ESCUPIRÉ SOBRE SUS TUMBAS Por: Melvin Mañón - a la #MafiaMoradaPLD

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Por: Melvin Mañón

Melvin Mañón

Era el título de la versión española de una película de 1961 que vi en mi adolescencia en blanco y negro, actuada por Ives Montand. Después supe que estaba basada en una novela de William Faulkner titulada Sanctuary ambientada en el drama sureño de negros, prejuicios  y promesa de rencores inextinguibles. Los legisladores dominicanos me han hecho recordar esa película.

Me viene también  a la mente el discurso pronunciado por Franklin Delano Roosevelt a raíz del ataque japonés a Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941 día y hecho que, en palabras de ese presidente de los Estados Unidos,

-!vivirá para siempre en la infamia¡

No menos de ahí merecen todos y cada uno de los legisladores que han votado favor de la reforma fiscal sometida por Danilo Medina que persigue obligar a millones de inocentes a reponer el dinero robado por la pandilla de Leonel Fernández y además y para peor, para seguir gastando como antes. Las grandes tragedias de la vida nacional han pasado siempre por el Congreso, las dos reformas constitucionales, la de Leonel para quedarse con todo, la de Hipólito para reelegirse. Antes y muchas veces ese Congreso se plegó complaciente y cómplice ante otras ignominias, pero la historia tiene que comenzar algún día y yo decidí que lo haría en esta ocasión.

Con un poco de esfuerzo y dedicación quizás podríamos lograr que cada demarcación del país registre y recuerde el nombre de cada legislador que se prestó a esta infamia, aprobar esa reforma y consagrar ese abuso que por sus dimensiones e implicaciones equivale a perpetrar un estupro colectivo de la nación dominicana.

Esos canallas que con su firma sancionan la iniquidad y la infamia merecen ser recordados por todos los que por ellos votaron, sobre todo, porque, amparados en nuestra reconocida propensidad al olvido, muchos de ellos volverán a presentarse en las próximas elecciones y cada vez que un canalla de estos se presente no ya a esas elecciones, cada vez que se presente en público, debería ser increpado y repudiado, como lo fue Vincho Castillo por una señora que, en su cara y sin temor, le llamó farsante y corta se quedó la señora.

Creo, de verdad, que todos los que enfrentamos esta canallada, debemos asegurarnos de que los nombres de esos legisladores no sean olvidados. Creo que no votar por ellos es poca cosa. En justicia debemos aprovechar cada ocasión para repudiarlos, negarles el saludo, hacerles saber que se acabó la tolerancia y el creer que nos pueden putear a dos manos y seguir viviendo sus vidas sin consecuencias.

No sé si podremos hacerlo.

No sé si habrá un fin ahora a la lambonería sempiterna.

Pueden ahorrarse las excusas.

Guardar en los bolsillos las explicaciones.

Lo que no podamos impedir ahora, deberemos revocarlo más adelante.

Pero no será fácil, ni vendrá de gratis

Habrá sangre de nuevo en el país, escribió Pedro Mir

Habrá sangre de nuevo en el país.

Los que votaron a Danilo creyendo que era mejor y diferente a Leonel ahí lo tienen.

Y él se cree menos malo que Leonel. Sinceramente él se cree que está haciendo las cosas  bien y con buena intención y hasta hubo alguien que vino a contarme de una bofetada que supuestamente Danilo le habría propinado a Temístocles Montás, uno de los personajes. . . ¿qué cosa he dicho? ¿personaje? Ni a eso llega ese carajo. ¿Una bofetada? Por favor, amigo mío . . . no me lo creo, aunque me hubiera encantado.

En dos de sus inolvidables versos, el Martín Fierro  de José Hernández proclama por boca de sus personajes, en la inmensidad de la pampa argentina:

No canta quien tiene ganas,

sino quien sabe cantar

Y no muy lejos, en otro verso y ¡ayy¡ por lo tan oportuno que resulta dice:

El que nació sin alas,

de valde es que mire al cielo

Pero como ese gigante de Faulkner me provoca y como es tan oportuna fuente de inspiración, me digo, prometo..

Escupiré sobre sus tumbas.

Y hagámoslo.

Ya pasó el tiempo de quejarse.

Hay que actuar y lo estoy haciendo.

Los americanos dicen: where to draw the line.

Es aquí, ahora y hasta el final.

8 de noviembre de 2012. Santo Domingo

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