El discurso de William, causaba una sonrisa imperceptible en George, el niño ha desarrollado un lenguaje claro y variado. Defendía su punto con precisión y lógica. Por su parte, el hombre lo escuchaba con atención, asintiendo o cavilando, según corresponda.
Cómo no darle la razón, cuando efectivamente, era su cumpleaños y debía ser un día muy divertido para el niño, entonces porque negarle la diversión, aunque eso significara ensuciarse, dañar la ropa o trepar, correr, saltar, jugar con los animales silvestres, etc.
Tras los alegatos, llegó la hora de negociar. George debía convencerlo de volver a casa, pues se acercaba la hora de la celebración, pero William argumentaba que, él ya tenía su fiesta allí y estaba muy contento, ¿por qué los demás no venían a acompañarlo?
George se vio obligado a apelar a la nobleza de William, le hizo ver lo mucho que se han esmerado los empleados de la casa, con los que William convive de manera furtiva, ellos trabajaron decorando el salón, preparando las viandas, incluido un enorme pastel, sabe de buena fuente que le tienen una sorpresa, el niño pareció interesarse en la persuasiva charla, aunque mostrando cierta reticencia, entonces George sacó el último As bajo la manga, la mención de cierta personita, recién llegada de Canadá, con quién el pequeño entabló amistad la última y única vez que se vieron, un par de meses atrás, en una reunión familiar en Lakewood.
Con la mano del niño envuelta por la suya, George dio por zanjada la situación, pero al dar el primer paso, William no lo siguió, solo dijo- “sera muy divertido, venir mañana y nadar juntos en el lago”. George no lo pensó mucho, y aceptó, si con eso lograba llevarlo de regreso. Cerraron el trato con un apretón de manos. Cuando el pequeño comentó “a Rosemary le gustará tu traje de baño a rayas, a mí me parece chistoso” fue George el que no avanzó, él creyó que cuando dijo juntos, solo se refería a ellos dos. Ante el tironeo del niño, apurándolo a caminar, solo le quedó aceptar, que no pidió se especificaran las cláusulas y que un trato, es un trato.
A esa edad seguro le fascinan los libros con muchas ilustracionesAdemás de que ha de contar cada una de sus aventurasLuz
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