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a SECRETO MASONICO
EL CUARTO CAMINO : EL HOMBRE ASTUTO Y EL DEMONIO
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De: Homero3992 (Mensaje original) Enviado: 26/08/2007 01:12 p.m.
Sucedió en
un ignoto país, en fecha desconocida, que un hombre astuto paseaba
frente a un café cuando
se encontró con un demonio. Éste estaba muy maltrecho, famélico y
sediento, por lo que el
hombre astuto le introdujo en el local, pidió un café y le interrogó
sobre cuál era su problema.
El demonio le dijo que no había trabajo. En los viejos tiempos
acostumbraba vender almas y
quemarlas al carbón, porque, cuando la gente moría, tenia almas
gordísimas que él podía
llevar al infierno, y todos los demonios estaban contentos. Pero ahora
todas las fogatas del
infierno estaban apagadas, porque no había almas cuando la gente
moría.
Entonces el hombre astuto le sugirió que, juntos, podrían celebrar
algunos negocios.
—Enséñame —le dijo— cómo fabricar almas, y te daré una señal que te
muestre cuáles son
las personas que yo fabriqué.
El hombre astuto pidió más café. Y el demonio le explicó que debía
enseñar a la gente a
recordarse, a no identificarse, etc., y que luego, después de algún
tiempo, aquélla desarrollaría
almas.
El hombre astuto se puso a trabajar, organizó grupos y enseñó a la
gente a recordarse.
Algunos empezaron a trabajar seriamente y trataron de poner en
práctica lo que se les
enseñara. Luego murieron, y cuando llegaron a los portales del cielo,
allí estaba San Pedro
con sus llaves de un lado y el diablo del otro. Cuando San Pedro se
aprestaba a abrir las
puertas, el demonio le dijo: —¿Puedo formularte tan sólo una pregunta?
¿Te recordaste?
—Sí, ciertamente —replicó el hombre.
Entonces, el demonio expresó; —Discúlpame, esta alma es mía.
Esto siguió así durante largo tiempo hasta que, de algún modo, se
ingeniaron para comunicar
a la Tierra lo que estaba sucediendo en los portales del cielo. Al oír
esto, las personas a las
cuales enseñaba, acudieron al hombre astuto y le manifestaron: —¿Por
qué nos enseñas a
recordarnos si, cuando decimos que nos hemos recordado, el demonio nos
lleva?
El hombre astuto interrogó: —¿Yo les enseñé a decir que se recuerdan?
Yo les enseñé a no
hablar.
Las personas le dijeron: —¡Pero se trataba de San Pedro y el demonio!
Y el hombre astuto les expresó: —¿Pero han visto en grupos a San Pedro
y al demonio? Por
tanto, no hablen. Algunas personas no hablaron y consiguieron llegar
al cielo. Yo no sólo hice
un convenio con el demonio; también hice un plan para engañar con él
al demonio.
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Respuesta
Recomendar Eliminar Mensaje 2 de 2 en la discusión
De: SiphonicAmerico Enviado: 26/08/2007 11:39 p.m.
El hombre es dueño de sus silencios, pero siempre sera esclavo de sus
palabras