(IVÁN): GUAYAQUIL ES LIBRE PORQUE DE JESCRISTO ES TODA VICTORIA:

[vala...@hotmail.com]

Domingo, 09 de Octubre, 2016 de Nuestro Salvador Jesucristo, Guayaquil, Ecuador-Iberoamérica

(Cartas del cielo son escritas por Iván Valarezo)

(GUAYAQUIL ES LIBRE PORQUE DE JESCRISTO ES TODA VICTORIA: Muchas felicidades a nuestras familias guayaquileñas en este ida que se celebra 196 años de su independencia que Antonio José de Sucre logró del yugo español con la intervención del Altísimo y sus grandes poderes y maravillas.

Y, además, también Bolívar con José de San Martín acordaron en estos días la integración del Ecuador a Venezuela y la Nueva Granada, comprendida como la Gran Colombia de Iberoamérica.

Por ello, nuestras oraciones siempre serán por la bendición de nuestro Padre celestial, en el nombre bendito de su Hijo Jesucristo, para cada uno de sus hijos e hijas para que sean bautizados en su nombre bendito y de su Hijo amado y del Espíritu Santo, cumpliendo así con toda verdad y justicia divina del cielo y de la tierra, perpetuamente. ¡Amén!)


ISRAEL ANTIGUO VIVE EN EL MONTE SIÓN PROTEGIDO POR LA SANGRE SALPICADA:

Nuestro Padre celestial vino a Abraham porque él tenia que empezar una nueva relación con la humanidad entera, pero esta vez, tenia que ser por medio de su altar glorioso del cielo, entonces: él necesitaba que Abraham le levantase un altar que glorificaría su nombre bendito entre las naciones, perpetuamente. Ésta era la oportunidad que nuestro Padre celestial había buscado a través de los años, y siempre falló en encontrarlo hasta que conoció a Abraham: ya que él era un hombre de familia y amaba rescatar aquellos en busca de amor y familia, entonces él y su esposa Sarah rescataban niños abandonados, comprándolos de extraños por dinero.

Nuestro Padre celestial necesitaba establecer su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, y esto era exclusivamente con Abraham y su casa no solamente para sus hijos adoptados, pero también para aquellos que les había prometido tan numerosos como las estrellas del cielo, que jamás podrán serán contados por nadie hacia la eternidad. Por ello, nuestro Padre celestial llamó a Abraham ha abandonar a sus conocidos, familia y hasta la casa de su padre, porque le había preparado una tierra que es la de su amor eterno, que no solamente enriquecerá a todo obediente a él y a su nombre bendito, pero también salvarlos de Satanás y sus secuaces malvados, pecado, maldiciones y muerte infernal.

Esta seria la tierra en donde nuestro Padre celestial no solamente le dará a él y a su esposa Sarah con su vientre estéril un hijo muy especial a él y a sus hijos por nacer en futuras generaciones como la gran nación de Dios, pero también saturarlos de bendiciones y de salvación eterna para entrar a la vida angelical, perpetuamente enriquecidos. Éste será el hijo que nuestro Padre celestial puso no solamente en su corazón pero también en el de Sarah y sus hijos por nacer e incontables como la arena del mar, porque él los redimirá de Satanás, pecados, maldiciones, enfermedades, muerte y del infierno tormentoso, además, les entregara legalmente el cuerpo glorificado de carne sagrada para entrar al cielo, perpetuamente enriquecidos.

Por eso, es que fue importante para nuestro Padre celestial sentarse con Abraham en la Cena del SEÑOR, servido por su Hijo Jesucristo el pan y vino que los ángeles comen, para brillar en su divina gloria y poderes para Servir fielmente al Padre y, ahora, él necesitaba alimentar al hombre: para que su vida prístina empiece a crecer entre ellos libremente. Puesto que, nuestro Padre celestial necesitaba que Abraham y sus hijos adoptados, incluyendo Sarah, estén dispuestos a servirle a su nombre bendito al comer del pan y vino servido diariamente por su Hijo Jesucristo a los ángeles y, ahora, a Abraham y a su familia para que la vida prístina de su Hijo Jesucristo entre en el espíritu humano por completo finalmente.

Por ello, comiendo y bebiendo con nuestro Padre celestial de la Mesa del SEÑOR el pan y vino servido por su Hijo Jesucristo, entonces, milagrosamente, Abraham junto con su casa entera recibían a su Hijo amado como Isaac, para nacer en su día del vientre muerto de Sarah, por el Espíritu Santo, llenando así de esperanza las naciones con su vida prístina. Ciertamente, cuando el tiempo fue adecuado entonces nuestro Padre celestial apareció a Abraham junto con su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, para dejarle saber que su esposa Sarah iba a dar a luz a un niño, y que él tenia que nombrarlo Isaac: porque él llevaría su semilla santa de vida para que las naciones vivan al fin, para siempre.

Éste fue el pacto perfecto de vida que nuestro Padre celestial siempre buscó por años hasta que finalmente lo estableció con Abraham y su esposa Sarah, porque por medio de su vientre enfermo él les estaba dando vida en abundancia, para que llenen la tierra con su vida prístina de su Hijo Jesucristo—el nacimiento de la nación hebrea, en definitiva. Ciertamente, cuando su Hijo Jesucristo nació del vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, entonces amor y vida nacieron entre las naciones con Isaac, porque solamente él es el pacto de la carne sagrada que nuestro Padre celestial había establecido con Abraham cuando ambos comían del pan y vino, servido por las manos de su Hijo Jesucristo en perfecta santidad perpetua.

Isaac introdujo en Abraham y su familia el amor que él jamás había conocido junto con su esposa Sarah y sus hijos adoptados, que también tuvieron que venir a vivir con él en busca de éste amor maravilloso que les había sido negado tempranamente, por razones de violencias y destrucción total de sus amados en la tierra de sus hogares perdidos. Éste es el amor maravilloso, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, buscándolo incansablemente Abraham, sin encontrarlo jamás, hasta que todos hicieron un pacto de vida con nuestro Padre celestial al sentarse con él a comer del pan y vino servido en la Mesa del SEÑOR, sin pagar dinero alguno, para que finalmente conozcan el amor eterno de los ángeles.

Y cuando Isaac estaba listo para vivir su vida milagrosa con Abraham y Sarah junto con sus hijos adoptados, entonces Sarah se dio cuenta de que habría problemas si Ismael se quedase a vivir con Isaac: por eso, inmediatamente ella se dio cuenta de que la única solución para evitar problemas era de que Ismael con su madre Agar abandone el hogar. Puesto que, Isaac tenia que vivir la vida que él había introducido en el mundo que se desarrollaría no solamente en la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora, pero también ayudaría a que el amor prehistórico, descendido con él y con el Espíritu Santo, se desarrolle libremente no solamente bendiciendo a Abraham pero también a sus hijos por nacer aún.

Por ello, fue importante para Isaac crecer amando grandemente a Abraham y a Sarah junto con los hijos adoptados en el amor prehistórico, descendido con él y con el Espíritu Santo de parte de nuestro Padre celestial, para que su familia divina empiece a existir en el espíritu humano que él mismo había encontrado en el hogar de Abraham su siervo. Éste amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac, que es realmente su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, juntos los dos como en el bautismo postrero del Jordán, fue realmente para encender el altar del sacrificio continuo de la carne sagrada de Jesucristo, clavándolos eventualmente a sus hermanos y a sus hermanas con la salvación perfecta para entrar a la vida eterna enriquecidos.

Y cuando nuestro Padre celestial estuvo listo para encender el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, entonces él llamó a Abraham a que trajera a su hijo muy amado, Isaac, que había aprendido amar por algunos años ya al monte que siempre le hablara de él, y lo ofrezca como una ofrenda encendida, para siempre. Sobre el altar, Abraham entonces ató a su hijo Isaac, asegurándolo sobre el madero que había cortado para encender el fuego, y cuando estuvo listo para matar a su hijo, derramando así la sangre reparadora sobre él y el leño, entonces se oyó la voz de Dios, descendiendo del cielo por medio de su Hijo Jesucristo, para que no hiera al niño.

Nuestro Padre celestial detuvo a Abraham de herir a su hijo Isaac, porque es su Hijo Jesucristo no solamente con su nombre santo en perfecta santidad pero también lleva su semilla, dándoles vida a sus hijos: por ello, Abraham no podía herirlo para derramar su sangre reparadora--sólo Dios tenia el derecho legal de hacerlo así y en su día únicamente. Y en los días de Abraham, no era el día adecuado para derramar su semilla, por ello, él tenia que ser detenido de salpicar la sangre santísima sobre el altar y el madero para encender el fuego del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, salvando así a Abraham y a todo creyente del pecado y el infierno.

Nuestro Padre celestial le dijo a Abraham: Ahora yo sé que tú me obedecerás en lo que te mande hacer, ya que no me has negado tú único hijo, sin embargo tú me lo diste como una ofrenda encendida delante de mí, así como te ordené que lo hicieres sobre mi altar del monte Sión para redimir las naciones, perpetuamente. Por eso, yo siempre te bendeciré grandemente entre las naciones, porque obedeciste mi voz y jamás me negaste a tú único hijo Isaac, el que yo mismo te di para que aprendas junto con todos los hijos que te he dado a amarme, servirme y glorificarme a mí y a mi nombre bendito sobre el altar del amor eterno hacia la eternidad.

Habiendo nuestro Padre celestial bendecido a Abraham porque lo obedeció hasta el grado que estuvo a punto de sacrificar a su único hijo Isaac sólo para agradarle a él que vive en el cielo, para que su verdad y su justicia prevalezcan en él y en su esposa Sarah junto con sus hijos adoptados viviendo en su hogar, entonces fue enriquecido y aceptado divinamente. A tiempo, nuestro Padre celestial mismo le otorgó un cordero que se encontraba entrabado de los cuernos entre las ramas de dos árboles que habían crecido juntos, entonces ambos Abraham e Isaac cogieron al cordero para ofrecerlo a nuestro Padre celestial, para que su sacrificio continuo empiece ya a arder eternamente sobre su altar del amor prehistórico, descendió del cielo.

Aquí es cuando los dos árboles enredados por sus ramas capturaron el cordero para el sacrificio del día por Abraham e Isaac ante nuestro Padre celestial y, entonces, cuando la sangre corría en vez de la de Isaac, instantáneamente el pecado de Adán y Eva de haber comido del fruto prohibido, del árbol de la ciencia del bien y del mal, fue perdonado. Nuestro Padre celestial aceptó el sacrificio del cordero del día sobre su monte Sión, descansando sobre el monte Moriah, y así Adán y Eva fueron perdonados por haber comido del fruto prohibido, que contaminó inicialmente la carne sagrada, los huesos inquebrantables y la sangre reparadora del sacrificio continuo de su Hijo Jesucristo sobre el monte Sión y su altar del amor prehistórico.

Abraham e Isaac regresaron a Sarah y a los hijos adoptados aquel día con grandes bendiciones de parte de nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, porque ambos habían sacrificado el cordero del día que quitó el pecado de Adán y Eva, para que eventualmente ellos reciban al Cordero de Dios con clavos para salvación de sus hijos. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial preparó el monte Sión, su dulce hogar, junto con el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, incendiándolo a tiempo por ellos mismos cuando sacrificaron su voluntad perfecta sobre su altar, cubriendo el pecado de Adán y Eva y así reciban a su Jesucristo con clavos para salvación de sus hijos.

Éste sacrificio que nuestro Padre celestial aceptó de Abraham e Isaac sobre el monte Sión y su altar del amor prehistórico que ambos habían encendido con su fuego eterno, entonces le dio vida a Jacobo: para que él establezca un pacto importante con nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo cuando caminaba hacia Paddan-aram en busca de su esposa. Éste pacto de vida fue muy importante para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y principalmente para el Espíritu Santo, porque Jacobo es su primogénito en la tierra y su Hijo Jesucristo es su primogénito del cielo y, por ello, cuando Jacobo caminaba hacia Paddan-aram en busca de su esposa, entonces lo puso a dormir, cerca de un pueblo llamado Luz.

Ciertamente, Jacobo se encontró muy cansado del camino que tomó una roca del área y la puso debajo de su cabeza para descansar, y mientras dormía nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo fueron visibles a él sobre el monte Sión, su dulce hogar, en donde vio a muchos ángeles subir y bajar de la escalera de Jacobo. Aquí es cuando Jacobo le dijo al Espíritu Santo: sí tú me bendices, me vistes, me das de comer, me proteges del mal y te aseguras que yo llegue sano y salvo a la casa de los primos de mi padre Isaac en Paddan-aram, porque camino hacia allá en busca de mi esposa, entonces tú serás mi Dios para toda la eternidad.

Y el Espíritu Santo recibió su oración, bendiciéndolo con su esposa que él mismo como Dios suyo la escogió de entre las hijas de sus parientes, dándose cuenta así Jacobo finalmente que el Padre estaba con él por el pacto establecido con su Espíritu Santo, por tanto, su esposa le dio hijos, estableciendo así la familia que eventualmente daría a luz a Jesucristo. Jacobo empezó a tener hijos y sus hijos tuvieron hijos sin darse cuenta al fin de que la nación hebrea que Dios siempre había soñado de ella, entonces nacía como su familia divina entre las naciones, para que Israel ya sea establecía como nación entre muchas familias para cumplir con su única voluntad perfecta por medio de su Hijo Jesucristo.

La familia de Jacobo continuó creciendo que eventualmente empezaron a vivir en Egipto como invitados de su hijo José que había alcanzado ser el segundo en mando después de Faraón, y Jacobo tenia que entrar en Egipto a vivir allí con José: porque la profecía de las siete vacas feas había empezado a desarrollarse, que el hambre ya cubría la tierra entera. Y nuestro Padre celestial llevó a Jacobo a Egipto no solamente para salvarlo a él y a su familia del hambre mundial, pero también para alimentarlos con lo mejor de la tierra, porque en Egipto: ellos vendrían a ser la nación de sus sueños eternos, alimentados con las riquezas de las naciones para que le amen, le sirvan y lo glorifiquen, perpetuamente.

Nuestro Padre celestial como un Padre responsable alimento a sus hijos con lo mejor del mundo, y esto significa que las naciones trajeron para Israel lo mejor que poseían en sus tierras y así Israel creció rodeado cada día de abundantes riquezas incalculables por más de cuatrocientos años, porque el día venia ya cuando los sacaría para conquistar Canaán con grandes poderes. Por ello, Israel tenia que crecer en medio de grandes riquezas incalculables jamás de Egipto y de las naciones, para que todos ellos crezcan no como una nación débil sino como una rica y fuerte para entregarles a poseer su nombre todopoderoso, que jamás se lo entrego a nadie—pero a Israel sí: escapando así del cautiverio y de la carne pecadora.

Esto nos dice también que los hijos de Dios jamás sufrieron la falta de nada en todo Egipto, porque él los necesitaba creciendo siempre saludables, y enriquecidos grandemente, porque ya se los llevaba por el desierto del Sinaí para encontrarse con él cara a cara sobre su monte santo y su altar del amor prehistórico, ardiendo con grandes pasiones por ellos, como siempre. Además, ellos tenían que andar por medio de tierras hostiles a ellos que poseían poderosos ejércitos y esperaban para recibirlos con espada y fuego, puesto que, Satanás los quería derrotados por completo, ya que no quería verlos victoriosos en Canaán para nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, entonces: si, Satanás buscaba destruirlos si fuese posible, y cuanto antes mejor.

Por consiguiente, después de los hebreos haber cruzado el mar Rojo en seco cuando Moisés invocaba su nombre todopoderoso y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces la carne pecadora fue abandonada con sus días malos: tomando así la carne sagrada y sus días de bendiciones para amar, servir y glorificar a nuestro Padre y su nombre santo, perpetuamente. Éste bautismo de agua, al invocar el nombre del Padre, el del Hijo y del Espíritu Santo, fue importante para todos en Israel y para nuestro Padre celestial, porque fue debajo de las aguas en donde abandonaron sus carnes pecadoras para tomar la carne sagrada del pacto de vida establecido con Abraham para amar, servir y glorificarlo a él finalmente hacia la eternidad.

Realmente, sin el bautismo de agua Israel no solamente seguirá viviendo en la carne pecadora con sus días malos y eternos, pero también por siempre fallaran de conocer a nuestro Padre celestial, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo, además morirán para descender al infierno tormentoso perpetuamente condenados sólo para conocer el dolor y la eterna desolación, para siempre. Por eso, es que ellos tenían que ser bautizados en agua en el nombre del Padre, del Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para que puedan adquirir la perfecta santidad no solamente para deshacerse de la carne pecadora con sus días malos, descendiendo al infierno tormentoso, pero también para entrar en la carne sagrada, conociendo su nombre bendito perfectamente, para siempre.

Ciertamente, los hebreos necesitaban ser bautizados en agua y en su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para poseer la perfecta santidad de conocer su nombre y la vida maravillosa preparada divinamente para cada uno de ellos, para que vivan la vida que realmente los ama poderosamente en la tierra y en el cielo, perpetuamente. Puesto que, todo aquel que falla en ser bautizado en agua, y esto puede ser en la tina de tu casa, la piscina, el río o la playa cercana, entonces aquel ha fallado ante el Padre celestial de cumplir con toda verdad y justicia divina, y así no te aceptara jamás sobre su altar del amor prehistórico ni menos bendecirte cada día.

Además, al fallar de ser bautizado en agua en su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces tú le estarás diciendo que no lo amas a él ni a su nombre santo, porque el fruto prohibido que la carne pecadora comió con Adán y Eva en el paraíso le dice éstas palabras terribles cada día. Por eso, es que nuestro Padre celestial les dijo a Adán y a Eva, después de haber ambos comido del fruto prohibido, y asegurándoles de que: Del polvo los tome en el día que los forme en mi imagen para vivir conforme a la semejanza celestial (y esto es del cuerpo glorificado de su Hijo Jesucristo), entonces todos regresaran al polvo irremisiblemente.

Después de pronunciar éste juicio nuestro Padre celestial en contra de Adán y Eva junto con sus hijos igualmente, entonces fueron inmediatamente transferidos a la tierra para vivir el resto de sus días, porque él no los condenó a muerte, sino para que sean bautizados en agua, abandonando la carne pecadora por la carne sagrada: regresando así al paraíso instantáneamente justificados, perpetuamente. Sin embargo, aquellos que fallaron en bautizarse en agua, invocando su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces su carne pecadora descenderá con ellos hacia la región de las almas perdidas, para volverse polvo como en el comienzo, ya que éste es el juicio divino en contra del fruto prohibido en toda alma viviente, para siempre.

Por eso, es que si has fallado en bautizarte, invocando su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, entonces, inmediatamente, tú descenderás hacia la región del infierno tormentoso solamente para conocer el dolor, sufrimiento y la eterna destrucción para resucitar culpable en el Día del Juicio por no haber cumplido con toda verdad y justicia divina. Y estas son verdades y justicias que tu perfectamente puedes adquirir en cualquier momento al bautizarte en agua en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque al tú entrar en el agua perfecta santidad te recibirá, removiendo instantáneamente la carne pecadora por la carne sagrada que está llena de toda verdad y justicia eterna: Salvándote, para siempre.

Y es aquí, cuando tú nombre entra en el libro de la vida, porque has creído en su nombre bendito y en el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, para remover la carne pecadora con perfecta fe y así recibir la carne sagrada que perpetuamente vestirás en el Camino de Santidad, llevándote hacia el altar del amor prehistórico. Y es en éste altar, en donde nuestro Padre celestial espera por ti para encontrarse contigo en persona, porque él tiene que abrazarte y así bautizarte con él mismo en el Espíritu Santo, para que renazcas de su imagen y de su alma viviente para ser su hijo legitimo lleno de su perfecta santidad para heredar el cielo, perpetuamente justificado hacia la eternidad.

Éste altar de su amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo, es su dulce hogar, el monte Sión, ardiendo apasionadamente, en donde él ha orado por ti, ungiéndote con su Espíritu Santo, por tanto, al tú caminar en su vida, entonces tú siempre caminaras hacia él, en donde él tiene sus brazos abiertos para recibirte en su corazón, perpetuamente. Éste es el altar, en donde nuestro Padre celestial no solamente te recibirá como su hijo así como cuando llamó a Abraham a su monte santo con su hijo Isaac, para que lo ponga sobre su altar, ofreciéndolo como en una ofrenda continua, encendiendo así el fuego de su amor eterno que jamás cesara de arder apasionadamente, para ser tú amigo fiel siempre.

Pues bien, es en éste altar del amor prehistórico, en donde nuestro Padre celestial te recibirá también con tus oraciones cada vez que ores hacia él en su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, ya que ésta es la perfecta santidad que él le entregó a Moisés sobre el monte Sinaí para que Israel posea poderes perpetuamente. Por cuanto, es únicamente en la invocación de su nombre santo en que él te oirá a ti y a los tuyos igualmente, cada vez que alguna necesidad se manifieste en tu vida inesperadamente, para que él pueda recibir tus oraciones, peticiones y intercesiones sobre su altar del amor prehistórico, descendido del cielo con Isaac y el Espíritu Santo: bendiciéndote así grandemente.

En otras palabras, nuestro Padre celestial le entrego su nombre bendito a Moisés para que Israel lo posea perpetuamente, porque éste era el nombre que él jamás se lo había confiado a nadie en toda la tierra, de su altar del amor prehistórico salió poderosamente, para él poder entonces oír sus llamados por bendición y ayuda en todo tiempo de necesidad. Éste nombre es reconocido instantáneamente por el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con él, su Hijo Jesucristo (como Isaac) y el Espíritu Santo, para que cuando quienquiera lo invoque, entonces todo el altar responderá al llamado por bendición y por ayuda inmediata, para que su nombre sea por siempre bendito entre los suyos.

Por eso, es que éste nombre muy santo de nuestro Padre celestial, de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, es muy importante para Israel y para todos de las familias de las naciones que lo aman en espíritu y en verdad, para que quienquiera que llame sea entonces enriquecido y ayudado directamente de su altar del amor prehistórico, descendido del cielo. Ahora, quizás preguntes, por ejemplo, al decir: ¿Por qué el SEÑOR no bendijo a los hebreos mientras vivían en Egipto con los Diez Mandamientos, el tabernáculo de reunión y todas las demás bendiciones que él mismo les entregó abundantemente en el desierto del Sinaí camino a la tierra prometida para poseerla para siempre?

Bien, la razón fue que primeramente todo Israel tenia que ser bautizado en el mar Rojo, invocando su nombre bendito y del su Hijo Jesucristo junto con el Espíritu Santo, ya que él únicamente le puede entregar sus mandamientos y cualquier otra bendición como el tabernáculo de reunión, si primeramente se han desecho de la carne pecadora, para siempre. Por eso, es que nuestro Padre celestial solamente podía entregarles grandes riquezas para que vivan bien alimentados, bien vestidos y bien protegidos, para que vivan con lo mejor de la vida a pesar que estaban dominados por los egipcios—y esto hizo que los egipcios los envidiaran, al ver a los hebreos gozar de las riquezas abundantes del reino de Dios.

Sin embargo, después de que fueron bautizados en el mar Rojo entonces nuestro Padre celestial estuvo listo para entregarles los mandamientos, el tabernáculo de reunión y muchas más bendiciones mientras transitaban por el desierto del Sinaí y dispuestos a conquistar Canaán—por ello, nuestro Padre celestial solamente bendice a la carne del pacto, porque le asegura amarlo grandemente cada día más. En nuestros días, el mismo principio y leyes de nuestro Padre celestial aplica a todos nosotros, ya sea que seamos judíos o gentiles, no obstante: El cielo siempre espera que te sumerjas en las aguas, invocando su nombre bendito y el de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo, porque solamente aquí es cuando eres recibido por el amor prehistórico, perpetuamente justificado.

Cuando nuestro Padre celestial vio que toda la casa de Israel era bautizada en el mar Rojo, entonces también estableció el Sábado para siempre: porque cada siete días él necesitaba a cada hombre, mujer, niño y niña que cese su trabajo, para reunirse con él en su altar del amor prehistórico para bendecirlos como su Padre creador que es, para siempre. Aquí es cuando, nuestro Padre celestial tiene una mirada muy cerca de ellos, porque él necesitaba poner su amor de Padre sobre ellos y así estar siempre con ellos todo el tiempo posible: visto que, iban a morir, descendiendo al Valle de los huesos secos—y esto era así con toda la casa de Israel por las generaciones venideras.

Por amor a Israel, nuestro Padre celestial los tenia siempre juntos al pie de su altar del amor prehistórico cada siete días, porque tenia que tenerlos listos para descender al Valle de los huesos secos, puesto que seguían sin bautizarse en agua para que así cumplan con toda verdad y justicia divina, pero también para redimirlos milagrosamente en su día señalado. Ciertamente, toda la casa de Israel siempre estuvo con él, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo en el altar del amor prehistórico, descendido del cielo con la carne sagrada y la sangre reparadora, ardiendo apasionadamente con su amor eterno: para él amarlos, pero también prepararlos para el Valle de muerte, resucitándolos en el día señalado, para regresar pronto a Canaán.

Puesto que, nuestro Padre celestial les había prometido que los visitaría con grandes misericordias y amor eterno, levantándolos así de la muerte, abriendo sus tumbas en donde habían terminado sus días en las naciones: porque ya pronto los restauraría por completo a sus tierras y hogares así como en el pasado con todos los suyos. Ciertamente, al nuestro Padre celestial hacer estas promesas de vida a su pueblo que ya yacía en el Valle de los huesos secos por muchos años, entonces él estaba manifestando su poder divino nunca antes detectado por ninguna nación—y esto fue que él estaba dispuesto a convertir su cementerio en un lugar santo y lleno de vida por doquiera por sus hijos.

Nadie lo pensó así posible jamás, pero esto es exactamente lo que nuestro Padre celestial tenia en mente hacer con sus hijos, toda la casa de Israel que había descendido al Valle de muerte porque se olvidaron de bautizarse en agua invocando su nombre bendito para complacer, obedientemente, a toda verdad y justicia para salvación eterna de todos, y para siempre. Una vez que nuestro Padre celestial envió a su Hijo Jesucristo a nacer del vientre virgen de la hija de David, por el Espíritu Santo, entonces esto fue hecho divinamente: porque él tenia que redimir a Israel: destruyendo a Satanás y la muerte junto con sus ángeles caídos y cada obra malvada, sólo con la carne sagrada salpicando su semilla (sangre) sobre Israel.

Realmente, éste es el lugar santo en donde su Hijo Jesucristo hablaba con Moisés sumergido en el altar del amor prehistórico que se descalce, le decía, porque en donde estás parado tierra santa es—un lugar santo perpetuamente: porque allí es en donde él seria clavado a Adán y Eva y con toda la casa de Israel del Valle de muerte: ¡Salvándolos! Es decir, que cuando su Hijo Jesucristo fue bautizado en el Jordán por Juan el Bautista, cumpliendo con toda verdad y justicia para la casa de Israel tendida en el Valle de muerte, entonces él empezó su ministerio de lleno junto con el Espíritu Santo, descendido del Padre para destruir primeramente a Satanás y a la muerte, para siempre.

Nuestro Padre celestial necesitaba destruir a Satanás, la muerte y a los ángeles caídos por la carne sagrada que ellos mismos habían causado a Eva comer del fruto prohibido, cuando la serpiente le mentía que podía comer de él, del árbol de la ciencia del bien y del mal, para que ambos sean como Dios: conociendo el bien y el mal siempre. Nuestro Padre celestial tenia que hacer que Satanás, el ángel de la muerte y los ángeles caídos coman del fruto del árbol de la vida que es su Hijo Jesucristo y su verbo (la palabra de Dios), para matarlos con su perfecta justicia y verdad para que Israel con Adán y Eva resuciten con los hijos sin vida aún tendidos en sus tumbas.

Sin Satanás, la muerte y los ángeles caídos darse cuenta, que comían del fruto de vida que es su Hijo Jesucristo y su palabra viva de la boca de nuestro Padre celestial como la espada destruyendo toda maldad no solamente de Adán y Eva pero también de toda la casa de Israel en el Valle de muerte, entonces sucumbieron todos los diablos eternamente. Habiendo nuestro Padre celestial destruido a Satanás, la muerte y los ángeles caídos por su palabra que salió de su boca santa apuntando a destruir todo mal que su Hijo Jesucristo encontró en las familias hebreas, entonces Jesucristo oyó al Padre decir: ¡Muerte! Yo soy tu muerte—aquí es cuando Israel que yacía en el Valle de muerte fue liberado nuevamente.

Habiendo nuestro Padre celestial destruido a Satanás, la muerte y los ángeles caídos por los poderes de su palabra hablada por medio de la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, entonces él estaba listo para derramar de su semilla santa corriendo por el corazón de su Hijo amado, salpicándola todo sobre Israel del Valle de muerte, para que regrese a Canaán. Nuestro Padre celestial levantó a su Hijo Jesucristo junto con Adán y Eva para ser todos clavados perpetuamente a la casa de Israel, que también había ya levantado a su altar del amor prehistórico, entonces, con clavos los unió a la carne sagrada que había destruido por completo a Satanás, la muerte, el pecado, maldiciones, enfermedades y el infierno, para siempre.

Así es como nuestro Padre celestial tornó el Valle de muerte, que realmente es el Valle de las almas perdidas, en un lugar santísimo, clavando a sus hijos a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo que no solamente les entregó el cuerpo glorificado para vivir eternamente, pero también los bautismos del Espíritu Santo y del Jordán, conquistando así a Canaán nuevamente. Ahora, Israel está salpicada de la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo sobre la cruz que no solamente unió con clavos a Adán y Eva junto con sus hijos, pero también a toda la casa de Israel, regresando así a la vida eternamente enriquecidos: porque todos ya están bautizados del Espíritu Santo y del Jordán para recibir del Padre nuevamente a Canaán.

Esto nos dice también que toda la casa de Israel puede regresar no solamente a la vida pero también a poseer a Canaán nuevamente, y esta vez para siempre, porque ellos regresaran a destruir no solamente lo que los mató en el comienzo pero también les impide ascender al paraíso—y estos son los ídolos de adoración que tienen que quitarlos de Canaán. Una vez que Israel quita todos estos ídolos abominables enterrados en la tierra de Canaán por ellos mismos, entonces nuestro Padre celestial les va a entregar la tierra prometida a todas las familias hebreas nuevamente, porque su palabra dada a Moisés tiene su cumplimiento, cuando dijo: Tú e Israel regresaran al monte Sión a servir a Dios, para siempre.

Éste es el dulce hogar de nuestro Padre celestial salpicada en los dinteles de sus puertas con la sangre de su Hijo Jesucristo que él mismo derramó, ya que únicamente él podía derramarla sobre todo Israel y todos los demás hasta nuestros días, por ende la puerta de tu hogar, de tu vehículo, bote, avión puede ser salpicada para protegerte de Satanás. Por eso, es que nuestro Padre celestial necesita que clames por la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo que es su semilla en el vientre estéril de Sarah, por el Espíritu Santo, dándonos a Isaac con su carne sagrada y el amor prehistórico, y últimamente del vientre virgen de la hija de David nació la carne sagrada de Jesucristo: destruyendo a Satanás finalmente.

Nuestro Padre celestial divinamente destruyó a Satanás y la muerte con su semilla puesta con su nombre santo en la carne sagrada de su Hijo Jesucristo, porque él necesitaba destruir a Satanás y sus mentiras con su semilla viva que está en la sangre de su Hijo, salpicada sobre su dulce hogar y en donde Israel vive para regresar pronto a Canaán. Israel, que una vez yació en el Valle de muerte eternamente sin esperanza y destruido completamente, nuestro Padre celestial salpicó su semilla sobre ellos, clavándolos a la carne sagrada de su Hijo Jesucristo como el Santo de Israel, para que regresen a la vida llena de amor, alegrías y gozos sin fin sólo para descansar en la paz de La Nueva Jerusalén celestial.

La semilla de Nuestro Padre celestial está en la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo salpicada no solamente sobre Adán y Eva junto con los hijos, cubriéndolos de todas las mentiras de Satanás, pero también salpicó sobre la casa de Israel, capacitándolos para reposeer Canaán y su altar del amor eterno, ardiendo apasionadamente por su gran victoria sobre Satanás y la muerte. En éste altar del amor prehistórico, tú también junto con todos los tuyos y amistades puedes vivir bajo la protección de la sangre reparadora del Cordero de Dios, para que cuando Satanás vea la sangre salpicada sobre la puerta de la casa de Dios que es la cruz, entonces él regresara por donde venia para jamás volverte a molestar.

Esto nos dice que al tú clamar por la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo cubriendo las familias y hogares de la casa de Israel, clavados todos ellos a la carne sagrada sobre la cruz del monte Sión, entonces la misma sangre antigua salpicada sobre el dulce hogar de Dios, descenderá, salpicando, cubriendo tu casa, carro, bote, avión y cada puerta tuya. Tú vivirás completamente protegido por la sangre de su Hijo Jesucristo salpicada sobre su dulce hogar, que es el monte Sión con su cruz eterna: porque nuestro Padre celestial tiene que asegurar diariamente la integridad de Israel que regresa ya a Canaán y su altar del amor eterno: amándolo, sirviéndole y glorificando y así se mantengan santos hasta entonces y para siempre.

Por eso, es que nuestro Padre celestial necesita que tú también clames por los tuyos para que la sangre reparadora de su Hijo Jesucristo salpicada sobre la cruz, protegiendo la puerta de su casa y a los hijos de Abraham que ya regresan a Canaán, bendiga a los tuyos igualmente, conquistando nuevas glorias en Israel y en las naciones del mundo entero. ¡Amén!

ANCIENT ISRAEL IS LIVING NOW AT MOUNT ZION PROTECTED BY THE SPILLED BLOOD:

Our heavenly Father came to Abraham because He needed to begin a new relationship with humankind, but this time, it had to be through His glorious altar from heaven above, and so, He needed Abraham to built Him an altar that will glorify His holy name in the midst of the nations, perpetually. This was the opportunity that our heavenly Father had been searching for through the years, and He failed to find it until He came to know Abraham, because he was a family man and loved to rescue those that were in need of family love, and so, he with his wife Sarah rescued abandoned children by buying them with money from foreigners.

Our heavenly Father wanted to establish His altar of the prehistoric love, descended from heaven above, with Abraham and his entire household not only of children that he had adopted but also with those that He will give him as many as the stars from heaven above that no one will ever be able to count them into eternity. Our heavenly Father called Abraham to abandon his friends, family and even his father’s home, because He had prepared a land that will become the land of His eternal love that will not only be able to bless everyone obedient to Him and His holy name, but also save them from Satan and his cronies along with sin, curses, and hell’s torment.

This will be the land where our heavenly Father will not only grant him and his wife Sarah with her barren-womb a son that will be very especial to him and his children to be born after him in the generations to come, but also fill them with blessings from heaven above and salvation to enter eternal life forever saved. This will be the son that our heavenly Father had placed not only in his heart but also in Sarah’s and the children to be born as countless as the seashore sand, because he will save them from Satan’s wicked powers, sin, curses, infirmities, death and hell’s torment, moreover grant them the glorified-body of the sacred-flesh to enter heaven’s glory forever blessed.

That is why, that it was important for our heavenly Father for Abraham to sit with Him at the Lord’s Table to eat the bread and wine daily served by His Son Jesus Christ to the angels, so they may glow in his divine glory and powers to serve Him, and now, he needed to feed men for his pristine-life to start. For our heavenly Father needed Abraham and his men, including his wife Sarah, to be fit to serve Him and His holy name as they ate and drank from the bread and wine that is daily served by His Son to the angelical hosts, and now to Abraham and his family for His Son’s pristine-life to enter the human spirit at last.

Therefore, by eating and drinking with our heavenly Father at the Lord’s Table the bread and wine served daily by His Son Jesus Christ, then, miraculously, Abraham along with his entire household was receiving His Son Jesus Christ as Isaac, to be born in due time from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit amazing powers, to fill the nations with His pristine-life. Certainly, when the time was adequate then our heavenly Father appeared to Abraham along with His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, to let him know that his wife Sarah was going to give birth to a child, and he will be named him Isaac, because he will be His seed of life for the nations to live at last.

This was the perfect pact of life that our heavenly Father had been searching for through the years until He finally established it with Abraham and his wife Sarah, because through her barren-womb He was giving them life in abundance, so they may fill the earth with His pristine-life that is His Son Jesus Christ—the birth of the nation of God, Israel. Certainly, when His Son Jesus Christ was born from Sarah’s barren-womb, by the Holy Spirit’s powers, then love and life was born in the midst of the nations as Isaac, because he alone is the pact of the sacred-flesh that our heavenly Father had established with Abraham as both ate the bread and wine from His Son’s hands filled with perfect Righteousness.

Isaac brought into Abraham’s family the love that he had never known in his entire life along with his wife Sarah and the adoptive children that also had come to live with him in search for this wonderful love that it had been denied to them due to violence and terrible destruction of their loved ones in their homelands. This is the amazing love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, that they had searched for, but they always failed to find it, until they made a pact of life with our heavenly Father by just eating the bread and wine set at the Lord’s Table for everyone to eat without money, so they may know love finally.

As Isaac was set to live his miracle life with Abraham and Sarah his wife along with the adoptive children, then Sarah realized that there will be trouble if Ishmael will stay to live with Isaac, and so, she immediately realized that the only solution to avoid any conflicts then it was to let Ishmael with his mother Hagar to leave. For Isaac needed to live the life that he had brought into the world that will develop not only within the sacred-flesh, the unbreakable bones, the atoning-blood but also help to grow in the prehistoric love that had descended with him and the Holy Spirit not only to bless Abraham but also the children to be born yet in the coming generations.

Therefore, it was important for Isaac to grow loving Abraham and Sarah along with his adoptive brothers in the prehistoric love that had descended with him and the Holy Spirit from our heavenly Father, so His divine family life will begin to exist with the human spirit that our heavenly Father found in Abraham’s household. This prehistoric love, descended from heaven above with Isaac that is His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, it was to ignite forever the altar that will become the supreme sacrifice of His Son’s sacred-flesh, unbreakable bones and the atoning-blood nailed to his brothers and sisters into the billions thus to grant them the perfection to return to heaven forever justified.

And when our heavenly Father was ready to ignite His altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, then He called Abraham to bring to the place that He will show him his son that he had learned to love dearly over the years thus to offer him as an eternal burnt offering. At the altar, Abraham tied his son Isaac and placed him over the wood that he had prepared to start the fire, and when he was set to kill his son Isaac thus to shed the blood over him and the wood, then our heavenly spoke out from heaven above through His Son Jesus Christ to stop him from hurting his son.

Our heavenly Father stopped Abraham from hurting his son Isaac, because Isaac is His Son Jesus Christ not only bearing His holy name in perfect holiness forever but also he alone bears His divine seed giving life to His children, and so, Abraham did not have the right to spill it—only He had the right to do it in due time. In the days of Abraham, it was not the right time to do it, therefore: he had to be stopped from killing and shedding his son Isaac’s blood over the altar and the wood thus to ignite the altar of the prehistoric love, descended from heaven with Isaac and the Holy Spirit, to save Abraham and everyone else from sin and hell, forever.

Our heavenly Father said to Abraham: Now I know that you will obey me in everything that I will command you to do, because you have not denied me your only son, instead you gave him to me as the nonstop sacrifice burnt offering that I called you to execute over my altar that is Mount Zion for the nations, everlastingly. I will certainly bless you greatly in the midst of the nations, because you have obeyed my voice and never denied to me your only son Isaac, the son that I had given you so you may learn along with the children to love, serve and glorify me and my holy name over this altar of my divine-love forever into eternity.

Having our heavenly Father blessed Abraham because he obeyed to the point that he was about to sacrifice his only son Isaac just to please Him that is heaven, so His truth and justice may prevail in his life and that of his wife Sarah and the adoptive children that he had with him at home, then he was blessed again unexpectedly. Timely, our heavenly Father granted a lamb that was caught by the horns in the near by trees that had grown together with their twigs crossed to each other, and so, they both got up from the altar of our heavenly Father to catch the lamb thus to offer it unto our heavenly Father, so His nonstop sacrifice may go ahead immediately.

This is when Adam and Eve as the two trees tangled their twigs caught the lamb to be sacrificed by Abraham and Isaac before our heavenly Father, and so, as the lamb’s blood is shed instead of Isaac’s, then forgiveness for their sin may come for having eaten from the forbidden fruit, from the tree of knowledge of good and evil. Our heavenly Father accepted Abraham and Isaac sacrificial lamb of that day over Mount Zion, resting over Mount Moriah, and so Adam and Eve were forgiven from having eaten from the forbidden fruit that contaminated the sacred-flesh, the unbreakable bones and the atoning-blood for the continuous sacrifice of His Son Jesus Christ over Mount Zion and the altar of the prehistoric love.

Abraham and Isaac returned to Sarah and the adoptive children at home with many especial blessings from our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, because they had both executed the sacrifice of the lamb of the day that erase forever for Adam and Eve’s sin, so they may finally receive God’s Lamb with nails for everyone’s salvation. This when our heavenly Father prepared Mount Zion, His home-sweet-home, along with the altar of the prehistoric love, descended from heaven with Isaac and the Holy Spirit, ignited timely by Abraham and Isaac as they both executed His will over His altar to have Adam and Eve’s sin forgiven thus to receive His Son Jesus Christ with nails for the children’s lasting-salvation.

This sacrifice that our heavenly Father accepted from Abraham and Isaac over Mount Zion and the altar of the prehistoric love that they both ignited gave birth timely to Jacob, so he may establish an important pact with our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit while he was on his way to Paddan-aram to meet his wife. This pact of life was very important for our heavenly Father, His Son Jesus Christ and mainly the Holy Spirit, because he is our heavenly Father’s firstborn on earth while His Son Jesus Christ is His firstborn in heaven’s glory, and so, while Jacob was on his way to his father’s relatives at Paddan-aram, then He put him to sleep.

Indeed, Jacob found himself very tired that he took a rock from the area and placed it under his head to sleep soundly, and while he was in his deep sleep our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit became visible to him over Mount Zion, God’s home-sweet-home, where he saw angels going up and down Jacob’s ladder. This is when Jacob said to the Holy Spirit: if you bless me, dress me, protect me from all harm, and you make sure that I will make it alive and well at my father’s relatives home in Paddan-aram, because I am on my way there to meet my wife, then you will be my God forever and ever into eternity.

And the Holy Spirit received his prayer and blessed him with his wife that he had picked from one of his father’s relatives’ daughters that Jacob realized that our heavenly Father was with him through the pact that he had established with the Holy Spirit, and so, his wife gave him children thus establishing the family that he wanted to have always. Jacob began to have children and his children also have children that without realizing it the nation that our heavenly Father had always dreamed to have just as his early dreams to have his own family, then Israel as a nation was being born in the midst of the nations thus to execute His grand will through His Son Jesus Christ, forever.

Jacob’s family continued to grow that they finally end up living in Egypt as invitees of his son Joseph that had become the second-in-command before Pharaoh, and Jacob had to go into Egypt to live there with his son Joseph, because the prophecy of the seven ugly-looking-cows had begun to develop thus causing the entire earth to suffer devastating famine everywhere. And our heavenly Father had to take Jacob into Egypt not only to save him and his family from famine, but also to feed them from the best of the land, because within Egypt: they will become His dream nation fed very well with the richness of the nations thus to love, serve and glorify Him and His holy name, everlastingly.

Our heavenly Father as a responsible Father had to feed His children with the best of the land and that meant to have the nations bringing into Egypt the best they had for Israel to grow surrounded with amazing earthly richest for four-hundred and thirty years, because the day was coming when He will take them out to conquer Canaan. Therefore, they had to grow in the midst of the richness of the Egyptian land and of the nations so they may grow to become not a weak nation but a powerful one that He may be able to grant them to possess His holy name, and this is His holiest name that He never gave to any one before.

That is to say, also that His children they never suffered the lack of anything because He needed them to grow wealthy, healthy and very rich, since very soon they will be going out into the Sinai desert to meet Him face-to-face over Jerusalem’s holy hill and His altar of the prehistoric love, burning wildly for their salvation as always, into eternity. Moreover, they had to go through hostile lands where there were nations with powerful armies waiting for them to cross their land, and Satan wanted to defeat them, because he did not want them to conquer the land of Canaan for our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, and so, he had to destroy them completely if possible.

Therefore, after the Israelis had crossed the Red Sea in dried land as Moses invoked His holy name and that of His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, then the sinful-flesh was abandoned with the wicked days: to take on the sacred-flesh and the blessed days thus to love, serve and glorify our heavenly Father and His holy name, everlastingly. This baptism in water by invoking The Father, the Son and the Holy Spirit was very important for everyone within Israel and our heavenly Father, because it is under the water where they will abandon their sinful-flesh to take on the sacred-flesh of the pact of life established with Abraham thus to love, serve and glorify Him at last into eternity.

Truthfully, without this water baptism Israel will not only continue to live in the sinful-flesh with its wicked days, but also they will constantly fail to know our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, moreover they will die to descend into hell’s torment forever cursed only to know pain and eternal desolation into all eternity to come. That is why, that they needed to get baptized in water in the name of the Father, the Son and of the Holy Spirit, so they may acquire the perfect holiness not only to get rid of the sinful-flesh with its wicked days but also enter into the sacred-flesh of the pact thus to know His holy name to perfection always.

Surely, the Israelites needed to get baptized in water in His name and that of His Son and the Holy Spirit, so they may possess the perfect holiness to know His holy name and the wonderful life that He had prepared for each one of them thus to live the blessed-life that truly loves them always on earth and heaven, perpetually. For the truth is that any one that fails to get baptize in water, and this could be in your home bathtub, pool, river or nearby beach, then you have failed before our heavenly Father to fulfill truth and justice for Him not only to accept you over His altar of the prehistoric love but also to bless you every day supernaturally.

Moreover, by failing to get baptized in water in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit then you are telling Him that you do not love Him and His holy name, because the sinful-flesh that ate from the forbidden fruit with Adam and Eve tells Him these wicked words constantly. That is why, that our heavenly Father told Adam and Eve after they had both eaten from the forbidden fruit, by saying: From the dust I took you the day I formed you in my image thus to live in my likeness (and this is His Son Jesus Christ’s likeness of the glorified-body), then you must return to the dust.

After this judgment was pronounced by our heavenly Father against Adam and Eve along with the children also, then they were immediately transferred to the earth to live the rest of their lives, because our Father did not condemn them to death, but to get baptized in water, abandoning the sinful-flesh to take on the sacred-flesh: returning instantly to paradise forever blessed. However, those that failed to get baptized in water by invoking His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit then their sinful-flesh will descend with them into the region of the lost souls, so it may be destroyed by becoming dust as in the beginning, because this is our Father’s final judgment against the forbidden fruit.

That is why, that if you have failed to get baptized by invoking His holy name and that of His Son and of the Holy Spirit, then, immediately, you will descend into the regions of hell’s torment only to savor pain, suffering and eternal destruction to resurrect on Judgment Day to be judged guilty for lacking truth and justice. And these are truth and justice that you can perfectly acquire them anytime by just getting under the water in the name of the Father, the Son and of the Holy Spirit, because as you enter the water perfect holiness will receive you thus to remove the sinful-flesh, replacing it instantly with the sacred-flesh that is filled with truth and justice perpetually.

It is here when your name is written in the book of life because you have believed in His name and that of His Son and of the Holy Spirit, to remove the sinful-flesh with perfect faith thus to receive the sacred-flesh that will always dress you in the Highway of Holiness leading you to the altar of the prehistoric love. It is at this altar that our heavenly Father is waiting to meet you in person, because He has to embrace you thus to baptize you with the Holy Spirit, so you may become reborn from His image and living-soul to become His legitimate child filled with the perfect holiness to enter eternal life in heaven’s glory forever justified into eternity.

This altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit, is His home-sweet-home, Mount Zion burning wildly, where He has prayed for you and anointed you with the Holy Spirit, and so, as you may step out into life then you will always walk back towards Him where He has His arms opened for you. This is the altar where our heavenly Father will not only receive you as His child as when He called Abraham to the mountaintop with his only son Isaac, so he may place him over the altar thus to sacrifice him as a burnt offering, igniting the fire of love that has never ceased to burn, but also become your unique close-friend.

Well, it is within this altar of the prehistoric love, where our heavenly Father will also receive your prayers every time that you may pray to Him in His name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, because this is the perfect holiness that He granted to Moses over Mount Sinai for Israel to possess always. Inasmuch as, it is only in the invocation of this very holy name that He will listen to you and to your loved ones whenever any need may appear in your life unexpectedly, so He may receive your prayers, petitions and intercessions at His altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Isaac and the Holy Spirit.

In other words, our heavenly Father granted His very holy name to Moses for Israel to possess it forever, because this is the name that He has never given it to anyone on earth, from His altar of the prehistoric love, so He may be able to hear their calls for blessing and for help in time of need. This name is recognized instantly at the altar of the prehistoric love, descended from heaven above with Him, His Son Jesus Christ (as Isaac) and the Holy Spirit, and so, whenever anyone invokes it then His entire altar will respond to the call for blessing and help instantly thus for His name to be honored and glorified always with His loved ones.

That is why, that this very holy name from our heavenly Father, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit, is very important for Israel and for anyone from the families of the nations that love Him in spirit and in truth, so you may become blessed and helped directly from His altar of the prehistoric love as you may call Him. Now, you may ask, for example, by saying: Why our heavenly Father did not bless the Israelites while they were living in Egypt with the Ten Commandments, the tabernacle of reunion and all the other powerful blessings that He granted to them in the Sinai desert?

Well, the reason was that they needed first to get baptized at the Red sea as they may invoke His holy name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, because He can only give His commandments and anything else as holy as the tabernacle of reunion only if they have gotten rid of the sinful-flesh. That is why, that our heavenly Father could only grant them richness to live well fed, well dressed and well protected, so they may live the best of life even though they were living under the dominion of the Egyptians—and this caused the Egyptians to envy them, because they enjoyed every day the best of abundance life from heaven above.

However, right after they got baptized in water at the Red sea then our heavenly Father was prepared to given the commandments, the tabernacle of reunion and many more powerful blessings while they went through the Sinai desert bound to conquer the promised land—our heavenly Father only blesses His sacred-flesh because it is telling Him that He is loved always. In our days, the same principal and laws from our heavenly Father apply to us, whether you are a Gentile or a Jew, heaven always expects you to get under the water by invoking His holy name and that of His Son Jesus Christ and of the Holy Spirit, because it is here when you are received by God’s prehistoric love, forever.

When our heavenly Father saw that the entire house of Israel had been baptized at the Red sea then also established the Sabbath with them forever, because every seventh day He needed every man, woman and child to cease all work, so they may gather with Him at His altar of the prehistoric love thus to bless them with His fatherly love. This is when our heavenly Father will have a very close look at them, because He wanted to put His fatherly love upon them but also to be with them all He could, given that, they were going to die soon descending into the Valley of the dried bones—and this is the entire house of Israel over the coming generations.

Our heavenly Father had them with Him at the foot of His altar of the prehistoric love every seventh day, because He had to get them set not only to descend into the Valley of the dried bones since they continued to fail to get baptized in water thus to fulfill all truth and justice, but also to save them miraculously soon. Surely, the entire house of Israel was with Him, His Son Jesus Christ and the Holy Spirit at His altar, of the prehistoric love, descended from heaven above with the sacred-flesh and the atoning-blood burning passionately with love: so He may love them but also get them prepared to enter into the Valley of death later to resurrect them in due time.

Our heavenly Father had promised to them that He will visit them with great mercies and everlasting love, thus to raise them from the dead, by opening every grave where they had finally finished their days of life on earth, in the midst of the nations, because He was going to restore them into their homeland as in the past. Certainly, by our heavenly Father making these powerful promises of life to His people that were already dead at the Valley of dried bones for years, then this was a display of divine-power never seen before by any people or nation—and this is that He was determined to convert a cemetery into a holy ground filled with eternal life for everyone.

No one thought it possible, but this is exactly what our heavenly Father had in mind to do with His children, the house of Israel that had descended to the Valley of death because they failed to get baptized in water by invoking His holy name thus fulfilling obediently truth and justice for salvation forever. Once our heavenly Father had sent His Son Jesus Christ to be born again from David’s virgin daughter by the Holy Spirit’s paternal powers, then this was divinely-done: because He had in His Plan of Salvation of Israel to destroy Satan and the angel of death along with his fallen angels and every wicked work ever done with His Son’s bleeding sacred-flesh.

Truthfully, this is the holy ground where His Son Jesus Christ speaking to Moses engulfed in the altar of the prehistoric love commanded him to remove his sandals, because he was standing in holy ground—holy ground forever: because this is where he will be nailed to Adam and Eve along with the house of Israel, from the Valley of death. That is to day, that when His Son Jesus Christ was baptized at the Jordan river by John the Baptize fulfilling all truth and justice for the house of Israel lying at the Valley of death, then he started his ministry along with the Holy Spirit descended from our heavenly Father to save Israel by first destroying Satan and death, forever.

Our heavenly Father needed to destroy Satan, the angel of death and the fallen angels through the sacred-flesh that they had caused Eve to eat from the forbidden fruit as the serpent convinced her that it was all right to eat from the tree of knowledge of good and evil, so both may become as God: knowing good and evil always everlastingly. Our heavenly Father had to make Satan, the angel of death along with the fallen angels to eat from the fruit of life that is His Son Jesus Christ’s divine-word (God’s sword), so he may kill them with his perfect justice and truth for Israel to become alive with Adam and Eve along with the children lying also lifeless in the grave.

Without Satan, death and the fallen angels ever realizing it, they had eaten from the fruit of life that His Son Jesus Christ the living word that had come out from our heavenly Father’s mouth as the sword destroying the evil causing not only Adam and Eve to sin but also the house of Israel lying at the Valley of death. Had our heavenly Father destroyed Satan, death and the fallen angels by His word emerging from His mouth aimed at destroying every evil that His Son Jesus Christ faced within the families of Israel, then His Son heard the Father say: Death, I am your death—this is when Israel lying at the Valley of death became liberated again.

Had our heavenly Father destroyed Satan, death and the fallen angels by the powers of His word spoken through His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, then He was ready to shed His seed that His Son’s heart and veins carry to destroy all evil finally to spill His eternal life over Israel lying at the Valley of the dried bones. Our heavenly Father lifted His Son Jesus Christ along with Adam and Eve to be nailed together as one big family joining forever the house of Israel that He had also lifted to the altar of the prehistoric love, and so, through nails everyone will be nailed to the sacred-flesh that had destroyed Satan, death, sin, curses, fallen angels, and hell, forever.

This is how our heavenly Father turned the Valley of dried bones into holy ground by nailing all His children to His Son’s sacred-flesh that not only gave them the glorified-body to return to life anyday now but also the baptism of the Holy Spirit along with the water baptism of the Jordan river to conquer the promised land forever justified. Now, Israel is sprinkled with His Son Jesus Christ’s atoning-blood shed at cross that nailed together not only Adam and Eve along with the children but also the entire house of Israel thus returning to eternal life forever blessed, because each one of them is reborn from the Holy Spirit with all the baptism of the Spirit and of the Jordan river.

That is to say, also that the entire house of Israel can return not only to life but also to possess Canaan again, and this time forever, because they are returning to destroy what not only killed them in the beginning but also impede them to ascend into paradise—and these are the idols devotion that they most clear from the land. Once Israel removes these idols worship that they had hidden within the land of Canaan then our heavenly Father is going to return the land to the families again, and this time forever, because His word given to Moses most be fulfilled entirely, when He said: You and Israel must return to worship God over Mount Zion, forever.

This is our heavenly Father’s home-sweet-home spilled at the doorpost with His Son Jesus Christ’s atoning-blood that He personally shed, because He was the only one that could spill it over Israel and anyone else these days, so your home’s door and that of your vehicle, boat, plane may also be spilled with it for protection from Satan, death, sin and hell. That is why, that our heavenly Father needs you to plea for His Son Jesus Christ’s atoning-blood that is His seed that He placed by the power of the Holy Spirit in Sarah’s barren-womb, giving birth to Isaac with the sacred-flesh and the prehistoric love, lastly placed it in David’s virgin daughter for His Son Jesus Christ’s sacred-flesh to destroy Satan finally.

Our heavenly Father has certainly destroyed Satan and death with the seed that He had placed along with His holy name in His Son Jesus Christ’s sacred-flesh, because He needed to destroy Satan and his lies with his seed that is His Son’s atoning-blood spilled over His home-sweet-home where the house of Israel lives set to return to Israel anyday now. Israel that once lied over the Valley of death eternally hopeless and destroyed, our heavenly Father has spilled His seed over them by nailing them to His Son Jesus Christ’s sacred-flesh as the Holy One of Israel, so they may return to life filled with joys and everlasting happiness only to find rest and peace in The New Jerusalem from heaven above.

Our heavenly Father’s seed of eternal life is spilled with His Son Jesus Christ’s atoning-blood thus to cover not only Adam and Eve along with their children from Satan’s wilds and terrible lies, but also the entire house of Israel is eternally protected and fully-qualified receiving Canaan again with its altar of His passionate love burning wildly, and this time forever. In this altar of the prehistoric love, you can also along with your loved ones and friends live under the protection of the Lamb of God’s atoning-blood, so Satan when he sees it spilled over the door of our heavenly Father’s home that is the cross, then he will return the way he came from never to come back to you again.

Meaning that, as you may plead for His Son Jesus Christ’s atoning-blood that is covering the families and the homes of the house of Israel nailed to His Son’s sacred-flesh of the cross over Mount Zion, then the same atoning-blood spilled on His home will descend to cover your home, car, boat, plane and every door that you will go through. You will live completely protected by His Son’s atoning-blood spilled over His home-sweet-home that is Mount Zion with the cross, because our heavenly Father needs to ensure that the entire house of Israel that is returning to Canaan and to His altar of the prehistoric love to glorify, love and serve Him forever, then they may remain holy until then and forevermore.

That is why, that our heavenly Father also needs you to plead over your loved ones on His Son Jesus Christ’s atoning-blood spilled over the cross protecting His home door, the cross, and Abraham’s children primarily that are returning to Canaan to possess it forever, so they may conquer new glories for Him within Israel and the nations around the world. Amen!

¡Cultura y paz para todos, hoy y siempre!

Saludos cordiales a todos

Dígale al Señor, nuestro Padre Celestial, de todo corazón, en el nombre del Señor Jesucristo: Nuestras almas te aman, Señor. Nuestras almas te adoran, Padre nuestro. Nuestras almas te rinden gloria y honra a tu nombre y obra santa y sobrenatural, en la tierra y en el cielo, también, para siempre, Padre Celestial, en el nombre de tu Hijo amado, nuestro Señor Jesucristo.


ORACIÓN DEL PERDÓN

Padre nuestro que estás en los cielos: santificada sea la memoria de tu nombre que mora dentro de Jesucristo, tu hijo amado. Venga tu reino, sea hecha tu voluntad, como en el cielo así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria por todos los siglos. Amén.

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre Celestial también os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.

Por lo tanto, el Señor Jesús dijo, "Yo soy el CAMINO, y la VERDAD, y la VIDA ETERNA; nadie PUEDE VENIR al PADRE SANTO, sino es POR MÍ”. Juan 14:

NADIE MÁS TE PUEDE SALVAR.

¡CONFÍA EN JESÚS HOY!

MAÑANA QUIZAS SEA DEMASIADO TARDE.

YA MAÑANA ES DEMASIADO TARDE PARA MUCHOS, QUE NO LO SEA PARA TI Y LOS TUYOS, EN EL DÍA DE HOY.

- Reconoce que eres PECADOR en necesidad, de ser SALVO de éste MUNDO y su MUERTE.

Dispónte a dejar el pecado (arrepiéntete):

Cree que Jesucristo murió por ti, fue sepultado y resucito al tercer día por el Poder Sagrado del Espíritu Santo y deja que entré en tu vida y sea tu ÚNICO SALVADOR Y SEÑOR EN TU VIDA.

QUIZÁ TE PREGUNTES HOY: ¿QUE ORAR? O ¿CÓMO ORAR? O ¿QUÉ DECIRLE AL SEÑOR SANTO EN ORACIÓN? -HAS LO SIGUIENTE, y di: Dios mío, soy un pecador y necesito tu perdón. Creo que Jesucristo ha derramado su SANGRE PRECIOSA y ha muerto por mi pecado. Estoy dispuesto a dejar mi pecado. Invito a Cristo a venir a mi corazón y a mi vida, como mi SALVADOR.

¿Aceptaste a Jesús, como tu Salvador? ¿Sí _____? O ¿No _____?

¿Fecha? ¿Sí ____? O ¿No _____?

Si tu respuesta fue Si, entonces esto es solo el principio de una nueva maravillosa vida en Cristo. Ahora:

Lee la Biblia cada día para conocer mejor a Cristo. Habla con Dios, orando todos los días en el nombre de JESÚS. Bautízate en AGUA y en El ESPÍRITU SANTO DE DIOS, adora, reúnete y sirve con otros cristianos en un Templo donde Cristo es predicado y la Biblia es la suprema autoridad. Habla de Cristo a los demás.

Recibe ayuda para crecer como un nuevo cristiano. Lee libros cristianos que los hermanos Pentecostés o pastores del evangelio de Jesús te recomienden leer y te ayuden a entender más de Jesús y de su palabra sagrada, la Biblia. Libros cristianos están disponibles en gran cantidad en diferentes temas, en tu librería cristiana inmediata a tu barrio, entonces visita a las librerías cristianas con frecuencia, para ver que clase de libros están a tu disposición, para que te ayuden a estudiar y entender las verdades de Dios.

Te doy las gracias por leer mí libro que he escrito para ti, para que te goces en la verdad del Padre Celestial y de su Hijo amado y así comiences a crecer en Él, desde el día de hoy y para siempre.

El salmo 122, en la Santa Biblia, nos llama a pedir por la paz de Jerusalén día a día y sin cesar, en nuestras oraciones. Porque ésta es la tierra, desde donde Dios lanzo hacia todos los continentes de la tierra: todas nuestras bendiciones y salvación eterna de nuestras almas vivientes. Y nos dice Dios mismo, en su Espíritu Eterno: “Vivan tranquilos los que te aman. Haya paz dentro de tus murallas y tranquilidad en tus palacios, Jerusalén”. Por causa de mis hermanos y de mis amigos, diré yo: “Haya paz en ti, siempre Jerusalén”. Por causa de la casa de Jehová nuestro Dios, en el cielo y en la tierra: imploraré por tu bien, por siempre.

El libro de los salmos 150, en la Santa Biblia, declara el Espíritu de Dios a toda la humanidad, diciéndole y asegurándole: - Qué todo lo que respira, alabe el nombre de Jehová de los Ejércitos, ¡el Todopoderoso! Y esto es, de toda letra, de toda palabra, de todo instrumento y de todo corazón, con su voz tiene que rendirle el hombre: gloria y loor al nombre santo de Dios, en la tierra y en las alturas, como antes y como siempre, para la eternidad.


http://www.supercadenacristiana.com/index.php

http://www.faithcomesbyhearing.com/ambassador/free-audio-bible-download

http://radioalerta.com

http://www.youtube.com/watch?v=rsYA-M0r-w4&playnext=1&list=PLEF344CEAC8A8F474&feature=results_main

http://www.youtube.com/watch?v=yw5qBHyVtoQ&list=PLjMWsAQ3-rfnNnBq-wn0ATM5vaHi9HA3Q

http://www.youtube.com/watch?v=nZKtwRuutnY&list=PL3C9EC193E2A7CB7B

http://www.youtube.com/watch?v=hOVdjxtnsH8&h d=1

https://www.youtube.com/watch?v=s7kj1Wx5ffs

https://www.youtube.com/watch?v=bMsXK66XmUs&list=RD5eb99aA3Jsk&index=5

https://www.youtube.com/watch?v=1khhFySfO-s&list=PL54B204D72BF2799A

https://www.youtube.com/watch?v=BTpaVXvSbZE

https://www.youtube.com/watch?v=LpKllW86iG8

https://www.youtube.com/watch?v=t5RfFn_Kwew