EL
PRINCIPIO DEL RITMO
"Todo
fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso,
Todo asciende
y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su
movimiento
hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la
Izquierda; el ritmo
es la compensación".
La experiencia básica de la polaridad la tenemos en la
respiración, a través de ella y haciendo uso de la ley de analogía podemos
estudiar sus leyes y extenderlas a todo el Universo; tan sólo posible a través de un Arte que la Masonería
llama "Arte Real", análogo a
la creación misma del Cosmos, ya que hay una identidad entre el hombre y el
Universo, entre el microcosmos y el macrocosmos, de tal manera que existe una
relación constante y permanente entre uno y otro, conformando ambos un todo unitario, "una
sola y única cosa maravillosa",
según la fórmula de la Tabla de
Esmeralda: "Lo que está arriba es como lo que está abajo, y lo
que está abajo es como lo que está arriba, para hacer la maravilla de una cosa
única".
Decíamos que en la respiración, al acto de inspiración sigue el de expiración,
esta contante alternancia de dos polos produce un RITMO.
El ritmo es el patrón básico de toda vida cuando el ritmo es destruido o
alterado se destruye o altera la vida, constituyendo el ritmo dos polos donde de acuerdo a la ley de Polaridad, no podemos
decir “esto- o- aquello” sino “así - como” puesto que
no podemos dejar de expirar pues ya no podríamos inspirar y viceversa ya que
cada polo depende de la existencia del otro.
Aquello que nos parece tan obvio en la respiración podemos trasladarlo a otras
áreas.
Quien comprende la Ley de Polaridad sabe que cualquier meta sola puede ser
alcanzada a través de su extremo opuesto y nunca de forma directa, como el
hombre se empeña en hacerlo siempre sin éxito: El libro tibetano de los muertos enseña “quien no aprendió
a morir no puede aprender a vivir” Y Cristo
nos dice “ solamente a través de la muerte alcanzaremos la vida”;
de esta forma todas las tradiciones de la sabiduría enseñan que solo seremos
libres cuando nos sometamos a la Ley Universal, pero el hombre no quiere
entender esa Ley, pues al adoptar una postura “a favor de” o
“ contra alguna cosa”, esta destruyendo las unidades y representa
una postura rígida,
Vida es ritmo y por tanto movimiento, Una postura rígida
impide el movimiento y es por tanto contraria a la vida.
Con sus puntos de vista inflexibles, cualquiera que sea el asunto, el hombre
impide su desenvolvimiento, nada parece costar más al ser humano que el cambio
de opinión.
Pero el Arte Hermético nos enseña que podemos neutralizar
los efectos del ciclo desplazándonos a nuestro ego superior, es decir,
permitiendo que el proceso sólo funcione a niveles inconscientes, pero que no
arrastre consigo los niveles conscientes. En las escuelas esotéricas existe una técnica antigua
que comprende en revertir sistemáticamente todas nuestras opiniones y
actitudes, consistiendo en defender firmemente el punto de vista contrario a
aquel que se mantuvo hasta ese momento, hasta que las dos opiniones tengan el
mismo peso, en ese momento nos liberamos de la polaridad y comenzamos a
comprenderla como un todo, observándola de una perspectiva mas elevada.
En el Cosmos regido por Leyes Universales, nada que “no deba
existir” puede existir, no acepta la “casualidad”. Solo los
hombres dividen el mundo en cosas que pueden o no existir, cuando un hombre se
opone a algo, en general significa que esta a favor- o en contra, así: a favor
de la paz y contra la guerra, desconociendo que estos son pares de opuestos que
constituyen una unidad inseparable. Si nos negamos a expirar, no podremos
inspirar nuevamente. De la misma forma la paz es condición para la guerra, el
bien fuerza la existencia del mal, el mal fertiliza el bien.
Mefistófeles en el Fausto de Goethe nos dice: “Yo soy una parte de
aquella fuerza que siempre quiere el mal y siempre acrecienta el bien “.
Reconocer la realidad significa reconocer el derecho a la existencia de todas
las cosas. Cada acción nuestra contra la realidad provoca una reacción correspondiente,
que la sentimos en nosotros mismos. Gran parte del sufrimiento humano se
origina en su oposición a las circunstancias manifestadas, intrínsecamente
todas las cosas son desprovistas de valor, son neutras es la actitud del Hombre
que las hace antagónicas, objetos de felicidad y de sufrimiento.
Un abrazo
Jorge Espinoza