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Aitziber Urtasun – La educación artística como herramienta social (entrevista)

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Cayetano Lupenna [NR]

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Oct 2, 2016, 11:30:52 AM10/2/16
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Aitziber Urtasun – La educación artística como herramienta social
https://arteducatorstalk.net/es/?interview=aitziber-urtasun-la-educacion-artistica-como-herramienta-social

¿En cuál contexto trabajas como una educadora de arte?

Aitziber Urtasun: Dirijo el Departamento de Didáctica del Museo Oteiza.
Dicho museo alberga la colección personal del reconocido escultor y
artista integral Jorge Oteiza (Orio,1908-San Sebastián, 2003), compuesta
por 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental,
además de una extensa presencia de dibujos y collages. El Museo está
centrado en la difusión del legado del artista, uno de los escultores
fundamentales en la evolución del arte del siglo XX, autor de una
trayectoria escultórica fundada en la experimentación estética basada en
la desocupación de la formas y el vaciamiento de la escultura, además de
polifacético creador interdisciplinar y responsable de numerosas
aportaciones en el ámbito de la ensayística, poesía, antropología,
arquitectura, lingüística y propuestas de socialización de la cultura y
el arte.

¿Con quién trabajas?

AU: El Museo Oteiza cuenta con un equipo técnico de seis personas que
trabajan de forma transversal para desarrollar distintos proyectos
dentro del ámbito de la investigación, documentación, conservación,
difusión y educación. También contamos con ayuda externa en base a las
distintas acciones de la institución.

¿Cómo describirías tu entendimiento de la educación del arte?

AU: La educación del arte debe entenderse como un escenario de actividad
enfocado no sólo a la formación del futuro artista sino a la formación
de personas en un amplio sentido de la palabra. La educación en el arte
y desde el arte debe proporcionar herramientas para formar una sociedad
más crítica, sociable, empática y creativa.

¿Cómo describirías la relación entre educación y arte?

AU: El arte es un concepto enormemente amplio que en ocasiones pertenece
al escenario íntimo de quien lo “construye”. Pero en el momento en que
ponemos el arte frente al público (tanto desde el ámbito del ocio como
dentro de las estructuras de “lo educativo”) es necesario comprender que
hay que trabajar a favor de una mejor comprensión del mismo.
En este sentido el arte y su enseñanza pueden valerse de herramientas
didácticas creadas para otros entornos, de la misma manera que la
educación puede valerse del arte para implementar la enseñanza de lo “no
artístico”. Si el arte se suma al escenario de la educación, y la
educación tiene en cuenta al arte para ampliar contenidos y
metodologías, el resultado siempre será enriquecedor para ambos. Es una
apuesta de suma segura.

¿Por qué tratas de mediar el arte (contemporáneo)?

AU: El arte contemporáneo no se articula sólo desde lo estético sino que
presenta un abanico de escenarios muy rico. A partir de los años 60 el
artista comienza a proyectar su mirada sobre los microrelatos que
componen nuestro ADN social y el arte toma contacto con cuestiones
relacionadas con el género, la sexualidad o la política, entre otras.
Este hecho no sólo supone un enriquecimiento para las narraciones dentro
de la historia del arte sino que se presenta como una inmensa
oportunidad para utilizar el arte en contextos educativos no artísticos.
El arte como herramienta social, crítica y política para una didáctica
más real y diversa.

¿Por favor describa cual es, en su opinión, la relación entre el
funcionamiento como un conservador / curador y un educador de arte?

AU: En primer lugar habría que recordar que la figura del conservador en
muchos museos se vincula al ámbito de la conservación y restauración de
la obra de arte. Es decir, un perfil más técnico. Sin embargo, la figura
del curador tiene como objetivo indagar en la historia y los contextos
de creación de la obra de arte para articular nuevas formas de
entenderla, nuevos caminos de diálogo y, en definitiva, nuevas formas de
mirar. En este sentido, es muy importante la relación entre curador y
educador ya que este último será el encargado de activar esas miradas y
trasladar esas narraciones al espectador.
En mi opinión, ambas figuras siguen estando muy alejadas en las
dinámicas de producción de las exposiciones, y en la mayoría de los
casos a penas tienen contacto. Sería necesario que los educadores tengan
conocimiento del enfoque y contenido de la exposición desde el principio
porque su experiencia puede enriquecer notablemente la producción de la
misma.

¿Qué importante son la educación y la mediación del arte para un museo /
una institución?

AU: La educación debería ser una prioridad para la institución ya que no
tiene sentido trabajar en la conservación de la obra de arte y en la
producción de exposiciones si éstas no consiguen establecer diálogos
constructivos con sus públicos.
La mediación es la herramienta para que la comunicación entre arte y
educación sea eficiente y fructífera. Para ello, es necesario seguir
luchando por una mayor profesionalización del sector. La precariedad
laboral en el ámbito de la educación artística sigue siendo alarmante.
El buen educador es un corredor de fondo que, más allá de su titulación
universitaria, necesita de mucho trabajo de campo para crecer y
desarrollarse. La precariedad y la sustitución de los profesionales por
voluntariado en el sector de la educación artística hacen que la mayoría
abandone la partida antes de empezar a ser buenos profesionales.

¿Qué instituciones proporcionan la oportunidad de hablar de nuestra
experiencia personal con / respectivo el arte?

AU: El arte no debería discutirse o ponerse sobre la mesa sólo en las
instituciones definidas como artísticas (museos, centros de arte, etc.)
Si el arte puede ser una perfecta herramienta para ampliar la formación
del individuo a un nivel no sólo cognitivo, sino también sensible y
crítico, debería “invadir” espacios muy diversos como colegios,
hospitales, centros penitenciarios, centros de la tercera edad, o las
propias plazas de pueblos y ciudades. El arte no debe ser material
exclusivo de artistas e instituciones. El arte nos pertenece a todos
desde el momento en que fijamos nuestra mirada y pensamiento sobre él.

¿Hasta qué punto hace enseñar / mediar que el arte proporciona la
oportunidad a acciones concretas para el publico / audiencia?

AU: En este punto es necesario recordarse de forma permanente que el
museo no trabaja para un público sino para públicos. Es necesario que
trabajemos hacia proyectos más transversales y diversos. Esa ecuación
propia de los departamentos educativos de los museos de los últimos
cuarenta años, entre actividades para público escolar, familiar y
general, es más que obsoleta. Las realidades sociales son demasiado
amplias para meterlas en una caja tan pequeña. Empezar a escuchar lo que
ocurre en la calle para diseñar, crear y definir proyectos educativos en
los museos puede ser la fórmula para cambiar esto. No podemos seguir
siendo sordos y ciegos ante la sociedad, y seguir amparándonos en que el
museo programa desde su colección no desde lo que ocurre alrededor de
ella. La colección deber un herramienta para formar no el fin.

¿En tu opinión personal, cuáles son los criterios para mediar con éxito
el arte? ¿En tu punto de vista, qué es sobre todo difícil sobre ello?

AU: El éxito en la mediación de arte sólo se puede dar si somos capaces
de educar no sólo desde dentro (institución) hacia afuera (sociedad),
sino también desde fuera hacia adentro. Educar en el arte no es distinto
a educar en otros contextos. Hay que saber transmitir, contar, activar,
pero también hay que saber escuchar y, sobre todo, tener la humildad de
admitir que quien educa no lo sabe todo por lo que debe estar en
constante formación.

¿Has desarrollado un método especial o una estrategia innovadora con la
cual trabajas?

AU: No creo haber desarrollado ninguna estrategia innovadora pero sí
creo en las metodologías activas en las que los públicos llegan al museo
con preguntas y deben irse de él con otras nuevas.
Me interesa especialmente la ruptura de las narraciones cronológicas y
ser capaz de utilizar el arte para contar historias a mi manera,
escapando así de las narraciones cerradas de la historia del arte o del
propio artista.
La historia y el artista tienen su discurso, más o menos coherente y
válido, pero el educador no debe ser esclavo de ese discurso. Siempre
cito a Oteiza en este caso y recuerdo sus palabras: “la obra de arte no
educa, la obra de arte es una herramienta para servirnos de ella.” (1)
No hay que tener miedo a repensar la historia del arte.

¿En que sigues trabajando en este momento?

AU: Desde hace años trabajo principalmente en dos líneas. La primera
tiene relación con la ampliación de las relaciones entre museo y
espacios que comporten algún tipo de exclusión social. Para mí es muy
importante que el arte supere la barrera física del museo y llegue a
otros espacios no artísticos así como a personas que no tienen, en
principio, ningún tipo de contacto con el arte. Mi próximo proyecto
tiene con punto de partida a la mujer migrante que confrontaré con la
figura de Itziar, mujer de Jorge Oteiza, y como tantas mujeres de
artista una gran olvidada. En definitiva, el objetivo es trabajar desde
el arte realidades contemporáneas que parecen no tener relación directa
con él. De nuevo el arte como herramienta.
La segunda línea de trabajo viene dada desde mi desarrollo personal como
artista. Yo no genero obra como parte del mercado del arte pero me
analizo a mi misma desde escenarios como la fotografía o la performance.
Todo ello me sirve para descubrir nuevos caminos para contar historias
que aplico después a mi labor cómo educadora. La creación artística como
productora de didáctica no de obras de arte.

¿Cuál libros, proyectos etc. eran/son importantes para tu trabajo – y
por qué?

AU: Nunca me ha gustado recomendar libros o artistas pero si tengo claro
que para trabajar dentro de la educación artística contemporánea es
necesario nutrirse del máximo posible de voces. Es fundamental no
alimentarnos únicamente de lo contemporáneo y vencer nuestra pereza
hacía el arte primitivo y clásico, porque podemos ampliar nuestro
discurso en lo contemporáneo desde lo anterior. También considero
necesario vencer el miedo a lo experimental y ponerse retos personales.
El fracaso es la mejor enseñanza para construirse como buen educador.
Y no debemos olvidar que hay que leer mucha poesía. La poesía es la
mejor gimnasia para el cerebro de aquellos que trabajamos en el mundo de
lo etéreo, de lo imaginativo y de lo creativo.

¿Hay una pregunta especial la cual te gustaría preguntar a un educador
de arte?

AU: ¿Qué estás intentando aprender en estos momentos de tu vida?

¿Cómo imaginarías el futuro de la educación / mediación del arte?

AU: La imagino más plural, más rica en lenguajes, más abierta a lo
experimental, más crítica y con una mayor participación tanto de púbico
como de profesionales que no vengan exclusivamente del mundo del arte.
Pero debo ser franca y admitir que el cambio no lo veo tan cerca como me
gustaría.

Aitziber Urtasun, nacida en Bilbao, Aitziber estudió Empresas y
Actividades Turísticas en la Universidad de Deusto, Bilbao, e Historia
del Arte en la Universidad Pública del País Vasco. Cursó también un
Máster de Arte Contemporáneo en la Universidad de Deusto. Su carrera
profesional comienza en Bilbao donde tras varios años como guía
profesional independiente, empieza colaborando con el Departamento de
Educación del Museo de Bellas Artes y del Museo Guggenheim Bilbao.

Dirige el Departamento de Didáctica del Museo Oteiza desde el año 2003.
Su labor abarca desde el diseño de los programas y actividades
educativas, la formación de educadores y profesorado, hasta la
colaboración en el diseño de las exposiciones. Su labor en el ámbito
educativo representa una intensa apuesta por el arte como herramienta
social ya que sus proyectos tienen como objetivo descentralizar el
ámbito de actuación de la institución para llevar el arte a espacios
periféricos como centros penitenciarios, hospitales, asociaciones
culturales o espacios públicos de calle. En paralelo, realiza
comisariados de exposiciones: en el Museo Oteiza comisarió “Homo Ludens.
El artista frente al juego”, y también ha comisariado para otras
instituciones como el Musée Guetary de Francia, La Ciudadela y Centros
culturales de Pamplona y Bilbao. Su labor educativa se complementa con
una apuesta personal por la creación artística desde el ámbito de la
fotografía o la performance. Su labor artística tiene como objetivo
ampliar su mirada hacia nuevos horizontes que le permitan mejorar como
educadora artística.

http://blogs.noticiasdenavarra.com/estonoesunblog

Anotación 1: Quousque Tandem…! Ensayo de interpretación del alma vasca,
edición crítica de Amador Vega, Fundación Museo Jorge Oteiza Fundazio
Museoa, Pamplona, 2007. P. 191.

Entrevista publicada en
https://arteducatorstalk.net/es/?interview=aitziber-urtasun-la-educacion-artistica-como-herramienta-social
--
Cayetano Lupeña
http://antoto.net
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