over the altar, but also He will baptize them with His commandments for lasting-salvation to be possible, forever.

This is the altar of His divine love that He has always felt for His Son Jesus Christ and the Holy Spirit along with His children from Israel and the families of the nations ready to embrace them with His abundant love, so they may stay with Him as they are reborn from His image as His children heavenly bound, forever blessed. Now, for our heavenly Father to secure everyone’s forgiveness from sin, healing from every wound, liberty from sickness and diseases, including death bound into hell’s torment forever cursed, then He had to have had Israel’s covenant-flesh suffering the captivity, wounds, and curses of the families of the nations within Egypt’s for four-hundred years, paying for the sins of the world, forever.

For our heavenly Father had started a covenant with Abraham as His Son Jesus Christ was born from Sarah’s barren-womb by the Holy Spirit’s powers as Isaac, because they both ate together the bread and wine that gives life to every one on earth by just eating it with faith, for the sacred-flesh to prevail daily over the sinful-flesh for everyone’s lasting-salvation. Surely, this is His Son Jesus Christ’s sacred-flesh born as Isaac from Sarah’s barren-womb destroying not only the sinful-flesh in every man, woman and child from all the families of the nations, but also defeat Satan and his fallen angels within Canaan and over His altar of the prehistoric love, baptizing everyone’s living soul with the fulfillment of the commandments, forever.

That is why, that it was important for our heavenly Father to have Abraham’s children descended into Egypt as a family of seventy, because He was enriching Egypt with richness never dreamed by anyone before, since His nation of the sacred-flesh Israel was going to be born within it: destroying not only sin, sickness, diseases, death but also Satan’s wicked-works everywhere, forever. Within Egypt’s captivity of four hundred years, Israel suffered as Abraham never thought how much his children will (suffer), miraculously born from the altar of the prehistoric love fire for this purpose never really to know until they found themselves in the sins, afflictions, illness, curses and even death of the nations, because their King Messiah was bound to destroy Satan’s wilds, someday.

But for this to be possible, then our heavenly Father had to have had Israel abandon Egypt’s captivity by the amazing every day power of His holy name, His Son and the Holy Spirit, giving to Moses as he ascended to the burning bush thus to speak to God face-to-face, so Israel may become finally baptized at the Red Sea receiving His sacred-flesh. For it was very important for Israel to become baptized at the seafront by Moses invoking the perfect holiness of His name and that of His Son along with the Holy Spirit, so every man, woman and child as they may cross the sea then abandon the sinful-flesh to take on the sacred-flesh: where our heavenly Father can work with them, always.

This is when, Israel not only entered the seawaters to become baptized, abandoning the sinful-flesh along with the wicked days of their lives, but also they began to walk in the Highway of Holiness as they were dressed with the sacred-flesh ready to ascend to the burning bush over Mount Sinai, for the mighty baptism of the fulfillment of the commandments, forever. However, as they had been baptized by crossing the seawaters in dried ground with giant walls of water on their sides then they began to feel thirsty, because by crossing the seawaters instantly they breathed salty moisture causing them to crave for freshwater, but, there was none available where they went through, for our Father was preparing them to drink from His rock.

This is the rock of salvation where His Son Jesus Christ lives moreover he had shed his atoning-blood over it since even before the foundation of the world, so he may give to drink from his atoning-blood turned into living-water for the thirsty of the children of Abraham that were on their way to conquer the Promised Land, forever. After walking through the Sinai’s desert then Israel became more thirsty than ever that they complained to Moses by asking him who had given him the authority to take them out Egypt to die in the wilderness, and so, our heavenly Father overheard the Israelis that He told them to follow Him to the rock with the living-water to drink abundantly.

Our heavenly Father told Moses take seventy of your leaders and follow me to the rock that I will show you, and then, you will speak to it, so it may burst into living-water for the people to drink abundantly along with their livestock until they are fully satisfied and stop wishing to turn back to Egypt’s captivity again. Because they must never return to Egypt after I pulled them out from captivity to serve me in my festivities and sacrifices that they will offer unto me over the Chosen altar within the Promised Land only to know never-ending goodness, love, life and prosperity of the covenant that I have started with their forefathers: Abraham, Isaac and Jacob, the Lord said.

Besides, our heavenly Father would rather kill them in the Sinai’s desert before allowing them back to captivity, because they have come to know and invoke the perfect holiness of His name and that of His Son and of the Holy Spirit, therefore, Israel could never return to Egypt with His name but only to Canaan and its chosen altar of love. Given that, after they had suffered all the sins, curses, infirmities, diseases and death of the families of the nations for more than four hundred years of nonstop captivity, then they were ready to become part of His continuous sacrifice over His altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac to possess Canaan with everyone’s healing, deliverance, and lasting-salvation.

However, in the desert just about to ascend to the mountaintop thus to become baptized in the fire of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, so they may fulfill finally the Holy Spirit of the commandments just as Abraham, Isaac, Jacob and now Moses had done it—then Satan showed up with his golden calf. Israel had waited for Moses to descend from Mount Sinai that they wonder what could have happened to him after been gone for forty days that they felt the need to worship that they asked their high priest Aaron to give them a god, so he told them to put their jewelry into the furnace to see what will emerge.

Satan came out from the hot-furnace as the golden calf for Israel to worship him:

Satan had to enter Israel, so he may stop them from reaching the Promised Land, where our heavenly Father was ready to dress His altar of the prehistoric love with the sacred-flesh born from Isaac by turning into dust fertilizing the seed cultivating the trees crying to heaven for His Son Jesus Christ to be sent to Israel with everyone’s salvation. For the entire house of Israel had to pass away, descending into the Valley of the dried bones, while their covenant flesh born from Isaac’s sacred-flesh turned into the dust fertilizing the seeds, given life to the trees within Israel, crying to heaven’s glory for our Father to sent His Son Jesus finally to carry them up to the altar of love.

Finally, Israel was clamoring to our Father in heaven to send His Son Jesus Christ to rescue them by the power of the sacred-flesh, because he is God’s Son and of the sacred-flesh covenanted with Abraham and Sarah as Isaac was born as God’s lamb ascending to Mount Moriah and later to Mount Zion within Canaan turned into wood receiving everyone’s lasting-salvation. Besides, this was the outcry of Israel’s flesh turned into dust and of their living-souls into the Valley of the dried thus to fulfill our heavenly Father’s call to Moses, and this is Israel integrating the continuous sacrifice over the altar of love as the wood receiving His holy name forever along with His Son Jesus Christ’s victorious sacred-flesh over Satan’s wilds.

Divinely, Israel had died progressively underway to Canaan by been attacked by enemies from all directions as they traveled through the Sinai’s desert, since Satan was waiting with terrible traps of false brotherhood and idol worship everywhere they turned to, thus poisoned by venous snakes until they looked up to the bronze snake fashioned with a hammer over Aaron’s staff for healing. Israel suffered again for forty-years the nations’ sins along with their wicked curses, idol worship, and terrible deceptions that lead them to sickness, contamination and death thus inflicting upon themselves gapping wounds that only our heavenly Father, His Son Jesus Christ nailed to them and the Holy Spirit outpouring over the altar of love will finally liberate them from their daily torments.

Timely, Israel cried to our heavenly Father to liberate them from evils that they were suffering that He could not do anything for them until they will finally reach to the mountaintop that He had chosen and manifested to their forefathers as Abraham, Isaac and Jacob, because once they would become part of it, then they will be filled with lasting love. Healing love that will run through their entire living-souls filled with joys and never-ending happiness to be forgiven by our heavenly Father from all their sins, healing their wounds as they were never healed in their bodies much less in their living-souls, because they will be nailed to His holy name and His Son Jesus Christ’s sacred-flesh shedding the atoning-blood for lasting-salvation.

Besides, our heavenly Father could only do very little as they went through the Sinai’s desert facing multiple terrible afflictions from the sins, curses, illnesses, diseases and deaths of the nations, because the healing to their sins, and relief to their gapping wounds, could only vanish as they finally became part of His continuous sacrifice over the altar of His salvation love. Certainly, our heavenly Father could do very little for each one of them until they finally reached Canaan and the altar that our heavenly Father had already received from Abraham as he lifted it, so He may be honored along with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh and the Holy Spirit spreading the atoning-blood towards everyone willing to receive it abundantly for healing.

Now, the entire house of Israel died in the Sinai’s desert walking towards Canaan, because of the golden calf and rebellions; however, their children were able to enter into the land thus conquering it for our heavenly Father’s final work that He was ready to fulfill with His Son Jesus Christ’s sacred-flesh coming into Israel and the outpouring of the Holy Spirit. When the children of the ancient Israelis finally entered into the Promised Land, then they became baptized in the Jordan river, moreover they were circumcised, because everyone within Israel had failed to do it, including the leadership, therefore this was something that they had to do to continue to serve our heavenly Father as they occupied Canaan for His Son’s eminent sacrifice.

For this will be the sacrifice finally restoring not only the house of Israel to serve our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit but also the glorious name, given to Moses over Mount Sinai, that would be lastly nailed to Israel’s tree-tower for final victory over Satan and his wilds within Israel and the families of the nations. That is to say, that by Jacob descending into Egypt with his seventy family members thus to live with his son Joseph as the second-in-command before the Pharaoh and his officials, then they were able to live in peace and filled with richness never known before, because our Father was enriching them powerfully for the work that they will finally do, timely.

Because as they abandoned Egypt’s captivity by not only invoking the great miracles, wonders and signs in heaven and earth so the Egyptians may finally realize that our heavenly Father was calling them to abandon Egypt to become His continuous sacrifice receiving His holy name with nails over His altar, then it was to become the salvation wood-tower for the nations. This is finally the Menorah resurfacing before not only Israel and the angelical hosts in heaven’s glory, because this is the work of our heavenly Father, His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit but also the families of the nations could see the great finish work over Jerusalem’s holy hill, saving them by just looking up to its amazing flaming-lights.

This is not only the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, opened always to anyone willing to get baptized in water by invoking the name of the Father, the Son and the Holy Spirit, but to receive also the light of glory shining within their hearts and every step into heaven’s glory justified with everlasting salvation. This is the divine love that our heavenly Father has always known thus to love His Son Jesus Christ and the Holy Spirit but also every man, woman and child, beginning with Adam and Eve, since we were born initially from His image to live in His Son’s likeness filled with the Holy Spirit’s eternal life only enjoying His well-being into eternity.

That is why, that it was important for our heavenly Father to restore His family love and divine glory of lights within not only Abraham’s family and the promised children to be born in the generations ahead but also for the families of the nations throughout the world, because He needs always to get the world closer into His new Kingdom. That is to say, that our heavenly Father will finally cause not only Canaan to become a living paradise on earth filled with its children born from Abraham and Sarah’s barren-womb, by the power of the Holy Spirit, as Isaac became the lamb ascending with love not only Jerusalem’s holy hill at Mount Moriah but also in Canaan for everyone’s needed lasting-salvation.

While ancient Israel’s covenant-flesh had become the trees within Canaan crying out to our Father in heaven to send His Son Jesus Christ, so he may be the carpenter cutting them into the pieces of wood that will become one in his hand to lift them finally to their final destination, the altar of love, but also bless them with everlasting salvation-joys. This is the joy to serve our heavenly Father over the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, so they may finally accomplish His will within their living-souls, because they were exhausted to have suffered the families nations’ sins, curses, infirmities, afflictions and death, thus they needed blessings finally to live in peace, perpetually.

Meaning that, by our heavenly Father sending His Son Jesus Christ to Israel as he was born from King David’s virgin daughter, by the Holy Spirit’s powers, then he came defeating Satan in all his fields of darkness within Israel and the families of the nations, so he may retake what Satan stole from Israel and Adam and Eve in paradise. Because what Lucifer as Satan using the old serpent from the Garden of Eden with his lies to deceive Eve finally reaching Adam and the children with terrible deceptions and darkness, applied to the sacred-flesh, thus contaminating it with sin, curses, infirmities, poverty and finally death, then the same sacred-flesh reversely had to defeat him: and this is God’s Son Jesus Christ.

For he alone is our heavenly Father’s sacred-flesh used in His Son Jesus Christ’s glorified-body bearing not only His holy name in perfect sanctity but also His seed applied to Sarah’s barren-womb for Isaac to be Holy Spirit’s born, but also for David’s virgin daughter for Isaac to be born again, but this time as God’s only Son Jesus Christ defeating Satan forever. Now, Israel had turned into dust fertilizing the seed for the trees within Canaan clamoring for our heavenly Father to send His Son Jesus Christ, because he alone bears not only His holy name for salvation but also His seed needed to pour over Israel and the families of the nations for love to thrive worldwide, filled with His divine lights, forever.

That is to say, also that Israel been our heavenly Father’s initial lamb born from Abraham and Sarah’s barren-womb by the Holy Spirit’s powers, then they had finally reached the Promised Land as grown trees crying out to Him in heaven’s courts to give them His holy name and divine-seed, so they may serve Him forever over His altar of love. That is all that Israel as the tower of wood was clamoring to our Father in heaven to do, so they may finally find the peace and relief needed after having suffered the sins, curses, infirmities and death of the families of the nations within Egypt’s captivity and through the Sinai’s desert, so they may become His personal continuous sacrifice at last.

Because by our heavenly Father sending His Son Jesus Christ to Israel to where Abraham’s children that left Egypt’s captivity were waiting as the trees that needed to be cut by him and lifted to the altar of Abraham and Isaac’s fire of grace, mercy, truth and divine justice, then it was to receive the atoning-blood to live forever blessed at last. Provided that, when our heavenly Father’s holy name was perpetually nailed to them then His Son Jesus Christ’s sacred-flesh was nailed to their sins, curses, gapping wounds and deaths, for He was finally able to shed His divine-seed over them that gave life initially to Sarah’s sterile womb but also to David’s virgin daughter’s womb for life to emanate over humanity worldwide.

For this is the seed as the burning olive oil that the Maccabbees had only a small portion to burn the first lamp of the Menorah for the holy days to commemorate the temple within Jerusalem thus resuming, reviving the service unto our heavenly Father from Israel and from the families of the nations, for His love and lights to thrive worldwide. Well, the entire house of Israel that left Egypt’s captivity to serve our heavenly Father over the altar of the prehistoric love within Canaan is the wood that shaped not only the Menorah with love and the divine lights until now but also the life of every man, woman and child worldwide, so our heavenly Father’s new kingdom may live at last.

This is the small portion of His Son Jesus Christ’s atoning-blood that has not only light up the Menorah for the high holidays in our days but also it lights up our eternal lives in heaven’s glory, starting now on earth, because it is important that our heavenly Father’s holy name may be glorified and honored for new glories to be conquered. This is the small amount of our Lord Jesus Christ’s atoning-blood that has kept Israel as the Menorah that our heavenly Father needed to light up with His divine-love manifested through Isaac as he was born from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s power, but also in David’s virgin daughter, so his atoning-blood may light up your heart’s lamp today with lasting-salvation.

That is why, that it was important for our heavenly Father to anoint Jerusalem’s holy hill with His Son Jesus Christ’s atoning-blood, conveying His divine seed, restoring not only His holy name to Israel with nails to their flesh that became wood in Canaan, but also the perfect holiness of His Son Jesus Christ’s grace for salvation to abound worldwide, forever. Given that, you may become baptized in water by invoking His holy name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, then, the sinful-flesh will abandon you to receive the sacred-flesh, where our heavenly Father’s seed will bless you with everlasting life here on earth these days and in heaven’s glory forevermore into eternity.

It is only over His altar of the prehistoric love burning passionately for you until you get there through water baptism as you may invoke His name’s perfect holiness and that of His Son along with the Holy Spirit that will fill you with the Spirit of the fulfillment of the commandments only to know love, goodness, and richness each day into everlasting. These days, the Menorah is light up thus to continue burning through eternity because our Lord Jesus Christ’s atoning-blood is the fuel that keeps it burning for Israel and the families of the nations, so you may enjoy always His abundant great fire of grace, mercy, truth and divine justice conquering always your goals with His divine seed enriching you perpetually. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ”. Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: “Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén”. Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: “Haya paz en ti, siempre Jerusalén”. Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


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