Problemas clínicos I

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JM Gasulla

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Jul 19, 2012, 5:34:40 AM7/19/12
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Problemas clínicos I (1)
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Para poder continuar profundizando en el modelo clínico-matemático, vamos a intentar plantear previamente algunos problemas clínicos y cómo poder encarar su resolución. Recordemos que si bien habíamos intuido que los fenómenos clínicos pueden comprenderse desde los esquemas lógicos de la lógica canónica clásica de primer orden, cuando utilizábamos para su análisis y estudio los círculos de Euler-Venn se nos presentaban dos dificultades insalvables que los desaconsejaban: al utilizar una superficie plana (pastilla esférica, decíamos) no quedaba nada anudado en ella, por lo que los esquemas se desdibujaban; por otro lado, las superficies que vayan a servir para diseñar la lógica de la clínica, han de ser de una sola cara, siendo la Banda de Moebius (BM) la unidad superficie con cuya combinatoria se construyen otras superficies uniláteras. Porque, de últimas, nuestra aspiración es que sea el propio aparato lógico que construyamos el que determine lo que observamos y resolvemos en la clínica y hemos de construir el modelo BPS en el que los tres registros queden anudados.

Sin perder de vista cuáles son las exigencias que nos impone el intento de introducir el rigor en la clínica, vamos a plantear ciertos problemas clínicos en los que se aprecia el punto en el que nos encontramos.

Antes de iniciar la exposición de algunos casos clínicos, tomo un apunte de  Malo, P., Medrano J., Uriarte JJ. Psiquiatría evolucionista  p. 127 en el que critican el sistema clasificatorio del DSM y que nos ayudará a situar el problema que queremos examinar:  "Imaginemos que queremos construir una clasificación de las averías o problemas de funcionamiento que tiene un aparato con un diseño complejo como un televisor o un ordenador, y supongamos que tenemos que basar esa clasificación en los signos y en los síntomas que observa un usuario sin tener ni idea de cómo los diferentes mecanismos fueron diseñados ni de sus componentes ni funciones. El resultado probablemente sería una lista de categorías enormemente heterogénea para una persona que sí sabe cómo funciona el sistema. Clasificaría juntos problemas causados por mecanismos totalmente diferentes o por procesos que requerirían diferentes remedios. Fracasaría también en clasificar juntos problemas con la misma causa subyacente (y por lo tanto necesitados del mismo remedio) si se manifiestan de forma diferente bajo condiciones ligeramente diferentes. Es decir, es muy difícil que entidades naturales subyacentes se descubran al nivel de la psicopatología. Se necesita un sistema  de clasificación más basado en la ciencia y en las neurociencias"  

Creo que en ese párrafo queda planteado lo fundamental, y es la cuestión del establecimiento de un criterio de demarcación: los trastornos psíquicos ¿son un problema de hardware (anatomofisiológico) del cerebro (el televisor o el ordenador en la metáfora del ejemplo), o son un problema del software (el pensamiento ligado al lenguaje, o los síntomas en el ejemplo)? En un trastorno psíquico, por decirlo así ¿falla el cerebro, falla el pensamiento, o es una cosa mixta? Y frente al fenómeno psicosomático y desde esa perspectiva ¿ante qué clase de fenómeno patológico nos encontramos: ante un problema que se explica únicamente mediante la fisiopatología, se explica mediante nuestra concepción actual del pensamiento o, finalmente, si es una combinación de las dos posibilidades anteriores, de qué modo el pensamiento opera sobre la fisiología, alterándola?

Iré exponiendo casos clínicos publicados, de cuya exposición cabe esperar obtener la clarificación suficiente para mejor comprender en qué consiste el fenómeno patológico humano que conocemos como "la enfermedad".

En el siguiente mensaje expondré un primer caso de Alain Merlet.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 19, 2012, 6:35:31 AM7/19/12
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Problemas clínicos I (2)
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El primer caso lo tomo del Dr. Alain Marlet y lo presentó en Barcelona en abril de 1998. Está publicado y traducido bajo el título "¿Se interpreta el Fenómeno Psicosomático?" en Ediciones Eolia. 1ª Jornada del Grupo de Psicosomática GRESAIM, publicado por el instituto del Campo Freudiano, Barcelona 1998.

Tomo el que tituló como 

"UN CUERPO CONTRATADO
Bajo este título, que el caso explicitará, les hablaré de una mujer joven, que está en análisis desde hace 5 años. Hace 6 años vino a verme después de un ingreso hospitalario por un eczema atópico generalizado. No soportaba más su enfermedad: no dormía, no trabajaba y pensaba en el suicidio. Inició su análisis tras un año de entrevistas preliminares. 

Les hablo de este caso porque viene a ilustrar, me parece, un modo de goce específico del fenómeno psicosomático (FPS)

Diré unas palabras respecto de la historia de esta paciente: muy guapa, tiene como particularidad haber sido una mujer seductora desde la infancia, de tal manera que el padre y sus amigos sólo tenían ojos para ella.

El eczema aparece por primera vez a la edad de 9 años, en circunstancias muy especiales. Sus padres acababan de separarse, se encuentra en casa de su padre y se dispone a volver a casa de su madre. La penúltima noche que precede a su partida se esfuerza en llorar para mostrarle al padre la pena que siente por tener que dejarle, lo que la hace merecedora de una apretada carantoña, sin ambigüedad, dice. Un amigo de su padre toma el relevo y aprovecha para acariciarla. Le promete volver a la noche siguiente, cosa que no hará.

Al día siguiente, momento de la partida, el eczema se manifiesta por primera vez en las rodillas. Más tarde, otras escenas de seducción por parte de los adultos se repiten de la misma forma y con su consentimiento. No dirá nunca nada a nadie sobre eso (secreto)

El eczema quedará muy localizado hasta su primera relación sexual. Sufre, entonces, un primer brote de eczema generalizado que remite rápidamente.

Un segundo brote le sobreviene cuando rompe con su familia. Instada por su padrastro a quedarse con su madre, no soporta que se le diga "No tienes elección", y desencadena un brote de eczema generalizado y febril que le provoca la hospitalización. Decide entonces romper todo lazo con su familia y marcharse a vivir con un hombre al que ama. Son estas las circunstancias en las que viene a verme.

Los inicios del análisis transcurren entre llantos y con una queja respecto a este hombre al que quiere, pero a quien no puede desear. Cualquier relación sexual es temida con horror, como una especie de devoración, algo amenazante que la deja insensible.

El eczema, en un principio anárquico, se manifestará, desde entonces, electivamente, en el momento de las relaciones sexuales, en pechos y muslos. Su amigo encuentra un trabajo en otra ciudad, el eczema desaparece, pero cuando se reúne con él, reaparece. Acaban cortando la relación.

De este inicio de análisis seleccionaré una serie de sueños que tienen en común representaciones de malos tratos corporales, que apuntan a desfigurarla o a afearla. No establece relación entre el eczema y las caricias, a pesar de que a mí me parece evidente. Para ella este hombre no era más que el sustituto de su padre, al cual se sentía todavía ligada: "Estoy con mi padre pero tengo la impresión de haberle dejado mi cuerpo en contrato", dirá. De ahí el título "El cuerpo contratado". No soportaba la relación sexual con su amigo que la exponía a una especie de apropiación. No quería seguir estando protegida o guiada en la vida. De hecho, la ruptura trae consigo una sedación del eczema.

Encontrará otro hombre, pero con poco carácter, al contrario que el anterior y por primera vez tiene una relación sexual satisfactoria. Proyecta vivir con ese hombre y es entonces cuando surge un nuevo brote de eczema generalizado que, esta vez indefectiblemente, aparecerá después de cada coito.

Formula otra queja: la de no tener límites en el acto sexual. Aspira a perderse en el cuerpo del otro. Respecto a esto, hay un sueño explícito: frente a este hombre, su cuerpo se metamorfosea en un cuerpo viril, va a mirarse al espejo y percibe con horror que su nuevo cuerpo se recubre de eczema y se golpea entonces la cabeza contra el espejo.

Este análisis, por supuesto, no está terminado. Pero ¿qué es lo que ha ocurrido? Primero advertimos una historización de la enfermedad a la manera de un síntoma: historización reconstruida en el après-coup (posteriormente), a partir de sucesivas sesiones. El FPS ha sido elevado a la dimensión de un síntoma indescifrable. El eczema apareció después como barrera a la libido del padre. En resumidas cuentas, podríamos retener de esta primera parte del análisis un Edipo atípico en el cual la metáfora paterna no basta para taponar el goce del padre [Nota de JMG: Personalmente, tendría algunas objeciones que hacer a esta formulación]

En el segundo tiempo, parece como si ese stop a la libido no se situara tan solo en una perspectiva edípica.

El FPS opera como borde o límite a un goce loco y enigmático, pero tiene también relación con un fantasma que se precisa así: no ser más que un niño o una cosa acariciada hasta la muerte. Hay en la enfermedad un goce declarado, que ahora la paciente sabe. Últimamente dirá: "Desde mi enfermedad hay una gran intriga y un parloteo del cual me avergüenzo. Es más que una pantalla, es una trampa". Ella es capaz ahora de concebir el eczema como un goce ilícito: "Me legitima falsamente, es por eso que lo quiero. No es más que un salvoconducto", añadirá. En fin, el eczema deviene partenaire (pareja) del sujeto en conexión con un goce declarado, goce del tacto, goce de la caricia.

Esta analizante está animada por un deseo real de bien decir; sin embargo, actualmente dice que esta enfermedad le permite callarse. ¿Qué tiene, pues, que decir? Propondré la hipótesis de que lo que tiene que decir es lo que le permitirá salir de la creencia en la relación sexual, creencia que manifiesta fingiendo que el eczema es un obstáculo. Para que valore el impassse (punto muerto) del acto sexual, todavía tendrá que dar bastantes vueltas"

Hasta aquí, la exposición del caso. En el siguiente mensaje plantearé algunos elementos de discusión.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 23, 2012, 6:32:23 AM7/23/12
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Problemas clínicos I (3)
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Estamos comentando el caso presentado por el Dr. Alain Marlet, médico del hospital St. Pellegrin de Burdeos, en abril de 1998 en el espacio del Instituto del Campo Freudiano de Barcelona, que en aquél momento presidía el Dr. Josep Monseny, reunión en la que participé como asistente y que fue organizado por el grupo de investigación en psicosomática (GRESAIM) al que en aquél momento yo pertenecía.

En el momento en el que escribo estas líneas, he recibido un libro que había encargado y que estaba esperando (Liliana Szapiro Elementos para una teoría y clínica lacaniana del fenómeno psicosomático. 2ª edición revisada y ampliada. Grama ediciones. 2011) que probablemente enriquecerá nuestros planteamientos y puntos de vista, a cuyo través (el de la clínica lacaniana) podamos construir un modelo médico de enfermedad (lógico-matemático) que incluya al sujeto.

El caso que elegí como problema clínico para avanzar hacia la rigorización de la clínica médica en una "lógica topológica", hacia la que tendemos, fue el que Merlet tituló como "UN CUERPO CONTRATADO"

Se trataba de una bella joven que se encontraba en análisis con Merlet durante 5 años, a raíz de un eczema recurrente que cursaba a brotes con episodios febriles que requerían ingreso hospitalario. El primer episodio aparece a los 9 años, aparentemente con ocasión de separarse de su padre. Merlet añadió al relato del inicio del proceso patológico cierta connotación erótica que no pasa desapercibida.  No obstante, salvo la coincidencia entre la separación, la caricia de un amigo y la aparición del eczema, no creo que haya nadie capaz de encontrar una relación causal directa con las lesiones de las rodillas. Únicamente nos atrevemos a suponer que puede existir una relación causal con la separación de los padres o algo en relación a eso, pero no somos capaces de comprender el detalle de esa causalidad ni, por supuesto, afirmar nada. Nuestras sospechas e hipótesis no pasan de ser meras fantasías nuestras y en ningún caso, bajo mi punto de vista, han de comunicarse al paciente. Si uno pensara algo parecido a eso que insinuó Merlet, debería callárselo y guardárselo para sí mismo como una hipótesis de principio (como cuando planteamos una hipótesis diagnóstica que ha de ser confirmada mediante exploraciones probatorias), pero nunca rebelárselas al paciente quien, si son ciertas, las irá desvelando él mismo a medida que piense y hable de sí mismo.

La cuestión, para comprenderla mejor, nos llevaría al planteamiento de cuál es el mediador entre el complejo psicosocial de la paciente y las lesiones de su cuerpo. El lenguaje, o el registro de lo simbólico del que forma parte, y esa sería una hipótesis atrevida, ha de poner en marcha un mecanismo inmunitario que no comprendemos bien. Nos falta mucho por saber.

Sea como sea y las vicisitudes del proceso que describe su médico, se constata la aparición de brotes de eczema que, de ser anárquicos en su aparición, pasan a estar regulados por circunstancias en los que se pone en juego, según me lo parece a mi, el manejo del goce. "El eczema... se manifestará electivamente en el momento de las relaciones sexuales, en pechos y muslos" y desaparece o reaparece según el ritmo de sus relaciones sociales y sexuales hasta que, tras encontrar una nueva pareja con relaciones sexuales satisfactorias, el eczema reaparece tras cada coito.

¿Por qué en pechos y muslos y no en las rodillas o en las manos y brazos? ¿Qué geometría particular distribuye la aparición aparentemente anárquica y caótica de las lesiones en el cuerpo? Esas son las preguntas que nos pueden surgir inspiradas tras la lectura de las palabras de Michel Foucault en "El nacimiento de la clínica" página 16: "¿Cuándo se podrán definir las estructuras que siguen, en el volumen secreto del cuerpo, a las reacciones alérgicas? ¿Se ha dicho jamás la geometría específica de una difusión de un virus en la lámina delgada de un tejido? ¿Es una anatomía [sic. en el texto, pero pienso que es un error del traductor o del editor --Siglo XXI editores-- y que debería decir "geometría"] euclidiana donde esos fenómenos pueden encontrar la ley de su espacialización? "

La descripción clínica de la regulación del eczema parece sugerir que durante el coito, satisfactorio o no, deben ponerse en marcha algunos factores bioquímicos que ignoramos. Lo sorprendente es, entonces, que el eczema deja de ser un fenómeno "autónomo" y queda sometido a las vicisitudes tanto psíquicas como sociales de la joven. 

Por medio de ese "acoplamiento" o anudamiento entre lo biológico del organismo con lo psíquico del cuerpo de goce y con lo social que rodea su vida, en donde el proceso adquiere sentido, ese fenómeno autónomo y anárquico, controlado por unas oscuras leyes biológicas que regulan fecha y lugar de aparición, pasa a estar controlado en el anudamiento de los tres registros biológico, psíquico y social.

El fenómeno se vuelve, entonces, analizable, esto es, manipulable mediante los efectos corporales, psíquicos y sociables del lenguaje. Por decirlo así, el fenómeno patológico pasa a estar regulado por una matriz (pongo aquí esta palabra con alguna reserva) o modelo del que se desprende una lógica.

Así pues, lo que en un principio aparecía como un problema clínico sin sentido, donde el médico y el paciente van "detrás de él", ahora el fenómeno patológico es mejor predecible e incluso puede ser controlable: se le ha encontrado una lógica y la aparición del fenómeno parece acoplarse a ella. En el manejo de este fenómeno no intervienen únicamente la estructura del sujeto a partir de su relación con el lenguaje, sino también el conocimiento que se tenga sobre la "bioquímica" del padecimiento y de su tratamiento adecuado a la teoría biomédica, lo que abre una vía de investigación inédita: el acoplamiento del organismo, con sus cadenas de reacciones químicas, al cuerpo del goce, que se construye a partir de la relación entre lo simbólico y lo imaginario.

JM Gasulla

Luis Tarragona

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Jul 24, 2012, 6:40:40 AM7/24/12
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M, interesante post !

Dudas: 

1.- Me cuesta manejarme con el ''cuerpo de goce'' y los eczemas.

2.- El acoplamiento del organismo, con sus cadenas de reacciones químicas, ---lo biológico--- al cuerpo del goce, que se construye a partir de la relación entre lo simbólico y lo imaginario.

3.- Dices:
''''''El fenómeno se vuelve, entonces, analizable, esto es, manipulable mediante los efectos corporales, psíquicos y sociales del lenguaje. Por decirlo así, el fenómeno patológico pasa a estar regulado por una matriz (pongo aquí esta palabra con alguna reserva) o modelo del que se desprende una lógica.''''''

¿No será al revés: Es la lógica ---del inconsciente--- la que marca un modelo o matriz?

Por lo dicho hasta aquí en el post, se descubre una lógica casi me atrevo a decir que estadística, causa-efecto: RS satisfactoria - eczemas en pechos y rodillas. Lógica "superficial", observable, como aquella de AireAcondicionado-rinitis alérgica. 
Pero existe una lógica, LA lógica de uno, mucho mas profunda en el inconsciente de cada cual, NO estadística.

4.- Dices:
'''''Nuestras sospechas e hipótesis no pasan de ser meras fantasías nuestras y en ningún caso, bajo mi punto de vista, han de comunicarse al paciente. Si uno pensara algo parecido a eso que insinuó Merlet --[[Merlet añadió al relato del inicio del proceso patológico cierta connotación erótica que no pasa desapercibida]]--, debería callárselo y guardárselo para sí mismo como una hipótesis de principio (como cuando planteamos una hipótesis diagnóstica que ha de ser confirmada mediante exploraciones probatorias), pero nunca rebelárselas al paciente quien, si son ciertas, las irá desvelando él mismo a medida que piense y hable de sí mismo.''''''

Sobre esto, quería comentar que en ocasiones a uno, un otro lo coloca en un lugar como si [condicional] analista, cuando uno se siente estar en el lugar de amigo; desde ese lugar uno, sin saberse en ese lugar, ¡¡mete la pata!! y no sabe que debería callar y guardar para sí. 
En cambio, en otros momentos con ese mismo otro, uno calla y guarda, cuando debería orientar cuanto menos, si no decir claramente.
No tengo muy claro si la distinción de un momento a otro, sería la insistencia, la claridad en el planteamiento de una demanda, una petición. O quizá el asistir uno a repetidos errores, dudas, repeticiones en el hacer, en el decir del otro. 
Sí sé ahora, ya, que siempre ese decir de uno desde ese lugar como si (condicional) analista en el que le coloca un otro, debe ser desde un "Lugar Como Un Buen Padre, CLUBP".

Luis Tarragona

JM Gasulla

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Jul 24, 2012, 12:56:44 PM7/24/12
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Problemas clínicos I (5)
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Temo dar una respuesta excesivamente "técnica" dentro de esa ciencia a la que aspiramos contando con la existencia del sujeto (eso que llamamos "psicoanálisis lacaniano") y que nuestros lectores médicos no comprendan todavía, y temo también quedar excesivamente corto y no alcanzar la altura teórica y de desarrollo conceptual desde donde preguntas, Luis. Difícil arte este de la dialéctica.

El problema de las relaciones entre organismo y cuerpo se me plantearon hace aproximadamente 35 años con ocasión de leer en profundidad y muy detalladamente las obras de Freud. En particular, cuando el autor, metido de lleno en la sorpresa de los fenómenos histéricos corporales (parálisis y disestesias, esto es, algias o anestesias inexplicables mediante las dos teorías dominantes en medicina, anatomopatológica y fisiopatológica) fue capaz de esbozar una teoría que era, a la vez, biológica y psíquica. Me estoy refiriendo a "Estudios sobre la histeria" de J. Breuer y S. Freud, 1893-1895, publicados en Amorrortu Ediciones, Sigmund Freud Obras Completas, Tomo II.

Sin embargo, anteriormente a esos famosos estudios, había publicado en 1.888, como colofón a su estancia en París junto a Charcot, en el hospital de La Salpêtrière, "Algunas consideraciones con miras a un estudio comparativo de las parálisis orgánicas e histéricas". De este interesantísimo artículo extraigo unas notas: "... la lesión de las parálisis histéricas debe ser por completo independiente de la anatomía del sistema nervioso, puesto que la histeria se comporta en sus parálisis y otras manifestaciones [disestesias, anestesias] como si la anatomía no existiera o como si no tuviera noticia alguna de ella" ... "[La histeria] toma los órganos en el sentido vulgar, popular, del nombre que llevan; la pierna es la pierna hasta la inserción de la cadera; el brazo es la extremidad superior tal como se dibuja en los vestidos"; la mano es la mano entera, desde la punta de los dedos hasta la muñeca, y no esa distribución sensitiva o motora nerviosa que tan bien conocemos.

Freud toma apoyo para esta concepción de los fenómenos corporales histéricos en diversas vicisitudes de la vida común, como el "aislamiento" al que se somete, por ejemplo, la mano que estrechó el rey, la parte de la mejilla que fue besada por el o la amada, el trozo de ropa que tocó nuestro amor con el que incluso llegamos a hacer un relicario, las mismas reliquias, las cartas y secretos personales que no deben ser vistas por otros, las copas del brindis con las que los contrayentes sellan su matrimonio, las posesiones del rey que no pueden ser tocadas tras su muerte, y se entierran con él, a veces incluyendo a la esposa y siervos, son ejemplos del aislamiento asociativo y de representación al que se someten objetos, personas y partes del cuerpo cuando están "cargados afectivamente".

"No es una simple comparación --prosigue Freud--; el fenómeno es casi idéntico en el campo de la psicología de las concepciones. Si la concepción del brazo está envuelta de una asociación de gran valor afectivo, será inaccesible al libre juego de las otras asociaciones [Por decirlo así, el miembro u órgano fuertemente significados afectivamente, quedan aislados de la libre circulación de ideas, objetos y de la economía libidinal del cuerpo] El brazo está paralizado en proporción a la persistencia de este valor afectivo o a su disminución por medios psíquicos apropiados. [Destacado en el texto]"

"He ahí la solución del problema que nos hemos planteado, pues en todos los casos de parálisis histérica uno halla que el órgano paralizado o la función abolida están envueltos en una asociación subconciente [esta es la primera ocasión en que Freud utilizó la palabra "subconsciente" y que posteriormente fue abolida de su vocabulario sustituida por el concepto de "inconsciente"] provista de un gran valor afectivo, y se puede mostrar que el brazo se libera tan pronto como ese valor afectivo se borra" [Destacado en el texto] Las parálisis, contracturas, anestesias y disestesias se liberan tan pronto la representación que perturbó una extremidad (la representación mental, simbólica, no la del Homúnculo de Penfield) queda liberada de su "aprisionamiento" asociativo, es decir, pierde la significación que se le asignó y quedó fijada en el sistema de asociación mental, y es asombroso ese efecto dramático cuando uno tiene la suerte de presenciarlo en vivo y en directo con algún paciente, aunque sea una patología en franca regresión.

En la época en que leí y comprobé en la clínica estas descripciones (mis "experimentos" en hipnosis y sofrología tuvieron mucho que ver en esto), más aún cuando leí las exhibiciones de Charcot con sus histéricos, a los que incluso llegaba a atravesar con un sable un brazo o una pierna sin que la pobre víctima diera la menor señal de sentir nada estando despierta y sin anestesia, me preguntaba, sin respuestas convincentes, mediante qué mecanismos una representación simbólica, efecto de la palabra sobre los afectos, era capaz de bloquear las vías nerviosas motoras y sensitivas. Es el efecto del símbolo, no sobre el miembro anatómico cortical representado en el Homúnculo de Penfield, sino sobre una combinación de la palabra, el símbolo, sobre determinadas áreas y regiones cerebrales por medio de vías específicas. Ahora sabemos que probablemente el Hipocampo, por medio de Núcleo Amigdalino, Accumbens, Putamen y Tálamo, regulan la función cortical.

Resumiendo: es muy probable que las proyecciones anatómicas corticales sensitivas y motoras, sean también sensibles no solo a la proyección axón por axón, sino que reciben influencias de las áreas del lenguaje y el afecto significado por el lenguaje. Ese era el modelo de la gran histeria que sirve de base para comprender los fenómenos psicosomáticos.

J-M. Charcot en la Salpêtrière: Lección sobre la histeria

La cuestión que me formulé entonces fue cómo era posible que un elemento determinado del lenguaje, por ejemplo "brazo" o "pierna", fuera capaz de producir efectos sobre lo real del cuerpo, porque si bien incluso una parálisis puede ser disimulada (Freud analizó ex profeso las parálisis flácidas y no las contracturas), es más difícil sustraerse a las expresiones involuntarias de dolor cuando un miembro es traspasado por un estilete, y eso es lo que mostraba una y otra vez Charcot a sus alumnos que aparecen representados en el cuadro (El que está en primer plano y en primera fila sentado de un modo destacado, apoyado sobre su pierna y con un delantal blanco es Guilles de la Tourette, bien conocido por el síndrome que lleva su nombre)

El proceso, pues, comporta al menos dos facetas: el estudio del lenguaje simbólico en sí mismo, en relación con su valor de símbolo, y de qué modo concreto, en la anatomía y en la fisiología del cerebro, el lenguaje opera sobre el organismo interfiriendo en sus funciones fisiológicas. Con respecto a esto, el modelo de los perros de Pavlov es la base del fundamento especulativo.

El primer aspecto del estudio aborda el conocimiento apurado del lenguaje y de cómo se construye, esto es, la lógica de la gramática y la lógica que rige el pensamiento; el segundo aspecto del estudio aborda los aspectos más "biomédicos" del complejo. Diríamos que abordamos "software" y "hardware".

Dentro del primer aspecto, vamos a intentar comprender seguidamente, apoyándonos en el caso que he tomado de Merlet, cómo es posible el manejo de la enfermedad cuando se integra en el sistema simbólico del paciente, es decir, el proceso inverso al fenómeno histérico que describía Freud: de qué modo un brazo paralizado o anestesiado, o afectado por una lesión o enfermedad, es tomado por el aparato del lenguaje y queda gobernado por él. Como lo dirá Merlet, hay que comprender de qué manera una lesión o una enfermedad autónomas en un principio, dejan de ser una enfermedad y se convierten en un síntoma. A este proceso le llamaremos "Fenómeno Psicosomático" (FPS), pero si bien hemos de pasar por su comprensión, no nos podremos quedar en él hacia nuestro destino: el modelo de enfermedad BPS.

En el siguiente mensaje expondré la cuestión a "vuelo de pájaro" y, posteriormente, intentaremos entrar en el detalle de cómo se produce el fenómeno, con lo que tendremos algunos elementos para poder armar lógica y matemáticamente nuestro modelo biopsicosocial de enfermedad.

Gracias por tu intervención, Luis. No sé hasta qué punto he respondido a tus cuestiones. No he abordado lo que tú expones sobre si hay que comunicar o no al paciente nuestras sospechas e hipótesis. Por mi parte, estoy en que la transferencia de saber al médico o al psicoanalista es esencial. Es un tema que no he abordado directamente en este espacio, aunque lo menciono continuamente. Me refiero a la TRANSFERENCIA, pero creo que eso debe tener su tiempo, porque todavía no me veo examinando en profundidad este fenómeno tan trascendente para la práctica médica y psicoanalítica. Supongo que todavía debe esperar un tiempo más.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 25, 2012, 8:36:06 AM7/25/12
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Problemas clínicos I (6)
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Aportaba un caso de Alain Merlet, que él tituló al comentarlo UN CUERPO CONTRATADO, y yo mismo lo comentaba para ver de qué manera esa descripción clínica servía a nuestros propósitos de construir un modelo de enfermedad acorde con una teoría del sujeto, y habíamos pensado que el modelo más apropiado era el biopsicosocial (BPS) 

Al tratarse de un modelo, nos veríamos sometidos a sus fluctuaciones, de modo que, como sabemos, un modelo siempre es susceptible de alternativa o de mejora. De ahí que mi empeño no sea construir un modelo, sino un aparato lógico matemático que supere los impases teóricos de los modelos. Puede haber una diversidad de modelos de enfermedad: el biomédico, el psicosomático, el biopsicosocial, el hipocrático, el tradicional chino, el egipcio, el chamánico, el popular y otros. Pero no se trata de desarrollar otro modelo o, más disparatado aún, el modelo de los modelos, sino del aparato lógico-matemático que sea, él mismo,  el dispositivo lógico de la clínica, contando con el sujeto.

De modo que con el caso clínico de Merlet, más allá incluso de las interpretaciones clínicas del propio autor, captamos cierto fenómeno que podemos resumir así: un fenómeno clínico cualquiera pasa a ser un fenómeno psicosomático cuando su causa se significa en un síntoma.

Un poco complicada esta definición, pero inmediatamente lo aclaro.

Las enfermedades, según las concebimos, sobrevienen. Les atribuimos ciertas causas y las consideramos dependientes de ciertos fenómenos. Por decirlo así, las enfermedades responden a ciertos automatismos biológicos (recordemos las discusiones históricas entre iatroquímicos y iatromecánicos y entre vitalistas y mecanicistas) pero si bien a la mayoría se les atribuye una causa "natural" inmediata a partir de disposiciones internas o del medio ambiente, o ambas, se sabe muy poco, apenas nada, de sus determinantes psíquicos. La medicina psicosomática ha sido un intento paliativo de este desconocimiento.

Cualquier enfermedad se manifiesta primariamente en los síntomas y en los signos que es capaz de percibir el médico (ya hemos hablado suficientemente, creo yo, sobre la diferencia fundamental entre síntoma y signo; de todos modos, recomiendo que os bajéis este trabajo que publiqué en 2005 y que se titula "Definiciones de síntoma y signo clínicos" al que podéis acceder haciendo clic sobre el título) y llamamos genéricamente "síntoma" al lenguaje inmediato con el que quien padece un trastorno en su cuerpo lo comunica. No obstante, para que un enunciado cualquiera sea un síntoma clínico se requieren ciertas condiciones (podéis bajaros este archivo que publiqué en 2006 "FUNDAMENTOS CLÍNICOS: La transformación de enunciados comunes en enunciados clínicos")

Así pues, cuando en la clínica médica nos referimos a un síntoma, o a los síntomas, estamos refiriéndonos a signos, asumiendo esa sinonimia que existe, finalmente, entre síntoma y signo médicos por las razones que se explican en ambos textos. Nosotros hemos hecho hincapié en la diferencia y hemos construido ese dispositivo propedéutico que hemos denominado "La puerta del consultorio médico" y hemos ubicado en la antesala o sala de espera del consultorio el síntoma y el sentido (ver esquema)

Figura 1: La puerta del consultorio médico

Pero en estos desarrollos que hice y que vuelvo a exponer aquí, se trata de un trabajo para tipificar el síntoma médico. De hecho, tal como se comprueba en la figura 1, el síntoma, si bien es un elemento conceptual que se origina en el "campo de la antesala", se origina por efecto del discurso médico; es, pues, el síntoma médico. ¿Pero existe el síntoma como algo en sí mismo, independientemente de que sea tomado y dotado de significación en el discurso médico?

Jacques Lacan dedicó el Seminario del curso 1975-1976 al Síntoma (Séminaire 23: Le sinthome --versión francesa..; o en la versión en español de toda la obra de Lacan "Dropbox", hay que buscar el Seminario 23 y advierto que si se hace clic sobre el hiperenlace se os descargará completa la obra de Lacan; el Seminario 23 sobre el síntoma está en la Entrega o carpeta 03) ¿Qué es el síntoma en sí mismo? ¿A qué estructura psicolingüística podemos llamar "síntoma" que, para diferenciarlo del síntoma médico lo llamo "Sinthoma" (contracción de 'saint home' --hombre santo-- o de 'Santo Tomás' --de Aquino--; las tres expresiones --saint home, sinthome, Saint Tomas.. son prácticamente homófonas en francés y eso no carece de efectos de sentido)

Lo iré desarrollando despacio en sucesivos mensajes para que se comprenda bien. Estoy convencido de que si se van leyendo los mensajes detenidamente, se va a comprender muy bien esto, porque no es tan difícil. Los matemáticos y los lógicos tienen a gala explicar las cosas para que los tontos que no somos matemáticos ni lógicos las entendamos. Y, ciertamente, si los seguimos desde el principio, no es nada complicado. ¡Si hasta lo entiendo yo!

Para anticipar algo, aunque no se entienda a la primera: un síntoma, o como lo llamaremos de ahora y en adelante para referirnos a él y para diferenciarlo del síntoma médico, un 'sinthome' (le cambio la a de 'sinthoma' por la e de 'sinthome', para poderlo diferenciar fonéticamente, porque la 'h' es muda) es un recorrido que anuda los tres registros Real, Imaginario, Simbólico que nosotros transformamos en Biológico, Psíquico, Social. Un 'sinthome' es el anudamiento en forma de recorrido que da sentido a los tres registros de la clínica.

La representación del 'sinthome" es esta, donde el lazo o recorrido del 'sinthome' es el de color naranja designado son la letra Σ (epsilon), que notaremos como E

Lo que se representa en esa imagen es una posibilidad de sinthome. Lo más característico es que se trata de un recorrido que "entra" en los "agujeros" de los círculos, mientras que el nudo borromeo BPS, ningún "aro" penetra o atraviesa el espacio interior de ningún otro aro.

Esto lo veremos, y aquí solo he adelantado alguna cosa para ir adquiriendo idea.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 25, 2012, 4:17:19 PM7/25/12
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Problemas clínicos I (7)
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Es una corrección.

En el mensaje (6) doy una definición que, tras el desarrollo que le sigue, queda mejor así: un fenómeno clínico cualquiera pasa a ser un fenómeno psicosomático cuando su causa se significa en un sinthome.

He cambiado "síntoma" por "sinthome", siendo "sinthome" el recorrido individual, personal e intransferible que anuda en la enfermedad los tres registros de lo Biológico, lo Psíquico y lo Social, definición que iré desarrollando.

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 26, 2012, 8:26:07 AM7/26/12
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Problemas clínicos I (8)
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Lo que sigue son cosas que creo que nos van a ayudar a comprender qué es un sinthome y a diferenciarlo de un síntoma, en especial  para cuando nos propongamos abordar su estructura matemática. Insisto y repito en que son cosas muy simples y muy fáciles de entender (o eso me creo yo) y lo digo basado en mi experiencia de "negado" para las matemáticas.

Yo intento explicar estas cosas de un modo muy intuitivo sin faltar en ningún momento al rigor. Para que estas cosas dejen de ser intuitivas y se transformen en formales, hay que escribirlas en lenguaje algebraico, es decir, hay que escribirlo en fórmulas que empleen letritas del abecedario, números y signos de diversos tipos de relaciones, pero por el momento no lo haremos, porque pienso que nos interesa más comprender las cosas de un modo subjetivo y después resulta todavía mucho más fácil escribirlo en fórmulas. Dentro de muy poco veremos cómo es facilísimo escribir estas cosas en fórmulas. Basta poner un poco, muy poco, de atención.

Supongo que habréis oído hablar de los famosos puentes de Köningsberg. Y si no, cuento un poco de historia de un problema matemático que dio pie al nacimiento de una rama de las matemáticas que, entre otras, nos va a ir muy bien para nuestros propósitos.

Köningsberg era la capital de Prusia Oriental desde la Baja Edad Media, fundada en 1225, hasta el año 1945, en el que, tras ser anexionada esa región báltica alemana al territorio soviético, recibió el nombre de Kaliningrado con el que se le conoce actualmente. En esta ciudad nació, vivió y murió Inmanuel Kant, que supongo bien conocido, aunque solo sea de nombre.

Pues bien: la ciudad de Köningsberg se encuentra en la desembocadura del río Pregel en alemán, o Pregolia en ruso, en el mar Báltico y  está formada por una serie de islas fluviales. En una de estas islas habían 7 puentes, tal como se muestra en la figura 1

Figura 1: Esquema de los puentes de Köningsberg. ABCD es tierra firme; en gris, el río y abcdefg son los puentes

Los habitantes de tan ilustre ciudad se propusieron averiguar si entre los lugares A, B, C, D, unidos por los puentes a, b, c, d, e, f, g, qué posibilidades tenía un paseante ocioso de cruzar por cada uno de los puentes una sola vez. Fue exactamente este problema, resuelto por Euler, el que dio nacimiento a una rama de las matemáticas, llamada matemática discreta, y más concretamente Teoría de Grafos. Tomo las figuras y comentarios del librito de Jean-Michel Vappereau, Essaim. Point hors ligne. 1985. Dicho de otra manera, el planteamiento, que no el enunciado, del problema es: ¿se puede pasar por todos los puentes sin pasar dos veces por el mismo puente y tocando tierra en un solo punto cada vez?

La solución al problema, que dio paso al Teorema de Euler, es que si hay más de dos regiones en las que confluyen un número impar de puentes, se puede afirmar con certeza que es imposible pasar por todos una sola vez. Necesariamente hay que pasar al menos dos veces por el mismo sitio al menos en una ocasión. Sabéis la importancia que este teorema, así resumido, tiene para construir redes del tipo que sea, desde las redes neuronales y circuitos electrónicos hasta las de distribución de servicios de agua, gas, electricidad y alcantarillado a las viviendas de una ciudad pasando por la comprensión del funcionamiento cerebral (Roebroeck A., Formisano E., Goebel RThe identification of interactingnetworks in the brain using fMRI: Model selection, causality and deconvolution. http://dx.doi.org/10.1016/j.neuroimage.2009.09.036 )

Un grafo (que no deben confundirse nunca jamás con las "gráficas", porque el grafo es un objeto lógico matemático en sí mismo, mientras que una gráfica es una representación de datos, generalmente numéricos, mediante el recurso a líneas y vectores, con el fin de representar visualmente las relaciones entre los diferentes ítems que lo componen) se define matemáticamente como una estructura discreta compuesta de dos conjuntos, vértices y aristas que unen los vértices (Kenneth H. Rosen. Matemática discreta y sus aplicaciones. 5ª edición.  Mc Grahaw Hill. 2004)

Construimos el grafo correspondiente al problema de los puentes de Köninsberg:

Figura 2: Grafo correspondiente a los puentes de Köningsberg una vez planteado el problema

que, finalmente, puede ser simplificado del siguiente modo, en la figura  3 derecha:

Figura 3: Construcción definitiva del grafo que plantea el problema de los puentes. Izquierda, valencias de un vértice, derecha, valencias de los puentes de Köningsberg.

Vamos a la construcción matemática (A partir de aquí soy fiel a Vappereau, no solo por sus representaciones matemáticas, sino también en su texto).

Un grafo, como se deduce de la definición que hemos dado de K.H. Rosen, está hecho de puntos, llamados vértices, y de segmentos que unen esos vértices, que se llaman aristas o caminos, como en la figura 4.

Figura 4: Conjunto de vértices y aristas que componen un grafo.

El problema que se plantearon los habitantes de Köningsberg y que resolvió Euler utiliza, por primera vez, el concepto de "continuo". Intuitivamente ya vemos que un continuo es un camino que se recorre sobre un grafo sin levantar el lápiz del papel y sin pasar dos veces por el mismo sitio. Este término, que se nos ha revelado en un problema que más parece un juego de ciudadanos aburridos, es el concepto fundamental (que funda, está en el fundamento) en topología. Las "deformaciones" o aplicaciones continuas definen el fundamento de la topología. De hecho, dice Vappereau, la resolución del problema de los puentes de Köningsberg no es topológica, pero sí la introducción del concepto de "continuo", que es el que, definitivamente, inaugura el campo matemático de la topología. 

La topología es, dicho de un modo intuitivo y asequible, la geometría de las cosas que se deforman y se transforman en otras manteniendo ciertas invariantes o constantes; no solo vemos esas deformaciones topológicas en los efectos especiales de infinidad de películas --son meras aplicaciones de fórmulas topológicas a ciertas imágenes, de modo que hasta permiten reconstruir vivo a un Tiranosaurus Rex o ver cómo se deformarán nuestros rostros con la edad-- sino que las vemos, por ejemplo, en las lesiones que se producen en el organismo por una enfermedad, en las transformaciones que sufre el pensamiento lógico en cualquier persona y, más particularmente, en los llamados trastornos mentales y en los fenómenos psicosomáticos.

Pero volvamos a las propiedades eulerianas de los grafos. Un camino euleriano es aquél que no se pasa más que una y única vez por cada arista. Así que, ya podemos intuir, un camino euleriano está "orientado", es decir, que se recorre en una solo sentido, o que si un segmento o camino se puede recorrer en dos sentidos, por ejemplo, de derecha a izquierda y volver de izquierda a derecha, para ser euleriano solo puede ir o de derecha a izquierda, o de izquierda a derecha, pero no enlos dos sentidos de la dirección (para los que lean esto y sean avispadillos, podrán ir viendo las relaciones entre un camino euleriano y la negación de la lógica clásica. La negación en lógica clásica excluye uno de los dos recorridos, mientras que la negación modificada de Vappereau (es falso que...) no es euleriana porque no respeta la regla para la construcción de grafos, ya que admite el recorrido en los dos sentidos del segmento)

Acabo y sigo en otro mensaje.

Para reconocer si un grafo es euleriano, es decir, puede ser recorrido sin levantar el lápiz del papel y sin pasar dos veces por el mismo camino o arista, nos introducimos, según Vappereau, en la noción de valencia o de masa, adscrita a cada vértice del grafo en cuestión.

La valencia de un vértice es el número de aristas adyacentes a cada vértice, es decir, del número de aristas que llegan o parten de un vértice.

Si miramos el grafo poligonal de la figura 3 de este mensaje, tenemos dos vértices de valencia 3, dos vértices de valencia 2 y un vértice de valencia 4. El grafo de los puentes de Köningsberg arroja un vértice de valencia 5 y tres vértices de valencia 3. Esto lo podríamos completar mejor si, por ejemplo, a los caminos que van hacia un vértice, le damos un valor +, y si salen del vértice, les damos un valor -, porque un grafo, tal como vamos viendo, ha de tener sus aristas o caminos orientados, es decir, en qué sentido se ha de recorrer. Estas cosas las vamos reteniendo en la memoria aunque todavía no sabemos qué hacer con ellas ni vamos a operar todavía con ellas. Por ahora, vamos captando ideas y conceptos

Esto de darles valencias a los vértices en función del número de aristas que arriban o parten se hace para no tener que andar recorriendo con un lápiz y saber de antemano, mediante una fórmula muy simple, si ese grafo es euleriano, es decir, si se puede recorrer sin levantar el lápiz o no. ¿Qué importancia tiene esto? Pues que si un grafo es euleriano, es decir, se puede recorrer sin levantar el lápiz y sin pasar dos veces por el mismo punto ni recorrer una arista dos veces en dos sentidos distintos, ese grafo es plano, bidimensional, se puede escribir sobre la superficie de un papel. A esta clase de grafos se les llama "planares" o "planos", aunque se prefiere el primer término para nombrarlos y no confundirlos con planos. Si, por el contrario, un grafo no es euleriano, es un grafo al menos tridimensional y no puede ser escrito sobre una hoja de papel. Se les suele llamar entonces "grafos no planares". Si se quiere representar un grafo no planar sobre una hoja de papel, se va a tener que recurrir a cierto artificio, como interrumpir el trazo del camino que pasa por debajo de uno, o dibujar un arco a modo de puentecito si el camino cruza por arriba otro camino, como por ejemplo en la figura 5:

Figura 5: Diferentes formas de escritura de cruces en un grafo.

Sin embargo, se evita utilizar los puentecitos en los grafos y se prefiere utilizar la escritura de la figura 6 (interrupción del trazo del recorrido que pasa por debajo), porque permite dar un valor al cruce teniendo en cuenta la orientación del camino o recorrido

Figura 6: Valor y orientación de los cruces: el de la izquierda se nota como +1 y el de la derecha como -1 

En la imagen no se ve bien el +1.

Sigo en otro mensaje

JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 27, 2012, 11:52:40 AM7/27/12
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Problemas clínicos I (9)
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Queridos amigos y lectores:

Voy a abrir un paréntesis para insertar un mensaje que Carlos Bermejo aportó a su Seminario Virtual (hacer clic sobre su nombre para acceder a su espacio), que es como esto que hago aquí, pero exclusivamente para psicoanalistas. El escrito es del 7 de julio de 2012 (día de San Fermín), pero es ahora cuando considero su aportación a nuestro foro.

En este mensaje aborda el recorrido histórico de cómo se llegó desde la teorización del espacio desde Euclides, hasta la necesidad de introducir la teoría de nudos en cualquier rigorización matemática que se pretenda, que en el fondo es lo que pretendemos también aquí. Es de tal calidad, que prácticamente lo copio y pego entre comillas, de modo que lo que no está entrecomillado es mío, añadiendo las aclaraciones que me parecen pertinentes para los lectores de este espacio.

Creo que la mayor parte de universitarios sabe que, según Kant, hay dos intuiciones inmediatas a partir de las cuales se construye la racionalidad científica. Estas intuiciones inmediatas, subjetivas y primeras con el espacio y el tiempo. Esto no está en el escrito de Carlos, pero creo que vale como introducción al tema.

Desde Euclides, cuyos "Elementos" y otras obras las tenéis al alcance publicadas por Gredos, los científicos de todos los tiempos han intentado conceptualizar el espacio y manejarlo mediante abstracciones matemáticas. De hecho, la geometría no es más que el intento de racionalizar el espacio y es por esta razón por la que el lenguaje de la ciencia se ha hecho matemático. Encontrar las fórmulas que dicen ciertos volúmenes, las fórmulas que dicen y escriben las relaciones entre sí de ciertos elementos que se ubican en el espacio. Esa es una de las cosas que hace la geometría: compartimentar el espacio, darle forma y, sobre todo, como ya vamos viendo aquí, obtener una forma rigurosa de pensar.

Creo que lo he expuesto aquí, que los lenguajes artificiales se componen de una semántica y de una sintáctica (no una gramática, porque la gramática sólo afecta a los lenguajes naturales) Así, la física es una semántica cuya sintáctica son las matemáticas.

Doy paso al escrito de Carlos que va entre comillas. Lo que se intercala entre corchetes son comentarios míos aclaratorios:

"Un espacio cartesiano es el que nos han enseñado toda la vida, es el que formalizó Descartes mediante lo que se denominó (y aun se denomina) geometría analítica. Se la denominaba analítica porque se efectuaba por medios algébricos. Antes sólo se hacía geometría dibujando, así que ésta fue denominada sintética. El paso de Descartes fue monumental, hacer geometría con letras, números y funciones.

[El problema del dibujo geométrico era que no había manera de reducir la paradoja de Aquiles y la tortuga: el espacio se divide en mitades infinitas, cada vez más pequeñas (lo que dió paso al cálculo infinitesimal y motivo de rivalidad entre Newton y Leibniz sobre el cálculo infinitesimal, que se resolvió a favor de éste último), con lo que en geometría del dibujo siempre quedará un espacio infinitamente pequeño para reducir a cero la distancia que separa dos puntos. Descartes resolvió el problema asignando a cada punto un valor numérico proyectado sobre una recta (coordenadas cartesianas) y una letra para asignar unas coordenadas en el espacio. Antes, por el método del dibujo, por más que, por ejemplo, un triángulo se recorte y se superponga sobre otro, la identidad nunca será perfecta, siempre sobrará o faltará]

 

El psicoanálisis es un paso más que Descartes, una lógica nueva pero sobretodo una geometría nueva: la topología de nudos. El n’espace  de Lacan. [El psicoanálisis aporta al conocimiento de la ciencia una geometría nueva, y en eso sería equivalente al paso dado por Descartes]

 

Descartes estableció un espacio, en principio de tres dimensiones, de forma que coincidía con el espacio de la geometría de Euclides (la ahora geometría sintética). Una recta estaba hecha de puntos, un plano hecho de rectas y un espacio hecho de planos. Si ponemos los puntos en fila obtenemos las rectas, si ponemos las rectas una al lado de la otra como si fuesen varillas obtenemos un plano. Si apilamos planos como si fuese un libro obtenemos un espacio tridimensional. Si se desea subir de dimensiones se apilan espacios y así sucesivamente para dimensiones superiores. El salto a dimensiones infinitas aunque intuitivo no es fácil de rigorizar.

 

Lo importante con esta imaginarización que os aporto es darse cuenta de que el espacio es infinito en tamaño, se pierde por todas partes, luego es abierto, pero finito en dimensiones. Ahora bien no queda ni un sitio sin formar parte de dicho espacio, no tiene agujero alguno. Es continuo en todos los sentidos [en el mensaje anterior habíamos visto el concepto de 'continuo' como un concepto esencial a la topología, pero aquí Carlos utiliza 'continuo' en el sentido de 'lleno'], luego lo puede contener todo [de hecho, se conceptualiza como algo lleno, sin agujeros, sin faltas, sin vacíos]. Por eso cuando se tenía la imagen de que la materia o el universo tampoco tenían agujeros, esta matemática era la sintáctica perfecta para el espacio físico [la semántica de la física del espacio lleno]. Dentro de él cabían todos los otros espacios imaginarizables [distinto de 'imaginables', porque 'imaginarizable' quiere decir susceptible de ser una imagen simbólica, mientras que 'imaginable' tiene que ver con la imaginación, como imaginar cosas o seres que no existen]: los objetos. Fuesen, planos que atravesaban sus planos constituyentes, fuesen líneas rectas transversales, curvas, superficies de todo tipo, incluso volúmenes.

 

Supongo que captan el perfecto pacto entre la matemática y la física, la primera la sintáctica de la segunda. Pero sin olvidar que la segunda como semántica empujaba a la primera a mejorar. La semántica empuja a la sintáctica y si ésta está fastidiada empiezan los problemas que hemos comentado [en la clínica, esto es, empiezan los problemas clínicos].

 

Ahora bien, para orientarse dentro de tal continente había que hacer algo: las coordenadas cartesianas. Son tres rectas perpendiculares entre sí (ortogonales) que se intersectan en un punto. Cada punto de dicho espacio queda definido por tres letras-número, que es la distancia perpendicular de dicho punto a cada una de las rectas. Hemos supuesto entonces que sabemos hacer perpendiculares (geometría sintética) y que sabemos medir distancias, lo que no es poco decir [ya he explicado en el inciso de arriba, el problema de las mediciones y las medidas, que invariablemente se encuentra con la subjetividad y la paradoja de Aquiles y la tortuga].

 

Ahora lo fundamental es captar que esta geometría se basa en la intersección y el paralelismo. Los planos y la rectas intersectan en un punto o son paralelos, e igualmente las rectas entre sí, los plano entre sí, etc. Actualmente se denomina incidencia y paralelismo. Aquí estaba el postulado de Euclides que indicaba que dos rectas o dos planos o lo que sea, o inciden en un punto, o recta, o son paralelos (inciden en el infinito).

 

Se entiende que cuestionar esto [poner en duda los postulados de Euclides, que las rectas paralelas solo lo son en pequeños espacios, que el espacio es infinito y abierto, tiene "agujeros" y vacío, que las rectas no se cortan, sino que se cruzan sin cortarse, y demás] provocase pavor entre los matemáticos. Todo el edificio se venía abajo. El primer cuestionador serio fue Colon [diciendo y demostrando que] el mundo era esférico. El espacio continente de la tierra era esférico (los meridianos se encontraban en los polos) y que, en consecuencia, el espacio era cerrado [estas ideas Carlos las tiene por haber leído, como yo, a Alexander Koyré]. La mayoría de propiedades de la geometría cartesiana se iban al cuerno. Después se fue aceptando cierta evidencia y se fueron aceptando las geometrías que he indicando, elíptica, hiperbólica, etc.

 

Y sobretodo dio mucho pavor la ampliación a la geometría proyectiva. Caía el concepto de distancia nada más y nada menos. Pero se seguía manteniendo el resto del cartesianismo.

 

a)    El espacio continente no tiene agujeros

b)    Sigue siendo una geometría de incidencia (intersección) y paralelismo aunque fuese  múltiple (hiperbólica)

c)     Se siguen orientando (las referencias levógiras o dextrógiras) mediante coordenadas al modo cartesiano: coordenadas homogéneas.

 

Cuando llega la topología se estudian propiedades más profundas y al mismo tiempo más simples de los espacios, sin [hacer intervenir el concepto de] distancia. Pero se mantiene la continuidad entre sus partes. Resulta entonces que un espacio tórico [una superficie en forma de neumático o, comúnmente conocido como el "donuts"] enlazado con otro [espacio] tórico es equivalente al espacio tridimensional. ¡Toma ya! empiezan las cosas raras. La botella de Klein de dimensión dos no entra en el espacio cartesiano de dimensión tres. La banda de Möbius es como un plano que sólo tiene una cara, ¿cómo demonios lo apilas? Hay que repensar de nuevo la teoría de las dimensiones.

 

Pero no salimos de la geometría basada en la incidencia aunque por el camino se han caído la distancia, lo abierto, el paralelismo, las dimensiones naïves, etc. ¡Pero los objetos y las coordenadas [todavía] intersectan!

 

Mientras se mantiene esa propiedad puede sobreañadirse a cada geometría todo el cálculo de funciones y hacer geometrías diferenciales de todo tipo. Las mejores, las Riemanianas que utilizó Einstein como sintáctica para su semántica, el espacio-tiempo. A partir de ahí aun se ha mejorado la cosa y ya hay incluso [geometrías] más suaves: las no–riemanianas. ¡Esto no para!

 

Ahora, para el discurso psicoanalítico, para el universo de la falta, ni la intersección sirve. ¡Drop! Algunos se debieron de sentir aliviados porque así se sacaban el tema de encima: no servía, luego no hay que estrujarse las meninges y se quedaron con el método del comentario de texto. De rebote esa tesis convirtió mi andadura en extraterrestre. Ya no siendo este seminario la prueba. Ya he justificado por qué la distancia no sirve. Pero ya no nos queda nada para el aparato psíquico freudiano.

 

Hélas!, la teoría de cadenas-nudo nos ofrece un espacio sin intersección, un espacio basado en el anudamiento. Y siguiendo pero ampliando el modelo cartesiano, Lacan, define los registros como las dit-mensiones. Para mayor éxito, en los anudamientos aparece un espacio nuevo que permite situar el objeto específico del psicoanálisis [y, por ende, el de toda la ciencia y de las ciencias particulares, incluyendo a la medicina].  Se entiende por qué [Lacan] iba por los pasillos como un chaval con zapatos nuevos, con las cuerdas [haciendo redondeles y nudos] en la manos. Era un chute del tipo de la manzana de Newton o como cuando Einstein desesperado y atascado encuentra los trabajos despreciados de Riemman. Algo así, querido Vicente,  como cuando los cirujanos descubrieron los microbios y la anestesia. A ver si así te lo vendo y le coges más cariño [Vicente M. es un médico-psiquiatra resistente a las matemáticas, porque como cualquier buen médico, las odia, aunque le ponga empeño en actualizarse]. Lo que vale para todos en general, ¡seguro! [Aquí es donde nos incluimos].

 

Los anudamientos, nosotros los estamos usando para rigorizar todo lo que podemos. Porque ahora dadas tres dit-mensiones también podemos pensar “sus planos”. Lo primero que hay que destacar, Seminario RSI,  es que las dit-mensiones son cerradas (consistencia), contienen debido a ello un agujero y además cada una de ellas (por no intersectar o incidir nunca con otra) es una ex-sistencia para las otras. Los planos ahora no están apilados como en un libro, son superficies de varios tipos y no sólo una. La biláteras de Seifert y las de enpam que nos enseña Vappereau. Recordar el trabajo de Montse Vidal.

 

Hay trozos del espacio que no tienen nada, son vacíos y otros tienen superficies que sirven para los diversos aspectos del nuevo aparato psíquico. Son superficies que tienen a los nudos constituyentes del anudamiento como bordes-agujero, etc.

 

¿Qué nos orienta en este nuevo espacio sin distancia y sin intersecciones? Pues el sinthome [ese mismo que intento desarrollar aquí dando muy pequeños pasos], si lo hay; si no [hay un 'sinthome' construido] ya sabemos las consecuencias [Es en lo que insisto aquí: hemos de aprender a construir un 'sinthome' para los fenómenos crónicos, que se conviertan en fenómeno psicosomático para poder manejarlos]. Pero lo hace de una forma bien complicada porque no es que nos oriente ‘dentro de él’ sino que lo sostiene y se imbrica en él como un elemento más. Como dice el refrán ‘si no quieres caldo toma dos tazas’.

 

Espero que este pequeño recorrido nos ayude a situarnos y entender por qué hacemos geometría o topología además de lógica. Si Descartes hizo geometría con letras-números y funciones, nosotros hacemos anudamientos con significantes, imágenes, lo real y con funciones lógicas.  

 

Incluso Lacan se plateó que las dit-mensiones fuesen muchas más que tres o cuatro: la generalización del borromeo. No debe decirse borromeo generalizado pues no denota lo exactamente lo mismo.

 

Como dice Vappereau ¡Empieza el juego! Yo prefiero decir la aventura, la aventura del ‘errer’.

 

Saludos"

 

 Hasta aquí, la carta de Carlos Bermejo. Un poco larga, pero de una claridad tan pasmosa que creo que ha valido la pena dedicarle un tiempecito de lectura.


JM Gasulla

JM Gasulla

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Jul 27, 2012, 6:34:39 PM7/27/12
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Problemas clínicos I (10)
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Un inciso para decir que leer a Carlos no es nada fácil: además de la dificultad propia de los temas de los que se habla (matemáticas, topología, conceptos complejos como el Sujeto, el Otro y demás), se rectifica continuamente, se corrige mucho y tal. Cuando te ha enviado una cosa prácticamente ilegible, y has hecho el esfuerzo de entenderlo, recomponiendo lo que probablemente él llevaba en mente cuando escribió pero que lo dice fatal, te envía otro mensaje diciéndote que aquello estaba mal y que ha enviado correcciones. ¡Bingo! ¡Este chico es una mina!

A lo que iba: en el mensaje (9) dice Carlos que "La botella de Klein de dimensión dos no entra en el espacio cartesiano de dimensión tres." Cuando lo he leído (varias veces) lo he pasado por alto. La Botella de Klein es una superficie matemática de dimensión 4, y encaja mal, o no encaja en absoluto, en la dimensión 3, lo mismo que el Plano Proyectivo. Hay que hacer algunas operaciones regladas para pasar de un objeto en dimensión superior a poder ser representado en una dimensión inferior. Es el problema que tenemos cuando representamos las cosas sobre un papel, sea que las dibujemos o, fundamentalmente, que las escribamos con nuestras escrituras especiales que iremos aprendiendo. Todo esto lo iremos viendo muy cuidadosamente y espero que yo sea capaz de explicarlo "para médicos", es decir, para gentes que han olvidado, cuando no directamente odian, las matemáticas, sin perder ni un ápice de rigor. Me veo haciendo divulgación de "matemáticas y ciencia avanzadas". ¡Quién me lo iba a decir! 

Sigo con este hilo para acabarlo y empezar con otro que lo continúe. 

Recordemos que se nos planteaba el problema clínico de poder resolver el modo lógico matemático que da razón del anudamiento entre un fenómeno patológico con las funciones psíquicas y sociales de un sujeto, porque es un hecho que las enfermedades, en especial las crónicas, se acomodan, o "resuenan" con los avatares psicosociales de las personas. Cualquiera puede tener experiencia de eso, sea médico o "paciente".

Habíamos visto que un "fenómeno psicosomático" consistía en la modificación de un fenómeno patológico aparentemente arbitrario cualquiera, en un "sinthome", y decíamos en el mensaje 6 de este hilo, que un sinthome se diferenciaba de un síntoma en su estructura lógica, pues mientras el síntoma clínico o médico sigue una lógica deductiva canónica clásica, el sinthome requiere una lógica topológica y era el "recorrido" que el sentido había anudando los tres registros de lo Biológico, lo Psíquico y lo Social. Si ahora resulta compleja esta definición, a medida que vayamos aprendiendo más cosas se nos irá haciendo clara y diáfana. O eso espero. Finalmente, me gustaría llevaros a la comprensión "total" o, al menos, rigurosa, del fenómeno patológico humano.

Preparando la comprensión de estas definiciones tan aparentemente complicadas y extrañas, a partir de un ejemplo clínico que había aportado el Dr. Alain Merlet de Burdeos, nos hemos desviado hacia un librito de Jean-Michel Vappereau (Essaim), en el que espero que encontremos algunas herramientas conceptuales que nos van a ayudar mucho.

Acabo con la primera lección del libro de Vappereau, tal como lo hace él, planteando un problema. Hay varios problemas que él plantea y que hemos resuelto, pero quedará uno pendiente, que es comprender la notación del valor de un cruce, tal como habíamos visto, pero no comprendido, al final del mensaje 8. ¿Alguien entiende esa notación de los dos cruces que él propuso en uno de sus libros (Noeud), pero que lo he traído aquí como problema?

Figura 1: Valor positivo o negativo de un cruce, que no un corte, en tres dimensiones dibujado en dos dimensiones

¿Cómo distinguimos el +1 del -1? Difícil problema del que daré la solución más adelante si es que alguien no da con ella antes.

Pues bien: Vappereau cierra el primer capítulo de Essaim con el siguiente problema: Cómo pasar de la representación tridimensional de un tetraedro a una representación planar (cómo dibujar un tetraedro, que es wl objeto matemático de tres dimensiones más simple, sobre una superficie de dos dimensiones, nuestra ya conocida hoja de papel)

La solución al problema es la siguiente:

Dado este objeto matemático tridimensional D3, un tetraedro, que es la figura tridimensional más simpe, compuesta de cuatro vértices al que a cada uno de los cuales le arriban tres aristas (valencia 3) y tiene cuatro caras triangulares, 

Figura 2: Representación de un tetraedro tridimensional sobre una superficie de papel.

(Se recordará esta estructura tetraédrica a la que habíamos arribado tras examinar las posibilidades biopsicosociales del modelo de Engel a la luz de un hipotético enfermo frágil (Ver artículo: "Crítica y alternativa formal al modelo de enfermedad de Engel" haciendo clic en el título))

...mostrar su aspecto topológico "correcto" en una dimensión menor D2.

Solución:

Se aplica sobre la superficie D2, de una esfera D3, las propiedades del tetraedro, y por deformaciones topológicas continuas (noción de la transformación continua en topología) se obtiene la siguiente figura planar, que es la que resulta de la transformación topológica de un tetraedro en D3, a un tetraedro en D2

Figura 3: Reducción a D2 de un objeto en D3, un tetraedro en el caso

El trazo punteado indica la parte de la línea recta (curvada por efecto del espacio curvo de la superficie esférica) que no se ve por pasar por la cara no visible de la esfera.

El resultado final de la operación de transformación o de escritura de un objeto tridimensional D3 simple, como un tetraedro, o su aplanamiento sobre una superficie de dos dimensiones o D2, se escribe así (veremos en su momento por qué digo "se escribe" y no "se dibuja")

Figura 4: Escritura correcta de un tetraedro de tres dimensiones D3, en un plano de dos dimensiones D2

JM Gasulla
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