Salvador Allende no aprueba el juicio de la Historia
http://groups.google.com/group/logiademasones/browse_thread/thread/dbd61af85c75a049
La izquierda latinoamericana, con eco privilegiado en los medios de
comunicaci�n, record� recientemente lo que considera la heroica
inmolaci�n del ex presidente chileno Salvador Allende, y el brutal
rompimiento del orden constitucional protagonizado por el general
Pinochet el 11 de septiembre de 1973. -
Un problema con la historia es que las pasiones y las ideolog�as
tienden a crear caricaturas maniqueas de la realidad (el mundo como
confrontaci�n de los buenos contra los malos), sacrificando aspectos
importantes de la verdad.
Nadie puede oscurecer las innegables violaciones de derechos humanos
que cometieron las fuerzas del general. Pero es un imperativo �tico
esforzarse por superar las visiones simplistas de la realidad, que ven
el mundo como si fuera una simple pel�cula de vaqueros. El problema es
que algunos, como sucede con los ni�os, se enojan much�simo si se les
cuestiona la pretendida bondad del bueno de la pel�cula.
A riesgos de provocar ciertas iras cabe preguntarse hoy, �qu� ser�a
del Chile de hoy si Salvador Allende hubiese permanecido en el poder?
�Estar�a su pa�s mejor o peor que ahora? - Hoy sabemos lo que es el
Chile que emergi� despu�s de la convulsi�n de 1973. -
Chile es sencillamente el �xito econ�mico y social m�s notable de
Am�rica Latina. Ning�n otro pa�s del �rea ha podido alcanzar los
elevados �ndices de crecimiento econ�mico que Chile ha ostentado desde
la d�cada de los ochenta.
Ning�n otro pa�s ha reducido tanto el desempleo, multiplicado sus
exportaciones y disminuido su pobreza. Hoy pocos analistas se atreven
a negar que muchas de las bases de todo este despegue, verdaderamente
excepcional, fueron sentadas durante el gobierno del general Pinochet.
Su r�gimen fue, indiscutiblemente, una f�rrea dictadura militar con su
triste cuota de represi�n y violaci�n de los derechos humanos.
Pero en lo econ�mico, y sin por eso excusar lo anterior, es preciso
reconocer que Pinochet fue un libertario nato muy l�cido. Inspirado en
los consejos de quienes sus opositores llamaban despectivamente los
�Chicago boys�, j�venes formados en la escuela liberal de Milton
Friedman, Pinochet estableci� la econom�a de mercado m�s libre de la
regi�n, redujo radicalmente la intromisi�n estatal, privatiz� todas
las empresas p�blicas, incluyendo la administraci�n de pensiones,
moderniz� el c�digo laboral e incluso introdujo el sistema de vouchers
o bonos en la educaci�n estatal.
Los gobiernos posteriores al gobierno de Pinochet reconocieron en
forma impl�cita el m�rito de las reformas originadas durante el
r�gimen militar reflejadas, entre otras cosas, en tasas envidiables de
desarrollo econ�mico. Con tino y madurez, en lugar de desmantelar las
reformas cabalgaron sobre ellas. -
�Qu� habr�a pasado si las riendas del poder hubiesen quedado en manos
de un Salvador Allende? Aunque al plantearnos esto entramos en el
terreno de la especulaci�n, no hay nada de especulativo sobre las
ideas que Allende ten�a sobre la econom�a y la pol�tica. Allende era
un marxista nato, amigo y aliado de Fidel Castro. -
En su mapa mental el mercado libre era el teatro en donde los ricos
explotaban a los d�biles. Para levantar a los oprimidos el Estado
deb�a controlar y planificar la econom�a, confiscar la mayor�a de las
empresas capitalistas, y sustituir la democracia �burguesa� (prensa
libre, pluripartidismo y elecciones), que beneficiaba a los
empresarios, por una �democracia popular� dirigida dictatorialmente
por la �vanguardia� del partido de los trabajadores.
Las ideas tienen consecuencias y las ideas de Allende eran de
consecuencias muy previsibles. En todas partes del mundo donde se han
puesto en pr�ctica han producido resultados similares: desplome de la
producci�n, escasez, emigraci�n masiva, estancamiento tecnol�gico y
represi�n pol�tica. Carlos Alberto Montaner llamaba a los portadores
de estas recetas para el desarrollo �fabricantes de miseria�. Michael
Novak, con sentido del humor, dec�a que si alg�n d�a los comunistas
controlaban el desierto del Sahara a los pocos a�os estar�an
racionando la arena.
Allende, aunque estuvo escasamente tres a�os en el poder, tuvo tiempo
para ver desatadas las primicias de lo que ven�a a mayor escala: el
capital comenz� a huir, se paralizaron las inversiones y comenzaron
las colas y la escasez.
Un factor que provoc� su derrocamiento fue precisamente la agitaci�n
creciente de la poblaci�n que con el sonar de pailas y cazuelas ped�a
detener el creciente caos. �Ser�a hoy Chile el ejemplo de desarrollo
que es para el continente, de haber perdurado Salvador Allende? De
nuevo, estas preguntas y este an�lisis no son para justificar que se
atropelle la democracia o los derechos humanos a fin de obtener el
desarrollo. Lo ideal en Chile hubiera sido obtener simult�neamente
ambas cosas. -
Afortunadamente, el per�odo de la dictadura militar termin� cuando
Pinochet decidi� someter su mandato a un refer�ndum que perdi�. -
Entonces regres� la democracia. �Habr�a hecho esto la izquierda? �Lo
har�a Fidel Castro? - *El autor es presidente de la Universidad Ave
Mar�a College.
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El juicio de la historia es impecable y hoy muchos masones juzgamos a
alguien como Salvador Allende que se apoy� en el prestigio de la Orden
Mas�nica, para obligar a su propio pueblo a un experimento
catastr�fico -
Evidentemente, hay un tinte politico partidista en sus afirmaciones que no son del todo ciertas.
No se puede negar el grado de desarrollo de Chile en base a un liberalismo a ultranza, como tampoco se puede negar que este exitoso desarrollo ha sido en beneficio de las clases mas ricas ahondando la desigualdad economica con las clases mas bajas e indigenas
No se puede especular que es lo que hubiera sido lo que no fue.
La mayor empresa de chile que controla la mayor riqueza de ese pais y que es causante en gran medida del boon economico, el cobre es estatal.
Considero que no es el foro adecuado donde se deben abrir este tipo de debate, hay foros especificos donde, con mas conocimiento del tema podran esclarecer sus puntos de vista; pero no se puede permitir que masones esten difundiendo medias verdades, que ni siquiera son pensamientos propios, sino que son copiados de los medios de comunicacion de una u otra tendencia.
Se esta "juzgando" al Salvador Allende politico y no al Mason; el politico puede ser amado o repudiado pero como Mason no hay duda que solo cabe la admiracion.
Un abrazo
Jorge Espinoza
----- Original Message ----- From: "kadyr" <herm...@hotmail.com>
To: "SECRETO MASONICO" <secreto-masonico@googlegroups.com>
Sent: Friday, July 22, 2011 12:52 AM
Subject: [Unión Masónica] Salvador Allende no aprueba el juicio de la Historia
Salvador Allende no aprueba el juicio de la Historia
http://groups.google.com/group/logiademasones/browse_thread/thread/dbd61af85c75a049
La izquierda latinoamericana, con eco privilegiado en los medios de
comunicación, recordó recientemente lo que considera la heroica
inmolación del ex presidente chileno Salvador Allende, y el brutal
rompimiento del orden constitucional protagonizado por el general
Pinochet el 11 de septiembre de 1973. -
Un problema con la historia es que las pasiones y las ideologías
tienden a crear caricaturas maniqueas de la realidad (el mundo como
confrontación de los buenos contra los malos), sacrificando aspectos
importantes de la verdad.
Nadie puede oscurecer las innegables violaciones de derechos humanos
que cometieron las fuerzas del general. Pero es un imperativo ético
esforzarse por superar las visiones simplistas de la realidad, que ven
el mundo como si fuera una simple película de vaqueros. El problema es
que algunos, como sucede con los niños, se enojan muchísimo si se les
cuestiona la pretendida bondad del bueno de la película.
A riesgos de provocar ciertas iras cabe preguntarse hoy, ¿qué sería
del Chile de hoy si Salvador Allende hubiese permanecido en el poder?
¿Estaría su país mejor o peor que ahora? - Hoy sabemos lo que es el
Chile que emergió después de la convulsión de 1973. -
Chile es sencillamente el éxito económico y social más notable de
América Latina. Ningún otro país del área ha podido alcanzar los
elevados índices de crecimiento económico que Chile ha ostentado desde
la década de los ochenta.
Ningún otro país ha reducido tanto el desempleo, multiplicado sus
exportaciones y disminuido su pobreza. Hoy pocos analistas se atreven
a negar que muchas de las bases de todo este despegue, verdaderamente
excepcional, fueron sentadas durante el gobierno del general Pinochet.
Su régimen fue, indiscutiblemente, una férrea dictadura militar con su
triste cuota de represión y violación de los derechos humanos.
Pero en lo económico, y sin por eso excusar lo anterior, es preciso
reconocer que Pinochet fue un libertario nato muy lúcido. Inspirado en
los consejos de quienes sus opositores llamaban despectivamente los
“Chicago boys”, jóvenes formados en la escuela liberal de Milton
Friedman, Pinochet estableció la economía de mercado más libre de la
región, redujo radicalmente la intromisión estatal, privatizó todas
las empresas públicas, incluyendo la administración de pensiones,
modernizó el código laboral e incluso introdujo el sistema de vouchers
o bonos en la educación estatal.
Los gobiernos posteriores al gobierno de Pinochet reconocieron en
forma implícita el mérito de las reformas originadas durante el
régimen militar reflejadas, entre otras cosas, en tasas envidiables de
desarrollo económico. Con tino y madurez, en lugar de desmantelar las
reformas cabalgaron sobre ellas. -
¿Qué habría pasado si las riendas del poder hubiesen quedado en manos
de un Salvador Allende? Aunque al plantearnos esto entramos en el
terreno de la especulación, no hay nada de especulativo sobre las
ideas que Allende tenía sobre la economía y la política. Allende era
un marxista nato, amigo y aliado de Fidel Castro. -
En su mapa mental el mercado libre era el teatro en donde los ricos
explotaban a los débiles. Para levantar a los oprimidos el Estado
debía controlar y planificar la economía, confiscar la mayoría de las
empresas capitalistas, y sustituir la democracia “burguesa” (prensa
libre, pluripartidismo y elecciones), que beneficiaba a los
empresarios, por una “democracia popular” dirigida dictatorialmente
por la “vanguardia” del partido de los trabajadores.
Las ideas tienen consecuencias y las ideas de Allende eran de
consecuencias muy previsibles. En todas partes del mundo donde se han
puesto en práctica han producido resultados similares: desplome de la
producción, escasez, emigración masiva, estancamiento tecnológico y
represión política. Carlos Alberto Montaner llamaba a los portadores
de estas recetas para el desarrollo “fabricantes de miseria”. Michael
Novak, con sentido del humor, decía que si algún día los comunistas
controlaban el desierto del Sahara a los pocos años estarían
racionando la arena.
Allende, aunque estuvo escasamente tres años en el poder, tuvo tiempo
para ver desatadas las primicias de lo que venía a mayor escala: el
capital comenzó a huir, se paralizaron las inversiones y comenzaron
las colas y la escasez.
Un factor que provocó su derrocamiento fue precisamente la agitación
creciente de la población que con el sonar de pailas y cazuelas pedía
detener el creciente caos. ¿Sería hoy Chile el ejemplo de desarrollo
que es para el continente, de haber perdurado Salvador Allende? De
nuevo, estas preguntas y este análisis no son para justificar que se
atropelle la democracia o los derechos humanos a fin de obtener el
desarrollo. Lo ideal en Chile hubiera sido obtener simultáneamente
ambas cosas. -
Afortunadamente, el período de la dictadura militar terminó cuando
Pinochet decidió someter su mandato a un referéndum que perdió. -
Entonces regresó la democracia. ¿Habría hecho esto la izquierda? ¿Lo
haría Fidel Castro? - *El autor es presidente de la Universidad Ave
María College.
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El juicio de la historia es impecable y hoy muchos masones juzgamos a
alguien como Salvador Allende que se apoyó en el prestigio de la Orden
Masónica, para obligar a su propio pueblo a un experimento
catastrófico -
Yo soy chileno y fui allendista. No quiero decir que tengo una última palabra sobre el tema. Escribo esto esquivando los tinteros y plumas que cruzan por este foro, a raíz del trazado mencionado. En aquel tiempo “ganamos” con el 36,6% (ninguno de los candidatos superó el 50%), y el congreso ratificó como presidente a Salvador Allende con condiciones que no cumplió. Desde el primer día de su asunción Chile se tensó. No pretendo convencer a nadie, sólo narrar que yo, como muchos ciudadanos comunes, no veíamos a ningún ministro competente en el gobierno, ni a verdaderos ejecutivos en las empresas estatizadas. El primer banco estatizado, de buena gana, fue el Israelita, le siguieron grandes empresas productivas, entre ellas nuestro cobre. Esta nacionalización del cobre fue aplaudida por todos. El caos se anunciaba al fijar los precios, aumentar los salarios y al fomentar la politización en todos los niveles: había que controlar políticamente todo. Yo fui presidente del CUP de mi empresa (Comité de Unidad Popular), y la orden era mantener en alerta a los “compañeros” para defender al “compañero presidente” y a la revolución, porque venían “tiempos difíciles”. Este anuncio comenzó a darse en las cadenas nacionales en donde Allende empezó a hostigar con su reiterada oratoria. Mis “compañeros” asistían de mala gana a las reuniones del CUP, no querían escuchar al “compañero” Gerente, que les hablaba del socialismo, bostezando o durmiendo. Las filas para comprar cualquier cosa eran enormes, las huelgas contra el gobierno hicieron aumentar el desabastecimiento. Las familias se dividían, Allende paseaba con Fidel Castro recorriendo Chile, los campos eran tomados, la producción se paralizaba. Lo que me costó justificar ante mi familia y mi entorno, fue la mención de Allende refiriéndose a los soviéticos como sus hermanos mayores. ¿A quién se refería? ¿Chile tenía hermanos mayores que lo gobernaban? Tuve que argumentar que el socialismo debería ser universal y etc., etc. lo que no sirvió de nada. Para colmo Allende se desdijo días después por el escándalo causado por sus palabras. Fidel Castro hizo un discurso en nuestro estadio nacional transmitido por TV, terminándolo con gritos “por la verdad”, “por la razón”, “por la moral”, repetidos tres veces cada uno. La gente aplaudió agotada, muchos ya se habían ido.
Salvador Allende era un buen orador y de buen tono de voz. No tenía visión política amplia y se notaba que vivía el momento. En sus discursos, cuando se acababa su consabida sustancia, levantaba el tono pidiendo los aplausos con la palabra “por eso compañeros”. El sabía, TODOS SABIAMOS que los militares deberían hacer algo. ¿Y si no, quien? Los cubanos armados ya estaban en mi país, en las reuniones del CUP se hablaba de eso y se anunciaba el posible paso a la clandestinidad de muchos chilenos por la guerra civil que se venía. En varias empresas escuchaba descaradamente “dicen que mañana salen los militares a botar a Allende”. Esto me indignaba, en mi ignorancia, porque las acciones del gobierno parecían entregar mi país en bandeja a los “derechistas”. Los diarios de este sector se deleitaban publicando detalles de las huelgas, del desabastecimiento, de la inflación sobre el 200%, alentando el desorden total. Para rebosar el vaso un alto miembro del partido socialista arengaba a un grupo de militares para defender “el gobierno popular”, poniendo en entredicho a los militares ministros que Allende había colocado. La inmensa mayoría de los militares chilenos era, y es, apolítica. El último 4 de septiembre de 1973, siete días antes del golpe militar, (yo vivía en una ciudad fronteriza) pasé por el lugar en donde cada año se celebraba el triunfo de Allende en las urnas. Había muy poca gente escuchando parlantes con música revolucionaria que molestaba a los transeúntes, que no querían saber nada del gobierno. Cuando ocurrió el golpe esa mañana del 11 de septiembre, fue una noticia esperada por TODOS, no fue un capricho de algún militar tercermundista. Fue el manotazo de un cuerpo social molesto. Nos reunimos en cada empresa a escuchar anhelantes quien se haría cargo de nuestro país, pero lo que nunca supimos era COMO.
El trazado de Salvador Allende, motivo del debate en este foro, es propio del estadista que muchos quieren elevar a las alturas de los grandes constructores de nuestras sociedades libres y tolerantes. Todo eso en el papel escrito por un buen orador, pero no reflejado en la acción. Hoy muchos vemos en la “piedra” con su imagen, frente a la casa de gobierno, sólo un reflejo de mil días perdidos de enfrentamiento estéril entre hermanos. Se suicidó con el arma que su amigo Fidel le regaló, después de dar un último e inolvidable discurso conocido por todos.