Figura 5: Diferentes formas de escritura de cruces en un grafo.
El psicoanálisis es un paso más que Descartes, una lógica nueva pero sobretodo una geometría nueva: la topología de nudos. El n’espace de Lacan. [El psicoanálisis aporta al conocimiento de la ciencia una geometría nueva, y en eso sería equivalente al paso dado por Descartes]
Descartes estableció un espacio, en principio de tres dimensiones, de forma que coincidía con el espacio de la geometría de Euclides (la ahora geometría sintética). Una recta estaba hecha de puntos, un plano hecho de rectas y un espacio hecho de planos. Si ponemos los puntos en fila obtenemos las rectas, si ponemos las rectas una al lado de la otra como si fuesen varillas obtenemos un plano. Si apilamos planos como si fuese un libro obtenemos un espacio tridimensional. Si se desea subir de dimensiones se apilan espacios y así sucesivamente para dimensiones superiores. El salto a dimensiones infinitas aunque intuitivo no es fácil de rigorizar.
Lo importante con esta imaginarización que os aporto es darse cuenta de que el espacio es infinito en tamaño, se pierde por todas partes, luego es abierto, pero finito en dimensiones. Ahora bien no queda ni un sitio sin formar parte de dicho espacio, no tiene agujero alguno. Es continuo en todos los sentidos [en el mensaje anterior habíamos visto el concepto de 'continuo' como un concepto esencial a la topología, pero aquí Carlos utiliza 'continuo' en el sentido de 'lleno'], luego lo puede contener todo [de hecho, se conceptualiza como algo lleno, sin agujeros, sin faltas, sin vacíos]. Por eso cuando se tenía la imagen de que la materia o el universo tampoco tenían agujeros, esta matemática era la sintáctica perfecta para el espacio físico [la semántica de la física del espacio lleno]. Dentro de él cabían todos los otros espacios imaginarizables [distinto de 'imaginables', porque 'imaginarizable' quiere decir susceptible de ser una imagen simbólica, mientras que 'imaginable' tiene que ver con la imaginación, como imaginar cosas o seres que no existen]: los objetos. Fuesen, planos que atravesaban sus planos constituyentes, fuesen líneas rectas transversales, curvas, superficies de todo tipo, incluso volúmenes.
Supongo que captan el perfecto pacto entre la matemática y la física, la primera la sintáctica de la segunda. Pero sin olvidar que la segunda como semántica empujaba a la primera a mejorar. La semántica empuja a la sintáctica y si ésta está fastidiada empiezan los problemas que hemos comentado [en la clínica, esto es, empiezan los problemas clínicos].
Ahora bien, para orientarse dentro de tal continente había que hacer algo: las coordenadas cartesianas. Son tres rectas perpendiculares entre sí (ortogonales) que se intersectan en un punto. Cada punto de dicho espacio queda definido por tres letras-número, que es la distancia perpendicular de dicho punto a cada una de las rectas. Hemos supuesto entonces que sabemos hacer perpendiculares (geometría sintética) y que sabemos medir distancias, lo que no es poco decir [ya he explicado en el inciso de arriba, el problema de las mediciones y las medidas, que invariablemente se encuentra con la subjetividad y la paradoja de Aquiles y la tortuga].
Ahora lo fundamental es captar que esta geometría se basa en la intersección y el paralelismo. Los planos y la rectas intersectan en un punto o son paralelos, e igualmente las rectas entre sí, los plano entre sí, etc. Actualmente se denomina incidencia y paralelismo. Aquí estaba el postulado de Euclides que indicaba que dos rectas o dos planos o lo que sea, o inciden en un punto, o recta, o son paralelos (inciden en el infinito).
Se entiende que cuestionar esto [poner en duda los postulados de Euclides, que las rectas paralelas solo lo son en pequeños espacios, que el espacio es infinito y abierto, tiene "agujeros" y vacío, que las rectas no se cortan, sino que se cruzan sin cortarse, y demás] provocase pavor entre los matemáticos. Todo el edificio se venía abajo. El primer cuestionador serio fue Colon [diciendo y demostrando que] el mundo era esférico. El espacio continente de la tierra era esférico (los meridianos se encontraban en los polos) y que, en consecuencia, el espacio era cerrado [estas ideas Carlos las tiene por haber leído, como yo, a Alexander Koyré]. La mayoría de propiedades de la geometría cartesiana se iban al cuerno. Después se fue aceptando cierta evidencia y se fueron aceptando las geometrías que he indicando, elíptica, hiperbólica, etc.
Y sobretodo dio mucho pavor la ampliación a la geometría proyectiva. Caía el concepto de distancia nada más y nada menos. Pero se seguía manteniendo el resto del cartesianismo.
a) El espacio continente no tiene agujeros
b) Sigue siendo una geometría de incidencia (intersección) y paralelismo aunque fuese múltiple (hiperbólica)
c) Se siguen orientando (las referencias levógiras o dextrógiras) mediante coordenadas al modo cartesiano: coordenadas homogéneas.
Cuando llega la topología se estudian propiedades más profundas y al mismo tiempo más simples de los espacios, sin [hacer intervenir el concepto de] distancia. Pero se mantiene la continuidad entre sus partes. Resulta entonces que un espacio tórico [una superficie en forma de neumático o, comúnmente conocido como el "donuts"] enlazado con otro [espacio] tórico es equivalente al espacio tridimensional. ¡Toma ya! empiezan las cosas raras. La botella de Klein de dimensión dos no entra en el espacio cartesiano de dimensión tres. La banda de Möbius es como un plano que sólo tiene una cara, ¿cómo demonios lo apilas? Hay que repensar de nuevo la teoría de las dimensiones.
Pero no salimos de la geometría basada en la incidencia aunque por el camino se han caído la distancia, lo abierto, el paralelismo, las dimensiones naïves, etc. ¡Pero los objetos y las coordenadas [todavía] intersectan!
Mientras se mantiene esa propiedad puede sobreañadirse a cada geometría todo el cálculo de funciones y hacer geometrías diferenciales de todo tipo. Las mejores, las Riemanianas que utilizó Einstein como sintáctica para su semántica, el espacio-tiempo. A partir de ahí aun se ha mejorado la cosa y ya hay incluso [geometrías] más suaves: las no–riemanianas. ¡Esto no para!
Ahora, para el discurso psicoanalítico, para el universo de la falta, ni la intersección sirve. ¡Drop! Algunos se debieron de sentir aliviados porque así se sacaban el tema de encima: no servía, luego no hay que estrujarse las meninges y se quedaron con el método del comentario de texto. De rebote esa tesis convirtió mi andadura en extraterrestre. Ya no siendo este seminario la prueba. Ya he justificado por qué la distancia no sirve. Pero ya no nos queda nada para el aparato psíquico freudiano.
Hélas!, la teoría de cadenas-nudo nos ofrece un espacio sin intersección, un espacio basado en el anudamiento. Y siguiendo pero ampliando el modelo cartesiano, Lacan, define los registros como las dit-mensiones. Para mayor éxito, en los anudamientos aparece un espacio nuevo que permite situar el objeto específico del psicoanálisis [y, por ende, el de toda la ciencia y de las ciencias particulares, incluyendo a la medicina]. Se entiende por qué [Lacan] iba por los pasillos como un chaval con zapatos nuevos, con las cuerdas [haciendo redondeles y nudos] en la manos. Era un chute del tipo de la manzana de Newton o como cuando Einstein desesperado y atascado encuentra los trabajos despreciados de Riemman. Algo así, querido Vicente, como cuando los cirujanos descubrieron los microbios y la anestesia. A ver si así te lo vendo y le coges más cariño [Vicente M. es un médico-psiquiatra resistente a las matemáticas, porque como cualquier buen médico, las odia, aunque le ponga empeño en actualizarse]. Lo que vale para todos en general, ¡seguro! [Aquí es donde nos incluimos].
Los anudamientos, nosotros los estamos usando para rigorizar todo lo que podemos. Porque ahora dadas tres dit-mensiones también podemos pensar “sus planos”. Lo primero que hay que destacar, Seminario RSI, es que las dit-mensiones son cerradas (consistencia), contienen debido a ello un agujero y además cada una de ellas (por no intersectar o incidir nunca con otra) es una ex-sistencia para las otras. Los planos ahora no están apilados como en un libro, son superficies de varios tipos y no sólo una. La biláteras de Seifert y las de enpam que nos enseña Vappereau. Recordar el trabajo de Montse Vidal.
Hay trozos del espacio que no tienen nada, son vacíos y otros tienen superficies que sirven para los diversos aspectos del nuevo aparato psíquico. Son superficies que tienen a los nudos constituyentes del anudamiento como bordes-agujero, etc.
¿Qué nos orienta en este nuevo espacio sin distancia y sin intersecciones? Pues el sinthome [ese mismo que intento desarrollar aquí dando muy pequeños pasos], si lo hay; si no [hay un 'sinthome' construido] ya sabemos las consecuencias [Es en lo que insisto aquí: hemos de aprender a construir un 'sinthome' para los fenómenos crónicos, que se conviertan en fenómeno psicosomático para poder manejarlos]. Pero lo hace de una forma bien complicada porque no es que nos oriente ‘dentro de él’ sino que lo sostiene y se imbrica en él como un elemento más. Como dice el refrán ‘si no quieres caldo toma dos tazas’.
Espero que este pequeño recorrido nos ayude a situarnos y entender por qué hacemos geometría o topología además de lógica. Si Descartes hizo geometría con letras-números y funciones, nosotros hacemos anudamientos con significantes, imágenes, lo real y con funciones lógicas.
Incluso Lacan se plateó que las dit-mensiones fuesen muchas más que tres o cuatro: la generalización del borromeo. No debe decirse borromeo generalizado pues no denota lo exactamente lo mismo.
Como dice Vappereau ¡Empieza el juego! Yo prefiero decir la aventura, la aventura del ‘errer’.
Saludos"
Hasta aquí, la carta de Carlos Bermejo. Un poco larga, pero de una claridad tan pasmosa que creo que ha valido la pena dedicarle un tiempecito de lectura.
JM Gasulla